Re: Capitulo 1: Bernardo ~Private~

por Invitado Jue Jun 23, 2011 4:05 am

Miró a Kaede y despues a Hiro, el cual le llega más o menos a la altura del pecho, con la mandíbula desencajada porque no sabía muy bien como reaccionar ante toda aquella farsa melodramática que formaba Hiro a su alrededor en menos de lo que canta un gallo. Bernardo comenzó a negar levemente con la cabeza pero cada vez que Hiro pronunciaba alguna palabra que sacaba todo de contexto, el peliverde subía las revoluciones del gesto de negación hasta que su melena verde se meneaba de un lado para otro.

-¡Hiro! ¿Como es que lo sacas todo de contexto? ¿Como es que has comenzado a sacar millones de conclusiones, sin ninguna base aparente, ¡de la nada! ¿Eres detective en tu tiempo libre? o ¿Escritor de novela barata? ¡Por favor! Para un poco y dejame explicarte- agarró al pequeño por los hombros y suspiró pesadamente.

-Pe.. pero- intentó replicar.

-Primero, Kaede y yo no estábamos solos, el Jefe se encontraba aqui hablando de negocios ¿quien te crees que te mandó a llamar?- alzó una ceja.-Segundo, yo no te he dado a elegir entre una tarta y yo, te he exigido venir, o sea, que no tenías elección- salió por un momento el Bernardo mafioso que dejó a Hiro con una mueca de susto dibujada en la cara.-Tercero... no sabía que si gastabas mucho dinero te podias acostar con uno de los host- dijo con una mezcla entre sorprendido y complacido.

-S...si. Aunque eso depende de la cantidad de dinero y de el permiso del Jefe. Porque algunas veces se ha dado que el Jefe el elige al Host que se acostará con el cliente, También depende del cliente, si le cae bien al jefe, si no, si ha sido un cliente habitual o si es guapo o si es un callo o...-

-Si, Hiro me ha quedado claro bonito- al mafioso se le suavizo la expresión mientras le acariciaba el pelo a Hiro tierna pero sensualmente a la vez que se encorbaba para poder susurrar al oido del pequeño. -Pero ¿porque preguntas?- rozaba con sus labios la piel de la cara ajena - ¿Quieres ser tu el elegido? ¿Quieres acostarte conmigo- Bernardo lo dijo lo suficientemente alto como para que Kaede lo escuchase... no lo quería dejar ajeno.

Ante esto Hiro se sonrrojó y dio un paso atrás -No... no, no, no, no,nonoononono, no malinterprete Bernardo sólo estaba haciendo mi trabajo e intentar entablar una conversación.-

-Esta bien, pues intenta con otro tema de conversación- dio un paso adelante mientras que el menor lo daba hacia detrás hasta toparse contra el sofá y caer en él.

-Pues ¡eso de que estabais hablando de negocios! Con el Jefe no se me hace extraño, desde que llegaste aquí algo de eso se olía pero, ¿Kaede?- lo señalo mientras alzaba una ceja con incredulidad.

-Pues si, no te vas a creer lo que te voy a contar- se sentó entre ambos host mirando al menor -Resulta que le doy a Kaede un cliente de esos que no los puedes dejar escapar porque huele a dinero a kilómetros- Hiro asentía perdido en los ojos de Bernardo -Pues aqui el jovencito, comenzó a ponerle pegas al cliente, que no le interesaba, que él no estaba aqui para eso... millones de pegas- Bernardo parecía una mezcla entre una colegiala quinceañera y una doña en bata.

-No me lo creo ¡mentira! de Shizuo me creo de todo. Incluso me creí aquel rumor que decía que habia tirado a dos tios desde un puente al rio- Hiro se asomó para mirar alaludido al igual que el mafioso que lo miró sorprendido pero sonriendo con orgullo, como si sintiese a Kaede uno de los suyos.

-Bueno, no me despisto, pues despues de mucho hablar con él acepta el trabajo pero te juro que casi me parte la cara- se llevó una mano al pecho con indignación. Se estaba aguantando la risa.

