Conectarse
Últimos temas
» Declaro x3por Héracles Sáb Oct 12, 2024 3:20 am
» Revivimos? [Anuncio Global]
por Ulric Krauser Dom Dic 02, 2018 9:51 am
» Normativa a seguir
por Trapsus Sáb Jul 22, 2017 1:41 pm
» Imitation Black
por Leonardo McGolling Lun Abr 21, 2014 2:00 pm
» Cacería en las ruinas [Priv. Giovanni]
por Ryuichi Dom Mar 02, 2014 4:19 pm
» Perfil de Giovanni
por Kousaka Ryoumei Miér Feb 12, 2014 12:21 pm
» ¿Qué se supone que deba hacer ahora? [Privd.]
por Tetsuka Miér Ene 08, 2014 7:08 pm
» Hibari Kyoya
por Minoru Gray Mar Dic 17, 2013 6:50 pm
» Hatake Kakashi [sin terminar]
por Hatake Kakashi Sáb Dic 07, 2013 6:11 pm
» Sol , mar y ... (privado Hide)
por Eloise Lemoine Vie Dic 06, 2013 9:29 pm
Fate night [Priv.]
Página 1 de 1.
Fate night [Priv.]
Salir de noche no era uno de sus pasatiempos favoritos; sin embargo encontrar nuevas piezas para sus juegos si que lo era, por lo que no eran pocas las veces que finalmente se decidía a pasar por el club habitual donde casi siempre lograba saciar sus ansias de predominancia. Enfundado en una larga gabardina negra y cerrando las puertas con llave había cogido el coche hasta el concurrido lugar de la ciudad donde se apostaban todos los clubes; algunos cuya fama les precedía.
El pub donde entró era amplio, pero cuyo límite de personas estaba definido por las mesas que podían ir llenando. Al fondo, un escenario iluminado con luces rojas y cortinas vaporosas, teniendo la intención de acrecentar el morbo y la sensualidad de cualquier artista que se subiera a exhibir sus encantos durante el transcurso de la noche. Kiku pasó la entrada en forma de arco, apartando con la mano las muchas decoraciones de plumas y tela antes de echar un vistazo al ambiente y a las pocas mesas vacías que habían. Luego se encaminó hacia la barra, donde la encargada hablaba con un muchacho vestido de cuero y cadenas.
-¡Ah! -el chico, que no debía tener mas de veinte años hizo una inclinación de cabeza y sonrió- Me alegro de que haya venido, Kiku-san.
-¿Vas a actuar? -apreció por la vestimenta, rodando una de las butacas para sentarse, mientras la mujer de detrás de la barra parecía haberle empezado a servir lo que sabía que pediría. La suave música de fondo fue ganando volumen, dando el inicio del espectáculo.
-Si, esta vez será algo que le gustará -un segundo chico le avisó desde un lado del escenario- ¡Deseeme suerte! -hizo otra reverencia y se marchó, comenzando así un espectáculo muy ambientado en el bondage que, desde luego, no le dejó indiferente. De entre la música le llegó la voz de la mujer, la cual parecía preguntarle el por qué las últimas dos noches de ausencia.
-He estado entrenando a un gato salvaje -se limito a contestar- ¿Es que ha habido alguna novedad? -preguntó luego, cogiendo el grueso vaso de sake para dar un largo trago.
-No sé si es una novedad, pero en el cuarto VIP del fondo se ha reunido una banda sospechosa. Creo que pueden ser mafiosos, por las pintas que traían.
Kiku levantó la vista, fijándola en el pasillo que llevaba a la habitación. Si eran yakuzas lo mas probable era que estuviese cerrando negocios o planeando los próximos con total discreción. Solo esperaba que no montasen ningún escándalo, ya que su vena de antiguo servidor del gobierno no dudaría en intervenir...
El pub donde entró era amplio, pero cuyo límite de personas estaba definido por las mesas que podían ir llenando. Al fondo, un escenario iluminado con luces rojas y cortinas vaporosas, teniendo la intención de acrecentar el morbo y la sensualidad de cualquier artista que se subiera a exhibir sus encantos durante el transcurso de la noche. Kiku pasó la entrada en forma de arco, apartando con la mano las muchas decoraciones de plumas y tela antes de echar un vistazo al ambiente y a las pocas mesas vacías que habían. Luego se encaminó hacia la barra, donde la encargada hablaba con un muchacho vestido de cuero y cadenas.
-¡Ah! -el chico, que no debía tener mas de veinte años hizo una inclinación de cabeza y sonrió- Me alegro de que haya venido, Kiku-san.
-¿Vas a actuar? -apreció por la vestimenta, rodando una de las butacas para sentarse, mientras la mujer de detrás de la barra parecía haberle empezado a servir lo que sabía que pediría. La suave música de fondo fue ganando volumen, dando el inicio del espectáculo.
-Si, esta vez será algo que le gustará -un segundo chico le avisó desde un lado del escenario- ¡Deseeme suerte! -hizo otra reverencia y se marchó, comenzando así un espectáculo muy ambientado en el bondage que, desde luego, no le dejó indiferente. De entre la música le llegó la voz de la mujer, la cual parecía preguntarle el por qué las últimas dos noches de ausencia.
-He estado entrenando a un gato salvaje -se limito a contestar- ¿Es que ha habido alguna novedad? -preguntó luego, cogiendo el grueso vaso de sake para dar un largo trago.
-No sé si es una novedad, pero en el cuarto VIP del fondo se ha reunido una banda sospechosa. Creo que pueden ser mafiosos, por las pintas que traían.
