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A relajarse, y quién sabe... [Libre]
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A relajarse, y quién sabe... [Libre]
Le pareció aquel día ideal para tomar un baño caliente.
Su trabajo y ahorros del último mes habían sido por lo demás favorables, sumado que su recortado presupuesto de por sí, le permitía costearse ciertos “lujos” de vez en cuando.
Esa mañana Konoe despertó con aquella sensación, por lo demás peculiar, de querer hacer algo distinto. Llámenlo acumulación de estrés por todos sus trabajos de medio tiempo o un mero impulso nada más. Se desperezó de su rustica cama ubicada en una rudimentaria casa en el bosque, se lavó el rostro en el riachuelo de costumbre y con algo de dinero y un pequeño equipaje con lo indispensable, dejó el bosque caminando en línea recta por el sendero que se abría a sus pies.
Observó, como usualmente hacía, cada detalle en el camino. Las cosas parecían tan diferentes cada vez que salía de casa, hasta para ir a trabajar. La disposición de las personas que le rodeaban nunca era la misma y esto le hacía temblar en ciertas ocasiones ¿Tan frio podía ser el mundo como para actuar de forma distinta con cada ser del planeta? La desconfianza que había adquirido con los humanos era claramente visible, y aun así, le parecían fascinantes en ciertos aspectos ¡Claro que jamás lo admitiría…!
Los baños termales se encontraban relativamente cerca de su hogar, por lo que no le resultó muy difícil dar con él mencionado al cabo de unas horas que con el agrado del paseo se pasaron más rápidas.
Pagó el monto que sugería un cartel de madera colgado en la puerta del establecimiento, indicando las tarifas de entrada; y despojándose de sus ropas en el vestidor quedando sólo en una toalla pequeña, fue hasta los baños en sí. Una vez allí se deshizo de la pequeña prenda color crema, dejándola junto a la gran piscina y se adentró en esta de forma lenta, disfrutando con gozo el calor del agua al contacto con su piel y observando las nubes espesas de vapor vagar sin rumbo por la “habitación al aire libre”. Por ser aún temprano parecía ser el único cliente en el lugar. Ya cómodo en un sitio de los baños termales, cerró los ojos y dejó que el tiempo pasara. Suspiró mientras pensaba, por ahora todo parecía tranquilo.
Su trabajo y ahorros del último mes habían sido por lo demás favorables, sumado que su recortado presupuesto de por sí, le permitía costearse ciertos “lujos” de vez en cuando.
Esa mañana Konoe despertó con aquella sensación, por lo demás peculiar, de querer hacer algo distinto. Llámenlo acumulación de estrés por todos sus trabajos de medio tiempo o un mero impulso nada más. Se desperezó de su rustica cama ubicada en una rudimentaria casa en el bosque, se lavó el rostro en el riachuelo de costumbre y con algo de dinero y un pequeño equipaje con lo indispensable, dejó el bosque caminando en línea recta por el sendero que se abría a sus pies.
Observó, como usualmente hacía, cada detalle en el camino. Las cosas parecían tan diferentes cada vez que salía de casa, hasta para ir a trabajar. La disposición de las personas que le rodeaban nunca era la misma y esto le hacía temblar en ciertas ocasiones ¿Tan frio podía ser el mundo como para actuar de forma distinta con cada ser del planeta? La desconfianza que había adquirido con los humanos era claramente visible, y aun así, le parecían fascinantes en ciertos aspectos ¡Claro que jamás lo admitiría…!
Los baños termales se encontraban relativamente cerca de su hogar, por lo que no le resultó muy difícil dar con él mencionado al cabo de unas horas que con el agrado del paseo se pasaron más rápidas.
Pagó el monto que sugería un cartel de madera colgado en la puerta del establecimiento, indicando las tarifas de entrada; y despojándose de sus ropas en el vestidor quedando sólo en una toalla pequeña, fue hasta los baños en sí. Una vez allí se deshizo de la pequeña prenda color crema, dejándola junto a la gran piscina y se adentró en esta de forma lenta, disfrutando con gozo el calor del agua al contacto con su piel y observando las nubes espesas de vapor vagar sin rumbo por la “habitación al aire libre”. Por ser aún temprano parecía ser el único cliente en el lugar. Ya cómodo en un sitio de los baños termales, cerró los ojos y dejó que el tiempo pasara. Suspiró mientras pensaba, por ahora todo parecía tranquilo.
