This piece of poetry is meant to do harm (Privado)

Era un día como cualquier otro, nada trascendente sucedía. La brisa, el sol, la temperatura… todo era como los días anteriores y como lo serían los que le seguían… al menos eso le parecía al desinteresado neko que era Dagmar, no se daría cuenta ni siquiera si la estación cambiaba, vivía simplemente inmerso en un océano de días símiles, aburridos… y tampoco le interesaba.

Caminaba por las calles de Tokio, entre la multitud de gente que se atiborraba en las esquinas para cruzar las avenidas principales, entre aquellas luminarias brillantes, aquellos espectaculares llenos de color que adornaban los edificios mas grandes y que él ni siquiera volteaba a ver… ya no. Ignorando las miradas de algún curioso que se fijaba en sus orejas y cola o simplemente en el hecho de que no era japonés como la mayoría ahí.

Llegó (o mas bien sus propios pies lo llevaron) al centro comercial. Subió una de las escaleras eléctricas para luego subir otra, mirando las tiendas con tranquilidad mientras se fumaba un cigarro de forma tranquila, disfrutando cada “sorbo” de aquel sabor al que era adicto. De pronto algo llamó su atención... se acercó a aquella tienda de animales, había escuchado el sonido de algún pequeño gato sobresalir de entre el ruido imperante de la gente y si, ahí estaban. Frente a la elegante tienda se encontraba una caja de gatitos en rebaja, seguramente habían sido abandonados a su suerte y alguna “buena” persona les había llevado a aquella tienda.

Empujó a un niño, quitándolo de frente a la caja para hincarse él ahí, mirándolos. Eran 3 gatitos bebes y estaban sucios y algo flacuchos. Metió la mano para acariciar alguno, rascándole tras las orejas, notando cómo se acercaba a su mano en busca de aquellos mimos. Deslizó su cola suavemente hasta la caja, mirando como otro de los gatitos la trataba de alcanzar, jugueteando con ella… la movía de un lado a otro de forma rápida para que aquel animalillo no la pudiera alcanzar mientras exhalaba el humo de su cigarro en otra dirección, escuchando como un niño a su espalda tosía por ello, haciéndolo sonreír pero sin distraerse de aquellos felinos.

- Miau – Mencionó para el mismo en un tono algo irónico… ¿Qué pasaría si se llevara alguno a casa?

Spoiler:

Miró a quien tomaba a los dos gatitos con los que jugueteaba con su cola, apenas una mirada de soslayo, distinguiendo la alta figura por entre el humo de su cigarro… un hombre bastante alto, le ignoró, aun con el otro gato en las manos hasta que escuchó aquello que decía. Sus orejas se movieron hacia atrás en un gesto notoriamente molesto y cuando escuchó aquello de su sabor su cola se crispo notoriamente, volviendo a mirarle de soslayo con una mirada furtiva con su único ojo visible; el rojo.

- Pues que lastima – Sonó su voz entre molesta aunque mas bien fría, con algún dejo de sarcasmo -… yo he decidido que me llevaré a los tres ahora mismo – Dijo a la par que se levantaba y se giraba para mirar a aquel molesto hombre a los ojos. Le sacaba fácil 10cm de altura, lo que significaba que medía más de 1.90, chasqueó la lengua al verle, llevándose su cigarro a los labios.

Originalmente no se llevaría ni uno solo de los gatitos pero aquel hombre, su arrogancia y la manera en que le ordenaba le molestaba, ahora solo deseaba ganarle y llevarse a los gatitos… ya vería que hacía con ellos después.

- Bueno, no quiero molestarle… – Dijo con un tono algo burlón – pero mi tiempo es preciado y necesito esos gatos – Dijo mirándole retador mientras exhalaba el humo de su cigarro justo al lado del mayor – Me los puede dar – Siempre que Dagmar hablaba con algo de propiedad (que no era su estilo) sonaba mas que nada a sarcasmo, aun cuando no lo fuera… aunque en este caso lo era.

Tiró la colilla de su cigarro al piso y la aplastó con uno de sus pies, machacandole mientras le dedicaba una mirada entre altanera y seca a aquel hombre, extendiendo su mano en ademan de que se los entregara.

Spoiler:

- No es un problema, ¡solo dámelos! – Le ordenó notoriamente molesto, no solo se notaba en su mirar y voz sino que sus orejas se agachaban hacía atrás haciéndolo obvio… no era nada bueno lidiando con su enojo, ni ocultándolo… tampoco era como si le interesase.

Aquella mirada sobre él le perturbó un poco pues no era normal, escuchándole balbucear sin sentido, no sabía en absoluto que estaría pensando aquel soldado (Eso piensa por el uniforme). Por mero reflejo movió ligeramente su cuerpo hacía atrás cuando este hombre se inclinaba sobre el para hablarle, abriendo los ojos por la sorpresa al escucharle, su cola se esponjó un poco pues le molestaba solo mirar al contrario - Cortar mi cola sería un gran problema pues está pegada a mí… - Le dijo en tono retador, sin amedrentarse con sus palabras -… no sería tarea fácil – Agregó serio, clavando su orbe roja en el mayor con severidad, bufando fastidiado, no tenía el humor para tratar con ese tipo de personas – No… no me alimento nada bien – Gruñó molesto solo para llevarle la contraria.

