The Hand That Feeds [privado]

por Invitado Miér Dic 01, 2010 10:39 pm

Hoy había sido un día demasiado pesado en la ciudad, no entendía cómo era que los humanos podían llegar a ser tan problemáticos, fácilmente habían sido 9 chicas a las cuales había salvado de sufrir una violación o un robo con violencia. La vida como un humano-jaguar tenía sus ventajas, era más fuerte, ágil y perceptivo que cualquier hombre común y gracias a eso se podía llegar a afirmar que tenía inmunidad prácticamente contra cualquier arma blanca.

Sentía que la cabeza estaba a punto de estallarle debido a la falta de sueño y además se encontraba con el síndrome de abstinencia fluyendo por todo su sistema, hacía demasiado tiempo que no tenía ningún tipo de contacto sexual con ningún lindo rubio y eso lo estaba matando lentamente. Pensó por un momento ir al burdel y conseguirse algo de compañía para pasar el rato, mas su situación económica estaba por los suelos, era difícil conseguir trabajo al contar con un par de orejas felinas y una cola larga y notoria.

Sin tener ya nada mejor que hacer, se dirigió al bosque y una vez estuvo rodeado de naturaleza se trepó a un viejo y fuerte roble hasta llegar a una de las ramas que más resistentes se veían, siempre le animaba sobremanera dormitar entre el follaje y debido al cansancio acumulado no tardó mucho en quedarse dormido.

por Invitado Dom Dic 05, 2010 4:13 pm

La noche antes habia sido de las peores en el trabajo, ya que habian perdido a un paciente, apenas era un niño, pero la muerte no hacia distinciones.
Al amanecer, acabado su turno, volvio a casa muy deprimido. No logro dormir ni un instante y cuando vio que ya era un poco tarde, hizo lo unico que sabia que le podria ayudar a relajarse. Empezó a preparar unos bocadillos, para luego meterlos junto con otras cosas en una gastada mochila. Una vez tuvo todo listo, cargo con ella y salio. Una vez en la calle, se llevo las manos a la cara.

-Bien, una excursión me ayudara a despejarme...- murmuro para si mismo y emprendió el camino hacia el bosque.

Estuvo caminando por varias horas, hasta que sus tripas sonaron. Esa era la señal de la hora de comer, por lo que descargo la mochila de sus hombros, dejandola a los pies de un arbol y sentandose al lado de esta. Mientras rebuscaba dentro de la bolsa, de nuevo le gruño el estomago.

-Vaya...- siguio buscando hasta encontrar uno de los bocadillos -al fin...- le quitó el envoltorio y le dio un mordisco, recostando la espalda sobre el tronco, tranquilamente y algo mas relajado que horas antes, aunque igual de triste.

Continuó comiendo, a ritmo tranquilo y escuchando los sonidos del bosque, sin siquiera saber que no estaba solo, ignorando que tenia alguien a poca distancia sobre su cabeza.

por Invitado Mar Dic 07, 2010 11:57 pm

Ya se había quedado profundamente dormido y estaba inmerso en un sueño en donde varios nenes rubios andaban desnudos, tocándose entre sí y dejándose follar a plenitud, era el verdadero paraíso; sin embargo, esa diversión no le duró demasiado ya que un penetrante aroma ajeno al bosque le dio de lleno en el rostro. Teniendo los sentidos tan afilados como los de un jaguar sin problemas pudo saber que se trataba de una persona almorzando, normalmente le hubiera ignorado, no tenía humor ni ganas de ser cuestionado acerca del porqué de sus rasgos felinos, los humanos siempre le hacían las mismas preguntas, no sabía si aún no se acostumbraban a ver a media ciudad con características animales o si sólo eran estúpidos.

Iba a acomodarse en otra rama, pero al abrir los ojos y enfocar mejor la figura en el suelo, fue que se percató de la agradable apariencia del humano. No era japonés, ni siquiera se veía asiático, era más bien del tipo de muchachos provenientes del norte de Europa. Ojos grandes y azules, piel nívea, cabello rubio, sonrosados labios, piernas largas... se trataba de una verdadera belleza extranjera y Hisagi pronto comenzó a babear ante la idea de poner sus garras sobre él.

Sin más tiempo que perder se limpió un hilito de baba que se le escapaba de la boca, se tronó perezosamente el cuello y de un salto bajó de la rama, cayendo de pie a escasos treinta centímetros del menor. Al verlo por fin tan cerca, una sonrisita libidinosa se formó en su rostro y le saludó con un ademán amigable - ¿qué hace un niño bonito por estos lugares? - masculló suavecito, acercándose más mientras se relamía los labios - ¿no sabes que es peligroso andar tan solo? - bajó su cuerpo hasta quedar a la altura del chico, mirando fijamente las orbes vivaces y bonitas que le hacían ver aún más delicioso.

