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Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
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Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
Después de todo Michael ahora no estaría solo, la compra de aquella tigresa realmente había sido una buena idea, aunque aun, claramente desconocía si la felina se quedaría con el peli blanco durante algún tiempo, o simplemente optaría por escaparse en alguna noche o e inclusive, en ese mismo día, aquel pensamiento era lo que en ese preciso instante más que nada le incomodaba, no intentaba pensar en ello, en esos instantes quería simplemente vagar con ella un poco antes de que decidiera algo como escapar o simplemente irse, el aura de soledad que envolvía el cuerpo del peli blanco claramente comenzaba a desaparecer, aquel ceño fruncido que solía tener plasmado en su rostro en casi cualquier momento cambiaba de poco a poco a un rostro más tranquilo y pacifico, acompañado de una leve sonrisa.
Ahora un nuevo destino era el que le guiaba a continuar, recientemente en el Mercado Negro había prometido a la fémina ir a comprar algo de ropa, y tal y como lo había mencionado ahora se dirigían a la instancia ya dicha, sobre un vehículo personal ambos personajes viajaban, el reconfortante sonido del motor era lo único que impedía que en aquel momento un silencio incomodo irrumpiera, Michael no sabia exactamente que preguntar, solo algunas palabras salían de su boca para intentar romper el hielo, extrañamente se comportaba de una manera algo retraída, intentaba no echar todo a perder al escaparse de su boca algún piropo o cumplido, o peor, que su actitud de Casanova saliese a relucir, claramente no quería quedar en una mala posición, o al menos eso era lo que el pensaba, con obviedad ignoraba lo que ella pensaba.
Lentamente aparco el automóvil en la zona de estacionamiento, bajo con cuidado colocando el freno de mano, cerciorándose con claridad de que todo estuviese en perfecta condición, con algo de atención se acerco a la puerta del copiloto, abriéndola para que ella pudiese salir…-Adelante Angy… -Exclamo con un tono de voz bastante educado, con personas a quien recientemente conocía por alguna razón tendía a portarse de manera algo educada y hasta donde algunos mencionaban “tímida”…-Primero iremos a un Baño Público, ahí podrás ducharte… ¿Te parece?... o ¿Quieres que vallamos primero por algo de ropa?... –Articulo aquellas palabras desde sus carnosos labios, ladeando levemente la cabeza para después hacer a un lado el leve mechón de cabello que cubría parte de su rostro…-Adelante, Adelante Vamos, que me comienzo a aburrir… -Ahora con paso algo acelerado se digno a avanzar hacia el interior del centro comercial, su cristalino orbe divisaba con claridad todos y cada uno de los establecimientos, varios de los lugares vendían todo tipo de vestimenta, desde blusas hasta lencería e inclusive tenían servicio de zapatería, algunos de los locales simplemente atinaban a vender comida rápida a los comensales…-Ahora.. ¿Ya decidiste algo?...-Cuestiono sin dejar de caminar, avanzando justo a su costado derecho a paso lento y calmado desviando su mirada en contadas ocasiones hacia los lugares que llamaran su atención.
Ahora un nuevo destino era el que le guiaba a continuar, recientemente en el Mercado Negro había prometido a la fémina ir a comprar algo de ropa, y tal y como lo había mencionado ahora se dirigían a la instancia ya dicha, sobre un vehículo personal ambos personajes viajaban, el reconfortante sonido del motor era lo único que impedía que en aquel momento un silencio incomodo irrumpiera, Michael no sabia exactamente que preguntar, solo algunas palabras salían de su boca para intentar romper el hielo, extrañamente se comportaba de una manera algo retraída, intentaba no echar todo a perder al escaparse de su boca algún piropo o cumplido, o peor, que su actitud de Casanova saliese a relucir, claramente no quería quedar en una mala posición, o al menos eso era lo que el pensaba, con obviedad ignoraba lo que ella pensaba.
Lentamente aparco el automóvil en la zona de estacionamiento, bajo con cuidado colocando el freno de mano, cerciorándose con claridad de que todo estuviese en perfecta condición, con algo de atención se acerco a la puerta del copiloto, abriéndola para que ella pudiese salir…-Adelante Angy… -Exclamo con un tono de voz bastante educado, con personas a quien recientemente conocía por alguna razón tendía a portarse de manera algo educada y hasta donde algunos mencionaban “tímida”…-Primero iremos a un Baño Público, ahí podrás ducharte… ¿Te parece?... o ¿Quieres que vallamos primero por algo de ropa?... –Articulo aquellas palabras desde sus carnosos labios, ladeando levemente la cabeza para después hacer a un lado el leve mechón de cabello que cubría parte de su rostro…-Adelante, Adelante Vamos, que me comienzo a aburrir… -Ahora con paso algo acelerado se digno a avanzar hacia el interior del centro comercial, su cristalino orbe divisaba con claridad todos y cada uno de los establecimientos, varios de los lugares vendían todo tipo de vestimenta, desde blusas hasta lencería e inclusive tenían servicio de zapatería, algunos de los locales simplemente atinaban a vender comida rápida a los comensales…-Ahora.. ¿Ya decidiste algo?...-Cuestiono sin dejar de caminar, avanzando justo a su costado derecho a paso lento y calmado desviando su mirada en contadas ocasiones hacia los lugares que llamaran su atención.
Invitado- Invitado
Re: Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
Aquel hombre se había limitado a presentarse y darle toda la libertad del mundo. Angelina parpadeó, confusa, como intentando indagar en las intenciones de aquel chico albino. De todas formas poco le importaban, ya que a aquellas alturas estaba curada de espanto; a parte de poder ganarse el pan ella solita, fuese decentemente o no. Cargando los tacones, había repetido su nombre, cerciorándose de que había escuchado bien, y le había seguido hasta el coche, girando medio cuerpo para lanzar una mirada vengativa al cuidador.
Una vez en el vehículo aprovechó para ponerse los zapatos. Podrían resultar incómodos siendo tan altos, pero no tenía nada mejor por el momento. Varias veces miró de reojo a un lado, cruzándose de piernas, sonriendo sutilmente con su pequeña boca de labios gruesos, observando al que debía llamar “amo” por haber dado dinero por ella. Lo encontraba ridículo, pero la verdad era aquella: la había sacado del mercado, y el chico despertaba en cierta forma su curiosidad. Más aún cuando se detuvieron en aquel lugar y pareció al fin explicarle la situación.
-Podríamos comprar ropa y luego ir a bañarme. Me viene mucho mejor ya que podré deshacerme de estos trapos~ -comentó, sacando una larga y morena pierna del coche, seguido de la otra hasta al fin salir y alzarse cuan alta era. Las prendas que actualmente llevaba puestas la convertían en un espectáculo pecaminoso digno de película para adultos, así que el caminar por el centro comercial sería bastante llamativo. Por suerte estaba bastante limpia con todo el agua que le habían echado encima los hombres del mercado, aunque prefiriese una ducha menos humillante.
Caminó, como no captando miradas al instante, junto al albino, mirando también posibles tiendas donde poder meterse. Se detuvo frente a una deportiva, mayormente para hombre, donde vio en el escaparate ropa muy holgada. Mas adelante quizás consideraría vestir algo de aquello. Continuó por las de al lado hasta detenerse en un gran escaparate de uniformes de trabajo; entre ellos uno de sirvienta, de policía y uno muy grueso de bomberos.