Kiku levantó la vista, fijándola en el pasillo que llevaba a la habitación. Si eran yakuzas lo mas probable era que estuviese cerrando negocios o planeando los próximos con total discreción. Solo esperaba que no montasen ningún escándalo, ya que su vena de antiguo servidor del gobierno no dudaría en intervenir...
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
Las personas que le rodeaban, entre su trabajo, se diferenciaban mucho; algunos eran de actitud seria, aburridos y antisociales; otros, todo lo contrario, no conocían un límite para la bebida y siempre solían ser los más despistados, posibles presas; también estaban los más jóvenes, los primeros en invitar a algún karaoke o salir a bailar. Entre tanta variedad estaba Saeki, siendo una mezcla de cada uno de ellos; era reservado, pero no por eso antisocial, de beber bebía, pero no lo suficiente como para llegar a estar débil, y sobre el karaoke o el baile... Bueno, siempre estaba allí viéndo, acompañando con comentarios sarcásticos y que llamasen la atención.
Como si un vampiro fuese, de noche era donde estaba más activo. Salió de su hogar luego de encargarse de un asunto personal, y como era trabajo, vestía de traje. Lo único que se diferenciaba del común que llevaba, era que éste era color negro, con una llamativa corbata roja en medio de una camisa blanca. Puede que sea algo formal para la noche de un sábado y que llame un poco la atención por la apariencia de ejecutivo, pero eso al rubio de lentes no le importaba, mientras más atención mejor... Sea buena o mala.
Había entrado al pub temprano, cerca de la hora y media de la media noche, acompañando de otros dos hombres no mucho más mayores con él, de traje también, de diferente color. El rubio llevó ambas manos a los bolsillos, mientras pasaba la vista al lugar y se adentraba en esa habitación que sería la reunión. Una vez sentado, cómodo, como siempre, esperaba junto a sus compañeros que llegase la persona con la que hablarían de un asunto que quizá no le gustase mencionar. Puede, sí, que tal vez lo que haga no le llene de orgullo, y de la gente saberlo quedaría él como una mala persona; pero a Saeki no sólo le sobraba el dinero, sino también el orgullo.
La gente empezaba a llegar al lugar, y él curioso como era, y acompañado de otro compañero suyo, salieron a espiar el escenario, al oír la cantidad de gente al parecer pedir algo.
Entonces con total confianza ese compañero pasó su brazo tranquilo, pero ancioso, por los hombros del rubio. Y de al mismo no gustarle, lo lamentaría. -Saeki-kun, ¿Vamos a tomar algo? -Preguntó con intenciones de alejarse del resto, luciendo una bobalicona sonrisa.
A Saeki realmente le daba igual, al parecer la reunión no avanzaría pronto. En una sonrisa que aparentaba ser amiga, salió del cuarto donde los demás estaban y se desació también de ese brazo, sin discimulación alguna.- Claro.- Respondió, porque tal vez su actitud sea un poco negativa.
Fue él el primero que pasó entre la gente, apoyándo algo vago ambos brazos en la barra, aflojándose la corbata como quien quiere irse de un lugar antes de que el evento principal empieze. No es que se encontrase nervioso, ancias tal vez. Su mentón no tardó en apoyarse en su mano, y su codo al lado del brazo que estaba apoyado sobre la barra. Miró, de reojo, y de forma desinteresada a la gente, mostrándo una sonrisa -igual de "amiga" que la anterior- hacia ese hombre que bebía solo. No le dijo nada, fue interrumpido nuevamente por ese compañero suyo.
-¿Qué tomarás? Yo~ Uhm... -E indeciso era. Torpe también.
El mayor sin moverse de donde estaba parecía casi igual de pensante, o esperaba que tome algo de una vez por todas. Quién sabe, así se callaría.
Pero no fue así.
Su compañero volteó al escenario y fue directo hacia allí, haciéndole señas a Saeki para que esperase. Y él así lo hizo, volviéndo a girar al de negro, y a diferencia de antes, no era una simple mirada de reojo, llevaba también sonrisa, ahora, no tan "amiga".
Como si un vampiro fuese, de noche era donde estaba más activo. Salió de su hogar luego de encargarse de un asunto personal, y como era trabajo, vestía de traje. Lo único que se diferenciaba del común que llevaba, era que éste era color negro, con una llamativa corbata roja en medio de una camisa blanca. Puede que sea algo formal para la noche de un sábado y que llame un poco la atención por la apariencia de ejecutivo, pero eso al rubio de lentes no le importaba, mientras más atención mejor... Sea buena o mala.
Había entrado al pub temprano, cerca de la hora y media de la media noche, acompañando de otros dos hombres no mucho más mayores con él, de traje también, de diferente color. El rubio llevó ambas manos a los bolsillos, mientras pasaba la vista al lugar y se adentraba en esa habitación que sería la reunión. Una vez sentado, cómodo, como siempre, esperaba junto a sus compañeros que llegase la persona con la que hablarían de un asunto que quizá no le gustase mencionar. Puede, sí, que tal vez lo que haga no le llene de orgullo, y de la gente saberlo quedaría él como una mala persona; pero a Saeki no sólo le sobraba el dinero, sino también el orgullo.
La gente empezaba a llegar al lugar, y él curioso como era, y acompañado de otro compañero suyo, salieron a espiar el escenario, al oír la cantidad de gente al parecer pedir algo.
Entonces con total confianza ese compañero pasó su brazo tranquilo, pero ancioso, por los hombros del rubio. Y de al mismo no gustarle, lo lamentaría. -Saeki-kun, ¿Vamos a tomar algo? -Preguntó con intenciones de alejarse del resto, luciendo una bobalicona sonrisa.
A Saeki realmente le daba igual, al parecer la reunión no avanzaría pronto. En una sonrisa que aparentaba ser amiga, salió del cuarto donde los demás estaban y se desació también de ese brazo, sin discimulación alguna.- Claro.- Respondió, porque tal vez su actitud sea un poco negativa.