por Invitado Lun Dic 20, 2010 3:39 am

Continuaba con su almuerzo tan tranquilamente, cuando de pronto cayó la pantera frente a el, asustandole y echandose hacia atras tan rapido que se golpeo la cabeza con el tronco, haciendo una mueca de dolor. Se sobaba la nuca cuando se le quedo mirando con bastante curiosidad, apreciando los rasgos felinos de su inesperado acompañante.
-Solo sali de excursion para despejarme...- sonrió, pero cuando se le acerco mas y se agacho, se ruborizo un poco -no lo es tanto... vengo al bosque a menudo y nunca me a pasado nada...- no aguanto demasiado la mirada del moreno, ya que la vista se le fue a las orejas, queria comprovar si eran de verdad, incluso empezo a levantar una mano con esa idea, pero se detuvo enseguida y para disimular, se rasco su propia mejilla.
-Y tu?... que haces aqui? ...apareciste de repente, acaso te caiste del arbol?- le miró con una pizca de preocuacion, sin siquiera percatarse de las intenciones ajenas, ya que, como siempre, era demasiado demasiado atolondrado para darse cuenta.

por Invitado Mar Dic 21, 2010 5:04 pm

No se le había escapado el hecho de que aquel pequeño rubio se le quedaba viendo por mucho tiempo a sus orejas felinas; sin embargo, en lugar de que aquello le molestara, solamente le causó gracia. Tenía que ver mucho con el hecho de que quien le observara fuera un sabroso muchacho rubio y no cualquier otro humano - ¿quieres tocarlas? adelante, te lo facilitaré...- con una sonrisita ladina hizo su torso hacia adelante y terminó por recargar por completo su cuerpo sobre el perteneciente al menor, dejando que su rostro quedara encima del pecho contrario, muy cerca de la barbilla ajena, a una distancia más que perfecta para degustar el tonito rojo que ambas mejillas mostraban.

El chiquillo estaba tan suavecito como en un principio imaginó, se trataba de carne fresca después de todo - pues yo estaba allá arriba durmiendo tranquilamente cuando de pronto un delicioso aroma me llegó y tuve que bajar a averiguar de qué cojones se trataba- ni bien había terminado de hablar, comenzó a olfatear alrededor del cuello, dejando que de vez en vez su áspera lengua lamiera un pequeño trozo de inmaculada piel. La esencia del ojiazul era por demás deliciosa, tanto que sus hormonas ya estaban todas alborotadas y cierta parte de su anatomía comenzaba a erguirse - ahora me ha quedado claro que eras tú… así que tendré que devorarte… -

por Invitado Sáb Ene 15, 2011 9:24 pm

-De veras puedo?...- dudó un poco, mientras noto como el moreno posaba la cabeza sobre su pecho. Se ruborizó algo mas y aun con poca seguridad, empezó a acariciar y rascar una de sus orejas, dandose cuenta que era del todo reales, murmurando -Son de verdad,... y que suaves...- sonrio un poco y continuo rascandole mientras le escuchaba, algo mas tranquilo.
Al sentir como le olfateaba no dijo nada, pero cuando notó aquellas pequeñas lamidas, se sorprendió e intento apartarlo -Hey, pero que...- no pudo decir mas, pues el mayor empezó a hablar. Al oir la palabra "devorarte" no pudo evitar pensar en que le mataria alli mismo, sin percatarse de que el jaguar lo decia en otro sentido. Empezo a temblar, asustado y murmuró entrecortadamente -señor gato... n...no me mate... ademas soy todo huesos... no llenare su estomago...- a causa de los nervios, una capa de sudor frio le envolvia, y una gotita caia por su sien mientras intentaba fingir una sonrisa.

por Invitado Miér Feb 09, 2011 2:11 pm

Gracias a las suaves caricias en sus orejas, a Hisagi se le escapó un ronco ronroneo, algo que él creía sólo los gatos podían manifestar. Al darse cuenta del sonidito extraño, agitó la cabeza y continuó con lo suyo, al parecer todavía no acababa de descubrir todo lo que su naturaleza felina podía hacer.

- ¿señor gato? – repitió el curioso mote mientras su rostro adquiría un tenue matiz azul y en lo alto de su párpado derecho se podía ver el comienzo de un tic nervioso ¿qué mierda había sido eso? ya no sabía si reírse o palmearse la frente por semejantes palabras, optó mejor por presentarse… igual aquel rubio por lo menos merecía saber el nombre de quien se lo iba a follar - soy Hisagi y no planeo matarte, eso de la necrofilia no se me da - pasó con delicadeza sus afilados colmillos por la carne del cuello hasta llegar a mordisquearle la barbilla, atrapando en el acto cada una de las perlas de sudor que amenazaban con perderse entre la ropa.

Al degustar de esas pequeñas gotas, sus pupilas se dilataron y la sangre en su cuerpo comenzó a circular aceleradamente, pronto fue capaz de escuchar las pulsaciones en su pecho y no había necesidad de mirarse los bajos, su verga ya estaba a reventar, toda hinchada y dura, esperando el momento de introducirse - ahm.. ¿ya lo habías hecho con un jaguar? – habló entre jadeos bestiales, enterrando después sus zarpas en la camiseta del menor, rasgando lentamente la tela…

Spoiler:

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