-Si te soy sincera, pensaba escaparme esta misma noche del mercado negro -dijo, pegando las manos al escaparate y viendo a Michael a través del reflejo-. Has tenido realmente el don del oportunismo, pero supongo que ya no puedo hacer nada. La pregunta ahora sería, ¿que es lo que quiere el joven Mike de mi, una simple mujer? -aquello último lo había dicho con sarcasmo, mientras giraba el cuerpo y señalaba, ahora a sus espaldas, el vestido de sirvienta- ¿Quieres una criada? ¿Una amante? En tu caso no te haría falta comprarla, ¿verdad?
Levantó las cejas, caminando hacia él con aquel taconeo sensual que producían sus zapatos. Alzó la mano y la posó en su pecho, mientras era escrutado por sus ojos color miel, cuya iris parecía estrecharse mientras delineaba sus facciones. En una caricia, bajó la mano por el pecho hasta detenerse en el estómago, flexionando el brazo cuando se acercó a su oído.
-¿Por qué no hablamos de tus prioridades mientras me ayudas a escoger ropa interior? -sonrió, dando un ligero beso en su mejilla antes de caminar a la tienda de al lado, especializada en moda y lencería femenina, dejando atrás al dependiente de la tienda de uniformes, que se había asomado a la puerta descaradamente. Angy pensaba para sus adentros si aquel muchacho había leído algo de su historial. Dudaba que en la ficha del Mercado constaran sus datos pasados, así que si decidía quedarse con aquel individuo a la larga ya le contaría. O puede que debiera contárselo ya y dejarla ir. Ambas perspectivas le resultaban divertidas.
Internándose en la tienda, fue atendida por una mujer que se entrecortó al hablar, alzando la mirada para verla. Tras un saludo que podría clasificarse como educado, a la tigresa le bastó con coger unos vaqueros ceñidos, algún cinturón grueso y una camisa con un largo escote; seguido de otra semitransparente. Supuso que con aquello iría tirando hasta que volviese de nuevo a comprar con aquel “amo” suyo.
-¿Vienes? -le hizo una señal desde el fondo de la tienda, donde estaban los probadores. Sin decir nada mas, señaló el sillón que había frente a estos.
Una vez en el vehículo aprovechó para ponerse los zapatos. Podrían resultar incómodos siendo tan altos, pero no tenía nada mejor por el momento. Varias veces miró de reojo a un lado, cruzándose de piernas, sonriendo sutilmente con su pequeña boca de labios gruesos, observando al que debía llamar “amo” por haber dado dinero por ella. Lo encontraba ridículo, pero la verdad era aquella: la había sacado del mercado, y el chico despertaba en cierta forma su curiosidad. Más aún cuando se detuvieron en aquel lugar y pareció al fin explicarle la situación.
-Podríamos comprar ropa y luego ir a bañarme. Me viene mucho mejor ya que podré deshacerme de estos trapos~ -comentó, sacando una larga y morena pierna del coche, seguido de la otra hasta al fin salir y alzarse cuan alta era. Las prendas que actualmente llevaba puestas la convertían en un espectáculo pecaminoso digno de película para adultos, así que el caminar por el centro comercial sería bastante llamativo. Por suerte estaba bastante limpia con todo el agua que le habían echado encima los hombres del mercado, aunque prefiriese una ducha menos humillante.
Caminó, como no captando miradas al instante, junto al albino, mirando también posibles tiendas donde poder meterse. Se detuvo frente a una deportiva, mayormente para hombre, donde vio en el escaparate ropa muy holgada. Mas adelante quizás consideraría vestir algo de aquello. Continuó por las de al lado hasta detenerse en un gran escaparate de uniformes de trabajo; entre ellos uno de sirvienta, de policía y uno muy grueso de bomberos.
-Si te soy sincera, pensaba escaparme esta misma noche del mercado negro -dijo, pegando las manos al escaparate y viendo a Michael a través del reflejo-. Has tenido realmente el don del oportunismo, pero supongo que ya no puedo hacer nada. La pregunta ahora sería, ¿que es lo que quiere el joven Mike de mi, una simple mujer? -aquello último lo había dicho con sarcasmo, mientras giraba el cuerpo y señalaba, ahora a sus espaldas, el vestido de sirvienta- ¿Quieres una criada? ¿Una amante? En tu caso no te haría falta comprarla, ¿verdad?
Levantó las cejas, caminando hacia él con aquel taconeo sensual que producían sus zapatos. Alzó la mano y la posó en su pecho, mientras era escrutado por sus ojos color miel, cuya iris parecía estrecharse mientras delineaba sus facciones. En una caricia, bajó la mano por el pecho hasta detenerse en el estómago, flexionando el brazo cuando se acercó a su oído.
-¿Por qué no hablamos de tus prioridades mientras me ayudas a escoger ropa interior? -sonrió, dando un ligero beso en su mejilla antes de caminar a la tienda de al lado, especializada en moda y lencería femenina, dejando atrás al dependiente de la tienda de uniformes, que se había asomado a la puerta descaradamente. Angy pensaba para sus adentros si aquel muchacho había leído algo de su historial. Dudaba que en la ficha del Mercado constaran sus datos pasados, así que si decidía quedarse con aquel individuo a la larga ya le contaría. O puede que debiera contárselo ya y dejarla ir. Ambas perspectivas le resultaban divertidas.
Internándose en la tienda, fue atendida por una mujer que se entrecortó al hablar, alzando la mirada para verla. Tras un saludo que podría clasificarse como educado, a la tigresa le bastó con coger unos vaqueros ceñidos, algún cinturón grueso y una camisa con un largo escote; seguido de otra semitransparente. Supuso que con aquello iría tirando hasta que volviese de nuevo a comprar con aquel “amo” suyo.
-¿Vienes? -le hizo una señal desde el fondo de la tienda, donde estaban los probadores. Sin decir nada mas, señaló el sillón que había frente a estos.
Invitado- Invitado
Re: Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
Ambos se internaron de manera lenta por el centro comercial, las miradas hacia ambas personas no se hacían de esperar, primordialmente por los hombres, quienes clavaban sus diferentes tipos de miradas sobre el bien formado y delineado cuerpo de la morocha, sin duda un espectáculo digno de ver por cualquier persona, aun incluyendo si iba o no iba acompañado por su familia, o algún amante ocasional, a decir verdad aquello no le molestaba al peli blanco, simplemente se ceñía a seguir avanzando a paso lento y calmado justo a su lado derecho, el único orbe que tenia al descubierto observaba con lentitud todos y cada uno de los establecimientos en los cuales vendían artículos, dándose cuenta hacia donde se dirigían ahora se encontraban en la zona donde diversos tipos de prendas se podían comprar o adquirir con facilidad y a diferentes tipos de precios, aunque a decir verdad, el dinero no era un problema para él, siempre había recibido y seguía recibiendo una buena paga por sus “trabajos”.
