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Cerrando Negocios.
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Cerrando Negocios.
Al salir de la tienda un fino y caro auto estaba esperando del otro lado de la calla, el sol reflejaba en la brillante y pulcra pintura negra, y en los acabados plateados del mismo, llamando la atención de los que pasaban, no era un auto que se viera comúnmente en un sitio de tan baja clase.
Arreglo un poco el cuello de su camisa, esperando a que el trafico parara, tenia que estar formal para el siguiente lugar que visitarían, examino al chico, sus ropas eran excéntricas así como adornos que cubrían sus muñecas delgadas y pálidas muñecas, soltó un profundo suspiro que debería hacer en ese momento, quizá en el auto tenga un traje de más..no, prefería que mantuviera su estilo por el momento.
-Ahí esta tu carruaje cenicienta.
Menciono con una clase de burla, volteo a verle observando que guardaba un maso de cartas, lo sabía ese sujeto seguro no era normal causándole algunos escalofríos, quizá sea pura charlatanería.
Juntos cruzaron hasta la otra acera, y en seguida un alto y fornido chófer salio del auto, abriendo la puerta para darles el paso con una reverencia, le dio el paso al chico, no le podía dar el lujo de escapar, no ahora, necesitaba un acompañante para que el negocio fuera cerrado, y no causara una mala impresión en su importante circulo social, apesar de su corta edad ya le era necesario tener una compañía.
Cuando el chico entro no tardo en seguirle, los interiores del auto fina piel color crema, bastante amplio y sumamente limpio y fresco.
-Deseas algo de beber?..
Le pregunto al mayor, mientras sacaba de un pequeño compartimiento que estaba a un costado una delgada corbata negra con finas lineas rojizas, poniéndosela con algo de dificultad..-
-Tsch...como odio estas cosas
Reprochaba para continuar con la pelea contra la corbata.
Arreglo un poco el cuello de su camisa, esperando a que el trafico parara, tenia que estar formal para el siguiente lugar que visitarían, examino al chico, sus ropas eran excéntricas así como adornos que cubrían sus muñecas delgadas y pálidas muñecas, soltó un profundo suspiro que debería hacer en ese momento, quizá en el auto tenga un traje de más..no, prefería que mantuviera su estilo por el momento.
-Ahí esta tu carruaje cenicienta.
Menciono con una clase de burla, volteo a verle observando que guardaba un maso de cartas, lo sabía ese sujeto seguro no era normal causándole algunos escalofríos, quizá sea pura charlatanería.
Juntos cruzaron hasta la otra acera, y en seguida un alto y fornido chófer salio del auto, abriendo la puerta para darles el paso con una reverencia, le dio el paso al chico, no le podía dar el lujo de escapar, no ahora, necesitaba un acompañante para que el negocio fuera cerrado, y no causara una mala impresión en su importante circulo social, apesar de su corta edad ya le era necesario tener una compañía.
Cuando el chico entro no tardo en seguirle, los interiores del auto fina piel color crema, bastante amplio y sumamente limpio y fresco.
-Deseas algo de beber?..
Le pregunto al mayor, mientras sacaba de un pequeño compartimiento que estaba a un costado una delgada corbata negra con finas lineas rojizas, poniéndosela con algo de dificultad..-
-Tsch...como odio estas cosas
Reprochaba para continuar con la pelea contra la corbata.
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
Aún no estando del todo fuera del área del Mercado negro; ya que era fácilmente reconocible dado su poca organización y sus sucias e intrincadas calles, Ren respiró hondo mientras miraba al cielo. Desde que se había dejado atrapar había pasado un tiempo desde que había puesto un pié fuera y era como si hubiese estado esperando un momento como aquel. Soplaba una brisa fresca, pero demasiado tóxica para su gusto estado en un barrio bajo de la gran ciudad.
Rió suavemente, observando el "carruaje", no pudiendo evitar alzar las cejas en un gesto de apreciación ante la imponente presencia de aquel coche que desentonaba bastante con el paisaje de aquel lugar. Sin embargo, cuando entró dentro y se acomodó en aquel asiento de piel comodísimo el que estaba fuera de lugar era él.
-Los que poseen tanto lujo son políticos o los que ejercen trabajando en la ilegalidad -le sonrió, adaptandose rápidamente a todo el interior del coche, cuya marca estaba seguro de que sería importada junto con su desorbitado precio-. Claro que no es cuestión de juzgar a nadie, sobre todo teniendo en cuenta de que me acabas de sacar de una celda de 20x20. ¿Cuánto has pagado por mi? -soltó otra risita, girando el cuerpo y alzando las manos hacia el cuello del joven Shirou, cogiendo los dos extremos de la corbata para pasarlos uno encima de otro, haciendo el nudo mientras se le pasaba por la cabeza la idea de que, comparado con su amo, su aspecto daba mucho que desear.
Para una mayor publicidad y compraventa no es que dejasen a los esclavos a su suerte (mucho tiempo al menos); pero aunque su cuerpo estuviese parcialmente limpio dentro de lo que cabía esperar de su condición de esclavo, sus ropas no corrían tanta suerte. Sus colores brillantes estaban opacados por el largo uso que habían tenido las prendas, aunque por suerte era una tela que no se arrugaba. Entre tanto complemento llamativo Ren parecía simplemente algún artista callejero tras un largo día de caminatas.
-¿Y dónde vamos ahora? ¿Me llevarás a cenar? -bromeó como si aquello fuese una cita, sin dejar de lado su sonrisa zorruna. Ajustó el nudo lo mejor que supo y se enderezó de nuevo- Veo que estás equipado para todo. ¿Tendrás sake por un casual? Echo de menos su sabor~
Se sacudió ligeramente la ropa, ajustando bien el canalillo del kimono grueso, que le dejaba entrever parte del pecho. Luego se cruzó de piernas, y con sus zapatos bajos se reveló la marca roja en torno al tobillo producido por el grillete que antes le retenía.
Rió suavemente, observando el "carruaje", no pudiendo evitar alzar las cejas en un gesto de apreciación ante la imponente presencia de aquel coche que desentonaba bastante con el paisaje de aquel lugar. Sin embargo, cuando entró dentro y se acomodó en aquel asiento de piel comodísimo el que estaba fuera de lugar era él.
-Los que poseen tanto lujo son políticos o los que ejercen trabajando en la ilegalidad -le sonrió, adaptandose rápidamente a todo el interior del coche, cuya marca estaba seguro de que sería importada junto con su desorbitado precio-. Claro que no es cuestión de juzgar a nadie, sobre todo teniendo en cuenta de que me acabas de sacar de una celda de 20x20. ¿Cuánto has pagado por mi? -soltó otra risita, girando el cuerpo y alzando las manos hacia el cuello del joven Shirou, cogiendo los dos extremos de la corbata para pasarlos uno encima de otro, haciendo el nudo mientras se le pasaba por la cabeza la idea de que, comparado con su amo, su aspecto daba mucho que desear.
Para una mayor publicidad y compraventa no es que dejasen a los esclavos a su suerte (mucho tiempo al menos); pero aunque su cuerpo estuviese parcialmente limpio dentro de lo que cabía esperar de su condición de esclavo, sus ropas no corrían tanta suerte. Sus colores brillantes estaban opacados por el largo uso que habían tenido las prendas, aunque por suerte era una tela que no se arrugaba. Entre tanto complemento llamativo Ren parecía simplemente algún artista callejero tras un largo día de caminatas.
-¿Y dónde vamos ahora? ¿Me llevarás a cenar? -bromeó como si aquello fuese una cita, sin dejar de lado su sonrisa zorruna. Ajustó el nudo lo mejor que supo y se enderezó de nuevo- Veo que estás equipado para todo. ¿Tendrás sake por un casual? Echo de menos su sabor~
Se sacudió ligeramente la ropa, ajustando bien el canalillo del kimono grueso, que le dejaba entrever parte del pecho. Luego se cruzó de piernas, y con sus zapatos bajos se reveló la marca roja en torno al tobillo producido por el grillete que antes le retenía.
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
Estaba un tanto desesperado por el mismo hecho de que siempre le habían auxiliado para su arreglo personal, menos mal que su acompañante sabía como solucionar el pequeño problemilla que le comenzaba a molestar, si fuera por el no utilizaría esa clase de cosas y mucho menos utilizaría formalidades ni gastaría su tiempo en estúpidos caprichos que le eran encomendadas..pero negocios eran negocios y la presencia del jefe era indispensable en esa ocasión, prestó mucha atención a las palabras del chico, brindándole una cínica sonrisa de regreso, pero no era de esperarse, una de sus intuiciones era correcta, creo que era bastante obvio en una ciudad tan corrompida como esa, pero no podía descartar el hecho de que era bastante observador y curioso... mientras terminaba de acomodar aquel estorbo respondió a su interrogante sin cambiar su tranquilo tono de voz.
-Hun..cuanto pague por ti? pues estaba en búsqueda de ofertas y te encontré, así como los pequeños cachorros que hayas entre los callejones..-menciona con malicia..- La verdad es que fuiste relativamente barato, por lo menos no más costoso que este auto, en cuanto a mi "profesión"...supongo que es fácil de intuir..¿desde cuando un chico de 17 años a llegado al tener un alto cargo político?, mi querido Ren..podría pensar que eres muy inocente..o mejor aun..que tienes un As bajo la manga.
Levantó los hombros en signo de que omitía y desconocía sus intenciones, aun que lo que pensara y supiera fuera lo contrario, recargó su codo en el descanso del auto apoyando su mejilla en su cerrado puño, y así ponerse a observar al mayor con detenimiento, al parecer no estaba muy cómodo, pero apesar de los harapos que cubrían su cuerpo, tenia una elegante figuras y lindo rostro, ahhh como amaba los cuentos de hadas.. en ese momento la cenicienta estaba a su lado..
-No tengo sake..beber no es lo mio, pero tengo algo mejor..-
Dijo al chico acercándose más a su acompañante..no sin antes sacar de otro compartimiento una pequeña caja color blanco, al abrirla se encontraban una serie de materiales de curación.
Gracias al amplio espacio pudo inclinarse con total libertad para tomar el pie del enigmático chico así como un par de vendas y ungüentos, primero aplico el ungüento haciendo un delicado masaje y disponerse a vendarlo de forma posterior, si quería llegar a tiempo tendría que hacerlo el mismo..
-Claro..la princesa hoy sera la anfitriona del al banquete real..
-Hun..cuanto pague por ti? pues estaba en búsqueda de ofertas y te encontré, así como los pequeños cachorros que hayas entre los callejones..-menciona con malicia..- La verdad es que fuiste relativamente barato, por lo menos no más costoso que este auto, en cuanto a mi "profesión"...supongo que es fácil de intuir..¿desde cuando un chico de 17 años a llegado al tener un alto cargo político?, mi querido Ren..podría pensar que eres muy inocente..o mejor aun..que tienes un As bajo la manga.
Levantó los hombros en signo de que omitía y desconocía sus intenciones, aun que lo que pensara y supiera fuera lo contrario, recargó su codo en el descanso del auto apoyando su mejilla en su cerrado puño, y así ponerse a observar al mayor con detenimiento, al parecer no estaba muy cómodo, pero apesar de los harapos que cubrían su cuerpo, tenia una elegante figuras y lindo rostro, ahhh como amaba los cuentos de hadas.. en ese momento la cenicienta estaba a su lado..
-No tengo sake..beber no es lo mio, pero tengo algo mejor..-
Dijo al chico acercándose más a su acompañante..no sin antes sacar de otro compartimiento una pequeña caja color blanco, al abrirla se encontraban una serie de materiales de curación.
Gracias al amplio espacio pudo inclinarse con total libertad para tomar el pie del enigmático chico así como un par de vendas y ungüentos, primero aplico el ungüento haciendo un delicado masaje y disponerse a vendarlo de forma posterior, si quería llegar a tiempo tendría que hacerlo el mismo..
-Claro..la princesa hoy sera la anfitriona del al banquete real..
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
No pudo mas que decir un "que frío eres" al verse rebajado al nivel de cualquier animal encontrado en un callejón, aunque poco le importase el tipo de opinión que tuvieran de él. Sin embargo, una traviesa sonrisa había aparecido en su rostro sereno cuando le escuchó cuestionar su forma de intuir.
-¿No te fías de mi, Shirou-chan? -entonó bien el sufijo con el que se dirigió a él, observando como recurría una vez mas a las grandes ventajas de aquel coche y comenzaba a curarle la pierna. Efímeramente pensó que le hubiese gustado probar el sake de nuevo, pero lo que estaba viendo hacer a su joven amo lo estaba compensando- Si voy a ser tu esclavo, deberás darme en beneficio de la duda, ¿no crees? La confianza es esencial entre amos y sirvientes, por lo que debes dejarte conocer en todos los sentidos posibles. La verdad es que soy muy inocente y me deprimo si me tratan mal~
Puso un tonillo pomposo al decir aquello, como si quisiera apelar a la sensibilidad de Shirou o, por el contrario, queriendo obviar que era mentira. Se dejó curar, viendo al otro inclinado ante si con muchas ideas rondandole por la mente. Los colgantes de las pulseras tintinearon cuando alzó la mano y la posó sobre la cabeza contraria, como premiando a un niño por su buen comportamiento.
-Y eres un buen chico -comentó-. Pero, ¿por que será que eso de ser "anfitriona" parece poco fiable? ¿Tienes algo reservado para mi que desconozca, Shirou-sama? -deslizó la mano hacia su mentón una vez le hubo vendado el tobillo, alzandoselo e inclinandose para encararlo- Quizás seas tu el que tenga un As bajo la manga. En cualquier caso estoy obligado a obedecerte, por lo que al menos me lo cobraré~
Acortó la distancia peligrosamente, tentando a su suerte, y lamió los labios del menor con una parsimonia insultante. Luego se enderezó hasta apoyarse de nuevo en el respaldo del asiento.
-Será divertido ver como manejas tu situación -sonrió dulcemente, mientras el coche parecía pararse en algún lugar al que no le prestó la debida atención-. Pase lo que pase estoy a tus ordenes, así que úsame como creas conveniente.
Se llevó la mano al pecho e hizo una leve inclinación de cabeza mientras en su mirada se reflejaba efectivamente mucho mas de lo que estaba diciendo. Ren tenía paciencia e imaginación. Mucha imaginación...
-¿No te fías de mi, Shirou-chan? -entonó bien el sufijo con el que se dirigió a él, observando como recurría una vez mas a las grandes ventajas de aquel coche y comenzaba a curarle la pierna. Efímeramente pensó que le hubiese gustado probar el sake de nuevo, pero lo que estaba viendo hacer a su joven amo lo estaba compensando- Si voy a ser tu esclavo, deberás darme en beneficio de la duda, ¿no crees? La confianza es esencial entre amos y sirvientes, por lo que debes dejarte conocer en todos los sentidos posibles. La verdad es que soy muy inocente y me deprimo si me tratan mal~
Puso un tonillo pomposo al decir aquello, como si quisiera apelar a la sensibilidad de Shirou o, por el contrario, queriendo obviar que era mentira. Se dejó curar, viendo al otro inclinado ante si con muchas ideas rondandole por la mente. Los colgantes de las pulseras tintinearon cuando alzó la mano y la posó sobre la cabeza contraria, como premiando a un niño por su buen comportamiento.
-Y eres un buen chico -comentó-. Pero, ¿por que será que eso de ser "anfitriona" parece poco fiable? ¿Tienes algo reservado para mi que desconozca, Shirou-sama? -deslizó la mano hacia su mentón una vez le hubo vendado el tobillo, alzandoselo e inclinandose para encararlo- Quizás seas tu el que tenga un As bajo la manga. En cualquier caso estoy obligado a obedecerte, por lo que al menos me lo cobraré~
Acortó la distancia peligrosamente, tentando a su suerte, y lamió los labios del menor con una parsimonia insultante. Luego se enderezó hasta apoyarse de nuevo en el respaldo del asiento.
-Será divertido ver como manejas tu situación -sonrió dulcemente, mientras el coche parecía pararse en algún lugar al que no le prestó la debida atención-. Pase lo que pase estoy a tus ordenes, así que úsame como creas conveniente.
Se llevó la mano al pecho e hizo una leve inclinación de cabeza mientras en su mirada se reflejaba efectivamente mucho mas de lo que estaba diciendo. Ren tenía paciencia e imaginación. Mucha imaginación...
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
-Hun...es obvio..aun no has ganado mi confianza, apenas te acabo de conocer y ya sientes que eres acreedor a muchos beneficios de mi parte.
Finalizó en dar unas vueltas más a la venda y así asegurarla para que el vendaje resistiera lo suficiente, aun que lo qué harían a continuación no requiera mucho movimiento, se estiro para poder percatarse en donde se encontraban, ya no faltaba mucho para llegar a su destino, unos minutos más tal vez, notándose por sus extravagantes alrededores, lujosos restaurantes y tiendas así como personas luciendo caros abrigos de piel y finos relojes y joyería.
-Entiendo el concepto de la confianza entre sirviente y amo..pero hasta que no te conozca lo suficiente no cantes victoria...en este momento vas a aprender mucho sobre mi y a lo que me dedico, no creo que te sorprendas pero hay algo que deseo que notes..es un pequeño detalle del cual tendrás que aprender mucho.
Palmeo sus manos tomando una toalla húmeda que también se encontraba dentro del botiquín y así limpiarlas, al finalizar guardó todo lo que había sido requerido para la curación del mayor.
-Si hablamos de confianza..será que por el momento tu lo hagas, no pienso hacerte daño, y acerca de ser la anfitriona..jajaja, no serás el único..ya lo veras, no seas impaciente.
Entrecerró sus orbes, cuando intento incorporase sobre el asiento la sorprendente movida del chico le causo un escalofrío que recorrió completamente su espalda, la socarrona sonrisa de su acompañante le estaba sacando de sus casillas, y mas su valiente e impulsiva actitud, pero si quería que lo demostrara no lo lograría, pasó su dedo indice sobre su labio inferior haciendo esto de forma provocativa
-Tienes mucha suerte..mejor dicho, por el momento la tienes, estoy de muy buen humor..si no fuera así no hubiera permitido que siguieras con tal descaro..si continuas con esa actitud, podría darte un buen escarmiento al llegar e casa y dejarte en claro cual es tu posición.
-Tener un as?..jajaja, buen chico..-dio una sutil caricia con el dorso de su muñeca a la suave y pálida mejilla..-eres tan solo uno de mis peones en este juego..no se trata simple azar si no..aquí se requiere inteligencia y una buena estrategia.
