Visiting you..((Libre))

El cielo de Tokyo parecía más gris que en un día regular de invierno,la temperatura era baja y parecía que llovería,haría mucho viento o algo así,pero no estaba seguro,porque el clima es una de las cosas que uno no puede predecir,igual que los corazones ajenos. Los ojos del androide se pasearon por la fachada de la iglesia que seguramente estaría vacía por dentro. Desde que había comenzado a pasar por ahí a diario gracias a su nuevo empleo,y había notado que aquella área no era muy transitada,se preguntaba por qué. El arrullo de las palomas que se encontraban en el techo de la iglesia hacían que la escena pareciese menos silenciosa y solitaria,aunque igual no dejaba de darle un poco de miedo encontrarse ahí solo.

Recordó que en una ocasión,cuando su papaito aún vivía,había ido con él a una iglesia a rezar por su madre,con la excepción de que aquella iglesia en su tierra natal era quizá el tripe de ésta y mucho más hermosa,sin embargo la apariencia no era lo que importaba cuando se trataba de arreglar los asuntos de conciencia y del alma o al menos eso había escuchado por ahí.... Pero,¿tenían conciencia los androides? ¿Tenía él algo similar a un alma o algo por el estilo? El otro Aurelio sí que lo había tenido,pero él,él.... Él era él y deseaba no serlo,deseaba ser un robot como los que se encontraban en las tiendas de juguete,sin sentimientos y obedientes,sin enamorarse ni sentir soledad. Puso un pie en las gradas,comenzando a subirlas poco a poco hasta entrar. Como imaginaba,el sitio estaba vacío. El aire olía levemente a incienso y a tranquilidad...

Soltó un suspiro y siguió avanzando entre las bancas hasta sentarse al frente,justo delante del altar mayor y el crucifijo. Ver esa escena ante sí le hizo sentir que se encogía,tal vez por eso la gente venía solo cuando necesitaba algo de paz,porque a pesar de sentirse levemente torpe y solitario,no se sentía incómodo. ¿Qué sentía entonces? Tal vez podría saberlo si cerraba los ojos....

Pero que día tan frío era, parecía que se ponía de acuerdo con el humor de la gente o eso pensaba Matt quien venía con la cabeza gacha tras haber sido expulsado de una sala de juegos por ser el causante de una brutal pelea. Él sabía perfectamente que había arrojado el primer golpe, pero aquel primer puñetazo era totalmente justificado, aquel hombre estaba molestando a una chica y como el héroe de la justicia que era no había podido permitirlo.

Suspiro pesadamente con las manos en los bolsillos mientras escondía parte de su boca debajo de la chaqueta color verde militar, en cuanto aquella queja llegara a sus altos jefes su expediente quedaría marcado…de nuevo y para el resto de sus días. Tendría mucha suerte si no le expulsaban por acumular tantas faltas en menos de tres meses. Las personas de verdad no parecían entender que existían ocasiones en las que para hacer el bien era necesario alzar los puños.

“Al menos ella me lo agradeció” Pensó mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus blancas facciones, era todo lo que tenía que escuchar, pensar tanto en lo demás carecía de importancia. La víctima había reconocido su acto como heroico, entonces, no tenía que temer. Mucho más alegre tras haberse animado solo planeo ir por unas hamburguesas, el frío de ese día ameritaba una buena dotación de calorías para el cuerpo, pero antes de que siquiera diera la media vuelta para ir a un local de comida chatarra, fijo sus ojos en un lugar al que su madre solía llevarlo de pequeño. Era bonito recordar como pasaba horas los domingos cantando junto a sus hermanos. Decidió que era hora de volver, aunque fuera por unos minutos.

Entro a la iglesia, no era muy diferente a las demás, siempre las mismas imágenes, colores, etc, etc, por lo que no perdió su tiempo en mirar a su alrededor. Paso entre todas las bancas a grandes zancadas y se quedo frente a la imagen más importante de allí.

-Hey you! Yes, I'm talking to you, sir-Le grito de forma escandalosa rompiendo con todos los códigos de tradición-Digo, mucho tiempo sin vernos, espero que no me tomes manía por no haberte visitado en tanto tiempo. Ah, pero que hago, si hablo de esta forma solo me dirán loco-Movió su cabeza desesperadamente por no haber pensado antes de dirigirle la palabra a una simple estatua.

