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El hogar de un brujo [Priv]
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El hogar de un brujo [Priv]
Hace ya bastante que un humano no me invoca, ciertamente desde el año 19XX... seguramente el libro que contenía los hechizos de invocación se ha perdido, ya que viendo las épocas pasar me di cuenta que la creencia y practica de la magia se ha ido perdiendo, volviéndose meros cuentos para niños pequeños, en parte eso es bueno, así no tendré que soportar la tiranía de algún maestro o amo, aunque no puedo quejarme, habían personas buenas que me invocaron para pedir ayuda y no mi poder... pero eran tan escasos que los podría contar con los dedos de una sola mano.
Desde entonces he visitado la tierra en varias ocasiones, disfrutando de los cambios y sus gentes, es agradable el infiltrarse y ser parte de ellos por un corto periodo de tiempo, pero en el infierno es diferente, ahí te acechan otros demonios codiciando tu poder, por ello era atacado más de una vez, muchos por codicia pero otros por temor al aumento de mi poder, por ello, los que lo temían formaban grupos para atacarme, algo peligroso ya que mi poder no es ilimitado, se acaba igual que cualquier energía y si se excede quedo totalmente desprotegido...
En uno de esos ataques masivos descargue todo mi poder en forma liberada, aunque lo bueno fue que acabe con todos los que querían matarme, o al menos eso creía... cansado veía y sentía como mi cuerpo se encogía hasta volverse pequeño, maldición... odiaba mi forma Zepar [débil], estaba totalmente desprotegido y lo único que podía hacer era formar una barrera lo suficientemente fuerte como para protegerme de algún ataque traicionero...
Justo pensaba en eso cuando vi a tres demonios de nivel alto, normalmente en mi forma normal podría con ellos sin problemas pero en esta forma... tan lamentable era imposible, eso me daba rabia, no podía huir volando, me podrían atrapar rápido, ellos eran mayor numero y más fuertes, tenían sus energías intactas, era evidente que era un plan traicionero... sacrificando a otros para conseguir matarme, maldije a lo bajo mientras los veía acercarse, no iba a rendirme, no iba a morir aquí ni así! yo era el gran....
De repente una luz comenzó a brillar desde abajo mía, reconocí rápido el circulo mágico, ¡era el mío! pero jamás imagine que podía ser invocado estando en este estado... era la primera vez pero lo agradecía ya que había sido salvado, sonreí con carbonería señalándoles el dedo medio a mis supuestos asesinos y desaparecí...
El ser transportado es una sensación extraña... es como cuando te montas en una montaña rusa, se te revuelve todo el interior pero luego te da un agradable cosquilleo, pero a diferencia de los humanos que solo ven el circulo mágico que ellos pintan y lo que se forma, nosotros lo vemos todo antes que ellos, ya que primero nos aparecemos invisibles al ojo humano para luego volvernos visibles, pero nos da el tiempo justo para tomar una forma que asuste al amo o cualquier cosa, yo simplemente ni tiempo tuve a eso, siquiera fuerzas aun cuando quería aparecer en mi modo Focalor[normal] pero mis fuerzas estaban gastadas así que cuando el humo se disperso en el lugar, en medio del circulo mágico donde debía estar un demonio de casi dos metros de alto y apariencia terrible, se encontraba un demonio pequeño, con barriga y pinta linda... sentadito, parecía mas una cría de demonio pero me daba igual, mire con curiosidad a mi alrededor mientras movía mi cola y alas, viendo frente mía a un joven con el cabello negro trenzado.
Desde entonces he visitado la tierra en varias ocasiones, disfrutando de los cambios y sus gentes, es agradable el infiltrarse y ser parte de ellos por un corto periodo de tiempo, pero en el infierno es diferente, ahí te acechan otros demonios codiciando tu poder, por ello era atacado más de una vez, muchos por codicia pero otros por temor al aumento de mi poder, por ello, los que lo temían formaban grupos para atacarme, algo peligroso ya que mi poder no es ilimitado, se acaba igual que cualquier energía y si se excede quedo totalmente desprotegido...
