Parque de Cerezos [LIBRE]

Un día soleado, caluroso, y con un cielo azul que envolvía hasta el más intimo rincón del país: para cualquiera, este sería un día perfecto. Pero Nathaniel nunca pensaba así y nunca lo había hecho, el pelinegro negaba todo lo que no fuera su forma de pensar, pero también se negaba a quedarse encerrado más tiempo. Después de todo, no quería aburrirse como lo había estado haciendo todo el tiempo que llebaba en Japón, así que simplemente se levantó con el pequeño ánimo de encontrar algo con que pasar el rato, o por lo menos, un momento de diversión.

Caminó sin un rumbo fijo, esperándo que algo de la nada apareciese y le pudiera hacer el día, pero la gente o estaba demasiado ocupada o simplemente no le llamaban la atención. Todos los orientales eran tan parecidos, que los confundía facilmente, y de la misma manera perdía el interés..."Puros chinos...ni quien les entienda" Era lo que pensaba la mayoría de las veces, cuando creía que un hombre era una mujer, y viceversa o simplemente no podía entender tantos símbolos extraños que plagaban paredes, edificos, locales...era, sin duda, bastante hostigante.

Metió las manos en los bolsillos mientras miraba a su alrededor, buscando un lugar que pudiese resguardarlo del abrasador sol que hacia que el vampiro tallara constantemente sus ojos -Tch, que molesto -Vociferó en voz alta, mientras la gente volteaba con gestos de confusión o molestia. Esto claro que le venía valiendo al pelinegro.
Dió unos pasos más, cansado de todo el bullicioso ambiente del lugar; así su mirada logró concretar un lugar donde podría alejarse del ruido, y además, cubrise del sol: Una parque, que estaba adornado con los brotes de las flores de cerezos. Sin duda el moreno no se impresionaba facilmente, pero esto, de alguna manera, le había dejado boquiabierto. En su país nunca habría visto algo tan bello como eso.
Estaba tan absorto en eso, que caminaba mientras miraba hacia arriba, obviamente no le importaba mucho si alguien se atravesaba en su camino, simplemente lo movería, y ya.
Y, justo como había imaginado, sucedió: Bajó apenas la vista para buscar un lugar donde acomodarse y chocó con un chico de bruces, mucho más bajo que él. -¿Qué demonios? ¡Fíjate por donde caminas, enano! -le dió un empujón, cruzándose de brazos, y con el seño evidentemente fruncido. ¿Qué se creía, este chico? Cruzándose en su camino así como así. Era obvio, puesto que el vampiro nunca aceptaría la responsabilidad ante un acto tan tonto, ¿cierto?

Al chocar con aquel chico, Nico cayó directamente al suelo, un poco aturdido. De repente, cuando volteó a ver con quien se había topado y al darse cuenta de la manera tan hostil de decirle que tuviera más cuidado y la forma tan despectiva en que mencionó que estaba corto de estatura, se hizo para atrás si levantarse. Enrojeció, tanto que parecía un jitomate, y temblando, en parte por el golpe tan fuerte que se dio en su trasero y en parte por el temor tan grande que le inspiraba ese chico tan serio y hostil, Nico logró articular unas palabras:
-Uum.... yo-yo lo siento mucho - dijo Nico con una voz suave - no era mi intención intervenir en tu camino .... -
Se levantó, y con una reverencia le ofreció disculpas nuevamente. Estaba totalmente apenado, no solo por haberle causado molestias, si no porque también lo consideró atractivo. Levantó la mirada y vio sus feroces ojos, a Nico lo atemorizaban, sin embargo, intentando esquivar su mirada siguió inspeccionando minuciosamente su rostro, y después su atuendo.

En verdad era atemorizante, pero Nico no podía evitar encontrar encantadora esa expresión de profundo odio y esa atmosfera misteriosa que lo envolvía. Y aunque en verdad encontraba muy atractivo al chico, detuvo ahí sus pensamientos, pues para él no era más que como un artista que se idolatra, pero que se sabe bien que esta fuera de alcance.

Volviendo a la realidad, Nico seguía parado justo enfrente de él, mientras lo observaba, pero cada segundo que pasaba, hacía que Nico se enrojeciera más y más, pues no sabía qué hacer y mucho menos si lo que estaba haciendo lo estaba incomodando.

Se sorprendió de lo débil que se mostaba el chico, no sólo en apariencia, sino, el mismo también. Cayó con tanta facilidad y gracia que Nathaniel no hizo más que reírse de una manera algo brusca, pero, ¿Que más daba? Ni lo conocía, y no le importaba.
O talves si. Si quería divertirse, entonces...sería una gran oportunidad para "aprovecharse" de la situación. Después de todo, tenía que sacar el mayor provecho que pudiera, con una víctima así de frágil.. - Pues lo has hecho. ¿Qué piensas hacer para recompensarme? -Se limpió la camisa con algo de repulsión, mirándole despectivo. -Me valen tus disculpas. ¿Sabes? Ojalá todo se solucionara con algo tan simple- Enarcó una ceja expectante ante la respuesta del rubio, quien sin duda se veía arrepentido. Esto se ponía cada vez mejor. Y además, el otro parecía disfrutar de sus rudas palabras. Cualquiera le hubiera mentado la madre, o simplemente hubiera hechado a correr. Claro que había quienes no se rajaban, e igual se atrevían a enfrentarse a él. Lástima por esos pobres perdedores...

