Big Fat Money [priv]

De verdad que su hermano tenía un especie de don para sacarle de quicio, era increíble la facilidad que tenía para decir gilipolleces variadas y hacer que tuviera deseos de pegarle un buen puñetazo. -No voy a ponerme nervioso, imbécil, yo estoy acostumbrado a la velocidad.- e incluso sería capaz de conducir él mismo aquella moto, ¿qué se creía que era ese estúpido? ¿Un torpe acaso? Pero le sujetaba de la cintura porque igualmente tampoco era su intención y deseo caerse y romperse algo, no era idiota, y por supuesto tampoco era alguien inmune. Pero nunca en la vida abrazaría a alguien como él, bueno, la verdad es que nunca en la vida había abrazado a ninguna persona, no le veía la necesidad y pensaba que era algo estúpido e incoherente.

Efectivamente que Dante fue rápido en la moto, y como le había dicho no se puso nervioso ni nada, y siguió sujeto de la misma manera a éste hasta que llegaron bajándose con mala cara y quitándose el casco y alzando una ceja al ponerse el antifaz. -Que subnormalidad.- espetó de mala gana mirándole con asco. -Ni se te ocurra tocarme para que parezcamos pareja, te lo advierto.- amenazó taladrándole con la mirada, desde luego le iba a ir realmente muy mal si se atrevía a ponerle las manos encima... ¿Y una reunicón de maricones? Lo que le faltaba, desde luego su hermano cada vez le parecía más un especie de enfermo o algo, pero no añadió más y caminó junto a éste hacia la casa. -¿Vigilar?- preguntó unicamente y se paró en la puerta, sonriendo de lado y con malicia, dejando que éste viera perfectamente esa sonrisa. -¿Crees que le arruinaría la noche a mi querido hermano?- preguntó con muchísimo sarcasmo y sin añadir más y sin esperar respuesta penetró en el lugar, mirando alrededor con una ceja alzada y con poco interés, ignorando la mirada de los otros invitados a su persona y empezando la velada ignorando a su gemelo.

Heterosexual, bueno, eso era un alivio, aunque tampoco le garantizaba que éste no quisiera en algún momento meterle mano como ya había hecho anteriormente, y tampoco metérsele en la ducha, así que solo lo hacía pues para molestarle. Aquello le hizo sentirse más furioso que antes incluso, no le gustaba que jugaran con él de ninguna de las manera, y era lo que su hermano no paraba de hacer desde que se conocían. Pues muy bien, si quería guerra tendría guerra, porque él también sabía jugar a ese juego. Puede que no fuera a matarle, pero si que podía buscar muchos modos de joderle completamente y se arrepintiera de haberle tratado de aquella manera, incluso podía herirle... según le diera. No le importaba que si no ganaba dinero pudiera quedarse sin comer, estaba muy acostumbrado a las penurias, siempre había estado, sabía que era pasar hambre, frío y mil pesares, pero había salido de todo aquello del mismo modo, solo, y además fortaleciéndose hasta convertirse en el hombre que era ahora. Siempre se había considerado alguien fuerte y curtido... la verdad es que le ofendía notar que su hermano tenía más musculatura... pero por supuesto que no sería más fuerte, seguro que no, él era un asesino a sueldo, y había podido contra muchos, muchas víctimas, muchas eran asesinatos indirectos, pero muchos otros era directos, sabía pelear y defenderse mejor que nadie.

Miró alrededor cuando entró a aquel lugar, era lujoso y había mucha gente, también sentía miradas sobre su cuerpo, cosa que no le hizo ninguna gracia, y mucho menos tratándose de maricones todos los que se encontraban en ese lugar. Bueno, a excepción de su hermano y él mismo. Oyó las explicaciones innecesarias de su hermano y volteó a verle. -No me importa una mierda lo que tengas que hacer, ¿sabes?- dijo mirándole friamente y luego vio molesto a aquellos dos acercarse para... ¿para qué? Si pensaban que iban a conseguir algo de él estaban soñando, casi le daba ganas de golpearles... aunque tal vez lo que de verdad deseaba era golpear a su hermano. -¿Sabes? Oírte me pone enfermo.- escupió casi las palabras y entonces se alejó de su hermano, empujando sin preámbulo a varias personas que se habían cruzado por su camino, haciéndole tirar sus copas y exclamar indignados. Pero pasó de todos ellos y se acercó al sujeto que era el objetivo de su gemelo, parándose hacia éste, que estaba distraído hablando con alguien, y volviéndose a mirar cínicamente a su hermano y gesticulando sin emitir sonido con sus labios "te vas a enterar, estúpido". -Oye tú, deberías tener cuidado en esta fiesta, ¿sabes?- le dijo al hombre aquel dándole unos bruscos toques en el hombro.

