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relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Una de aquellas estocadas le había dejado sin aire, y casi pareció que se atragantaba con su propia saliva acumulada. Fuuma lograba llegar a todos los rincones que hacían estremecer su cuerpo, y tras cada sorpresivo grito de dolor principal se convertía en un gemido obsceno seguido de algún masculleo en italiano imposible de descifrar. El vapor de la terma y el calor que desprendía el agua le agotaban, y sentía como poco a poco le pesaba el cuerpo de una manera frustrante, empalagosa.
-No seas cruel -se permitió una risita de autosuficiencia, solo para picar mucho mas a su amante. A lo largo de los días que habían compartido la confianza mutua para hacer aquel tipo de bromas y teatrillos había llegado a cierto punto que permitía a Dio explayarse sin temor alguno- ¿En serio... me dejarías a la mitad? -volvía a sentir sus dientes marcarle y su dureza llenarle hasta golpear sus mas sensibles lugares. Volvió a gemir; y de nuevo se mordió el labio. Tenía como punto de apoyo la cabeza y los hombros contra el borde de la terma, y esporádicamente pensaba que con aquel silencio podría entrar cualquiera de un momento a otro para ver si pasaba algo malo al oírle gritar.
-Tu solo... quieres verme hacerlo con “algo”... frente tuya, vero? ¡Mng! -a pesar de lo que decía empujaba su cuerpo hacia atrás para empalarse una y otra vez, haciendo movimientos contundentes con la cadera, ignorando los largos mechones de pelo que se adherían a su rostro. Llevaba un buen rato sintiendo como si alguien les mirase desde alguna parte de aquel montaje de piedras y niebla producida por el calor, y no sabía si contenerse por ello o seguir “exponiéndose”. Después de todo el fetiche de Dio por jugar y ser observado seguía tan en activo como la primera vez que el japonés le había visto en el bar.
Apretó los dientes, gimoteando ante la rudeza y las acciones posesivas del mayor. Un par de lágrimas, emergidas por el tiritar constante de su cuerpo al ser estimulada su próstata recorrieron sus mejillas mientras jadeaba y repetía una y otra vez el nombre del hombre que en aquellos momentos le acompañaba, como si quisiera autorecordarse quien le estaba haciendo sentir así. Era un tipo de brutalidad tan diferente, pero a la vez tan igual a la de Ivan que su mente empezaba a replantearse cosas que hasta la fecha nunca había pensado.
-Fuu-... ma... ¡Haah! Fuuma... -tembló, apretando los labios. Se estaba mareando. Estar mucho tiempo en la terma les acabaría pasando factura a los dos- Mnh... ¡Unhg! Fu-... -sentía como se le adormecía el estómago y como un cosquilleo bajaba desde su pecho a sus piernas. Emitió un último y fuerte gemido, asomando la fina lengua entre los labios antes de descargarse en la límpida agua del balneario, dejando caer su peso sobre la cabeza ladeada y los hombros sobre el muro. El largo cabello albino tapaba su expresión enrojecida, y antes de que pudiese recuperar el aire estaba volviendo a moverse. Él también tenía el derecho de darle un orgasmo a su chico.
-Aún... no~
-No seas cruel -se permitió una risita de autosuficiencia, solo para picar mucho mas a su amante. A lo largo de los días que habían compartido la confianza mutua para hacer aquel tipo de bromas y teatrillos había llegado a cierto punto que permitía a Dio explayarse sin temor alguno- ¿En serio... me dejarías a la mitad? -volvía a sentir sus dientes marcarle y su dureza llenarle hasta golpear sus mas sensibles lugares. Volvió a gemir; y de nuevo se mordió el labio. Tenía como punto de apoyo la cabeza y los hombros contra el borde de la terma, y esporádicamente pensaba que con aquel silencio podría entrar cualquiera de un momento a otro para ver si pasaba algo malo al oírle gritar.
-Tu solo... quieres verme hacerlo con “algo”... frente tuya, vero? ¡Mng! -a pesar de lo que decía empujaba su cuerpo hacia atrás para empalarse una y otra vez, haciendo movimientos contundentes con la cadera, ignorando los largos mechones de pelo que se adherían a su rostro. Llevaba un buen rato sintiendo como si alguien les mirase desde alguna parte de aquel montaje de piedras y niebla producida por el calor, y no sabía si contenerse por ello o seguir “exponiéndose”. Después de todo el fetiche de Dio por jugar y ser observado seguía tan en activo como la primera vez que el japonés le había visto en el bar.
Apretó los dientes, gimoteando ante la rudeza y las acciones posesivas del mayor. Un par de lágrimas, emergidas por el tiritar constante de su cuerpo al ser estimulada su próstata recorrieron sus mejillas mientras jadeaba y repetía una y otra vez el nombre del hombre que en aquellos momentos le acompañaba, como si quisiera autorecordarse quien le estaba haciendo sentir así. Era un tipo de brutalidad tan diferente, pero a la vez tan igual a la de Ivan que su mente empezaba a replantearse cosas que hasta la fecha nunca había pensado.
-Fuu-... ma... ¡Haah! Fuuma... -tembló, apretando los labios. Se estaba mareando. Estar mucho tiempo en la terma les acabaría pasando factura a los dos- Mnh... ¡Unhg! Fu-... -sentía como se le adormecía el estómago y como un cosquilleo bajaba desde su pecho a sus piernas. Emitió un último y fuerte gemido, asomando la fina lengua entre los labios antes de descargarse en la límpida agua del balneario, dejando caer su peso sobre la cabeza ladeada y los hombros sobre el muro. El largo cabello albino tapaba su expresión enrojecida, y antes de que pudiese recuperar el aire estaba volviendo a moverse. Él también tenía el derecho de darle un orgasmo a su chico.
-Aún... no~
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
- que no te quepa duda ........ un dia voy a verte con uno de esos lindos juguetes atravesandote el culo - gruño el pelinegro en la oreja ajena antes de mordisquear esta a la par que continuaba dandole fuertes embestidas al ario felino -
El italiano mostraba algo de debilidad en las piernas , quizas por el ambiente rodeado de vapores mezclado con la propia excitacion del momento por lo que el japones tomo firmemente la cadera ajena para que Dio no cayera ....... aunque el peliblanco italiano demostro tener la fuerza suficiente para sostenerse aun despues del orgasmo aunque su delicado cuerpo aun temblaba bajo el del japones quien bramo fuertemente ya que cuando Dio se corrio contrajo un poco su ano apretando el miembro excitado de Fuuma quien aun le daba algunas embestidas buscando su propio y cercano orgasmo
- claro que no , aun no puedo parar ....... jamas dejaria a mi pequeño gatito sin su leche
Cargo habilmente el cuerpo de Dio y lo semi-acosto en el pequeño muro de piedra que contenia el agua caliente para asi no agotar mas su fino cuerpo cansado mientras continuaba penetrandolo aunque ahora , al tenerlo frente a frente le dio un apasionado y humedo beso mientras continuaba penetrandolo con fuerza y calentandose cada vez mas mientras se acercaba un orgasmo que habia retenido por mucho tiempo
El italiano mostraba algo de debilidad en las piernas , quizas por el ambiente rodeado de vapores mezclado con la propia excitacion del momento por lo que el japones tomo firmemente la cadera ajena para que Dio no cayera ....... aunque el peliblanco italiano demostro tener la fuerza suficiente para sostenerse aun despues del orgasmo aunque su delicado cuerpo aun temblaba bajo el del japones quien bramo fuertemente ya que cuando Dio se corrio contrajo un poco su ano apretando el miembro excitado de Fuuma quien aun le daba algunas embestidas buscando su propio y cercano orgasmo
- claro que no , aun no puedo parar ....... jamas dejaria a mi pequeño gatito sin su leche
Cargo habilmente el cuerpo de Dio y lo semi-acosto en el pequeño muro de piedra que contenia el agua caliente para asi no agotar mas su fino cuerpo cansado mientras continuaba penetrandolo aunque ahora , al tenerlo frente a frente le dio un apasionado y humedo beso mientras continuaba penetrandolo con fuerza y calentandose cada vez mas mientras se acercaba un orgasmo que habia retenido por mucho tiempo
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
"Sono... vertigini... "
Dio encontraba aquella debilidad física muy tentadora. El cuerpo le temblaba por cualquier roce o movimiento, pareciendo que de un momento a otro se desintegraría. Sentía todo a flor de piel: la punta de los dedos, su caliente saliva mezclándose con la de Fuuma y cayendo sobre su pecho, sus endurecidos pezones quejándose por haberlos sacado de entre el calor del agua y aquella dura erección entrando y saliendo sin descanso, haciendo golpear su ingle contra su culo de manera demandante y despiadada. En aquella postura que el japonés había decidido probar podía verlo todo, y enredando los pies en su cintura lo empujó hacia delante, soltando un grito cuando la estocada pareció hacerle vibrar el estómago.
La cara del italiano era todo un poema. Sonreía, provocando con sus enrojecidos labios mientras el cabello se le adhería al rostro. Le brillaban los ojos por las lágrimas y cada vez que abría la boca emergía un nombre y un gemido, seguido de alguna otra petición. Sosteniéndose con uno de sus codos en el muro, había levantado el brazo contrario para aferrar la espalda y el hombro del otro, el cual había ya mas que marcado con las uñas. A ratos la vista se le nublaba, y su normalmente liviano cuerpo comenzaba a pesar toneladas.
-Rápido... -murmuraba- Dámela... ¡Ahh, unh...! Wah~ -le empujó mas hacia delante con las piernas, alzándose para morderle el cuello y dejarle la firme marca de los dientes sin temores a ser reprendido. Aquello había sido un desenfreno desde el principio. El vapor seguía ascendiendo, envolviendo todo a su paso y creando una sensación de desconcierto que solo lograba la niebla espesa. El albino apretó los dientes y levantó la cabeza, bufando, cerrando los ojos un instante antes de abrir los labios y dar una honda bocanada de aire que no le sirvió para refrescarse. Tensó mucho mas su cuerpo, apretando a Fuuma en su interior, como si quisiera evitar que saliese durante un buen rato. En aquella postura su polla rozaba cualquier tramo de piel que hubiese hasta su próstata, y mientras sentía los envites y sus entrañar por fin tragando su orgasmo le pareció distinguir, tras Fuuma y entre la niebla que tapaba la puerta, a una alta figura morena de brazos cruzados.
-¿Has... terminado? -mas que preguntarlo parecía afirmarlo, sonriendo. Luego, teniendo ya completa aquella “misión”, se desplomó sobre la valla, sin mucha mas fuerza.
[* "Me estoy... mareando..." ]
Dio encontraba aquella debilidad física muy tentadora. El cuerpo le temblaba por cualquier roce o movimiento, pareciendo que de un momento a otro se desintegraría. Sentía todo a flor de piel: la punta de los dedos, su caliente saliva mezclándose con la de Fuuma y cayendo sobre su pecho, sus endurecidos pezones quejándose por haberlos sacado de entre el calor del agua y aquella dura erección entrando y saliendo sin descanso, haciendo golpear su ingle contra su culo de manera demandante y despiadada. En aquella postura que el japonés había decidido probar podía verlo todo, y enredando los pies en su cintura lo empujó hacia delante, soltando un grito cuando la estocada pareció hacerle vibrar el estómago.
La cara del italiano era todo un poema. Sonreía, provocando con sus enrojecidos labios mientras el cabello se le adhería al rostro. Le brillaban los ojos por las lágrimas y cada vez que abría la boca emergía un nombre y un gemido, seguido de alguna otra petición. Sosteniéndose con uno de sus codos en el muro, había levantado el brazo contrario para aferrar la espalda y el hombro del otro, el cual había ya mas que marcado con las uñas. A ratos la vista se le nublaba, y su normalmente liviano cuerpo comenzaba a pesar toneladas.
-Rápido... -murmuraba- Dámela... ¡Ahh, unh...! Wah~ -le empujó mas hacia delante con las piernas, alzándose para morderle el cuello y dejarle la firme marca de los dientes sin temores a ser reprendido. Aquello había sido un desenfreno desde el principio. El vapor seguía ascendiendo, envolviendo todo a su paso y creando una sensación de desconcierto que solo lograba la niebla espesa. El albino apretó los dientes y levantó la cabeza, bufando, cerrando los ojos un instante antes de abrir los labios y dar una honda bocanada de aire que no le sirvió para refrescarse. Tensó mucho mas su cuerpo, apretando a Fuuma en su interior, como si quisiera evitar que saliese durante un buen rato. En aquella postura su polla rozaba cualquier tramo de piel que hubiese hasta su próstata, y mientras sentía los envites y sus entrañar por fin tragando su orgasmo le pareció distinguir, tras Fuuma y entre la niebla que tapaba la puerta, a una alta figura morena de brazos cruzados.
-¿Has... terminado? -mas que preguntarlo parecía afirmarlo, sonriendo. Luego, teniendo ya completa aquella “misión”, se desplomó sobre la valla, sin mucha mas fuerza.