Fue él el primero que pasó entre la gente, apoyándo algo vago ambos brazos en la barra, aflojándose la corbata como quien quiere irse de un lugar antes de que el evento principal empieze. No es que se encontrase nervioso, ancias tal vez. Su mentón no tardó en apoyarse en su mano, y su codo al lado del brazo que estaba apoyado sobre la barra. Miró, de reojo, y de forma desinteresada a la gente, mostrándo una sonrisa -igual de "amiga" que la anterior- hacia ese hombre que bebía solo. No le dijo nada, fue interrumpido nuevamente por ese compañero suyo.
-¿Qué tomarás? Yo~ Uhm... -E indeciso era. Torpe también.
El mayor sin moverse de donde estaba parecía casi igual de pensante, o esperaba que tome algo de una vez por todas. Quién sabe, así se callaría.
Pero no fue así.
Su compañero volteó al escenario y fue directo hacia allí, haciéndole señas a Saeki para que esperase. Y él así lo hizo, volviéndo a girar al de negro, y a diferencia de antes, no era una simple mirada de reojo, llevaba también sonrisa, ahora, no tan "amiga".
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
La candente melodía que llenó el espacio del local, opacando casi las habladurías de los clientes le incitó a no despegar los ojos del escenario. Que hubiesen mafiosos en el local no era una gran noticia, y tampoco es que le preocupasen demasiado. Se conformaba con deleitarse la vista y evitar si era posible algún conflicto entre bandas.
Sin embargo, era difícil no notar una presencia como aquella. A pesar de que el joven en el escenario estaba siendo domado a base de latigazos, órdenes y gemidos de ruego por su compañero mucho mas robusto, Kiku no pudo evitar desviar levemente la mirada al hombre rubio que le había pasado de largo, ocupando el lugar junto a él en la barra.
En principio no le dio gran importancia a la mirada de refilón que le dedicó, respondiendo con una del mismo calibre antes de seguir bebiendo. La encargada había hecho una pausa para ir a atender a otro grupo de hombres a la otra esquina de la barra, volviendo para tomar nota de lo que el rubio y su acompañante, que desapareció entre el gentío poco después, iban a tomar. Mirando a un lado un segundo, volvió a servirse sake, llevando el pequeño vaso a sus labios para vaciarlo de un trago, volviendo a fijarse en aquel hombre cuya mirada y sonrisa conjunta parecían la expresión de un depredador ansioso de comida.
-¿Puedo ayudarle en algo? -habló entonces. No era una cuestión de timidez, pero Kiku era hombre de pocas palabras; y las que decía eran severas y cortantes, aunque siempre aplicando con gestos y miradas la posibilidad de que su interlocutor le respondiese sin miedo alguno. Ser un Master conllevaba que le respetasen, pero también que no le temiesen tanto como para no poder articular palabra.
En aquel punto, y mientras los demás clientes aposentados en las mesas aplaudían y lanzaban proposiciones indecentes a pleno pulmón hacia los dos chicos del escenario, Kiku, sosteniendo el pequeño vaso otra vez lleno apoyó los codos en la barra, girando la cabeza a un lado para encarar al otro directamente. Tenía un tipo de malicia peligrosa y extasiante en la mirada que lo identificaba como un sádico redomado, y dejándose llevar por el tipo de traje que traía pudo llegar a la conclusión de que era uno de los mafiosos de la VIP. O eso, o alguien relacionado con ellos, cosa que francamente no le importaba lo más mínimo. Aquellos orbes azules, brillantes de algún tipo de deseo capturaron los suyos oscuros, y como una especie de acto reflejo para el moreno su mente creo un escenario en su mente donde veía a la perfección como entrenaba y domaba a aquel desconocido de apariencia británica.
Tras sorber silenciosamente del diminuto vaso se pasó la lengua por el labio superior, como si vaticinase su diversión de aquella noche.
-Le invitaré a la primera ronda -concluyó, sin dejar espacio a la réplica, tras una larga y muda conversación entre miradas y música subida de tono.
Sin embargo, era difícil no notar una presencia como aquella. A pesar de que el joven en el escenario estaba siendo domado a base de latigazos, órdenes y gemidos de ruego por su compañero mucho mas robusto, Kiku no pudo evitar desviar levemente la mirada al hombre rubio que le había pasado de largo, ocupando el lugar junto a él en la barra.
En principio no le dio gran importancia a la mirada de refilón que le dedicó, respondiendo con una del mismo calibre antes de seguir bebiendo. La encargada había hecho una pausa para ir a atender a otro grupo de hombres a la otra esquina de la barra, volviendo para tomar nota de lo que el rubio y su acompañante, que desapareció entre el gentío poco después, iban a tomar. Mirando a un lado un segundo, volvió a servirse sake, llevando el pequeño vaso a sus labios para vaciarlo de un trago, volviendo a fijarse en aquel hombre cuya mirada y sonrisa conjunta parecían la expresión de un depredador ansioso de comida.
-¿Puedo ayudarle en algo? -habló entonces. No era una cuestión de timidez, pero Kiku era hombre de pocas palabras; y las que decía eran severas y cortantes, aunque siempre aplicando con gestos y miradas la posibilidad de que su interlocutor le respondiese sin miedo alguno. Ser un Master conllevaba que le respetasen, pero también que no le temiesen tanto como para no poder articular palabra.