-¡Esto no puede ser!- Hiro se sentó frente a ellos en la mesa baja -Esto se merece una reconciliación- En este momento aquello parecía una terapia de pareja con Hiro como psicólogo. -Debeis reconciliaros, si no el club sale perdiendo- el menor miró a Kaede y Bernardo se acercó más a este cruzando las piernas y cogiéndole una mano al moreno entre las suyas.
Una auténtica pareja en crisis.

-¿Shizuo?- entra en escena Yuuya.

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La otra parte ya está de acuerdo, solo te pido un último favor y es que abras tu un post, donde quieras, diciendo que ya tienes la información y que Bernardo te ha dicho de quedar. Donde tu quieras y cuando puedas... es que soy malísima abriendo post Y_Y

por Invitado Lun Jun 27, 2011 3:47 pm

Cada vez que Hiro entraba en escena empezaba a dolerle la cabeza. Tenía una voz chillona insufrible cuando se ponía a fantasear como un mocoso con ir a nunca jamás y la verdad es que salía escaldado de las veces que le tocaba compartir mesa con él. No sabía si arrearle a él o al jefe por su gran idea de que le ayudasen con el trabajo, siendo que podría valerse perfectamente solo con un hombre como Bernardo. Allí no había nada mas que raspar si la visita había sido por negocios, pero el mafioso parecía estar pasándoselo lo suficientemente bien como para no irse- No lo tiré de un puente -había protestado añadiendo luego un “se resbaló” que sonó menos convincente que un final Boss pidiendo su muerte para dar pena. Cuando levantó la vista y vio a Hiro ejerciendo de psicólogo sin papeles le dieron muchas ganas de tirarle el vaso a la cabeza, y mas al ver que Bernardo le seguía el juego. Pero prefirió no degradarse mas aquella noche.

-Si quieres a Bernardo para ti, ¿por que me estás reconciliando con él? -tiró de su mano, no pudiendo despegarla de las del mafioso.

-También es verdad -el pequeño host pensaba despacio. Infló los mofletes, conteniéndose- Pero es por el club, ¡el club! Aunque quiera monopilizar a Bernardo es mejor que se lleve bien con todos ya que cuando yo no esté tendrá que conformarse con otras compañías -dramatizó de nuevo- Venga, daros un besito y todos tan amigos. ¡Va, vaaa!

Shizuo iba a abrir la boca para soltarle un “ni lo sueñes” cuando escuchó a Yuuya. Giró rápidamente la cabeza para ver su expresión seria, recelosa desde la puerta- ¿Que pasa? -era obvio que se había fijado en aquellas manos entrelazadas y estaba seguro de que Bernardo no le soltaría por el simple hecho de molestarle. A los dos.

-... Tienes a Katsuragi al teléfono. Será mejor que hables con él antes de que caiga en la histeria -señaló el teléfono de la sala vip, donde parpadeaba una luz roja y pequeña. Kaede no se podía creer que después de haber ignorado sus mensajes al móvil durante toda la noche tuviese el descaro de llamarle al trabajo. Hizo nota de mutilarlo cuando llegase a casa y se levantó agitando el brazo para desembarazarse de la mano de Bernardo. Yuuya se acercó al sillón, volviendo a atraer el rostro del mafioso para que se olvidase de Shizuo, que refunfuñando fue hasta el teléfono de mas allá- ¿Por que no ha querido que volviese? -preguntó a Bernardo- Me parte el corazón que no quiera verme -susurró casi sobre sus labios, mientras Hiro se encaramaba al otro lado.

-¡Estaba reconciliándose con Sissy, Yuu! Tenía planeado que le acompañase a casa y hablasen y se hicieran amigos... ¡pero solo amigos, eh!

-Estoy seguro de que ya tiene a alguien esperándole en casa -insinuó el mayor rodeando los hombros de Bernardo con el brazo para acariciar desde el otro lado su mejilla. Prefería que se le insinuase a él antes de que lo hiciera con Kaede- ¿Que crees que pasaría si le viesen llegando con otro a las tantas de la mañana? Pueden haber problemas.

-¿¡De verdad!? -abrió la boca, alucinado- ¿Bernardo tiene a alguien taaan celoso?

