Hogar tradicional [Priv]

- tranquilo no tienes que disculparte por eso, todo el mundo le da por tocarlos de vez en cuando - comento tranquilo - y ya deja de llamarme amo, no lo soy - corrigio el hombre mientras le veia secarse la mano en el kimono - has comido algo? - le pregunto ya que no oyo a ninguno de sus hombres el mensionarlo, seria que el chico se la paso aqui desde que se desperto?... aunque claro, no lo presento adecuadamente en la mañana - ven conmigo - indico sin esperar a que le respondiera a lo de la comida, y se adentro en la casa mienras avanzaba por los pasillos le dijo a uno de sus homnbres que se reuniesen en la sala principal, cosa que empezo a hacer mucho agentreo por el monton de pizadas por la casa hasta que de pronto se hiso el silencio aparte de las pisadas de esos dos seres.
de pronto se paro frente a una puerta corediza con el dibujo de un gran puente tradicional rojo y lo abrio de par en par, viendo ahi a todos sus hombres, o al menos los presentes en la casa, sentados en filas y con tradicion, y todos al unisimo hicieron una reverencia.
- hermanos, os presento a un invitado que vino ayer, su nombre es Li Xing - pronuncio viendo a sus hombres que miraron curiosos al joven - y estara con nosotros hasta esta tarde para despues ser llevado a su nuevo hogar, asi que cuidenlo hasta entonces - indico haciendo que todos recibieran esa orden y todos al unisimo soltaron un "si, señor" junto a una reverencia de respeto.

el hombre se giro al oir ese gruñido, seguramente el chico no habia desayunado asi que miro hacia sus hombres y les indico que volviesen a sus quehaceres, pero detuvo a uno que le ordeno que preparase un desayuno para Li, este obedecio sin mas, llendo rapido a la cocina.
- estara en breve - lo miro - si necesitas algo o quieres lo que sea solo pidelo - era cortes con las visitas y mas con esta que no iba a volver a ver - no tienes que temer nada, aqui no hara nadie nada que yo no ordene asi que estas seguro - comento tranquilo mientras salia del cuarto para asi comenzar a avanzar por esos pasillos de madera y varias puertas coredizas hasta llegar frente a una que abrio, dejando al descubierto un cuarto de tatamis con vistas al jardin, donde habia un arbol de cerezo, junto al balcon habia una espada expuesta cerrada y encima un poster de tela como un pergamino con una escritura antigua, se veia bien antiguo.

de pronto su ropa fue jalada por lo que se giro oyendole, y viendo ese leve rubor, bueno seguramente era comprensible que ese chico no quisiese comer solo ya que estaba educado para estar con alguien siempre, asi que como sus palabras habian indicado anteriormente "pide lo que quieras ys e te concedera" entonces tuvo que dar ejemplo, se echo el pelo hacia atras suspirando, no era de esos que acompañaban a los demas, pero bueno por una vez no se iba a morir.
- esta bien pero yo ya desayune - comento - solo te acompañare en la bebida - y fue justo lo que pidio a uno que pasaba por ahi que fue a avisar a la cocina donde estaban los dos y que debia traer té de paso.
- entra - dijo secamente mientras entraba y se sentaba cerca del balcon para ver el jardin, apollandose en el umbral del balcon, hacia un poco de fresco pero el sol estaba en alto dando un agradable clima.

- desgraciadamente no sabemos nada de el - comento el algo serio - nadie responde en su casa ni al movil, asi que igualmente iremos a buscarlo - miro al chico - y no me refiero a ti, sino a mis hombres y yo - comento para que el chico no creyese que tendria que estar todo el dia buscandolo - cuando lo encontremos, te llevare con el - dijo tranquilo mientras tomaba su taza de té y asi posar su vista en el jardin, habia algo qu eno le gustaba, una sensacion extraña le recoria como un mal presentimiento y esperaba que no fuese nada, simplemente una indigestion o algo. - puedes desayunar tranquilo ya que eres un invitado en esta casa, nadie te hara nada si no es bajo mi orden - dejo claro dandole asi a entender que no tenia que hacer tarea alguna.

- has lo que quieras - comento referiendose a eso de los peces, pasando por alto el tema de su nombre o apellido, pasaba de tener mas contacto con ese pet, ya que sabiendo que eran como animales, si se les pegabas un poco, estos no se despegaban de ti toda tu vida y eso no podia permitirselo ya que lo habia comprado para Hiro-san, y no para el, el no queria pet ni nada, ya tenia bastante con su vida como para meter a un ser como el en este mundillo, aunque el mismo lo hiso metiendolo con otro mafioso pero sabia que Hiro no tenia una vida tan peligrosa como la suya asi que estaria decentemente bien o al menos eso esperaba ya que nunca uno sabia que es lo que pasara.