En aquel punto, y mientras los demás clientes aposentados en las mesas aplaudían y lanzaban proposiciones indecentes a pleno pulmón hacia los dos chicos del escenario, Kiku, sosteniendo el pequeño vaso otra vez lleno apoyó los codos en la barra, girando la cabeza a un lado para encarar al otro directamente. Tenía un tipo de malicia peligrosa y extasiante en la mirada que lo identificaba como un sádico redomado, y dejándose llevar por el tipo de traje que traía pudo llegar a la conclusión de que era uno de los mafiosos de la VIP. O eso, o alguien relacionado con ellos, cosa que francamente no le importaba lo más mínimo. Aquellos orbes azules, brillantes de algún tipo de deseo capturaron los suyos oscuros, y como una especie de acto reflejo para el moreno su mente creo un escenario en su mente donde veía a la perfección como entrenaba y domaba a aquel desconocido de apariencia británica.
Tras sorber silenciosamente del diminuto vaso se pasó la lengua por el labio superior, como si vaticinase su diversión de aquella noche.
-Le invitaré a la primera ronda -concluyó, sin dejar espacio a la réplica, tras una larga y muda conversación entre miradas y música subida de tono.
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
El espectáculo comenzó y el mismo se llevaba toda la atención y las palabras de la gente en el lugar. La actitud que tenían era otra razón por la cual su traje no encajaba. Mucho dinero y ningún razonamiento. Y eso -la razón- no podría esperarse justamente entre esa gente. Entre tanto, Saeki pudo notar cómo sus compañeros de trabajo también se dirigían al escenario.
¿Y la junta? O iba a comenzar más tarde o no tendría comienzo. Estaba empezándo a pensar que fue arrastrado allí con la excusa de un trabajo.
No es que al rubio no le gustase esa clace de... Imágenes, pero por alguna razón su atención no iba hacia el escenario. Quizás, porque esa persona que, aunque esté vestida de negro, se le hacía igual o más de llamativa que toda la actuación esa que había en el centro del lugar.
Aún pensaba en qué beber, y había cedido de forma momentanea el verle, eso, antes de que el otro le hablara. Se incorporó sólo un poco, un pequeño y para nada importante movimiento de brazo el cual se acomodó en la barra, y por más curiosidad que tuviera hacia esa persona no le respondió a esa pregunta; por más fácil que fuese responderle, no acabaría nada bueno si lo hiciera.
Saeki sabía que se avanzaba de un paso, de forma sigilosa pero segura a la vez. No dejaría que su presa escapase, pero tampoco asustaría a la misma. Era una común, para él, forma de actuar y por el momento seguiría con aquella sonrisa que invitaba a más de una cosa y proponía más de una situación indecente.
Todo, claro, sin habla alguna.
Era divertido ver cómo una persona pensaba casi igual que él, que entendiera más allá de las palabras que no quería decir, que se diera cuenta que su sonrisa de negocios escondía una más morbosa.
Suponía que por la actitud tan desvergonzada que adoptaron esa gente con la que vino, la cual, desde el comienzo, aparentaron ser hombres de frío carácter, podría tomarse la libertad de tomar aunque sea un par de tragos con él. De echo, si bebería tanto como sus socios gritaban, acabaría borracho.
Rió, para él mismo, dentro suyo, para asentir luego con su cabeza forma amable.
Amable, otra actuación de él, y debido a su trabajo y la forma en la que se comunicaba debía, y sabía, engañar muy bien.
Ahora, estaba por comenzar su espectáculo personal.
Arregló sus lentes que habían caído un poco por su anterior encogida mirada y la misma ahora se volió a fijar en él, acompañada de la misma expresión que al principio.-Como guste.
Por alguna razón no veía la necesidad de tener que 'actuar' con la compañía que tenía, ese de negro tal vez no era cualquiera. ¿Por qué? No lo sabía aún, si hay algo de lo que seguro estaba era de que lo averiguaría.
¿Y la junta? O iba a comenzar más tarde o no tendría comienzo. Estaba empezándo a pensar que fue arrastrado allí con la excusa de un trabajo.
No es que al rubio no le gustase esa clace de... Imágenes, pero por alguna razón su atención no iba hacia el escenario. Quizás, porque esa persona que, aunque esté vestida de negro, se le hacía igual o más de llamativa que toda la actuación esa que había en el centro del lugar.
Aún pensaba en qué beber, y había cedido de forma momentanea el verle, eso, antes de que el otro le hablara. Se incorporó sólo un poco, un pequeño y para nada importante movimiento de brazo el cual se acomodó en la barra, y por más curiosidad que tuviera hacia esa persona no le respondió a esa pregunta; por más fácil que fuese responderle, no acabaría nada bueno si lo hiciera.
Saeki sabía que se avanzaba de un paso, de forma sigilosa pero segura a la vez. No dejaría que su presa escapase, pero tampoco asustaría a la misma. Era una común, para él, forma de actuar y por el momento seguiría con aquella sonrisa que invitaba a más de una cosa y proponía más de una situación indecente.
Todo, claro, sin habla alguna.
Era divertido ver cómo una persona pensaba casi igual que él, que entendiera más allá de las palabras que no quería decir, que se diera cuenta que su sonrisa de negocios escondía una más morbosa.
Suponía que por la actitud tan desvergonzada que adoptaron esa gente con la que vino, la cual, desde el comienzo, aparentaron ser hombres de frío carácter, podría tomarse la libertad de tomar aunque sea un par de tragos con él. De echo, si bebería tanto como sus socios gritaban, acabaría borracho.
Rió, para él mismo, dentro suyo, para asentir luego con su cabeza forma amable.
Amable, otra actuación de él, y debido a su trabajo y la forma en la que se comunicaba debía, y sabía, engañar muy bien.
Ahora, estaba por comenzar su espectáculo personal.