Estaba frente a aquel tipo, dispuesto a hundirle los planes a su hermano, deseando demostrar lo mucho que detestaba que le trataban del modo que éste osaba tratarle. Siempre le había molestado la gente así, pero Dante era ya un caso extremo de estupidez humana, y ese modo de tratarle... Si pensaba que iba a ser su esclavo sin rechistar es que estaba soñando, no era esclavo de nadie, y era lo que en ese momento estaba dispuesto a demostrarle. Le daba igual el dinero o que después de eso fuera a devolverle o algo, solo necesitaba desquitarse de alguna manera, sacar toda la indignación que le había provocado Dante desde el primer momento que se habían visto. -Déjame decirte algo muy interesante, seguro que será de tu interés.- continuó hablándole al confundido hombre hasta que sintió como le empujaban a otro lado del lugar, alzando la vista y viendo a su hermano que parecía bastante molesto con lo ocurrido, eso le hizo sentirse satisfecho, y eso que aun no había ejecutado su "plan", pero verle nervioso y molesto era un buen comienzo. Oyó sus palabras y soltó una leve risa fría y sarcástica, mirándole con ojos afilados. -Si, te he entendido perfectamente bien, no soy ningún estúpido como tú.- dijo con tono cortante. -Por si no lo has notado mi intención era joderte el trabajo, pero parece que eres lo suficientemente estúpido como para no darte cuenta de que deseo fastidiarte, así que te lo confirmo.. ¿Lo captas ahora?- al notarle tan cerca le empujó un poco con intención de alejarle lo suficiente de su lado. -No sé quien mierda te crees, pero odio la forma que tienes de dirigirte a mí, me da igual que pagaras por mí, tú no eres mi amo, no tengo porque obedecerte y tú no tienes porque sentirte superior a mí.- le miró fríamente y de nuevo se sintió de un modo fuera de lugar, se sentía indignado como pocas veces, y no lejos de eso fuera de si e incluso... ¿nervioso? Bueno, todo aquello eran emociones demasiado extrañas para él, haber sido comprado por un tipo que era tan sumamente parecido físicamente a él, alguien que había resultado además ser su hermano, su hermano gemelo. -¿Liarme con quien?- sintió un fuerte arrebato de rabia al oírle sugerir aquello. -Mira cabronazo, yo no soy un maldito puto como tú, pero conmigo ni se te ocurra pasarte de la ralla.- dijo bufando, ¿quien se creía para decirle ese tipo de cosas? ¿Esperaba que fuera a liarse con otro hombre y ya?

No añadió más y se volteó, alejándose de éste y acercándose de nuevo a aquel hombre, agarrándolo del brazo y apartándolo de su hermano, aunque procurando que éste los viera. -Creo que hay alguien por aquí interesado en usted, me pregunto que tiene que esconder para levantar tal expectación.- dijo con una sonrisa ladeada y ciertamente maliciosa, mirando de soslayo a su hermano.

Desde luego o su hermano era muy irónico o era un auténtico gilipollas, ¿quien sabe? Tal vez ambas cosas, pero le molestaba oírle, le molestaba mirarle, le molestaba que se comportara como si no le hubiera hecho nada malo o no le hubiera tratado de forma estúpida. Pero desde que le conocía se había burlado de él, le había tratado de un modo que denotaba falta de respeto absoluto, por su forma de hablarme, por como le había llegado a tocar y por habérsele metido en la ducha. El mero hecho de que le hubiera comprado ya hacía que se sintiera molesto con él, le era profundamente indignante. ¿Y de verdad ahora actuaba como si no le hubiera hecho nada? Detestaba eso, y detestaba esa sensación que le provocaba de pender el control, de perder esa calma que siempre le caracterizaba, tan imperturbable que siempre era y... cuando se trataba de Dante, aun habiéndose conocido apenas nada aun, todo se le iba de las manos. No le gustaba esa sensación, le hacía sentirse desorientado, y él era alguien a quien le gustaba tenerlo todo absolutamente bajo control. Y por cada una de esas cosas ahora deseaba realmente fastidiarle, y esa ocasión era propicia, parecía muy interesado en esa misión, a fin de cuentas era trabajo y sabía lo importante que podía ser el trabajo bien hecho. Era la oportunidad perfecta para molestarle, ponerle nervioso, aunque si éste no ganaba dinero le perjudicaba también a él de mientras permaneciera en su casa... Pero le daba igual. Siempre había sido alguien con un espíritu bastante vengativo, no osaba permitir que nadie se le fuera "por delante".