Invitado- Invitado
Re: A relajarse, y quién sabe... [Libre]
Era temprano cuando despertó y se quedó mirando el techo, un techo que no era suyo, se había quedado a dormir en la casa de un amigo, hoy era el día en que de nuevo habían quedado en ir al burdel de la vez pasada, aquel lugar donde ellos de manera insistente lo habían llevado para “conocer” gente, suspiró pesadamente, no quería conocer a nadie de esa manera… ¿tan difícil era pensar que Kai no quisiera un relación pasajera en alguno de esos lugares?, ahora solo quería vivir tranquilo y estabilizarse en esa nueva ciudad, después de todo lo que había pasado con su abuelo.
Se estiró en la cama y no duró mucho en tendido en esta, salió de ella mirando al lado que su amigo seguía perdido en el decimo cuarto sueño.
-Hey, casi es medio día- mintió, pues aún era muy temprano, el otro sólo se removió en la cama sin hacerle mucho caso -eres un caso pedido-.
Kai tomó su chaqueta y examinó el lugar de nuevo, suspiró y se dirigió a la salida.
-Gracias por la hospitalidad, nos veos luego-, prosiguió a decir y se perdió tras la puerta, dejando a su joven amigo aun en brazos de Morfeo.
Jin(?) -su amigo- vivía a las afueras de la ciudad, en una casa humilde pero acogedora. Así que no pasó mucho tiempo para que Kai se encontrara con un letrero enorme que decía “baños termales”, se la pensó un poco, llevaba dinero y no tenía prisa, le relajaría un poco quedarse entre lo exquisito del vapor.
Entró al lugar, se dirigió al mostrador y habló con el dependiente. Seguido después pasó y caminó hasta los vestidores, se despojó de toda ropa quedando solamente con la toalla disponible, suave y de un color blanco. Caminó hasta entrar donde las aguas. El extenso vapor del lugar no dejaba ver mucho, casi nada, se adentró y metió los pies a la piscina con agua caliente, se quitó la toalla y sumergió su cuerpo, tan agradable sensación se sintió en ese momento que cerró los ojos tranquilo y se recargó en las orillas, superó pesadamente y fue espectador de un silencio que solo era cortado por el sonido del agua... era cierto, el sitio no parecía muy habitado, quizás era demasiado temprano, se dedicó a observar a su alrededor y sólo se encontró con una presencia, la de un joven con orejas singulares, posó sus ojos rubí en él, mirando por un momento, alzando la ceja y examinándole, parecía… un neko.
Se estiró en la cama y no duró mucho en tendido en esta, salió de ella mirando al lado que su amigo seguía perdido en el decimo cuarto sueño.
-Hey, casi es medio día- mintió, pues aún era muy temprano, el otro sólo se removió en la cama sin hacerle mucho caso -eres un caso pedido-.
Kai tomó su chaqueta y examinó el lugar de nuevo, suspiró y se dirigió a la salida.
-Gracias por la hospitalidad, nos veos luego-, prosiguió a decir y se perdió tras la puerta, dejando a su joven amigo aun en brazos de Morfeo.
Jin(?) -su amigo- vivía a las afueras de la ciudad, en una casa humilde pero acogedora. Así que no pasó mucho tiempo para que Kai se encontrara con un letrero enorme que decía “baños termales”, se la pensó un poco, llevaba dinero y no tenía prisa, le relajaría un poco quedarse entre lo exquisito del vapor.