Arregló sus lentes que habían caído un poco por su anterior encogida mirada y la misma ahora se volió a fijar en él, acompañada de la misma expresión que al principio.-Como guste.
Por alguna razón no veía la necesidad de tener que 'actuar' con la compañía que tenía, ese de negro tal vez no era cualquiera. ¿Por qué? No lo sabía aún, si hay algo de lo que seguro estaba era de que lo averiguaría.
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
Si había algo que seguramente estaba en las normas de conducta, era el hecho de intentar mantener una conversación con alguien gimiendo de fondo. No era imposible -de hecho le daba cierto “tono” a aquella presentación silenciosa que ambos hombres llevaban a cabo-, pero si extraño. Aunque si ambos estaban de acuerdo en quedarse escuchándole entonces no había problema alguno.
Kiku miró a la que había decidido que sería su compañía de aquella noche, intentando sospesar que tipo de bebida le pegaría mas. ¿Bourbon? ¿Becherovka? ¿O quizás algo mas suave como un simple licor? Por aquel tipo de locales siempre, quisieras o no, pululaba algún tipo de estimulante puramente sexual que siempre acababa en la bebida de alguno, con lo que tendría asegurada la noche de sexo. Sin embargo, el ex-militar no recurría nunca a algo tan fácil. Mirando su copa, se dirigió luego a la camarera.
-Whisky -pidió, señalando con la mano a su compañero. No sabía si había acertado o no, pero aquella bebida era tan popular que seguro que la había consumido alguna vez. Tras el tintineo del hielo, la mujer puso el grueso vaso en la barra, seguido de aquel licor color miel. Luego se retiró, lanzandole una mirada a Kiku que podía traducirse en “Es todo tuyo”.
-Supongo que está aquí por negocios -habló, semi-girándose en el asiento para encararle y no parecer demasiado grosero. Su ropa le delataba quisiera o no-. Un sitio curioso para tratar temas de trabajo, desde luego. ¿Ha terminado?
Se sirvió sake de nuevo, sorbiendo en silencio hasta vaciar casi el pequeño cuenco que hacía a su vez de vaso, sin apartarle la mirada de encima. Le daba igual que notase aquellos deseos que tenía de verlo retorcerse entre ruegos, ya que cuanto antes se diera cuenta de aquella indirecta mas puntos ganaría a su favor. En aquel tipo de escenarios, era como si todo se ralentizase, esperando ver quién era el primero en dejar claras sus intenciones; ya fuese con palabras o actos.
-A propósito -volvió a hablar Kiku-. Ya que le invito, podría decirme su nombre.
Aquello había sonado tan autoritario como había pretendido en un principio. La lógica de Koryusai era muy clara: Los “esclavos” tenían nombre. Los “amos”, no.
Kiku miró a la que había decidido que sería su compañía de aquella noche, intentando sospesar que tipo de bebida le pegaría mas. ¿Bourbon? ¿Becherovka? ¿O quizás algo mas suave como un simple licor? Por aquel tipo de locales siempre, quisieras o no, pululaba algún tipo de estimulante puramente sexual que siempre acababa en la bebida de alguno, con lo que tendría asegurada la noche de sexo. Sin embargo, el ex-militar no recurría nunca a algo tan fácil. Mirando su copa, se dirigió luego a la camarera.
-Whisky -pidió, señalando con la mano a su compañero. No sabía si había acertado o no, pero aquella bebida era tan popular que seguro que la había consumido alguna vez. Tras el tintineo del hielo, la mujer puso el grueso vaso en la barra, seguido de aquel licor color miel. Luego se retiró, lanzandole una mirada a Kiku que podía traducirse en “Es todo tuyo”.
-Supongo que está aquí por negocios -habló, semi-girándose en el asiento para encararle y no parecer demasiado grosero. Su ropa le delataba quisiera o no-. Un sitio curioso para tratar temas de trabajo, desde luego. ¿Ha terminado?
Se sirvió sake de nuevo, sorbiendo en silencio hasta vaciar casi el pequeño cuenco que hacía a su vez de vaso, sin apartarle la mirada de encima. Le daba igual que notase aquellos deseos que tenía de verlo retorcerse entre ruegos, ya que cuanto antes se diera cuenta de aquella indirecta mas puntos ganaría a su favor. En aquel tipo de escenarios, era como si todo se ralentizase, esperando ver quién era el primero en dejar claras sus intenciones; ya fuese con palabras o actos.
-A propósito -volvió a hablar Kiku-. Ya que le invito, podría decirme su nombre.
Aquello había sonado tan autoritario como había pretendido en un principio. La lógica de Koryusai era muy clara: Los “esclavos” tenían nombre. Los “amos”, no.
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
La combinación de la escasa luz, los bajos deseos y los constantes gritos -entre ellos, algunos indecentes y otros de petición-, no era el mejor "combo" para conocer a alguien pero eso no significaba que por ello era algo malo.
Sencillamente cuando te encuentras en una lugar así te resulta difícil controlar tu propia voluntad para no entregarte a lo erótico que hay en cada rincón.
Sus instintos eran los que le estaban fallado en ese momento. Apenas notó la bebida que se le fue entregada. Las palabras del contrario parecían no llegar a sus oídos y, de hacerlo, durarían muy poco memorizada. Todo, absolutamente todo el lugar en su mente estaba ocupada con cosas más importantes, más descaradas, más sucias.
Pero volvió a hablar, de su trabajo si había escuchado bien. Siempre que se metían en ese tema tenía que ser discimulado, sin embargo, si te pones a pensar en qué lugar estás y con qué compañía pronto sabrás que no tienes que discimular ni un poco. Sincerandose, entonces...- No empezó la reunión, y no creo que empiece. -Seguía en la misma posición de vago. Su cabeza era la única que se ladeaba un poco para verle y mostrarle esa única sonrisa -que desaparecía con tal sólo ver hacia otra parte-. Obligado a despegar su brazo de la barra para señalar a tres tipos de traje, dejó claro el porqué su reunión no empezaría. E, indirectamente, le ofrecía todo el tiempo del mundo.