No quiso contestar a sus palabras cuando éste intentó defender tan pobremente, fue directo a aquel hombre para pensar que decirle y hundirle el día a su hermano. Pero éste reaccionó rápido y se acercó a ellos rápidamente, distrayendo la atención de la manera, ¿coqueteándole? Lo primero que pensó es que era un tipo completamente sucio al hacer ese tipo de cosas, insinuársele a ese hombre sin más, se sintió muy molesto y entrecerró un poco los ojos, apretando los puños, ¿incluso era necesario que le acariciara la espalda? Estaba pensando que hacer a continuación, debatiéndose entre golpearlo o gritarle al hombre que su hermano le estaba tendiendo aquella trampa, hasta oír las palabras de su hermano, torciendo una sonrisa maliciosa y sarcástica, acercándose y cogiendo del brazo a ese hombre. -Oh, por supuesto, eso estaría bien.- su tono era da falsa ilusión, muy falsa, casi irónica, ¿lo notaría el hombre? Lo dudaba con la mirada que les estaba dirigiendo. -Será divertido, ¿no cree?- preguntó al sujeto con una falsa sonrisa y sin más empezó a empujarle y a alejarle de su hermano para llevarlo a una sala. Empezaba a pensar que matar a ese tío podría ser divertido solo con ver la cara que se le pondría a su hermano, o tal vez solo decirle que era una trampa. Aunque también podía intentar reírse a su costa. -Discúlpeme, olvidaba que mi hermano- no le importó que éste supiera que eran parientes, ¿qué importaba? -Es un pervertido que se tira a todo lo que se mueve, de hecho creo que cobra por ello, así que cuidado de que luego le intente hacer chantaje.- dijo en voz baja, divertido con dejar de puto a su hermano.

Cuando estaba yéndose con aquel hombre estúpido su hermano volvió, tan estúpidamente como él solo, e hizo aquel comentario, realmente ese show era estúpido, aunque no dudaba que realmente Dante era de los que se tiraban a cualquiera, y eso era francamente patético y denigrante. Le indignaba mucho, tal vez demasiado, odiaba que su hermano le provocara aquello, tanta ira, tanta molesta, tanta indignación y muchas otras cosas, sentimientos y emociones molestos que le hacían sentirse caso exaltado. -A ti todos te parecen atractivos, por lo que veo.- contesta con el ceño fruncido y viendo como éste volvió a llevarse a ese hombre asqueroso a su terreno, la verdad es que empezaba a pensar que realmente le gustaba o algo, porque ese modo de tocarle no era normal, por mucho que tuviera una misión.

De verdad que no entendía como había llegado a tal situación, a haber sido vendido como esclavo a un imbécil que había resultado ser ni más ni menos que su hermano gemelo, uno tan ridículo y estúpido que resultaba imposible pensar que realmente fueran hermanos, aunque la verdad saltaba a la vista más que ninguna otra cosa. Y allí estaba ahora, en un maldito antro gay, viendo como su hermano coqueteaba con un hombre patético. Y eso le hacía sentirse furioso. Iba a replicarle a sus palabras, diciéndole que no era su esclavo, aunque técnicamente lo era pasaba del tema, y que no pensaba irle a por bebidas, que se moviera un poco y fuera él. Pero entonces vio como ese hombre agarraba a Dante y le plantaba un beso en los labios.

Lo peor es que su hermano no se apartaba, correspondía, ¿y así era como planeaba pareces un tío digno? Le dio asco ver aquello, y una enorme ira se apoderó de su ser sin tener muy claro porque le ponía tan sumamente furioso que su hermano se besara con ese tío, no debería importarle, y sin embargo. Se acercó furioso y de un empujón apartó a ambos, descargando un repentino e impulsivo puñetazo en el rostro de su gemelo y volviéndose a otro con ganas de degollarlo (?). -Que sepas que éste está aquí por trabajo, quieres conseguir pruebas sobre ti de no sé qué.- dijo delatando a su hermano y volviéndose para verle con expresión furiosa. -Eres un asco, me repugnas.- dijo, y sin más caminó para salir de ese lugar, estaba aun que hervía de furia.