Tenía los ojos cerrados. Pensaba,pensaba y pensaba,y se sentía algo cansado y somnoliento por el frío y el día que acababa de transcurrir. Se hubiera ido de lado en la banca,completamente dormido de no ser porque escuchó las puertas de la Iglesia abrirse nuevamente,seguido de unos pasos sonoros y la voz estridente que resonó por todo el lugar. Hablaba en inglés.Un gringo...

Lo miró entre asustado y curioso,era inusual que alguien entrase en un lugar así y más inusual aún era el que hablase de ese modo,como si fuera un amigo de toda la vida de la estatua,que dicho sea de paso,representaba al Gran Señor.... O algo así entendía.No tenía muy claras esas cosas de fe. Los androides no se ocupan de eso,¿verdad? Se santiguó por puro reflejo,como le habían enseñado a hacer,esperando que no fuese a aparecer el sacerdote de turno para echarlos a ambos. Pero nadie venía,así que no pasaba nada.

-You shouldn't be so disrespectulf,you're in a church. There are many ways to say what you need....- Se tomó el atrevimiento de contestar en el mismo idioma que el otro. Después de todo,sabía hablarlo a la perfección igual que otros tantos idiomas,como le habian programado y aprendía poco a poco con la gente con la que se topaba. Se preguntó si el gringo iba a prestarle atención o le daría una paliza.Tuvo miedo. No era buena idea decir semejante cosa frente a un hombronazo como ese que se encontraba de pie frente al altar mayor como si estuviese viendo una televisión.

Se giro y le miro mientras parpadeaba, como si en ese lapsus hubiera estado procesando lo dicho por el otro y no es que no le entendiera, god, era su idioma, es solo que no era usual que alguien hablara ingles y que pronunciara tan bien, asumió inmediatamente que era un honorable estadounidense como él. Dando las mismas pisadas se acerco y le miro desde la altura, alzo uno de sus grandes manos y se revolvió los cabellos mientras una sonrisa boba y gamberra se asomaba por su rostro haciendo notar una gran pena.

-Sorry, sorry-Junto sus manos dando ligeras reverencias ¿Eso es lo que hacían en Japón, no? Aunque quizás el se estuviera pasando con la cantidad de veces que se agachaba, el chico tuvo suerte de que no le diera un casi mortal cabezazo con esa masa dura que había llamar cerebro-Lamento mucho si te moleste, tengo la costumbre de hablar en voz muy alta y solo hahaha-Río con vergüenza usando el idioma del lugar para no perder el hilo, aún así su vocabulario era muy novato y se notaba una mala pronunciación. Se refregó la nariz evitando que los mocos se le cayeran, el frío era algo a lo que definitivamente jamás se acostumbraría.

-Soy Matt O´Brian, vengo de Estados Unidos, llegue hace muy poco a este lindo país. Mucho gusto-Estrecho su mano de forma amistosa esperando no estar siendo muy atrevido, había descubierto que en Tokyo las cosas eran mucho más conservadoras. Pero si sus cálculos no estaban mal todo iría a flor de piel, porque por aquel acento no existía forma en la que no pudiera ser un ciudadano americano, aunque físicamente no tenía ninguna raíz gringa, bueno, aún podía tener sangre inglesa.

La mirada del otro que se había clavado de súbito sobre sí lo mantuvo en suspenso. No sabía si iba a recibir un reclamo por semejante atrevimiento ante un extranjero...Debió haber sido más cortés,pero en el momento no se pudo controlar,cosa inusual en él. Alzó la vista,viendo cómo se acercaba y sus pasos tan pesados resonaban en el lugar. Cerró los ojos con fuerza,a la espera de un bofetón o que le apuntase con el dedo,pero sólo sintió su manaza revolver su cabello.

De haberse encontrado en otra situación y sintiéndose menos desconcertado,seguramente hubiera pensado que era un atrevimiento,pero no pensó nada en ese instante. Una sonrisa apenada se le dibujó en los labios delgados y pálidos,relajándose.

-No se disculpe. Era sólo una observación y en la calle uno es libre de hacer lo que quiera mientras y no falte el respeto.- Aquella reverencia torpe por poco y provocó que se riese,pero se contuvo y sólo sonrió más amplio,habiendo podido echarse hacia atrás antes de que ese cabezazo lo mandase directo al hospital. Le tendió su pañuelo de pollitos,el que siempre cargaba en el bolsillo del pantalón para situaciones como esa. -Tenga,suénese bien.Seguro que ya se resfrió o se resfriará pronto. Tenga cuidado con este frío.- Añadió con una sonrisa,esperando no ofenderlo.