Sus ojos se declinaron irremediablemente por ese adornado traje negro que dejaba mucho a la imaginación, frustrante en cierto modo, alimentaban ese libertinaje propio en él. Como si todo se solucionara por una simple acción como subir sus lentes desvió la vista al pequeño vaso que nisiquiera se había decidido si agarrar o no, y esa decisión tuvo que esperar un poco más porque tal pregunta estaba primero.
Sonrió con un deje de lamentación como si se avergonzara el no haberse presentado antes, aún hacía muestra de tal patética expresión, era parte de esa... Patética actuación.- Saeki, Katsuya Saeki. -Si ya le conocía o no, no habría de qué preocuparse, su nombre estaba limpio a pesar de ser una persona tan corrupta.- ¿Y el suyo? ... -Curiosidad o reales ganas de saberlo, no sabría decirlo.
Sencillamente cuando te encuentras en una lugar así te resulta difícil controlar tu propia voluntad para no entregarte a lo erótico que hay en cada rincón.
Sus instintos eran los que le estaban fallado en ese momento. Apenas notó la bebida que se le fue entregada. Las palabras del contrario parecían no llegar a sus oídos y, de hacerlo, durarían muy poco memorizada. Todo, absolutamente todo el lugar en su mente estaba ocupada con cosas más importantes, más descaradas, más sucias.
Pero volvió a hablar, de su trabajo si había escuchado bien. Siempre que se metían en ese tema tenía que ser discimulado, sin embargo, si te pones a pensar en qué lugar estás y con qué compañía pronto sabrás que no tienes que discimular ni un poco. Sincerandose, entonces...- No empezó la reunión, y no creo que empiece. -Seguía en la misma posición de vago. Su cabeza era la única que se ladeaba un poco para verle y mostrarle esa única sonrisa -que desaparecía con tal sólo ver hacia otra parte-. Obligado a despegar su brazo de la barra para señalar a tres tipos de traje, dejó claro el porqué su reunión no empezaría. E, indirectamente, le ofrecía todo el tiempo del mundo.
Sus ojos se declinaron irremediablemente por ese adornado traje negro que dejaba mucho a la imaginación, frustrante en cierto modo, alimentaban ese libertinaje propio en él. Como si todo se solucionara por una simple acción como subir sus lentes desvió la vista al pequeño vaso que nisiquiera se había decidido si agarrar o no, y esa decisión tuvo que esperar un poco más porque tal pregunta estaba primero.
Sonrió con un deje de lamentación como si se avergonzara el no haberse presentado antes, aún hacía muestra de tal patética expresión, era parte de esa... Patética actuación.- Saeki, Katsuya Saeki. -Si ya le conocía o no, no habría de qué preocuparse, su nombre estaba limpio a pesar de ser una persona tan corrupta.- ¿Y el suyo? ... -Curiosidad o reales ganas de saberlo, no sabría decirlo.
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
Por primera vez en la noche había estirado los labios en una leve sonrisa. Si aquel hombre no tendría “trabajo” por aquella noche no había motivos para dejarle escapar. Kiku era un hombre muy insistente, a la par que autoritario, que no dejaba pasar la oportunidad de demostrar sus dotes de mando. En cualquier sentido.
-Hay muchas formas en las que puede llamarme –dijo sin una pizca de inocencia en el tono-, pero de momento Kiku me basta.
Aquel había sido un apodo –o nombre artístico, como se quisiese llamar-, que le habían puesto en el club donde ejercía como Master. No sabía porque le habían puesto nombre de flor de repente, pero prefería no pesarlo demasiado. Al fin y al cabo ninguno de sus juguetes acababa llamándole así nunca.
Dejando el vasito de sake a un lado, miró a Saeki con algo más de firmeza. Era hora de echar las cartas sobre la mesa si quería darse a entender. El rubio parecía listo y con un carácter que entendería perfectamente el suyo.
-Creo que las preguntas de “a que se dedica”, o “si está casado” sobran en un momento como este, ¿no cree? –empezó. Kiku tenía la impresión de que Saeki o intentaba ser formal dado su trabajo –o a saber qué motivos más-, o le gustaba pasar inadvertido siendo discreto-. No tiene la mirada de un yakuza. Parece más listo que ellos, y con otro tipo de planes. ¿Hay algún motivo en especial por el que se haya quedado aquí tras saber que no hay reunión?
Kiku era demasiado sádico como para no reconocer a los que también lo eran. Unos ojos que solo con una mirada pretendían humillar a la gente, un porte autoritario, distinguido y con capacidad para someter. Si aquel tipo de persona caía en sus juegos podría estar satisfecho con su título de Master.
-Dígame –a pesar de aquellos pensamientos fugaces, aún seguía serio y muy digno. Estiró la mano y con dos de sus dedos le alzó el mentón a su acompañante, mirándole como si le ofendiese que se pusiera en duda quien mandaba allí-. ¿Busca algo en particular?
-Hay muchas formas en las que puede llamarme –dijo sin una pizca de inocencia en el tono-, pero de momento Kiku me basta.
Aquel había sido un apodo –o nombre artístico, como se quisiese llamar-, que le habían puesto en el club donde ejercía como Master. No sabía porque le habían puesto nombre de flor de repente, pero prefería no pesarlo demasiado. Al fin y al cabo ninguno de sus juguetes acababa llamándole así nunca.