Entró al lugar, se dirigió al mostrador y habló con el dependiente. Seguido después pasó y caminó hasta los vestidores, se despojó de toda ropa quedando solamente con la toalla disponible, suave y de un color blanco. Caminó hasta entrar donde las aguas. El extenso vapor del lugar no dejaba ver mucho, casi nada, se adentró y metió los pies a la piscina con agua caliente, se quitó la toalla y sumergió su cuerpo, tan agradable sensación se sintió en ese momento que cerró los ojos tranquilo y se recargó en las orillas, superó pesadamente y fue espectador de un silencio que solo era cortado por el sonido del agua... era cierto, el sitio no parecía muy habitado, quizás era demasiado temprano, se dedicó a observar a su alrededor y sólo se encontró con una presencia, la de un joven con orejas singulares, posó sus ojos rubí en él, mirando por un momento, alzando la ceja y examinándole, parecía… un neko.
Invitado- Invitado
Re: A relajarse, y quién sabe... [Libre]
Abrió los ojos al cabo de un par de minutos que parecieron horas ¿O un par de horas que parecieron minutos? El clima cálido y el vapor le habían hecho perder la noción del tiempo en aquel sitio. Por suerte los baños termales cobraban por ingreso y no por tiempo, así que si quería podía pasar todo el día en aquel lugar y nadie debería de reprocharle algo al respecto.
-¿Huh? -Miró hacia ambas direcciones cuando, aún algo mareado; sus orejas se agitaron un par de veces al sentir pequeño sonido cerca. La densa capa de vapor hacía difícil ver toda la extensión del recinto, pero aun así logró divisar la silueta no muy lejana de un chico. Se colocó alerta alzando las orejas, sólo por si las dudas, intentando analizarle y a medida que pasaba en tiempo la densa capa pareció disminuir. Aquel chico tenía el cabello plateado… O algo así, quizá la luz provocaba dicho efecto. En general no lucía mal chico, pensó siquiera la posibilidad de hablarle de alguna trivialidad, pero no. El mundo nunca era tan bueno, sería demasiado pedir que las cosas resultaran bien cuando él estaba involucrado.
-Tsk, que estas pensando Konoe- Susurró para sí a modo de regaño mientras se llevaba una mano al rostro pensando en la posibilidad de que el otro podía notar que era observado y decidió sumergirse en la “piscina” y nadar un poco. En realidad el agua y él nunca congeniaron realmente bien, pero en ciertas ocasiones, como aquella, era realmente agradable.
Se adentró en el agua y se quedó en su lugar, tocando fondo sin avanzar y sintiendo con el tiempo como poco a poco su mente daba vueltas. Pensó en que quizá ya llevaba demasiado tiempo allá abajo, pero tampoco tenía intenciones de salir ¡En serio! ¿Cuánto tiempo llevaba desde que llegó? Quizá ya era tiempo de tomar un descanso, como sea, el sueño no tardó en aparecer y se mantuvo sereno. Si tan sólo alguien supiera que ahí se encontraba.
-¿Huh? -Miró hacia ambas direcciones cuando, aún algo mareado; sus orejas se agitaron un par de veces al sentir pequeño sonido cerca. La densa capa de vapor hacía difícil ver toda la extensión del recinto, pero aun así logró divisar la silueta no muy lejana de un chico. Se colocó alerta alzando las orejas, sólo por si las dudas, intentando analizarle y a medida que pasaba en tiempo la densa capa pareció disminuir. Aquel chico tenía el cabello plateado… O algo así, quizá la luz provocaba dicho efecto. En general no lucía mal chico, pensó siquiera la posibilidad de hablarle de alguna trivialidad, pero no. El mundo nunca era tan bueno, sería demasiado pedir que las cosas resultaran bien cuando él estaba involucrado.
-Tsk, que estas pensando Konoe- Susurró para sí a modo de regaño mientras se llevaba una mano al rostro pensando en la posibilidad de que el otro podía notar que era observado y decidió sumergirse en la “piscina” y nadar un poco. En realidad el agua y él nunca congeniaron realmente bien, pero en ciertas ocasiones, como aquella, era realmente agradable.