- Ja!... ¿yo con un amo?... no me hagas reír – Dijo burlón pero fastidiado, tomándole del cuello de la camisa, apretando la tela entre sus dedos con fuerza y jalándolo hacia él con algo de brusquedad (sin olvidar a los gatos), acercándole un poco para mirarle mejor, ligeramente hacía arriba - ¡No me fastidies! – Gruñó seco al escucharle. Algo en aquel hombre no le gustaba, le perturbaba que estuviera hablando en serio pues así le parecía… aun así no podía dejarse atemorizar por él, era orgulloso… aunque los animales le gustaban, inlcuso mas que las personas… gruñó guturalmente mientras pensaba que hacer.

En su mano libre cargaba con cuidado al tercer gato, pegándolo contra su pecho… escuchando como los otros dos maullaban suave dentro de las ropas de aquel soldado. Soltó aquel agarre en la camisa del mas alto empujándole hacía atrás, no deseaba tenerle cerca ni llamar mas la atención pues la gente detenía su caminar al verlos discutir – ¿Y qué piensas hacer con ellos?... no me digas que eres un amante de los gatos… ja! - Dijo acariciando el gato en sus brazos, aun pensando si dárselo o no… deseaba escuchar su respuesta.

La expresión del mayor, verlo relamer sus labios en una mueca prácticamente demente, le perturbaba pero sus palabras hacían que olvidara aquello, apretando en puño su mano libre - ¡Déjate de estupideces!… jamás le temería alguien tan patético como tú! – Escupió sus palabras fúrico pues si odiaba algo era que le dijeran cobarde… ¿que intentaba dar miedo? Ja!, pero si estaba seguro que lo daba. Apretó los dientes, molesto – Yo no soy presa de nadie – Dijo seguro, retador e incluso altanero, clavando su mirada fría en la del militar, mostrándole que aquellas mirada intimidante y lúgubre de él no le imponía.

Le miró con una mezcla de repulsión y sorpresa por como hablaba, como si estuviera planeando e imaginando cada cosa que le haría a él… quitarle la boca, arrancarle uno a uno sus dientes, no quitarle la piel ni cortarle la lengua… un escalofrió recorrió su espalda, desde la nuca hasta la punta de su felina cola, moviendo esta tras el con nerviosismo, inconsciente de este simple acto y de la forma en que aquello levemente le delataba. Escuchando como nombraba cada una de las partes que conformaban un cuerpo… 958. Le perturbaba aquel hombre y a la vez le asqueaba – El problema no es cortar una cola… el problema es cortar MI cola – Dijo con tono seguro, retador, entrecerrando su ojo para afilar su mirada con un visible brillo de ira en su orbe roja.

“¿perfecto?” pensó algo inquieto pues acababa de mencionar que no tenía amo cuando este hombre decía aquella simple palabra tan… preocupante, no tenía un buen presentimiento. Ya que le empujó lejos de él descanso un poco pues la cercanía del hombre le molestaba (y debía admitirlo, también le tensaba), mirando fijo sus movimientos con semblante serio, altanero… intentando imponerse al mas alto, demostrarle que no le temía en lo mas mínimo. Le miraba tambalearse al caminar, con la mirada fija solo en el neko… una mirada sádica - ¿Qué es lo que deseas demente… una pelea? – Dijo seco apenas un segundo antes de que se abalanzara sobre él en un movimiento rápido que le había tomado por sorpresa. Sintió como los dientes del soldado de clavaban en su mano con fuerza, provocándole un fuerte escozor, derramando su sangre – AAAARG – Se quejó. Empujándole con fuerza para que se separara sin percatarse de que había dejado caer al pequeño felino al piso, tomando con su mano sana la que tenía las marcas de los dientes del mayor en ella, apretándola pues le dolía. Gruñó molesto para volver la vista al de cabello gris, mirándole con recelo pero mas que nada enfado – ¡HIJO DE PUTA! – Vociferó molesto, apretando los dientes, su rostro se mostraba distorsionado por la ira.

Aprovechó que el otro se le acercaba de nuevo para escupirle en el rostro al escuchar su “sentencia”, sonriéndole en un ademan de burla pero a la vez retándole, riendo con hipocresía en la voz – ¿Crees que iré contigo?... – preguntó con burla, jactándose de lo iluso que el otro era… - primero muerto… - Agregó sin desviar la vista de la mirada esmeralda del mas alto – Quédate con tus gatos… ¿es lo que buscabas no?... ahora ¡largate de mi vista!... – Dijo brusco, molesto... deseaba lanzarcele encima a golpes pero hasta el sabía que no era el lugar para eso (lo que seguro Lawrence no se detenía ni siquiera a contemplar).