Libreria~Privado~

Era un dia normal como siempre, su turno siempre era de tarde a noche, ya que en la mañana tenia la universidad de arte, asi que tras terminar sus estudios, volvio a casa para pegarse una ducha, comer, y cambiarse de ropa, su apartamento era pequeño y un poco desordenado pero eso era lo mas normal en los estudiantes y mas en los ocupados, asi que tras comer y vestirse salio de ahi hacia su trabajo, lo mejor de todo era que la universidad estaba a unas pocas estaciones de su casa, y su trabajo solo a unos cuantos pasos, bueno unos cuantos... mas bien como mucho se tardaba una horita o por ahi.
Iba bien de tiempo asi que se lo tomo con calma, saludando a los que conocia, como la mujer de la verdureria, unos cuantos ancianos, y muuuchas jovencitas o mas bien estudiantes y alguna que otra mujer o madre, ya que el trabajar en una libreria, hacia que conocieras mucha gente.
Cuando llego al trabajo, se quito la chaqueta y se puso el delantal con su placa, sonriendo salio y saludo a sus compañeros, ese dia sentia que seria unico, aunque las primeras horas estaba de lo mas tranquilo, hasta que fue abordado por unas chicas que venian a por recomendaciones, el siempre las trataba como si fuesen especiales, era uno de los mejores vendedores la verdad, asi que entablo conversasion con ellas, o al menos la que pudo hasta que se oyo un fuerte ruido, elevo la vista y no vio como las estanterias caian una detras de otra, ya que el estaba en medio de dos y las chicas tambien por lo que cuando oyo mucho sonido de golpes que iban en aumento y la gente con la voz elevada como gritos y demas, miro la estanteria y vio como esta caia, por lo que reaccionando rapido tumbo a las chicas con el como escudo, callendo muchos libros encima de el, menos mal que no callo al suelo la estanteria o acabaria en el hospital unos buenos meses, sino que la segunda estanteria lo salvo, ya que la primera se callo encima de la otra y ahi se quedo, pero debian salir a gatas, las chicas preocupadas pero sonrojadas por la heroicidad del chico, le preguntaban si estaba bien y este asintiendo les pidio que salieran de ahi, cosa que hicieron y a gatas salieron de ahi, se sacudieron las ropas y este pidio a las chicas que se alejaran, miro a los alrededores y vio el inicio del problema, y un chico con varios libros en el suelo, camino hasta el antes de que su jefe lo hiciera ya que si lo pillaba fijo que lo metia a la carcel, por lo que se aserco a el y sin detenerse lo tomo de la mano y arastro fuera del escenario del crimen, sacandolo de la tienda por la puerta del servicio.

Cuando salieron, habia soltado a ese chico que de pronto empezo a hablar, y... a mirarlo de arriba a abajo, como siempre hacia todo el mundo, no le molestaba, ya estaba demasiado acostumbrado la verdad.
Lo que se preguntaba era si debia tratarlo como a un cliente o alguien problematico, no era que Yukina fuese bipolar, pero dependiendo de la persona, usaba un tono de voz que otro.
- puede guardar eso? - le pidio tranquilo referiendose a la chequera - no han habido daños mayores, asi que la compañia se hara cargo, solo le pido que no vuelva a hacer lo que hiso hoy ni nada similar, si desea ojear un libro de estante superior, avise a un empleado y no deje los libros apilados en el suelo, esto es una libreria, no una biblioteca - le informo, no estaba molesto del todo, ya que sabia que ahora debian trabajar horas extras... adios a unas horas de descanso antes de la universidad - le pediria que no volviera por aqui durante cierto tiempo pero de seguro que no hara caso, verdad? - ya que en este mundo todos hacian lo que querian - aunque eso no tiene importancia, pero si vuelve a hacer algo similar, no lo volvere a ayudar, y el dinero no lo salvara ya que pudo haber dañado a muchas personas, sea conciente de eso - sonaba a regaño y en parte lo era, ya que ese chico habia sido irresponsable y la que sufrio daños fue la biblioteca, menos mal que ningun cliente salio herido o eso esperaba.

Noto claramente que ese chico era de los de tipo rico, o al menos es lo que daba a entender con toda esa charla y la chequera, nadie hoy en dia usaba chequera, solo los empresarios y ricos, y ese jovenzuelo no tenia pinta de empresario ni persona importante ya que esos usaban una tarjeta de crédito, asi que solo quedaba lo de rico, esos desgraciadamente eran los peores, eran tan creidos… y mimados.

- Haa… - suspiro – un cliente no debe meterse en los asuntos de la librería, si hay que ordenar, lo hacemos nosotros para algo es nuestro trabajo mientras que personas ajenas a eso tienen que mantenerse fuera del asunto – dijo tranquilo mientras se cruzaba de brazos, de seguro que la librería cerraría por hoy para dar orden y de paso el jefe se ocuparía para reorganizarla para que la próxima vez, no cayese como un domino… pero eso era casi imposible ya que el lugar era reducido y habían demasiadas estanterías – asi que lo único que puede hacer para ayudar, es irse a casa, de seguro que tendrá cosas que hacer o vaya a la biblioteca a ojear los libros que necesita – no le estaba echando de forma grosera, solo le estaba aconsejando ya que ahí no podría hacer mucho ahora ya que ningún civil podía entrar como pedro por su casa para ayudar.