-¿Que diablos estás haciendo con la lavadora, Saya? -aquella pregunta no venía a cuento. Dos cabezas se giraron hacia la espalda de Shizuo que parecía desesperado en la otra punta de la sala. Desde la otra línea se escuchó “¡Mamá me dijo que colaborase en la casa!”- ¡No colabores si lo haces mal! -”¡Es este trasto, que está roto! ¡Ah, y ahora sale espuma! ¡Está saliendo la espuma al salón, Kaede!”- Apagala y limpialo inmediatamente. No quiero tener una piscina en medio de la sala cuando llegue -”¿Por que no vienes tu? ¡No entiendo este chisme!” Aquella parte tan torpe de Saya, como un niño que no sabía hacer nada aún le seguía pareciendo tierna “¿Que tan ocupado estás? Espero que no te estés tirando al pescadero...” Le colgó. A la mierda lo tierno. ¡Y no era pescadero, era pescador! Tendría que pedirle al jefe que le dejase salir antes.

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Lo haré en esta semana ^^

por Invitado Sáb Jul 02, 2011 3:18 pm

Cuando el host levanto la voz al hablar por teléfono, él también se giro –Que cotillas somos- dijo con los ojos entrecerrados y los host que lo flanqueaban asentían lentamente con la cabeza.
– Pero, ¿Quién es Saya?-
-El EX de Sissy-
-mmmm- levantó levemente el mentón
-¿Extrañado?- cuestionó Yuuya mientras hacía girar el rostro de Bernardo para que lo mirase – o ¿celoso?-
-Ninguna de las dos cosas diría yo. En mi casa ya tengo la suficiente compañía para no sentirme solo- paseó la yema de su dedo índice por los labios de Yuu.
-¿¡En serio!? Que envidia- el chavalito de Hiro, más por celos y berrinche infantil que por otra cosa, terminó sentado sobre el regazo del mafioso. – Y ¿Quiénes son? Tienes ¿perros? ¿hijos? ¿A toda tu familia en casa? O ¡¿tienes un haren lleno de hombres musculosos?- Hiro comenzó a fantasear de nuevo.

Bernardo y Yuuya se miraron extrañados y volvieron sus miradas al menor – Eemm… no- resopló por la nariz para no reírse – Tengo al servicio, perdón, empleados del hogar, mayordomos y demás. Un esclavo y un elfo que compre hace poco- al decirlo ambos host abrieron los ojos como platos quedándose sin palabras.
-¿En serio?-
- Si pero el esclavo paso a ser un asalariado más y le pago rigurosamente todos los meses. Lo que pasa es que el elfo, que lo adquirí como mascota, no sirve como tal así que también lo tengo bajo contrato.- los mira y ellos lo miran… ¿como te lo diría?… raro, no, lo siguiente. - ¿Qué pasa? Tenía razones de peso para comprarlos- dijo dignamente.
-¿Cuáles eran esas razones?- preguntó inquisitivo Hiro
-Déjalo Hiro, Bernardo esta aquí para pasar un buen rato. No para explicarnos el porque de sus compras de dudosa moral- sonrió mientras le sacaba el puñal imaginario de la espalda ganando él en carisma.

Bernardo le rió levemente la gracia, pero prestó atención al enfadado Kaede - ¿Estas bien Shizuo? ¿Tienes que volver a casa? Si es así yo también me voy, que tengo que alimentar al elfo- bromeó sarcásticamente. El mafioso y el host se miraban con sonrisas y la mirada afilada. Yuuya le iba saliendo el uruk-hai que llevaba dentro para con Bernardo, por descontado el hechizo de “rebota, rebota y en tu culo explota” que se echó el mafioso antes de salir de casa, lo hace inmune a casi todo.

Bernardo realizó indicaciones para que Hiro se moviese y poder salir de allí, con palanca, porque estaba tan rehundido en el sofá que casi no sale.
-¿Por queeeeeeeeeeee? Me vas a dejar solo.-
-Tienes más clientes fuera, así que no me montes un numerito- el mafioso sonrió al menor y este se le pegó cual lapa. Cuando se lo consiguió despegar recordándole que había una tarta sobre la mesa, se dirigió hacia la puerta de la sala VIP. Como es normal ambos host debían acompañarlo hasta la puerta y por ello ambos se levantaron.
-¡Ah! ¡Que despistado soy! No hace falta que me acompañéis pero si que deseo hacer algo antes de irme- se encamino hacia Yuuya, encarándolo, deslizó una de sus largas manos hasta la nuca ajena para atraerlo hacia sí para besarlo como mandan lo cánones. Yuuya se quedó en Stand by phase, petrificado como si hubiese mirado a una gorgona. Hiro, por su parte, soltó un gritito y se llevó las manos a la boca -¡Eso no se puede hacer!- soltó.