[* "Me estoy... mareando..." ]
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
El japones pelinegro se corrio abundantemente dentro de su pequeño felino peliblanco mientras soltaba un gruñido de completo placer , hacia tanto que no probaba el cuerpo del menor que era como si aquel orgasmo fuera el mejor en todo el tiempo de relacion que llevaba con el italiano , lo habia anhelado por mucho tiempo y ahora por fin lo habia tomado como el deseaba , salvaje y fuertemente ......... Dio se desvanecio despues de ser llenado por Fuuma quien al verlo en ese estado decidio cargarlo y llevarlo a la habitacion para que se refrescara y de paso se recuperara de aquel jaleo tan placentero que habian sostenido en la poza ...... Fuuma salio del agua y se cubrio con una bata antes de sacar a Dio y ponerle algo encima para cubrir su maravilloso cuerpo antes de cargarlo con cuidado , se giro con la intencion de marcharse aunque la presencia que habia estado observandolos no habia pasado desapercibida para el , no dijo nada porque su prioridad era satisfacer al albino ademas penso que solo se trataba de un vouyerista pero un simple miron se habria marchado al terminar el acto y esa persona se habia quedado observando cada paso que daba la parejita
- se termino la funcion
Comento serimente y en voz alta para ser oido , ganas no le faltaban para romperle la cara a quien habia osado ver desnudo a su gatito italiano pero por ahora su prioridad era descubrir quien tenia tanto interes en observarlos ya que no le daba buena espina que los espiaran de aquella forma tan descarada ..... acomodo a Dio en sus brazos de tal forma que este estuviera comodo y descansara mientras el se encargaba de todo , no es que Dio no fuera capaz de defenderse pero por ahora el japones habia decidido que se encargaria de aquello y dejaria que su muñequito italiano descansara merecidamente
- se termino la funcion
Comento serimente y en voz alta para ser oido , ganas no le faltaban para romperle la cara a quien habia osado ver desnudo a su gatito italiano pero por ahora su prioridad era descubrir quien tenia tanto interes en observarlos ya que no le daba buena espina que los espiaran de aquella forma tan descarada ..... acomodo a Dio en sus brazos de tal forma que este estuviera comodo y descansara mientras el se encargaba de todo , no es que Dio no fuera capaz de defenderse pero por ahora el japones habia decidido que se encargaria de aquello y dejaria que su muñequito italiano descansara merecidamente
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
El muchacho que no parecía querer ocultar su presencia frente a los dos efusivos enamorados era mucho mas alto que el propio Fuuma, de pelo negro y corto y con una expresión entre lo impasible y lo serio. Si uno lograba fijarse bien podría incluso ver aquellos ojos claros color miel que daban tanta fuerza a su forma de mirar.
Cuando el japonés pasó por su lado cargando al semi-inconsciente italiano no tuvo problemas en seguirlos con la mirada, sin moverse, hasta que finalmente giró levemente el cuerpo para ver como se perdían.
Dio había dejado atrás el calor del vapor de la terma y parecía estar cogiendo todo el aire fresco que podía en su camino a la habitación. Seguía teniendo una sensación de pesadez muy agobiante, y lo primero que hizo al llegar a la intimidad de la habitación fue pedirle a Fuuma que le dejase sobre el tatami y desprenderse de gran parte del kimono que había utilizado para cubrirlo. Dio un hondo suspiro y se apartó el pelo que se le adhería al rostro en un intento por airearse.
-Aún no hemos... acabado -buscó con la mirada a Fuuma, levantando un pesado brazo para señalarlo, divertido-. En cuanto me refresque un poco me lanzaré sobre ti~ -aún intentándolo, aquello no parecía ni de lejos la amenaza de un rudo mafioso. Tan solo el capricho de un niño demasiado agotado para decir otra cosa. Cerró los ojos y dejó caer la mano en el suelo- Non quiero que esto acabe aún -murmuró-. Si me tengo que embriagar de alguien hasta el punto de romperme prefiero que seas tu. Aún debo compensarte per il mio viaggio in Italia~ -quiso sonar tranquilo, pero un deje de arrepentimiento aún se ocultaba tras sus palabras. Hacer que Fuuma “limpiase” los desastres que había ocasionado su hermano seguía sin parecerle del todo justo.
Por otro lado, llevaba tiempo pensando en Ivan. No de la manera esquiva que siempre había tenido, sino de un modo llegando a lo comprensivo. Eran ideas que aún no había compartido con el japonés por miedo a ser juzgado e irremediablemente abandonado. Quizás solo debiese calmarse y pensar las cosas desde un punto mas adecuado.
-Necesito agua fría -abrió la boca y sacó la lengua para enfatizar esa necesidad. Giró la cabeza y miró al japonés- ¿Te importaría subirme un poco, caro? Al menos quiero poder levantarme para la cena -sonrió, haciéndole difícil al otro el rechazar la petición- Grazie incanto~
[…]
El lapsus de tiempo que transcurrió desde que Fuuma había salido hasta cuando tocaron suavemente en la madera de la puerta había sido relativamente corto. Dio levantó el brazo lo mínimo para hacer un gesto despreocupado con él y dar el permiso para pasar. Se estaba quedando dormido, seguramente por el agobio que había supuesto estar tanto tiempo en la terma.
Quien corrió la puerta y entró apenas cabía por esta, teniendo que agachar la cabeza para no golpearse con la parte superior de esta. Dio dos pasos al frente, escudriñando la habitación tras ver al albino en precaria postura en el suelo.
-¿? -Dio abrió un ojo, observando los pies del desconocido; ascendiendo por sus largas piernas hasta poder ver su rostro. A pesar de lo imponente que era no le parecía alguien que fuese mayor que él. Tenía el pelo negro y los ojos miel... ¿Personal de la posada? Parecía estar buscando a alguien que obviamente no estaba en aquella habitación.
El albino se incorporó, dejando que el kimono le tapase solo lo justo antes de mirar al mas alto con curiosidad.
-Scusa... ¿Quieres algo?
El otro le miró, dando otro paso al frente y echando levemente la puerta.
-Estoy buscando a Fuuma -dijo, a las claras-. Es el que viene contigo, ¿verdad? Os he visto fuera.
-¿Fuera...? -Dio recordó aquel instante en el que alguien les observaba de entre el vapor del agua. Apretó los labios e hizo un intento de levantarse- Él no está aquí. ¿Perché le buscas? -le temblaron las rodillas cuando estas soportaron su peso. Sosteniendo el kimono, intentaba taparse lo mejor que podía.
-Pues... -el desconocido entornó los ojos, mirando aquel endeble cuerpecillo lleno de marcas de mordiscos, de besos y con aquella cicatriz tan llamativa en el costado. Por no hablar del semen que se escurría desde el interior de sus muslos, formando un descarado camino por sus piernas. El moreno parpadeó, mientras Dio se daba cuenta de a donde iba enfocada su mirada y hacía lo propio.
Arrugó las cejas y cerró las piernas, tapándose con el kimono. Entre apuros y balbuceos, dio un traspiés hacia atrás.
-¡Eh, oye...! -el muchacho alto pudo estirar el brazo para alcanzarlo y tirar de él hacia delante, evitando que se abriese la cabeza contra la mesa baja entre tanto nervio injustificado.
Aunque el como habían quedado no jugaba precisamente a su favor.
Cuando el japonés pasó por su lado cargando al semi-inconsciente italiano no tuvo problemas en seguirlos con la mirada, sin moverse, hasta que finalmente giró levemente el cuerpo para ver como se perdían.
Dio había dejado atrás el calor del vapor de la terma y parecía estar cogiendo todo el aire fresco que podía en su camino a la habitación. Seguía teniendo una sensación de pesadez muy agobiante, y lo primero que hizo al llegar a la intimidad de la habitación fue pedirle a Fuuma que le dejase sobre el tatami y desprenderse de gran parte del kimono que había utilizado para cubrirlo. Dio un hondo suspiro y se apartó el pelo que se le adhería al rostro en un intento por airearse.
-Aún no hemos... acabado -buscó con la mirada a Fuuma, levantando un pesado brazo para señalarlo, divertido-. En cuanto me refresque un poco me lanzaré sobre ti~ -aún intentándolo, aquello no parecía ni de lejos la amenaza de un rudo mafioso. Tan solo el capricho de un niño demasiado agotado para decir otra cosa. Cerró los ojos y dejó caer la mano en el suelo- Non quiero que esto acabe aún -murmuró-. Si me tengo que embriagar de alguien hasta el punto de romperme prefiero que seas tu. Aún debo compensarte per il mio viaggio in Italia~ -quiso sonar tranquilo, pero un deje de arrepentimiento aún se ocultaba tras sus palabras. Hacer que Fuuma “limpiase” los desastres que había ocasionado su hermano seguía sin parecerle del todo justo.
Por otro lado, llevaba tiempo pensando en Ivan. No de la manera esquiva que siempre había tenido, sino de un modo llegando a lo comprensivo. Eran ideas que aún no había compartido con el japonés por miedo a ser juzgado e irremediablemente abandonado. Quizás solo debiese calmarse y pensar las cosas desde un punto mas adecuado.
-Necesito agua fría -abrió la boca y sacó la lengua para enfatizar esa necesidad. Giró la cabeza y miró al japonés- ¿Te importaría subirme un poco, caro? Al menos quiero poder levantarme para la cena -sonrió, haciéndole difícil al otro el rechazar la petición- Grazie incanto~
[…]
El lapsus de tiempo que transcurrió desde que Fuuma había salido hasta cuando tocaron suavemente en la madera de la puerta había sido relativamente corto. Dio levantó el brazo lo mínimo para hacer un gesto despreocupado con él y dar el permiso para pasar. Se estaba quedando dormido, seguramente por el agobio que había supuesto estar tanto tiempo en la terma.
Quien corrió la puerta y entró apenas cabía por esta, teniendo que agachar la cabeza para no golpearse con la parte superior de esta. Dio dos pasos al frente, escudriñando la habitación tras ver al albino en precaria postura en el suelo.
-¿? -Dio abrió un ojo, observando los pies del desconocido; ascendiendo por sus largas piernas hasta poder ver su rostro. A pesar de lo imponente que era no le parecía alguien que fuese mayor que él. Tenía el pelo negro y los ojos miel... ¿Personal de la posada? Parecía estar buscando a alguien que obviamente no estaba en aquella habitación.
El albino se incorporó, dejando que el kimono le tapase solo lo justo antes de mirar al mas alto con curiosidad.
-Scusa... ¿Quieres algo?
El otro le miró, dando otro paso al frente y echando levemente la puerta.
-Estoy buscando a Fuuma -dijo, a las claras-. Es el que viene contigo, ¿verdad? Os he visto fuera.
-¿Fuera...? -Dio recordó aquel instante en el que alguien les observaba de entre el vapor del agua. Apretó los labios e hizo un intento de levantarse- Él no está aquí. ¿Perché le buscas? -le temblaron las rodillas cuando estas soportaron su peso. Sosteniendo el kimono, intentaba taparse lo mejor que podía.
-Pues... -el desconocido entornó los ojos, mirando aquel endeble cuerpecillo lleno de marcas de mordiscos, de besos y con aquella cicatriz tan llamativa en el costado. Por no hablar del semen que se escurría desde el interior de sus muslos, formando un descarado camino por sus piernas. El moreno parpadeó, mientras Dio se daba cuenta de a donde iba enfocada su mirada y hacía lo propio.
Arrugó las cejas y cerró las piernas, tapándose con el kimono. Entre apuros y balbuceos, dio un traspiés hacia atrás.
-¡Eh, oye...! -el muchacho alto pudo estirar el brazo para alcanzarlo y tirar de él hacia delante, evitando que se abriese la cabeza contra la mesa baja entre tanto nervio injustificado.
Aunque el como habían quedado no jugaba precisamente a su favor.
- Spoiler:
- [Siento haberte echado del cuarto, lo vi necesario para incrementar la malinterpretación (?) Uu]
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Fuuma dejo a su agotado amante descansando despues del jaleo en las termas , mientras iba por una botella de agua fresca pensaba en que si quizas habia sido demasiado hacerlo de esa manera desenfrenada en aquel lugar ya que , al parecer , los vapores le habian afectado mucho al delicado Dio , claro , Dio aveces queria hacerse el rudo pero la falta de costumbre al calor de las pozas no debia ser subestimado ...... no le gusto demasiado la idea de dejar al ario italiano solo ya que supuestamente eran sus mini-vacaciones especiales por lo que se apresuro a volver a la habitacion aunque al llegar a la puerta corrediza noto que esta estaba entreabierta , eso le extraño por un momento ya que Dio estaba demasiado cansado como para ir a algun lugar , solo llevo una de sus manos a la puerta y la abrio de golpe dandose asi un chocante espectaculo donde su gatito estaba siendo sostenido por el hombre que hacia un rato los habia estado espiando , la botella de agua golpeo contra el piso y rodo en el antes de que un duro puñetazo le cayera en todo el rostro a aquel desconocido , el felino italiano cayo sentado sobre el tatami mientras que Fuuma mostraba una cara de pocos amigos pocas veces , o nunca vista , por el italiano
- nadie le pone las manos encima a mi prometido , si buscas problemas los acabas de encontrar
Gruño cual animal furioso mientras se preparaba para darle otro golpe a aquel intruso , quizas Fuuma , en su vida cotidiana , pareciera un tipo pasivo y reservado pero una vez que alguien colmaba su paciencia se volvia bastante habil en la lucha y era capaz de matar a acualquiera solo con sus manos si se veia ofendido de alguna manera y que mayor ofensa que tocar a aquel italiano del cual estaba locamente prendado
- nadie le pone las manos encima a mi prometido , si buscas problemas los acabas de encontrar
Gruño cual animal furioso mientras se preparaba para darle otro golpe a aquel intruso , quizas Fuuma , en su vida cotidiana , pareciera un tipo pasivo y reservado pero una vez que alguien colmaba su paciencia se volvia bastante habil en la lucha y era capaz de matar a acualquiera solo con sus manos si se veia ofendido de alguna manera y que mayor ofensa que tocar a aquel italiano del cual estaba locamente prendado
- Spoiler:
- no te preocupes , entiendo ^^ ..... aunque Fuuma sacara lo peor de si , nadie toca a su gatito XDDD
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
No hubo tiempo de decir mucho cuando Fuuma había vuelto al cuarto y había reaccionado de manera tan sobre protectora con alguien que perfectamente podría ser un empleado de la posada. El muchacho, que simplemente le había sujetado del brazo y tenía las intenciones de aguantar su peso rodeando su cadera se quedó a medio gesto cuando el mayor le había golpeado, haciéndole soltar al albino. Al igual que él, le lanzó una mala mirada y casi pareció enseñarle los dientes ante aquel puñetazo, según él, tan injustificado.
Con la vena de la sien palpitándole de ira, el alto muchacho sujetó el puño del japonés para evitar otro golpe, estirando el brazo para sujetarle de la pechera y empujarlo hasta que su espalda dio contra el otro lado de la puerta cerrada.