Se mantuvo tranquilo y callado por algunos breves segundos dejando a hablar a su acompañante, realmente tenía algo de iniciativa para hacer las cosas, algo bueno, según él, ahora tendría que cumplir con lo que le pedía para poder seguir con las demás cosas, tras unos minutos más de caminata ambos quedaron frente a una tienda de ropa deportiva de todo tipo, e inclusive donde vendían artículos de caza o para realizar algún deporte, lentamente se recargo del vidrio apoyando su espalda contra este, llevando sus dos manos hasta la parte trasera de su nuca…-¿Realmente quieres saberlo?... –Ladeo ligeramente su cabeza tras mencionar aquello, el tono de voz en sus palabras era relativamente bajo, aunque lo suficientemente elevado para que la mujer le escuchase, lentamente se fue despegando de aquel vidrio para terminar contestar…-Tienes razón, no me haría falta comprarla, pero es… como decirlo… algo… tan vacio… no me interesa buscar compañía por una noche, o una criada, mucho menos empezar una relación en la cual me vea “limitado” por una mujer… simplemente… -Nuevamente movió un poco su cabeza hacia el lado derecho, como si estuviese meditando antes de contestar…-Busco algo de compañía “duradera”… si algo llega a pasar después de eso… que pase lo que tenga que pasar… -Como si de un filosofo se tratase menciono aquellas palabras con una modulación en su voz algo seria y calmada.
Sus labios no articularon ninguna palabra por facción de segundos, simplemente se dejo llevar por los movimientos que la peli morada mujer comenzaba a realizar, un paso lento y completamente sensual, desconocía el por qué de aquello, su mirada se inclino un poco de manera sorpresiva al notar la diestra de ella sobre su pecho, lentamente fue dirigiendo su vista hacia la de ella, clavando su afilada vista sobre la de ella tras haber escuchado lo que había dicho…-Bien… vamos… pero creo que he dicho demasiado… -Exclamo dejando escapar desde su boca una ligera carcajada, observando cómo se comenzaba a adentrar al interior de una tienda de lencería femenina hasta llegar a la zona de los probadores, como si de un niño pequeño se tratase acepto su propuesta, terminando por sentarse en lo que parecía ser un sofá para los que debían esperar…
Se mantuvo tranquilo y callado por algunos breves segundos dejando a hablar a su acompañante, realmente tenía algo de iniciativa para hacer las cosas, algo bueno, según él, ahora tendría que cumplir con lo que le pedía para poder seguir con las demás cosas, tras unos minutos más de caminata ambos quedaron frente a una tienda de ropa deportiva de todo tipo, e inclusive donde vendían artículos de caza o para realizar algún deporte, lentamente se recargo del vidrio apoyando su espalda contra este, llevando sus dos manos hasta la parte trasera de su nuca…-¿Realmente quieres saberlo?... –Ladeo ligeramente su cabeza tras mencionar aquello, el tono de voz en sus palabras era relativamente bajo, aunque lo suficientemente elevado para que la mujer le escuchase, lentamente se fue despegando de aquel vidrio para terminar contestar…-Tienes razón, no me haría falta comprarla, pero es… como decirlo… algo… tan vacio… no me interesa buscar compañía por una noche, o una criada, mucho menos empezar una relación en la cual me vea “limitado” por una mujer… simplemente… -Nuevamente movió un poco su cabeza hacia el lado derecho, como si estuviese meditando antes de contestar…-Busco algo de compañía “duradera”… si algo llega a pasar después de eso… que pase lo que tenga que pasar… -Como si de un filosofo se tratase menciono aquellas palabras con una modulación en su voz algo seria y calmada.
Sus labios no articularon ninguna palabra por facción de segundos, simplemente se dejo llevar por los movimientos que la peli morada mujer comenzaba a realizar, un paso lento y completamente sensual, desconocía el por qué de aquello, su mirada se inclino un poco de manera sorpresiva al notar la diestra de ella sobre su pecho, lentamente fue dirigiendo su vista hacia la de ella, clavando su afilada vista sobre la de ella tras haber escuchado lo que había dicho…-Bien… vamos… pero creo que he dicho demasiado… -Exclamo dejando escapar desde su boca una ligera carcajada, observando cómo se comenzaba a adentrar al interior de una tienda de lencería femenina hasta llegar a la zona de los probadores, como si de un niño pequeño se tratase acepto su propuesta, terminando por sentarse en lo que parecía ser un sofá para los que debían esperar…
Invitado- Invitado
Re: Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
“Compañía duradera...”
Era gracioso escucharle decir eso al tiempo que expresaba su deseo de no ser limitado por una mujer, ya que una relación normal con una implicaba mucho mas que ser limitado. Por suerte, a Angelina no le interesaba controlar a nadie, y mucho menos al hombre que la había sacado del mercado, aún cuando había leído su ficha, su pasado... Oh, claro, debía preguntarle hasta donde sabía.
Cuando se perdió dentro del probador se desprendió de aquel pañuelo atado a la cintura, aún húmedo, y lo dejó colgado en uno de los ganchos de al lado; al igual que hizo con aquel pequeño top. Aún tenía el cuerpo ligeramente mojado, al igual que el largo cabello, y le resultaba incómodo tener que vestirse de aquella manera. Al menos sabía que tras aquello podría darse una buena ducha y dormir en una cama mullida. Miró hacia la cortina que le separaba del albino, sonrió y se puso las primeras prendas de ropa, ajustándose bien en pantalón a media cadera y colocándose la camisa sin la ropa interior para evitar mojarla mas. Después corrió la cortina y dio dos pasos fuera, hacia el sofá.
Angy era alta y tenía un cuerpo fibroso, algo que se recalcaba teniendo un vaquero que dejaba al descubierto casi todas sus ingles. La camisa de tela fina, blanca y con un escote que podría considerarse descarado hacía que se marcasen perfectamente los pezones, erguidos ante el frío que suponía seguir calada hasta los huesos. Dio una vuelta, como mostrandole el género y que opinara, si le interesaba, sobre él.
-¿A que te dedicas, Mike? -le preguntó. Estando en el fondo de la tienda, respaldados por la ropa gruesa de invierno y sin nadie mas al rededor era seguro hablar de cosas que puede que no quisieran hacer demasiado públicas- No se de cuanta información disponga la red ilegal del Mercado Negro, pero la verdad es que tengo un ligero problema con la ley -metió los pulgares dentro del pantalón, a ambos lados de la cadera en una pose casual, mientras le miraba con aquellos ojos seductores, acechantes y libidinosos-, así que si por un casual perteneces a ella nos divertiremos mucho jugando a ver quien pilla a quien~
Dio otra vuelta y contoneándose volvió al probador, corriendo la cortina de un gesto de muñeca. Cogió el cinturón grueso y se lo puso, quitándose la camisa blanca y cogiendo la semitransparente. Se la puso, mirándose al espejo. Aquello rebelaba demasiado no teniendo sostén puesto. Volvió a salir, escuchando en todo momento lo que fuera que el otro dijese. Le miró, ladeando la cabeza, volviendo a dirigirse hacia él.
-No seré yo la que te “limite” -contestó a sus anteriores palabras-. Por lo tanto, espero que tampoco me limites tu. Tengo demasiadas cosas que hacer en este país como para quedarme simplemente de piernas abiertas frente a un hombre -pareció pensárselo-. Aunque la idea suena tentadora~ -llegó frente a él, inclinándose, apoyándose en ambos brazos del sofá hasta quedar a poca distancia de su rostro. Si quería compañía duradera, se la daría. Después de todo estaba especializada en ello. Pero también quería poder investigando el paradero de su antiguo y joven amo, al menos para verificar que seguía con vida y de paso, si era posible, cargarse a los que habían lidiado con la familia que la había acogido años atrás. Puede que tuviese suerte y Michael se prestase a hacer equipo con ella. Aquel hombre tenía cara de no ser un simple oficinista de turno...
-Entonces -volvió a hablar, acercándose un poco mas- ¿me queda bien esto~? -rió suavemente.
