Creo que...necesito una mucama [compra de Miyu]

Odiaba tener que levantarse todos los días y hacer el aseo de su habitación sin ayuda alguna, y bueno ese día había resultado tener la resaca de la noche anterior que se la paso bebiendo con Jade, quien supuestamente tenía que eliminar, gracias a la mentada suerte no le habían llamado para confirmar que aquel trabajo hubiese sido cumplido, porque no lo había sido, para nada...de hecho no recordaba nada de lo que hubiese sucedido.

Al final su mentado despertador sono y extendió una mano para apagarlo dandole un golpe, quien sabe como diablos sobrevivía aquel despertador con tanto golpe que le daba cada mañana, pero bueno ya que, cuando se pudo levantar de su cama ((que más bien era un colchón con un cobertor en el suelo)) salio de esta y se dirigió a la ducha, así como estaba con sus boxers negros puestos, abrio la ducha, se quito su ropa interior y se metió a bañarse en el agua fría puesto que el boiler no servia, y le daba una tremenda flojera el prenderlo, para que luego le explotara como la semana pasada, así que preferia bañarse con agua helada.

Cuando termino después de un rato, salió, se secó con la toalla que tenía y se dispuso a lavar sus dientes para al final colocarse su boxer negro y vestirse nuevamente, no tenía muchos cambios de ropa si acaso dos y muy similares, uso entonces su chaleco negro, sus pantalones desgastados y sus botas militares, llevando en uno de sus bolsillos su cartera con su sueldo en efectivo por que para nada confiaba en las tarjetas de credito, se ató su venda verde en la frente por simple comodidad y finalmente salio de su pequeño departamento para luego caminar por la calle bastante tranquilo, colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

- hmm...voy a necesitar quien me haga el aseo...-

Aquello lo susurro para si mismo, mientras seguia su camino a plena luz del día en la mañana, hasta toparse con un lugar bastante extraño y escondido sobre todo, y por mera curiosidad entro a este sin antes tocar puesto que la puerta estaba abierta, había ingresado al mercado negro.

- ¿Hola?...buenos días!!...¿hay alguien por aqui?...-

A su punto de vista se veia bastante solitario el lugar, así que se puso a curiosear y ver a su alrededor, mientras esperaba que alguien más se apareciera ó ¿seria muy temprano?, según él se había levantado a las 8:00 am aunque tal vez fuese más temprano ya que su despertador estaba atrazado una hora y a él no le había importado mucho arreglarlo, puesto que no tenía un horario fijo para realizar su trabajo, lo hacía cuando él quería ó cuando surgian clientes para contratar sus servicios como mercenario.

Saludo tranquilo a la chica que salia de la trastienda con una sonrisa y obviamente se dio el lujo de seguirla con la mirada, no estaba nada mal, aunque luego volvió su vista de nuevo hacia el frente topandose con el sujeto que había tenido un agradable momento de 'diversión' con la joven hasta que él llegó y arruino su madrugada de 'juegos' al parecer, puesto que el hombre frente a él no traia camisa alguna y se veia practicamente recien levantado.

- ¡Woow! vaya, ¿interrumpi algo?...si es así puedo regresar otro día...no hay problema, por cierto tienes buen gusto con las chicas, hombre... -

Se sorprendio un poco de ver de repente a aquel sujeto sin playera alguna y luego sonrió algo burlón comentandole aquello con afan de conversar un poco con él, no le molestaba su actitud, de hecho era sumamente dificil que se le hiciera enojar al chico de la cicatriz.

Después escuchó que el hombre le preguntaba si se le ofrecia algo por lo tanto contesto bastante sencillo y sin cortarse en decir nada extra.

- Quiero una mucama, una chica que pueda servir para hacer la limpieza de una casa...que no sea ni muy gorda ni muy delgada, termino medio como la que salio corriendo hace unos minutos -

Al final señalo con su dedo pulgar hacia atrás en dirección a la entrada mientras le explicaba que tipo de jovencita quería, y bueno, su mejor referencia había sido la chica con la que se topo en un principio, si que estaba bonita, ahora que la recordaba, mientras esperaba respuesta del vendedor, movia ligeramente aquel palito que tenía entre sus labios de arriba abajo al menos para distraerse un poco.

Cuando escuchó lo que le decía Kunimasa le sonrió bastante divertido y luego se rió.