Se adentró en el agua y se quedó en su lugar, tocando fondo sin avanzar y sintiendo con el tiempo como poco a poco su mente daba vueltas. Pensó en que quizá ya llevaba demasiado tiempo allá abajo, pero tampoco tenía intenciones de salir ¡En serio! ¿Cuánto tiempo llevaba desde que llegó? Quizá ya era tiempo de tomar un descanso, como sea, el sueño no tardó en aparecer y se mantuvo sereno. Si tan sólo alguien supiera que ahí se encontraba.
Invitado- Invitado
Re: A relajarse, y quién sabe... [Libre]
Hubiera sido bueno hablarle -a aquella otra persona- y pasar un buen rato como casi no hacía con nadie, el problema era que Kai hablaba muy poco y cuando lo hacía iba directo al punto. Algo que le decían muy seguido sus amigos, era que debía ser más “sociable”, pero pasaba que a Kai no le importaba ni ser sociable ni ser amable, solo en el trabajo mostraba una sonrisa cuando tenía que atender las mesas, sí… Kai trabajaba en un restaurante y una cafetería de mesero y a veces la hacia de cajero, esa era la vida que se había ganado después de huir de las intensiones de su abuelo, aquel hombre que no podía aceptarlo como era.
Notó en instantes la mirada del chico neko sobre él, y le pareció natural pues en ese lugar no había nadie más que ellos dos. No se acercó en ningún momento pero miró como el chico se sumergía en el agua, debía sentirse bien estar allá abajo, sintiendo lo calientito del liquido ablandar los músculos. Kai suspiró pesadamente y se recargó mejor, mirando hacia arriba y después, cerrando los ojos poco a poco, esa agua era realmente tranquilizante.
Pasó de estar así cuando el silencio le pareció extraño, se supone que estaba en compañía de alguien, nadie había entrado ni salido, Kai se enderezó y quiso mirar al neko que también debía andar por ahí, pero no… no había nadie, ni nada, su sola alma se encontraba en las aguas, entonces lo pensó, si no había visto ni escuchado que alguien saliera, entonces quería decir que dicho neko estaba aún ahí… lo ultimo que vio de él era que se había sumergido…
-No puede ser posible…- dijo pasando a entrar más a fondo en esa piscina, sumergiéndose también dentro, encontrando ahí abajo al chico de hace unos momentos. Los pensamientos habían sido certeros y eso le inquieto, no conocía a ningún ser vivo aguantar la respiración por tanto tiempo.
Fue un pensamiento y una acción que cuando se dio cuenta sujetó al chico de un brazo y lo llevó a la superficie, tampoco era que el lugar estaba muy hondo pero si ese neko estaba jugando se estaba pasando los límites y pronto tendría un bonito “game over”.
Sacó al chico hasta la superficie, recostándolo en el piso, aun a orillas de la piscina.
–¡Hey, realmente estas demente!, si quieres morir escoge otra forma, el ser ahogado no es precisamente "original"- y ahí se vio hablando, esperando una reacción del chico, se acercó a su pecho para escuchar, un suspiro lleno de alivió salió de sus labios al escuchar que su corazón seguía latiendo.
Notó en instantes la mirada del chico neko sobre él, y le pareció natural pues en ese lugar no había nadie más que ellos dos. No se acercó en ningún momento pero miró como el chico se sumergía en el agua, debía sentirse bien estar allá abajo, sintiendo lo calientito del liquido ablandar los músculos. Kai suspiró pesadamente y se recargó mejor, mirando hacia arriba y después, cerrando los ojos poco a poco, esa agua era realmente tranquilizante.
Pasó de estar así cuando el silencio le pareció extraño, se supone que estaba en compañía de alguien, nadie había entrado ni salido, Kai se enderezó y quiso mirar al neko que también debía andar por ahí, pero no… no había nadie, ni nada, su sola alma se encontraba en las aguas, entonces lo pensó, si no había visto ni escuchado que alguien saliera, entonces quería decir que dicho neko estaba aún ahí… lo ultimo que vio de él era que se había sumergido…
-No puede ser posible…- dijo pasando a entrar más a fondo en esa piscina, sumergiéndose también dentro, encontrando ahí abajo al chico de hace unos momentos. Los pensamientos habían sido certeros y eso le inquieto, no conocía a ningún ser vivo aguantar la respiración por tanto tiempo.