Era gracioso escucharle decir eso al tiempo que expresaba su deseo de no ser limitado por una mujer, ya que una relación normal con una implicaba mucho mas que ser limitado. Por suerte, a Angelina no le interesaba controlar a nadie, y mucho menos al hombre que la había sacado del mercado, aún cuando había leído su ficha, su pasado... Oh, claro, debía preguntarle hasta donde sabía.
Cuando se perdió dentro del probador se desprendió de aquel pañuelo atado a la cintura, aún húmedo, y lo dejó colgado en uno de los ganchos de al lado; al igual que hizo con aquel pequeño top. Aún tenía el cuerpo ligeramente mojado, al igual que el largo cabello, y le resultaba incómodo tener que vestirse de aquella manera. Al menos sabía que tras aquello podría darse una buena ducha y dormir en una cama mullida. Miró hacia la cortina que le separaba del albino, sonrió y se puso las primeras prendas de ropa, ajustándose bien en pantalón a media cadera y colocándose la camisa sin la ropa interior para evitar mojarla mas. Después corrió la cortina y dio dos pasos fuera, hacia el sofá.
Angy era alta y tenía un cuerpo fibroso, algo que se recalcaba teniendo un vaquero que dejaba al descubierto casi todas sus ingles. La camisa de tela fina, blanca y con un escote que podría considerarse descarado hacía que se marcasen perfectamente los pezones, erguidos ante el frío que suponía seguir calada hasta los huesos. Dio una vuelta, como mostrandole el género y que opinara, si le interesaba, sobre él.
-¿A que te dedicas, Mike? -le preguntó. Estando en el fondo de la tienda, respaldados por la ropa gruesa de invierno y sin nadie mas al rededor era seguro hablar de cosas que puede que no quisieran hacer demasiado públicas- No se de cuanta información disponga la red ilegal del Mercado Negro, pero la verdad es que tengo un ligero problema con la ley -metió los pulgares dentro del pantalón, a ambos lados de la cadera en una pose casual, mientras le miraba con aquellos ojos seductores, acechantes y libidinosos-, así que si por un casual perteneces a ella nos divertiremos mucho jugando a ver quien pilla a quien~
Dio otra vuelta y contoneándose volvió al probador, corriendo la cortina de un gesto de muñeca. Cogió el cinturón grueso y se lo puso, quitándose la camisa blanca y cogiendo la semitransparente. Se la puso, mirándose al espejo. Aquello rebelaba demasiado no teniendo sostén puesto. Volvió a salir, escuchando en todo momento lo que fuera que el otro dijese. Le miró, ladeando la cabeza, volviendo a dirigirse hacia él.
-No seré yo la que te “limite” -contestó a sus anteriores palabras-. Por lo tanto, espero que tampoco me limites tu. Tengo demasiadas cosas que hacer en este país como para quedarme simplemente de piernas abiertas frente a un hombre -pareció pensárselo-. Aunque la idea suena tentadora~ -llegó frente a él, inclinándose, apoyándose en ambos brazos del sofá hasta quedar a poca distancia de su rostro. Si quería compañía duradera, se la daría. Después de todo estaba especializada en ello. Pero también quería poder investigando el paradero de su antiguo y joven amo, al menos para verificar que seguía con vida y de paso, si era posible, cargarse a los que habían lidiado con la familia que la había acogido años atrás. Puede que tuviese suerte y Michael se prestase a hacer equipo con ella. Aquel hombre tenía cara de no ser un simple oficinista de turno...
-Entonces -volvió a hablar, acercándose un poco mas- ¿me queda bien esto~? -rió suavemente.
Invitado- Invitado
Re: Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
Ahora simplemente no hacía más que esperar a que la Fémina terminase de cambiarse para ir algún otro sitio, aunque estar en aquel lugar era meramente placentero, sus ojos podían observar claramente todo tipo de prenda que hubiese colgada a su alrededor, más que nada sus dos orbes se postraban sobre la fina lencería femenina, comenzaba a idear varias cosas dentro de su cabeza, tenía una idea, quería hacer que la mujer se probase aquella ropa frente a él, pero por alguna razón no se atrevía a hablarle sobre ello a la Tigresa, seguramente porque ya había hablado demasiado, y le desagradaba agobiar a la gente con sus comentarios, aun si estos fuesen tontos o inteligentes, por un instante se quedo sentado sobre el sofá a la espera de su acompañante, sus dos brazos reposaban plácidamente sobre las posaderas de aquel sillón, su cuerpo se encontraba completamente relajado, una extraña sensación que desde hace algún tiempo no había sentido, un leve suspiro se escapo de su boca debido a el nerviosismo que le provocaba el esperar a la Mujer, ladeaba su rostro de un lado hacia a otro observando por alguna razón si alguien se acercaba, aunque desconocía el por qué de aquello, claramente no estaban haciendo algo malo, solo era la pervertida mente del Amo quien simulaba varias cosas dentro de su cabeza.
De nueva cuenta ladeo su rostro hacia el frente, observando ahora como lentamente la cortina corrediza comenzaba a hacerse hacia a un lado por el acto de entrada de su acompañante, el rostro del peli blanco se quedo estupefacto al observar la bien formada figura de la fémina, de abajo hacia arriba los orbes de aquel sujeto delineaban lentamente su cuerpo, iniciando por sus piernas, quedándose perdido por leves segundos en la zona de su entrepierna, suspiro nuevamente para continuar observando, pudiendo divisar con claridad lo erecto de sus pezones, entrecerró sus ojos dando gracias por estar viendo aquello, apretó ligeramente sus puños, puesto que aquella situación le hacía ponerse un tanto hiperactivo, aun perdido en el cuerpo de la fémina no dejaba de escuchar lo que ella mencionaba, aquel primer comentario le hizo salir de sus pensamientos para poder responder meditando con anterioridad lo que diría…-¿A que me dedico?... –Repitió lo que había dicho con un tono de voz ligeramente interrogante, desconocía que le respondería, tenía que idear algún empleo que se adecuara a su personalidad, pero que no fuese demasiado común…-Pues digamos que trabajo para el Gobierno… -Mascullo con levedad sin dejar de verle, observando ahora como se dirigía al probador para salir con una nueva prenda cubriendo la parte alta de su cuerpo.
-Je… Descuida… eso no pasara… -Argumento moviendo ligeramente su cuerpo para acomodarse ahora de distinta forma en el sofá, abriendo ligeramente sus piernas y echando su cabeza un poco hacia atrás…-Aunque después de tu primera vez conmigo, presiento que querrás estar así mucho tiempo….-Sin duda le gustaba vanagloriarse a sí mismo y más cuando se trataba del sexo, soltó una pequeña carcajada tras mencionar aquello, no se quería ver tan arrogante, simplemente quería añadir un poco de picardía a su conversación…-Hee… Claro que se te bien… Aunque… -Ladeo ligeramente su cabeza tras haberle observado nuevamente, levantándose ahora del sofá para coger un par de prendas que se encontraban cerca, hecho una rápida mirada a la vestimenta y al cuerpo de la fémina para terminar por asentir con la cabeza un par de veces dirigiéndose hacia donde ella…-Creo que el Cuero se vería bien en ti… -Menciono acomodándose frente a ella entregando con su diestra la prenda que había tomado...-¿Te gustaría modelarla para mí?...-Realmente no era alguien que pidiera las cosas, aunque ahora, si quería que aquello sucediese tendría que hacerlo de esa manera…-Por cierto, no te limites, puedes tomar lo que quieras… -Suspiro un poco acomodándose nuevamente sobre el sofá, observando de abajo hacia arriba su cuerpo, sus ojos prácticamente la desnudaban con la mirada.