- Si!! jajajaja! ¿a ti no?...creo que es más divertido cuando el paquete aun esta sin abrirse...-

Después de decirle aquello en doble sentido, y sumamente bromista, le siguió cuando Kunimasa abria la puerta y así pudo dejarle ver a toda la variedad de esclavos que tenian en la parte trasera de la tienda, hasta que observo a la joven que le mostraba Kunimasa, se puso de cunclillas para verla mejor, si que se había interesado en aquella chica.

- Bueno...entonces yo la estrenare...se ve pequeña y fragil dudo que forcejeé mucho, así que me la llevo...y bueno, eligiria a otra mascota pero no quiero acabar con más cicatrices de las que ya tengo ajajaja!...-

Se levantó entonces mientras le comentaba aquello al vendedor, casi todo lo que decía lo fijaba en 'doble sentido' puesto que no sabía con quien estaba tratando, no sabía si Kunimasa era agresivo ó algo por el estilo, así que preferia sacar su lado un tanto vulgar que mantenerse callado ó decir alguna cosa que no cuadrara del todo en un lugar como el mercado negro.

- ¿tengo que firmar algo para llevarmela? ó ¿puedo sacarla así nada más?...pregunto, por que es la primera vez que paso por estos rumbos, tu ya haz de estar habituado de seguro...-

Quería descargar sus dudas, por que en efecto era la primera vez que entraba al mercado negro y no sabía muy bien como era el sistema de adopción y compra de un esclavo ó mascota.

Dio un ligero golpecito a la celda antes de ir donde el vendedor para dirigirse al mostrador con él, se paso del lado en donde deberia ir el cliente y tomo el papel junto con el bligrafo que le dio el vendedor para rellenarlo mientras este iba por la esclava que él había comprado, lo bueno es que traia todo su dinero en efectivo dentro de su cartera.

- Nombre: Hakimshin Fakhîr
- Esclavo: Miyu Amamiya
- Dirección: En tramite
- Directo o Domicilio: Directo
- Modo de pago [Visa/Metálico/Cheque]: En efectivo...

Una vez que termino de rellenar el formato, lo dejo en el escritorio junto con el dinero en efectivo y volvió su mirada algo curioso, para ver si ya venia en camino la jovencita que acababa de comprar.

- Hum...me pregunto si tardara mucho...-

Susurro aquello para si mismo mientras seguia buscando con la mirada aquella carita pequeña y aniñada que vio entre ls rejas momentos antes de salir nuevamente a la parte de la entrada.

Esta mañana habia visto más movimiento que de costumbre en las celdas. Mis compañeros estaban un poco más alborotados que de costumbre y supuse, al ver que entraban dos hombres y se quedaban mirando el interior de las celdas, que debía ser porque había un nuevo cliente. Estaba sentada en el suelo, cerca de la pared, tampoco era que se pudiera hacer mucho en aquella celda, mucho menos si estabas sujeta por los grilletes. Además de comtemplar alguna que otra grieta en el techo o ver ocasionalmente a los guardias de las celdas pasar por los pasillos no había otra cosa que hacer.

Al rato, volvió uno de los hombres que había entrado hacia unos minutos. No sabía quién era, puesto que a los prisioneros no se les daba información sobre las personas de la tienda o los guardias, sólo vi que era bastante alto y con una mirada demasiado seria. Vi que entró y me quitó los grilletes y antes de que dijera nada, me tomó del mentón y me dijo que me portara bien. Tampoco se me hubiese ocurrido hacerle frente a alguien como él, mucho menos, después de ver su mirada indiferente.

-Sí- llegué a musitar antes de que me tomara del brazo sin la menor sutileza y me sacara a rastras de la celda. El resto del camino me mantuve en silencio mientras él me guiaba. Ya había pasado por esto una vez, y seguramente cuando llegara al final del pasilllo y atravesará la puerta, me encontraría con mi nuevo amo.

Cuando observo que llegaba Kunimasa con la esclava que él le había comprado, se acerco donde esta y decidió cargarla en sus brazos una vez que el vendedor llego con la mercancia, él al menos quería ser caballeroso, lo cual no le parecio que hubiese demostrado Kunimasa, claro, tal vez para este solo eran 'cosas' sin embargo para Hakimshin era diferente.