En uno de esos ataques masivos descargue todo mi poder en forma liberada, aunque lo bueno fue que acabe con todos los que querían matarme, o al menos eso creía... cansado veía y sentía como mi cuerpo se encogía hasta volverse pequeño, maldición... odiaba mi forma Zepar [débil], estaba totalmente desprotegido y lo único que podía hacer era formar una barrera lo suficientemente fuerte como para protegerme de algún ataque traicionero...
Justo pensaba en eso cuando vi a tres demonios de nivel alto, normalmente en mi forma normal podría con ellos sin problemas pero en esta forma... tan lamentable era imposible, eso me daba rabia, no podía huir volando, me podrían atrapar rápido, ellos eran mayor numero y más fuertes, tenían sus energías intactas, era evidente que era un plan traicionero... sacrificando a otros para conseguir matarme, maldije a lo bajo mientras los veía acercarse, no iba a rendirme, no iba a morir aquí ni así! yo era el gran....
De repente una luz comenzó a brillar desde abajo mía, reconocí rápido el circulo mágico, ¡era el mío! pero jamás imagine que podía ser invocado estando en este estado... era la primera vez pero lo agradecía ya que había sido salvado, sonreí con carbonería señalándoles el dedo medio a mis supuestos asesinos y desaparecí...
El ser transportado es una sensación extraña... es como cuando te montas en una montaña rusa, se te revuelve todo el interior pero luego te da un agradable cosquilleo, pero a diferencia de los humanos que solo ven el circulo mágico que ellos pintan y lo que se forma, nosotros lo vemos todo antes que ellos, ya que primero nos aparecemos invisibles al ojo humano para luego volvernos visibles, pero nos da el tiempo justo para tomar una forma que asuste al amo o cualquier cosa, yo simplemente ni tiempo tuve a eso, siquiera fuerzas aun cuando quería aparecer en mi modo Focalor[normal] pero mis fuerzas estaban gastadas así que cuando el humo se disperso en el lugar, en medio del circulo mágico donde debía estar un demonio de casi dos metros de alto y apariencia terrible, se encontraba un demonio pequeño, con barriga y pinta linda... sentadito, parecía mas una cría de demonio pero me daba igual, mire con curiosidad a mi alrededor mientras movía mi cola y alas, viendo frente mía a un joven con el cabello negro trenzado.
Sinbad- Mensajes : 49
Re: El hogar de un brujo [Priv]
Desde que me mudé a esa nueva ciudad estaba pensando en aprender mucho mejor la brujería. Era algo complicado si lo aprendías por tu propia cuenta, sin embargo yo contaba con mis propias habilidades desde que nací así que no me resultaba tan difícil el aprendizaje como a la mayoría. En esta nueva casa no es que tuviese demasiadas cosas, era sencilla, con lo básico para poder vivir tranquilamente ya tendría tiempo más adelante para decorarla a mi gusto, de todos modos vivía solo así que solo yo tendría que preocuparme de cosas como esa y no es que permaneciese mucho tiempo por casa por lo que no había problema en ello.
Llevaba varios día leyendo libros sobre magia, había demasiados y todos tan diferentes que era difícil pensar por cual empezar a leer, era una tarea bastante aburrida y más cuando se hacía solo. Por ello se veía la casa con varios libros sobre la mesa, en las estanterías y también algunos por el suelo. Desde hace dos días había encontrado cosas bastante interesantes en unos libros algo viejos. Hablaba sobre poderosos demonios que podían ser invocados bajo el control de alguien que tuviese grandes habilidades, también nombraba varios nombres, algunos que nunca había escuchado antes y otros que me eran más familiares porque mi madre en algunas ocasiones los había nombrado.