-¡Ah...! -Dio levantó el brazo, sin poder notar como las rodillas le respondiesen para levantarse y ayudarle. El desconocido se limitó a alejar a Fuuma de si y dar unos pasos atrás.
-¿Quieres tranquilizarte? No he venido aquí a hacer nada de lo que te estés imaginando -se pasó el pulgar por la comisura del labio- Joder, escucha a los demás antes de lanzarte sobre ellos -por mucho que dijese, su interlocutor parecía mas dispuesto a echarle a patadas del cuarto a seguir escuchando lo que tuviese que decir.
El recién llegado frunció las cejas, chasqueó la lengua y acabó devolviéndole el puñetazo, agarrándolo de la ropa y terminar estampándole contra el suelo, donde lo retuvo con el brazo a la espalda.
-¿Me vas a escuchar ahora? No tengo tiempo para estar negociando sobre si soy de fiar o no. Solo escúchame y ya juzga si es verdad o no lo que te digo -dijo, a las claras, llevándose otro bofetón en la misma mejilla cuando quiso mirar hacia arriba.
Dio había logrado levantarse, frunciendo las cejas y precariamente vestido para al menos intentar recuperar la calma y la cordura y que ambos dejasen de liarse a puñetazos a la mas mínima.
-Te escucharemos. Pero suéltalo.
El otro le miró, levantando una ceja.
-¿Pretendes sonar serio con ese aspecto? -suspiró, dejando libre el brazo de Fuuma y levantándose de encima suyo. Fue hacia la puerta y la cerró antes de colocar la mesa en su lugar y sentarse, apoyándose en ella- Da igual. Eres Fuuma, ¿no? El líder de un clan Yakuza -observaba como el albino le ayudaba a incorporarse- En el mercado negro no se hace mas que hablar de como hundirte, así que te conviene hacerme caso y estarte quietecito. ¿Nos entendemos?
Con la vena de la sien palpitándole de ira, el alto muchacho sujetó el puño del japonés para evitar otro golpe, estirando el brazo para sujetarle de la pechera y empujarlo hasta que su espalda dio contra el otro lado de la puerta cerrada.
-¡Ah...! -Dio levantó el brazo, sin poder notar como las rodillas le respondiesen para levantarse y ayudarle. El desconocido se limitó a alejar a Fuuma de si y dar unos pasos atrás.
-¿Quieres tranquilizarte? No he venido aquí a hacer nada de lo que te estés imaginando -se pasó el pulgar por la comisura del labio- Joder, escucha a los demás antes de lanzarte sobre ellos -por mucho que dijese, su interlocutor parecía mas dispuesto a echarle a patadas del cuarto a seguir escuchando lo que tuviese que decir.
El recién llegado frunció las cejas, chasqueó la lengua y acabó devolviéndole el puñetazo, agarrándolo de la ropa y terminar estampándole contra el suelo, donde lo retuvo con el brazo a la espalda.
-¿Me vas a escuchar ahora? No tengo tiempo para estar negociando sobre si soy de fiar o no. Solo escúchame y ya juzga si es verdad o no lo que te digo -dijo, a las claras, llevándose otro bofetón en la misma mejilla cuando quiso mirar hacia arriba.
Dio había logrado levantarse, frunciendo las cejas y precariamente vestido para al menos intentar recuperar la calma y la cordura y que ambos dejasen de liarse a puñetazos a la mas mínima.
-Te escucharemos. Pero suéltalo.
El otro le miró, levantando una ceja.
-¿Pretendes sonar serio con ese aspecto? -suspiró, dejando libre el brazo de Fuuma y levantándose de encima suyo. Fue hacia la puerta y la cerró antes de colocar la mesa en su lugar y sentarse, apoyándose en ella- Da igual. Eres Fuuma, ¿no? El líder de un clan Yakuza -observaba como el albino le ayudaba a incorporarse- En el mercado negro no se hace mas que hablar de como hundirte, así que te conviene hacerme caso y estarte quietecito. ¿Nos entendemos?
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
El pelinegro no se esperaba que las cosas terminaran en una lucha sobre el tatami de la habitacion , no , esperaba que terminara con algun asesinato en la habitacion , aunque dentro de el estaba agradecido de que eso no hubiera pasado a mas ya que no deseaba que su felino blanco terminara con la sangre suya o del extraño encima ....... por cortesia dejo que el peliblanco lo ayudara a ponerse de pie , normalmente no dejaba que nadie se metiera en medio de sus peleas incluso si era para ayudarlo , ya de pie rodeo los hombros de Dio y lo atrajo de forma posesiva hacia el , quien diablos se atrevia aquel extraño para criticar la forma de vestir de su felino italiano
- si quieres mantener la paz conmigo no le hables de ese modo a Dio , el puede vestirse como desee en su habitacion , el que esta siendo inapropiado aqui eres tu
Dijo con seriedad mientras lo observaba , realmente no habia porque temer nisiquiera estar en guardia ya que ese fulano no parecia tener la intencion de atacarlos aunque la informacion que le llevo al japones no era algo desconocido para el
- no me digas , eso ya no es algo novedoso para mi ..... cada año aparece alguien poco inteligente que busca meter las narices en mi negocio y que lamentablemente queda sin nariz , sin piernas y demas partes ...... habla rapido y dime quien es el que empezo la revuelta de este año , por cierto , cuanto me costara tu informacion ...... no creo que hayas venido aqui solo porque eres un buen samaritano ¿no?
Dijo con seriedad , claro que le preocupaban sus negocios y agradecia aquella informacion anticipada pero no le gustaba que irrumpieran asi en su fin de semana especial con Dio ..... pero ya que el "invitado" se encontraba en aquella habitacion dandole una informacion importante no habia mas que oirlo , al menos sabia que podia contar con la discrecion y el apoyo del felino italiano en aquella situacion
- si quieres mantener la paz conmigo no le hables de ese modo a Dio , el puede vestirse como desee en su habitacion , el que esta siendo inapropiado aqui eres tu
Dijo con seriedad mientras lo observaba , realmente no habia porque temer nisiquiera estar en guardia ya que ese fulano no parecia tener la intencion de atacarlos aunque la informacion que le llevo al japones no era algo desconocido para el
- no me digas , eso ya no es algo novedoso para mi ..... cada año aparece alguien poco inteligente que busca meter las narices en mi negocio y que lamentablemente queda sin nariz , sin piernas y demas partes ...... habla rapido y dime quien es el que empezo la revuelta de este año , por cierto , cuanto me costara tu informacion ...... no creo que hayas venido aqui solo porque eres un buen samaritano ¿no?
Dijo con seriedad , claro que le preocupaban sus negocios y agradecia aquella informacion anticipada pero no le gustaba que irrumpieran asi en su fin de semana especial con Dio ..... pero ya que el "invitado" se encontraba en aquella habitacion dandole una informacion importante no habia mas que oirlo , al menos sabia que podia contar con la discrecion y el apoyo del felino italiano en aquella situacion
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
-Estoy de vacaciones con mi hermano -aclaró antes que nada, lanzándole una mirada antipática y cortante ante el tono despectivo y agresivo que el mafioso utilizaba con él, a pesar de no saber aún las intenciones o noticias que le habían llevado a meterse en aquellos lares-. No tengo obligación alguna de decirte esto, y tampoco me interesa lucrarme. Solo me evito los problemas que tu y tu gente ocasionéis llegado el momento. No quiero verme en medio de las peleas entre yakuzas, me jodería completamente toda la semana -gruñó, bajando la mirada y volviéndola a depositar en el albino, que se había quedado en precaria postura al ser agarrado con tanto énfasis por Fuuma-. Y por su aspecto no te preocupes. Estaba distraído viendo lo que caía por sus piernas -levantó una ceja.
Dio frunció las suyas, e instintivamente apretó los muslos entre si mientras no tenía muchas oportunidades de colocarse bien la ropa al estar pegado al japonés. Se ruborizó, pero se las arregló para no apartarle la mirada y enfrentar las palabras que estaba a punto de escuchar a cerca de los enemigos de Fuuma. Mirando hacia arriba, posó una pálida mano en el brazo del japonés, intentando tranquilizarle de alguna manera y que pudiese destensar toda aquella rabia repentina.
-Calmati, Fuuma -murmuró-. Io non ho fatto niente. Ho appena stato sottoposto a non cadere, lo giuro* -entornó los ojos, que destacaban aún por aquel aura cansada y sofocada que le rodeaba. Con un gesto suave, se deshizo de su agarre, trastabilló hacia delante y se colocó bien el kimono. Luego, mirando al moreno mas joven, se acuclilló a un lado, como si pensase seriamente en confiar o no en acercarse mas- ¿Que has escuchado...?
El invitado miró a Dio, pero pasó inmediatamente a Fuuma.
-¿Es conveniente que te lo cuente estando él delante? -parpadeó, suspirando- Después de todo no es...
-Si es algo sobre mi, quiero saberlo -intervino el italiano, estirando los brazos para sujetar el rostro del muchacho y hacer que le mirase-. Si es un tema que nos relaciona a ambos tengo derecho a saberlo también. Habla.
-... -el otro se encogió de hombros-. Recientemente en los alrededores del mercado se ha estado juntando mucha alimaña. Entre sus objetivos está “Fuuma Ryu, el emperador de las afueras”, que al parecer lleva un tiempo no ejerciendo como Yakuza por estar siempre pendiente de un gato callejero que ha recogido, y un tal Asai, que opera en los límites de la ciudad vecina -cogió las muñecas de Dio para apartárselas, mas no le soltó-. Que conste que esto no lo digo yo. Realmente me da igual con quien decida pasar su tiempo un mafioso. Pero planean arrebatártelo todo -volvió a mirar a Fuuma- y venderlo al Mercado. No quiero verte venir a reclamarme que te devuelva a tu “gato” una vez lo hayan capturado, ya que entonces no tendrás mas remedio que comprarlo. Eso si no lo hace alguien antes -sonrió-. Incluso yo podría estar interesado.
Abriendo los puños, le soltó, posando las manos en su regazo. Se hizo el silencio, antes de que el italiano girase la cabeza y mirase a Fuuma con cara de contrariedad, como si discutiese con él en silencio sobre lo que debían o no creer y, en consecuencia, hacer.
Dio frunció las suyas, e instintivamente apretó los muslos entre si mientras no tenía muchas oportunidades de colocarse bien la ropa al estar pegado al japonés. Se ruborizó, pero se las arregló para no apartarle la mirada y enfrentar las palabras que estaba a punto de escuchar a cerca de los enemigos de Fuuma. Mirando hacia arriba, posó una pálida mano en el brazo del japonés, intentando tranquilizarle de alguna manera y que pudiese destensar toda aquella rabia repentina.
-Calmati, Fuuma -murmuró-. Io non ho fatto niente. Ho appena stato sottoposto a non cadere, lo giuro* -entornó los ojos, que destacaban aún por aquel aura cansada y sofocada que le rodeaba. Con un gesto suave, se deshizo de su agarre, trastabilló hacia delante y se colocó bien el kimono. Luego, mirando al moreno mas joven, se acuclilló a un lado, como si pensase seriamente en confiar o no en acercarse mas- ¿Que has escuchado...?
El invitado miró a Dio, pero pasó inmediatamente a Fuuma.
-¿Es conveniente que te lo cuente estando él delante? -parpadeó, suspirando- Después de todo no es...
-Si es algo sobre mi, quiero saberlo -intervino el italiano, estirando los brazos para sujetar el rostro del muchacho y hacer que le mirase-. Si es un tema que nos relaciona a ambos tengo derecho a saberlo también. Habla.
-... -el otro se encogió de hombros-. Recientemente en los alrededores del mercado se ha estado juntando mucha alimaña. Entre sus objetivos está “Fuuma Ryu, el emperador de las afueras”, que al parecer lleva un tiempo no ejerciendo como Yakuza por estar siempre pendiente de un gato callejero que ha recogido, y un tal Asai, que opera en los límites de la ciudad vecina -cogió las muñecas de Dio para apartárselas, mas no le soltó-. Que conste que esto no lo digo yo. Realmente me da igual con quien decida pasar su tiempo un mafioso. Pero planean arrebatártelo todo -volvió a mirar a Fuuma- y venderlo al Mercado. No quiero verte venir a reclamarme que te devuelva a tu “gato” una vez lo hayan capturado, ya que entonces no tendrás mas remedio que comprarlo. Eso si no lo hace alguien antes -sonrió-. Incluso yo podría estar interesado.
Abriendo los puños, le soltó, posando las manos en su regazo. Se hizo el silencio, antes de que el italiano girase la cabeza y mirase a Fuuma con cara de contrariedad, como si discutiese con él en silencio sobre lo que debían o no creer y, en consecuencia, hacer.