Fue un pensamiento y una acción que cuando se dio cuenta sujetó al chico de un brazo y lo llevó a la superficie, tampoco era que el lugar estaba muy hondo pero si ese neko estaba jugando se estaba pasando los límites y pronto tendría un bonito “game over”.
Sacó al chico hasta la superficie, recostándolo en el piso, aun a orillas de la piscina.
–¡Hey, realmente estas demente!, si quieres morir escoge otra forma, el ser ahogado no es precisamente "original"- y ahí se vio hablando, esperando una reacción del chico, se acercó a su pecho para escuchar, un suspiro lleno de alivió salió de sus labios al escuchar que su corazón seguía latiendo.
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Re: A relajarse, y quién sabe... [Libre]
Por unos instantes el calor tibio del agua dejó de sentirse presente en la piel del neko, llegando a pensar que todo aquello había sido un sueño. Un sueño bastante extraño, ni bueno ni malo… ¿Curioso? Ahora pensaba en su familia ¿Cómo estarían ellos? Sus recuerdos de aquellos días de infancia eran realmente vagos y esporádicos pero le llenaban de una calidez inexplicablemente exquisita. Prefirió no dar más vueltas al asunto y apartó esos pensamientos.
En medio de la inconsciencia pudo ser testigo de algunas cosas bastante peculiares: Un tirón en el brazo por lo demás brusco; una aspereza sólo posible en una superficie rígida; la pesadez del cuerpo que antes no podía notar y al cabo de unos minutos una oleada de calor que avanzaba desde la boca del estómago hasta la garganta.
Abrió los ojos de golpe y se levantó unos centímetros del suelo, para luego ladearse hacia el extremo opuesto de Kai y toser estruendosamente, “vomitando” agua de paso. –..Ghhas…ah ¿… Pero qué? – Respiraba agitadamente sin despegar la vista del frio suelo de piedritas y llevó una mano hasta la comisura de sus labios para limpiarse cualquier resto de “agua”. (xD)
Cuando ya se hubo calmado, unió todos los puntos en su cabeza. Elevó la vista encontrándose con aquel chico de antes ahora mucho más cerca, pudiendo finalmente corroborar la descripción física de este. - Oye… G-gracias por ayudarme allá – Hablaba bajo, aun afectado por lo que acababa de pasar – No sé qué me pasó, pero te compensaré de alguna forma ¿Vale? – No aceptaría un no, ya que se jugaba el orgullo que tenía con aquella frase, y de todos los defectos que tenía, el orgullo era uno de los más fuertes.
En medio de la inconsciencia pudo ser testigo de algunas cosas bastante peculiares: Un tirón en el brazo por lo demás brusco; una aspereza sólo posible en una superficie rígida; la pesadez del cuerpo que antes no podía notar y al cabo de unos minutos una oleada de calor que avanzaba desde la boca del estómago hasta la garganta.
Abrió los ojos de golpe y se levantó unos centímetros del suelo, para luego ladearse hacia el extremo opuesto de Kai y toser estruendosamente, “vomitando” agua de paso. –..Ghhas…ah ¿… Pero qué? – Respiraba agitadamente sin despegar la vista del frio suelo de piedritas y llevó una mano hasta la comisura de sus labios para limpiarse cualquier resto de “agua”. (xD)
Cuando ya se hubo calmado, unió todos los puntos en su cabeza. Elevó la vista encontrándose con aquel chico de antes ahora mucho más cerca, pudiendo finalmente corroborar la descripción física de este. - Oye… G-gracias por ayudarme allá – Hablaba bajo, aun afectado por lo que acababa de pasar – No sé qué me pasó, pero te compensaré de alguna forma ¿Vale? – No aceptaría un no, ya que se jugaba el orgullo que tenía con aquella frase, y de todos los defectos que tenía, el orgullo era uno de los más fuertes.