Mucha gente usaba esos libros para llamar a criaturas benevolentes que les ayudasen con sus vidas, que fuesen guiándoles por un buen camino, pero todo eso siempre me había parecido aburrido. ¿Por qué no llamar a alguien con gran poder cuando este podía estar bajo tus órdenes? Ciertamente era una idea demasiado tentadora como para dejarla pasar sin más y era por ello que había hecho todo lo que el libro requería. Había muchísimos círculos mágicos para convocar a diversos demonios, pero uno de ellos logró captar mi atención por completo. El dueño de este círculo en concreto se hacía llamar Focalor y según decía el libro era alguien bastante poderoso y que podía adoptar diversas formas.
Una sonrisa se asomó por mi rostro y sin perder más tiempo comencé a dibujar aquel círculo mágico en el suelo con algo de tiza, así sería más fácil de borrarlo luego. Tomé el libro entre mis manos, en este ponía que debía de realizarse una especie de conjuro, pronunciar unas palabras, pero eso era tan estúpido como lo de invocar hadas, así que prefería usar mi magia para activarlo, viendo como brillaba tal y como el libro describía. Pasaron unos segundos, segundos que para mí parecieron minutos en ese momento pues estaba impaciente por ver a aquel poderoso demonio y poder hacer que este estuviese bajo mis órdenes, aunque ahora el humo rodease todo el salón. Este poco a poco se fue dispersando pero allí no se veía nada. Donde se suponía que debía de aparecer alguien demasiado alto en su lugar apareció un pequeño demonio con barriguita, alas y una cara adorable. Miré mal a este, después al libro y de nuevo a este.
-¿Ah? Algo no ha debido de salir bien- Comenté más molesto que otra cosa y lancé el libro contra una pared, poniéndome de cuclillas para ver a ese pequeño demonio, dándole con un dedo en su barriguita para que me mirase solo a mí. -¿He de suponer que tú eres ese que se hace llamar Focalor? Eres tan solo un enano, no creo que me puedas servir de mucho- Dije de manera desinteresada. No podía ser que mi magia saliese mal, ¿acaso es que nunca nadie lo había visto y por eso decía en los libros que tenía otro aspecto? Tal vez es que me habían tomado el pelo y después de todo no se pudiesen invocar demonios lo suficientemente poderosos para poder controlarlos. Pero la pregunta ahora era, ¿quién era ese enano y como lo mandaría de vuelta? Me estaba comenzando a molestar un poco la manera en que me miraba con esos ojos tan adorables que me hacían querer golpearlo y a su vez abrazarlo.
Llevaba varios día leyendo libros sobre magia, había demasiados y todos tan diferentes que era difícil pensar por cual empezar a leer, era una tarea bastante aburrida y más cuando se hacía solo. Por ello se veía la casa con varios libros sobre la mesa, en las estanterías y también algunos por el suelo. Desde hace dos días había encontrado cosas bastante interesantes en unos libros algo viejos. Hablaba sobre poderosos demonios que podían ser invocados bajo el control de alguien que tuviese grandes habilidades, también nombraba varios nombres, algunos que nunca había escuchado antes y otros que me eran más familiares porque mi madre en algunas ocasiones los había nombrado.
Mucha gente usaba esos libros para llamar a criaturas benevolentes que les ayudasen con sus vidas, que fuesen guiándoles por un buen camino, pero todo eso siempre me había parecido aburrido. ¿Por qué no llamar a alguien con gran poder cuando este podía estar bajo tus órdenes? Ciertamente era una idea demasiado tentadora como para dejarla pasar sin más y era por ello que había hecho todo lo que el libro requería. Había muchísimos círculos mágicos para convocar a diversos demonios, pero uno de ellos logró captar mi atención por completo. El dueño de este círculo en concreto se hacía llamar Focalor y según decía el libro era alguien bastante poderoso y que podía adoptar diversas formas.
