Liberdad de expresión [Privado/Michael]

por Invitado Dom Mar 06, 2011 6:46 am

Habían muchas clases de delitos. El robo, la extorsión, las amenazas, el asesinato... todos y cada uno en menor o mayor grado podía reducirte a una condena de años u horas, dependiendo de como de mal hubieses hecho las cosas. En un mundo plagado de corrupción como era aquel, y mas en aquella época por la que el país oriental estaba pasando, era extraño que la justicia siguiese haciendo aún su trabajo.

Pero allí estaba ella, siendo amonestada por algo que, a su modo de ver, no era tan grabe. En fin, ¿quién no había follado al aire libre alguna vez? ¿Quién no lo había hecho en un parque, entre los arbustos, rodeados de gente que iba y venía? ¡Lo excitante estaba en hacer cosas que los demás consideraban incorrectas! Su forma de pensar era completamente incomprendida, ignorada... Y tras las quejas de madres desquiciadas ya venía un poli a arrebatarle su libre albedrío.

-Venga ya, si no estaba haciendo nada -agitó la cola, mas divertida que indignada. Tenía tan poca ropa encima que el simple hecho de estar en la calle así ya era motivo de encarcelamiento. Al menos por unas horas- ¿Nunca has visto a una súcubo comiendo~?

El policía, intentando no mirar a ninguna parte pudenda en particular simplemente trataba de esposarle la otra mano a la espalda, mientras la muchacha seguía exponiendo su defensa inconstante y poco convincente. Lo peor de todo es que parecía hacerlo a posta, y eso era aún mas insultante.

-Los pets con sus amos, ¿es que no tienes uno? -contrarrestó, tomándole el otro brazo para hacerla girarse y colocárselo tras la espalda- Si quieres exhibirte te recomiendo que vuelvas a donde vives; si es que tienes algún sit-... ¡!

Las morenas posaderas de la demonio se posaron, tras dar un paso atrás, en los bajos del agente, frotándose descaradamente contra ellos.

-Noto algo duro pincharme... ¿será la placa~? ¿El aturdidor~? ¿El joven madero es un niño virgen~? -miró hacia atrás, riendo traviesamente, mientras muchas de las amas de casa se alejaban de la escena tan rápido como podían.

-¡C-calla! -el trabajador pareció ruborizarse mientras de un tirón lograba por fin esposarla- Me acompañarás a comisaría y si no te reclaman te quedarás un tiempo con nosotros.

Lilith miró a un lado, rodando los ojos.

por Invitado Dom Mar 20, 2011 11:12 am

Un paseo matutino, o al menos eso era lo que él esperaba, desde hace algunos días todas las mañanas, tardes y noches se habían vuelto absolutamente tranquilos y aburridos, tal parecía que la verdadera intención con la cual había llegado a Japón se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos, y aquello claramente era lo correcto, sus principios morales y demás se habían desviado por otro rumbo, la extorsión, el sexo, las violaciones y demás, aunque claro, no todo se había acumulado en el, puesto que por su personalidad, ya en el pasado y estando en su patria se había hundido en este tipo de cosas.

Mas que ahora lo único que buscaba era caminar un poco, distraer su mente de las pocas preocupaciones que tenia, sentirse libre, respirar el aire puro que se encontraba impregnado por el lugar que recorría justamente ahora, aunque habían varias personas merodeando por el parque no se sentía con las suficientes ganas para intentar algo, charlar o simplemente saludarles, aquello ahora mismo le daba igual, se encontraba concentrado caminando y eso era lo que iba a hacer.

Sin embargo una extraña escena hizo cambiar su forma de pensar, sus ojos instintivamente se giraron hacia donde una extraña voz resaltaba, la curiosidad comenzaba a decirle que se acercara para verificar que era lo que sucedía, y asi fue como paso a paso termino por llegar hasta donde un policía parecía estar esposando a una extraña mujer, quien con poca ropa se revoleaba de un lado hacia a otro intentando tentar al guardia de alguna manera.