- Spoiler:
- [*”Cálmate, Fuuma. No me ha hecho nada. Solo me ha sujetado para que no cayese, lo juro”]
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
El japones oyo con molestia al intruso , ganas de darle un buen puñetazo en la cara y usar su cabeza de adorno para su salon no le faltaban pero Dio le habia pedido compostura y en un momento como aquel era bastante apropiado que escuchara a su consorte despues de todo debia oir todo lo que el otro debia decirle antes de matarlo , nadie quitaba que aquel intruso inoportuno trajera algo que valiera la pena oir
- y porque te causaria problemas un lio entre mafiosos , cual es tu relacion con el bajo mundo o es que tienes un negocio que podria peligrar de haber un enfrentamiento , claro , no debe ser muy legal si esta en el mercado negro - pregunto seriamente y sin quitarle la mirada de encima -
No estaba muy conforme cuando Dio se acerco al extraño y tuvieron tanto contacto despues de todo Dio era suyo y nadie tenia porque tocarlo aunque al ver que sus roces no eran intimos se calmo un poco aunque las insinuaciones del contrario no le gustaron nada
- pues para esclavizar a Dio tendran que pasar por sobre mi cadaver asi que no te hagas ideas erroneas y mira hacia otro lado porque Dio es mio y de nadie mas - aclaro antes de extender la mano para que asi Dio regresara a su lado y quitara esa cara de preocupacion ya que no servia de mucho que se alteraran - no debes preocuparte , caro mio , si hay problemas los solucionaremos ...... claro , si el señor ...... ¿cual dijiste que era tu nombre? , antes de hacer "negocios" quisiera saberlo y tambien desearia mas informacion despues de todo no tengo como probar que lo que dices es cierto , dame nombres o menciona a la pandilla que ahora quiere quitarme el negocio - comento igual de serio -
Aun no se fiaba de las palabras ajenas y mas porque el contrario , hasta el momento , no habia presentado una prueba contundente para que sus hombres investigaran aunque que mencionara el apellido Asai llamo su atencion , todo el mundo sabia que los Asai eran una familia algo problematica pero ya que parecian otro blanco potencial de los supuestos !agitadores" no estaria mal hacerles una invitacion para hablar sobre ese tema , solo si se comprobaba que los querian derrocar ya que el japones no pensaba dejar que le arrebataran tan facilmente todo su basto reino ni a la "reina" de este mismo
- y porque te causaria problemas un lio entre mafiosos , cual es tu relacion con el bajo mundo o es que tienes un negocio que podria peligrar de haber un enfrentamiento , claro , no debe ser muy legal si esta en el mercado negro - pregunto seriamente y sin quitarle la mirada de encima -
No estaba muy conforme cuando Dio se acerco al extraño y tuvieron tanto contacto despues de todo Dio era suyo y nadie tenia porque tocarlo aunque al ver que sus roces no eran intimos se calmo un poco aunque las insinuaciones del contrario no le gustaron nada
- pues para esclavizar a Dio tendran que pasar por sobre mi cadaver asi que no te hagas ideas erroneas y mira hacia otro lado porque Dio es mio y de nadie mas - aclaro antes de extender la mano para que asi Dio regresara a su lado y quitara esa cara de preocupacion ya que no servia de mucho que se alteraran - no debes preocuparte , caro mio , si hay problemas los solucionaremos ...... claro , si el señor ...... ¿cual dijiste que era tu nombre? , antes de hacer "negocios" quisiera saberlo y tambien desearia mas informacion despues de todo no tengo como probar que lo que dices es cierto , dame nombres o menciona a la pandilla que ahora quiere quitarme el negocio - comento igual de serio -
Aun no se fiaba de las palabras ajenas y mas porque el contrario , hasta el momento , no habia presentado una prueba contundente para que sus hombres investigaran aunque que mencionara el apellido Asai llamo su atencion , todo el mundo sabia que los Asai eran una familia algo problematica pero ya que parecian otro blanco potencial de los supuestos !agitadores" no estaria mal hacerles una invitacion para hablar sobre ese tema , solo si se comprobaba que los querian derrocar ya que el japones no pensaba dejar que le arrebataran tan facilmente todo su basto reino ni a la "reina" de este mismo
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Por mucho que la situación fuese avanzando, Dio notaba aún toda aquella desconfianza que Fuuma desprendía hacia el mas joven, que aunque tranquilo, parecía estar atento a cualquier movimiento extraño que el mafioso decidiese hacer en su contra. El italiano tuvo la impresión de estar entre dos fieras salvajes que se acechaban hasta buscar algún despiste para morder al otro. Lo malo era que él estaba en medio.
-Soy uno de los pocos vendedores que quedan en el mercado negro -informó entonces el mas joven, apoyado como estaba en la mesa. Se enderezó y cruzó los brazos, como si explicar aquello le aburriese enormemente-. Como ya he dicho, ha habido mucha actividad sospechosa en los bajos fondos, y ya casi nadie acepta a una presa -miró a Dio- que hayan traído los mercenarios o los grupillos que se forman dentro de una mafia. Todos saben que pueden ser miembros importantes, incluso familia, de los jefes Yakuza de élite y buscan hundirlos o crear mas conflictos. En alguna ocasión, como pasa con los Asai, al no haber nadie que pueda ser considerado “importante”, pasarían directamente a intentar vender al propio jefe de la banda.
-Eso es una locura -intervino entonces el albino. Como “sucesor” de una banda mafiosa sabía que tipo de altercados se producirían si se llevaba a cabo algo como aquello-. ¿Crees que un grupo de mercenarios se arriesgarían tanto solo por hundir momentáneamente a una yakuza?
-Ahí ya no me meto -se encogió de hombros-. Solo sé que ya van dos familias que han tenido que retirarse del negocio hasta recuperar sus pérdidas. Incluso dentro del Mercado puede haber gente implicada en las ventas para que los líderes no puedan recuperar, aún con dinero, a la gente que ha sido vendida -y ahí ya volvió a mirar a Fuuma-. Por eso te digo que poco importa ahora mi nombre o el de las bandas que te persiguen, ya que puede ser cualquiera -soltó una risilla seca antes de apoyar la mano en su rodilla y levantarse cuan alto era-. Relájate; como ya he dicho estoy de vacaciones, así que no intentaré llevarme a tu gato.
-¿Y por que nos estás avisando? -preguntó Dio, resguardado en los brazos de un desconfiado Fuuma. Levantó la cabeza y se encontró con aquellos ojos serios y aquel porte masculino; a pesar de que quizás fuese incluso mas joven que él- Si tan peligrosa está la cosa, ¿no deberías dejar tu trabajo...?
El otro se rascó la nuca y rodó los ojos.
-Lo que hagan los demás me viene dando igual. Pero detesto que luego vengan a reclamarme por algo en lo que no tengo nada que ver -caminó hacia la puerta, la cual deslizó-. Estoy en la habitación 9, por si quieres alguna otra información, Fuuma Ryu -ladeó la cabeza, malicioso-. Aunque ya esa si te la cobraré~
-Anda... ¿Madarame-kun? -una de las mujeres encargadas de la posada se le quedó mirando mientras cargaba una bandeja con aperitivos- Su hermano estaba preguntando por usted abajo.
-Iré enseguida -miró a los otros dos-. Ya nos veremos -se despidió antes de desaparecer por el pasillo. La mujer, por el contrario, pasó a la habitación de Fuuma y Dio para dejarles los aperitivos y algo fresco para beber tras el mareo del mas joven.
-Soy uno de los pocos vendedores que quedan en el mercado negro -informó entonces el mas joven, apoyado como estaba en la mesa. Se enderezó y cruzó los brazos, como si explicar aquello le aburriese enormemente-. Como ya he dicho, ha habido mucha actividad sospechosa en los bajos fondos, y ya casi nadie acepta a una presa -miró a Dio- que hayan traído los mercenarios o los grupillos que se forman dentro de una mafia. Todos saben que pueden ser miembros importantes, incluso familia, de los jefes Yakuza de élite y buscan hundirlos o crear mas conflictos. En alguna ocasión, como pasa con los Asai, al no haber nadie que pueda ser considerado “importante”, pasarían directamente a intentar vender al propio jefe de la banda.
-Eso es una locura -intervino entonces el albino. Como “sucesor” de una banda mafiosa sabía que tipo de altercados se producirían si se llevaba a cabo algo como aquello-. ¿Crees que un grupo de mercenarios se arriesgarían tanto solo por hundir momentáneamente a una yakuza?
-Ahí ya no me meto -se encogió de hombros-. Solo sé que ya van dos familias que han tenido que retirarse del negocio hasta recuperar sus pérdidas. Incluso dentro del Mercado puede haber gente implicada en las ventas para que los líderes no puedan recuperar, aún con dinero, a la gente que ha sido vendida -y ahí ya volvió a mirar a Fuuma-. Por eso te digo que poco importa ahora mi nombre o el de las bandas que te persiguen, ya que puede ser cualquiera -soltó una risilla seca antes de apoyar la mano en su rodilla y levantarse cuan alto era-. Relájate; como ya he dicho estoy de vacaciones, así que no intentaré llevarme a tu gato.
-¿Y por que nos estás avisando? -preguntó Dio, resguardado en los brazos de un desconfiado Fuuma. Levantó la cabeza y se encontró con aquellos ojos serios y aquel porte masculino; a pesar de que quizás fuese incluso mas joven que él- Si tan peligrosa está la cosa, ¿no deberías dejar tu trabajo...?
El otro se rascó la nuca y rodó los ojos.
-Lo que hagan los demás me viene dando igual. Pero detesto que luego vengan a reclamarme por algo en lo que no tengo nada que ver -caminó hacia la puerta, la cual deslizó-. Estoy en la habitación 9, por si quieres alguna otra información, Fuuma Ryu -ladeó la cabeza, malicioso-. Aunque ya esa si te la cobraré~
-Anda... ¿Madarame-kun? -una de las mujeres encargadas de la posada se le quedó mirando mientras cargaba una bandeja con aperitivos- Su hermano estaba preguntando por usted abajo.
-Iré enseguida -miró a los otros dos-. Ya nos veremos -se despidió antes de desaparecer por el pasillo. La mujer, por el contrario, pasó a la habitación de Fuuma y Dio para dejarles los aperitivos y algo fresco para beber tras el mareo del mas joven.
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
El japones dejo que el intruso continuara hablando , el solo se limito a oir las palabras del contrario mientras jugaba sutilmente con los cabellos albinos de Dio , eso se habia vuelto algo terapeutico para Fuuma ya que el felino italiano era como su oasis en medio del desierto y ciertamente , al menos en momentos de tensiones como aquel , necesitaba calmarse para no cometer alguna locura , ademas que tipo de jefe seria sino mantenia la compostura en momentos de presion ....... siguio con la mirada el camino del contrario hasta que este se perdio atravez de la puerta , seguramente lo buscaria luego para hablar de negocios pero por el momento no era prudente seguirlo
- bebe mi pequeño felino , debes estar sediento y puedes deshidratarte sino bebes el liquido suficiente - le acerco la bebida fria al ario italiano , tratando de olvidar al menos por un momento aquel momento desagradable y algo preocupante - este es nuestro paseo especial asi que no quiero que te preocupes por nada , ya arreglare este asunto antes de marcharnos despues de todo no creo que ese tipo se marche y si lo hace lo buscare ya que se su apellido , vamos a disfrutar lo que nos queda de estas mini-vacaciones - dijo eso con bastante calma para no alterar mas los nervios de su acompañante -
Rodeo la estrecha cintura del albino y le dio un suave beso en la frente antes de que este comenzara a beber el fresco liquido que hace un momento habian traido las chicas de servicio , Fuuma estaba algo pensativo por lo que habia acontecido hacia un momento pero habia decidido no alterarse ni hechar a perder los pocos dias que le quedaban en compañia de su felino ya , antes de marcharse del hotel , el se encargaria de esos pequeños percanses que parecian haber surgido en su territoriocuando volvieran a la ciudad y al trabajo
- bebe mi pequeño felino , debes estar sediento y puedes deshidratarte sino bebes el liquido suficiente - le acerco la bebida fria al ario italiano , tratando de olvidar al menos por un momento aquel momento desagradable y algo preocupante - este es nuestro paseo especial asi que no quiero que te preocupes por nada , ya arreglare este asunto antes de marcharnos despues de todo no creo que ese tipo se marche y si lo hace lo buscare ya que se su apellido , vamos a disfrutar lo que nos queda de estas mini-vacaciones - dijo eso con bastante calma para no alterar mas los nervios de su acompañante -
Rodeo la estrecha cintura del albino y le dio un suave beso en la frente antes de que este comenzara a beber el fresco liquido que hace un momento habian traido las chicas de servicio , Fuuma estaba algo pensativo por lo que habia acontecido hacia un momento pero habia decidido no alterarse ni hechar a perder los pocos dias que le quedaban en compañia de su felino ya , antes de marcharse del hotel , el se encargaria de esos pequeños percanses que parecian haber surgido en su territoriocuando volvieran a la ciudad y al trabajo
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Casi se había quedado dormido con aquel masajeo constante en su cabeza; a parte de que el sofoco había disminuido considerablemente desde poco mas de la intrusión del mas joven. Aún tenía el kimono en un desastroso estado, pero le había restado importancia a todo cuando se pudo ver si si mismo siendo vendido como mercancía. En parte le preocupaba, pero por otro lado pensaba que no le atraparían por las buenas. Dio las gracias a la mujer que les ofrecía algo de sus dulces, avisando de paso que la cena estaría en poco, antes de verla desaparecer tras la puerta con un notable rubor; seguramente avergonzada por la cercanía de ambos chicos. Luego miró a Fuuma antes de aceptar la botella de agua que había ido a buscarle, destapándola para dar largos tragos mientras se recostaba en el pecho del japonés. Un fino y atrevido riachuelo escapó entre sus comisuras y se perdió dentro de las solapas de su prenda.
-Ah... -suspiró, bajando la botella y relamiéndose los labios- Non sono particolarmente preoccupato per lui. No creo que sea una mala persona -refiriéndose al “informante”-. Me preocupa mas algún complot que se haya formado entre los tuyos y otra banda. Spero solo che le mafie d'Italia non tengan nada que ver con esto o se me acabarían los recursos para alejarlos. No quiero llevarme otro tiro -rió, queriendo aligerar un poco la escena en la que se habían sumergido entre pensamiento y pensamiento.
El albino volvió a dar otro trago, moviéndose sobre Fuuma hasta quedar sentado frente a él, rodeandole la cintura con las piernas y el cuello con uno de los brazos.
-Eres tu el que parece preocupado -le dijo, rebuscando con la mano libre en su vestimenta hasta descubrir su pecho-. En cuanto volvamos te ayudaré a descubrir chi sono la causa del conflitto. Tengo muchos conocidos que se mueven por esos mundillos, así que será fácil convencerlos de decirme lo que se cuece por los bajos fondos a cambio de una copa gratis~ -sonó, como siempre, coqueto al hablar de sus habilidades para engatusar a los demás. Ya que Fuuma le había ayudado en su día, bien podría devolvérselo si estaba en su mano.