De nueva cuenta ladeo su rostro hacia el frente, observando ahora como lentamente la cortina corrediza comenzaba a hacerse hacia a un lado por el acto de entrada de su acompañante, el rostro del peli blanco se quedo estupefacto al observar la bien formada figura de la fémina, de abajo hacia arriba los orbes de aquel sujeto delineaban lentamente su cuerpo, iniciando por sus piernas, quedándose perdido por leves segundos en la zona de su entrepierna, suspiro nuevamente para continuar observando, pudiendo divisar con claridad lo erecto de sus pezones, entrecerró sus ojos dando gracias por estar viendo aquello, apretó ligeramente sus puños, puesto que aquella situación le hacía ponerse un tanto hiperactivo, aun perdido en el cuerpo de la fémina no dejaba de escuchar lo que ella mencionaba, aquel primer comentario le hizo salir de sus pensamientos para poder responder meditando con anterioridad lo que diría…-¿A que me dedico?... –Repitió lo que había dicho con un tono de voz ligeramente interrogante, desconocía que le respondería, tenía que idear algún empleo que se adecuara a su personalidad, pero que no fuese demasiado común…-Pues digamos que trabajo para el Gobierno… -Mascullo con levedad sin dejar de verle, observando ahora como se dirigía al probador para salir con una nueva prenda cubriendo la parte alta de su cuerpo.
-Je… Descuida… eso no pasara… -Argumento moviendo ligeramente su cuerpo para acomodarse ahora de distinta forma en el sofá, abriendo ligeramente sus piernas y echando su cabeza un poco hacia atrás…-Aunque después de tu primera vez conmigo, presiento que querrás estar así mucho tiempo….-Sin duda le gustaba vanagloriarse a sí mismo y más cuando se trataba del sexo, soltó una pequeña carcajada tras mencionar aquello, no se quería ver tan arrogante, simplemente quería añadir un poco de picardía a su conversación…-Hee… Claro que se te bien… Aunque… -Ladeo ligeramente su cabeza tras haberle observado nuevamente, levantándose ahora del sofá para coger un par de prendas que se encontraban cerca, hecho una rápida mirada a la vestimenta y al cuerpo de la fémina para terminar por asentir con la cabeza un par de veces dirigiéndose hacia donde ella…-Creo que el Cuero se vería bien en ti… -Menciono acomodándose frente a ella entregando con su diestra la prenda que había tomado...-¿Te gustaría modelarla para mí?...-Realmente no era alguien que pidiera las cosas, aunque ahora, si quería que aquello sucediese tendría que hacerlo de esa manera…-Por cierto, no te limites, puedes tomar lo que quieras… -Suspiro un poco acomodándose nuevamente sobre el sofá, observando de abajo hacia arriba su cuerpo, sus ojos prácticamente la desnudaban con la mirada.
Invitado- Invitado
Re: Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
Como pensaba; su estancia con aquel hombre sería por mas que interesante. En cuanto la ley la identificase no tardarían en ir tras ella, como le pasaba antes de entrar al Mercado, por lo que tendría que utilizar toda su astucia para que no la molestasen demasiado. Había conseguido tener al lado a alguien que trabajaba en el bando “enemigo” -por decir lo de alguna forma-, así que si hacía las cosas bien podrían o trabajar juntos o sacarle cierta información sobre lo ocurrido hace años en la mansión de sus anteriores amos.
Se enderezó cuando escuchó sus palabras, en especial una frase que le hizo soltar una baja y larga exclamación, como sospesando que tan bueno era aquel albino en la cama.
-Cuanta seguridad en ti mismo -lo miró de arriba a abajo, imitando en cierta forma su manera de mirarla a ella. Era atractivo, tenía buen cuerpo y una mirada penetrante, perversa e intuía que con mucha imaginación. Alargando los labios, se fijó en su entrepierna, volviendo a su rostro cuando se levantó a buscarle mas ropa. De un rápido vistazo, observó la tienda. Había una pareja mirando prendas cogidos del brazo en la sección de al lado y algunas mujeres recorriendo los alrededores. Poco le importaba, ya que después de todo había ido hasta allí con aquel top diminuto que realmente no tapaba demasiado; mucho menos estando mojado.
Miró la prenda que le había traído: un vestido corto, abierto por los lados y adornado con cadenas finas. Se veía elástico, pero estrecho, capaz de marcarle hasta la última fibra del cuerpo. Sonrió y lo cogió. Con aquello no podría moverse como quisiera, aunque si le serviría para ocasiones en las que no tuviese precisamente que huir o enfrentar gente.
-Cuero, ¿eh? En la próxima tienda te veo comprándome un corset y un látigo -rió, mirando a su alrededor antes de caminar a su derecha, cogiendo del estante de cristal un cazado acorde con aquel traje. Luego volvió, con otro contoneo, al vestidor, corriendo la cortina. Se miró al espejo, y con tranquilidad se desnudó, colocó la ropa que llevaba puesta en el montón que si iba a llevarse y cogió aquel vestido negro brillante, con las aperturas que el propio top con el que había salido del Mercado. Con una perniciosa idea en la cabeza, miró hacia atrás, donde intuía a aquel hombre sentado en el sofá. Luego volvió a su propio reflejo...
… Momentos después, la cortina volvía a apartarse para dejar ver a la morena con aquella pieza, corta, ceñida y provocadora, que delineaba perfectamente todo su cuerpo. Desde resaltar su gran delantera hasta su cintura y el comienzo de sus muslos. Era una pieza corta con un gran escote, recalcando por sobre el material similar a vinilo su bien formado abdomen. Llevaba puestos los tacones que había elegido, color negro y con tiras que le cubrían por sobre el pié antes de dejarlo descubierto hasta el tobillo, donde salían otras dos tiras, aún sin abrochar.
Dio unos pasos al frente, sin dejar de mirarle, dando una vuelta para que tuviera una vista perfecta de su espalda, igualmente destapada, y como se le marcaba perfectamente el trasero y el hecho innegable de que no se hubiera puesto la ropa interior; pues los hilos no se notaban por ninguna parte.
-Bastante corto, ¿no crees? -volvió a girarse, acercándose y alzando una pierna hasta el brazo del sofá para abrocharse los tacones, dejando ver que efectivamente no llevaba bragas-. Me gusta. No hay necesidad de apartar mucha ropa para hacerlo -bajó la pierna, despacio, y subió la otra para repetir el proceso-. Podríamos follar en cualquier parte. En un baño público, en el tren de camino a casa... -nombró con suavidad, como si estuviera degustando las escenas una por una. De hecho, eran dos cosas que le gustaría probar, aún cuando el otro tuviese coche-. Creo que tu gusto por la ropa de este tipo sería para cosas así, ¿verdad, Mike? Porque no me negaría~
Flexionó la pierna que tenía en el brazo del sillón, apoyando en este la rodilla para tener un mayor acercamiento hacia el albino. Miró de reojo tras él, y el único que al parecer se había dado cuenta de la escena era el chico que había visto del brazo de su novia momentos antes. Entornó los ojos y bajó la cabeza, dando de frente con el rostro del otro. Bajando, entreabrió los labios y mordió su inferior, tirando de él.