-Hey… ¿Qué hacen ineptos?... –Mascullo con cierta levedad acercándose, sus blancos cabellos revoloteaban de un lado hacia a otro, mientras que ambas manos residían en el interior de los bolsillos de sus pantalones, lanzo un pequeño suspiro relamiendo con lentitud sus labios…-Ella es Mía... Yo me encargare de cubrir la multa mas tarde-Tras aquellas palabras el guardia miro con cierto toque de confusión al peli blanco, tomo una pequeña nota y escribió la supuesta multa para después entregarla al Espía, de la misma forma quito las esposas a la Súcubo… -Listo Señor… -Articulo para después retirarse de manera lenta..

Un pequeño suspiro se escapo de entre los labios del peli plata, lentamente se dirigió hacia donde la mujer, lanzando una pequeña carcajada…- ¿No es algo “malo” vestir este tipo de ropas en un lugar público?... –Comento, aunque realmente sin importarle mucho aquel hecho… - Por cierto Mi Nombre es Michael Stryker… Un Gusto… - Murmuro lanzando la nota al suelo.

por Invitado Mar Abr 05, 2011 12:36 pm

Se estaba haciendo una idea de como podría comer estando encerrada, ya que la última “ingesta” no había sido del todo satisfactoria. De hecho, le había sabido a tan poco que parecía que no hubiese llenado el estómago en semanas. Quizás tentase a los guardias que vigilaban la comisaría. Seguro que con sus apretadas agendas no tenían mucho tiempo para follar, así que les haría un favor...

… o al menos eso era lo que pensaba antes de escuchar la voz autoritaria, que apareció en escena como un tremendo albino que, a ojos de Lilith, desprendía feromonas a diestro y siniestro. A parte de que era infinitamente mas guapo que el guardia al que pretendía devorar.
Tras la escenita, se vio liberada, masajeandose las muñecas y alzando la mano para despedirse del chico y de su oportunidad para “aprovecharse” de ella. Luego se giró al salvador, apartándose el pelo con un gesto de muñeca y colocando un brazo en jarra tras un contoneo de cadera.

-¿A ti te parece algo “malo”~? -estaba muy segura de la respuesta, desde luego. Y aún equivocándose seguiría vistiendo como mejor que conviniese, así que para el caso...- El gusto es mutuo, Mi-chan. Me llamo Lilith, y se agradece la ayuda -no se refería al hecho de haber evitado que la metiesen entre rejas. La ayuda que le daría el albino había sido, sin que él lo supiese, el simple acto de haber aparecido. Se le había abierto el apetito aún mas...

Avanzó hacia él, cogiendo la mano que antes sujetaba la multa, que irremediablemente quedaría impaga, y le arrastró por el parque, agitando la cola y mirándole con aquellos ojos de fondo negro, que le daban mas brillo a las astutas orbes amarillas que los conformaban. A aquella hora seguía habiendo demasiada gente como para considerarla discreta, y muchas preferían apartar la vista de sus hijos de aquella indecencia andante. Sonriendo con malicia, la súcubo no pudo hacerles menos caso.

-Dime, ¿eres de por aquí, Mi-chan? -ya le había puesto mote- ¿Consideras “tuya” a todas las que rescatas o algo así? -rió- Encantador. Me pregunto si lo haces por amor al arte o por algo a cambio... -levantó una ceja, moviendo la cola tras de si, mientras la brisa movía la ínfima tela de sus prendas y su larga melena negra.

por Invitado Sáb Abr 16, 2011 10:09 am

¿Qué debía responder?... lo desconocía, no conocía para nada de lo que había sucedido hasta su aparición, mas sin embargo aun sin saberlo se había servido a entrometerse como un buen samaritano en ayuda de la ¿Mujer?, aunque físicamente no lo pareciera por aquella larga cola que adornaba su cuerpo y esos imponentes cuernos que salían de su cabeza, aunque aun con aquello en cuenta simplemente lo hecho, hecho estaba, con una extraña expresión sobre su rostro avanzo hacia donde ella, le pareció algo extraño el ser llamado de aquella manera, mas cuando nadie en el pasado se había dirigido a el de esa forma…-¿Mi-chan?...-Se repitió asi mismo lo que recientemente había escuchado, aun pareciéndole de cierta forma extraño.