- Bueno...es hora de irnos, gracias señor vendedor y que tenga buen día...-

Después de decirle aquello a Kunimasa decidió dirigirse a la salida del lugar con Miyu en brazos para al final bajarla con cuidado en la banqueta ya alejados un par de calles del mercado negro, para después volver su mirada azul mar donde la jovencita y notar que le había quedado una marquita rojiza en su muñeca, tal vez había sido cuando Kunimasa la saco de la celda.

- Hmm...vamos a curarte eso...dudo que te sientas comoda con tremendo moretón en tu muñeca así que...voy a ver que puedo hacer...-

Se agachó a su altura y acerco uno de sus dedos indices donde la muñeca lastimada de Miyu para entonces verse un pequeño resplandor blanco y que aquella herida desapareciera por completo junto con aquel resplandor blanco y calido.

- Bien...ya se ve mejor ¿o no?...dime, ¿a donde quieres ir?, ¿quieres que te compre ropa nueva ó alguna cosa de chicas?...si es así, tendras que acompañarme porque no soy bueno eligiendo ropa ni accesorios...-

Le sonrió amigable mientras le guiñaba un ojo a la jovencita, solo quería ser una persona agradable para ella, al menos para que no sintiera miedo cerca de él.

Hakimshin era un angel caido, desterrado del cielo por dios y sin embargo aun poseia aunque sea en menor cantidad, el don de la curación, era por eso que había podido ayudar a Miyu al final y se sentía bien por ello.

Cuando llegamos a la tienda, recién aquel hombre me soltó y me dejó allí antes de retirarse otra vez. Lo miré irse con cierto enfado al sentir que mi muñeca me tenía sujeta, pero intenté no prestarle demasiada atención al ver al chico que tenía en frente mío, que pronto me tomó entre sus brazos y me sacó de la tienda sin darme tiempo a decir ni hacer nada. Lo bueno, es que me bajó y me dejó sentarme en un banquito luego de habernos alejado un poco, ya que me sentía algo incómoda mientras él me cargaba ya que podía caminar perfectamente, no hacía falta que él se tomará esas molestias conmigo. Incluso hasta me curó aunque de una forma bastante extraña, sólo que cuando iba a preguntar, él volvió a hablar haciendo que olvidara lo que iba a decir.

-¿Me llevarías a comprar ropa?- pregunté emocionada llevando mis manos entrelazadas a la altura de mi pecho con una gran sonrisa. Seguramente, el vestido que llevaba puesto no era el mejor para andar por la calle ni nada, porque estaba algo gastado.-Además, no me gusta estar sola, así que me gustaría acompañarte dije un poco más calmada pero aun sonriente mientras miraba su rostro y ahí, fue cuando recordé que no sabía su nombre ni cómo debía llamarlo. Si acaso preferiría si lo llamase como amo o por su nombre o de alguna otra forma en particular.

-¿Podrías decirme tu nombre?- pregunté apoyando mis manos sobre el borde del banquito en el que estaba sentada.

Le parecio graciosa la reacción de la menor, por lo visto en todo ese tiempo no había ido de compras, bueno, él tampoco y eso que no había estado nunca entre barrotes, de todas maneras asintió ante lo que esta le preguntaba mientras le sonreia bastante amigable para luego decirle su nombre ya que no se había presentado con ella en ese rato que habían estado juntos, se acerco donde ella pero sin sentarse en el banco solo recargando sus codos en la orilla del respaldo de la banca.

- Mi nombre completo es Hakimshin Fakhîr, pero como nadie lo puede pronunciar, me dicen solo Hakim, puedes decirme así también, no me molesta ya me acostumbre...¿y tú como te llamas?...-

Quería saber el nombre de la jovencita, ya que él le había dado el suyo con lujo de detalles, así que creia que seria un intercambio justo, mientras la observo entre curioso y un poco dudoso, ya que también tenía cierta curiosidad por la edad de la chica, por que a su forma de ver tenía como 14 años, pero era posible que fuese de aquellas jovenes 'traga años' que se veian menores de la edad que tenían en verdad.

Sin embargo creyó que el preguntarle su edad seria de mala educación, porque tenía entendido que a muchas mujeres les disgustaba que les preguntaran su edad, por eso, aunque tenía curiosidad, se reservo aquella pregunta.

Al final se puso a pensar unos momentos sobre la ubicación de algun centro comercial, y donde todo estuviese más barato ya que su cartera no le daba para comprar muchas cosas, porque la mayoria de su sueldo se lo gastó en Miyu, aunque no se arrepentía de haber pagado por liberar a tan linda jovencita, si no, todo lo contrario, era feliz.

