una tremenda borrachera [Libre]

Había conseguido algo de dinero para ir a hacer la compra. En realidad con el poco dinero que consiguió sólo se pudo comprar comida precocinada para unos cuatro o cinco días.

Mientras iba de camino a casa pensó en atajar por el parque. Mala opción… para cualquiera que se encontrase con él, claro. A esas horas intempestivas los macarras y ladrones de los alrededores se suelen juntar en el parque. Pero a Hinomura eso, no le importaba.

Por supuesto se encontró a susodichos maleantes pero paso al lado de ellos sin inmutarse siquiera. Aquella banda de jóvenes y malos chicos se levantaron y siguieron a Hinomura durante un rato hasta que el moreno soltó las bolsas y a la vez que se giraba desenvainaba su katana.

-Ni se os ocurra acercaos más. Si lo hacéis esta noche me cenaré vuestros intestinos- su voz se escuchaba como si el mismo demonio lo hubiese poseído mientras se lamía los colmillos. La escasa luz iluminaba la hoja de la katana y su ojo de color verde centelleaba con brillo asesino.

Los chicos que le seguían le dejaron en paz.

Siguió su camino por los lugares más oscuros del parque, pero como ayer había llovido, en el césped se formaron charcos de fango que todavía no se habían secado. Por supuesdo y dada su mala suerte, la pantera pisó uno. Un charco muy grande y profundo. -¡Shit! Maldita sea mi suerte!- bramo como bestia enfurecida.

Tuvo que dejar las botas clavadas en el fango, salir del charco ensuciándose los pies y después, con la mano, sacar las botas. Siguió caminando hasta ver un banco con luz. Cuando llegó ya había allí alguien, pero lo obvio y se sentó a su lado.

Dejó las botas y las bolsas en el suelo, se quitó la chaqueta y con ella comenzó a secarse los pies mientras maldecía por lo bajo al mundo en el que vivía.