Dejando el vasito de sake a un lado, miró a Saeki con algo más de firmeza. Era hora de echar las cartas sobre la mesa si quería darse a entender. El rubio parecía listo y con un carácter que entendería perfectamente el suyo.
-Creo que las preguntas de “a que se dedica”, o “si está casado” sobran en un momento como este, ¿no cree? –empezó. Kiku tenía la impresión de que Saeki o intentaba ser formal dado su trabajo –o a saber qué motivos más-, o le gustaba pasar inadvertido siendo discreto-. No tiene la mirada de un yakuza. Parece más listo que ellos, y con otro tipo de planes. ¿Hay algún motivo en especial por el que se haya quedado aquí tras saber que no hay reunión?
Kiku era demasiado sádico como para no reconocer a los que también lo eran. Unos ojos que solo con una mirada pretendían humillar a la gente, un porte autoritario, distinguido y con capacidad para someter. Si aquel tipo de persona caía en sus juegos podría estar satisfecho con su título de Master.
-Dígame –a pesar de aquellos pensamientos fugaces, aún seguía serio y muy digno. Estiró la mano y con dos de sus dedos le alzó el mentón a su acompañante, mirándole como si le ofendiese que se pusiera en duda quien mandaba allí-. ¿Busca algo en particular?
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
Kiku... Era un apodo partícular, al menos sabía que no se le olvidaría: Sea porque era corto o por la persona que lo llevaba.
No era alguien que recuerde a cada persona con la que se relacionaba, muy al contrario, pero aún así lograba quedar bien de una u otra forma, y es que su orgullo e imágen eran demasiado importantes. Lo eran siempre y en cada situación... Pero por un momentó creyó que significaban aún más junto a ese hombre.
Se limitó a escucharle sin decir palabra alguna, entre momentos con expresión nula y pasiva y luego a alguna que otra sonrisa: Sonrisa que se debía a alguna gracia o simplemente para mantener aquella actitud que desde el principio había tenido para el otro. Una de ellas se debió a su comentario sobre de casado... No, nunca lo había pensando y no creía pensarlo en algún futuro, fue tal la gracia que le causó que una pequeña risa se escapó de sus labios, algo común, al las risas no ser algo que se guarde, solamente que no era algo muy presente en él.
Y luego tuvo que volver al tema del trabajo; quedó 'impresionado' por tal deducción y es que del primer momento su intención no fue asistir a esa reunión: La había desechado por el simple lugar que se realizaba; creía que, quizás, había sido invitado a algún encuentro de trasnoche (y, conocía demasiado a sus compañeros).
Sintió cierto halago proveniente del pelinegro para con él, sobre eso respecto a la inteligencia. Compararlo con un Yakuza sería algo demasiado erroneo. Incorporó nuevamente su postura y negó con su cabeza, ahorrándose palabras.- Sólo quiero asegurarme y no irme de forma apresurada. -Era una respuesta conveniente; no diría cosas como... Bueno, no quería pensar si quiera en algún otro ejemplo. Ello y su sonrisa, a la vez seria, bastaba.
Al escucharle nuevamente se mantuvo en su posición, entrecerrándo un poco sus párpados por tal tacto. Curvó sus labios bajando un poco esa máscara, atreviéndose a acercarse otro poco más, ladeando la cabeza de forma leve para ello.- No, por el momento.-debía ser "sincero". ¿Lo tomaba por idiota? -¿Y usted?
No era alguien que recuerde a cada persona con la que se relacionaba, muy al contrario, pero aún así lograba quedar bien de una u otra forma, y es que su orgullo e imágen eran demasiado importantes. Lo eran siempre y en cada situación... Pero por un momentó creyó que significaban aún más junto a ese hombre.
Se limitó a escucharle sin decir palabra alguna, entre momentos con expresión nula y pasiva y luego a alguna que otra sonrisa: Sonrisa que se debía a alguna gracia o simplemente para mantener aquella actitud que desde el principio había tenido para el otro. Una de ellas se debió a su comentario sobre de casado... No, nunca lo había pensando y no creía pensarlo en algún futuro, fue tal la gracia que le causó que una pequeña risa se escapó de sus labios, algo común, al las risas no ser algo que se guarde, solamente que no era algo muy presente en él.
Y luego tuvo que volver al tema del trabajo; quedó 'impresionado' por tal deducción y es que del primer momento su intención no fue asistir a esa reunión: La había desechado por el simple lugar que se realizaba; creía que, quizás, había sido invitado a algún encuentro de trasnoche (y, conocía demasiado a sus compañeros).
Sintió cierto halago proveniente del pelinegro para con él, sobre eso respecto a la inteligencia. Compararlo con un Yakuza sería algo demasiado erroneo. Incorporó nuevamente su postura y negó con su cabeza, ahorrándose palabras.- Sólo quiero asegurarme y no irme de forma apresurada. -Era una respuesta conveniente; no diría cosas como... Bueno, no quería pensar si quiera en algún otro ejemplo. Ello y su sonrisa, a la vez seria, bastaba.
Al escucharle nuevamente se mantuvo en su posición, entrecerrándo un poco sus párpados por tal tacto. Curvó sus labios bajando un poco esa máscara, atreviéndose a acercarse otro poco más, ladeando la cabeza de forma leve para ello.- No, por el momento.-debía ser "sincero". ¿Lo tomaba por idiota? -¿Y usted?
Invitado- Invitado
Re: Fate night [Priv.]
Aquel hombre le estaba resultando extrañamente pasivo. Esquivo y pasivo, para ser mas precisos. Era como si pretendiese evitar mantener una conversación, pero queriendo que la otra persona hablase y le contase todo. Kiku pensó que, justamente con él, aquella táctica no iba a llevarle a ningún lugar. No era de los que hablaban demasiado de cosas triviales y sin sentido, y menos empezar a revelar sus cosas a un hombre que no parecía querer revelar las suyas.