Una sonrisa se asomó por mi rostro y sin perder más tiempo comencé a dibujar aquel círculo mágico en el suelo con algo de tiza, así sería más fácil de borrarlo luego. Tomé el libro entre mis manos, en este ponía que debía de realizarse una especie de conjuro, pronunciar unas palabras, pero eso era tan estúpido como lo de invocar hadas, así que prefería usar mi magia para activarlo, viendo como brillaba tal y como el libro describía. Pasaron unos segundos, segundos que para mí parecieron minutos en ese momento pues estaba impaciente por ver a aquel poderoso demonio y poder hacer que este estuviese bajo mis órdenes, aunque ahora el humo rodease todo el salón. Este poco a poco se fue dispersando pero allí no se veía nada. Donde se suponía que debía de aparecer alguien demasiado alto en su lugar apareció un pequeño demonio con barriguita, alas y una cara adorable. Miré mal a este, después al libro y de nuevo a este.
-¿Ah? Algo no ha debido de salir bien- Comenté más molesto que otra cosa y lancé el libro contra una pared, poniéndome de cuclillas para ver a ese pequeño demonio, dándole con un dedo en su barriguita para que me mirase solo a mí. -¿He de suponer que tú eres ese que se hace llamar Focalor? Eres tan solo un enano, no creo que me puedas servir de mucho- Dije de manera desinteresada. No podía ser que mi magia saliese mal, ¿acaso es que nunca nadie lo había visto y por eso decía en los libros que tenía otro aspecto? Tal vez es que me habían tomado el pelo y después de todo no se pudiesen invocar demonios lo suficientemente poderosos para poder controlarlos. Pero la pregunta ahora era, ¿quién era ese enano y como lo mandaría de vuelta? Me estaba comenzando a molestar un poco la manera en que me miraba con esos ojos tan adorables que me hacían querer golpearlo y a su vez abrazarlo.
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Localización : Jugando con demonios
Humor : ¿Qué pregunta es esa?
Re: El hogar de un brujo [Priv]
Había estado observando el cuarto y al joven hasta que de pronto se planto frente mía y me pico la barriga, arquee una ceja con molestia mientras lo oía quejarse de mí y mi apariencia, ese chico era imbécil como todo ser humano… se notaba que no había estudiado sobre las diferentes especies de demonios aunque eso lo sabían mas los brujos más viejos y veteranos, pero ese chico era demasiado joven, de seguro que ni entendía lo básico ya que viéndolo tan cerca mía el chico se olvido de lo más básico, crearse su propio circulo de protección del que no debía salir hasta darme la orden, sino, el contrato no se podía firmar ya que sin una protección mágica yo podía hacer con él lo que me diese la gana así que sonreí algo cabron y por pura molestia le mordí la mano, se lo tenía merecido, me levante moviendo mi colita.
- Tu sí que no sirves de nada humano idiota – le dije con molestia ya que me había faltado el respeto y todo brujo lo primero que aprende es a tener cierta educación y respeto hacia los demonios que invoca, principalmente los de nivel alto, dando igual su apariencia, maldije interiormente a no tener demasiado poder como para castigarlo por su osadía pero si tuve lo suficiente para molestarlo, abrí rápido mis ojos encogiéndose la pupila de los tres ojos, y el color dorado del iris brillo intenso, había invocado mi poder pero el pequeño contra el chico, lanzándolo hacia atrás, viendo cómo caía de culo con cierto dolor – aprende educación antes de dirigirte hacia mi – me cruce de brazos y salí del circulo ya que no estaba encadenado a este al no estar el humano en el suyo, que servía de llave y cerradura del mío, que pena que no tuviese más poder, pero podía molestarlo con cosas pequeñas aun cuando debería de haberle agradecido el que me háyase salvado pero no se lo merecía.