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Re: A relajarse, y quién sabe... [Libre]
En todo momento tuvo su vista en el minino, cuando este por fin reaccionó, si no hubiera reaccionado ya se veía dándole respiración de boca a boca. El neko se incorporó un poco tosiendo de manera fuerte, sacando el agua que parecía llevaba en los pulmones, la forma en que tocía este, le hacía pensar a Kai que dolía… por que era demasiado brusca. El peli-azul llevó su mano a la espalda del muchacho, dándole pequeños golpecitos, suaves y no bruscos.
Si bien, Kai no era de aquellos que hacían buenas obras de caridad al día, no ayudaba, casi no hablaba y no auxiliaba al prójimo, esta vez y sin pensarlo lo había hecho, estaba de más decir, que Kai no hacia nada sin pensarlo, era examinante y analítico; y por eso mismo era calificado como una persona fría, aunque, no del todo, lo sabía quien le conociera bien.
-Exacto… “¿pero qué?”- repitió eso, sin intensión de molestar al chico frente a él, pero le parecía ya, bastante curioso que el chico hubiera permanecido tanto tiempo ahí abajo. No, Kai no sabía lo que estaba pensando ese neko y pensaba “neko” al apreciar bien esas orejas que nacían en su cabeza y esa delgada cola que se ondeaba de un lado para otro.
Escuchando las palabras caminó hasta la toalla que había dejado por ahí, tomando otra que estaba cerca, rodeo su cintura con la suya y la otra se la llevó al chico neko, entregándosela.
-No te juegues la vida de esa manera, realmente pudiste haber muerto- dijo en tanto le veía, recorriéndole con la mirada.
El minino le decía que le compensaría, el asunto estaba que ahora Kai no necesitaba nada, ¿cómo podría el neko compensarle?, aunque tampoco se trataba de eso, Kai le había ayudado sin saber la razón, pero tampoco había esperado algo a cambio. Le ofreció una mano, para ayudarle a levantarse.
-No es necesario- le contestó, y realmente no lo era, ahora Kai no sabía ni que quería de sí mismo, mucho menos de otra persona, vivía acoplándose a una rutina nueva, fuera de lo que en la mansión Hiwatari se vivía, allá en Rusia.
Y dándose cuenta de que había dicho ya más palabras de las que normalmente diría en una situación así, cerró los ojos y dejó un suspiro salir de su pecho.
-¿Se puede saber el nombre del neko suicida?- preguntó, aunque no de la mejor manera, Kai no sabía y no tenía experiencia en entablar conversaciones, ni presentarse de manera amable y, los amigos que tenía ahora, eran por que comprendían eso.
Si bien, Kai no era de aquellos que hacían buenas obras de caridad al día, no ayudaba, casi no hablaba y no auxiliaba al prójimo, esta vez y sin pensarlo lo había hecho, estaba de más decir, que Kai no hacia nada sin pensarlo, era examinante y analítico; y por eso mismo era calificado como una persona fría, aunque, no del todo, lo sabía quien le conociera bien.
-Exacto… “¿pero qué?”- repitió eso, sin intensión de molestar al chico frente a él, pero le parecía ya, bastante curioso que el chico hubiera permanecido tanto tiempo ahí abajo. No, Kai no sabía lo que estaba pensando ese neko y pensaba “neko” al apreciar bien esas orejas que nacían en su cabeza y esa delgada cola que se ondeaba de un lado para otro.
Escuchando las palabras caminó hasta la toalla que había dejado por ahí, tomando otra que estaba cerca, rodeo su cintura con la suya y la otra se la llevó al chico neko, entregándosela.
-No te juegues la vida de esa manera, realmente pudiste haber muerto- dijo en tanto le veía, recorriéndole con la mirada.
El minino le decía que le compensaría, el asunto estaba que ahora Kai no necesitaba nada, ¿cómo podría el neko compensarle?, aunque tampoco se trataba de eso, Kai le había ayudado sin saber la razón, pero tampoco había esperado algo a cambio. Le ofreció una mano, para ayudarle a levantarse.