-¿De nada?...-Menciono con un tono de voz interrogativo, por la expresión en el rostro ajeno tal parecía que el comentario de la fémina no era precisamente el correcto ante la situación, aunque aun de manera discreta el albino analizaba el cuerpo ajeno, mirando de abajo hacia arriba, sus orbes se postraban de manera fija sobre sus muslos y piernas antes de seguir avanzando hacia su abdomen y pechos, dejándose hacer por ella dejo que su diestra fuese tomada por su mano, caminaba tras de ella, observando los alrededores, aun había una considerable cantidad de gente en el parque, y cualquiera que fuese la intención de la mujer, seguramente con la presencia de personas su plan seria mermado.

-Realmente soy de América… -Mascullo con un tono de voz algo bajo, inclinando la mirada hacia sus piernas para después elevarla de nueva cuenta…-¿Quién sabe?... Posiblemente lo haga por ambas cosas…-Menciono de nueva cuenta sonriendo un poco…-¿Qué deseas de mi?... ¿Se supone que eres libre?... ¿A dónde me llevas?...-Pregunto un par de veces, aunque a decir verdad le importaba muy poco a donde fuera, podría seguramente salir de ese lugar sin muchos problemas…-Hey… Lilith… ¿Te sientes cómoda con esas prendas?... –Pregunto sin vergüenza alguna, sus ojos nuevamente examinaron su cuerpo, aunque esta vez de una manera más lasciva, saboreaba sus propios labios al ritmo que visualizaba el físico ajeno, sin querer provocando que su miembro se volviese erecto por los pensamientos e imágenes que llegaban a su cabeza.

por Invitado Jue Mayo 12, 2011 2:47 pm

-Americano, ya veo -continuó caminando, aún sujetándolo y guiándolo a algún sitio improvisado sobre la marcha. No quería volver a tener problemas con la guardia del parque ni mucho menos acabar en una celda después de haber conseguido una “comida” tan apetecible como lo era el albino. Sería estúpida si se dejase capturar en aquel momento tan poco apropiado-. He oído que son bastante vigorosos a la hora de hacer las cosas, ¿será verdad~?

Le miró de reojo, con malicia propia de su raza, antes de continuar caminando. Aún llamaba mucho la atención, y solo pudo soltar una risita ante su última respuesta y los inicios de su pregunta. En el lado del parque donde pisaban en aquel momento empezaba la extensión del bosquecillo. A un lado, y antes de rozar siquiera la zona verde una pequeña construcción de yeso, cemento y ladrillos bastante estética, indicándose la palabra “baños” en un pequeño cartel metálico. Se diferenciaban, claramente, la parte femenina y la masculina. Al otro lado, por dónde se acercaban, un gran accesorio de juegos para niños, parecido a una gran cúpula con tubos de metal que se enredaban de tal forma que parecía desafiar a la inteligencia de los mas pequeños. La súcubo, agitando la cola, se había deslizado entre los cilindros de metal, arrastrando consigo al albino.

-Estoy mas que cómoda así, desde luego -habló, respondiendole, mientras la flexibilidad de sus movimientos la hacía escurrirse como un felino por los tubos de manera sacrílega y obscena-. Tengo una sangre demasiado caliente como para ir tapada mas de lo necesario, moriría de calor. Pero por lo que he visto hay muchos que no están de acuerdo con mis gustos, ¿tu que piensas, Mi-chan~?

Se giró hacia él, puesto que había soltado su mano al ver como seguía su estela. Levantó los brazos cuando se inclinó ligeramente hacia delante, haciendo que el duro tubo se frotase entre sus nalgas. Dando una vuelta completa hizo lo propio con sus pechos. Sonrió, juguetona, apoyándose en el cilindro cuando estiró el brazo hacia delante, pasando el dedo por aquel evidente bulto que apretaba sus pantalones.

-Creo que la pregunta sobraba~ -soltó una risita-. Como se te siga poniendo dura vas a romper el botón -le dio un golpecito con el índice antes de apartarse-. Ya que me has ayudado, te haré un favor -siguió deslizándose y frotándose contra las varas de metal, buscando la salida al otro lado de la semicúpula-. No tengo dinero que ofrecerte ni una casa a la que llevarte a comer. Pero soy una súcubo sin dueño, así que puedo realizar cualquier petición que desees, por muy macabra que sea~ -le miró de reojo- Así que, ¿que quieres?

Considerando que ya se había empalmado y que aquel camino solo les llevaba hacia los baños públicos no había mucho mas que decir. Sin embargo, Lilith no descartaba el llevarse alguna sorpresa.

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