- Tu sí que no sirves de nada humano idiota – le dije con molestia ya que me había faltado el respeto y todo brujo lo primero que aprende es a tener cierta educación y respeto hacia los demonios que invoca, principalmente los de nivel alto, dando igual su apariencia, maldije interiormente a no tener demasiado poder como para castigarlo por su osadía pero si tuve lo suficiente para molestarlo, abrí rápido mis ojos encogiéndose la pupila de los tres ojos, y el color dorado del iris brillo intenso, había invocado mi poder pero el pequeño contra el chico, lanzándolo hacia atrás, viendo cómo caía de culo con cierto dolor – aprende educación antes de dirigirte hacia mi – me cruce de brazos y salí del circulo ya que no estaba encadenado a este al no estar el humano en el suyo, que servía de llave y cerradura del mío, que pena que no tuviese más poder, pero podía molestarlo con cosas pequeñas aun cuando debería de haberle agradecido el que me háyase salvado pero no se lo merecía.
Sinbad- Mensajes : 49
Re: El hogar de un brujo [Priv]
Ese enano no decía nada, al parecer tal y como sospechaba no podría ayudarme para conseguir nada de lo que quería, pero cuando iba a apartar mi mano de su cuerpo fue cuando este reaccionó y me mordió, haciendo que me sujetase la mano que había mordido, mirándole mal. -¡Eh! ¿Qué se supone que haces?- Miré mal a ese pequeño demonio, se suponía que los demonios invocados debían de atender las órdenes de aquel que lo había invocado y no hacer lo que les diese la gana. Eso me molestó un poco puesto que al parecer, además de que ese demonio tenía carácter algo debió haber fallado durante la invocación y por eso estaba comportándose de ese modo tan irritante.
Iba a acercarme de nuevo a este para poder ver que era lo que hice mal, pero en ese momento el pequeño usó su magia para lanzarme lejos de allí, consiguiendo que apretase los dientes bastante enfadado por sus modales -aunque los míos no hubiesen sido mejores- y me levanté deprisa para encararlo, viendo como salía del círculo que momento antes había dibujado y ahora caminaba hacia mi. Estaba enojado, con el demonio por tratarme como si fuese un crío y conmigo mismo por no haber hecho bien las cosas desde un principio pues, ahora el pequeño demonio podía caminar libre por la casa como si fuese un invitado más y no había muchas cosas que pudiese hacer para que regresase a su círculo o poder al menos controlarlo un poco. -No era a ti a quien quería invocar y de todos modos tu magia no es muy elevada. ¿Acaso he dicho algo que no sea verdad?- En ocasiones podía llegar a ser bastante irritante y por eso mismo me acerqué de nuevo a él, esta vez con la intención de atraparle entre mis brazos, cosa que con un rápido movimiento conseguí, aunque no sabía cuanto iba a poder durar eso.
-Compórtate, no te he invocado para que juegues conmigo. Si no quieres regresar a ese lugar de donde te saqué más te vale que me ayudes- Cierto que no estaba en posición de estar pidiéndole esas cosas, podía campar a sus anchas ya que las cosas no habían salido según lo planeado, pero no iba a permitir algo así en mi casa. No importaba como me las apañaría para hacerle regresar a su círculo y enviarlo de vuelta si no aprendía a controlar sus instintos un poco. Si había algo que me molestaba era que me tratasen como un idiota.
Iba a acercarme de nuevo a este para poder ver que era lo que hice mal, pero en ese momento el pequeño usó su magia para lanzarme lejos de allí, consiguiendo que apretase los dientes bastante enfadado por sus modales -aunque los míos no hubiesen sido mejores- y me levanté deprisa para encararlo, viendo como salía del círculo que momento antes había dibujado y ahora caminaba hacia mi. Estaba enojado, con el demonio por tratarme como si fuese un crío y conmigo mismo por no haber hecho bien las cosas desde un principio pues, ahora el pequeño demonio podía caminar libre por la casa como si fuese un invitado más y no había muchas cosas que pudiese hacer para que regresase a su círculo o poder al menos controlarlo un poco. -No era a ti a quien quería invocar y de todos modos tu magia no es muy elevada. ¿Acaso he dicho algo que no sea verdad?- En ocasiones podía llegar a ser bastante irritante y por eso mismo me acerqué de nuevo a él, esta vez con la intención de atraparle entre mis brazos, cosa que con un rápido movimiento conseguí, aunque no sabía cuanto iba a poder durar eso.