-¿Por que no vienes al probador y me ayudas con la cremallera? -murmuró. Aquella pieza no tenía cremallera alguna- O puedes esperar a frotarme la espalda en la ducha~
Se enderezó cuando escuchó sus palabras, en especial una frase que le hizo soltar una baja y larga exclamación, como sospesando que tan bueno era aquel albino en la cama.
-Cuanta seguridad en ti mismo -lo miró de arriba a abajo, imitando en cierta forma su manera de mirarla a ella. Era atractivo, tenía buen cuerpo y una mirada penetrante, perversa e intuía que con mucha imaginación. Alargando los labios, se fijó en su entrepierna, volviendo a su rostro cuando se levantó a buscarle mas ropa. De un rápido vistazo, observó la tienda. Había una pareja mirando prendas cogidos del brazo en la sección de al lado y algunas mujeres recorriendo los alrededores. Poco le importaba, ya que después de todo había ido hasta allí con aquel top diminuto que realmente no tapaba demasiado; mucho menos estando mojado.
Miró la prenda que le había traído: un vestido corto, abierto por los lados y adornado con cadenas finas. Se veía elástico, pero estrecho, capaz de marcarle hasta la última fibra del cuerpo. Sonrió y lo cogió. Con aquello no podría moverse como quisiera, aunque si le serviría para ocasiones en las que no tuviese precisamente que huir o enfrentar gente.
-Cuero, ¿eh? En la próxima tienda te veo comprándome un corset y un látigo -rió, mirando a su alrededor antes de caminar a su derecha, cogiendo del estante de cristal un cazado acorde con aquel traje. Luego volvió, con otro contoneo, al vestidor, corriendo la cortina. Se miró al espejo, y con tranquilidad se desnudó, colocó la ropa que llevaba puesta en el montón que si iba a llevarse y cogió aquel vestido negro brillante, con las aperturas que el propio top con el que había salido del Mercado. Con una perniciosa idea en la cabeza, miró hacia atrás, donde intuía a aquel hombre sentado en el sofá. Luego volvió a su propio reflejo...
… Momentos después, la cortina volvía a apartarse para dejar ver a la morena con aquella pieza, corta, ceñida y provocadora, que delineaba perfectamente todo su cuerpo. Desde resaltar su gran delantera hasta su cintura y el comienzo de sus muslos. Era una pieza corta con un gran escote, recalcando por sobre el material similar a vinilo su bien formado abdomen. Llevaba puestos los tacones que había elegido, color negro y con tiras que le cubrían por sobre el pié antes de dejarlo descubierto hasta el tobillo, donde salían otras dos tiras, aún sin abrochar.
Dio unos pasos al frente, sin dejar de mirarle, dando una vuelta para que tuviera una vista perfecta de su espalda, igualmente destapada, y como se le marcaba perfectamente el trasero y el hecho innegable de que no se hubiera puesto la ropa interior; pues los hilos no se notaban por ninguna parte.
-Bastante corto, ¿no crees? -volvió a girarse, acercándose y alzando una pierna hasta el brazo del sofá para abrocharse los tacones, dejando ver que efectivamente no llevaba bragas-. Me gusta. No hay necesidad de apartar mucha ropa para hacerlo -bajó la pierna, despacio, y subió la otra para repetir el proceso-. Podríamos follar en cualquier parte. En un baño público, en el tren de camino a casa... -nombró con suavidad, como si estuviera degustando las escenas una por una. De hecho, eran dos cosas que le gustaría probar, aún cuando el otro tuviese coche-. Creo que tu gusto por la ropa de este tipo sería para cosas así, ¿verdad, Mike? Porque no me negaría~
Flexionó la pierna que tenía en el brazo del sillón, apoyando en este la rodilla para tener un mayor acercamiento hacia el albino. Miró de reojo tras él, y el único que al parecer se había dado cuenta de la escena era el chico que había visto del brazo de su novia momentos antes. Entornó los ojos y bajó la cabeza, dando de frente con el rostro del otro. Bajando, entreabrió los labios y mordió su inferior, tirando de él.
-¿Por que no vienes al probador y me ayudas con la cremallera? -murmuró. Aquella pieza no tenía cremallera alguna- O puedes esperar a frotarme la espalda en la ducha~
- Spoiler:
- Visual de la ropa x///D
Invitado- Invitado
Re: Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
Al parecer la mujer tenía algunos problemas con la justicia, relativamente a Michael eso le daba igual, no temía por meterse en problemas, le parecía más interesante preocuparse por otros asuntos que el preocuparse o angustiarse por ser atrapado por algún oficial o algo similar, después de todo, gracias a sus contactos podría entrar y salir de prisión con completa y absoluta confianza, tal como si fuese el dueño de la misma, por ende, si la fémina tenía algún tipo de problema, fácilmente podría ayudarle, claro, siempre y cuando después quisiese cooperar con él.
Tal parecía que su anterior comentario respecto al sexo le había sacado a la mujer una extraña expresión, no espero mas, simplemente se dedico a soltar una leve risilla al escucharle, llevando lentamente ambas manos a la zona de su nuca, sobándola tan solo un poco intentando no parecer alguna clase de idiota o algo parecido…-Claro… si nadie me alaba... Es obvio que tengo que hacerlo yo mismo…-Contesto ante su comentario con un tono de voz ligeramente bajo, al parecer, después de todo el estar con aquella mujer le resultaría completamente agradable, su mirada reflejaba varias cosas, cosas que sin duda el pelo blanco podía captar con una simple vista rápida a sus orbes.
Nuevamente su vista se postro sobre el bien formado cuerpo de la morocha, examinándolo de abajo hacia arriba, observando de manera descarada sus pechos para después girar su vista hacia el vestido que recientemente le había proporcionado, entre cerro sus ojos lentamente, imaginándose el cómo se vería con aquel sexy atuendo de cuero, relamió pausadamente sus labios, aquella visión sin duda le había parecido agradar en exceso…-Descuida, después iremos por unas Sogas… unos cuantos “Juguetes” y algunas otras cosas… -Mascullo para continuar después…-Como puedes darte cuenta… aun actuó como un niño.. Me gusta juguetear con “Juguetes”... Y… ahora mismo no tengo ninguno en casa...-Termino por hablar por un leve instante, dejando escapar desde su boca una ligera carcajada, sin duda alguna el tono de voz con que había dicho aquello era algo serio, aunque así mismo tranquilo y algo pícaro, o más que pícaro, completamente descarado y sin vergüenza alguna.
Segundos más tarde la mujer se volvió hacia el vestidor, una extraña sonrisa picara se dibujo en su rostro, la espera era agobiante y tardada, aunque sin duda valdría la pena, relamió sus labios una y otra vez, acomodando sus dos manos hacia las re cargaderas del sofá, su cuerpo se destenso, arqueándose ligeramente para reclinarse de otra manera sobre el sillón…-¿Por qué tardara tanto?... –Se pregunto para el mismo, sus ojos no tuvieron oportunidad de girarse hacia algún otro lugar, fue en ese preciso instante en que la cortina comenzó a moverse nuevamente, de igual manera a como hace algunos minutos la morocha termino por salir de aquel lugar, sin duda alguna su cuerpo resaltaba de manera exquisita sobre aquel vestido, los orbes de Michael no podían dejar de ver su figura, le seguían de un lado hacia a otro perdiéndose de lo que sucedía a su alrededor.