Cuando el chico se fue, se quedo unos segundo extrañado por lo que dijo sobre compensarle, ¿a él? ¿Por qué? Si no ha hecho nada, pero bueno, era un cliente así que de seguro que lo vería mas a menudo o nunca más, ya que si uno formaba tal caos, no volvería por ahí en una buena temporada así que al entrar vio que su jefe estaba despidiendo al último cliente con muchas disculpas, de seguro que al abrirlo habrá unas ofertas de descuento por las molestias y demás… a saber así que se le acerco junto a otros trabajadores esperando las ordenes que no tardaron en venir la verdad, así que tras eso empezaron a remodelar toda la tienda, fue difícil y algo duro pero a la vez gratificante y entretenido, y de paso así memorizo mas obras de las que vinieron ya que cada empleado se encargaba de una sección y el era de los de manga shojo, y con esta remodelación, pudo cotillear en las demás secciones, libros, comics y manga, así sabría cual cogerse más adelante aunque él era un amante del shojo…

Cuando acabaron, vio que ya era bastante tarde, así que el jefe agradeció y todos los demás agradecieron por el trabajo hecho hoy y se empezaron a despedir, fueron a cambiarse y otros simplemente a dejar el delantal por las prisas que tenían, Yukina al vivir solo, decidió tomarse su tiempo así que se cambio de ropa, se puso su chaqueta y salió, para su sorpresa unas cuantas chicas lo habían estado esperando, él las saludo con una sonrisa encantadora, al parecer la noticia del incidente dentro de la librería se había extendido bastante y el reconoció a las jóvenes, eran clientas fijas suyas, así que agradeció la preocupación y charlaron un rato, donde de paso comento algunas obras nuevas ya que en la reorganización de paso metieron material nuevo que vino recientemente, así que le sirvió como propaganda, tras casi una hora hablando delante de la librería, las chicas se despidieron de él despidiéndose con las manos y sonrojadas, cuando se alejaron bastante, el suspiro viendo su reloj, menos mal que vivía cerca… que si tuviese que coger el tren, lo habría perdido hace tiempo.

Tras todo el ajetreo de la tarde y la charla, le extraño que el apetito no le háyase entrado aun, aunque de seguro que le vendría cuando se sentara en casa, tenia cosas para cocinar aunque un poco de comida cocinada no sentaría mal, podría ir a cualquier lugar a tomar un poco de comida caliente y así cuando llegase a casa solo se ducharía para quitarse todo el polvo de hoy y se dormiría, o al menos es lo que pensaba cuando de pronto vio al pelirrojo de nuevo, esta vez corriendo hacia él y pasando, lo miro algo sorprendido, ¿Por qué tanta prisa? Pero cuando miro hacia delante, y vio a esas personas persiguiéndolo, se imagino el por qué… ¿acaso ese joven no podía dejar de meterse en líos? ¿tan mala suerte tenia? Al parecer sí, pero él no podía meterse ahí, no era de su incumbencia… o al menos es lo que pensaba, pero como siempre su idealismo se adelanto a él, molesto se metió por uno de los callejones, se conocía esas calles como la palma de su mano, rápido avanzo y giro en uno de las esquinas, entrando en otro callejón, de pronto vio al chico que había chocado con otra persona que para su no sorpresa resulto ser un yakuza, rápido se adelanto y tomo al chico del brazo levantándolo del suelo, tenía dos opciones, una era huir pero prefirió la otra ya que el siempre era de los que se enfrentaban a los problemas de cara, así que le puso la mano en la cabeza al chico y le hiso inclinarse como una reverencia de disculpa y hasta Yukina lo hiso cuando llegaron todos junto al yakuza y los otros dos.

– siento mucho las molestias y palabras que le haya dicho este chico, sé que es difícil de tratar y su boca suelta cosas que no debería, también que su carácter no es bueno pero en el fondo es un buen chico… - el mismo lo dudaba pero eso ni se noto en su habla - ¿no podrían perdonarlo? – se puso recto mirándolos con firmeza – esta… pasando una edad rebelde… - por lo que decía… parecía como si fuese su hermano mayor… solo esperaba que esas palabras aplacaran la ira de la gente, sino, simplemente le agarraría de la mano y huirían, ya que si las palabras no crean una diplomacia y paz, no podía hacer nada.

Se esperaba que hubiese alguna charla cuando los ajenos se pusieron a discutir entre ellos, pasando totalmente del culpable y de él, pero bueno no le molesto del todo cuando de pronto era jalado por el ajeno, mira que llegaba a ser idiota… más problemas meterle de ese modo sin esperar respuesta de los demás, era un caso perdido ese chico, aunque debía admitir que era veloz, aunque Yukina no se quedaba atrás ya que él era bastante veloz también aun si iba a una universidad de arte.

Cuando se detuvieron, Yukina se apoyo contra la pared del callejón, si que tenía un día raro, primero el accidente de la librería como si fuese un domino, y ahora la carera para salvar la vida… ¿acaso se metió en una cámara oculta o algo por el estilo? Esperaba que no, ya tenía bastante con su vida como para ahora meterse en un reality show, no quería tanto en su vida, ya era bastante feliz con lo que tenía.
Miro al chico que se presento y dio su testimonio aunque no podía creérselo mucho después de ver como hacia caer las estanterías de su trabajo, pero no le negó el saludo de la mano, tomando la ajena y dándole un apretón.
- Yo soy Yukina Kou, y ciertamente no se qué pensar de ti – era un chico sincero y el joven le había dado muchos motivos para sospechar – ¿no deberías estar en casa? – no sabía su edad pero fijo que era menor que él, ya que no aparentaba tener mucho los 20, así que si era un adolescente podría meterse en un lio al estar tan tarde fuera.