Sacando una húmeda y algo mas fría lengua, cubrió uno de los pezones del japonés, lamiéndolo y dándole un mordisco travieso. Apretó mas las piernas a su espalda, pegándose a él hasta los límites, como si quisiera distraerlo de todo lo que no fuese él.
-¿Ti piacerebbe andare a la montaña mañana~?
-Ah... -suspiró, bajando la botella y relamiéndose los labios- Non sono particolarmente preoccupato per lui. No creo que sea una mala persona -refiriéndose al “informante”-. Me preocupa mas algún complot que se haya formado entre los tuyos y otra banda. Spero solo che le mafie d'Italia non tengan nada que ver con esto o se me acabarían los recursos para alejarlos. No quiero llevarme otro tiro -rió, queriendo aligerar un poco la escena en la que se habían sumergido entre pensamiento y pensamiento.
El albino volvió a dar otro trago, moviéndose sobre Fuuma hasta quedar sentado frente a él, rodeandole la cintura con las piernas y el cuello con uno de los brazos.
-Eres tu el que parece preocupado -le dijo, rebuscando con la mano libre en su vestimenta hasta descubrir su pecho-. En cuanto volvamos te ayudaré a descubrir chi sono la causa del conflitto. Tengo muchos conocidos que se mueven por esos mundillos, así que será fácil convencerlos de decirme lo que se cuece por los bajos fondos a cambio de una copa gratis~ -sonó, como siempre, coqueto al hablar de sus habilidades para engatusar a los demás. Ya que Fuuma le había ayudado en su día, bien podría devolvérselo si estaba en su mano.
Sacando una húmeda y algo mas fría lengua, cubrió uno de los pezones del japonés, lamiéndolo y dándole un mordisco travieso. Apretó mas las piernas a su espalda, pegándose a él hasta los límites, como si quisiera distraerlo de todo lo que no fuese él.
-¿Ti piacerebbe andare a la montaña mañana~?
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
- asi que tienes influencias en los bajos mundos , no solo eres hermoso sino tambien inteligente ..... esa es una de las razones por las que me gustas tanto , gato travieso
Solto el japones al oir aquellas palabras que solto el albino italiano , ciertamente estaba bastante agradecido por recibir aquel apoyo de parte de su amado Dio era reconfortante para el saber que Dio seria mas que su compañero en el futuro sino que tambien seria su mano derecha en el negocio ya que no se podian negar las habilidades de convencimiento que poseia el pequeño gato ...... Fuuma acaricio la cintura ajena y aprovecho para desatar el cinturon con el que se sostenia la bata del italiano , cuando logro su cometido deslizo la prenda por el cuerpo ajeno hasta que esta cayo al piso y dejo desnudo el fino cuerpo del italiano antes de atacar aquellos no tan blanquecinos hombros , ya que en las pozas habia tenido la oportunidad de morderlo y dejarle chupetones por todo el cuerpo
- ire donde quieras pequeño Dio , a la montaña , a las pozas termales , al cielo si me lo pides - comento mientras llevaba sus manos al trasero ajeno y comenzaba a masajear con algo de rudeza las nalgas ajenas - todo esto sera mio por siempre , nadie te alejara de mi lado - gruño en la oreja ajena antes de darle una sonora nalgada al italiano -
Aquella era una forma de darle la seguridad al italiano de que no dejaria que se lo llevaran a un lugar tan inmundo como el mercado negro , su hermoso y fino felino jamas pondria ni uno de sus pies en aquel lugar tan sucio por eso habia tomado la resolucion de cortar cabeza , y no era literalmente , cuando descubriera quien era el que estaba detras de ese complot de pacotilla
- que te parece si ayudas a tu Fuuma a relajarse con uno de esos masajes tan reparadores que sabes hacer - y dicho esto apreto nuevamente las nalgas ajenas , elevandolas un poco para situarlas directamente sobre su falo que aun estaba cubierto por la tela de la bata que llevaba puesta -
No habia porque preocuparse por ahora , solo iba a compensar a su felino por el tiempo que lo tuvo desatendido y ya en la ciudad se ocuparia de sus asuntos junto con Dio que lo ayudaria en la tarea de espionaje seguramente aquello afianzaria la confiaza entre ellos dos pero sin descuidar la seguridad del albino ya que Fuuma lo consideraba su posesion mas valiosa
Solto el japones al oir aquellas palabras que solto el albino italiano , ciertamente estaba bastante agradecido por recibir aquel apoyo de parte de su amado Dio era reconfortante para el saber que Dio seria mas que su compañero en el futuro sino que tambien seria su mano derecha en el negocio ya que no se podian negar las habilidades de convencimiento que poseia el pequeño gato ...... Fuuma acaricio la cintura ajena y aprovecho para desatar el cinturon con el que se sostenia la bata del italiano , cuando logro su cometido deslizo la prenda por el cuerpo ajeno hasta que esta cayo al piso y dejo desnudo el fino cuerpo del italiano antes de atacar aquellos no tan blanquecinos hombros , ya que en las pozas habia tenido la oportunidad de morderlo y dejarle chupetones por todo el cuerpo
- ire donde quieras pequeño Dio , a la montaña , a las pozas termales , al cielo si me lo pides - comento mientras llevaba sus manos al trasero ajeno y comenzaba a masajear con algo de rudeza las nalgas ajenas - todo esto sera mio por siempre , nadie te alejara de mi lado - gruño en la oreja ajena antes de darle una sonora nalgada al italiano -
Aquella era una forma de darle la seguridad al italiano de que no dejaria que se lo llevaran a un lugar tan inmundo como el mercado negro , su hermoso y fino felino jamas pondria ni uno de sus pies en aquel lugar tan sucio por eso habia tomado la resolucion de cortar cabeza , y no era literalmente , cuando descubriera quien era el que estaba detras de ese complot de pacotilla
- que te parece si ayudas a tu Fuuma a relajarse con uno de esos masajes tan reparadores que sabes hacer - y dicho esto apreto nuevamente las nalgas ajenas , elevandolas un poco para situarlas directamente sobre su falo que aun estaba cubierto por la tela de la bata que llevaba puesta -
No habia porque preocuparse por ahora , solo iba a compensar a su felino por el tiempo que lo tuvo desatendido y ya en la ciudad se ocuparia de sus asuntos junto con Dio que lo ayudaria en la tarea de espionaje seguramente aquello afianzaria la confiaza entre ellos dos pero sin descuidar la seguridad del albino ya que Fuuma lo consideraba su posesion mas valiosa
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Sabía que tras todos aquellos halagos y toqueteos, Fuuma pensaba internamente y se preocupaba por su seguridad. Era como si, en ese aspecto, pudiese leerle la mente como quien ojea un libro abierto y puede comprender todo sin problemas. Sin embargo le había quedado claro que hacía el esfuerzo por confiar en él y no sobreprotegerlo, logrando aquella comodidad dentro de la relación que le extasiaba tanto.
Dio movió la cadera, coqueto, sensual y de manera elástica cuando había quedado sobre él, notando su miembro entre sus nalgas, encajado a la perfección aún con ropa de por medio. Le había prometido una larga noche de sexo desenfrenado, pero habían empezado en un mal lugar; así que no estaba de mas retomarlo y olvidarse, por el momento, de las advertencias del joven vendedor.
Sonriendo como un gato travieso que planea pedir comida a su amo frotándose contra sus piernas, el italiano abrió las suyas, dejando libre la cadera del otro para poder empujarle por los hombros hasta que su espalda tocó el suelo. Deslizando las manos por su pecho, le abrió el yukata solo de cintura para arriba, dejandole cubiertas aún las partes bajas del cuerpo.
-Ti darò un massaggio speciale -declaró, entornando los ojos. Las mejillas, antes enrojecidas por el calor, habían vuelto poco a poco a su blancura original, dejando solo un resquicio del rubor que creaban sus pensamientos obscenos-. Como prometí en su día, estas son unas vacaciones para relajarnos. En todos los sentidos. Así que olvidemos de momento los complots y las rebeliones o seré yo el que se rebelará contra ti, "imperatore Fuuma Ryu" -copió el título dado por el muchacho, soltando una risilla traviesa antes de mover la cadera. Su receptiva entrada, aún húmeda y palpitante; ardiendo por los juegos a los que había sido sometido en el agua caliente frotó, junto con sus pequeñas y firmes nalgas el falo ajeno, pretendiendo enderezarlo sin tocarlo ni atenderlo en ningún otro aspecto.
Dio suspiró al notar el roce de la tela, que iba desde las partes traseras de su entrada hasta su perineo y sus testículos. Su propio miembro tuvo un ligero espasmo frente a los ojos de Fuuma, enderezándose poco a poco acorde a los jadeos del albino, que había levantado uno de los brazos con los que se apoyaba para acariciar su propio pezón.
-Caro -suspiró, bajando, hasta sujetar entre sus dedos (dejando alzados el meñique y el que llevaba la alianza que compartía con Fuuma) su semierección, frotándola con descaro. Sonrió-. Debemos terminar antes de que... traigan la cena o nos pillarán~ -pareció tararear esas dos últimas palabras, presionando mas las caderas contra las ajenas, pudiendo notar ya su dureza.
Dio movió la cadera, coqueto, sensual y de manera elástica cuando había quedado sobre él, notando su miembro entre sus nalgas, encajado a la perfección aún con ropa de por medio. Le había prometido una larga noche de sexo desenfrenado, pero habían empezado en un mal lugar; así que no estaba de mas retomarlo y olvidarse, por el momento, de las advertencias del joven vendedor.
Sonriendo como un gato travieso que planea pedir comida a su amo frotándose contra sus piernas, el italiano abrió las suyas, dejando libre la cadera del otro para poder empujarle por los hombros hasta que su espalda tocó el suelo. Deslizando las manos por su pecho, le abrió el yukata solo de cintura para arriba, dejandole cubiertas aún las partes bajas del cuerpo.
-Ti darò un massaggio speciale -declaró, entornando los ojos. Las mejillas, antes enrojecidas por el calor, habían vuelto poco a poco a su blancura original, dejando solo un resquicio del rubor que creaban sus pensamientos obscenos-. Como prometí en su día, estas son unas vacaciones para relajarnos. En todos los sentidos. Así que olvidemos de momento los complots y las rebeliones o seré yo el que se rebelará contra ti, "imperatore Fuuma Ryu" -copió el título dado por el muchacho, soltando una risilla traviesa antes de mover la cadera. Su receptiva entrada, aún húmeda y palpitante; ardiendo por los juegos a los que había sido sometido en el agua caliente frotó, junto con sus pequeñas y firmes nalgas el falo ajeno, pretendiendo enderezarlo sin tocarlo ni atenderlo en ningún otro aspecto.
Dio suspiró al notar el roce de la tela, que iba desde las partes traseras de su entrada hasta su perineo y sus testículos. Su propio miembro tuvo un ligero espasmo frente a los ojos de Fuuma, enderezándose poco a poco acorde a los jadeos del albino, que había levantado uno de los brazos con los que se apoyaba para acariciar su propio pezón.
-Caro -suspiró, bajando, hasta sujetar entre sus dedos (dejando alzados el meñique y el que llevaba la alianza que compartía con Fuuma) su semierección, frotándola con descaro. Sonrió-. Debemos terminar antes de que... traigan la cena o nos pillarán~ -pareció tararear esas dos últimas palabras, presionando mas las caderas contra las ajenas, pudiendo notar ya su dureza.
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Dejo que el felino tomara el mando de aquel roze e incluso respeto el espacio que este habia marcado , dejandolo juguetear como el gato travieso que era ....... lo obserbo masajear su propio cuerpo de manera obsena pero eso solo hizo que la dureza entre las nalgas ajenas se incrementara , las manos del pilnegro estaba bastante quietas pero su cadera no lo estaba ya que en cierto momento comenzo a moverse contra el trasero ajeno como si intentara encajar su polla en el inquieto culito de Dio
- tu masaje a surtido su efecto sobre mi aunque mas que relajarme me a entumecido ciertas partes - comento malicioso mientras usaba sus antebrazos para incorporarse un poco para asi alcanzar la oreja ajena - eres un gato bastante sucio , hacer esas cosas perversas sobre mi , creo que debo darte un castigo por ser un gato de culo hambriento
Murmuro malicioso antes de coger de las nalgas a Dio y colocarlo con poco , o nada de cuidado , sobre la pequeña mesa que habia cerca de ellos pudiendo asi tomar su posicion de macho dominante sobre el felino italiano al que le comenzo a arrancar la ropa
- tu seras mi cena esta noche , te voy a deborar todo y si alguien entra pues tendra que regresar sobre sus pasos ya que no pienso dejar de comer
Sonrio malicioso mientras lamia los labios ajenos y luego bajaba su humeda lengua por el cuello , y el torso ajeno , deteniendose solo para ensañarze con los sonrosados pesones del albino mientras que sus manos sujetaba las piernas ajenas y las abrian manteniendolas flexionadas para asi arremeter contra el ano ajeno de una sola estocada mientras continuaban tirando del pezon ajeno , no queria aplastar al mas menudo con su peso pero se apoyo un poco contra Dio para asi masajear su miembro mojado ya que no deseaba dejarlo a medias aunque por el momento estaba un poco mas concentrado en las embestidas y lametones sobre aquel cuerpo del que tanto disfrutaba
- tu masaje a surtido su efecto sobre mi aunque mas que relajarme me a entumecido ciertas partes - comento malicioso mientras usaba sus antebrazos para incorporarse un poco para asi alcanzar la oreja ajena - eres un gato bastante sucio , hacer esas cosas perversas sobre mi , creo que debo darte un castigo por ser un gato de culo hambriento
Murmuro malicioso antes de coger de las nalgas a Dio y colocarlo con poco , o nada de cuidado , sobre la pequeña mesa que habia cerca de ellos pudiendo asi tomar su posicion de macho dominante sobre el felino italiano al que le comenzo a arrancar la ropa
- tu seras mi cena esta noche , te voy a deborar todo y si alguien entra pues tendra que regresar sobre sus pasos ya que no pienso dejar de comer
Sonrio malicioso mientras lamia los labios ajenos y luego bajaba su humeda lengua por el cuello , y el torso ajeno , deteniendose solo para ensañarze con los sonrosados pesones del albino mientras que sus manos sujetaba las piernas ajenas y las abrian manteniendolas flexionadas para asi arremeter contra el ano ajeno de una sola estocada mientras continuaban tirando del pezon ajeno , no queria aplastar al mas menudo con su peso pero se apoyo un poco contra Dio para asi masajear su miembro mojado ya que no deseaba dejarlo a medias aunque por el momento estaba un poco mas concentrado en las embestidas y lametones sobre aquel cuerpo del que tanto disfrutaba
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
-Eres un pervertido -le dijo cuando le había rebatido el terminar antes de que apareciera la mujer con la cena. Curiosamente le nació el recato al tratarse de una fémina, si bien le importaba poco que un hombre le mirase hacer según que cosas. Sin embargo esperaba poder satisfacer al japonés antes de que la verdadera comida fuese servida en aquella mesa que ahora utilizaban como cama improvisada para desatar la segunda parte de aquella lujuria que había sido cortada en las termas.
