Vagueando [Priv]

Hacía un “bonito” día, uno de esos en los que el sol brilla más que nunca y el cielo estaba despejado, además de que se escuchaba los pajaritos cantando felices y libres, como se diría; un lindo día para hacer algo divertido y pasarlo bien. Pero para nada era bonito y mucho menos perfecto, si había algo que odiaba era el exceso de luz y algún que otro sonido de los pájaros, aunque eso si, estaba todo tranquilo y sin ninguna molestia por ahí dando la vara, vamos el lugar indicado para echarse una buena y larga siestita.

Anduvo por el lugar por unos largos minutos, observando un posible sitio de “siesta” para variar, el cual lo encontró en pocos momentos y no era ni nada más ni nada menos que un árbol con una sombra que daba miedo. Se dirigió hacia este a paso lento y elegante, en su rostro aún así no tenía ninguna expresión como era de habitual, más que nada por que no solía ir por ahí sonriendo como tonto ni feliz de la vida.

Sin pensarlo más, se echó, apoyando su cabeza en el tronco del árbol mientras perdía la mirada en algún lugar del cielo, que por cierto parecía autista cuando se ponía así, pero de cierta manera, era así solo como podía pensar en sus cosas, aunque ciertamente tampoco es que fuese persona de pensar, casi siempre tenía su mente en blanco y cuando pensaba, no era precisamente algo “normal”.

Finalmente, un terrible sueño le invadió por completo, pero no podía dormir aún, tenía muchas cosas que pensar aunque por desgracia tenía terrible sueño pero daba igual, así que se quedó ahí sentado aún mirando el cielo tranquilamente

Por alguna razón no podía dormir del todo, tenía un mal presentimiento que hacía que el sueño se le fuese, algo así como si le fuera a ocurrir algo malo que iba a lamentar toda su vida, y así fue. En un momento había escuchado unos pasos, cosa que ignoró primeramente por que podía ser un pet y no tenía ganas de tratar con nadie hoy mismo, pero todo cambió cuando escuchó ese “eh, tú”.

Rápidamente abrió sus ojos y miró hacia de donde procedía dicha voz, mirando con claridad a un chico que desde luego no era pet..espera, ¿era un arma lo que tenía en sus manos? Vale, ahora si estaba algo asustado aunque gracias a dios sabía disimularlo más bien que nadie, en su rostro aún no se dibujaba ninguna expresión bien sea de sorpresa, miedo o enfado.

Se incorporó y se quedó sentado, devolviendo al mayor la mirada, era una de esas miradas que decía : déjame tranquilo, una de esas miradas que prácticamente te está echando si no querías acabar en el hospital pero por supuesto, el no era un ser bruto, violento ni mucho menos peleón. Solía poner esa mirada para intimidar nada más, para que le dejasen tranquilo y pudiera dormir tranquilamente. Aunque lo malo como siempre era que el otro no tuviera miedo y le echara cara.

Pero cierta cobardía le recorrió la mente, pero ¡eh! Solo por que tenía un arma que si no..ya lo fuera mandando bien lejos. Así que para parecer “gatito” bueno, sonrió un poco y hizo mover su cola hacia ambos lados, con suavidad y elegancia, afinó un poco su voz para quedar en una un tanto “infantil”.-¿Si?.-Dijo con suavidad, tranquilidad y pasivamente.

Simplemente se quedó quieto, mirando fijamente al mayor, con total tranquilidad y calma, desde luego no iba a mostrar cualquier cosa que le haga ver que esta asustado y con ganas de correr a la velocidad de la luz a algún lugar alejado de él y de su presencia. Pero después de todo no creía que este fuera a disparar, diablos que solo estaba tranquilamente intentando dormir.

Pero algo extraño ocurrió, el chico guardó el arma, haciendo por fin que su rostro cambiara a uno confuso. Vio como se acercaba a el y por puro impulso se puso en cierta postura de “defensa” o como bien se dice, se puso a la “defensiva” haciendo que sus orejas se echaran hacia atrás y su cola se pusiera erizada.

Sintió una fuerte cogida por el cuello de su chaqueta, vale eso ya le había cabreado..su chaqueta era sagrada, no quería que ni dios la tocara. Pero por alguna razón no podía hacer nada, la postura en la que estaba actualmente..con el chico enfrente y todo eso.. le gustaba, si , era de gustos raros y por alguna razón esto le agradaba muchísimo haciendo además que un leve sonrojo se asomara por sus mejillas, que además se notaba a leguas debido a su color de piel.

Finalmente, agarró las muñecas del peliindigo, alzando su cabeza un poco hacia arriba sin despegar la mirada de él, nuevamente su rostro se volvió como antes, sin expresión alguna y muy serio, aunque realmente estaba asustado nuevamente no lo aparentaba, quizás esto le jodiera pero era lo mejor para hacerse el “Duro”.-¿Qué no puedo estar tranquilo sin que me moleste nadie, señor cuidador?