-Compórtate, no te he invocado para que juegues conmigo. Si no quieres regresar a ese lugar de donde te saqué más te vale que me ayudes- Cierto que no estaba en posición de estar pidiéndole esas cosas, podía campar a sus anchas ya que las cosas no habían salido según lo planeado, pero no iba a permitir algo así en mi casa. No importaba como me las apañaría para hacerle regresar a su círculo y enviarlo de vuelta si no aprendía a controlar sus instintos un poco. Si había algo que me molestaba era que me tratasen como un idiota.
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Localización : Jugando con demonios
Humor : ¿Qué pregunta es esa?
Re: El hogar de un brujo [Priv]
No espere que me atrapara aunque no era difícil por la apariencia que tenia, detestaba tanto el estar así, me sentía vulnerable y lo era en parte pero no iba a permitir que un humano idiota hiciese conmigo lo que le diese la gana, use de nuevo mi magia pero esta vez era una barrera haciendo que ese humano me soltara por la descarga de protección, estuve a punto de caerme pero flote con mis alas hasta el suelo en el que me senté, sintiendo el cansancio por el uso de magia, debía descansar y no gastar más poder.
- Eres un mal educado humano idiota – le dije mirándolo fijamente – que sepas que no se piden así los favores y menos a los demonios que uno invoca, eso lo saben todos los brujos, pero es evidente que tú no eres uno de ellos ya que ni sabes invocar bien ni hacer bien las precauciones ni nada, eres realmente inútil – me burle con una sonrisa ladina mientras me levantaba y andaba por el piso con mi barrera aun activada, me eleve y volé hasta la mesa que había donde me senté – ahora no tienes ningún poder sobre mí, siquiera para devolverme al lugar del que me invocaste, ya que yo tengo más poder que un simple humano aun siendo así – comente tranquilo mientras lo observaba mientras movía mis pies y cola, estaba encantado, tenía un lugar tranquilo donde estar por un tiempo mientras mis poderes se regeneraban, luego podría tomar mi forma humana y estar un tiempo por aquí mientras se tranquilizaban las cosas en el otro lado, aunque me vengaría de esos tramposos que querían eliminarme, me había quedado con sus caras.
- Eres un mal educado humano idiota – le dije mirándolo fijamente – que sepas que no se piden así los favores y menos a los demonios que uno invoca, eso lo saben todos los brujos, pero es evidente que tú no eres uno de ellos ya que ni sabes invocar bien ni hacer bien las precauciones ni nada, eres realmente inútil – me burle con una sonrisa ladina mientras me levantaba y andaba por el piso con mi barrera aun activada, me eleve y volé hasta la mesa que había donde me senté – ahora no tienes ningún poder sobre mí, siquiera para devolverme al lugar del que me invocaste, ya que yo tengo más poder que un simple humano aun siendo así – comente tranquilo mientras lo observaba mientras movía mis pies y cola, estaba encantado, tenía un lugar tranquilo donde estar por un tiempo mientras mis poderes se regeneraban, luego podría tomar mi forma humana y estar un tiempo por aquí mientras se tranquilizaban las cosas en el otro lado, aunque me vengaría de esos tramposos que querían eliminarme, me había quedado con sus caras.
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Re: El hogar de un brujo [Priv]
Me vi casi obligado a soltarle puesto que de repente había creado una barrera entre ambos por lo que no pude seguir sujetándole. Lo cierto es que me habría gustado poder tenerle entre mis brazos durante más tiempo, ya no solo por saber que tenía un demonio en casa ahora, sino porque quería molestarle un poco y además... su cuerpo era blandito y suave, pero no iba a decir nada y menos si comenzaba de nuevo con sus idioteces. No me gustaba nada que me insultase de manera tan gratuita y sabía que no podía tampoco responderle demasiado si no quería que me lanzase por los aires de nuevo. Tendría que morderme la lengua, al menos durante un rato hasta que se me ocurriese algo mejor y eso era lo más molesto de todo, tener que estar aguantando aquellas burlas de parte de un demonio enano, pues tenía razón en una cosa, tenía más poder que él y tampoco era tan idiota como arriesgarse a enfadarle y que crease una magia mayor.
