-Triste Otoño-[libre]

por Invitado Dom Oct 10, 2010 2:24 am

Me dirijo hacia la ventana de mi habitación, he dejado las maletas regadas por doquier sin abrir pues estoy segura que no estaré mucho tiempo aquí.

Fijo mis ojos ante el deprimente paisaje que se dibujaba lentamente en el exterior, con el caer de las ojos llega el otoño y con cada otoño llegan tantas memorias…sabes esta epoca me remonta a las maravillosas tardes donde entre risas y sonrisas podía jurar que feliz vivía, tardes radiantes que han quedado impresas en mi alma y corazón, tardes donde jamás imaginé que de mi vida como si nada te desvanecerías.

Mas el tiempo ha pasado cual si fuesen hojas desprendiéndose de los árboles y con ellos la vida se ha transformado tornandose tan inesperada. Sabes aún después tantos maltratos, tantos abusos, tantas injusticias e infamias, aún con todo eso, tú sigues siendo esa flama que me mantiene viva solo por ti, solo por tu recuerdo regreso al mismo lugar donde todo comenzó; A esta tienda que amo tanto y a la vez le tengo un profundo odio. Suspiro mientras me acerco a uno de los muebles donde sobre él estaba descansando tu retrato.

Y ahora heme aquí sentada frente a ti, frente al recuerdo que me queda de ti, sostengo tu retrato, tan frágil como lo fue tu propio cuerpo. ¿Por qué? Porque tenias que irte, ¿Por qué?, ¿Cuántas veces no me abre preguntado la misma pregunta?, ¿Cuántas veces no he llorado al encontrar la misma respuesta?.. No importa cuántos días, meses, años o siglos pasen jamás me olvidare de ti, me es absolutamente imposible olvidarte.

Heladas lagrimas recorren mis mejillas y es que lo lamento pero no puedo evitar llorar, ante tu sola mención, no puedo evitar caer cada vez que me invaden tus recuerdos…si tan solo pudiera decirle cuanto lo extraño amo, a pesar de haber sido tan solo una mocosa usted robo lo que fue mi corazón y a la tumba se lo llevó.

Es tan humillante llorar por esta causa perdida cada regreso y aún y cuando me prometa siempre lo mismo de seguir adelante no puedo evitar estos ligeros tropiezos, aún que haya cumplido los dieciséis años me siento una niña, una niña que solo ha buscado la protección y el amor que tú una vez me diste.

Abrazo tu retrato contra mi pecho mientras seguía desconsoladamente, no me importaba si alguien me estuviese escuchando o viendo, en ese momento se había desbordado todo mi dolor reprimido, mi corazón se va entumeciendo de tanto gritar y mis ojos se van secado de tanto llorar....

por Invitado Dom Oct 10, 2010 6:17 pm

No había pasado tanto tiempo desde que hube llegado a esta odiosa tienda cuando los vendedores ya me habían dejado recorrer a mis anchas para conocer el lugar, libertad que no se me había brindado con anterioridad, quizás este había sido un truco de la misma tienda para hacerme bajar la guardia y sentirme en “confianza” pues casi siempre por mi actitud me mantenían apartada, sonreí con malicia pues ahora podía aprovechar y escaparme de mi insufrible destino.

Comencé a buscar una vía de escape discreta por todo el lugar recorría la estancia sin perder ningún detalle pues cualquier cosa mínima podía darme una pista de cómo salir de ahí, me encontré con un largo pasillo que adiviné que serian las habitaciones de las demás mascotas, avance lentamente cuando a mis oídos llego un leve sonido que venía desde atrás de una de las puertas de los cuartos que se encontraban entreabiertas, Tsk quien habría sido el descuidado. Sin embargo la curiosidad me ganó y decidí asomarme para ver que había sido aquel sonido, la sorpresa me encontró en ese mismo instante al divisar a una pequeña tigresa acurrucada en su cama hecha un lío lloraba tan débilmente que apenas y si se percibía.