Fue lo ultimo que dijo para que el chófer les abriera la puerta, dándoles el respetuoso paso a ambos, al salir un ambiente diferente se hacía notar, era tarde y el clima comenzaba a enfriar, frente a ellos una gran alfombra guiaba su camino hasta una galante entrada, el edificio un blanco y pulcro mármol, y no se podía esperar la gran cantidad de guardaespaldas que custodiaban la entrada así como unos cuantos autos.
-Estas lista mi querida cenicienta?
Finalizó en dar unas vueltas más a la venda y así asegurarla para que el vendaje resistiera lo suficiente, aun que lo qué harían a continuación no requiera mucho movimiento, se estiro para poder percatarse en donde se encontraban, ya no faltaba mucho para llegar a su destino, unos minutos más tal vez, notándose por sus extravagantes alrededores, lujosos restaurantes y tiendas así como personas luciendo caros abrigos de piel y finos relojes y joyería.
-Entiendo el concepto de la confianza entre sirviente y amo..pero hasta que no te conozca lo suficiente no cantes victoria...en este momento vas a aprender mucho sobre mi y a lo que me dedico, no creo que te sorprendas pero hay algo que deseo que notes..es un pequeño detalle del cual tendrás que aprender mucho.
Palmeo sus manos tomando una toalla húmeda que también se encontraba dentro del botiquín y así limpiarlas, al finalizar guardó todo lo que había sido requerido para la curación del mayor.
-Si hablamos de confianza..será que por el momento tu lo hagas, no pienso hacerte daño, y acerca de ser la anfitriona..jajaja, no serás el único..ya lo veras, no seas impaciente.
Entrecerró sus orbes, cuando intento incorporase sobre el asiento la sorprendente movida del chico le causo un escalofrío que recorrió completamente su espalda, la socarrona sonrisa de su acompañante le estaba sacando de sus casillas, y mas su valiente e impulsiva actitud, pero si quería que lo demostrara no lo lograría, pasó su dedo indice sobre su labio inferior haciendo esto de forma provocativa
-Tienes mucha suerte..mejor dicho, por el momento la tienes, estoy de muy buen humor..si no fuera así no hubiera permitido que siguieras con tal descaro..si continuas con esa actitud, podría darte un buen escarmiento al llegar e casa y dejarte en claro cual es tu posición.
-Tener un as?..jajaja, buen chico..-dio una sutil caricia con el dorso de su muñeca a la suave y pálida mejilla..-eres tan solo uno de mis peones en este juego..no se trata simple azar si no..aquí se requiere inteligencia y una buena estrategia.
Fue lo ultimo que dijo para que el chófer les abriera la puerta, dándoles el respetuoso paso a ambos, al salir un ambiente diferente se hacía notar, era tarde y el clima comenzaba a enfriar, frente a ellos una gran alfombra guiaba su camino hasta una galante entrada, el edificio un blanco y pulcro mármol, y no se podía esperar la gran cantidad de guardaespaldas que custodiaban la entrada así como unos cuantos autos.
-Estas lista mi querida cenicienta?
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
-¿Que es lo que quieres que note? -no pudo menos que interrogar al escuchar aquellas intrigantes palabras. Ren estaba seguro que, fuera lo que fuese a lo que se dedicaba aquel joven gatito era un negocio interesante y que solo conseguiría acrecentar sus buenos ratos. Sabía que tentaba contra su suerte de forma demasiado temeraria para tratarse de un simple esclavo, pero era algo que no podía evitar por el momento.
Escuchó el resto de sus palabras con atención, contestando mentalmente a algunos de sus comentarios. Que alguien "le hiciera daño" no le preocupaba demasiado, ya que por su actitud ya se había llevado sus palizas en el Mercado. También tenía mucha confianza en si mismo para llegar a ser un buen "anfitrión", aunque nunca se sabía de que tipo...
-Oh, ¿te molesta? No lo hago por descaro o rebeldía, simplemente me apeteció probar al pequeño Shirou~ -sonrió, ladeando la cabeza en un gesto casi afable e inocente- Y espero que no sea la única ocasión que tenga para hacerlo.
Entornó los ojos, mirandole con fijeza mientras sentía el tacto de su piel una vez mas. Escuchar hablar al menor le gustaba, sobre todo cuando parecía querer imponerse sobre él como si fuera obvio quien estaba por encima. Rió suavemente, siseando, mientras el coche se detenía del todo y el chofer abría una de las puertas para dejar a la vista parte de donde habían llegado. Observó a Shirou salir, al cual siguió tras oír su pregunta.
-No está mal ser comparado con un cuento como ese, pero me temo que a mi me ha tocado estar con la bruja malvada -le miró de reojo, quizás instandole a que dejase de cambiarle el sexo o él comenzaría a tomarse sus propias confianzas. Luego observó la extravagante alfombra roja, el grupo de hombres de negro a lo largo de ella y el propio edificio que se levantaba al final del todo.
Estaba bien iluminado y a la vista saltaba que era de techo alto y estructura elegante. Se llevó la mano al mentón, sospesando alguna probabilidad que le pasaba por la mente.
-A esto lo llamo yo estar fuera de lugar -dijo, divertido, pero sin molestarse en recolocarse la ropa y tapar su descubierto pecho- ¿En serio me vas a invitar a cenar? Porque preferiría un simple puesto de Ramen~ -respiró hondo, notando que el aire era definitivamente distinto en aquella parte de la gran ciudad. Luego se adelantó dos pasos, giró el cuerpo a un lado y señaló con el brazo el camino rojo que llevaba a la entrada, lanzandole una mirada al menor con todas las intenciones del mundo- Después de ti, Shirou-sama. De igual forma tengo que seguirte, así que no estará de mas un poco de formalidad.
A pesar de estar diciendo aquello, era un misterio saber a que tipo de "formalidad" se estaba refiriendo.
Escuchó el resto de sus palabras con atención, contestando mentalmente a algunos de sus comentarios. Que alguien "le hiciera daño" no le preocupaba demasiado, ya que por su actitud ya se había llevado sus palizas en el Mercado. También tenía mucha confianza en si mismo para llegar a ser un buen "anfitrión", aunque nunca se sabía de que tipo...
-Oh, ¿te molesta? No lo hago por descaro o rebeldía, simplemente me apeteció probar al pequeño Shirou~ -sonrió, ladeando la cabeza en un gesto casi afable e inocente- Y espero que no sea la única ocasión que tenga para hacerlo.
Entornó los ojos, mirandole con fijeza mientras sentía el tacto de su piel una vez mas. Escuchar hablar al menor le gustaba, sobre todo cuando parecía querer imponerse sobre él como si fuera obvio quien estaba por encima. Rió suavemente, siseando, mientras el coche se detenía del todo y el chofer abría una de las puertas para dejar a la vista parte de donde habían llegado. Observó a Shirou salir, al cual siguió tras oír su pregunta.
-No está mal ser comparado con un cuento como ese, pero me temo que a mi me ha tocado estar con la bruja malvada -le miró de reojo, quizás instandole a que dejase de cambiarle el sexo o él comenzaría a tomarse sus propias confianzas. Luego observó la extravagante alfombra roja, el grupo de hombres de negro a lo largo de ella y el propio edificio que se levantaba al final del todo.
Estaba bien iluminado y a la vista saltaba que era de techo alto y estructura elegante. Se llevó la mano al mentón, sospesando alguna probabilidad que le pasaba por la mente.
-A esto lo llamo yo estar fuera de lugar -dijo, divertido, pero sin molestarse en recolocarse la ropa y tapar su descubierto pecho- ¿En serio me vas a invitar a cenar? Porque preferiría un simple puesto de Ramen~ -respiró hondo, notando que el aire era definitivamente distinto en aquella parte de la gran ciudad. Luego se adelantó dos pasos, giró el cuerpo a un lado y señaló con el brazo el camino rojo que llevaba a la entrada, lanzandole una mirada al menor con todas las intenciones del mundo- Después de ti, Shirou-sama. De igual forma tengo que seguirte, así que no estará de mas un poco de formalidad.
A pesar de estar diciendo aquello, era un misterio saber a que tipo de "formalidad" se estaba refiriendo.
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
-Eso depende de ti, tienes que analizar cada movimiento de tu amo para actuar con respecto a la situación, y para saber como lo vas a tratar...son solo reglas básicas mi querido Ren..mas vale que te entren de una sola vez a tu cabecita..por que no pienso repetirlo nuevamente, quedo claro?.
Mencionó de forma estricta, no solía tener un trata agradable con la servidumbre, y al parecer su esclavo no sería la excepción, no tenía opción, debería de aguantar al hermoso chico.
Ser probado? que acaso era inspector de calidad o algo similar?, el debería ser el atrevido a ver que más podía hacer además de servir..quizá..en su ámbito sexual, pero eso no era lo que buscaba por el momento, debería de esperar, omitía cuanto tiempo, pero no se dejaría llevar por la seducción...en verdad..esperaba no caer en esa red de debilidad.
-Jajajaja,repetirlo?, crees que puedas tener nuevamente esa oportunidad?, tomarme desprevenido? , hun...ser un chico distraído ahora será mi debilidad, tendré que cuidarme de esa juguetona lengua y lindos labios..gracias por la advertencia..
Levanta los hombros saliendo por fin del auto, tomando una postura elegante y seria, con un porte sumamente imponente para tener esa edad, esperó a que su acompañante saliera, se acerco al oído del chico susurrando con una delicada tonalidad, para que el solo percibiera sus palabras.."Esta bruja malvada te trajo a la boca del lobo..sin embargo..lo disfrutaras mi querida cenicienta"al termino de sus palabras di un soplo en su oído para que por lo menos un estremecimiento en el cuerpo ajeno.
Sonrió y comenzó a caminar por la alfombra, hasta que le fueron abiertas las puertas de par en par, dentro del lugar los aromas del tabaco y colonias inundaban su nariz, finas y delgadas telas colgando del techo dando privacidad entre mesa y mesa, grandes almohadones en lugar de sillas, música clásica de los países del medio oriente.
Inmediatamente las miradas se posaron en los recién llegados deteniendo algunos de sus asuntos, sabían de quien se trataba..
Pronto un joven vestido conforme a su trabajo los llevo a un sitio más privado, uno que no estaba a la vista de los curiosos...
Mencionó de forma estricta, no solía tener un trata agradable con la servidumbre, y al parecer su esclavo no sería la excepción, no tenía opción, debería de aguantar al hermoso chico.
Ser probado? que acaso era inspector de calidad o algo similar?, el debería ser el atrevido a ver que más podía hacer además de servir..quizá..en su ámbito sexual, pero eso no era lo que buscaba por el momento, debería de esperar, omitía cuanto tiempo, pero no se dejaría llevar por la seducción...en verdad..esperaba no caer en esa red de debilidad.
-Jajajaja,repetirlo?, crees que puedas tener nuevamente esa oportunidad?, tomarme desprevenido? , hun...ser un chico distraído ahora será mi debilidad, tendré que cuidarme de esa juguetona lengua y lindos labios..gracias por la advertencia..
Levanta los hombros saliendo por fin del auto, tomando una postura elegante y seria, con un porte sumamente imponente para tener esa edad, esperó a que su acompañante saliera, se acerco al oído del chico susurrando con una delicada tonalidad, para que el solo percibiera sus palabras.."Esta bruja malvada te trajo a la boca del lobo..sin embargo..lo disfrutaras mi querida cenicienta"al termino de sus palabras di un soplo en su oído para que por lo menos un estremecimiento en el cuerpo ajeno.
Sonrió y comenzó a caminar por la alfombra, hasta que le fueron abiertas las puertas de par en par, dentro del lugar los aromas del tabaco y colonias inundaban su nariz, finas y delgadas telas colgando del techo dando privacidad entre mesa y mesa, grandes almohadones en lugar de sillas, música clásica de los países del medio oriente.
Inmediatamente las miradas se posaron en los recién llegados deteniendo algunos de sus asuntos, sabían de quien se trataba..
Pronto un joven vestido conforme a su trabajo los llevo a un sitio más privado, uno que no estaba a la vista de los curiosos...
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
No le había dicho aquello como advertencia, pero le hizo gracia que el otro lo tratase como tal. Intentar romper las barreras de un adolescente con exceso de confianza sería entretenido; y mucho mas al verle por fin bajo suyo y procesando lo que acababa de pasar. La característica mas marcada de Ren era que parecía alguien muy tranquilo y obediente, cuando en realidad hacía las cosas por beneficio propio.
-Estoy seguro de que así será, querido amo~ -apartó el rostro ante aquel soplo, siguiendole con la mirada hasta que por fín emprendió la marcha hacia la entrada del restaurante.
Fué como tener una regresión al pasado. El olor, los almohadones, las cortinas largas y vaporosas que caían del techo, la música suave que estaba lo suficientemente alta como para escucharse, pero no tanto como para no enterarse de lo que los demás hablaban. Fué como volver a la época en la que ejercía de taoísta y mucha gente se reunía en torno a él para que predijese su suerte...
-Un sitio muy agradable... -mirando a su alrededor se topó directamente con las miradas de las que ambos estaban siendo objetivo. Se detuvo, observando a un hombre de aspecto hosco que le dedicaba una expresión bastante poco amigable. Antes de seguir la fina espalda de su amo cabeceó con aire despreocupado, mirando al techo y al resto de la estructura. Era elegante y estaba todo muy bien iluminado, sin embargo la sensación de estar rodeado de gente que podría llegar a ser peligrosa si se lo propusiese era tan evidente que cuando se sentó entre los grandes almohadores, dobló las piernas y las cruzó no pudo menos que mirar a Shirou, que había tomado lugares al lado.
-¿Que te trae por un lugar así, gatito? -empezó- Esto parece un negocio clandestino en toda regla, ¿es que vas a revenderme o algo así? -sonrió, levantando la mano y acariciando con dos dedos la mejilla del menor- ¿O quizás sea este el momento para empezar a satisfacerte y así no tener queja alguna?
Pasó la llema de sus dedos por su mentón y luego sus labios, presionandolos. Los retiró, enderezándose, no pasando por algo que el lugar escogido por su amo era discreto y algo alejado de los demás, a parte de ser el que mas lejos de la salida estaba. Ren se subió las gafas de montura cuadrada y se repeinó el largo flequillo a un lado con la mano.
-Sea lo que sea estoy impaciente por ver aparecer al lobo... -murmuró. Había logrado salir de la rutina de su vida gracias al mercado negro, y ahora estaba empezando un nuevo estilo de vida con aquel chico. Estaba dispuesto a no estancarse, aunque eso significase provocar el cambio de los acontecimientos y hacer enfadar a los que le rodeaban.
-Por cierto -habló, sonriendo, antes de insistir- Aún me apetece sake~
-Estoy seguro de que así será, querido amo~ -apartó el rostro ante aquel soplo, siguiendole con la mirada hasta que por fín emprendió la marcha hacia la entrada del restaurante.
Fué como tener una regresión al pasado. El olor, los almohadones, las cortinas largas y vaporosas que caían del techo, la música suave que estaba lo suficientemente alta como para escucharse, pero no tanto como para no enterarse de lo que los demás hablaban. Fué como volver a la época en la que ejercía de taoísta y mucha gente se reunía en torno a él para que predijese su suerte...
-Un sitio muy agradable... -mirando a su alrededor se topó directamente con las miradas de las que ambos estaban siendo objetivo. Se detuvo, observando a un hombre de aspecto hosco que le dedicaba una expresión bastante poco amigable. Antes de seguir la fina espalda de su amo cabeceó con aire despreocupado, mirando al techo y al resto de la estructura. Era elegante y estaba todo muy bien iluminado, sin embargo la sensación de estar rodeado de gente que podría llegar a ser peligrosa si se lo propusiese era tan evidente que cuando se sentó entre los grandes almohadores, dobló las piernas y las cruzó no pudo menos que mirar a Shirou, que había tomado lugares al lado.
-¿Que te trae por un lugar así, gatito? -empezó- Esto parece un negocio clandestino en toda regla, ¿es que vas a revenderme o algo así? -sonrió, levantando la mano y acariciando con dos dedos la mejilla del menor- ¿O quizás sea este el momento para empezar a satisfacerte y así no tener queja alguna?
Pasó la llema de sus dedos por su mentón y luego sus labios, presionandolos. Los retiró, enderezándose, no pasando por algo que el lugar escogido por su amo era discreto y algo alejado de los demás, a parte de ser el que mas lejos de la salida estaba. Ren se subió las gafas de montura cuadrada y se repeinó el largo flequillo a un lado con la mano.
-Sea lo que sea estoy impaciente por ver aparecer al lobo... -murmuró. Había logrado salir de la rutina de su vida gracias al mercado negro, y ahora estaba empezando un nuevo estilo de vida con aquel chico. Estaba dispuesto a no estancarse, aunque eso significase provocar el cambio de los acontecimientos y hacer enfadar a los que le rodeaban.
-Por cierto -habló, sonriendo, antes de insistir- Aún me apetece sake~
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
-Que chico tan obediente..espero que sigas siendo así, o por lo menos sigue intentando ser tan convincente, ya comienzas a agradarme.
Dijo al chico mientras arreglaban el sitio en donde serían atendidos, poniendo todo lo necesario y de la mejor calidad que podrían ofrecer en ese sitio, bebidas alcohólicas así como un par de jarras con bebidas preparadas con frutas exóticas, una pipa narghilé (Shisha)con tabacos de diferentes sabores a a su lado, al termino de los preparativos se les fue cedido aperitivos el paso, cerrando un par de cortinas para que la privacidad fuera mayor, recargo ambos brazos en un par de almohadones recostándose ligeramente, saco su móvil dejándolo sobre la mesa, esperando por la tan necesaria llamada que se le haría, el termino de un negocio o el inicio de una guerra, no se preocupaba..ya que sin duda el nunca sería desterrado ni le sería quitado su trono, los negocio eran lo suyo, pero lo que mas le agradaba era ver caer a todos los que se imponían a su autoridad.
-Jajaja, y te acabas de dar cuenta? creo que tus preguntas se van respondiendo poco a poco pero..no pienso deshacerme de ti en un buen tiempo..eres bastante agradable y en lo que a mi respecta me vas a entretener bastante...
Sus palabras le interesaron bastante, por lo cual volteó observándole travieso, sujeto con sutileza el mentón contrario acercando sus labios a los del chico musitando suavemente percibiendo su cálido aliento y respiración, aquella sutil fragancia que algunos de los cabellos que caían sobre su frente despedían
-Vaya..y cual satisfacción le podrías dar a tu amo?, como lograrías convencerme para que no te deje a tu suerte?..que me puedes garantizar?..