- eh? - gruño molesto al oir eso ultimo, pero primero mejor respondio a lo primero que le dijo - mira, no se enfadara contigo por algo asi... creo - comento mirando afuera - tu amo es diferente a mi, asi que seguramente sera amable contigo - cosa que el no era para nada - y respecto a eso ultimo... ni me caes mal ni nada, solo que no soy la clase de gente que compra a alguien con dinero - miro al chico y se levanto - me da igual si eres diferente, solo no soporto comprar gente como si estos fuesen mercancia - vale que fuese un yakuza, pero no era de los que traficaban con gente. su mirada estaba centrada en los ojo sdel joven hasta que se giro para salir de ahi - nuestra charla se termino - dijo saliendo el cuarto ya que se estaba retrasando en salir, asi que simplemente salio del cuarto dejando al chico ahi y se fue por el pasillo para avisar a su chofer que iban a salir para ver a Hiro-san y enterarse que es lo que paso ayer.

suspiro al ver al chico irse corriendo tras esas palabras, su chofer solto una pequeña risa que se esfumo mas rapido que el rayo al ver la cara de Kabu que lo estaba observando, asi que decidieron irse de ahi...
mientras tanto en la casa, aun habian gente, algun que otro vigilaba a Li, ya que aunque el jefe dijese que era un invitado, era de lo mas sospechoso, ya que su jefe jamas traia a nadie de afuera y mucho menos lo dejaba quedarse sin el alrededor, era todo tan raro...

Por muy otro lado, volviendo al principio, el jefe se dirigia la casa de su amigo, donde al llegar, notaron un silencio... tranquilo y eso era raro, por lo que fueron a inspeccionar su piso, esperaban que solo se hubiese dormido o algo, pero al llegar, vieron la puerta, o mas bien el cerrojo, destrozado, empujaron la puerta con la mano viendo como de suave se abria haciendo un chirio, al entrar con una pistola en mano por desconfianza y seguridad propia, vieron que el piso estaba destrozado, cosas rotas y otras en el suelo, era como si un vendaval habia pasado por ahi, una de dos, o un robo o una pelea bien gorda, asi que salieron de ahi despues de mirar por el piso aver si habia sangre o lo que fuese y se fueron, ya en el coche Kabu aviso a uno del departamento de policia con el que tenian un trato y le informo, el policia dijo que se haria cargo asi que tras colgar, suspiro viendo por la ventana el paisaje... ¿y ahora? que haria con el chico?...

la casa estaba tranquila, algunos estaban ocupados en sus cosas y en la cocina solo habia una mujer mayor, se le notaba la edad con las arugas que tenia pero su comida era la mejor y por eso aun la mantenia ahi el jefe, asi que cuando esta oyo a alguien, o mas bien la voz de alguien de pronto en ese lugar, cmaino hacia la puerta viendo ahi al joven.
- vaya vaya, que hace por aqui alguien que no es yakuza? - pregunto divertida la mujer y le abrio lapuert adle todo - adelante pasa, ¿tienes hambre? ven sientate - le indico la mujer sentandolo en un banquito para asi traerle un té verde poniendolo al lado suya que es donde estaba la mesa. - necesitas algo jovencito? - le pregunto con tono amable la mujer.

- puedes llamarme oba-chan - dijo la mujer sonriente, era como decir abuela o cuidadora vieja o lo que sea, cada uno lo consideraba algo diferente - asi que eres un invitado, que inusual aqui - comento la anciana y se sento - aqui no hay mucho que hacer, solo limpiar y mas limpiar, aparte de cocinar claro, ya que como te habras dado cuenta, esta casa es todo hombre - dijo referiendose a que no habia mujer alguna aparte de ella claro - esta casa sirve de relajamiento asi que no necesitas ser tan cortes conmigo aunque es de agradecer - en la casa eran todos formales y corteses, solo por respeto al jefe y a los mayores, y como la anciana lo era... pero aparte para ellos ella era como una madre o abuela.

al oir al joven y ver que salia de ahi, la anciana salio tambien para asi alcanzarlo y lo tomo del hombro de forma gentil.
- jovencito, la lavanderia ya esta hecha - comento ella sonriendo - a primera hora de la mañan cuando todo despiertan, es cuando yo cojo todo a lavar - le informo ella - y la comida y cena tambien esta hecho - le indico - aunque sea vieja se como mantener esta casa - comento ella sonriente - si quieres ser de ayuda, por que no me ayudas a recojer las hojas caidas de fuera? luego haremos una hogera con ellas para cocinar boniato - dijo sonriente mientras lo guiaba hacia afuera, en el jardin trasero donde no estaban las carpas, esas estaban a un lado de la casa, y el jardin de atras se veian arboles y muchas ojas caidas.

Comenzo a recojer las hojas y dejarlas en una parte para asi hacer una montañita donde se cocinarias los boniatos, y mientras recojia las hojas, el chico le dijo algo que la hiso sonreir.
- y quieres saberlo no? es algo normal - comento la mujer - si quieres te lo digo - le dijo la mujer - o prefieres que te lo diga el mismo? - no sabia si ahi el chico pensaba que lo del nombre era señal de confianza o solo de testarudez, cada uno tenia una opinion propia, asi que la mujer dejo las hojas sobre el montoncito pequeño que estaba ya empezando a formarse, miro al cielo viendo que el sol aun seguia en su apogeo, ahi reluciendo.

la mujer rio ante esas palabras mientras acomodaba las hojas para que pareciese una piramide o una montañita, quebia dear hasta unos espacios para los boniatos.
- voy yo o quieres ir tu a por los boniatos? estan encima de la mesa - comento la mujer mientras cojia las hojas humedas que podrian fastidiar la cocina, ya que habia que hacer un fuego bajo para que los boniatos se cocinaran bien y bien guardaditos, habian muchos boniatos ya que los hombres de esa casa tambien eran muchos, asi que debia cocinar como mucho dos por cada miembro de la "familia"