-Es una lástima -contestó a su último comentario-. Las personas que suelen venir aquí buscan algo en particular. Ya sea observar o querer participar en algún juego mas privado... -cortó de golpe la distancia y el contacto que había logrado hasta ahora para enderezarse y volver a sujetar el vaso de sake, terminandoselo para servirse las últimas gotas del pequeño botellín que tenía sobre la barra. Estaba claro que uno de los dos tenía que dar el primer paso; y aunque eso no garantizaba ganar Kiku pensó que cuanto antes lo hiciese antes empezaría el verdadero juego.
-Yo vengo por las dos cosas, aunque mi trabajo se enfoca mas en la segunda opción -negó a la camarera, que le preguntaba si quería algo mas para beber- Es imposible marcharse de aquí sin sentir la curiosidad del querer tocar y sentir vivamente tus fantasías -bajó el tono de voz, volviéndose un siseo enigmático y en cierta manera seductor. Miró de reojo a Saeki, mientras el vasito de sake volvía a rozar sus labios. Al alejarlo, se relamió-. Seguro que tiene fantasías imposibles, como todos. ¿Que pensaría si le dijese que no son tan imposibles?
Los gritos del público al pararse la música del escenario opacaron la oportunidad de responder a aquella pregunta de Saeki. La primera parte del espectáculo había terminado, y poco después de ello el muchacho que antes había acompañado a Kiku en la barra reapareció, pegándose a su espalda mientras le abrazaba y toqueteaba de forma increíblemente descarada.
-Kiku-san, ¿vendrá a la fiesta del cuarto del fondo? -preguntó, pegando los labios a su oído, mientras muchos se quedaban mirando la delatadora ropa de cuero muy abierta que llevaba puesta- Creo que hemos estado portándonos mal estos días, ya que no ha venido~
Ante aquel ronroneo, Kiku se giró, mirándole por el rabillo del ojo mientras estaba seguro que las obvias intenciones de aquel chico eran captadas incluso por el mafioso. Vaciando el vaso, habló con su voz autoritaria.
-Me parece que os gusta -el chico rió-. Supongo que podré pasarme, no me gustaría que perdierais la disciplina tan pronto.
-¡Si! -le abrazó mas fuerte- Le estaremos esperando cuando termine la segunda parte de la actuación -tras un lametón en la oreja salió corriendo tras guiñarle un ojo a Saeki, de vuelta al escenario.
Con una sonrisa adulta y maliciosa miró al rubio, y mientras otro tipo de música mas dance empezaba...
-¿Le apetece domesticar gatitos conmigo?
… Let´s play.
-Es una lástima -contestó a su último comentario-. Las personas que suelen venir aquí buscan algo en particular. Ya sea observar o querer participar en algún juego mas privado... -cortó de golpe la distancia y el contacto que había logrado hasta ahora para enderezarse y volver a sujetar el vaso de sake, terminandoselo para servirse las últimas gotas del pequeño botellín que tenía sobre la barra. Estaba claro que uno de los dos tenía que dar el primer paso; y aunque eso no garantizaba ganar Kiku pensó que cuanto antes lo hiciese antes empezaría el verdadero juego.
-Yo vengo por las dos cosas, aunque mi trabajo se enfoca mas en la segunda opción -negó a la camarera, que le preguntaba si quería algo mas para beber- Es imposible marcharse de aquí sin sentir la curiosidad del querer tocar y sentir vivamente tus fantasías -bajó el tono de voz, volviéndose un siseo enigmático y en cierta manera seductor. Miró de reojo a Saeki, mientras el vasito de sake volvía a rozar sus labios. Al alejarlo, se relamió-. Seguro que tiene fantasías imposibles, como todos. ¿Que pensaría si le dijese que no son tan imposibles?
Los gritos del público al pararse la música del escenario opacaron la oportunidad de responder a aquella pregunta de Saeki. La primera parte del espectáculo había terminado, y poco después de ello el muchacho que antes había acompañado a Kiku en la barra reapareció, pegándose a su espalda mientras le abrazaba y toqueteaba de forma increíblemente descarada.
-Kiku-san, ¿vendrá a la fiesta del cuarto del fondo? -preguntó, pegando los labios a su oído, mientras muchos se quedaban mirando la delatadora ropa de cuero muy abierta que llevaba puesta- Creo que hemos estado portándonos mal estos días, ya que no ha venido~
Ante aquel ronroneo, Kiku se giró, mirándole por el rabillo del ojo mientras estaba seguro que las obvias intenciones de aquel chico eran captadas incluso por el mafioso. Vaciando el vaso, habló con su voz autoritaria.
-Me parece que os gusta -el chico rió-. Supongo que podré pasarme, no me gustaría que perdierais la disciplina tan pronto.
-¡Si! -le abrazó mas fuerte- Le estaremos esperando cuando termine la segunda parte de la actuación -tras un lametón en la oreja salió corriendo tras guiñarle un ojo a Saeki, de vuelta al escenario.
Con una sonrisa adulta y maliciosa miró al rubio, y mientras otro tipo de música mas dance empezaba...
-¿Le apetece domesticar gatitos conmigo?
… Let´s play.
Invitado- Invitado
Temas similares
» Night · World
» Blackest Night
» Night Dancer [Ouran High School Host Club][KyouyaxTamaki][Doujin]
» One to one [Priv.]
» Bad day [Priv.]
» Blackest Night
» Night Dancer [Ouran High School Host Club][KyouyaxTamaki][Doujin]
» One to one [Priv.]
» Bad day [Priv.]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.