Se acerco mas a sus labios, rozándolos apenas..suave..pensó dar otro paso pero fue sorprendido con una llamada, le sonrió de lado alejándose de el y así soltar su mentón para tomar el móvil y contestar..se levantó un momento haciendo una seña al chico para que esperara, aquella sonrisa pronto se volvió una mueca..estaba un poco molesto..pero..pronto otro tipo de sonrisa se dibujo sobre su rostro, una bastante retorcida y con cierta maldad, esa noche sería derramada mucha sangre..pero su mente y alma quedaba tranquila ya que no correría por sus manos, terminó la llamada guardando el móvil.
-Que mala suerte..esta noche no tendrás el honor de verme resolviendo un par de negocios..pero..espero que disfrutes la cena Ren...
Dijo eso acomodándose de nuevo sobre las almohadas
-Estas listo para que tomen tu orden?
Dijo al chico mientras arreglaban el sitio en donde serían atendidos, poniendo todo lo necesario y de la mejor calidad que podrían ofrecer en ese sitio, bebidas alcohólicas así como un par de jarras con bebidas preparadas con frutas exóticas, una pipa narghilé (Shisha)con tabacos de diferentes sabores a a su lado, al termino de los preparativos se les fue cedido aperitivos el paso, cerrando un par de cortinas para que la privacidad fuera mayor, recargo ambos brazos en un par de almohadones recostándose ligeramente, saco su móvil dejándolo sobre la mesa, esperando por la tan necesaria llamada que se le haría, el termino de un negocio o el inicio de una guerra, no se preocupaba..ya que sin duda el nunca sería desterrado ni le sería quitado su trono, los negocio eran lo suyo, pero lo que mas le agradaba era ver caer a todos los que se imponían a su autoridad.
-Jajaja, y te acabas de dar cuenta? creo que tus preguntas se van respondiendo poco a poco pero..no pienso deshacerme de ti en un buen tiempo..eres bastante agradable y en lo que a mi respecta me vas a entretener bastante...
Sus palabras le interesaron bastante, por lo cual volteó observándole travieso, sujeto con sutileza el mentón contrario acercando sus labios a los del chico musitando suavemente percibiendo su cálido aliento y respiración, aquella sutil fragancia que algunos de los cabellos que caían sobre su frente despedían
-Vaya..y cual satisfacción le podrías dar a tu amo?, como lograrías convencerme para que no te deje a tu suerte?..que me puedes garantizar?..
Se acerco mas a sus labios, rozándolos apenas..suave..pensó dar otro paso pero fue sorprendido con una llamada, le sonrió de lado alejándose de el y así soltar su mentón para tomar el móvil y contestar..se levantó un momento haciendo una seña al chico para que esperara, aquella sonrisa pronto se volvió una mueca..estaba un poco molesto..pero..pronto otro tipo de sonrisa se dibujo sobre su rostro, una bastante retorcida y con cierta maldad, esa noche sería derramada mucha sangre..pero su mente y alma quedaba tranquila ya que no correría por sus manos, terminó la llamada guardando el móvil.
-Que mala suerte..esta noche no tendrás el honor de verme resolviendo un par de negocios..pero..espero que disfrutes la cena Ren...
Dijo eso acomodándose de nuevo sobre las almohadas
-Estas listo para que tomen tu orden?
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
La distancia entre sus labios había sido tan corta que Ren pudo apreciar a la perfección la curva tan perfecta que hacía la boca de su joven amo. O el olor a colonia cara que le impregnaba, estimulando sus sentidos y elevandolos hasta el punto de querer tener la osadía de romper aquel espacio y devorarle. Sin embargo, y por culpa de aquella tediosa melodía, no pudo proceder a ello.
Mientras el otro parecía estar muy poco conforme con la conversación telefónica, Ren le había mirado de arriba a abajo. Tenía un porte elegante, pero delgado. Piernas largas, perfectas para enredarse en su cadera cuando estuviese sobre él, complaciendole -según pensó, y muy graficamente además- y una piel blanca que, seguro, sería marcada con facilidad. Mas que una fantasía, Ren estuvo planeando muchas cosas antes de que Kamui volviese a la mesa.
-Es una pena -puso los brazos en horizontal frente al tórax, juntando ambas mangas de su larga prenda-. Quería ver como de malvado podías llegar a ser; aunque supongo que eso ya lo ré viendo mas adelante.
Le lanzó una mirada de reojo, mientras ojeaba discretamente la carta. Sabía muy bien lo que quería comer, y su postre estaba sentado a su lado, así que podían empezar a cenar en cuando el joven amo lo dijese.
-Me apetece Kimchi picante. Combina muy bien con el sake y hace cierto tiempo que no lo como -cerró la carta y la apartó a un lado, continuando como si se tratase del mismo tema-. Y en cuanto a complacerte, no tienes que ponerme a prueba, pequeño gatito, ya que sé exactamente lo que quieres. Tu subconsciente me dice a gritos que te encanta dominar y humillar a otros; que no te gusta que te dominen o menosprecien... ¡Que mono eres~!
Sus complementos volvieron a chocar unos contra otros, creando aquel tintineo siniestro cada vez que Ren alzaba la mano. Acarició la mejilla contraria, bajando con los dedos por su cuello, su pecho, posandose finalmente en uno de sus muslos.
-Puedo garantizarte que soy bueno haciendo de todo. He dominado y he sido sometido, he trabajado en muchas cosas a lo largo de mi vida y soy bastante diestro con el taoísmo y sus variantes. A parte de estar muy acostumbrado a la muerte; cosa que veré muy a menudo estando contigo, ¿me equivoco? Todo lo demás será un secreto por el momento~
Le guiñó un ojo, mientras su mano se paseaba por el muslo del mas joven con soberano descaro, sonriendo con aquel gesto inquietante que no parecía borrarsele nunca.
-Que miedo. Por un momento pensé que me dejarías a mi suerte frente a un grupo de matones, mientras tu te regodeabas al ver como me arrebataban la poca dignidad de esclavo que me queda a base de acciones perversas y violentas -sonrió dulcemente, enderezandose al ver aparecer al camarero-. Que suerte tengo~
Procedió a pedir sus cosas, dejando que luego tomase nota de lo que Kamui.
Mientras el otro parecía estar muy poco conforme con la conversación telefónica, Ren le había mirado de arriba a abajo. Tenía un porte elegante, pero delgado. Piernas largas, perfectas para enredarse en su cadera cuando estuviese sobre él, complaciendole -según pensó, y muy graficamente además- y una piel blanca que, seguro, sería marcada con facilidad. Mas que una fantasía, Ren estuvo planeando muchas cosas antes de que Kamui volviese a la mesa.
-Es una pena -puso los brazos en horizontal frente al tórax, juntando ambas mangas de su larga prenda-. Quería ver como de malvado podías llegar a ser; aunque supongo que eso ya lo ré viendo mas adelante.
Le lanzó una mirada de reojo, mientras ojeaba discretamente la carta. Sabía muy bien lo que quería comer, y su postre estaba sentado a su lado, así que podían empezar a cenar en cuando el joven amo lo dijese.
-Me apetece Kimchi picante. Combina muy bien con el sake y hace cierto tiempo que no lo como -cerró la carta y la apartó a un lado, continuando como si se tratase del mismo tema-. Y en cuanto a complacerte, no tienes que ponerme a prueba, pequeño gatito, ya que sé exactamente lo que quieres. Tu subconsciente me dice a gritos que te encanta dominar y humillar a otros; que no te gusta que te dominen o menosprecien... ¡Que mono eres~!
Sus complementos volvieron a chocar unos contra otros, creando aquel tintineo siniestro cada vez que Ren alzaba la mano. Acarició la mejilla contraria, bajando con los dedos por su cuello, su pecho, posandose finalmente en uno de sus muslos.
-Puedo garantizarte que soy bueno haciendo de todo. He dominado y he sido sometido, he trabajado en muchas cosas a lo largo de mi vida y soy bastante diestro con el taoísmo y sus variantes. A parte de estar muy acostumbrado a la muerte; cosa que veré muy a menudo estando contigo, ¿me equivoco? Todo lo demás será un secreto por el momento~
Le guiñó un ojo, mientras su mano se paseaba por el muslo del mas joven con soberano descaro, sonriendo con aquel gesto inquietante que no parecía borrarsele nunca.
-Que miedo. Por un momento pensé que me dejarías a mi suerte frente a un grupo de matones, mientras tu te regodeabas al ver como me arrebataban la poca dignidad de esclavo que me queda a base de acciones perversas y violentas -sonrió dulcemente, enderezandose al ver aparecer al camarero-. Que suerte tengo~
Procedió a pedir sus cosas, dejando que luego tomase nota de lo que Kamui.
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Re: Cerrando Negocios.
-Claro, no tienes por que desesperarte mi querido Ren, los negocios son el pan de cada día para mí, es decir que pronto tendrás que acompañarme a resolver una clase de interesantes negocios, puede ser que hasta tengamos que salir de la ciudad, tendrás una buena vida, a cambio de ello tu vida siempre estará expuesta a “peligros”, imagina si alguien quisiera venganza, tu serías el primer blanco, no te parece divertido?
Decía divertido esperando a ver la reacción de su parte, buscando la manera en la que pueda molestarlo, no sería tan despectivo como la otra vez, ya sé que el mayor le había descubierto muchas cosas, era momento de que le se metiera más en los pensamientos del esclavo.
-Claro, pide lo que apetezcas..-ve al chico que les atendía dando la orden de que se lo trajera..-por el momento yo estoy bien, me conformo con las bebidas que trajeron..gracias..-dijo a mesero, para que se retirara rápidamente, odiaba estar rodeado de muchas personas, le encantaba la soledad, sin embargo ahora ya tenía una acompañante..un parlanchín acompañante .
Todo lo que le decía el chico le daba un poco de gracia, sin embargo ya estaba sucediendo el nivel de la situación, apretó un botón, con este le darían privacidad por un buen rato, quería percatarse hasta que paso llegarían en esa ocasión.
-Mi subconsciente lo grita?, jajaja si no tengo miedo a expresarlo, adoro que sepan que soy egoísta y siempre obtengo lo que deseo, soy un niño caprichoso y bastante obstinado, humillar es uno de mis placeres, y bueno, ya sabes de qué otro tipo de placeres puedo hablar.
Observó con detenimiento cada movimiento del mayor, como intentaba seducirle queriendo dejarse en claro de que diferentes formas podría servirle, suspiro ante ello, cerrando sus ojos ante las constantes e insistentes caricias y roses, tomo con fuerza su mano dejándolo sobre él para delinear esos finos labios con delicadeza y diciendo de forma bastante seductora.
-Aun que..lamentablemente..nunca eh mandado en el aspecto sexual..y mucho menos eh sido sometido, soy completamente nuevo en ese ámbito mi querido Ren..en los negocios soy todo un veterano, pero en el sex0..soy simplemente un amateur..aah..
Baja la mirada con falsa inocencia delineando ahora sus propios labios, de cierta forma ahora todo era un simple juego para él, quería ver cuál era el límite del otro chico para encontrar su debilidad, quería humillarlo de cualquier forma, quería hacerlo sentir mal..pero..no sabía por qué..quizá..porque ya le conoce demasiado..
-Para nada, estas en lo correcto, de hoy en adelante tu vida estará rodeada de una hermosa aura de muerte y destrucción, que mejor que dejarte a tu suerte con mis matones, esos si que parecen barbaros, luego tendrás el gusto de conocerles..
Decía divertido esperando a ver la reacción de su parte, buscando la manera en la que pueda molestarlo, no sería tan despectivo como la otra vez, ya sé que el mayor le había descubierto muchas cosas, era momento de que le se metiera más en los pensamientos del esclavo.
-Claro, pide lo que apetezcas..-ve al chico que les atendía dando la orden de que se lo trajera..-por el momento yo estoy bien, me conformo con las bebidas que trajeron..gracias..-dijo a mesero, para que se retirara rápidamente, odiaba estar rodeado de muchas personas, le encantaba la soledad, sin embargo ahora ya tenía una acompañante..un parlanchín acompañante .
Todo lo que le decía el chico le daba un poco de gracia, sin embargo ya estaba sucediendo el nivel de la situación, apretó un botón, con este le darían privacidad por un buen rato, quería percatarse hasta que paso llegarían en esa ocasión.
-Mi subconsciente lo grita?, jajaja si no tengo miedo a expresarlo, adoro que sepan que soy egoísta y siempre obtengo lo que deseo, soy un niño caprichoso y bastante obstinado, humillar es uno de mis placeres, y bueno, ya sabes de qué otro tipo de placeres puedo hablar.
Observó con detenimiento cada movimiento del mayor, como intentaba seducirle queriendo dejarse en claro de que diferentes formas podría servirle, suspiro ante ello, cerrando sus ojos ante las constantes e insistentes caricias y roses, tomo con fuerza su mano dejándolo sobre él para delinear esos finos labios con delicadeza y diciendo de forma bastante seductora.
-Aun que..lamentablemente..nunca eh mandado en el aspecto sexual..y mucho menos eh sido sometido, soy completamente nuevo en ese ámbito mi querido Ren..en los negocios soy todo un veterano, pero en el sex0..soy simplemente un amateur..aah..
Baja la mirada con falsa inocencia delineando ahora sus propios labios, de cierta forma ahora todo era un simple juego para él, quería ver cuál era el límite del otro chico para encontrar su debilidad, quería humillarlo de cualquier forma, quería hacerlo sentir mal..pero..no sabía por qué..quizá..porque ya le conoce demasiado..
-Para nada, estas en lo correcto, de hoy en adelante tu vida estará rodeada de una hermosa aura de muerte y destrucción, que mejor que dejarte a tu suerte con mis matones, esos si que parecen barbaros, luego tendrás el gusto de conocerles..
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Re: Cerrando Negocios.
-Divertidisimo -había respondido a su pregunta inicial, mientras el camarero, que parecía bastante acostumbrado a escuchar todo tipo de conversaciones en aquel lugar tomaba nota de sus cosas y al poco las traía. Ren miró al sake como si fuese algo que tuviese un valor incalculable, como si le hubiesen puesto delante una ingente cantidad de dinero o joyas. Sonrió, tomando el botellín para servirse en aquel diminuto vaso con forma de plato, sorbiendo en silencio y lentamente, degustandolo y deleitandose con aquel sabor nostálgico.
-Humillar es uno de tus placeres, entiendo -repitió, sin dejar de parecer agradable y formal-. Creo que cualquier placer que quieras experimentar siempre irá unido a la acción de humillar a alguien. Después de todo los que se dedican a negocios ilegales tienen cosas así como Hobbies. Cosa que no te discuto, claro está; puedes entretenerte con lo que quieras.
Teniendolo delante, haciendo gestos tan seductores como aquel, solo le hizo pensar que el adolescente que le había comprado tenía su experiencia también en el arte del engaño. Poco importaba en aquel momento que no tuviera conocimientos sexuales propiamente dichos, ya que se encargaría de enseñarle a su propia manera.
-Shirou-chan, das bastante miedo -comentó, soltando una risita luego-. Se me están quitando las ganas de conocer a los que están bajo tu servicio, ya que tu mismo eres tan tenebroso.
Vació el vaso para volver a servirse, mirando como el plato de kimchi echaba humo. Luego miró de reojo al joven que tenía al lado, teniendo en mente muchas cosas con las que proceder. En principio debía ver como actuaba el propio Shirou bajo ciertos tipos de circunstancias.
-Supongo que es una pérdida de tiempo preguntar por qué me has comprado, ya que obtendría demasiadas respuestas -rió, inclinandose hacia él-. Así que haré lo que me apetezca a mi hasta que tu quieras hacer algo por ti mismo, ¿de acuerdo? En primer lugar debes probar el sake, no sabes lo que te estás perdiendo~
Sorbiendo un poco del vaso se acercó a Kamui, le alzó el mentón y pegó rápidamente sus labios con los ajenos, sosteniendole de uno de los brazos para que no se alejase mientras el sake pasaba de una boca a otra, haciendoselo tragar con el jugueteo de sus lenguas. Un hilillo del líquido dulce se escurrió por la comisura del mas joven, teniendo la rápida intervención de Ren, que lo lamió hasta mordisquear su labio inferior, quedando prácticamente sobre él.
-¿A que está bueno? -siseó, bajando a su cuello para delinearlo con suavidad con los dientes- Quizás me lleve una sorpresa y seas un gatito muy manso durante el sexo~ -apretó mas el agarre de su brazo, dejandolo semi tumbado mientras su mano libre serpenteaba por su pecho hasta dar un firme apretón a su miembro por sobre la ropa. La mirada maliciosa que le lanzó con su ojo visible delataba que no era tan buena persona como hacía creer. Con movimientos lentos y contundentes, la mano que se encargaba de su entrepierna se movió y sus dientes, ya pasando a una provocación mas clara, se hundieron en su pálido cuello.
-Humillar es uno de tus placeres, entiendo -repitió, sin dejar de parecer agradable y formal-. Creo que cualquier placer que quieras experimentar siempre irá unido a la acción de humillar a alguien. Después de todo los que se dedican a negocios ilegales tienen cosas así como Hobbies. Cosa que no te discuto, claro está; puedes entretenerte con lo que quieras.
Teniendolo delante, haciendo gestos tan seductores como aquel, solo le hizo pensar que el adolescente que le había comprado tenía su experiencia también en el arte del engaño. Poco importaba en aquel momento que no tuviera conocimientos sexuales propiamente dichos, ya que se encargaría de enseñarle a su propia manera.
-Shirou-chan, das bastante miedo -comentó, soltando una risita luego-. Se me están quitando las ganas de conocer a los que están bajo tu servicio, ya que tu mismo eres tan tenebroso.
Vació el vaso para volver a servirse, mirando como el plato de kimchi echaba humo. Luego miró de reojo al joven que tenía al lado, teniendo en mente muchas cosas con las que proceder. En principio debía ver como actuaba el propio Shirou bajo ciertos tipos de circunstancias.
-Supongo que es una pérdida de tiempo preguntar por qué me has comprado, ya que obtendría demasiadas respuestas -rió, inclinandose hacia él-. Así que haré lo que me apetezca a mi hasta que tu quieras hacer algo por ti mismo, ¿de acuerdo? En primer lugar debes probar el sake, no sabes lo que te estás perdiendo~
Sorbiendo un poco del vaso se acercó a Kamui, le alzó el mentón y pegó rápidamente sus labios con los ajenos, sosteniendole de uno de los brazos para que no se alejase mientras el sake pasaba de una boca a otra, haciendoselo tragar con el jugueteo de sus lenguas. Un hilillo del líquido dulce se escurrió por la comisura del mas joven, teniendo la rápida intervención de Ren, que lo lamió hasta mordisquear su labio inferior, quedando prácticamente sobre él.