No pude evitar sofocar una risita al escuchar que nadie podía pronunciar su nombre. Sin duda alguna era un nombre poco común. Lo miré con una sonrisa antes de presentarme mientras repetía mentalmente su nombre para luego no olvidarmelo.

-Soy Miyu Amamiya- respondí con confianza al decir mi nombre completo ya que hacia algún tiempo que no pronunciaba mi apellido paterno. Siempre había sido sólo Miyu y en ocasiones, simplemente ¡Hey, tú!

Al acabar de presentarme, volví a mirar de lado a Hakim con una sonrisa mientras él me observaba, tenía cara de querer preguntarme algo pero no sé estaba segura si no se animaba a hacerlo, así que me acerqué un poco más a él y lo miré más de cerca, pero por el movimiento algunos mechones de cabello habían caído sobre mi rostro, así que los coloqué detrás de mi oreja.

-¿Quieres saber algo más de mí? Porque puedes preguntarme lo que quieras, al fin y al cabo, eres mi amo y tienes derecho a saber sobre mí. añadí sonriente cruzando las piernas mientras estaba sentada, esperando que lanzara su pregunta. Sabía que los amos no se preocupaban por sus esclavos ni por conocerlos tampoco, pero me daba la sensación de que él no era de ese tipo de persona frívola. Había algo en su mirada que me daba esa seguridad, de ser mucho más gentil o amable.

- Ohh, mucho gusto señorita Miyu...-

Le dijo aquello bastante sonriente al escuchar el nombre de la joven, para luego volver su mirada unos momentos al cielo y después volver a escuchar su voz, vaya, le había permitido preguntarle lo que quisiera así que volvió su mirada azul mar donde ella, observandola tranquilamente.

- Bueno...me gustaria saber tu edad y si te dedicabas a algo, antes de que yo te sacara del mercado negro -

Le mencionaba sus dudas, mientras la miraba para luego recordar una palabra en particular que pronunció Miyu, así que se lo hizo saber sin dejar de sonreirle de forma amigable.

- Ahh! cierto!...porfavor no me llames amo, es que cuando dices esa palabra suelo imaginarme a un tipo obeso y millonario que carga un habano en la boca y bueno, no creo ser tan gordo ¿o si?...-

Le comentaba aquello con un cierto tono humoristico, mientras que hacía ademanes con sus manos representando la panzota y el habano con ayuda de su pequeño palito que siempre cargaba en sus labios, para luego reirse unos momentos y hacerle un guiño a Miyu bastante divertido.

Al final se relajo un poco y quiso platicar de nuevo con ella, más que nada de lo primero que le había preguntado mientras se acercaba donde ella y le tendía una mano, talvez podrian platicar mientras caminaban rumbo al centro comercial.

- ¿Que te parece si caminamos mientras platicamos?...-

Espero a que Miyu tomara su mano para luego comentarle otra de sus dudas, sin portarse grosero ni rudo en ningun momento.

- Bueno, lo de tu edad y a lo que te dedicabas, te lo pregunte porque quería saber si te interesaria asistir a una escuela y estudiar para que luego puedas elegir una carrera, yo te la pago no hay problema, al menos así tendre una buena razón para invertir mi dinero en tu educación en vez de gastarlo en cervezas ó bares...¿que te parece?, así yo te ayudo y tu me ayudas en cierta forma a dejar de beber...-

Comentó aquello bastante tranquilo mientras caminaba junto a Miyu, de vez en cuando volvia su mirada donde ella para sonreirle y hacer más ameno el recorrido.

-Bien, tengo 17 años (aunque no los aparente) y nunca me dediqué a nada- dije haciendo mi cabello hacia atrás con una gesto bastante delicado - De pequeña fui vendida como esclava y hasta hace relativamente poco, mi antiguo amo falleció y quedé en libertad. Pero no tuve demasiada suerte y terminé de nuevo en el mercado negro dije esperando que eso sirviera para contestar su pregunta. Aunque luego dijo que no le gustaba que lo llamara amo ya que se imaginaba a un hombre gordo. Reí ante aquel comentario y volví a repetirme mentalmente que debería llamarlo por su nombre. Esto iba a ser un poco más díficil ya que mi vida casi completa había pasado llamando amo a aquel hombre que me había comprado anteriormente, así que era común para mí usar aquella palabra.