-Valla que eres una descarada… provocándome de esta manera… -Frunció ligeramente el ceño aunque de manera complaciente, sin duda aquella mujer seria perfecta para jugar, sus ojos se postraron de manera descarada sobre sus piernas, guiándose por el contorno de estas mismas hasta el interior de su vestido, repitiendo esto mismo con su otra pierna. Sus oídos se postraban a escuchar lo que la fémina mencionaba…-Pues… Si… precisamente para eso es…-Guiño un ojo de manera provocativa, terminando por acomodarse de nueva cuenta sobre el sofá.
-Oh... Claro que te ayudo… -Sus palabras llevaban aquel usual y característico tono de voz con el que en ocasiones tendía a referirse, lentamente se levanto del sofá siguiéndole, sus dos ojos seguían el contoneo de su cuerpo, postrándose especialmente sobre sus dos nalgas, estando dentro basto con mover su diestra para cerrar la cortina, el cubículo era especialmente pequeño, aunque perfecto para que ambos cupiesen y pudieran moverse sin dificultades, en el rostro de Mike una sonrisa nuevamente se formo, sin perder tiempo arrincono el cuerpo de la mujer contra la pared, tomando ambas manos para sujetarlas con algo de fuerza, su penetrante mirada se guio hasta sus ojos y rostro…-¿Te gusta Jugar?... –Murmuro inclinando su boca lentamente a sus oído derecho…-Vamos a Jugar… -Susurro de nueva cuenta, ahora ambas manos se fueron guiando alrededor de todo el cuerpo femenino, como si lo estuviese examinando o algo similar, sus manos no dejaban de palpar con rapidez el contorno de su figura, postrándose al final del recorrido sobre sus hermosos y redondos senos…-Ara…¿Qué tenemos aquí?... –Mordió con suavidad su propio labio inferior, para seguidamente abrir las piernas de la mujer con una de las suyas, sobando su rodilla directamente contra su intimidad por encima del vestido de cuero, de manera rítmica sus manos se frotaban contra sus pechos, estrujándolos, manoseándolos de cierta manera vulgar y lujuriosa.
Tal parecía que su anterior comentario respecto al sexo le había sacado a la mujer una extraña expresión, no espero mas, simplemente se dedico a soltar una leve risilla al escucharle, llevando lentamente ambas manos a la zona de su nuca, sobándola tan solo un poco intentando no parecer alguna clase de idiota o algo parecido…-Claro… si nadie me alaba... Es obvio que tengo que hacerlo yo mismo…-Contesto ante su comentario con un tono de voz ligeramente bajo, al parecer, después de todo el estar con aquella mujer le resultaría completamente agradable, su mirada reflejaba varias cosas, cosas que sin duda el pelo blanco podía captar con una simple vista rápida a sus orbes.
Nuevamente su vista se postro sobre el bien formado cuerpo de la morocha, examinándolo de abajo hacia arriba, observando de manera descarada sus pechos para después girar su vista hacia el vestido que recientemente le había proporcionado, entre cerro sus ojos lentamente, imaginándose el cómo se vería con aquel sexy atuendo de cuero, relamió pausadamente sus labios, aquella visión sin duda le había parecido agradar en exceso…-Descuida, después iremos por unas Sogas… unos cuantos “Juguetes” y algunas otras cosas… -Mascullo para continuar después…-Como puedes darte cuenta… aun actuó como un niño.. Me gusta juguetear con “Juguetes”... Y… ahora mismo no tengo ninguno en casa...-Termino por hablar por un leve instante, dejando escapar desde su boca una ligera carcajada, sin duda alguna el tono de voz con que había dicho aquello era algo serio, aunque así mismo tranquilo y algo pícaro, o más que pícaro, completamente descarado y sin vergüenza alguna.
Segundos más tarde la mujer se volvió hacia el vestidor, una extraña sonrisa picara se dibujo en su rostro, la espera era agobiante y tardada, aunque sin duda valdría la pena, relamió sus labios una y otra vez, acomodando sus dos manos hacia las re cargaderas del sofá, su cuerpo se destenso, arqueándose ligeramente para reclinarse de otra manera sobre el sillón…-¿Por qué tardara tanto?... –Se pregunto para el mismo, sus ojos no tuvieron oportunidad de girarse hacia algún otro lugar, fue en ese preciso instante en que la cortina comenzó a moverse nuevamente, de igual manera a como hace algunos minutos la morocha termino por salir de aquel lugar, sin duda alguna su cuerpo resaltaba de manera exquisita sobre aquel vestido, los orbes de Michael no podían dejar de ver su figura, le seguían de un lado hacia a otro perdiéndose de lo que sucedía a su alrededor.
-Valla que eres una descarada… provocándome de esta manera… -Frunció ligeramente el ceño aunque de manera complaciente, sin duda aquella mujer seria perfecta para jugar, sus ojos se postraron de manera descarada sobre sus piernas, guiándose por el contorno de estas mismas hasta el interior de su vestido, repitiendo esto mismo con su otra pierna. Sus oídos se postraban a escuchar lo que la fémina mencionaba…-Pues… Si… precisamente para eso es…-Guiño un ojo de manera provocativa, terminando por acomodarse de nueva cuenta sobre el sofá.
-Oh... Claro que te ayudo… -Sus palabras llevaban aquel usual y característico tono de voz con el que en ocasiones tendía a referirse, lentamente se levanto del sofá siguiéndole, sus dos ojos seguían el contoneo de su cuerpo, postrándose especialmente sobre sus dos nalgas, estando dentro basto con mover su diestra para cerrar la cortina, el cubículo era especialmente pequeño, aunque perfecto para que ambos cupiesen y pudieran moverse sin dificultades, en el rostro de Mike una sonrisa nuevamente se formo, sin perder tiempo arrincono el cuerpo de la mujer contra la pared, tomando ambas manos para sujetarlas con algo de fuerza, su penetrante mirada se guio hasta sus ojos y rostro…-¿Te gusta Jugar?... –Murmuro inclinando su boca lentamente a sus oído derecho…-Vamos a Jugar… -Susurro de nueva cuenta, ahora ambas manos se fueron guiando alrededor de todo el cuerpo femenino, como si lo estuviese examinando o algo similar, sus manos no dejaban de palpar con rapidez el contorno de su figura, postrándose al final del recorrido sobre sus hermosos y redondos senos…-Ara…¿Qué tenemos aquí?... –Mordió con suavidad su propio labio inferior, para seguidamente abrir las piernas de la mujer con una de las suyas, sobando su rodilla directamente contra su intimidad por encima del vestido de cuero, de manera rítmica sus manos se frotaban contra sus pechos, estrujándolos, manoseándolos de cierta manera vulgar y lujuriosa.
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Re: Buscando Algo Para Ti... [Priv. Angy Jacques]
Lo único que estaba siendo descarado de la tigresa en aquellos momentos era el hecho de no sentirse aludida para nada. Hacía las cosas como si fuera por casualidad; tanto el provocarlo como el contonearse de camino al vestidor. Era como un movimiento espontáneo que le salía sin mucha necesidad de fingirlo; quizás ya habituada a su antiguo trabajo como cortesana. Había perdido la cuenta de cuantas veces había utilizado los mismos trucos para engatusar y sacar información a los clientes que venían al Club; lo cual a la larga acababa aburriéndola. Sobre todo si todos eran demasiado flojos para seguirle el ritmo.