-¿A que está bueno? -siseó, bajando a su cuello para delinearlo con suavidad con los dientes- Quizás me lleve una sorpresa y seas un gatito muy manso durante el sexo~ -apretó mas el agarre de su brazo, dejandolo semi tumbado mientras su mano libre serpenteaba por su pecho hasta dar un firme apretón a su miembro por sobre la ropa. La mirada maliciosa que le lanzó con su ojo visible delataba que no era tan buena persona como hacía creer. Con movimientos lentos y contundentes, la mano que se encargaba de su entrepierna se movió y sus dientes, ya pasando a una provocación mas clara, se hundieron en su pálido cuello.
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Re: Cerrando Negocios.
-En lo personal sería divertido…pero eso lo haré si es que me llegó a hartar de ti, que no creo por lo que me estas demostrando en estos momentos, como si te tratases de mi bufón personal, disculpa ser tan despectivo con mis palabras, pero prefiero decirlo…y ser directo.
El chico dijo en un tonó un tanto incómodo, a veces pensaba que por sus recias palabras tendría problemas al respecto, pero valía la pena siempre correr el riesgo, además estaba tratando con alguien de la misma calaña, al parecer su acompañante no tendría problema por ello.
-Al parecer también le tienes cierto afecto a esa bebida, mm...lo que no es tanto de mi agrado pero como quieras, cada persona tiene sus gustos, intentaré respetarlo mientras no te pongas más impertinente de lo que ya eres, ¿Entendido?, odio a las personas ebrias aun que no puedo negar que es sumamente cómico verlas en ese estado
Se incorporó tomando una postura erguida y elegante, sin dejar de observar los gestos del mayor y verle tan emocionado por aquella bebida, los placeres bacanales serían la perdición de ambos, esa era una de las pocas cosas que les unía por el momento, aun que quizá detrás de ese amable rostro se encuentre un horrible monstruo como él mismo…pero eso solo sería demasiada coincidencia.
-Hun...además de ser mi bufón también podrías dar ser mi mentor personal, mmm interesante, una que otra metáfora, lecciones de vida, me podrían servir de mucho, para meterme en las sucias y perversas mentes de los que me quieren dañar...eres un arma de dos filos, vaya!! Me gané la lotería al comprarte! Una divertida caja de monerías resultaste ser!
Al escuchar eso salir de los labios del mayor no pudo evitar sacar una gran carcajada, le daba miedo?... si ese chico era sumamente espeluznante, no estaba en posición de decirle aquello pero por lo menos había tenido el valor de decírselo, alguien por fin pudo ver lo que en realidad era(¿?)o eso era lo que él quería que el mayor pensará...una fría y enorme coraza de hielo cubría lo que en realidad era..
Escuchaba atento a sus palabras, le era cómico, ¿para que continuaba preguntando si el mismo estaba respondiendo a cada una de sus incógnitas?, estaba absorto de lo que sucedía a su alrededor…tan solo pensando acerca de que tan bien lo podría conocer ese sujeto, temía que viera quien era en realidad, la música se había detenido y su acompañante no estaba ahí..ahora era él y sus absurdas reflexiones.
Espero un momento más y de pronto el mayor le abordó, viéndole desconcertando en un principio, no espero a que el respondiera y ya le había atacado…un desagradable beso con sabor a alcohol.....y el mayor se tomo la libertad de tomarlo de esa forma tan descarada?!, apretó sus orbes con fuerza poniendo sus brazos sobre el ya desnudo pecho del esclavo, empujándolo, intentando cortarlo de una buena vez y dejar de saborear aquella imprudente lengua atacar a la propia.
-Dime gatito sumiso otra vez y te romperé las piernas ¿entendido?..-Dijo agitado, al término del asfixiante beso, intentando recobrar la respiración, no le había sido suficiente al esclavo y ya estaba explorando más partes de su cuerpo, lo que estaba buscando su intimidad ya había sido atrapada por la curiosa mano del mayor, lo que le provoco que un suave gemido escapara de sus labios, apretando con fuerza sus puños..-Ahh..idiota..q..quien te crees para tocarme..Ren!
El chico dijo en un tonó un tanto incómodo, a veces pensaba que por sus recias palabras tendría problemas al respecto, pero valía la pena siempre correr el riesgo, además estaba tratando con alguien de la misma calaña, al parecer su acompañante no tendría problema por ello.
-Al parecer también le tienes cierto afecto a esa bebida, mm...lo que no es tanto de mi agrado pero como quieras, cada persona tiene sus gustos, intentaré respetarlo mientras no te pongas más impertinente de lo que ya eres, ¿Entendido?, odio a las personas ebrias aun que no puedo negar que es sumamente cómico verlas en ese estado
Se incorporó tomando una postura erguida y elegante, sin dejar de observar los gestos del mayor y verle tan emocionado por aquella bebida, los placeres bacanales serían la perdición de ambos, esa era una de las pocas cosas que les unía por el momento, aun que quizá detrás de ese amable rostro se encuentre un horrible monstruo como él mismo…pero eso solo sería demasiada coincidencia.
-Hun...además de ser mi bufón también podrías dar ser mi mentor personal, mmm interesante, una que otra metáfora, lecciones de vida, me podrían servir de mucho, para meterme en las sucias y perversas mentes de los que me quieren dañar...eres un arma de dos filos, vaya!! Me gané la lotería al comprarte! Una divertida caja de monerías resultaste ser!
Al escuchar eso salir de los labios del mayor no pudo evitar sacar una gran carcajada, le daba miedo?... si ese chico era sumamente espeluznante, no estaba en posición de decirle aquello pero por lo menos había tenido el valor de decírselo, alguien por fin pudo ver lo que en realidad era(¿?)o eso era lo que él quería que el mayor pensará...una fría y enorme coraza de hielo cubría lo que en realidad era..
Escuchaba atento a sus palabras, le era cómico, ¿para que continuaba preguntando si el mismo estaba respondiendo a cada una de sus incógnitas?, estaba absorto de lo que sucedía a su alrededor…tan solo pensando acerca de que tan bien lo podría conocer ese sujeto, temía que viera quien era en realidad, la música se había detenido y su acompañante no estaba ahí..ahora era él y sus absurdas reflexiones.
Espero un momento más y de pronto el mayor le abordó, viéndole desconcertando en un principio, no espero a que el respondiera y ya le había atacado…un desagradable beso con sabor a alcohol.....y el mayor se tomo la libertad de tomarlo de esa forma tan descarada?!, apretó sus orbes con fuerza poniendo sus brazos sobre el ya desnudo pecho del esclavo, empujándolo, intentando cortarlo de una buena vez y dejar de saborear aquella imprudente lengua atacar a la propia.
-Dime gatito sumiso otra vez y te romperé las piernas ¿entendido?..-Dijo agitado, al término del asfixiante beso, intentando recobrar la respiración, no le había sido suficiente al esclavo y ya estaba explorando más partes de su cuerpo, lo que estaba buscando su intimidad ya había sido atrapada por la curiosa mano del mayor, lo que le provoco que un suave gemido escapara de sus labios, apretando con fuerza sus puños..-Ahh..idiota..q..quien te crees para tocarme..Ren!
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Re: Cerrando Negocios.
Aquel cuerpecillo no concordaba con las palabras que decía. A pesar de tener una apariencia tan bella -aunque imponente, a su propia manera- no paraba de decir cosas que quizás no se esperarían de alguien así.
-No te preocupes, soy muy tolerante al alcohol -le avisó, manteniendo su sonrisa de zorro astuto mientras le mordisqueaba el cuello y apretaba mas su mano en los bajos de su amo, tuviese permiso o no-. No seas tan violento como para romperme las piernas, ¿vale? Cada vez me asustas mas y mas, que malvado~
Como siempre, Ren parecía hablar por hablar, y su tono de voz tampoco era el adecuado para las palabras que expresaba. Le gustaba caerle en gracia al joven que le había comprado y haría todo lo posible por que así siguiese; después de todo era un simple esclavo con mucho tiempo libre y una inmensa curiosidad por saciar.
-Supongo que alguien tan experimentado en los bajos fondos como tu estará al tanto de muchas cosas crudas de la vida, ¿o me equivoco? -si había oído la queja de Shirou por estarle tocando, ni caso le hizo. Al menos de momento. Mientras hablaba iba bajando al cremallera de su pantalón y desbotonando los demás cierres, tan despacio que parecía estarle dando al otro un margen para poder huir-. Aún así quieres que te de clases, pero me pregunto de qué. En el pasado solo fuí un humilde sepulturero que tenía cierta habilidad con lo espiritual.
Sobraba decir que aquello no era del todo verdad. Lo de "humilde" era una soberana mentira, aunque Ren lo adornase tanto. Solo faltaba ver si Kamui era lo suficientemente perceptivo como para darse cuenta de lo que había tras las palabras de su esclavo. A cada momento que pasaba, y mientras Ren se atrevía una vez mas a besarle y a tumbarle contra aquella imitación de tatami, se iba exponiendo el tipo de carácter que tenía el mayor. Siendo un esclavo como otro cualquiera, estaba siendo irrespetuoso, osado, impertinente y sin una pizca de educación -al menos, no la que debería tener-. Sin embargo, no parecía algo que fuese a corregir en breve.
-Eres muy guapo, querido Shirou~ -dijo de repente, estando a horcajadas sobre él, con el largo y desgastado kimono semi-abierto por el pecho y sujetandole una de las manos. Había entornado los ojos y sonreía, manteniendo aquella postura que no tenía definida su posición en aquella "relación"-. Siendo sincero, me dan ganas de comerte a bocados. Al comprar un esclavo, ¿sabías que esto pasaría? ¿O buscabas a uno mas sumiso? Si me lo ordenas claramente puedo intentar serlo para ti.
Se inclinó hacia delante, sin soltar su muñeca, mientras que con la otra mano le desprendía de los botones de la camisa, acariciando con la llema de los dedos su pecho. Sus ojos, llenos de una malicia desbordante y enigmática no perdían detalle de lo que tenían debajo, mientras se acercaba cada vez mas hasta lograr estar a la altura de su oído.
-Shirou-chan... -hizo una pausa casi dramática antes de sonreír de un modo siniestramente infantil- ¡Si no te resistes de verdad acabaré violandote~!
-No te preocupes, soy muy tolerante al alcohol -le avisó, manteniendo su sonrisa de zorro astuto mientras le mordisqueaba el cuello y apretaba mas su mano en los bajos de su amo, tuviese permiso o no-. No seas tan violento como para romperme las piernas, ¿vale? Cada vez me asustas mas y mas, que malvado~
Como siempre, Ren parecía hablar por hablar, y su tono de voz tampoco era el adecuado para las palabras que expresaba. Le gustaba caerle en gracia al joven que le había comprado y haría todo lo posible por que así siguiese; después de todo era un simple esclavo con mucho tiempo libre y una inmensa curiosidad por saciar.
-Supongo que alguien tan experimentado en los bajos fondos como tu estará al tanto de muchas cosas crudas de la vida, ¿o me equivoco? -si había oído la queja de Shirou por estarle tocando, ni caso le hizo. Al menos de momento. Mientras hablaba iba bajando al cremallera de su pantalón y desbotonando los demás cierres, tan despacio que parecía estarle dando al otro un margen para poder huir-. Aún así quieres que te de clases, pero me pregunto de qué. En el pasado solo fuí un humilde sepulturero que tenía cierta habilidad con lo espiritual.
Sobraba decir que aquello no era del todo verdad. Lo de "humilde" era una soberana mentira, aunque Ren lo adornase tanto. Solo faltaba ver si Kamui era lo suficientemente perceptivo como para darse cuenta de lo que había tras las palabras de su esclavo. A cada momento que pasaba, y mientras Ren se atrevía una vez mas a besarle y a tumbarle contra aquella imitación de tatami, se iba exponiendo el tipo de carácter que tenía el mayor. Siendo un esclavo como otro cualquiera, estaba siendo irrespetuoso, osado, impertinente y sin una pizca de educación -al menos, no la que debería tener-. Sin embargo, no parecía algo que fuese a corregir en breve.
-Eres muy guapo, querido Shirou~ -dijo de repente, estando a horcajadas sobre él, con el largo y desgastado kimono semi-abierto por el pecho y sujetandole una de las manos. Había entornado los ojos y sonreía, manteniendo aquella postura que no tenía definida su posición en aquella "relación"-. Siendo sincero, me dan ganas de comerte a bocados. Al comprar un esclavo, ¿sabías que esto pasaría? ¿O buscabas a uno mas sumiso? Si me lo ordenas claramente puedo intentar serlo para ti.
Se inclinó hacia delante, sin soltar su muñeca, mientras que con la otra mano le desprendía de los botones de la camisa, acariciando con la llema de los dedos su pecho. Sus ojos, llenos de una malicia desbordante y enigmática no perdían detalle de lo que tenían debajo, mientras se acercaba cada vez mas hasta lograr estar a la altura de su oído.
-Shirou-chan... -hizo una pausa casi dramática antes de sonreír de un modo siniestramente infantil- ¡Si no te resistes de verdad acabaré violandote~!
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Re: Cerrando Negocios.
El chico mantenía sus brazos firmes así como sus manos sobre los hombros del esclavo, aquellas perversas caricias le hacían estremecer, era bastante extraño, se encontraban en un restaurante, aun que el sitio donde se encontraban era sumamente exclusivo para ambos, el hecho de que otro hombre lo estuviera tocando le comenzaba a perturbar.
Soltó un pequeño gemido, esperaba que el hecho de tan solo querer experimentar no le llevara a la perdición, o que en el peor de los casos le hiciera tan sumiso, como cual pequeño felino; tal como el mayor le había mencionado.
-¿Qu..qué acaso el sarcasmo es otra de tus cualidades?, ahn..¿Violento?, ¿malvado?, es el más galante y hermoso alago que me has dicho desde que te compre..-dijo con algo de dificultad-s..si yo te asusto…entonces debería estar aterrado.
A pesar de estar en esa situación no se las dejaría tan fácil, sin querer su cuerpo ya reacciono rápidamente, notándose de una forma bastante notable en su entrepierna, sintiendo como la ropa comenzaba a estorbar.
-Mi vida siempre ha sido así, no es necesaria ninguna lección sobre esa clase de cosas...yo me refería…a otra clase de situaciones…
De cierta forma le había liberado, la delgada tela que aun cubría su miembro ya no era tan estorbosa, bajo su mirada observando su entrepierna sonrojándose al ver el estado en el que se encontraba, cerro sus piernas intentando ocultar el placer que estaba sintiendo,
-Con tan solo verte por primera vez...no es necesario algo más…tu y humildad..son completamente lo opuesto…la primera impresión..Si que contó
A cada momento los suaves y carnosos labios del esclavo le hacían estremecer, no podía negar que tenía un gran toque…entrecerró sus ojos entreabriendo sus labios y viéndole con cierta inocencia y ternura, justo lo opuesto a lo que era, dio un largo suspiro, removiéndose debajo del cálido cuerpo cambiando sus mirada a una llena de picardía.
-Tan solo guapo?, tienes mucha suerte al tenerme así...no me conoces…ni sabes qué clase de persona soy..y mucho menos…el honor que tienes al tocarme de esa forma tan descarada, sin una pizca de delicadeza… me atraes bastante...nadie me había tratado de esta forma...siempre estaba bajo las lascivas miradas, pero nunca se atrevieron a ponerme un dedo encima, y veme ahora, un simple esclavo me tiene bajo su merced..hun, ¿debería deprimirme?
Esbozo una sonrisa ladina relamiéndose los ya rosados labios a causa de los constantes roces entre ambos, pero esta no duro mucho, aquella pose ya le estaba comenzando a ser incomoda, el juego se estaba terminando para el menor.
-Compre un esclavo simplemente para divertirme, pensé que era similar a tener un pequeño cachorro, o quizá un gatito, pero creo que me equivoque..encontré algo más astuto y bastante molesto.
Removía su mano intentando zafarse el agarre, quería que el mayor se detuviera, sin embargo escucho atento a sus palabras.
-¿Violarme?, jajaja!..-no pudo evitar soltar una carcajada, ese chico sí que era cómico, al parecer había hecho una muy buena compra..-Si lo hicieras…tú y tu “amiguito” no vivirían para contarlo…por eso lo mejor que puedes hacer ahora es soltarme y dejar de tocarme..-Clavo sus orbes en las ajenas, haciendo esto de forma penetrante y fría, no podría seguir “comiéndolo”
(;_; disculpa la tardanza la escuela es la culpable)
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
-Oh, no te preocupes, aquí donde me ves estoy muy asustado~ –ronroneó descaradamente, sin perder su sonrisa ni su postura. Había escuchado todas y cada una de sus palabras, intentando contrarrestar y responder a sus comentarios con toda la serenidad que se podía tener en una situación como aquella. Le resultó tan divertido que soltó una risita leve, contenida, mientras se despegaba de su oreja.
Le había dejado hablar y expresarse, y de nuevo volvía a tocarle a él dar su estimada opinión.
-Escucha, Shirou-chan –empezó, mostrándole aquella carita de zorro astuto mientras seguía sujetándole y limitándole los movimientos. Sus ojos le observaban como si fuese algún tipo de aperitivo delicioso y dispuesto-. Suele decirse que las apariencias engañan, ¿verdad? ¿Por qué piensas que te estoy engañando? Dices que soy descarado sin delicadeza, pero no te he oído ordenarme que no lo fuese, ¿o sí? Creo que es tu deseo que alguien te trate mal~
A Ren le gustaba atacar directamente a las creencias psicológicas, ya que era más efectivo que someter a la gente a la fuerza; por ello que se ganase la fama de ser alguien siniestro, excéntrico e irritante. Soltando las muñecas de su amo, terminó de abrirle la camisa, colando las manos por un lateral para presionar y acariciar sus pezones con los pulgares.
-¿Quieres que sea como un cachorro? –Entornó los ojos, acercándose a su pecho mientras movía la cadera hacia delante, presionando sus bajos contra los del más joven- Sabes que puedo serlo. Vamos, Shirou, tu eres el amo aquí, debes imponerte. No sirve con que solo amenaces y esperes a que me lo crea –pegó los labios a una de las tetillas y succionó con fuerza, mordisqueándola luego antes de dejarla, enrojecida y con un puente de saliva uniéndola a su lengua. Con malicia, alzó la mirada hacia los grandes ojos del otro.