Un sentimiento de compasión y preocupación invadió mi ser y cautelosamente me introduje en aquel cuarto, con extremo cuidado conseguí acercarme a la tigresa y comenzó acariciarle el cabello suavemente tratando de consolarle aún y cuando ignoraba cuál era su motivo para llorar.

-Tranquilízate pequeña- le dije dulcemente con un tono algo maternal- Estoy segura que todo se solucionará pronto. No es el fin del mundo.Quizás no debí entrar, debía aprender a no meterme en los asuntos de los demás animales sin embargo me ocasionaba una terrible tristeza verles dañados de alguna forma y siempre he tratado de hacerles sentir mejor.

por Invitado Dom Oct 10, 2010 7:12 pm

Mi alma se había sumido tanto en el dolor de aquel recuerdo que ni siquiera presté atención cuando una persona desconocida se introdujo a mi habitación, no fue sino hasta que comenzó a acariciar mi cabeza que me di cuenta que alguien más se había metido ahí, lentamente mi ser fue invadido debatiéndose entre la ira y la vergüenza pues me encontraba en una situación delicada, escuche sus inútiles palabras de aliento y en ese momento exploté y le avente violentamente contra la cama, creo que fue demasiado fuerte porque le tire al piso.

-¿QUIÉN DEMONIOS CREES QUE ERES PARA LLEGAR ASÍ Y METERTE EN MI VIDA?- le espeté furiosa y es que quien demonios era esa tipa ¿Que hacía ella en mi habitacion?y sobre todo ¿QUE LE IMPORTA?.

- ¿Qué todo se arreglara?-dije sarcástica- ¿Tu que sabes? No sabes absolutamente nada, como osas hablar sin siquiera conocer ningún detalle... ¡Solo eres una entrometida!- le grite aún mas furiosa fulminándola con la mirada, mientras mis mejillas estaban tornadas de un fuerte color cereza producido por la vergüenza y el enojo repentino que me ocasionó la situación-

por Invitado Lun Oct 11, 2010 4:15 pm

Aún y cuando el haberme aventado al piso me dolió, le escuche sin perder ni un poco de la calma que tenia, la chiquilla se había puesto sumamente agresiva y violenta pero aquello no era más que su dolor hablando, lo cual me ocasiono aún mayor ternura.

No me “creo” nadie, y no me he metido en tu vida simplemente he tratado de ayudar-le dije calmadamente mirándola - y es cierto no se absolutamente nada sobre tus problemas ni de tu vida y tienes razón soy una entrometida- le dije dándole la razón para calmarla mientras una sonrisa maternal se dibujaba en mi rostro y mis ojos se escapaban hacia la ventana donde con suma lentitud un hermoso ocaso que cual pincel se iba trazando lentamente sobre el cielo, aquello me inspiro para improvisar una especie de "poema" que comencé a escribir rapidamente en mi mente mientras me levantaba pues sabía que no era en lo absoluto bienvenida ahí, mire de nuevo hacia la ventana

- Hay quienes miran los ocasos melancólicos mirando los ocasos melancólicos martirizándose por el ayer, Los hay también aquellos que les miran rehuyentes de ese mismo pasado pues han quedado en la desesperanza de encontrar de nuevo la lucidez, otros más le miran con recelo furiosos en la espera de una venganza que les promete el porvenir.- comencé a recitar suavemente como hablando con migo misma sin embargo pretendía hacer reflexionar a la chica quien en ese momento me estaba mirando con furia esperando a que me fuese.

Solo unos pocos se atreven a mirar al ocaso románticamente, agradeciendo los tropiezos y arrojos de cada día, pues para estos pocos cada ocaso significa un pasado por recordar y una mañana donde la vida es volver a empezar-le dije en un tono maternal mientras me levantaba del suelo y me dirigía hacia la salida- Nos vemos, espero que despues estés mejor-le dirigí una última mirada esperando su reacción.

[U: si lo sé el poema es absurdo pero se me ocurrio de la nada y quise ponerlo xD]

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