Bernardo presionaba, mordía, lamía los labios del otro, por otra parte Yuuya profería algún sonidillo gutural dada la impresión hasta que abdicó y dejó entrar la lengua ajena para entrelazarla con la suya en un beso que duró algo así como un minuto, o más.

Se separaron para recuperar el aliento – Me tentabas durante toda la noche y tenía que saber cual era tu sabor. Por lo menos ahora dormiré tranquilo- Bernardo cerró los ojos y subió los hombros como gesto desenfadado. Yuuya, por su parte, se había tapado a boca con el envés de la mano y miraba para otro lado.
-¿Nos vamos Shizuo?- preguntó abriendo la puerta de la sala VIP.
-¿Y yo?- a Hiro le apareció un fondo random de estrellitas.
-A ti no, que eres tan mono que si te beso perderás toda esa aura tan linda y limpia que te invade- men-ti-ra. Sólo una forma bonita de decirle que no. Por supuesto Hiro no se lo tomo muy bien y se fue directo a engullir la tarta.

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Lo dejamos aquí ¿no? ¿Cierras tu el post?

por Invitado Jue Jul 07, 2011 9:54 am

Asintió cuando Bernardo hizo su gran alarde de deducción y adivinó que le urgía marcharse lo antes posible a casa para no encontrarse el Aqua Park en su salón. Conociendo a aquel gran bobo seguiría insistiendo con la lavadora hasta que acabase rompiéndola o electrocutándose, lo que pasase primero, y mover su pesado cuerpo hasta un hospital le llevaría toda una noche que bien podría dedicarse al sueño y el descanso. Le diría al jefe que había surgido un problema, que no era mentira, y que ya recuperaría en horas extras. Y si Bernardo se marchaba junto a él pues tenía mas chance de lograr que le dijese que si.

Dejó el teléfono atrás y caminó hasta la puerta, queriendo abrirla para que el mafioso saliese primero y escoltarle hasta la salida, cuando lo vio despidiéndose apropiadamente de Yuuya con un beso que estuvo seguro le traspasó la campanilla. Kaede arrugó las cejas mientras un espasmódico tic le movía los párpados. Sus oídos se resintieron al escuchar gritar a Hiro, que se sentía profundamente traicionado por un hombre que conocía de una noche. Cuando vio como su compañero quedaba de piedra y apartaba la vista a un lado, sofocado y contradecido miró de reojo a Bernardo que pasó por su lado y abrió la puerta, dejando que se escuchase el eco de voces del salón.

-¿Has acabado? -le preguntó sarcástico, antes de dejar que saliese primero. Tras su espalda Hiro murmuraba cosas sin sentido mientras se terminaba la tarda e iba tras ellos para despedirlos como buen anfitrión. Yuuya, que se había dejado caer en uno de los brazos del sillón no pudo hacer lo mismo.

-¿Ya os vais? -el jefe tenía mucho tiempo libre para rondar entre la barra, el salón y el recibidor, donde acababan de entrar dos clientas preguntando por el número dos del Club- Anda, ¿Shizuo también? -se imaginó cualquier perversidad de la que era capaz su mente.

Kaede pensó que sería mas fácil escabullirse con aquello después de todo- Le acompañaré a casa para discutir los términos del contrato -le habló confidencialmente al pasar por su lado- No creo que vuelva, así que hasta mañana -se despidió sin mas mientras de la boca de su jefe salía el kanji de una risa maligna y depravada que dio a Kaede en la cabeza.

Una vez fuera del Club, y metiéndose las manos en los bolsillos se separó del mafioso nada mas doblar la esquina. Le miró, con su usual seriedad y su naturalidad fuera del negocio antes de murmurar un “nos vemos” e ir en la dirección contraria. No quería llevarse también un beso por la cara....

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