Everybody dance now~ [Priv.]

por Invitado Dom Jul 03, 2011 11:38 am

Aquella noche iba a ser muy diferente a las habituales.
Hacía una semana aproximadamente de la llamada del encargado de uno de los mayores clubs nocturnos de Tokyo, donde se le pedía actuar aquella noche llena de VIPs y desenfreno extremo, donde según entendió se celebraban un par de despedidas de soltera y se reunían grupos de dudosa y rica reputación. Habían podido contactar con él, en un horario de trabajo diurno a través de su teléfono móvil gracias a los datos facilitados por el pequeño Club donde solía actuar a diario; un local ubicado en un edificio en ruinas que le confería a todo un estilo, a parte de íntimo, muy original y perfectamente reformable.

-Se que es todo muy repentino, pero ninguna de las parejas programadas para él parecían dispuestas a nuestras propuestas. Incluso habiendo dinero de por medio -el coordinador de aquel salvaje evento le guiaba por uno de los corredores de aquel inmenso local, donde los falsos techos y la bóveda de arriba del todo dejaba caer cadenas y plataformas con jaulas, donde ya había unos cuantos encerrados y bailando al ritmo de una remezcla de Peacock. Azusa había apreciado que a pesar de ser apenas media noche aquello estaba atestado de mujeres y hombres que tenían la misma heterosexualidad que él...

-Tendréis menos de una hora para poneros de acuerdo respecto al espectáculo -seguía el coordinador, pasando una puerta tras ser esta abierta por un hombre en traje negro, y al cual miró hasta que le fue doloroso girar mas la cabeza-. A lo largo de la semana se os ha hablado sobre cómo deberían funcionar las cosas, así como el tipo de música que usaremos. Confío en vuestra profesionalidad para dar el toque exótico a la fiesta -sonrió, deteniéndose en un pasillo sin salida, donde solo había una puerta entre abierta al fondo, la cual señaló con el brazo-. Si tienes cualquier pregunta consúltala con él. No es la primera vez que trabaja con nosotros. ¡Suerte~!

Tras un golpecito en el hombro, volvió por donde había venido. Azusa, que por suerte iba menos formal al haberse quitado la corbata y la chaqueta del traje sonrió coquetamente antes de dirigirse a aquel peculiar camerino, empujando la puerta para ver con quién compartiría escenario.

por Invitado Mar Jul 05, 2011 4:27 pm

Gracias a esa maldita estatura suya y por ser tan bien parecido, el moreno constantemente recibía llamadas de ricos empresarios que buscaban llevarlo a sus fiestas privadas. Fiestas a las cuales nunca iba pues desde que era un niño se sentía fuera de lugar al tratar con personas adineradas. Shien prefería acudir a burdeles pequeños en donde las personas normales como él, acudían a desahogarse; sin embargo, esta vez no había podido decir que no. Desde hace un mes que se había hecho de una deuda de poco más de 2 millones de yenes y tenía a los prestamistas siguiéndole a todas partes ¡agh! bastardos... se habían aprovechado de su poca inteligencia para hacerle firmar un pagaré con un interés por día de más del 50% y ahora Shien sólo podía salir rápidamente de eso asistiendo a fiestecillas de ricos.

Llegó al evento con vestimentas gastadas y el cabello en completo desorden. La ropa de trabajo la tenía en una maleta aparte, ahora mismo no tenía muchas ganas de llamar la atención. El anfitrión no le dio un tour porque estaba en fachas, igual no era tan necesario, no era la primera ni la última vez que el moreno bailaría en un sitio tan exclusivo.

En el camerino había muebles costosos y una canasta de frutas sobre una mesita al centro, además claro de estar con las paredes llenas de espejos para que los bailarines se prepararan. Como todavía faltaba un rato, Shien se recostó en un sofá y alargó el brazo hacia la canasta en busca de sacar lo más próximo a su mano... y lo primero que saco fue ¿un pepino? hizo una cara extraña, pero de todos modos acabó por partir dos rodajas con un movimiento de karate y colocárselas sobre los ojos. Tenía que estar perfectísimo para cuando fuera la hora de salir.

Después de un rato, la puerta se abrió de repente y el morocho medio adormecido lanzó los trozos de pepinos al suelo para no levantar sospechas sobre su virilidad. Miró al sujeto que entraba de arriba a abajo... a estas alturas ya ni se acordaba que le habían asignado un compañero - ¿y tú qué? ah eres el mesero, entonces tráeme un Cubalibre que me estoy asando aquí - habló sin mucho tacto, volviendo a la posición en la que se encontraba. Tenía tiempo de sobra para dormitar un poco ya que siempre que subía a los escenarios improvisaba. Siendo sinceros, la mayoría de sus clientes solamente le miraban el culo, ni cuenta se daban de los movimientos que hacía.

por Invitado Dom Jul 10, 2011 6:24 am

No supo por que pero el chico que encontró al abrir la puerta era tal y como había imaginado. Ignorando los pepinos en el suelo le resultaba muy viril, atractivo, sensual y descarado a mas no poder. A parte de tener una mala memoria tan increíble como el paquete que escondía bajo un vaquero. Azusa tampoco se contuvo y le observó, soltando el pomo de la puerta antes de dar un par de pasos al frente y cerrar, dando un solo paso atrás hasta escuchar el cierre del pestillo.

-Lo siento, señorita, pero no lo soy -levantó un brazo y se lo posó en la cadera-. Supongo que eres Shien, ¿verdad? Soy Adam, tu compañero de escenario para esta noche~ -se presentó, dejando atrás el sofá para dejar la chaqueta del traje sobre la silla e inclinarse a abrir la pequeña nevera que hacía esquina en el suelo. Sacó una botella de agua fría y la abrió, observando como el mas joven parecía querer acomodarse de nuevo en el sillón. Luego se fijó en el cuarto.

No era demasiado grande, y entre el sillón y las mesitas con flores, papeles, maquillaje y cestas de frutas no quedaba mucho espacio para ensayar algo demasiado complicado. De todas formas sabía cual era su papel y que es lo que haría su compañero -había practicado con otra persona, después de todo-, pero no estaba de mas conocer a su compañero actual. Arrastrando una silla la piso de espaldas al moreno, pasando una pierna por encima para sentarse y apoyar los brazos en el respaldo.

-Ya que no he trabajado nunca contigo dime, ¿eres de los que improvisan? -le lanzó al estómago la botella de agua, en compensación por el Cubalibre que no pensaba traerle- Quisiera ver como de compatible podemos ser antes de salir. Aunque si quieres seguir con tu sesión de belleza natural por mi no te cortes -sonrió, acentuando una sonrisa de gruesos labios antes de cruzarse de brazos. Según tenía entendido había uno que actuaría como dominante en cierta parte del baile, y observando ahora a su compañero no le importaría para nada hacerlo él.

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