-¿Tienes ganas de pegarme? ¿O castigarme? Seguro que tienes infinitas ideas de cómo humillar a la gente, ¿verdad? O puede que quieras que siga… -se relamió con hambre-. Puede que tengas deseos de montarme en lugar de hacerlo yo, ¿es eso? Puedo cumplir cualquier petición que me ordenes siempre y cuando lo hagas con convicción. Si no… -se deslizó hacia el otro pezón para tratarle igual que al primero, sin dejar de mirarle.
Ren se repetía mentalmente que no se había dejado capturar por los del mercado negro para tener una vida igual de aburrida que la que había tenido antes de ser un esclavo. Sabía que Shirou tenía la capacidad de divertirle mucho si se le daba el empujón correcto, y eso es lo que estaba intentando provocar. A un chico con dotes de líder que tratase a los demás como lo que eran; por muy raro que sonase.
-Si te da igual, te follaré~ –sonrió con dulzura.
Le había dejado hablar y expresarse, y de nuevo volvía a tocarle a él dar su estimada opinión.
-Escucha, Shirou-chan –empezó, mostrándole aquella carita de zorro astuto mientras seguía sujetándole y limitándole los movimientos. Sus ojos le observaban como si fuese algún tipo de aperitivo delicioso y dispuesto-. Suele decirse que las apariencias engañan, ¿verdad? ¿Por qué piensas que te estoy engañando? Dices que soy descarado sin delicadeza, pero no te he oído ordenarme que no lo fuese, ¿o sí? Creo que es tu deseo que alguien te trate mal~
A Ren le gustaba atacar directamente a las creencias psicológicas, ya que era más efectivo que someter a la gente a la fuerza; por ello que se ganase la fama de ser alguien siniestro, excéntrico e irritante. Soltando las muñecas de su amo, terminó de abrirle la camisa, colando las manos por un lateral para presionar y acariciar sus pezones con los pulgares.
-¿Quieres que sea como un cachorro? –Entornó los ojos, acercándose a su pecho mientras movía la cadera hacia delante, presionando sus bajos contra los del más joven- Sabes que puedo serlo. Vamos, Shirou, tu eres el amo aquí, debes imponerte. No sirve con que solo amenaces y esperes a que me lo crea –pegó los labios a una de las tetillas y succionó con fuerza, mordisqueándola luego antes de dejarla, enrojecida y con un puente de saliva uniéndola a su lengua. Con malicia, alzó la mirada hacia los grandes ojos del otro.
-¿Tienes ganas de pegarme? ¿O castigarme? Seguro que tienes infinitas ideas de cómo humillar a la gente, ¿verdad? O puede que quieras que siga… -se relamió con hambre-. Puede que tengas deseos de montarme en lugar de hacerlo yo, ¿es eso? Puedo cumplir cualquier petición que me ordenes siempre y cuando lo hagas con convicción. Si no… -se deslizó hacia el otro pezón para tratarle igual que al primero, sin dejar de mirarle.
Ren se repetía mentalmente que no se había dejado capturar por los del mercado negro para tener una vida igual de aburrida que la que había tenido antes de ser un esclavo. Sabía que Shirou tenía la capacidad de divertirle mucho si se le daba el empujón correcto, y eso es lo que estaba intentando provocar. A un chico con dotes de líder que tratase a los demás como lo que eran; por muy raro que sonase.
-Si te da igual, te follaré~ –sonrió con dulzura.
- Spoiler:
- [ No problemo, ánimo ;D ]
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Re: Cerrando Negocios.
-Pues deberías de estarlo..aah..-el chico se agito por todo lo que le hacía, sus palabras, su actitud estúpida y altanera, haciéndole sentir tan patético y miserable…como?, como alguien que apenas acababa de conocerlo le estuviera dando una paliza(en cuanto a mentalidad se tratase) cada uno de sus ataques los revertía con facilidad, haciéndole pensar..¿Cuando me volví tan débil ?.
Escuchó sus palabras, ¿Pensaba que era tonto o que era inocente?, ¿qué era lo que tenía ese chico en la cabeza?, parecía alguna de esas astutas gitanas, tenía un aura esotérico como si intentara adentrarse a lo más profundo de sus pensamientos, viendo sus fuerzas y debilidades, sus temores más profundos y mayores deseos y satisfacciones, que era tan obvio?
-Eres un completo..aah..idiota..deja de jugar con lo que pienso…y deja de contradecir a tu amo..me estas comenzando a molestar..pu..puede que no seas tan fuerte como pareces..puede que solo estés jugándome una mala pasada haciéndome dudar de mis decisiones…como si..mi palabra..no valiera nada para ti..-mencionaba con recelo aun que como lo decía el mayor..lentamente lo iba deseando cada vez más..no..n dejaría que su inconsciente lo traicionara más..pero no era el único que lo estaba haciendo, su cuerpo también ya era cómplice de aquel chico de penetrante mirada -
Se estremeció alejándole con un ligero empujón en los hombros, se sentía tan extraño pero no mal, un tono rojizo apareció sobre sus mejillas coloreando la pálida piel del menor, lentamente llevo ambos brazos detrás de su cuello del mayor aferrándose a su cuello, aquella amenaza en su entrepierna le hizo estremecer jadeando levemente, deseando sentirlo más, como si estuviese metido en un extraño trance, la seducción del mayor ya había hecho efecto, pero no..fue despertando poco a poco de ese hipnótico trance mediante escuchaba las nuevas palabras del contrario.
-Tengo ganas de muchas cosas, excelentes para hacerte saber en qué posición te encuentras, ¿mi convicción? Es algo que guardo especialmente para los grandes negocios, donde las personas me temen, y que al escuchar mi nombre tiemblan, pero tu..en especial..me llenas de verdadero temor..hace muchos años atrás que no me sentía tan cohibido..tan temeroso a que me dañen..¿Qué tienes de especial?, esa es una de las razones para no confiar en ti..
Se torno pensativo unos segundos sin importarle lo que el mayor hiciera con su cuerpo...”basta” una pequeña vocecilla se hiso presente en su cabeza sintiéndose sumamente extraño, la hiel del mayor ardía en su piel, nuevamente intento alejarle ahora ejerciendo un poco más de fuerza, nunca se había sentido tan inestable mentalmente, nunca..ahora se sentía furioso..
-Darme igual..podría ser pero aun tengo un respeto por mi cuerpo..tal vez el hecho de querer experimentar, me sería grato..pero al ver que otro hombre está sobre mi..que me observa como si de un manjar me tratase, una comida más satisfacer su paladar, comienza a serme bastante desagradable..será mejor que comas lo que pediste..y olvides el sabor de mi cuerpo, que dudo mucho que lo vayas a probar nuevamente, ganaste esta batalla pero no será la ultima..y eso tenlo por seguro ni tu ni nadie le gana a Kamui Shirou..la guerra aun continua.
Le vio fulminante como si sus orbes se tratasen de las más peligrosas y afiladas navajas que pudiera conocer, ya que esa afilada lengua..no permitiría que volviera a atentar contra su orgullo.
Escuchó sus palabras, ¿Pensaba que era tonto o que era inocente?, ¿qué era lo que tenía ese chico en la cabeza?, parecía alguna de esas astutas gitanas, tenía un aura esotérico como si intentara adentrarse a lo más profundo de sus pensamientos, viendo sus fuerzas y debilidades, sus temores más profundos y mayores deseos y satisfacciones, que era tan obvio?
-Eres un completo..aah..idiota..deja de jugar con lo que pienso…y deja de contradecir a tu amo..me estas comenzando a molestar..pu..puede que no seas tan fuerte como pareces..puede que solo estés jugándome una mala pasada haciéndome dudar de mis decisiones…como si..mi palabra..no valiera nada para ti..-mencionaba con recelo aun que como lo decía el mayor..lentamente lo iba deseando cada vez más..no..n dejaría que su inconsciente lo traicionara más..pero no era el único que lo estaba haciendo, su cuerpo también ya era cómplice de aquel chico de penetrante mirada -
Se estremeció alejándole con un ligero empujón en los hombros, se sentía tan extraño pero no mal, un tono rojizo apareció sobre sus mejillas coloreando la pálida piel del menor, lentamente llevo ambos brazos detrás de su cuello del mayor aferrándose a su cuello, aquella amenaza en su entrepierna le hizo estremecer jadeando levemente, deseando sentirlo más, como si estuviese metido en un extraño trance, la seducción del mayor ya había hecho efecto, pero no..fue despertando poco a poco de ese hipnótico trance mediante escuchaba las nuevas palabras del contrario.
-Tengo ganas de muchas cosas, excelentes para hacerte saber en qué posición te encuentras, ¿mi convicción? Es algo que guardo especialmente para los grandes negocios, donde las personas me temen, y que al escuchar mi nombre tiemblan, pero tu..en especial..me llenas de verdadero temor..hace muchos años atrás que no me sentía tan cohibido..tan temeroso a que me dañen..¿Qué tienes de especial?, esa es una de las razones para no confiar en ti..
Se torno pensativo unos segundos sin importarle lo que el mayor hiciera con su cuerpo...”basta” una pequeña vocecilla se hiso presente en su cabeza sintiéndose sumamente extraño, la hiel del mayor ardía en su piel, nuevamente intento alejarle ahora ejerciendo un poco más de fuerza, nunca se había sentido tan inestable mentalmente, nunca..ahora se sentía furioso..
-Darme igual..podría ser pero aun tengo un respeto por mi cuerpo..tal vez el hecho de querer experimentar, me sería grato..pero al ver que otro hombre está sobre mi..que me observa como si de un manjar me tratase, una comida más satisfacer su paladar, comienza a serme bastante desagradable..será mejor que comas lo que pediste..y olvides el sabor de mi cuerpo, que dudo mucho que lo vayas a probar nuevamente, ganaste esta batalla pero no será la ultima..y eso tenlo por seguro ni tu ni nadie le gana a Kamui Shirou..la guerra aun continua.
Le vio fulminante como si sus orbes se tratasen de las más peligrosas y afiladas navajas que pudiera conocer, ya que esa afilada lengua..no permitiría que volviera a atentar contra su orgullo.
- Spoiler:
- T__T espero ya no tardar tanto!! *abrazo*disculpa disculpa los maestros sin vida social ;__;
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Re: Cerrando Negocios.
-Al contrario, Shirou-chan vale mucho para mí~ –había contrarrestado aquellas palabras con un tono de voz dulce, mientras sus manos parecían estar memorizando el cuerpo y los puntos sensibles del que tenía debajo. Ambos bajos seguían presionándose y frotándose por sobre la ropa y en aquel punto de la escena había dejado ya algunas leves marcas en torno a los pezones de succionarlos y mordisquearlos tanto.
En ningún momento se perdió detalle de lo que el más joven le decía, y a cada palabra de rendición una sonrisa siniestra y discreta se instalaba en sus facciones. ¿Qué iba a hacer con aquel gatito cuya rebeldía pendía de un hilo? Se estaba divirtiendo viendo como poco a poco parecía derrumbarse ante sus palabras y el roce de sus dedos, era tan excitante…
-Espero que puedas mostrarme esas “grandes cosas” que me tienes preparadas~ –lamió su mejilla como si fuese algún tipo de perro travieso-. Tengo ganas de ver cómo me castigas, amo –le susurró esto último al oído. Aún era incomprensible que fuera lo que pretendía aquel esclavo. Al parecer no tenía aún límites en cuanto a palabrería y las miradas asesinas –como la que el otro le dirigió tras su último comentario- solo conseguían hacer que algo creciera bajo sus pantalones y se friccionara con más convicción contra la entrepierna ajena.
-Entiendo, así que te llamas “Kamui”~ –alargó una astuta sonrisa de zorro. Cuando se había presentado le había revelado solo su apellido; ahora que conocía su nombre podría llamarle como según le saliese. Era otra manera de estar de igual a igual con él-. Creo que no podré olvidar como sabes en la vida, Kamui-chan -se relamió-. Tienes una piel tan dulce que cuesta creer que tengas una lengua tan afilada.
Como último gesto masajeó sus pectorales, como si fuesen los pechos de una mujer. Luego los apretó, pareciendo que quisiese ordeñarle o algo así.
-Claro que si quieres que te deje… -se irguió, quedando recto y aún sentado sobre su bajo vientre, observándole desde arriba como si el amo allí fuese él, pero con un deje de sumisión voluntaria muy confuso. Pasando la pierna alrededor de su cuerpo se apartó de encima, volviendo a sentarse en uno de los cojines para observar el cuenco de kimchi aún caliente, pero perfecto para comer. Se sirvió sake, vaciando el botellín y pidiendo otro en cuanto pilló a un camarero. Cogió los palillos y se dispuso a atacar la comida, como si la escena anterior no hubiese dado lugar.
-Aprovecha para masturbarte mientras tengo las manos ocupadas con la comida –le sonrió como si hubiese dicho algo la mar de normal- ¡Oh, gracias! –dijo al muchacho que le trajo de nuevo no uno, sino dos botellines de sake.
-El segundo corre a cuenta de la dama de la mesa siete –le murmuró antes de irse, dejándoles de nuevo su privacidad.
-Ohh~, ¿en serio? –sostuvo la pequeña botella, apoyando el mentón en el dorso de la mano que sujetaba los cubiertos. Como “la dama de la mesa siete” fuese la que había visto al entrar, con aquel vestido impresionantemente llamativo tanto por su color rojo como por su escote aquello sería muy interesante…
En ningún momento se perdió detalle de lo que el más joven le decía, y a cada palabra de rendición una sonrisa siniestra y discreta se instalaba en sus facciones. ¿Qué iba a hacer con aquel gatito cuya rebeldía pendía de un hilo? Se estaba divirtiendo viendo como poco a poco parecía derrumbarse ante sus palabras y el roce de sus dedos, era tan excitante…
-Espero que puedas mostrarme esas “grandes cosas” que me tienes preparadas~ –lamió su mejilla como si fuese algún tipo de perro travieso-. Tengo ganas de ver cómo me castigas, amo –le susurró esto último al oído. Aún era incomprensible que fuera lo que pretendía aquel esclavo. Al parecer no tenía aún límites en cuanto a palabrería y las miradas asesinas –como la que el otro le dirigió tras su último comentario- solo conseguían hacer que algo creciera bajo sus pantalones y se friccionara con más convicción contra la entrepierna ajena.
-Entiendo, así que te llamas “Kamui”~ –alargó una astuta sonrisa de zorro. Cuando se había presentado le había revelado solo su apellido; ahora que conocía su nombre podría llamarle como según le saliese. Era otra manera de estar de igual a igual con él-. Creo que no podré olvidar como sabes en la vida, Kamui-chan -se relamió-. Tienes una piel tan dulce que cuesta creer que tengas una lengua tan afilada.
Como último gesto masajeó sus pectorales, como si fuesen los pechos de una mujer. Luego los apretó, pareciendo que quisiese ordeñarle o algo así.
-Claro que si quieres que te deje… -se irguió, quedando recto y aún sentado sobre su bajo vientre, observándole desde arriba como si el amo allí fuese él, pero con un deje de sumisión voluntaria muy confuso. Pasando la pierna alrededor de su cuerpo se apartó de encima, volviendo a sentarse en uno de los cojines para observar el cuenco de kimchi aún caliente, pero perfecto para comer. Se sirvió sake, vaciando el botellín y pidiendo otro en cuanto pilló a un camarero. Cogió los palillos y se dispuso a atacar la comida, como si la escena anterior no hubiese dado lugar.
-Aprovecha para masturbarte mientras tengo las manos ocupadas con la comida –le sonrió como si hubiese dicho algo la mar de normal- ¡Oh, gracias! –dijo al muchacho que le trajo de nuevo no uno, sino dos botellines de sake.
-El segundo corre a cuenta de la dama de la mesa siete –le murmuró antes de irse, dejándoles de nuevo su privacidad.
-Ohh~, ¿en serio? –sostuvo la pequeña botella, apoyando el mentón en el dorso de la mano que sujetaba los cubiertos. Como “la dama de la mesa siete” fuese la que había visto al entrar, con aquel vestido impresionantemente llamativo tanto por su color rojo como por su escote aquello sería muy interesante…
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Re: Cerrando Negocios.
-Eres un maldito imbécil...aa..no deberías de ser tan confiado..-la ágil mente del chico pronto comenzó a funcionar rápidamente, no por nada siempre había sido venerado y temido por su inteligencia y estrategias, pronto aquel problema que rondaba por su mente..se volvió un simple juego para niños..- jaja creo..que comienzo a comprenderte..¿cuántas patadas te ah dado la vida? mmh.. para ser tan astuto.. ¿Cuántas veces te torturaron..no solo de forma física, si no mental también.?
El chico río levemente bajando el nivel de su fuerza, dejándose llevar nuevamente por el placer que estaba recibiendo su cuerpo, lo mejor de todo es que por fin se había dado cuenta de algo…al fin podrían estar al mismo nivel, ahora deberían de hablar el mismo idioma, y para eso existía el encanto de ambos cuerpos, la reacción de estos era igual, el lo único que quizá pudieran coincidir.
Al parecer había cometido un pequeño error, revelarle su nombre en un momento como ese, ahora sería otro pequeño punto a favor de es mayor, ya que esa sería una nueva forma en la que podría sacarlo de sus casillas, aun que no dejaría de ser tan divertido, aquel humor negro se estaba volviendo tan blanco y muy claro.
-Hun..aa..n..no me toques así..-una mueca de inconformidad se dibujo en sus labios, se sintió algo incomodo por aquella forma en la que todo su pecho, no era una maldita mujer por lo que llevo la palma de su mano a la frente del mayor y que detuviera esos movimienots además de que sus pezones palpitaban y ardían hasta cierto punto.
-Ren..nunca me llames por mi nombre, y menos en un lugar tan publico..me repugna pero espera un poco más y este “gatito” te mostrara sus afiladas garras..-El menor pasó las yemas de sus dedos sobre el suave rostro del esclavo, delineando cada fina facción, cada detalle, por fin había visto que no solo había adquirido una diversión u compañía..si no también un hermoso chico, a pesar de que se estuviera descubriendo apenas..tenía algo seguro..esta dispuesto a perder “algo” con ese hermoso esclavo, pero cuando por fin pensó en continuar el mayor le había abandonado, seducido por un poco de comida, no podía espera mucho menos de él, frunció el ceño, como podía estar tan tranquilo, sabía que el esclavo se encontraba en las mismas condiciones, pero por que..en serio tenía que “descargar” todo eso que el esclavo le provoco.