-No es necesario- le contestó, y realmente no lo era, ahora Kai no sabía ni que quería de sí mismo, mucho menos de otra persona, vivía acoplándose a una rutina nueva, fuera de lo que en la mansión Hiwatari se vivía, allá en Rusia.
Y dándose cuenta de que había dicho ya más palabras de las que normalmente diría en una situación así, cerró los ojos y dejó un suspiro salir de su pecho.
-¿Se puede saber el nombre del neko suicida?- preguntó, aunque no de la mejor manera, Kai no sabía y no tenía experiencia en entablar conversaciones, ni presentarse de manera amable y, los amigos que tenía ahora, eran por que comprendían eso.
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Re: A relajarse, y quién sabe... [Libre]
Se sorprendió por esa respuesta, ciertamente no se esperaba que hubiese negado su tan –tentadora- oferta y su mirada fue perfecta para hacérselo manifestar.
De pronto fue consciente de que el chico le había aventado una toalla, poniéndose colorado al ver en qué condiciones se encontraba y, lanzándose sobre esta, se cubrió lo mejor que pudo “Damn…daaamn, por qué a mí.” Se maldecía internamente avergonzado al tiempo que su cola, erizada, se enroscaba en su pierna símbolo de nerviosismo. –E..ehh, En fin, gracias.- Comentó viendo hacia otro lado, ya bastantes problemas había causado como para seguir arruinándolo todo con palabrería innecesaria.
Se quedó inmóvil unos segundos, pensando en qué haría, su respiración poco a poco volvía a la normalidad y ya era cuestión de tiempo antes de que volviera a estar todo como antes, oh sí, seguro así pasaría.
-¿Se puede saber el nombre del neko suicida?-Volvió a escuchar las sugerentes palabras de aquel chico romper el ambiente silencioso, haciéndole salir de sus pensamientos y voltear la vista a este -¿Uh?- Preguntó quedamente, alzando sus orejas. Ciertamente le había tomado por sorpresa, puesto a que se veía demasiado serio para iniciar una conversación, quizá sólo eran prejuicios, y si sólo quería ser amistoso pues, mejor eso a andar solo.
- Soy Konoe …- Habló claro, ya más calmado que en un principio. No era bueno develar el nombre de uno a la primera persona que se le ponía en frente, no en este mundo, pero había sido un descuido de su parte y ya no había tiempo para dar marcha atrás -¿Y tú? – Cuestionó dándose leves palmadas en las mejillas, para espabilar un poco, incorporándose despacio del incómodo suelo.
De pronto fue consciente de que el chico le había aventado una toalla, poniéndose colorado al ver en qué condiciones se encontraba y, lanzándose sobre esta, se cubrió lo mejor que pudo “Damn…daaamn, por qué a mí.” Se maldecía internamente avergonzado al tiempo que su cola, erizada, se enroscaba en su pierna símbolo de nerviosismo. –E..ehh, En fin, gracias.- Comentó viendo hacia otro lado, ya bastantes problemas había causado como para seguir arruinándolo todo con palabrería innecesaria.
Se quedó inmóvil unos segundos, pensando en qué haría, su respiración poco a poco volvía a la normalidad y ya era cuestión de tiempo antes de que volviera a estar todo como antes, oh sí, seguro así pasaría.
-¿Se puede saber el nombre del neko suicida?-Volvió a escuchar las sugerentes palabras de aquel chico romper el ambiente silencioso, haciéndole salir de sus pensamientos y voltear la vista a este -¿Uh?- Preguntó quedamente, alzando sus orejas. Ciertamente le había tomado por sorpresa, puesto a que se veía demasiado serio para iniciar una conversación, quizá sólo eran prejuicios, y si sólo quería ser amistoso pues, mejor eso a andar solo.
- Soy Konoe …- Habló claro, ya más calmado que en un principio. No era bueno develar el nombre de uno a la primera persona que se le ponía en frente, no en este mundo, pero había sido un descuido de su parte y ya no había tiempo para dar marcha atrás -¿Y tú? – Cuestionó dándose leves palmadas en las mejillas, para espabilar un poco, incorporándose despacio del incómodo suelo.
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