Sus pasos apresurados le llevaron fuera de aquel lugar, sintiéndose infinitamente furioso, casi rabioso, era una suerte de que nadie se le hubiera cruzado al atravesar aquella sala, porque a saber lo que le hubiera hecho, partirle la cara seguramente hubiera sido poco, pero tal vez la expresión de malas pulgas que llevaba aseguró que nadie fuera a acarcársele. En todo caso pudo salir de allí, hasta afuera, quitándose el antifaz, sintiendo la suave brisa fría sobre su rostro y cerrando los ojos, recargándose luego en una pared y suspirando ceñudo. Se preguntaba porque el estúpido ese había tenido que llevarle a aquel lugar el día que se habían conocido, no le gustaban esos ambientes, ni esa gente... siquiera le agradaba su propio hermano. Le parecía repulsiva su forma de actuar, ¿y qué había sido eso de besarse con ese tipo tan vomitivo, recordarlo le hacía sentirse furioso y con deseos de volver a golpearlo.

La verdad, contra los gays no tenía nada, lo que odiaba, por ejemplo, es que cualquier persona se le acercara demasiado, o ver como otros se comportaban de un modo tan descarado, y más que su propio hermano, uno que se parecía tanto a él, se andara besuqueando con cualquier escoria, era denigrante, además de asqueroso, y hacía que se sintiera francamente molesto con ello, tal vez demasiado molestia, ¿era realmente para tanto? -Lo es.- se dijo a sí mismo, y nada de eso hubiera pasado, respecto a querer joderle, si no fuera por el poco respeto que había mostrado en todo momento desde que se habían conocido, nalguearle... metérsele en la ducha. Eran cosas inauditas. Hombre, estaba claro que su hermano no iba a tener ningún interés sexual por él, a fin de cuentas eran hermanos gemelos, pero todo lo convertía en modo de reírse de él o ridiculizarle. Y lo detestaba.

Suspiró mirando alrededor, debía volver con su hermano, pese a todo, aun no podía irse sin más, y aun habían cosas que deseaba saber. Así que se dio la vuelta y volvió a adentrarse en aquel lugar, mirando alrededor hasta ubicar a dante en la barra, acercándose y sentándose al lado sin mediar palabra, no pidiendo nada porque no bebía alcohol y tampoco se le aparecía tomar algo en ese momento. Miró de reojo a éste, parecía molesto, cosa que le gustó. Volvió su vista a la barra y apoyó un codo sobre ella, recargando su barbilla en la mano y suspirando de manera suave. [b]-¿Qué? ¿Vamos a volver a tu casa o qué?[/b- preguntó con tono serio, pero tranquilo, era su modo de hacerse medianamente el "inocente", luego de haberle jodido hace un rato el trabajo. Si iban a jugar de a molestarse el uno al otro estaba más que dispuesto.

Le miró con una deja alzada al oír sus reproches, no ofendiéndose ante el insulto con referencia a su madre, esas cosas le daban igual, es más, se le hacía gracioso y ciertamente ridículo que su hermano le insultara diciéndole que era un hijo de perra, ¿acaso no captaba que tenían la misma madre? Sonrió un poco, de hecho, ante aquella tontería por parte de su hermano, definitivamente tenía que estar bastante muy cabreado para haberle sacado aquella reacción, le gustaba haberlo conseguido que su venganza le hubiera salido como deseaba. Si bien tampoco había pretendido algo demasiado duro para el tipo de vida que siempre había tenido, porque eso comparado con otras cosas que había hecho como consecuencia de su trabajo no había sido más que un juego de niños, ¿qué era haberle jodido un trabajo a su gemelo con los asesinatos que había tenido que cometer en otras ocasiones? Nada. -Muy inteligente por tu parte.- dice finalmente. -Si, seguramente mi madre fuera una perra, eso explica como saliste tú.- de encoge de hombros apartando la vista y mirando la larga estanterías de licores. -La verdad es que si...- contestó distraídamente. -Me ha hecho feliz fastidiarte, ahora puedo entender un poco tu modo de actuar conmigo.- habló sarcástico y mirándole otra vez. -Pero ni se te ocurra seguir vacilándome...- dijo con tono amenazante y mirada afilada, volviendo a mirar a otro lado con evidente molestia. Luego puso cara de asco mirando a éste. -No tiene nada de divertido ver a la gente liarse, es asqueroso, vale que sea tu fetiche estúpido de pervertido, pero a mi no me metas en ese lote, ¿quieres?