El italiano se arqueó, notando la ardiente lengua del japonés ensalivar y retorcer sus pezones. Sus manos se sujetaron con fuerza del borde de la mesa mientras jadeaba, notando su entrepierna completamente expuesta ante aquella postura. Notaba los roces de la dura y húmeda polla del Fuuma entre sus nalgas hasta que esta se perdió, de una arremetida, en su interior de manera instantánea gracias al semen de su anterior orgasmo.
-¡Ugh...! -Dio dio un bote en su lugar, estremeciéndose y doblando la espalda hacia arriba, frotando su propia erección contra el estómago de su ferviente pretendiente. Entreabrió los labios y perdió la vista en el techo, demasiado excitado como para aguantar los gemidos o para pronunciar algo que tuviese un mínimo de coherencia. Por otro lado, le perdía la intriga de intentar hablar de algo y seguir calentando hasta sus límites al posesivo Fuuma- Creo que mi culo... tenía mas hambre de la que pensaba... -soltó una risita, que se mezcló con un gemido. Se soltó de la mesa y acarició la espalda del moreno, bajándole también el kimono, clavandole las uñas para marcarlo a su propia manera. Como extra, pareció apretar y contraer su recto para aumentar al fricción en el miembro ajeno.
-Oye, Fuuma... -interpuso los dedos de la mano contraria entre el pezón y los labios del aludido- Toma, chúpalos~ -le miró con picardía, hundiendo los dígitos en su boca, metiéndolos y sacándolos como si se tratase de su propio miembro- Que sexy -acarició con la yema de los dedos su lengua y luego subió hasta su paladar-. Me... pregunto si tienes límites... ¡Umn~! Uh... Límites en cuanto a dejar de calentarte y seguir excitándote -le rodeó la cintura con las piernas y le atrajo justo cuando iba a embestirle, aumentando la velocidad y violencia. La mesa rodó un par de centímetros- ¡Ahh! ¡Oh, por Dios! -Gimió, volviendo a arquearse. Sacó la lengua, juguetón, recuperando los dedos de la boca del moreno para lamerlos sin mayor pena- Fuuma... ¡Uhn! ¡Ah, haah! ¡Fuuma! -se mordió el labio, dándose cuenta tarde de que estaba gritando demasiado. Le abrazó, jadeando en su oreja- Caro, ti amo~
El italiano se arqueó, notando la ardiente lengua del japonés ensalivar y retorcer sus pezones. Sus manos se sujetaron con fuerza del borde de la mesa mientras jadeaba, notando su entrepierna completamente expuesta ante aquella postura. Notaba los roces de la dura y húmeda polla del Fuuma entre sus nalgas hasta que esta se perdió, de una arremetida, en su interior de manera instantánea gracias al semen de su anterior orgasmo.
-¡Ugh...! -Dio dio un bote en su lugar, estremeciéndose y doblando la espalda hacia arriba, frotando su propia erección contra el estómago de su ferviente pretendiente. Entreabrió los labios y perdió la vista en el techo, demasiado excitado como para aguantar los gemidos o para pronunciar algo que tuviese un mínimo de coherencia. Por otro lado, le perdía la intriga de intentar hablar de algo y seguir calentando hasta sus límites al posesivo Fuuma- Creo que mi culo... tenía mas hambre de la que pensaba... -soltó una risita, que se mezcló con un gemido. Se soltó de la mesa y acarició la espalda del moreno, bajándole también el kimono, clavandole las uñas para marcarlo a su propia manera. Como extra, pareció apretar y contraer su recto para aumentar al fricción en el miembro ajeno.
-Oye, Fuuma... -interpuso los dedos de la mano contraria entre el pezón y los labios del aludido- Toma, chúpalos~ -le miró con picardía, hundiendo los dígitos en su boca, metiéndolos y sacándolos como si se tratase de su propio miembro- Que sexy -acarició con la yema de los dedos su lengua y luego subió hasta su paladar-. Me... pregunto si tienes límites... ¡Umn~! Uh... Límites en cuanto a dejar de calentarte y seguir excitándote -le rodeó la cintura con las piernas y le atrajo justo cuando iba a embestirle, aumentando la velocidad y violencia. La mesa rodó un par de centímetros- ¡Ahh! ¡Oh, por Dios! -Gimió, volviendo a arquearse. Sacó la lengua, juguetón, recuperando los dedos de la boca del moreno para lamerlos sin mayor pena- Fuuma... ¡Uhn! ¡Ah, haah! ¡Fuuma! -se mordió el labio, dándose cuenta tarde de que estaba gritando demasiado. Le abrazó, jadeando en su oreja- Caro, ti amo~
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
El japones estaba realmente excitado ante aquellas palabras sucias y gemidos de excitacion que lanzaba el apasionado italiano , poseer el cuerpo de aquel felino sobre una mesa era algo bastante afrodisiaco ya que tener relaciones en una mesa o en algun lugar "prohibido" ciertamente le calentaba la sangre a cualquiera
- eres un gato en celo ...... siempre estas bastante dispuesto a que te la meta , debo alimentarte mucho asi que creo que debere de pasar seguido por tu trabajo para "darte" de comer
Murmuro ancioso mientras continuaba sujetando sus piernas ajenas elevandolas y separandolas para hacer las penetraciones mas fuertes aunque aquel gato travieso paracia querer jugar rudo ya que no dudo en apretar el falo ajeno , Fuuma sonrio malicioso y solto una de las piernas ajenas poniendo a Dio de costado con una de sus piernas alzada , con la mano libre Fuuma nalgueo al felino italiano antes de introducir su dedo en el ano ajeno que aun estaba siendo penetrado
- tambien te amo Dio ..... justamente ahora te estoy demostrando lo duro y solido que es mi amor ¿te gusta?
Sonrio maloso mientras continuaba penetrando con dureza a Dio y estirando su ano entre cada penetracion buscando darle mas placer a aquel felino que tanto amaba e idolatraba , buscando su satisfaccion total sin importarle siquiera ser descubiertos por las empleadas que seguramente ya preparaban la cena
- eres un gato en celo ...... siempre estas bastante dispuesto a que te la meta , debo alimentarte mucho asi que creo que debere de pasar seguido por tu trabajo para "darte" de comer
Murmuro ancioso mientras continuaba sujetando sus piernas ajenas elevandolas y separandolas para hacer las penetraciones mas fuertes aunque aquel gato travieso paracia querer jugar rudo ya que no dudo en apretar el falo ajeno , Fuuma sonrio malicioso y solto una de las piernas ajenas poniendo a Dio de costado con una de sus piernas alzada , con la mano libre Fuuma nalgueo al felino italiano antes de introducir su dedo en el ano ajeno que aun estaba siendo penetrado
- tambien te amo Dio ..... justamente ahora te estoy demostrando lo duro y solido que es mi amor ¿te gusta?
Sonrio maloso mientras continuaba penetrando con dureza a Dio y estirando su ano entre cada penetracion buscando darle mas placer a aquel felino que tanto amaba e idolatraba , buscando su satisfaccion total sin importarle siquiera ser descubiertos por las empleadas que seguramente ya preparaban la cena
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Se había acostumbrado tanto al tacto constante del japonés que no pudo rebatirle sus palabras. Dadas todas sus experiencias pasadas, que ahora enfocase sus deseos solo en una persona no dejaba de resultarle extraño, pero en cierta forma satisfactorio. Una relación entre dos miembros de una banda de mafiosos; el líder y un desterrado, cooperando para que ninguno de los clanes se fuera a pique y las conspiraciones no llegasen a sus seres queridos. Si le añadía la apasionada sesión de sexo desenfrenado que estaban teniendo sobre la mesa, era el argumento digno de una serie nocturna para público mayor de edad.
Sin embargo, el italiano sentía que las cosas estaban bien como estaban, y disfrutar el momento era lo que le hacía poner aquella expresión de placer sin precedentes, mientras se sujetaba a la mesa, empapada de fluidos y saliva, y hacía gala de su flexibilidad.
-Me... gusta -jadeó, sintiendo aquel dedo travieso queriendo dar de si su entrada-. Me gustaría poder... amarte tan fuerte algún día~ -soltó una risita, gimiendo y no pudiendo llegar a imaginarse a un Fuuma bajo él al ser interrumpido por el escalofrío que delataba un golpe directo en su próstata- ¡Uuh! No... ¡E-espera...! ¡Ha!
Dio se revolvió sobre la mesa, arqueando la espalda y llevando una de las manos hacia atrás. La sensación de cosquilleo llegaba hasta su estómago, pues aquella postura estaba logrando alcanzar aquel esquivo y placentero músculo que sentía poder soltar algo mas que un orgasmo. La presión que hacía la dureza del japonés contra su ingle le empezó a preocupar a las pocas embestidas después.
-¡¿?! Para... un momento... -ruborizado hasta las orejas, apretó los dientes, sin poder dejar, sin embargo, de gemir. Sus paredes internas se habían contraído hasta hacer que la polla de Fuuma se friccionase mucho mas entre ellas. Dio bajó las manos y envolvió su miembro, por la base y la punta- Ba-... baño... Devo andare... -murmuró. Se debatía entre un orgasmo y una ida al lavabo a vaciar la vejiga, y creía que si soltaba uno de ellos irremediablemente el otro le seguiría- ¡Aah...! Uh...
Por desgracia para el albino, se veía mucho mas sensual y atrayente con aquella necesitad plantada en la cara.
Sin embargo, el italiano sentía que las cosas estaban bien como estaban, y disfrutar el momento era lo que le hacía poner aquella expresión de placer sin precedentes, mientras se sujetaba a la mesa, empapada de fluidos y saliva, y hacía gala de su flexibilidad.
-Me... gusta -jadeó, sintiendo aquel dedo travieso queriendo dar de si su entrada-. Me gustaría poder... amarte tan fuerte algún día~ -soltó una risita, gimiendo y no pudiendo llegar a imaginarse a un Fuuma bajo él al ser interrumpido por el escalofrío que delataba un golpe directo en su próstata- ¡Uuh! No... ¡E-espera...! ¡Ha!
Dio se revolvió sobre la mesa, arqueando la espalda y llevando una de las manos hacia atrás. La sensación de cosquilleo llegaba hasta su estómago, pues aquella postura estaba logrando alcanzar aquel esquivo y placentero músculo que sentía poder soltar algo mas que un orgasmo. La presión que hacía la dureza del japonés contra su ingle le empezó a preocupar a las pocas embestidas después.
-¡¿?! Para... un momento... -ruborizado hasta las orejas, apretó los dientes, sin poder dejar, sin embargo, de gemir. Sus paredes internas se habían contraído hasta hacer que la polla de Fuuma se friccionase mucho mas entre ellas. Dio bajó las manos y envolvió su miembro, por la base y la punta- Ba-... baño... Devo andare... -murmuró. Se debatía entre un orgasmo y una ida al lavabo a vaciar la vejiga, y creía que si soltaba uno de ellos irremediablemente el otro le seguiría- ¡Aah...! Uh...
Por desgracia para el albino, se veía mucho mas sensual y atrayente con aquella necesitad plantada en la cara.
- Spoiler:
- [¡Lol! Soy una cabrona xD]
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
El japones continuaba sosteniendo aquella blanquecina pierna por sobre su hombro , lamiendola y mordisqueandola un poco durante cada penetracion , al parecer su tan amado italiano tambien estaba disfrutando de aquel encuentro cuando de pronto hizo una peticion que antes no habia hecho , eran claras las intenciones del gatito Dio pero Fuuma solo sonrio y aparto la mano del joven italiano de su entrepierna y comenzo a masturbar esta con dureza
- eres un gato demasiado sucio ¿piensas mearte aqui? porque no voy a dejarte ir al baño
Le aclaro mientras continuaba penetrandolo fuertemente y estirando su ano , no puedo evitar gruñir con rudeza en el oido ajeno mientras continuaba penetrandolo y golpeando una y otra vez su prostata sintiendo aquel apreton que le daba el albino al querer retener sus fluidos
- ¿te imaginas? ..... mientras estas soltando aquel liquido en un gran chorro en el mismo instante en que entre el servicio , ellos te verian gemir como una hembra en celo y verian esa cara de lujuria que pones cuando tienes un orgasmo mientras yo suelto mi leche caliente dentro de ti , que escena mas perversa ¿no crees?