Sintió entonces la mirada penetrante del menor, quien sin duda no dejaría de observarle, y además, enrojecer cada que su miradas se cruzaban. ¿Pero que mierda..? Pensó mientras retrocedía unos pasos, descolocado ante la insistencia del chico. -¡Tch! ¿Y qué tanto miras?- chasqueó la lengua en modo de queja, además alzó la voz de manera ruda, haciendo que mucha gente lo voltease a ver, claro que, sin entender.
Entonces pudo concluir facilmente que el chico era extranjero, que probablemente tendría dinero, y que evidentemente era una presa fácil para el astuto vampiro, ya que hablaban en un idioma diferente al japonés, y ambos se entendían
¡Qué mejor manera de empezar el día! Bendecía a su suerte, aunque no creyera en esa. Colocó sus manos detrás de su cabeza, mirándo con superioridad al rubio.

Al oír eso, Nico salió del transe en que se encontraba por estar inspeccionando al muchacho. Se exaltó y enrojeció.
- Lo siento... - Bajó la mirada - no quería incomodarte -
Sintió la mirada del otro, lo cual lo molestó un poco, así que lo vio a la cara, y no tardo en sentir lo que sus ojos y su postura querían reflejar, superioridad. Inmediatamente, al estar acostumbrado al sentimiento, Nico se sintió inferior a él, bajo la cabeza, y al no saber qué hacer comenzó a juguetear con sus dedos, esto lo ayudó a pensar.
En esos momentos, Nico recordó su infancia, y se preguntó si esté chico era un brabucón como los que lo acosaban cuando era más pequeño, sin embrago, un sentimiento masoquista invadió a Nico, tenía deseos de que abusaran de nuevo de él, quería volver a sentir ese malestar que le causaba cuando lo molestaban los brabucones. No sabía porque pero quería revivir esa sensación. Normalmente Nico se hubiera negado a estos pensamientos claramente masoquistas, pero por alguna causa le fue imposible, he incluso sintió un impulso por provocarlo.
Fácilmente Nico cedió ante el muchacho y procedió a presentarse.
- Me llamo Nicolas... pero puedes llamarme Nico - lo miro fijamente y le sonrío- quisiera.... recompensarte por lo sucedido -
Volvió a observarlo esperando ansioso su respuesta, esperando obtener la reacción que deseaba.

Le miró extrañado, algo incómodo por aquel chico que le hacía sentir...escalofríos, o una sensación similar, en realidad el chico era algo..diferente. Sentía su mirada, sus palabras suaves y ese constante sonrojo que se hacía presente en su rostro.. ¿Qué? ¿Qué demonios había mal con este chico? Parecía que quisiera que el pelinegro continuara aprovechandose de él -Me importa una mierda tu nombre -contesto rudo, sonriendo ladino después cuando escuchó que le recompensaría. En fin, el menor no se merecía saber su nombre, ni nada de él. En realidad no esperaba mucho. Por fin, su viaje habría valido la pena..o algo así -De acuerdo. Espero que tengas dinero, mocoso. Soy muy exigente. -se relamió los labios y comenzó a caminar con las manos en los bolsillos, buscando con la mirada cualquier cosa que le llamara la atención, y hacer que el rubio la pagase.- ¿Y tu que haces por acá? Parece que no eres de estos lugares. -No era por interés, en realidad ni siquiera le interesaba algo del chico, era simplemente para romper el silencio en lo que caminaba. Mientras, Nathaniel fingía conocer el lugar como la palma de su mano, pero no, resultaba que estaba igual de perdido que como cuando había llegado. Obviamente ni su rostro ni ninguna de sus expresiones demostraría aquello, algo demasiado vergonzoso para poder aceptarlo. -Hmm..-gruñó mientras caminaba adelante del chico, girando el rostro constantemente de un lado a otro.

En realidad a Nico no le afectaba mucho la agresión verbal, estaba muy acostumbrado a eso. Se quedo esperando unos momentos, esperando oír su nombre, pero aun cuando no lo supo, no le importo demasiado, después de todo la víctima no tiene que saber el nombre del agresor o sí?

-El dinero no es problema -sacó su billetera y se le mostró su interior con un bonche de billetes de 100 dólares- como puedes ver tengo bastante-

Comenzó a caminar detrás del chico, iba un poco distraido viendo los cerezos cuando oyó la pregunta.

-¿Huh?- Nico volteó a verlo, se sorprendió que le estuviera haciendo la plática, pero contestó gustoso, ya que muy poca gente mostraba interés en sus asuntos -Soy de Canadá, y pues vine aquí porque hace unos meses atrás mi padre murió, y heredé su compañía aquí en Japón, pero no tenía interés en conservarla así que se la di a mi tía, y para eso tuve que venir acá a hacer los trámites para traspasar la propiedad, y aunque la compañía no es mía, igual recibo el 40% de las ganancias mensuales..- se percató que se estaba desviando del tema y se detuvo, se dio cuenta de que el chico tampoco conocía los alrededores, y que obviamente estaba tan perdido como el - tu.... tampoco pareces de por aquí....-

Nico sintió un sentimiento extraño que había experimentado muy pocas veces, un sentimiento de satisfacción, al haber hablado tan fluido, sin tartamudear ni titubear como lo hace normalmente, incluso casi habla de más, por no ser que se dio cuenta de eso, era raro... pero sentía que podía confiar en ese chico agresivo.