Sin embargo, Michael era diferente. A parte de ser joven era atractivo, con ímpetu y no tenía especial interés en sacarle datos sobre el paradero de su Joven señor. Si se aliaba con él podría acceder a donde quisiera mas tarde, aunque sinceramente no tuviese ninguna prisa. En aquel instante solo le sentía detrás, siguiéndola, para momentos después notar el calor de su cuerpo y las travesuras de sus manos y sus gestos corporales. En el Mercado negro era tratada mas como un juguete de exhibición, pero nunca llegaron a hacer mas de lo necesario. Que le tocase y tuviera claras intenciones de traspasar los límites de la fina ropa la encendía, y a su vez la tentaba a tomar las riendas de la situación. Sería demasiado divertido ver como se las apañaba si quisiera mandar...
-Mas que jugar, me gusta divertirme -sonrió, con los ojos fijos en los del otro, con una mirada brillante y analítica, como si estuviese a la caza de una presa especialmente deliciosa-. ¿No quieres divertirte conmigo, Mike? Al parecer tienes mucha imaginación~
Notaba el roce de su pantalón y la presión de su rodilla y su muslo en su entrepierna, desprovista de ropa interior. Abrió las piernas, acomodándose y apoyando la espalda en la pared, junto al espejo, mientras sentía también sus manos, la fricción de la tela y sus dedos en su pecho, haciéndola suspirar imperceptiblemente. Miró hacia abajo, y fue demasiado evidente el como sus pezones se endurecían, haciendo que el cuero los delinease casi de forma obscena. Luego miró a su amo, levantando las manos para posarlas tras su nuca, empujándole hacia delante. Se relamió los labios antes de pasar la lengua, levemente rasposa, por los del otro, clavandole los colmillos en el inferior antes de tirar de él. Lamió su mentón y una de sus comisuras, moviendo la cadera, sirviéndose de aquella pierna tan bien ubicada para poder auto masturbarse con lentitud, soltando un ronroneo. Ni él podía esperar a llegar a las duchas ni ella tenía la moral de detenerle. Le daba un poco igual el lugar; aunque no podía evitar seguir y seguir tentándole, provocarlo y quizás sacarlo de sus casillas. Sabía por experiencia que los hombres funcionaban -al menos la mayoría- mejor teniendo el aliciente del enfado encima. O al menos teniendo las ganas de someter y dominar.
Tomándole de la pechera de la camisa se dio media vuelta, arrastrándole consigo. De un golpe sordo quedó al otro lado del diminuto cubículo, con las posiciones cambiadas. Angelina no es que fuera precisamente baja de estatura, y casi podría igualar al chico que ahora tenía acorralado contra la pared. Tomó sus manos y las levantó sobre su cabeza, sujetándolas sin fuerza opresora. Llevó sus labios a su boca y le besó, queriendo sentir su lengua frotándose contra la suya antes de desviar su atención a su cuello, el cual mordisqueó y lamió, sintiendo el latir de su pulso. Imitándole, levantó la rodilla y la pegó a sus bajos, al igual que hizo luego con el resto de su cuerpo. Bajó lentamente por sus manos, acariciando con los dedos la palma antes de delinear sus brazos, su cadera y desviar una de ellas hacia sus cuartos traseros para apretarlos y acariciarlos.
-Veamos que tienes para mi -comentó, desbotonando hábilmente el pantalón y bajando después la cremallera, colando la mano dentro para agarrar y sentir su polla por sobre la ropa interior, utilizando una de sus largas piernas para abrir algo mas las suyas. Su pecho seguía frotándose contra él, haciendo endurecer sus pezones, sintiéndolos sensibilizados y con demasiadas ganas de un toque mucho mas rudo. Apretó una de sus nalgas, mientras el calor que desprendía la entrepierna ajena le hacía desear metésela en la boca para sentir luego como progresivamente iba endureciéndose.
Sin embargo, Michael era diferente. A parte de ser joven era atractivo, con ímpetu y no tenía especial interés en sacarle datos sobre el paradero de su Joven señor. Si se aliaba con él podría acceder a donde quisiera mas tarde, aunque sinceramente no tuviese ninguna prisa. En aquel instante solo le sentía detrás, siguiéndola, para momentos después notar el calor de su cuerpo y las travesuras de sus manos y sus gestos corporales. En el Mercado negro era tratada mas como un juguete de exhibición, pero nunca llegaron a hacer mas de lo necesario. Que le tocase y tuviera claras intenciones de traspasar los límites de la fina ropa la encendía, y a su vez la tentaba a tomar las riendas de la situación. Sería demasiado divertido ver como se las apañaba si quisiera mandar...
-Mas que jugar, me gusta divertirme -sonrió, con los ojos fijos en los del otro, con una mirada brillante y analítica, como si estuviese a la caza de una presa especialmente deliciosa-. ¿No quieres divertirte conmigo, Mike? Al parecer tienes mucha imaginación~
Notaba el roce de su pantalón y la presión de su rodilla y su muslo en su entrepierna, desprovista de ropa interior. Abrió las piernas, acomodándose y apoyando la espalda en la pared, junto al espejo, mientras sentía también sus manos, la fricción de la tela y sus dedos en su pecho, haciéndola suspirar imperceptiblemente. Miró hacia abajo, y fue demasiado evidente el como sus pezones se endurecían, haciendo que el cuero los delinease casi de forma obscena. Luego miró a su amo, levantando las manos para posarlas tras su nuca, empujándole hacia delante. Se relamió los labios antes de pasar la lengua, levemente rasposa, por los del otro, clavandole los colmillos en el inferior antes de tirar de él. Lamió su mentón y una de sus comisuras, moviendo la cadera, sirviéndose de aquella pierna tan bien ubicada para poder auto masturbarse con lentitud, soltando un ronroneo. Ni él podía esperar a llegar a las duchas ni ella tenía la moral de detenerle. Le daba un poco igual el lugar; aunque no podía evitar seguir y seguir tentándole, provocarlo y quizás sacarlo de sus casillas. Sabía por experiencia que los hombres funcionaban -al menos la mayoría- mejor teniendo el aliciente del enfado encima. O al menos teniendo las ganas de someter y dominar.
Tomándole de la pechera de la camisa se dio media vuelta, arrastrándole consigo. De un golpe sordo quedó al otro lado del diminuto cubículo, con las posiciones cambiadas. Angelina no es que fuera precisamente baja de estatura, y casi podría igualar al chico que ahora tenía acorralado contra la pared. Tomó sus manos y las levantó sobre su cabeza, sujetándolas sin fuerza opresora. Llevó sus labios a su boca y le besó, queriendo sentir su lengua frotándose contra la suya antes de desviar su atención a su cuello, el cual mordisqueó y lamió, sintiendo el latir de su pulso. Imitándole, levantó la rodilla y la pegó a sus bajos, al igual que hizo luego con el resto de su cuerpo. Bajó lentamente por sus manos, acariciando con los dedos la palma antes de delinear sus brazos, su cadera y desviar una de ellas hacia sus cuartos traseros para apretarlos y acariciarlos.
-Veamos que tienes para mi -comentó, desbotonando hábilmente el pantalón y bajando después la cremallera, colando la mano dentro para agarrar y sentir su polla por sobre la ropa interior, utilizando una de sus largas piernas para abrir algo mas las suyas. Su pecho seguía frotándose contra él, haciendo endurecer sus pezones, sintiéndolos sensibilizados y con demasiadas ganas de un toque mucho mas rudo. Apretó una de sus nalgas, mientras el calor que desprendía la entrepierna ajena le hacía desear metésela en la boca para sentir luego como progresivamente iba endureciéndose.
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