-Termina..-Dijo molesto y más aun cuando escucho que aquella vieja intentaba algo con lo que le pertenece..esa tonta se estaba metiendo a la boca del lobo, se incorporo acomodando ligeramente su camisa, y de inmediato tiró aquella bebida que el esclavo tanto anhelaba sobre sus desgastados harapos y parte de su pecho..-quiero dejarte una cosa muy en claro..-se acerco de forma felina al esclavo musitando de forma suave y seductora al lado de su oído.-Eres mío..y odio cuando otras personas se meten con lo que me pertenece.-Dijo con cierto descontento, abriéndose paso entre sus brazos y llevando por encima su pierna sobre el regazo del mayor y así quedar sentado sobre este, haciendo que su pequeño cuerpo quedase entre el del astuto esclavo y la pequeña mesa..-Así que tu atención solo debe de estar posada en mi, así como tu mirada..en tu mente lo único que puede existir soy yo..-tomó con amabas manos y con delicadeza el delicado rostro, acariciándolo con las puntas de sus dedos..-lo peor que me puedes hacer..es ponerme celoso..-bajo una de sus manos en una larga caricia hasta el descubierto pecho, enfocándose en encontrar viejas heridas que hubiera en este…-sabes..si lo vuelves hacer..será tan solo un paso más a tu condena de muerte mi querido Ren..-Los dedos que habían acariciado el níveo y aterciopelado rostro de forma paulatina fueron clavando las largas y pulcras uñas del menor, como si intentase marcarlo de por vida..marcarlo como su propiedad
El chico río levemente bajando el nivel de su fuerza, dejándose llevar nuevamente por el placer que estaba recibiendo su cuerpo, lo mejor de todo es que por fin se había dado cuenta de algo…al fin podrían estar al mismo nivel, ahora deberían de hablar el mismo idioma, y para eso existía el encanto de ambos cuerpos, la reacción de estos era igual, el lo único que quizá pudieran coincidir.
Al parecer había cometido un pequeño error, revelarle su nombre en un momento como ese, ahora sería otro pequeño punto a favor de es mayor, ya que esa sería una nueva forma en la que podría sacarlo de sus casillas, aun que no dejaría de ser tan divertido, aquel humor negro se estaba volviendo tan blanco y muy claro.
-Hun..aa..n..no me toques así..-una mueca de inconformidad se dibujo en sus labios, se sintió algo incomodo por aquella forma en la que todo su pecho, no era una maldita mujer por lo que llevo la palma de su mano a la frente del mayor y que detuviera esos movimienots además de que sus pezones palpitaban y ardían hasta cierto punto.
-Ren..nunca me llames por mi nombre, y menos en un lugar tan publico..me repugna pero espera un poco más y este “gatito” te mostrara sus afiladas garras..-El menor pasó las yemas de sus dedos sobre el suave rostro del esclavo, delineando cada fina facción, cada detalle, por fin había visto que no solo había adquirido una diversión u compañía..si no también un hermoso chico, a pesar de que se estuviera descubriendo apenas..tenía algo seguro..esta dispuesto a perder “algo” con ese hermoso esclavo, pero cuando por fin pensó en continuar el mayor le había abandonado, seducido por un poco de comida, no podía espera mucho menos de él, frunció el ceño, como podía estar tan tranquilo, sabía que el esclavo se encontraba en las mismas condiciones, pero por que..en serio tenía que “descargar” todo eso que el esclavo le provoco.
-Termina..-Dijo molesto y más aun cuando escucho que aquella vieja intentaba algo con lo que le pertenece..esa tonta se estaba metiendo a la boca del lobo, se incorporo acomodando ligeramente su camisa, y de inmediato tiró aquella bebida que el esclavo tanto anhelaba sobre sus desgastados harapos y parte de su pecho..-quiero dejarte una cosa muy en claro..-se acerco de forma felina al esclavo musitando de forma suave y seductora al lado de su oído.-Eres mío..y odio cuando otras personas se meten con lo que me pertenece.-Dijo con cierto descontento, abriéndose paso entre sus brazos y llevando por encima su pierna sobre el regazo del mayor y así quedar sentado sobre este, haciendo que su pequeño cuerpo quedase entre el del astuto esclavo y la pequeña mesa..-Así que tu atención solo debe de estar posada en mi, así como tu mirada..en tu mente lo único que puede existir soy yo..-tomó con amabas manos y con delicadeza el delicado rostro, acariciándolo con las puntas de sus dedos..-lo peor que me puedes hacer..es ponerme celoso..-bajo una de sus manos en una larga caricia hasta el descubierto pecho, enfocándose en encontrar viejas heridas que hubiera en este…-sabes..si lo vuelves hacer..será tan solo un paso más a tu condena de muerte mi querido Ren..-Los dedos que habían acariciado el níveo y aterciopelado rostro de forma paulatina fueron clavando las largas y pulcras uñas del menor, como si intentase marcarlo de por vida..marcarlo como su propiedad
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Re: Cerrando Negocios.
-Que desagradable -dijo con cierto tono melódico, respondiendo a la primera de las preguntas de su joven amo, que al parecer había cogido carrerilla hasta ponerse a su nivel- ¿Que te hace pensar que me han maltratado tanto? Simplemente era un humilde sepulturero que se limitaba a hacer su trabajo~
De hecho, Ren era bastante conocido en la ciudad donde trabajaba. Le tenían como a alguien afable, pero al mismo tiempo muy siniestro. A pesar de ser tan aparentemente alegre y llevar ropas vivas y con un aspecto tan intrigante, tener a alguien de dicha profesión con aquella permanente sonrisa zorruna no inspiraba demasiada confianza. A parte de que daba escalofríos...
Por supuesto, cuando el joven Kamui le reprochó el haberle llamado por su nombre sonrió, divertido e intrigado por sus palabras. ¿Tanto quería mantener aquella imagen inquebrantable que se había ganado? Si era así podría hacerlo. Lograría, con solo una orden suya, que se viese como el "trabajador ilegal" respetado y temido que era. Ren estaba muy orgulloso de su capacidad por seguir las ordenes que le interesaban...
-Lo siento, gatito -se disculpó sin demasiada seriedad, continuando con su comida tras haber intentado ver a través de aquel biombo que los ocultaba del resto de clientes a la susodicha mujer. Le gustaban las mujeres, aunque no mas que los hombres. De hecho, en el pasado había tenido muchas experiencias con ellas, así que lo de aquello había venido en un momento bastante oportuno. Cuando quiso seguir hablando, aquel preciado medio litro de sake le empapó la ropa y el pecho. Curbando los labios hacia abajo, el esclavo se lamentó.
-¡Que desperdicio! -exclamó con pena, mirando luego al chico que se le acercaba de aquella forma tan... depredadora y condenadamente sexy. Escuchó todo lo que le decía, mientras el tibio sake se iba enfriando sobre su cuerpo. Sus ojos curiosos no se despegaron en ningún momento del joven mafioso, así como no dejó de sentir sus manos sobre sí. Era cierto que el jueguecito de antes le había hecho reaccionar lo justo; y es que aquel fino cuerpo podría calentar a quien fuese. En un momento dado, soltó una risita. Una risa que, de no haberse contenido, se hubiese convertido en una desquiciada carcajada.
Allí estaba. En muy poco tiempo, pero al fin escuchaba aquello. "Eres mio", "solo piensa en mi", "estoy celoso". Era increíble como simples palabras como aquellas podían traerle tanta satisfacción personal. Elevando una de sus manos, lamió sus dedos para degustar parte del sake derramado. La otra se posó, tras salir de las telas de su larguísima manga, en el redondo trasero de Kamui.
-¿Te has puesto celoso, querido Amo? -volvió a recurrir a su particular forma de psicología- ¿Tan dependiente te has vuelto de mi en este poco tiempo que nos conocemos? Eso me alaga~ -le dedicó otra de sus miradas retadoras, pasando la lengua por sus dedos y haciendo una mueca cuando le clavó las uñas en el pecho-. Desde el momento en el que me compraste soy tuyo. Te seguiré y haré lo que me pidas, ya te lo he dicho. Y si alguna vez se me antoja acostarme con una mujer, bueno... puedo recurrir a ti para desfogarme. Debo decir que tenerte encima se me hace terriblemente excitante~
Las marcas rojas de las uñas de Kamui aparecieron al instante en su piel pálida. Ren tenía un cuerpo semiatlético y con algunas pocas cicatrices que apenas se notaban, producto de alguna mordida excesivamente fuerte o algún corte de navaja de algún asaltante pasado que pretendía robarle o, en su defecto, violarle. Cualquiera de las dos cosas le daba un poco igual entonces, y seguía sin importarle ahora.
Sujetando con firmeza las nalgas de Kamui se lo acercó, asegurandose de que ambas hombrías, aún bajo la ropa, se friccionaran entre si.
-Te rogaría que no me matases tan rápido, aún tengo mucha vida por delante~ -sonrió como un niño travieso antes de lamer la punta de la nariz ajena, abriendo mas sus ojos para dedicarle una mirada entre seria y perversa-. Pero puedes marcarme, tatuarme y tratarme como te plazca. Después de todo eres el dueño de mis acciones, así como también yo soy el dueño de tu atención. ¿Que quieres de mi? ¿Quieres que te ame? -rozó su cuello con los labios, moviendo las manos en un masaje sobre su trasero- ¿Quieres que mi mundo se reduzca solo a ti -se acercó a su oído-, Kamui? Eres como un niño que busca que alguien le haga caso mas alla de lo que se espera. Alguien que quizás quiere que le lleven la contraria una vez en su vida. Que interesante~
Ren parecía estar hablando consigo mismo mientras seguía pensando en las mil y una posibilidades que le brindaba el otro. Moviendo su propia cadera, se frotó contra él, haciendo que sus rodillas chocaran con el bajo de la mesa. Una de sus manos se coló bajo el ajustado pantalón para situar sus largos dedos entre sus nalgas, como una especie de preludio a donde se hundiría si le dejaba seguir.
-Dime, Shirou-sama -dijo con cierto retintín-, ¿esperas que lo hagamos aquí o solo me estás poniendo aún mas cachondo a posta? -sonrió, con cierto acaloramiento en el cuerpo. La última vez que se había acostado con alguien había sido muchísimo antes de que le atrapasen los del Mercado Negro, y por muy pasivo que fuese no era de piedra...- Si es lo primero, ¿por qué no empiezas chupando el sake que has tirado? Aunque fuese la invitación de una mujer no hay que desperdiciar algo como esto~
De hecho, Ren era bastante conocido en la ciudad donde trabajaba. Le tenían como a alguien afable, pero al mismo tiempo muy siniestro. A pesar de ser tan aparentemente alegre y llevar ropas vivas y con un aspecto tan intrigante, tener a alguien de dicha profesión con aquella permanente sonrisa zorruna no inspiraba demasiada confianza. A parte de que daba escalofríos...
Por supuesto, cuando el joven Kamui le reprochó el haberle llamado por su nombre sonrió, divertido e intrigado por sus palabras. ¿Tanto quería mantener aquella imagen inquebrantable que se había ganado? Si era así podría hacerlo. Lograría, con solo una orden suya, que se viese como el "trabajador ilegal" respetado y temido que era. Ren estaba muy orgulloso de su capacidad por seguir las ordenes que le interesaban...
-Lo siento, gatito -se disculpó sin demasiada seriedad, continuando con su comida tras haber intentado ver a través de aquel biombo que los ocultaba del resto de clientes a la susodicha mujer. Le gustaban las mujeres, aunque no mas que los hombres. De hecho, en el pasado había tenido muchas experiencias con ellas, así que lo de aquello había venido en un momento bastante oportuno. Cuando quiso seguir hablando, aquel preciado medio litro de sake le empapó la ropa y el pecho. Curbando los labios hacia abajo, el esclavo se lamentó.
-¡Que desperdicio! -exclamó con pena, mirando luego al chico que se le acercaba de aquella forma tan... depredadora y condenadamente sexy. Escuchó todo lo que le decía, mientras el tibio sake se iba enfriando sobre su cuerpo. Sus ojos curiosos no se despegaron en ningún momento del joven mafioso, así como no dejó de sentir sus manos sobre sí. Era cierto que el jueguecito de antes le había hecho reaccionar lo justo; y es que aquel fino cuerpo podría calentar a quien fuese. En un momento dado, soltó una risita. Una risa que, de no haberse contenido, se hubiese convertido en una desquiciada carcajada.
Allí estaba. En muy poco tiempo, pero al fin escuchaba aquello. "Eres mio", "solo piensa en mi", "estoy celoso". Era increíble como simples palabras como aquellas podían traerle tanta satisfacción personal. Elevando una de sus manos, lamió sus dedos para degustar parte del sake derramado. La otra se posó, tras salir de las telas de su larguísima manga, en el redondo trasero de Kamui.
-¿Te has puesto celoso, querido Amo? -volvió a recurrir a su particular forma de psicología- ¿Tan dependiente te has vuelto de mi en este poco tiempo que nos conocemos? Eso me alaga~ -le dedicó otra de sus miradas retadoras, pasando la lengua por sus dedos y haciendo una mueca cuando le clavó las uñas en el pecho-. Desde el momento en el que me compraste soy tuyo. Te seguiré y haré lo que me pidas, ya te lo he dicho. Y si alguna vez se me antoja acostarme con una mujer, bueno... puedo recurrir a ti para desfogarme. Debo decir que tenerte encima se me hace terriblemente excitante~
Las marcas rojas de las uñas de Kamui aparecieron al instante en su piel pálida. Ren tenía un cuerpo semiatlético y con algunas pocas cicatrices que apenas se notaban, producto de alguna mordida excesivamente fuerte o algún corte de navaja de algún asaltante pasado que pretendía robarle o, en su defecto, violarle. Cualquiera de las dos cosas le daba un poco igual entonces, y seguía sin importarle ahora.
Sujetando con firmeza las nalgas de Kamui se lo acercó, asegurandose de que ambas hombrías, aún bajo la ropa, se friccionaran entre si.
-Te rogaría que no me matases tan rápido, aún tengo mucha vida por delante~ -sonrió como un niño travieso antes de lamer la punta de la nariz ajena, abriendo mas sus ojos para dedicarle una mirada entre seria y perversa-. Pero puedes marcarme, tatuarme y tratarme como te plazca. Después de todo eres el dueño de mis acciones, así como también yo soy el dueño de tu atención. ¿Que quieres de mi? ¿Quieres que te ame? -rozó su cuello con los labios, moviendo las manos en un masaje sobre su trasero- ¿Quieres que mi mundo se reduzca solo a ti -se acercó a su oído-, Kamui? Eres como un niño que busca que alguien le haga caso mas alla de lo que se espera. Alguien que quizás quiere que le lleven la contraria una vez en su vida. Que interesante~
Ren parecía estar hablando consigo mismo mientras seguía pensando en las mil y una posibilidades que le brindaba el otro. Moviendo su propia cadera, se frotó contra él, haciendo que sus rodillas chocaran con el bajo de la mesa. Una de sus manos se coló bajo el ajustado pantalón para situar sus largos dedos entre sus nalgas, como una especie de preludio a donde se hundiría si le dejaba seguir.
-Dime, Shirou-sama -dijo con cierto retintín-, ¿esperas que lo hagamos aquí o solo me estás poniendo aún mas cachondo a posta? -sonrió, con cierto acaloramiento en el cuerpo. La última vez que se había acostado con alguien había sido muchísimo antes de que le atrapasen los del Mercado Negro, y por muy pasivo que fuese no era de piedra...- Si es lo primero, ¿por qué no empiezas chupando el sake que has tirado? Aunque fuese la invitación de una mujer no hay que desperdiciar algo como esto~
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Re: Cerrando Negocios.
-Eso es muy fácil de saber mi querido esclavo, la intuición me lo dijo todo, además…la persona con la que tratas no es un simple e inocente chico, creo que ya te diste cuenta de ellos desde un principio..-No pudo evitar sonreírle y dejar un pequeño beso sobre su mejilla y continuar con aquella pequeña sonrisa que se dibujaba sobre sus labios.
Aquella relación que habían entablado en tan corto tiempo había sido impresionante, de cierta forma le atraía, era algo extraño, se sentía identificado con aquel esclavo..si no hubiese sido por aquellos bandidos, quizá hubiera estado en la misma situación que su acompañante, pero la vida le sonrió y le dio una segunda oportunidad..llenándolo de poder y riquezas, siendo temido y amado por muchos, a pesar de matar y pasar por cadáveres diariamente, sin importarle cuantas personas inocentes tenían que sufrir para que alcanzare sus perversos y malvados objetivos, así como mantenerse en el poder..mantener aquel trono que tanto trabajo le había costado..noches en vela, entrenando para ser el mejor, una serie de cicatrices que adornaban la delicada piel de su espalda, insultos y lo peor de todo..hacerle perder a la persona que más amaba..su pequeño hermano.
-Creo que ya no lo sientes..-dijo con recelo, mientras se regocijaba internamente por algunos de sus logros, lo mejor de todo verle perder uno de sus placeres, uno de esos pequeños detalles que le alegraban la vida a el esclavo, era bastante arriesgado meterse con una persona como esa, en cierto grado le temía, pero siempre valdría la pena correr aquel pequeño peligro, y más con personas que pudieran sorprenderle y voltear de un segundo a otro la jugada, un chico astuto y con una mente perversa y algo retorcida, que le analizara hasta el punto de que pareciera que estaba leyendo su complicada mente.
Cuando sintió aquellas traviesas manos jugueteando por su cuerpo, no pudo evitar soltar pequeños e inocentes gemiditos, ocultando de forma temerosa su rostro entre el cuello y el hombro del mayor, a pesar de que se estuviera atreviendo a corresponder y dejarse llevar por su cuerpo era nuevo en aquellas experiencias..era joven..aquel deseo que sentía era algo nuevo, en ese aspecto, se sentía temeroso, como lo dijo el esclavo..tan solo un gatito..por ahora..
-Si, ¿como has adivinado?, soy endemoniadamente posesivo..odio que se metan con lo que me pertenece, y más aun cuando es algo tan cercano..-esto último fue mencionado en suave susurro, dejando una larga lamida en el níveo cuello del mayor..-dependiente, aun no..solo cuido mis intereses mi querido Ren, solo eso..-musitaba sobre su cuello haciendo su voz cada vez más sensual y apasionada, dejando que sintiera su cálido aliento sobre su cuello, haciendo una mueca al escuchar aquellas palabras “puedo recurrir a ti para desfogarme” otro error por parte del esclavo..-Jamás seré un remplazo de cualquier prostituta..mejor dicho..de nada..-movió sus caderas para dar un fuerte rose con el miembro ajeno.
Bajo su mirada, observando cómo aquello había resultado, le excito y le fue de suma satisfacción el ver cómo le marcaba estaba resultando, pero eso solo era el principio de una larga serie de marcas que tenía pensado dejar de por vida en ese esclavo.