-Un gusto,Matt O'Brian. Soy Aurelio Belvedere.Para servirle- Asintió con un suave movimiento de cabeza,estrechando esa manota que le tronó todos los huesos,pero no fue doloroso,por lo que no se quejó al respecto. El acento del gringo le parecía gracioso,mas no se echó a reír. Hubiera sido de mal gusto y después de todo,él tampoco hablaba muy bien el japonés cuando llegó a aquel país hacía cosa de dos años.

Era bastante amable y más comprensivo de lo que habían sido los chinitos ese día con él, por lo que no pudo reprimir una sonrisa que casi se hizo felina, le agradaba mucho conocer gente nueva, en lo que había estado en la milicia japonesa solo había tratado con señores amargados que parecían llevarse su ritmo de vida allí donde fueran. Eso no estaba bien, un militar no solo era alguien que debía proteger a su gente y su país, también estaba allí para serle útil y muy dulce con los demás. Si se les temía a ellos ¿Entonces en quien confiaban?

-Thank you thank you very much-Agradeció el gesto aceptándolo de inmediato, podría haber llenado toda una cubeta con la cantidad de moco verde que traía en esa nariz ligeramente acatarrada, irónicamente había sido salvado de dejar un desastre, así que le debía algo a aquel “aparentemente” indefenso muchacho. Mirando el pañuelo, no podía devolverle algo así, con los ojos en blanco sorbeteo, que gracioso que años de duro entrenamiento no hubieran hecho efecto en él, pero un simple cambio de clima casi resultaba ser asesino de gringos.

-Ah…Aurele…Au…Aurelio-Logro pronunciar como si de un pobre joven con retraso se tratara, pero esa clase de nombres no eran comunes en el ranchito del que venía, allá en el norte grande, allá donde vivía (8)

-Lo siento, no puedo pronunciar tu apellido. No eres originario de esta ciudad ¿Verdad? Tu buena pronunciación te delata-Se hecho las frías manos a los bolsillos con un leve colorete en las mejillas, esa noche habría fiebre, eso estaba seguro. Nada que un par de papas y una consola no pudieran solucionar. I love tecnología.

-Coñe, estoy haciendo muchas preguntas, puede que estés algo…ocupado-Porque no, uno usualmente iba a la iglesia cuando hacia algo malo o necesitaba desesperadamente un favor.

Una sonrisa se le asomó a los labios de nueva cuenta al ver cómo se sonaba,era más que evidente que había pescado ya un buen resfrío. Nunca había conocido a un americano antes...O sí,sí había conocido uno hacía mucho,pero ya no se recordaba mucho por más que hacía el esfuerzo. Apenas había llegado al pueblo cuando lo conoció. El gringo era simpático,de sonrisa fácil al parecer,y para ser un extranjero,tenía menos formalismos que la mayoría. Se debería quizá a su origen,viniendo de un país tan abierto a lo nuevo,que seguramente se sentiría como en casa en ese instante o algo así.

-You're welcome,sir.- Respondió bajito,tapándose los labios con una mano,entrecerrando los ojos para disimular la risita que se le escapaba indiscreta con el tremendo sonido de aquella nariz mocosa.Seguramente de haber alguien más ahí,se habría espantado al escuchar tal cosa.

-Aurelio...- Repitió una vez más su nombre,bastante despacio para que no le fuese difícil pronunciarlo. Cuando había llegado a Japón,también había sido difícil para mucha gente aprender a pronunciar su nombre. Pero qué remedio,aparte de eso,sólo le quedaba el apellido,que no era menos difícil de pronunciar para quien no hablase alguna lengua romance.Negó despacio ante sus palabras,era cierto,no pertenecía a aquella ciudad,y no sólo el apellido lo delataba,sino también su falta de rasgos orientales.

-No,no soy de esta ciudad,yo también vine de otro país,pero hace más tiempo...Usted no debe tener por aquí más que unos días,¿no es así?- Ladeó un poco la cabeza y le ofreció otro pañuelo que llevaba,por si el anterior no le había sido suficiente o volvía a estornudar. -Muchas gracias por el halago,es cosa de práctica...- Y otras cosas,entre ellas,que ya estaba programado para hablar sin problemas ese idioma.

-¿Uh? No,no pasa nada,no es problema.No estoy ocupado.- Se apresuró a contestar con voz suave y una sonrisa apenada en el rostro,no quería incomodarlo,quién sabía por qué se encontraría ahí el gringo,tal vez necesitase ayuda o solamente un poco de compañía.

[Perdón por tardarme en responder.Uu]