entrando a la dimension desconocida - privado Kyle -

Había entrado bastante ilusionado al juego, sobre todo porque en el poco tiempo que llevaba en el parque de diversiones, muy a pesar de los inconvenientes, había conocido más de lo que imaginó conocer con esa salida. Aunque no lo pareciera, para él, quien prácticamente no ha sabido lo que era estar fuera de una habitación hasta el día de su compra, significaba mucho poder apreciar el panorama que tenía desde que la cabina empezó a elevarse lentamente. Y tenía toda su atención en ello, intentando seguir así hasta finalizar la atracción mecánica, sin embargo, sólo la mirada que el mayor le dedicó fue suficiente para hacer que el albino, como acto reflejo, sintiera que debía desviar la vista para evitarlo, aunque no lo hiciera al final debido a su temperamento.

-Como digas -respondió disgustado dejando de observarlo para llevar su mirada a la ventana de la cabina-, pero creí haber escuchado que no declararías otra próxima vez. De cualquier modo, no pienses que me conformo tan fácil como para ya estar feliz –ahora después de oírlo confirmaba lo mucho que le costaba a Kanou cumplir sus caprichos, fuera de lo monetario, por ello comenzaba a divertirse al exigirle estos. Era como si disfrutara de los juegos en la misma medida que lo hacía de lo gracioso del mal carácter del mayor. Claro que sólo en parte, pues empezaba a irritarle esa actitud suya-. Aunque realmente, luego de ver cómo esto te fastidia tanto, no pensaba volver a repetirlo. Quiero decir, no es como si muriese por salir así o algo –en otras palabras, sólo podría morir por sus lujos-. Es incómodo cuando lo haces de mala gana… -murmuró bajo pero audible sin aún quitar la vista de la ventana, y con cara de engreídamente molesto, si es que se debiera definir de alguna manera.

En un comienzo al oírlo había pensado que sólo decía excusas para evadir la culpa, sin embargo, posteriormente a que lo atrajera y le hablara de esa manera empezó a creer que se había pasado un poco al quejarse así. Conocía las buenas intenciones de Kanou gracias a la atención que había recibido de éste hasta el momento, pero tenía sus dudas de por si lo hacía sólo para demostrar que podía ser un amo responsable. Y todavía las tenía, porque para él no era fácil creer al primer intento, cuando no protestó al notar las caricias en sus orejas, no obstante, se podía asegurar con certeza que había olvidado su enfado casi por completo después de que se esmeró en esconder un suave ronroneo, el cual por su naturaleza felina no pudo evitar emitir sin un leve, muy leve, sonrojo.

-Vale, lo prometo –respondió a gusto y bastante cómodo con dichas caricias, aunque su respuesta denotara todavía algo de disconformidad a causa del reproche del otro. Si no se justificó a éste fue porque de nada servía ya, y no porque no pudiera hacerlo. Él, al menos, sabía que había sido el más animado en lo que iba del día cada que entraban a las atracciones, por lo que el hecho de que Kanou dudara de si la pasaba bien o no en realidad le pareció descuido suyo en varios sentidos. Suerte que al tratarse de un minúsculo detalle no dijo nada, además, seguramente se debía a la falta de costumbre del mayor-. La próxima vez quiero ir a las aguas termales –exigió sin pensar mucho el destino pues suponía desde ya que Kanou lo llevaría a un lugar más tranquilo, cómodo y, por supuesto, lujoso. Llevó la mirada a la ventana, advirtiendo que la cabina estaba elevada lo suficiente para disfrutar de la altura, para luego acercarse a ésta y mirar bastante impresionado la visión que tenía.

-Ahora que recuerdo… –no era preocupación, era más bien curiosidad. Mucha curiosidad- ¿Se puede saber la razón por la que portas un arma? –dijo con tono de fastidio; era a causa de que Kanou haya intentado usar esa misma arma en la primera atracción que el albino no hubiera disfrutado del día desde el comienzo. Obviamente terminaría cuestionando, aunque ya se hacía una idea de que la respuesta no se trataría de nada bueno.

No, para Kyle no era obvio, por más que así lo hiciera parecer el mayor con esa explicación que apenas satisfizo la curiosidad del chico. Sin embargo, aunque tenía más interrogantes respecto al negocio de Kanou, el espectáculo que en esos momentos distraía sus ojos fue muy superior a las ganas de seguir preguntando, y es que el panorama le resultó tan bonito gracias a las luces que poca fue la atención que le dio a las palabras ajenas. Las escuchó, pero supuso que si Kanou había dicho sólo eso, era por algo. Algo que no veía útil preguntar.

Se limitó entonces a continuar observando, un poco asombrado aún, la vista que tenía desde la ventana, meneando suavemente la cola como si en ello reflejara su emoción y asintiendo la cabeza de forma instintiva e inconciente al oírlo, sin captar las intenciones de Kanou. Obviamente, por su distracción, no fue hasta que se vio sobre el otro que entendió recién a lo que se refería el mayor con ser "bueno". Desvió la mirada hacia un lado, tal vez un poco incómodo al ser condicionado por quien le debía la salida pues creía que no tenía que pedirla, es más, se sentía en el derecho de que el otro le compensara el mal carácter de hoy. Pero se trataba de una posada de primera, y a eso no se podía resistir fácilmente.

-Harás que me pierda del resto… -protestó refiriéndose a seguir aprovechando lo elevado de la cabina para lo único que, hasta ahora, le estaba entreteniendo de verdad. Sin embargo, arriesgarse a ser llevado a un lugar que no estuviera a la altura era lo último que haría. Fue por eso que no titubeó al acercar su rostro al ajeno y, creyendo que sería suficiente con no hacer mucho para lograr convencerlo, entreabrió la boca para así lamer el borde de los labios del mayor, en la comisura izquierda, mientras rodeaba el cuello de éste con sus brazos. Después de todo, Kanou no especificó de manera exacta lo que era ser un buen chico, y para Kyle dar lamidas no significaba demasiado debido a su naturaleza felina.

-Me llevarás, ¿verdad? -empezó a mover la cola en lo que acercaba sus labios a los ajenos para besarlos muy superficialmente, casi asemejado a lo que sería una caricia, como si se tratase de algún minino doméstico provocando a su amo para recibir mimos- Me lo debes –y no pudo evitar recordarle exigente, asegurándose de que Kanou realizaría una vez más otro capricho suyo, a sólo un par de escasos centímetros de haberse separado. Quizás ahora pareciera estar muy tranquilo, no obstante, Kyle era un chico muy hábil, tanto que su inexperiencia en estas cosas apenas podía ser percibida.