-Entonces, me gustaría escúchate suplicar, por favor amo..no me mate..por favor amo..continúe..que no resistiré más..amo..vea como me ha dejado..le ruego que me deje sentir su cálido cuerpo entre mis brazos..en verdad, muero por escuchar eso-le robo un corto beso en los labios para poder continuar con sus palabras..-te marcare, te tatuare…dejaré de por vida mi nombre y me esencia sobre tu cuerpo, haré lo que seas para que mi marca no solo quede marcada de por vida en tu piel..si no más allá..en tu alma..y quizá..tu corazón..
-Ya basta..Ren..mhn..deja de leer mi mente..-dijo en una falsa suplica..-sabes..aah. yo no busco tu amor..si me permitiera amarte..me volvería más débil, además que sabes perfectamente que no podrías hacerlo..tu orgullo no te lo permitiría..se sincero contigo mismo..como yo lo estoy haciendo ahora..estas viendo como me tienes a tu merced…imagina que ganaras mi corazón cariño..-aquello había sido bastante duró..hasta para el..si se lo permitía..y el esclavo muriese por su culpa..jamás se lo perdonaría..y sin duda alguna..eso marcaría su caída.
Mordió suavemente su labio inferior al sentir un intruso acercándose a aquel tierno lugar, cosa que le hizo estremecerse entre sus brazos, por un momento le daba gracias a aquella estorbosa ropa, que era lo que al mayor seguramente le desagradaba en esos momentos al igual que estaría imaginando el momento en el que le sometería a su propio amo. Quizá el hecho de que el mayor esté dentro de él disfrutando verle debajo de su cuerpo le parecía perturbante, pero lo que más le daba miedo era aquel poder que tenía para adivinar cada uno de sus movimientos, era un psíquico al algo así?, todo lo que le había dicho poco a poco le iba resultando.
-Realmente no se hasta donde pueda llegar en estos momentos, me gustaría que me ayudases a elegir un poco, estoy algo..hun..como decirlo indeciso, quizá me puedas hacer cambiar de opinión Ren..-Una ladina sonrisa se dibujo en sus labios llevando aquella mano que marco el pecho del esclavo a el vientre bajo de este en una larga caricia, delineando cada detalle de aquel bien formado cuerpo a lo largo de su camino, mientras la suave lengua del pelinegro recorría el cuello del esclavo..-Que dices al respecto Ren?..-fue lo último que dijo para cambiar su lengua por sus rosados y suaves labios, descendiendo hasta el pecho del mayor entre húmedos besos y caricias con su mano libre, mientras sus caderas se movían en un hipnótico movimiento intentando provocar más aquel chico.
Aquella relación que habían entablado en tan corto tiempo había sido impresionante, de cierta forma le atraía, era algo extraño, se sentía identificado con aquel esclavo..si no hubiese sido por aquellos bandidos, quizá hubiera estado en la misma situación que su acompañante, pero la vida le sonrió y le dio una segunda oportunidad..llenándolo de poder y riquezas, siendo temido y amado por muchos, a pesar de matar y pasar por cadáveres diariamente, sin importarle cuantas personas inocentes tenían que sufrir para que alcanzare sus perversos y malvados objetivos, así como mantenerse en el poder..mantener aquel trono que tanto trabajo le había costado..noches en vela, entrenando para ser el mejor, una serie de cicatrices que adornaban la delicada piel de su espalda, insultos y lo peor de todo..hacerle perder a la persona que más amaba..su pequeño hermano.
-Creo que ya no lo sientes..-dijo con recelo, mientras se regocijaba internamente por algunos de sus logros, lo mejor de todo verle perder uno de sus placeres, uno de esos pequeños detalles que le alegraban la vida a el esclavo, era bastante arriesgado meterse con una persona como esa, en cierto grado le temía, pero siempre valdría la pena correr aquel pequeño peligro, y más con personas que pudieran sorprenderle y voltear de un segundo a otro la jugada, un chico astuto y con una mente perversa y algo retorcida, que le analizara hasta el punto de que pareciera que estaba leyendo su complicada mente.
Cuando sintió aquellas traviesas manos jugueteando por su cuerpo, no pudo evitar soltar pequeños e inocentes gemiditos, ocultando de forma temerosa su rostro entre el cuello y el hombro del mayor, a pesar de que se estuviera atreviendo a corresponder y dejarse llevar por su cuerpo era nuevo en aquellas experiencias..era joven..aquel deseo que sentía era algo nuevo, en ese aspecto, se sentía temeroso, como lo dijo el esclavo..tan solo un gatito..por ahora..
-Si, ¿como has adivinado?, soy endemoniadamente posesivo..odio que se metan con lo que me pertenece, y más aun cuando es algo tan cercano..-esto último fue mencionado en suave susurro, dejando una larga lamida en el níveo cuello del mayor..-dependiente, aun no..solo cuido mis intereses mi querido Ren, solo eso..-musitaba sobre su cuello haciendo su voz cada vez más sensual y apasionada, dejando que sintiera su cálido aliento sobre su cuello, haciendo una mueca al escuchar aquellas palabras “puedo recurrir a ti para desfogarme” otro error por parte del esclavo..-Jamás seré un remplazo de cualquier prostituta..mejor dicho..de nada..-movió sus caderas para dar un fuerte rose con el miembro ajeno.
Bajo su mirada, observando cómo aquello había resultado, le excito y le fue de suma satisfacción el ver cómo le marcaba estaba resultando, pero eso solo era el principio de una larga serie de marcas que tenía pensado dejar de por vida en ese esclavo.
-Entonces, me gustaría escúchate suplicar, por favor amo..no me mate..por favor amo..continúe..que no resistiré más..amo..vea como me ha dejado..le ruego que me deje sentir su cálido cuerpo entre mis brazos..en verdad, muero por escuchar eso-le robo un corto beso en los labios para poder continuar con sus palabras..-te marcare, te tatuare…dejaré de por vida mi nombre y me esencia sobre tu cuerpo, haré lo que seas para que mi marca no solo quede marcada de por vida en tu piel..si no más allá..en tu alma..y quizá..tu corazón..
-Ya basta..Ren..mhn..deja de leer mi mente..-dijo en una falsa suplica..-sabes..aah. yo no busco tu amor..si me permitiera amarte..me volvería más débil, además que sabes perfectamente que no podrías hacerlo..tu orgullo no te lo permitiría..se sincero contigo mismo..como yo lo estoy haciendo ahora..estas viendo como me tienes a tu merced…imagina que ganaras mi corazón cariño..-aquello había sido bastante duró..hasta para el..si se lo permitía..y el esclavo muriese por su culpa..jamás se lo perdonaría..y sin duda alguna..eso marcaría su caída.
Mordió suavemente su labio inferior al sentir un intruso acercándose a aquel tierno lugar, cosa que le hizo estremecerse entre sus brazos, por un momento le daba gracias a aquella estorbosa ropa, que era lo que al mayor seguramente le desagradaba en esos momentos al igual que estaría imaginando el momento en el que le sometería a su propio amo. Quizá el hecho de que el mayor esté dentro de él disfrutando verle debajo de su cuerpo le parecía perturbante, pero lo que más le daba miedo era aquel poder que tenía para adivinar cada uno de sus movimientos, era un psíquico al algo así?, todo lo que le había dicho poco a poco le iba resultando.
-Realmente no se hasta donde pueda llegar en estos momentos, me gustaría que me ayudases a elegir un poco, estoy algo..hun..como decirlo indeciso, quizá me puedas hacer cambiar de opinión Ren..-Una ladina sonrisa se dibujo en sus labios llevando aquella mano que marco el pecho del esclavo a el vientre bajo de este en una larga caricia, delineando cada detalle de aquel bien formado cuerpo a lo largo de su camino, mientras la suave lengua del pelinegro recorría el cuello del esclavo..-Que dices al respecto Ren?..-fue lo último que dijo para cambiar su lengua por sus rosados y suaves labios, descendiendo hasta el pecho del mayor entre húmedos besos y caricias con su mano libre, mientras sus caderas se movían en un hipnótico movimiento intentando provocar más aquel chico.
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Re: Cerrando Negocios.
Kamui era un chico muy astuto, y eso podía deducirlo solo escuchandole hablar. No por nada se había ganado la reputación que decía que tenía.
Sobre todo en aquel instante de intimidad, sus aspiraciones seguían siendo increíblemente altas.
-No, no eres para nada un chico común -le miró, no sin aquella malicia caracteríastica-. Creo que eres uno mas caprichoso de lo normal. Siempre buscas tener razón y que los demás te respeten. "El fin justificaría los medios" para ti, ¿no? -alzó la mano y le acarició la mejilla casi de manera paternal.
Ante los incitadores roces del otro cuerpo Ren no podía hacer nada. Como ya había dicho, no era de piedra y estaba a muy poco de perder su tan renombrada paciencia. "No seré un remplazo de nada" Esa respuesta le había gustado, ya que mostraba cierta dependencia hacia él que solo podía tender a elevarse con el tiempo. ¿Cuanto tardaría en ser completamente suyo? ¿Cuanto en caer en sus brazos, mostrarle todo su poder de autoridad y flaquear cuando quisiese deshacerse de él? Aquel pronóstico de futuro le hacía reaccionar incluso mas que el fino cuerpo de Kamui encima suya...
Al verlo contraatacar con aquella sarta de palabras no quiso interrumpirle. Es mas, mientras hablaba y se frotaba contra él, el esclavo se había limitado a sonreír -o, en todo caso, borrar su sonrisa para emitir un gesto de placer- y colar las manos por el pantalón tras desabrocharlo con un diestro movimiento de dedos, masajeando así su pequeño y adorable trasero antes de ascender a su espalda, devolviendole ciertos besos cada vez que podía, empujandole contra su erección ya mas que notable para que la friccionase con la suya propia. Tras un jadeo, y dejando que el kimono le resbalase por los hombros, se pasó la lengua lentamente por los labios.
-"Por favor, amo... -empezó, con aquella vocecilla que parecía estar manipulando a alguien desde el fondo de su ser- no me mate. Por favor, continúe hasta que no pueda mas. Quiero sentir como su cuerpo se estremece con mis embestidas, como grita mi nombre y me suplica que llene una y otra vez su interior. Quiero ver sus ojos llorosos suplicandome que me quede con usted, que no le abandone ni le traicione y que le ame. Sobre todo que le ame -se escurrió hacia su oído, suspirando contra él con maldad-. Así que por favor, ámeme igual"
Aquello había sido un golpe bajo, y lo sabía. El hecho que se hubiese dado cuenta de ciertas cosas del carácter de Kamui era, se quiera o no, una ventaja si se utilizaba bien. Y Ren se estaba luciendo. Sin dejar que el menor controlase por más la situación le hundió los dientes en la curbatura del cuello y el hombro, haciendole una visible marca mientras estiraba los brazos a su espalda y despejaba la mesa baja. Lamiendo su clavícula bajó hasta succionar uno de sus pezones de nuevo, no pudiendo resistirse a ellos; como si de un tipo de fetiche se tratase.
-Vamos, Kamui. Ámame -repitió, empujando su delgado cuerpo contra la mesa sin ser demasiado violento. Al tenerlo tumbado, y estando él sentado en un lugar tan propicio, empezó a sacarle el pantalón- ¿Que hay de malo en ganarme tu corazón? ¿Es que no quieres enamorarte de un esclavo? ¿O soy yo del que no quieres enamorarte? ¿Piensas que te traicionaré? ¿Que te dejaré? -le miró con un brillo afilado en los ojos- Eso no puedes saberlo~
Pasó los dedos lentamente por su miembro, aún tapado por la ropa interior mientras dejaba el pantalón a un lado, pegandose mas a la mesa y dejando las piernas del joven a ambos lados de su costado. Luego se inclinó y lamió sinuosamente, sin dejar de mirarle.
-Cualquiera podría verte en esta situación, Shirou-sama -bajó lentamente el bóxer, dejando al descubierto su duro y húmedo miembro. Un estado similar al que se encontraba el suyo aún bajo los pantalones-. Pero si tengo que convencerte como dices, este es el mejor método. Que aproveche~ -se relamió, abrió la boca e hizo desaparecer la dureza de Kamui en su garganta; sujetando sus muslos con ambas manos para que no cerrase las piernas, comenzó con su vaivén torturantemente lento, sin importarle demasiado donde estuviesen...
Sobre todo en aquel instante de intimidad, sus aspiraciones seguían siendo increíblemente altas.
-No, no eres para nada un chico común -le miró, no sin aquella malicia caracteríastica-. Creo que eres uno mas caprichoso de lo normal. Siempre buscas tener razón y que los demás te respeten. "El fin justificaría los medios" para ti, ¿no? -alzó la mano y le acarició la mejilla casi de manera paternal.
Ante los incitadores roces del otro cuerpo Ren no podía hacer nada. Como ya había dicho, no era de piedra y estaba a muy poco de perder su tan renombrada paciencia. "No seré un remplazo de nada" Esa respuesta le había gustado, ya que mostraba cierta dependencia hacia él que solo podía tender a elevarse con el tiempo. ¿Cuanto tardaría en ser completamente suyo? ¿Cuanto en caer en sus brazos, mostrarle todo su poder de autoridad y flaquear cuando quisiese deshacerse de él? Aquel pronóstico de futuro le hacía reaccionar incluso mas que el fino cuerpo de Kamui encima suya...
Al verlo contraatacar con aquella sarta de palabras no quiso interrumpirle. Es mas, mientras hablaba y se frotaba contra él, el esclavo se había limitado a sonreír -o, en todo caso, borrar su sonrisa para emitir un gesto de placer- y colar las manos por el pantalón tras desabrocharlo con un diestro movimiento de dedos, masajeando así su pequeño y adorable trasero antes de ascender a su espalda, devolviendole ciertos besos cada vez que podía, empujandole contra su erección ya mas que notable para que la friccionase con la suya propia. Tras un jadeo, y dejando que el kimono le resbalase por los hombros, se pasó la lengua lentamente por los labios.
-"Por favor, amo... -empezó, con aquella vocecilla que parecía estar manipulando a alguien desde el fondo de su ser- no me mate. Por favor, continúe hasta que no pueda mas. Quiero sentir como su cuerpo se estremece con mis embestidas, como grita mi nombre y me suplica que llene una y otra vez su interior. Quiero ver sus ojos llorosos suplicandome que me quede con usted, que no le abandone ni le traicione y que le ame. Sobre todo que le ame -se escurrió hacia su oído, suspirando contra él con maldad-. Así que por favor, ámeme igual"
Aquello había sido un golpe bajo, y lo sabía. El hecho que se hubiese dado cuenta de ciertas cosas del carácter de Kamui era, se quiera o no, una ventaja si se utilizaba bien. Y Ren se estaba luciendo. Sin dejar que el menor controlase por más la situación le hundió los dientes en la curbatura del cuello y el hombro, haciendole una visible marca mientras estiraba los brazos a su espalda y despejaba la mesa baja. Lamiendo su clavícula bajó hasta succionar uno de sus pezones de nuevo, no pudiendo resistirse a ellos; como si de un tipo de fetiche se tratase.
-Vamos, Kamui. Ámame -repitió, empujando su delgado cuerpo contra la mesa sin ser demasiado violento. Al tenerlo tumbado, y estando él sentado en un lugar tan propicio, empezó a sacarle el pantalón- ¿Que hay de malo en ganarme tu corazón? ¿Es que no quieres enamorarte de un esclavo? ¿O soy yo del que no quieres enamorarte? ¿Piensas que te traicionaré? ¿Que te dejaré? -le miró con un brillo afilado en los ojos- Eso no puedes saberlo~
Pasó los dedos lentamente por su miembro, aún tapado por la ropa interior mientras dejaba el pantalón a un lado, pegandose mas a la mesa y dejando las piernas del joven a ambos lados de su costado. Luego se inclinó y lamió sinuosamente, sin dejar de mirarle.
-Cualquiera podría verte en esta situación, Shirou-sama -bajó lentamente el bóxer, dejando al descubierto su duro y húmedo miembro. Un estado similar al que se encontraba el suyo aún bajo los pantalones-. Pero si tengo que convencerte como dices, este es el mejor método. Que aproveche~ -se relamió, abrió la boca e hizo desaparecer la dureza de Kamui en su garganta; sujetando sus muslos con ambas manos para que no cerrase las piernas, comenzó con su vaivén torturantemente lento, sin importarle demasiado donde estuviesen...
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Re: Cerrando Negocios.
Sonrió ante las palabras del esclavo respondiendo con recelo-¿Insinúas que soy un chico mimado?-Ladeo su rostro tan solo para sentir más aquella cálida y suave caricia que el mayor le había proporcionado, aquel rose sí que había sido diferente por lo que no pudo resistirse a sentirlo un poco más, cerrando sus orbes, escuchando lo que le decía el esclavo- Aah..jajaja..es tan extraño..Como te metiste en mi mente tan rápido, me da un poco de miedo Ren...me conoces tan bien a pesar de que te acabo de conocer-El pelinegro dejaba pequeños besos sobre la pálida pero tersa mejilla de su compañero..-Realmente no se qué hacías en un sitio como ese..siendo tan astuto y sagaz ..inteligente y bello..-Dijo entre un tono sarcástico pero a la vez sincero, intentando confundir el verdadero significado de aquella expresión.
No cesaba aquellos eróticos roses, pensando acerca de lo que hacía, quería percatarse si esto se trataba de un simple juego de niños…ó iría más allá, aun que su subconsciente le dijera que la primera opción era correcta, las manos del esclavo le resultaban bastante hábiles por lo que no pudo resistir, levantando sus caderas moviéndolas, ansioso de sentir las suaves yemas de aquellos dedos en esa prohibida piel que nunca había sido tocada antes.
Observaba cada movimiento del esclavo, antes sus ojos aquella escena se hacía sumamente provocativa, no pudo evitarlo, llevando sus manos sobre el pecho contrarió, recorriendo cada parte de este sin perder detalle alguno, intentando que en su tacto quedará grabado por siempre cada una de las suaves texturas y delicados pliegues, fuerte abdomen y nívea piel..era suyo..