Bufa y se da la vuelta, apoyando la espalda en la barra pensando en que si éste no quería irse de allí ya se iría él, no aguantaba ambientes de ese tipo, desde nunca, cuando se mezclaba en sitios similares era por algún trabajito o algo, en absoluto por placer o diversión, y no refiriéndose solo a que eso fuera un sitio gay, sino una fiesta, en general. -¿Beber alcohol? No, yo no bebo alcohol.- dijo negando con la cabeza y mirando a su gemelo con el ceño fruncido. -Esas bebidas vuelven a la gente gilipollas, no quiero parecer un gilipollas.- dicho esto se apartó de la barra y empezó a caminar. -Si no quieres ir a tu casa iré yo dando un paseo.- murmuró atravesando rápidamente la sala, empujando a un par de tíos que se le cruzaron para ligar con él y saliendo fuera, metiéndose las manos en los bolsillos y caminando por la calle. Aquel día había sido tan raro que no sabía como debía tomarse todo. Seguramente aquella convivencia fuera una continua batalla campal. Y se preguntaba cuanto tiempo soportaría todo aquello, él, que no le gustaba relacionarse más de la cuenta con los demás y que ahora tenía que vivir con otra persona.

La verdad es que por más que su hermano le dijera que no le gustaban los hombres no se fiaba en absoluto. Vale, no tenía nada personal contra los gays, pero es que su hermano había tenido momentos con él que no le habían gustado en absoluto, lo de tocarle el culo y lo de metérsele en la ducha, puede que no tuviera ninguna otra intención, porque eran hermanos a fin de cuentas... pero no le gustaban en absoluto ese tipo de cosas. Odiaba que se le acercaran más de la cuenta, y mucho menos le gustaba que otras personas le tocaran, ya fuera hombre o mujer, si no tenían su consentimiento, cosa que era demasiado difícil de conseguir y solo algunas mujeres habían logrado, con poca satisfacción a decir verdad, era capaz de pegar sino a quien tratara de ponerle las manos encima. Aunque era la primera vez que le pasaba de ese modo, normalmente bastaba echarle un vistazo y detectar su mirada fría para que nadie fuera lo suficientemente gilipollas como para atreverse a tocarle ni acercarse. Pero nada, su hermano había pasado de absolutamente todo y había cruzado aquella línea. Y no pensaba dejarse manipular de ese modo, no dejaría ser tratado de esa forma, si él quería fastidiarle se la devolvería sin ningún tipo de problemas. Seguramente la cosa no duraría mucho de ese modo, si es que de verdad aquello iba a tratar de joderse el uno al otro continuamente, y que no podrían soportarse más y aquello explotaría. Pero... ¿y qué importaba eso? No era como si él le importara lo más mínimo.

Caminaba con las manos en los bolsillos y bufando molesto de que el otro se hubiera quedado allí, seguramente quería liarse con algún putón de allí. -Gilipollas.- murmuró de muy malas pulgas. ¿Y eso de llamarle marica por no querer beber? No bebía porque no le gustaba, porque beber anulaba las facultades de pensar, si es que te pasabas, y aun así él no toleraba en absoluto el alcohol. ¿Pero cómo podían ser los dos tan diferentes? Eran como la noche y el día, como el agua y el aceite, no podían ser más distintos de lo que ya eran.

Estaba sumido en aquellos pensamientos cuando oyó una moto acercarse, supo de inmediato que sería él. Bufó y giró la cabeza un poco, viéndolo situarse a su lado, deteniéndose con las manos en su cintura. -Si, venga...- murmuró en voz baja y se subió en la moto, poniéndose el casco y sujetándose a la cintura de éste de manera más bien leve, sin mediar durante un buen rato, con el ceño fruncido. -Si no te pasas conmigo y yo... me frenaré en mi modo de actuar.- dijo a modo de advertencia.