Murmuro malicioso en el oido del pequeño italiano antes de morderla y lamerla , ya que el mismo japones se veia bastante motivado por el mismo pensamiento sentia que su propio orgasmo burbujeaba en su vientre amenazando con salir abundantemente muy pronto pero antes queria ver a aquel felino lujurioso abochornado por aquel acto que seguramente cometeria sobre la mesa ya que Fuuma no iba a detenerse en aquel momento
- eres un gato demasiado sucio ¿piensas mearte aqui? porque no voy a dejarte ir al baño
Le aclaro mientras continuaba penetrandolo fuertemente y estirando su ano , no puedo evitar gruñir con rudeza en el oido ajeno mientras continuaba penetrandolo y golpeando una y otra vez su prostata sintiendo aquel apreton que le daba el albino al querer retener sus fluidos
- ¿te imaginas? ..... mientras estas soltando aquel liquido en un gran chorro en el mismo instante en que entre el servicio , ellos te verian gemir como una hembra en celo y verian esa cara de lujuria que pones cuando tienes un orgasmo mientras yo suelto mi leche caliente dentro de ti , que escena mas perversa ¿no crees?
Murmuro malicioso en el oido del pequeño italiano antes de morderla y lamerla , ya que el mismo japones se veia bastante motivado por el mismo pensamiento sentia que su propio orgasmo burbujeaba en su vientre amenazando con salir abundantemente muy pronto pero antes queria ver a aquel felino lujurioso abochornado por aquel acto que seguramente cometeria sobre la mesa ya que Fuuma no iba a detenerse en aquel momento
- Spoiler:
- eres genial !!! XDDD)
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Negó con la cabeza repetidas veces, mientras su rictus de vergüenza y terror se apoderaba de sus facciones. ¿Lo decía en serio? No podría aguantarse... Y mucho menos si estimulaba su dureza y continuaba dando contundentes golpes contra sus paredes internas, logrando presionar su vejiga y seguir golpeando su próstata. El italiano se sintió con ganas de echarse a llorar, ya fuese de la vergüenza, del placer inmenso que amenazaba sus sentidos o de ambas cosas a la vez.
-¡P-por favor, por favor...! No dejes que ellos... El servicio no... -si ocurría todo lo descrito por Fuuma él simplemente se caería muerto en aquella misma mesa. Sus amantes anteriores habían tenido ideas estrafalarias, y le habían hecho pasar cierto bochorno, ¡pero aquel japonés estaba siendo sádico! Y ya no con él, sino con las pobres mujeres de mediana edad que tuvieran que presenciar aquello- Deja... de moverte... -se mordió el labio.
Estaba en su límite. Apretaba cada músculo de su cuerpo con la esperanza de no protagonizar aquella perversa escena. Fuuma seguía clavándose dentro suyo, hundiendo algo mas que su dureza en su culo y estirándolo tanto como su tensión le permitiese. Sus dedos jugueteaban con su punta, incitándole, animándole a descargarse. El italiano, completamente rojo, tuvo la idea de poder aguantarse hasta que su amado y malicioso novio se corriese, quedase satisfecho y le dejase por fin ir al lavabo sin que las mujeres tuviesen que ver ni sospechar nada.
-¡Para, para! -por desgracia, ya comenzaba incluso a ser doloroso. Bajó las manos temblorosas y sostuvo la de Fuuma- Ho bisogno di andare... Ho davvero bisogno...!*¡Uaah! -las lágrimas al final emergieron, mas de frustración que de dolor en si- Ba-... baño... per favore... Io non voglio fare qui...* -miraba hacia abajo y veía como aquella polla se hundía dentro suyo una y otra vez, dejando atrás sonidos lascivos, mezclados con sus jadeos, con los de Fuuma, con el crujir de la mesa, y con los pasos que recorrían el pasillo.
Como pudo, y sin poder enfocarla bien, Dio miró hacia la puerta, por suerte aún cerrada. Esperaba que la cortesía de tocar antes de entrar siguiera vigente en aquella pequeña posada; aunque aún haciéndolo seguía en una encrucijada de la que el moreno no le dejaba salir.
-Uhn... me... me lo haré encima... -le tembló la voz- Idiota, déjame... mear primero. Luego podrás... lo que quieras... ¡Nhg! ¡Ah-...!
-Señores, les traigo la cena -la voz de la mujer sonó amortiguada desde el pasillo- Voy a entrar.
-¡P-por favor, por favor...! No dejes que ellos... El servicio no... -si ocurría todo lo descrito por Fuuma él simplemente se caería muerto en aquella misma mesa. Sus amantes anteriores habían tenido ideas estrafalarias, y le habían hecho pasar cierto bochorno, ¡pero aquel japonés estaba siendo sádico! Y ya no con él, sino con las pobres mujeres de mediana edad que tuvieran que presenciar aquello- Deja... de moverte... -se mordió el labio.
Estaba en su límite. Apretaba cada músculo de su cuerpo con la esperanza de no protagonizar aquella perversa escena. Fuuma seguía clavándose dentro suyo, hundiendo algo mas que su dureza en su culo y estirándolo tanto como su tensión le permitiese. Sus dedos jugueteaban con su punta, incitándole, animándole a descargarse. El italiano, completamente rojo, tuvo la idea de poder aguantarse hasta que su amado y malicioso novio se corriese, quedase satisfecho y le dejase por fin ir al lavabo sin que las mujeres tuviesen que ver ni sospechar nada.
-¡Para, para! -por desgracia, ya comenzaba incluso a ser doloroso. Bajó las manos temblorosas y sostuvo la de Fuuma- Ho bisogno di andare... Ho davvero bisogno...!*¡Uaah! -las lágrimas al final emergieron, mas de frustración que de dolor en si- Ba-... baño... per favore... Io non voglio fare qui...* -miraba hacia abajo y veía como aquella polla se hundía dentro suyo una y otra vez, dejando atrás sonidos lascivos, mezclados con sus jadeos, con los de Fuuma, con el crujir de la mesa, y con los pasos que recorrían el pasillo.
Como pudo, y sin poder enfocarla bien, Dio miró hacia la puerta, por suerte aún cerrada. Esperaba que la cortesía de tocar antes de entrar siguiera vigente en aquella pequeña posada; aunque aún haciéndolo seguía en una encrucijada de la que el moreno no le dejaba salir.
-Uhn... me... me lo haré encima... -le tembló la voz- Idiota, déjame... mear primero. Luego podrás... lo que quieras... ¡Nhg! ¡Ah-...!
-Señores, les traigo la cena -la voz de la mujer sonó amortiguada desde el pasillo- Voy a entrar.
- Spoiler:
- [1* “Necesito ir.... ¡De verdad necesito...!”]
[2* “Por favor... No quiero hacerlo aquí...”]
- Spoiler:
- [Te dejo la mujer para que hagas lo que quieras. Me apetece torturar a Dio un poco mas x//D]
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Aquella sensacion no podia ser mas placentera para el japones , ver a Dio retorcerse y rogar era algo que lo excitaba muchisimo mas por lo que lamio aquellas lagrimas que brotaban de los ojos ajenos y continuo moviendo su mano duramente contra la polla ajena estimulandolo a que soltara todo eso que tenia dentro
- no te estoy impidiendo nada , sueltalo cuando quieras
Gruño cerca de los labios ajenos antes de comenzar a deborarlos mientras continuaba embistiendo una y otra vez al italiano , dandole justo en la prostata para que el placer fuera indescriptible y no pudiera contener mas las ganas de correrse y soltar junto con su orgasmo aquel liquido dorado
- hay alguien en la habitacion?
Resono la voz de la chica del servicio que insistia en entrar con la comida , a Fuuma no le importaba demasiado que los vieran en pleno acto , es mas , era algo que de solo pensarlo lo llenaba de excitacion por lo que le dirigio una mirada cargada de lujuria a Dio y estiro un poco mas su entrada con sus dedos para asi comenzar a penetrarlo salvajemente
- adelante
Solto de pronto y ante la sorpresa de Dio la puerta se abrio y entro la muchacha del servicio con la comida entre las manos , la pobre apenas y pudo sostener la bandeja en cuanto miro aquellas escena vizarra sobre la mesa y obviamente se puso roja hasta las orejas
- si lo sueltas ahora pensara que eres un guarro
Murmuro en la oreja de Dio mientras continuaba clavandosela fuertemente y viendo complacido como chorros del dorado liquido emergian de un Dio totalmente abochornado luego situo su mirada en la de aquella pobre muchacha que parecia a punto de desmayarse de la pena
- ya puedes irte
Dijo tranquilamente mientras continuaba con lo suyo , la muchacha dejo la bandeja en una mesita cercana a la entrada y practicamente salio corriendo de alli , no era algo que le importara demasiado a Fuuma , con una buena propina la chica olvidaria todo eso mientras que el no olvidaria aquel dia ..... tumbo a Dio nuevamente sobre la mesa y elevo sus piernas aquello habia sido demasiado satisfactorio como para seguir conteniendo el gran chorro de semen que descargo dentro del cuerpo del felino , gruño fuerte , cual animal excitado mientras continuaba bombeando su semilla dentro de Dio como si quisiera introducirla en todo el organismo del chico , definitivamente habia sido uno delos mejores orgasmos que aquel ario le habia dado
- no te estoy impidiendo nada , sueltalo cuando quieras
Gruño cerca de los labios ajenos antes de comenzar a deborarlos mientras continuaba embistiendo una y otra vez al italiano , dandole justo en la prostata para que el placer fuera indescriptible y no pudiera contener mas las ganas de correrse y soltar junto con su orgasmo aquel liquido dorado
- hay alguien en la habitacion?
Resono la voz de la chica del servicio que insistia en entrar con la comida , a Fuuma no le importaba demasiado que los vieran en pleno acto , es mas , era algo que de solo pensarlo lo llenaba de excitacion por lo que le dirigio una mirada cargada de lujuria a Dio y estiro un poco mas su entrada con sus dedos para asi comenzar a penetrarlo salvajemente
- adelante
Solto de pronto y ante la sorpresa de Dio la puerta se abrio y entro la muchacha del servicio con la comida entre las manos , la pobre apenas y pudo sostener la bandeja en cuanto miro aquellas escena vizarra sobre la mesa y obviamente se puso roja hasta las orejas
- si lo sueltas ahora pensara que eres un guarro
Murmuro en la oreja de Dio mientras continuaba clavandosela fuertemente y viendo complacido como chorros del dorado liquido emergian de un Dio totalmente abochornado luego situo su mirada en la de aquella pobre muchacha que parecia a punto de desmayarse de la pena
- ya puedes irte
Dijo tranquilamente mientras continuaba con lo suyo , la muchacha dejo la bandeja en una mesita cercana a la entrada y practicamente salio corriendo de alli , no era algo que le importara demasiado a Fuuma , con una buena propina la chica olvidaria todo eso mientras que el no olvidaria aquel dia ..... tumbo a Dio nuevamente sobre la mesa y elevo sus piernas aquello habia sido demasiado satisfactorio como para seguir conteniendo el gran chorro de semen que descargo dentro del cuerpo del felino , gruño fuerte , cual animal excitado mientras continuaba bombeando su semilla dentro de Dio como si quisiera introducirla en todo el organismo del chico , definitivamente habia sido uno delos mejores orgasmos que aquel ario le habia dado
- Spoiler:
- espero que te haya parecido bien XD
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Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Una simple palabra le hizo estremecer al extremo. De vergüenza, de confusión y de oculto sentimiento perverso. Cuando Fuuma le dio paso a la muchacha lo único que pudo hacer fue levantar los párpados hasta el extremo y observar, pasmado, como el japonés le dedicaba aquella mirada malévola y cargada de insano y controlador deseo. No supo que pretendía demostrar con todo aquello, y menos cuando ni siquiera le había dejado taparse o disimular que no hacían lo que hacían, pero el tintineo de los platos y el jadeo ahogado de la chica le bastó para saber que ya era muy tarde como para preocuparse por ello. Le dolía el estómago de hacer fuerza, de contenerse, y el moreno no le daba pie a que siquiera haciéndolo.
Arrugando las cejas, y dejando caer otro par de lágrimas, Dio no pudo contener un primer y delatador chorro, que impactó contra la mesa acompañado de otra exclamación de sorpresa por parte de la muchacha; con un “¡Discúlpenme!” muy atropellado y compungido, desapareció corriendo por el pasillo.
-Eres un demonio... Pervertito -murmuró, sonrojándose hasta la raíz del pelo cuando otra gran parte de lo que guardaba en la vejiga acababa por salir ante las decididas arremetidas de su novio- Ahora no podré... salir de la habitación... ¡Umn! -por un breve momento todo le dio igual. Fuuma le llenaba de su abundante semen mientras seguía envistiendolo con ganas, él gemía, gritaba y soltaba alguna que otra palabra malsonante en italiano para aliviar su frustrada y excitante rabia. Tumbado nuevamente en la mesa y con las piernas abiertas al límite de su elasticidad, olvidó por un momento el gran charco tibio que se formaba en los tatamis al caer en cascada por la mesa, o que pudiese acabar bañado con sus propios fluidos. El cosquilleo de su orgasmo le venía tan fuerte y tan desesperadamente que tardó muy poco en correrse sobre su abdomen y pecho una vez la resistencia y el dolor de su necesidad de mear habían desaparecido.
Dobló la espalda y se agitó sobre la mesa, aferrándose después a Fuuma para que no parase hasta lograr que saliese hasta la última gota de semen que guardaba. Tras un grito, un dulce gemido y un jadeo exhausto las fuerzas de sus brazos flaquearon y volvió de un golpecillo a la mesa, donde permaneció tumbado en busca de aire y algo de distancia para evitar aún mas sofoco. Tenía el cuerpo perlado de sudor, semen y algo mas que prefería no descubrir. El pelo revuelto, el flequillo adherido a la frente y un inocente y fino mechón atrapado entre sus labios: una típica escena de un Ero-Game bastante bien planificado. Sobre todo si añadíamos su pequeña entrada dada de si y parte del orgasmo del otro protagonista deslizándose hasta la mesa. Aquel destrozo sería difícil de limpiar.