-Como sea, esta es mi casa y mientras estés aquí se acabó con los insultos, ¿entiendes?- Le miré de forma desafiante, apoyando las manos sobre la mesa donde ahora se había sentado. Si pensaba que solo porque fuese un demonio me iba a echar atrás estaba bastante equivocado. Tal vez no debería encarar a un demonio pero a fin de cuentas tampoco era un humano corriente, era un brujo y tenía suficiente magia como para crear grandes hechizos, tan solo debía aprender a controlarla mejor y poder canalizar toda esta para tener la suficiente magia como para valerme por mi mismo. Era por ello que había invocado a un demonio, no solo para que me sirviese, sino para que me ayudase en todas esas cosas, pero no era algo que le fuese a contar y mucho menos ahora que sabía como era aquel enano.
Fruncí el ceño de forma molesta, sin apartar mi mirada rojiza de aquellos ojos dorados. -Para empezar deja de burlarte de mi, yo te invoqué y aunque no lo hiciese de la forma correcta ahora estás aquí gracias a mi magia. De hecho deberías estarme agradecido porque ahora podrás caminar a tus anchas por la casa en vez estar atado bajo un contrato, así que corta las gracias- Estaba molesto y mucho y también frustrado por haber terminado de ese modo así que me aparté de ese demonio de forma enojada y me fui hacia la cocina. Estaba harto de que últimamente las cosas no saliesen como yo las buscaba así que ocuparía mi mente en otro tipo de cosas, como por ejemplo en comer algo. Cuando las cosas no salían como quería solía molestarme y terminaba comiendo pues me relajaba un poco, además era la hora de cenar ya y no iba a hacer mucho más por el momento, ya había ido lo suficientemente mal el día como para además salir y dejar a esa cosa suelta por la casa sin supervisión.
-Como sea, esta es mi casa y mientras estés aquí se acabó con los insultos, ¿entiendes?- Le miré de forma desafiante, apoyando las manos sobre la mesa donde ahora se había sentado. Si pensaba que solo porque fuese un demonio me iba a echar atrás estaba bastante equivocado. Tal vez no debería encarar a un demonio pero a fin de cuentas tampoco era un humano corriente, era un brujo y tenía suficiente magia como para crear grandes hechizos, tan solo debía aprender a controlarla mejor y poder canalizar toda esta para tener la suficiente magia como para valerme por mi mismo. Era por ello que había invocado a un demonio, no solo para que me sirviese, sino para que me ayudase en todas esas cosas, pero no era algo que le fuese a contar y mucho menos ahora que sabía como era aquel enano.
Fruncí el ceño de forma molesta, sin apartar mi mirada rojiza de aquellos ojos dorados. -Para empezar deja de burlarte de mi, yo te invoqué y aunque no lo hiciese de la forma correcta ahora estás aquí gracias a mi magia. De hecho deberías estarme agradecido porque ahora podrás caminar a tus anchas por la casa en vez estar atado bajo un contrato, así que corta las gracias- Estaba molesto y mucho y también frustrado por haber terminado de ese modo así que me aparté de ese demonio de forma enojada y me fui hacia la cocina. Estaba harto de que últimamente las cosas no saliesen como yo las buscaba así que ocuparía mi mente en otro tipo de cosas, como por ejemplo en comer algo. Cuando las cosas no salían como quería solía molestarme y terminaba comiendo pues me relajaba un poco, además era la hora de cenar ya y no iba a hacer mucho más por el momento, ya había ido lo suficientemente mal el día como para además salir y dejar a esa cosa suelta por la casa sin supervisión.
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