Luego de unos minutos, me dijo que era mejor si caminabamos mientras hablabamos, así que me tendió su mano y yo acepté con una sonrisa para luego levantarme del asiento y empezar a caminar, aunque prácticamente, lo seguía a él puesto que no conocía el lugar por donde íbamos.

Él me siguió hablando mientras andabamos por las calles y de tanto en tanto, me miraba con una sonrisa.

-¿Pagarás mi educación?- pregunté con cierto asombro al escucharlo hablar así. Hasta ahora, nadie se había preocupado por mí más que yo, por lo que me resultaba algo extraño escuchar a alguien ponerme ínterés. Pero luego de unos instantes, asentí con una sonrisa -Claro, me gustaría estudiar y con gusto te ayudaría a moderarte con la bebida dije mantiniendo una sonrisa sobre mis labios y a pesar nunca me había puesto a pensar si quería seguir una carrera, supongo que sería interesante estudiar algo que me gustara. Además, era un poco grande para asistir a una escuela cuando ya debería de estar terminándola, lo que seguramente podría presentar algún problema en los planes de Hakim, pero aún así no cambiaba mi expresión alegre mientras caminábamos.

Al verse a lo lejos el centro comercial sonrió bastante animoso, vaya ya solo les faltaban algunas cuadras más, solo esperaba que Miyu pudiese seguir, igual si se cansaba podian detenerse unos momentos, a él por su parte le encantaba caminar a pesar de que tuviese un automovil en su residencia, casi no lo usaba.

Escuchó lo que le decía Miyu con respecto a lo de la escuela así que le sonrió.

- Si, yo la pagaría con todo gusto y ya veras, hare uno que otro arreglo para que puedas entrar desde preparatoria sin necesidad de retrasarte...-

Le dijo aquello bastante confiado en su decisión, él quería que Miyu fuese libre, que no se sintiera con obligación de estar pegada a él solo por que la hubiese comprado, estaba divagando en cierto momento sobre el futuro de la pequeña Miyu y el suyo por igual, hasta que notó a dos tipos frente a él, sin embargo no se asustó ni mucho menos, él seguia con sus manos en los bolsillos de su pantalón y meciendo aquel palito en su boca de un lado a otro.

" Danos dinero hermano ¿ó prefieres darnos a la niña que viene contigo?"

Dijo uno de los asaltantes mientras sacaba una navaja, tratando de intimidar a Hakim, pero este incluso se rió.

- Ay! porfavor! ¿enserio creen que un tipo como yo trae millones de billetes en sus pantalones?... nisiquiera me se vestir chico...-

Hakim se rasco la nuca mientras les decia aquello a los tipos, bastante tranquilo, ante eso el segundo asaltante habló tratando de amenazarlo y por igual saco una navaja para demostrar que ambos iban en serio, mientras le decía vulgaridades a Hakim con referencia a Miyu.

" Deja de decir idioteces y suelta el dinero ó nos llevamos a la niña que viene contigo, se me hace que seria mejor así la podemos follar todo el tiempo, se me hace que es una virgen deliciosa..."

Hakim suspiro ligeramente para luego sacar sus manos de los bolsillos de su pantalón y escupir a un lado el palito que tenía entre sus labios.

- Eso solo lo dicen los tipos que los han botado varias veces en diversas relaciónes y bueno, bien merecido se lo tendran...¿o no?...-

Aquello que les respondió a los tipos se los dijo de manera burlona y en parte para hacerlos enojar, mientras mantenia a Miyu detrás de él, obviamente no les dejaria ni tocarla y menos si pensaban hacerle algo como lo que habían mencionado.

Finalmente antes de que los tipos planearan su ataque contra él, por no haberles dado ni dinero ni a Miyu, se oyeron cerca del lugar unas sirenas policiacas, por lo que los tipos se asustaron y se hecharon a correr diciendole a Hakim que había tenido una maldita suerte pero que si se lo volvian a encontrar lo matarian, sin embargo a él le valio un reverendo pepino aquello y volvió su mirada donde Miyu volviendole a sonreir bastante tranquilo.

- ¿Seguimos?...ya nos falta poco, si te cansas de caminar me dices ¿esta bien?...-

Quería actuar como si nada hubiese pasado al menos para que Miyu no se preocupara de nada, de todos modos él la protegeria como pudiese, sentía que era parte de su nueva responsabilidad con ella.

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[Si quieres cierra este con otro post y abro otro en el centro comercial =D te lo mandaria por PM =) ]