-Violador -susurró, con la mirada perdida al techo. Girando sus pupilas aguamarina, le miró. Bajo la luz de la habitación parecía incluso mas pálido, pero acentuaba la humedad que recorría su cuerpo-. Che cosa è stato che...?* Podrías haberme dejado ir al baño antes de que entrase... -mantuvo el silencio todo lo que fue capaz. Luego, soltó una carcajada que pareció muy inocente, dada la situación en la que se habían metido- ¡Madre de dios! Hai visto il suo volto? Sei cattivo, Fuuma Ryu!* -su estómago tembló ante al vibración de aquella risilla. Parte de su semen se deslizó por su costado- Nunca pensé que alguien que parecía tan estirado como tu hiciera cosas como estas, eres toda una sorpresa.
A Dio le gustaba innovar. Salir de la rutina. Y tener cierta predominancia en sus situaciones. Aquello había sido un ejemplo claro de lo mucho que se complementaba con aquel japonés en particular.
Soltó un suspiro, sin querer moverse demasiado de allí.
-Tengo hambre... -esparció distraídamente su orgasmo sobre su pecho con los dedos- Pero no me apetece levantarme. De hecho, no creo que pueda, así que tendrás que tomar la responsabilidad~ -pareció tararear-. A no ser que pretendas dejarme aquí y comer sobre mi mientras seguimos follando~ -estiró temblorosamente los brazos hacia él, como un niño que busca que lo cojan en brazos-. Aiutami, l'amore*~
*1-”¿A que ha venido eso...?”
*2- “¿Has visto su cara? ¡Eres malo, Fuuma Ryu!”
*3- “Ayúdame, amor~”
Arrugando las cejas, y dejando caer otro par de lágrimas, Dio no pudo contener un primer y delatador chorro, que impactó contra la mesa acompañado de otra exclamación de sorpresa por parte de la muchacha; con un “¡Discúlpenme!” muy atropellado y compungido, desapareció corriendo por el pasillo.
-Eres un demonio... Pervertito -murmuró, sonrojándose hasta la raíz del pelo cuando otra gran parte de lo que guardaba en la vejiga acababa por salir ante las decididas arremetidas de su novio- Ahora no podré... salir de la habitación... ¡Umn! -por un breve momento todo le dio igual. Fuuma le llenaba de su abundante semen mientras seguía envistiendolo con ganas, él gemía, gritaba y soltaba alguna que otra palabra malsonante en italiano para aliviar su frustrada y excitante rabia. Tumbado nuevamente en la mesa y con las piernas abiertas al límite de su elasticidad, olvidó por un momento el gran charco tibio que se formaba en los tatamis al caer en cascada por la mesa, o que pudiese acabar bañado con sus propios fluidos. El cosquilleo de su orgasmo le venía tan fuerte y tan desesperadamente que tardó muy poco en correrse sobre su abdomen y pecho una vez la resistencia y el dolor de su necesidad de mear habían desaparecido.
Dobló la espalda y se agitó sobre la mesa, aferrándose después a Fuuma para que no parase hasta lograr que saliese hasta la última gota de semen que guardaba. Tras un grito, un dulce gemido y un jadeo exhausto las fuerzas de sus brazos flaquearon y volvió de un golpecillo a la mesa, donde permaneció tumbado en busca de aire y algo de distancia para evitar aún mas sofoco. Tenía el cuerpo perlado de sudor, semen y algo mas que prefería no descubrir. El pelo revuelto, el flequillo adherido a la frente y un inocente y fino mechón atrapado entre sus labios: una típica escena de un Ero-Game bastante bien planificado. Sobre todo si añadíamos su pequeña entrada dada de si y parte del orgasmo del otro protagonista deslizándose hasta la mesa. Aquel destrozo sería difícil de limpiar.
-Violador -susurró, con la mirada perdida al techo. Girando sus pupilas aguamarina, le miró. Bajo la luz de la habitación parecía incluso mas pálido, pero acentuaba la humedad que recorría su cuerpo-. Che cosa è stato che...?* Podrías haberme dejado ir al baño antes de que entrase... -mantuvo el silencio todo lo que fue capaz. Luego, soltó una carcajada que pareció muy inocente, dada la situación en la que se habían metido- ¡Madre de dios! Hai visto il suo volto? Sei cattivo, Fuuma Ryu!* -su estómago tembló ante al vibración de aquella risilla. Parte de su semen se deslizó por su costado- Nunca pensé que alguien que parecía tan estirado como tu hiciera cosas como estas, eres toda una sorpresa.
A Dio le gustaba innovar. Salir de la rutina. Y tener cierta predominancia en sus situaciones. Aquello había sido un ejemplo claro de lo mucho que se complementaba con aquel japonés en particular.
Soltó un suspiro, sin querer moverse demasiado de allí.
-Tengo hambre... -esparció distraídamente su orgasmo sobre su pecho con los dedos- Pero no me apetece levantarme. De hecho, no creo que pueda, así que tendrás que tomar la responsabilidad~ -pareció tararear-. A no ser que pretendas dejarme aquí y comer sobre mi mientras seguimos follando~ -estiró temblorosamente los brazos hacia él, como un niño que busca que lo cojan en brazos-. Aiutami, l'amore*~
*1-”¿A que ha venido eso...?”
*2- “¿Has visto su cara? ¡Eres malo, Fuuma Ryu!”
*3- “Ayúdame, amor~”
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Fuuma rio bajo mientras era regañado por su felino de blanco pelaje , sabia que a el le habia gustado todo aquello despues de todo era su pequeño gato lujurioso y esa era una faceta que adoraba de el ya que con su compañia y una buena sesion de sexo desenfrenado se libraba de las tensiones producidas por el trabajo y sus deberes como lider de una casa de yakuzas y de "mediador" de dos clanes que era totalmente distintos , aunque , apesar de todo , estaba bastante satisfecho con sus negocios ya que gracias a estos tenia la libertad de estar con el italiano sin riesgo a que lo apartaran de su lado
- fue tu culpa , gatito ...... como se te ocurre ir al baño mientras lo estamos haciendo , ademas tampoco me lo hubieras perdonado hubiera echado a perder tu orgasmo
Dijo divertido mientras le daba una sonora nalgada al mal trecho trasero de su italiano y luego se ponia de pie para asi cargar el cuerpo humedo de Dio y llevarlo a la bañera ya que un felino como el no podia estar asi de sucio por mas atractivo que fuera no deseaba que la aporcelanada piel del gatito se lastimara ..... le preparo un buen baño y lo dejo ahi mientras iba por la comida , se dio cuenta de que el salon estaba muy sucio asi que antes de alimentar a su felino llamo a la recepcion para que enviara al servicio de limpieza y apesar de que ya se habia corrido la voz de las practicas amatorias en esa habitacion cuando el japones menciono "paga doble" los temores de la administracion se calmaron , sonrio confiado despues de eso y llevo la bandeja de comida hasta aquel gran espacio que era el cuarto de baño para asi alimentar con algunos bocadillos al felino
- te mimare un poco , te lo has ganado
Dijo tranquilamente aunque su sonrisa aun era maliciosa por lo que se puso en los labios un roll y se acerco al rostro ajeno para que asi su gatito consentido lo tomara
- fue tu culpa , gatito ...... como se te ocurre ir al baño mientras lo estamos haciendo , ademas tampoco me lo hubieras perdonado hubiera echado a perder tu orgasmo
Dijo divertido mientras le daba una sonora nalgada al mal trecho trasero de su italiano y luego se ponia de pie para asi cargar el cuerpo humedo de Dio y llevarlo a la bañera ya que un felino como el no podia estar asi de sucio por mas atractivo que fuera no deseaba que la aporcelanada piel del gatito se lastimara ..... le preparo un buen baño y lo dejo ahi mientras iba por la comida , se dio cuenta de que el salon estaba muy sucio asi que antes de alimentar a su felino llamo a la recepcion para que enviara al servicio de limpieza y apesar de que ya se habia corrido la voz de las practicas amatorias en esa habitacion cuando el japones menciono "paga doble" los temores de la administracion se calmaron , sonrio confiado despues de eso y llevo la bandeja de comida hasta aquel gran espacio que era el cuarto de baño para asi alimentar con algunos bocadillos al felino
- te mimare un poco , te lo has ganado
Dijo tranquilamente aunque su sonrisa aun era maliciosa por lo que se puso en los labios un roll y se acerco al rostro ajeno para que asi su gatito consentido lo tomara
Invitado- Invitado
Re: relajandonos despues de la tormenta /privado Dio/
Se dejó cargar, admitiendo divertido que, ciertamente, no le hubiese perdonado y que no era culpa suya que tuviese la vejiga llena. Después de todo Fuuma se lo hacía siempre con tanto brío que no era de extrañar que ocurriese aquello: argumento con el cual se defendió cuando no le dio tanto reparo hablar de ello.
Se quedó pues en la bañera, llenándola y mezclando el agua caliente con espuma y sales aromáticas a disposición de los clientes de la posada. Se recostó en el borde de madera y suspiró, mirando al techo, mientras hundía las manos bajo el agua para acariciar, muy despacio, su palpitante entrada. Por un momento le pareció tocar simple carne, y eso le dio una idea de lo apasionados que habían sido aquella vez. Después de tanto tiempo, no era de extrañar.
-Verás como mañana me duele la cadera... -murmuró, escuchando ajetreo fuera. Se frotó los brazos y sacó una blanca y definida pierna de entre todas las burbujas. En el baño se había extendido una mezcla de olores entre el pino fresco y lo dulce, y eso le recordó que estaban a las faldas de una montaña. Quizás no era tan mala idea ir de excursión al día siguiente y ver que había por los alrededores. Podían llevar algo de comida y disfrutar de la tarde si no llovía.
Pensando en ello, vio a su atento novio reaparecer con la bandeja de la comida.
-Oh, ¿cena en el baño? Solo faltan un par de velas para que esto parezca una película americana~ -mencionó, poniéndose derecho. Observó el gesto del japonés, y apenas apoyándose en el borde de la bañera se inclinó para lamer el rollito, mordisquearlo y finalmente recogerlo con la boca, rozando los labios ajenos. Un suave sabor a verduras y pollo complació a su hambriento paladar- Um, è buono. Pruébalo -estiró la mano a la bandeja y le dio a probar uno a Fuuma, asegurándose de que su lengua recogía parte de la aceite de sus dedos. Poco después volvió a servirse, buscando aplacar su hambre.
-Dime, ¿que quieres hacer esta noche? -preguntó al cabo de un rato- ¿Irás di parlare con quel ragazzo del Mercado...? -chapoteó en el agua, intentando hacer una fuente con las manos para salpicar al moreno con un certero chorro de agua caliente- No te detendré si quieres hacerlo, aunque espero que cuentes conmigo para lo que sea que tengas planeado hacer. No me gusta que te metas en estos líos tu solo, Fuuma -bajó la voz, y pareció hacer un leve puchero. Presionó las manos entre si y finalmente el chorro salió disparado contra el japonés.
Tras un instante de silencio, la expresión de sorpresa del italiano se transformó en una sonrisa.
-¡Wow, lo conseguí~! -cogió la bandeja del regazo del otro y la bajó al suelo, sacando medio cuerpo de la bañera. Luego le cogió de la ropa y tiró de él hacia el agua- Vamos, stare con me. ¡Y déjate la ropa! -pareció canturrear antes de terminar arrastrándole dentro, derramando el agua por el suelo ante la subida de nivel del estrecho cubículo.
Nadie se equivocaría si los comparasen con una pareja recién casada.
Se quedó pues en la bañera, llenándola y mezclando el agua caliente con espuma y sales aromáticas a disposición de los clientes de la posada. Se recostó en el borde de madera y suspiró, mirando al techo, mientras hundía las manos bajo el agua para acariciar, muy despacio, su palpitante entrada. Por un momento le pareció tocar simple carne, y eso le dio una idea de lo apasionados que habían sido aquella vez. Después de tanto tiempo, no era de extrañar.
-Verás como mañana me duele la cadera... -murmuró, escuchando ajetreo fuera. Se frotó los brazos y sacó una blanca y definida pierna de entre todas las burbujas. En el baño se había extendido una mezcla de olores entre el pino fresco y lo dulce, y eso le recordó que estaban a las faldas de una montaña. Quizás no era tan mala idea ir de excursión al día siguiente y ver que había por los alrededores. Podían llevar algo de comida y disfrutar de la tarde si no llovía.
Pensando en ello, vio a su atento novio reaparecer con la bandeja de la comida.
-Oh, ¿cena en el baño? Solo faltan un par de velas para que esto parezca una película americana~ -mencionó, poniéndose derecho. Observó el gesto del japonés, y apenas apoyándose en el borde de la bañera se inclinó para lamer el rollito, mordisquearlo y finalmente recogerlo con la boca, rozando los labios ajenos. Un suave sabor a verduras y pollo complació a su hambriento paladar- Um, è buono. Pruébalo -estiró la mano a la bandeja y le dio a probar uno a Fuuma, asegurándose de que su lengua recogía parte de la aceite de sus dedos. Poco después volvió a servirse, buscando aplacar su hambre.
-Dime, ¿que quieres hacer esta noche? -preguntó al cabo de un rato- ¿Irás di parlare con quel ragazzo del Mercado...? -chapoteó en el agua, intentando hacer una fuente con las manos para salpicar al moreno con un certero chorro de agua caliente- No te detendré si quieres hacerlo, aunque espero que cuentes conmigo para lo que sea que tengas planeado hacer. No me gusta que te metas en estos líos tu solo, Fuuma -bajó la voz, y pareció hacer un leve puchero. Presionó las manos entre si y finalmente el chorro salió disparado contra el japonés.
Tras un instante de silencio, la expresión de sorpresa del italiano se transformó en una sonrisa.
-¡Wow, lo conseguí~! -cogió la bandeja del regazo del otro y la bajó al suelo, sacando medio cuerpo de la bañera. Luego le cogió de la ropa y tiró de él hacia el agua- Vamos, stare con me. ¡Y déjate la ropa! -pareció canturrear antes de terminar arrastrándole dentro, derramando el agua por el suelo ante la subida de nivel del estrecho cubículo.
Nadie se equivocaría si los comparasen con una pareja recién casada.
Invitado- Invitado
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