¿Qué había sido todo eso?, no lo podía creer, aquellas palabras rondaban una y otra vez en su cabeza, ¿acaso estaba siendo sarcástico?, o ¿estaba intentando confundirlo nuevamente?, No pudo negar que aquel tono con que esos venenosos labios expresaban esas perfectas y anheladas palabras, le hacían encender su interior, haciendo que deseara que aquel extraño chico fuese parte de él..-Mnh..eso ha sido sucio Ren..¿Acaso intentas confundirme más?, o solo quieres jugar un poco más con mi subconsciente y adentrarte a algo más profundo y privado..como lo son..”mis sentimientos”..-paso las puntas de sus dedos sobre los carnosos y rosados labios de su esclavo..-serías capaz de traicionarme Ren?, ¿Serías capaz de jugar conmigo?, utilizarme hasta que yo termine siendo el esclavo y tu el amo?, ¿llegarías al punto de humillarme y hacerme sentir la peor basura?..-su mirada se suavizó, dándole un aspecto infantil e inocente, llevando la caricia de sus labios hasta la mejilla ..-Ren..-Un gemidillo de dolor escapo de sus labios sin que pudiese contenerlo, haciendo su cuerpo vibrar por el cálido aliento del mayor sobre su cuello y aquellos dientes clavándose en su tersa piel, marcándole..¿Que quería decir con ello?, ¿acaso el también le pertenecía a aquel joven?
-Haa..Ren..apesar de lo que haga.. seguiras siendo un maldito..-mordía suavemente su labio inferior al ser despojado del resto de sus prendas, haciéndose sus respiraciones más profundas y agitadas..-No me puedo dar el lujo de amarte..pero..quizá haya una pequeña oportunidad para que me pueda permitir hacerlo..-susurraba..-cuando ganes mi completa confianza, cuando sepa que serás capaz de dar la vida por mí..cuando sepa que si te brindo un “Te amo” lo puedas contestar con sinceridad..juro que te daré el poder que mereces..si es que no te mato en el proceso..-Dijo serio, mientras una pequeña risilla se escapaba al decir lo último, tornándose rápidamente en una mueca de placer.
El menor entrecerraba los ojos, sus pómulos se encontraban con un tierno tono carmesí sobre ellos, dirigiendo su vista hacía otro punto, ya que al ver lo que el esclavo provocaba en su cuerpo, se sentía apenado de estar tan sumiso y expuesto a aquel astuto chico, intentó cerrar sus piernas, temblando entre cada rose.
Al sentir aquella húmeda y cálida cavidad rodeando su miembro inmediatamente tapo sus labios con ambas manos, intentando no gemir por lo que el mayor hacía, se sentía tan bien, sus labios moviéndose a lo largo apretándolos de vez en cuando en él trayecto, la juguetona lengua rodeando su longitud , su vista se tornaba nublada, el placer…aquel placer que sentía era inigualable, jamás pensó que fuera así, que aquel esclavo le hiciese sentir tal éxtasis, llevó uno de sus brazos sobre su cabeza, tomando entre sus largos dedos aquel fino y delgado mantel que cubría la mesa.
¿Verlo?, ¿su esclavo sería capaz de hacerle eso?, cuando pensaba que podría darle un poco de confianza sus altaneras palabras le hacían cambiar de parecer en ese aspecto..
No cesaba aquellos eróticos roses, pensando acerca de lo que hacía, quería percatarse si esto se trataba de un simple juego de niños…ó iría más allá, aun que su subconsciente le dijera que la primera opción era correcta, las manos del esclavo le resultaban bastante hábiles por lo que no pudo resistir, levantando sus caderas moviéndolas, ansioso de sentir las suaves yemas de aquellos dedos en esa prohibida piel que nunca había sido tocada antes.
Observaba cada movimiento del esclavo, antes sus ojos aquella escena se hacía sumamente provocativa, no pudo evitarlo, llevando sus manos sobre el pecho contrarió, recorriendo cada parte de este sin perder detalle alguno, intentando que en su tacto quedará grabado por siempre cada una de las suaves texturas y delicados pliegues, fuerte abdomen y nívea piel..era suyo..
¿Qué había sido todo eso?, no lo podía creer, aquellas palabras rondaban una y otra vez en su cabeza, ¿acaso estaba siendo sarcástico?, o ¿estaba intentando confundirlo nuevamente?, No pudo negar que aquel tono con que esos venenosos labios expresaban esas perfectas y anheladas palabras, le hacían encender su interior, haciendo que deseara que aquel extraño chico fuese parte de él..-Mnh..eso ha sido sucio Ren..¿Acaso intentas confundirme más?, o solo quieres jugar un poco más con mi subconsciente y adentrarte a algo más profundo y privado..como lo son..”mis sentimientos”..-paso las puntas de sus dedos sobre los carnosos y rosados labios de su esclavo..-serías capaz de traicionarme Ren?, ¿Serías capaz de jugar conmigo?, utilizarme hasta que yo termine siendo el esclavo y tu el amo?, ¿llegarías al punto de humillarme y hacerme sentir la peor basura?..-su mirada se suavizó, dándole un aspecto infantil e inocente, llevando la caricia de sus labios hasta la mejilla ..-Ren..-Un gemidillo de dolor escapo de sus labios sin que pudiese contenerlo, haciendo su cuerpo vibrar por el cálido aliento del mayor sobre su cuello y aquellos dientes clavándose en su tersa piel, marcándole..¿Que quería decir con ello?, ¿acaso el también le pertenecía a aquel joven?
-Haa..Ren..apesar de lo que haga.. seguiras siendo un maldito..-mordía suavemente su labio inferior al ser despojado del resto de sus prendas, haciéndose sus respiraciones más profundas y agitadas..-No me puedo dar el lujo de amarte..pero..quizá haya una pequeña oportunidad para que me pueda permitir hacerlo..-susurraba..-cuando ganes mi completa confianza, cuando sepa que serás capaz de dar la vida por mí..cuando sepa que si te brindo un “Te amo” lo puedas contestar con sinceridad..juro que te daré el poder que mereces..si es que no te mato en el proceso..-Dijo serio, mientras una pequeña risilla se escapaba al decir lo último, tornándose rápidamente en una mueca de placer.
El menor entrecerraba los ojos, sus pómulos se encontraban con un tierno tono carmesí sobre ellos, dirigiendo su vista hacía otro punto, ya que al ver lo que el esclavo provocaba en su cuerpo, se sentía apenado de estar tan sumiso y expuesto a aquel astuto chico, intentó cerrar sus piernas, temblando entre cada rose.
Al sentir aquella húmeda y cálida cavidad rodeando su miembro inmediatamente tapo sus labios con ambas manos, intentando no gemir por lo que el mayor hacía, se sentía tan bien, sus labios moviéndose a lo largo apretándolos de vez en cuando en él trayecto, la juguetona lengua rodeando su longitud , su vista se tornaba nublada, el placer…aquel placer que sentía era inigualable, jamás pensó que fuera así, que aquel esclavo le hiciese sentir tal éxtasis, llevó uno de sus brazos sobre su cabeza, tomando entre sus largos dedos aquel fino y delgado mantel que cubría la mesa.
¿Verlo?, ¿su esclavo sería capaz de hacerle eso?, cuando pensaba que podría darle un poco de confianza sus altaneras palabras le hacían cambiar de parecer en ese aspecto..
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
Era un niño mimado. Era desconfiado y retorcido a su propia manera. Son respuestas que no dio en voz alta porque pensó que su silencio podría responder de igual forma. Ren tenía muchas maneras de hacer las cosas, y esa era una de ellas.
-Si te soy sincero, querido amo –se relamió, abriéndole mas las piernas para besar la cara interna de sus muslos-, estaba tan aburrido de mi vida que dejé que otros me la cambiasen. Por ello acabé donde acabé y ahora estoy aquí, cenando algo delicioso. He tenido suerte –no se sabía si también estaba siendo sarcástico o no. Dejando un camino de marcas rojas por la piel de Kamui, volvió a bajar a su miembro para succionarlo, lamerlo y acariciarlo mientras su lengua bajaba, tras alzarle ligeramente la cadera, a su estrecha entrada. Otra cosa que le hacía sonreír de forma nada reconfortante.
-No te traicionaré –dijo, inclinándose hacia delante y alzando una mano hacia la boca del más joven, dándole a lamer dos de sus dedos-, porque echaría por la borda toda mi diversión. Los que traicionan son gente que desea algo mejor. En mi caso, el “algo mejor” eres tú, Shirou-sama –acarició su lengua con los dedos, haciendo un vaivén con ellos entre sus labios mientras su otra mano delineaba desde su entrada hasta la punta de su erección, jugueteando con ambas-. Sin embargo, si quiero jugar contigo. Siempre querré jugar contigo, aunque no sepas de que manera. Si te apetece que yo sea el amo de tu cuerpo y tus “sentimientos” puedo serlo. Solo debes mostrarme la parte más débil de ti y yo me encargaré del resto –soltó una risita aparentemente inocente-. Claro que esa no es mi intención. Me queda claro que soy un esclavo y no lo niego. ¿Por qué querría dominarte y humillarte? –le miró de forma intensa, como si aquella pregunta fuese un preludio de sus intenciones. Sin embargo, y para no variar, no se sabía de qué demonios hablaba.
Dejando libre la boca de Kamui, volvió a separar sus piernas y alzar la cadera, atrayendo hasta el borde de la mesa su cuerpo. Tras unas caricias, se quitó las gafas e introdujo uno de sus dedos con ayuda de su lengua, alzando sus ojos de mirada penetrante hacia los del menor antes de embestirle del todo con él.
-Con lo que yo te quiero –comentó, divertido-. No pensé que alguien con tu profesión creyese en eso de “dar la vida por amor”. No suena propio de un Yakuza. Sin embargo, te daré el beneficio de la duda de lo que sería capaz por alguien que quiero, ¿de acuerdo? Así será más entretenido.
Moviéndose en el interior ajeno, optó por meter otro dedo, mientras su lengua y su boca hacían de las suyas en su hombría. Estaba siendo asombrosamente delicado, y eso contrarrestaba demasiado con sus palabras, confundiendo mas.
-Si te soy sincero, querido amo –se relamió, abriéndole mas las piernas para besar la cara interna de sus muslos-, estaba tan aburrido de mi vida que dejé que otros me la cambiasen. Por ello acabé donde acabé y ahora estoy aquí, cenando algo delicioso. He tenido suerte –no se sabía si también estaba siendo sarcástico o no. Dejando un camino de marcas rojas por la piel de Kamui, volvió a bajar a su miembro para succionarlo, lamerlo y acariciarlo mientras su lengua bajaba, tras alzarle ligeramente la cadera, a su estrecha entrada. Otra cosa que le hacía sonreír de forma nada reconfortante.
-No te traicionaré –dijo, inclinándose hacia delante y alzando una mano hacia la boca del más joven, dándole a lamer dos de sus dedos-, porque echaría por la borda toda mi diversión. Los que traicionan son gente que desea algo mejor. En mi caso, el “algo mejor” eres tú, Shirou-sama –acarició su lengua con los dedos, haciendo un vaivén con ellos entre sus labios mientras su otra mano delineaba desde su entrada hasta la punta de su erección, jugueteando con ambas-. Sin embargo, si quiero jugar contigo. Siempre querré jugar contigo, aunque no sepas de que manera. Si te apetece que yo sea el amo de tu cuerpo y tus “sentimientos” puedo serlo. Solo debes mostrarme la parte más débil de ti y yo me encargaré del resto –soltó una risita aparentemente inocente-. Claro que esa no es mi intención. Me queda claro que soy un esclavo y no lo niego. ¿Por qué querría dominarte y humillarte? –le miró de forma intensa, como si aquella pregunta fuese un preludio de sus intenciones. Sin embargo, y para no variar, no se sabía de qué demonios hablaba.
Dejando libre la boca de Kamui, volvió a separar sus piernas y alzar la cadera, atrayendo hasta el borde de la mesa su cuerpo. Tras unas caricias, se quitó las gafas e introdujo uno de sus dedos con ayuda de su lengua, alzando sus ojos de mirada penetrante hacia los del menor antes de embestirle del todo con él.
-Con lo que yo te quiero –comentó, divertido-. No pensé que alguien con tu profesión creyese en eso de “dar la vida por amor”. No suena propio de un Yakuza. Sin embargo, te daré el beneficio de la duda de lo que sería capaz por alguien que quiero, ¿de acuerdo? Así será más entretenido.
Moviéndose en el interior ajeno, optó por meter otro dedo, mientras su lengua y su boca hacían de las suyas en su hombría. Estaba siendo asombrosamente delicado, y eso contrarrestaba demasiado con sus palabras, confundiendo mas.
- Spoiler:
- [Siento el retraso y el post tan corto, me han escayolado un brazo xDUuu]
Invitado- Invitado
Re: Cerrando Negocios.
Aquellas caricias y roces, el sentir un pequeño frió cuando la lengua de su esclavo abandonaba algunas partes de su cuerpo, provocaban que su cuerpo se calentara, le estaba haciendo arder como una mecha la cual de forma lenta buscaba el punto exacto para poder explotar..-Ren, por favor..-el menor suplicaba en pequeños gemidos, anhelante de más pero a la vez de que se detuviera, el sentir tales “Atenciones” no era nada común por lo que le hacía, “Aquel esclavo le daría un giro completo a su vida”..algo en su interior le hacía sentir feliz, por fin saldría de aquella monótona vida, aun que fuera divertido aquella nueva compañía le estaba resultando bastante entretenida.
Al sentir su entrada amenazada aquella lengua no pudo evitar removerse, intentando controlar más aquellos gemidos que luchaban por escapar de sus labios, mordiendo cada vez más fuerte su labio inferior, daba gracias a que las demás personas estaba algo alejadas de aquel pequeño privado y que la música y las platicas inundaban el lugar, sin embargo con aquella explosión de sensaciones se le hacía casi imposible no perder el control..-Ren..aah..que me haces..mhn..-
“No te traicionare” quiso responder pero sus palabras fueron silenciadas por aquellos dedos dentro de su boca, los cuales sin reprochar succionaba haciendo que su lengua se colara entre ellos y juguetease de vez en cuando con las puntas, atento a pesar del placer que le brindaba el mayor, escuchaba a su ahora esclavo y pudiera ser que en un futuro su amante, sus delicado cuerpo se estremecía cada vez que tocaba esa parte tan sensible, la cual contraía cada vez que el tacto del mayor pasaba por ahí, en cierta parte tenía razón, ¿que persona iba a rechazar a un joven mafioso? Si con ello su vida estaría asegurada, llena de lujos y caprichos, fiestas y personas completamente materialistas rodeándole, fama..algo y más en ese mundo, fortuna eso ni se diga. Las palabras del mayor le confundían seriamente aun que ya entendiera algunas incógnitas que este implantaba en su subconsciente, el mayor ya sabía muchas de sus debilidades..”¿Lograría hacer el resto?”..
Los dedos del mayor fueron liberados de la húmeda prisión en la que los tenía el pequeño mafioso, acariciándolos con su lengua en el proceso, mientras un pequeño hilo de saliva se deslizaba suavemente por la comisura de su boca, se incorporo un poco solo para poder tener una mejor vista de cómo el mayor jugaba con su cuerpo de la manera en la que mejor le pareciera, en ese momento el era tan solo la marioneta, llevó una de sus manos a los suaves cabellos de su esclavo en los cales entrelazo sus largos y pálidos dedos, mientras que con su otra mano se apoyaba para no perder el equilibrio y seguir disfrutando de la escena.
Pronto aquel agarre se convirtió en uno más fuerte, por fin su interior estaba siendo profanado, aquel ladronzuelo burlón por fin estaba logrando su cometido..-de..déjame sentirte más..-decía entre suplicas y gemidos, de pronto tenía la gran necesidad de sentir aquel cálido cuerpo rodear el suyo, y que esos dedos fueran remplazados por otra clase de piel..sus palabras y sus toques, aquel tonillo sarcástico y las delicadas caricias aquellos contrastes le estaban haciendo perder la cordura, sentía que su vista se nublaba poco a poco pero aun lograba percibir la penetrante mirada de su acompañante que era lo más aterrador del asunto, aun que gracias a él podría aprender grandes lecciones..para llegar a ser el maestro -
Al sentir su entrada amenazada aquella lengua no pudo evitar removerse, intentando controlar más aquellos gemidos que luchaban por escapar de sus labios, mordiendo cada vez más fuerte su labio inferior, daba gracias a que las demás personas estaba algo alejadas de aquel pequeño privado y que la música y las platicas inundaban el lugar, sin embargo con aquella explosión de sensaciones se le hacía casi imposible no perder el control..-Ren..aah..que me haces..mhn..-
“No te traicionare” quiso responder pero sus palabras fueron silenciadas por aquellos dedos dentro de su boca, los cuales sin reprochar succionaba haciendo que su lengua se colara entre ellos y juguetease de vez en cuando con las puntas, atento a pesar del placer que le brindaba el mayor, escuchaba a su ahora esclavo y pudiera ser que en un futuro su amante, sus delicado cuerpo se estremecía cada vez que tocaba esa parte tan sensible, la cual contraía cada vez que el tacto del mayor pasaba por ahí, en cierta parte tenía razón, ¿que persona iba a rechazar a un joven mafioso? Si con ello su vida estaría asegurada, llena de lujos y caprichos, fiestas y personas completamente materialistas rodeándole, fama..algo y más en ese mundo, fortuna eso ni se diga. Las palabras del mayor le confundían seriamente aun que ya entendiera algunas incógnitas que este implantaba en su subconsciente, el mayor ya sabía muchas de sus debilidades..”¿Lograría hacer el resto?”..
Los dedos del mayor fueron liberados de la húmeda prisión en la que los tenía el pequeño mafioso, acariciándolos con su lengua en el proceso, mientras un pequeño hilo de saliva se deslizaba suavemente por la comisura de su boca, se incorporo un poco solo para poder tener una mejor vista de cómo el mayor jugaba con su cuerpo de la manera en la que mejor le pareciera, en ese momento el era tan solo la marioneta, llevó una de sus manos a los suaves cabellos de su esclavo en los cales entrelazo sus largos y pálidos dedos, mientras que con su otra mano se apoyaba para no perder el equilibrio y seguir disfrutando de la escena.
Pronto aquel agarre se convirtió en uno más fuerte, por fin su interior estaba siendo profanado, aquel ladronzuelo burlón por fin estaba logrando su cometido..-de..déjame sentirte más..-decía entre suplicas y gemidos, de pronto tenía la gran necesidad de sentir aquel cálido cuerpo rodear el suyo, y que esos dedos fueran remplazados por otra clase de piel..sus palabras y sus toques, aquel tonillo sarcástico y las delicadas caricias aquellos contrastes le estaban haciendo perder la cordura, sentía que su vista se nublaba poco a poco pero aun lograba percibir la penetrante mirada de su acompañante que era lo más aterrador del asunto, aun que gracias a él podría aprender grandes lecciones..para llegar a ser el maestro -
- Spoiler:
- TT__TT igh! gomen ne!!! asdsa se me junto todo! semana de exámenes, y el bicentenario reuniones familiares perdón por tardar!! ¿Como sigue tu manito? cuídate mucho :)
Invitado- Invitado
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