Departamento Narusawa - [Priv.Ian]

por **Narusawa** Sáb Ene 07, 2012 12:54 am

Tras esa relajante y grata caminata, llegaron hacia el alto edificio que podía compararse con un rascacielos entrando al vestibulo de la planta baja viendose las hermosas sillas y una gran decoración con jarrones costosos. Saludó al portero halando al menor ahí, siendo vistos de mala forma por el hombre que vigilaba la puerta, pero el tan indiferente y despreocupado no le hizo caso a tal pequeñez. Ya que su departamento estaba el cuarto piso y los elevadores estaban ocupados tomó las escaleras con las llaves en manos para abrir las puertas por el seguro que tenían estas. Subió con lentitud esperando al rubiecito pues al parecer estaba a un paso un tanto lento y torpe.

- Disculpa por esto~ Pero recientemente estoy haciendo ejercicio - soltó una risita baja mirandolo fijo - Además, los ascensores tardan y hoy, por cierta razón, ando un poco impaciente~ - iban ya por el segundo piso, viendose unos adornos increébles en los pisos por los que pasaban - Creo que es por tu culpa, Ian~ Me haz puesto ansioso, jeje~ - rió en forma de burla, pues sabía que esa risita irritaría al menor y ver esa expresión infantil con reproche y simulando seriedad y fuerza, era tan deleitante.

Llegaron ya, después de unos cuantos tediosos escalones, enfrente de la puerta del nuevo hogar del vampirito. Narusawa pasó la llave por la cerradura quitando esta misma, dejando verse un pequeño recibidor, para verse al fondo la hermosa sala, con su sofá y los sillones, las alfombras, la mesa, la televisión de plasma, los libreros repletos de educación, los adornos, todo se unía para crear una armoniosa atmósfera. Dejó las bolsas en una mesita de la entrada colocando las llaves en un contenedor de marmol blanco con detalles tallados en esa roca. Se descalzó, buscando unas pantuflas para el menor, dejandolas enfrente de este al verlo entrar a la casa.

- Bienvenido, honey~ - abrió los brazos, con una sonrisa ladina, haciendo una bienvenida al otro - Este será tu nuevo hogar~ Espero te guste, yo mismo lo decoré - dijo con orgullo, pues sinceramente, la sala se veía espectacular, saber como luciría su cuarto - Por los momentos, tendrás que dormir junto a mí~ Y no aceptaré un "no" por respuesta, vampiritoh~ - hizo morritos con sus labios, para luego alzar la mano y acariciarle la cabeza a este, desordenandole bruscamente la cabellera, viendo como el broche de cabello se deslizaba de esos suaves y finas hebras rubiales, viendo esta caer en el suelo causando un ruido seco - Oh, mi Dios, lo siento~! - se disculpó, agachandose para tomar este objetos en sus tersas manos detallandolo, viendo lo hermoso que era - Oh, my~ no me digas que es de tu amante... Me sentiré triste si es así~ - dijo en broma, devolviendole el broche - Es bello...

Su mano acarició la mejilla contraria viendolo de forma intensa, sosteniendo esa mirada contra los ojos ajenos mostrandole el deseo y las ansias que tenía por ese vampirito. Sonrió de lado, acercandose, dandole un beso en la otra mejilla que estaba libre de su gentil toque. Se apartó, sin desviar ni un segundo su mirada de los claros y divinos ojos del rubiecito. Se apartó, tomando la bolsa en manos adentrandose a la cocina para acomodar las cosas en la nevera y en los estantes en los que correspondía cada cosa, para ser una persona despreocupa e indiferente, era ordenado con sus cosas, odiaba que todo estuviese fuera de lugar en la casa, pues no hallaba las cosas si las descolocaban... Por eso despidió a la chica que limpiaba.

- Bien, lindura~ - exclamó alegre y cantarin, mirandolo desde la puerta de la cocina, que estaba un costado del lugar, cerca de la sala - Sientete en tu propia casa. Tomate una ducha y luego ven a cenar~ Puedes usar una de mis camisas... - sonrió perverso - Pero si quieres, puedes ir desnudo por este lugar, por mi, no hay ningún problema~ Sería un honor verte andar por la casa como vinistes al mundo~ - rió bajo, coqueto pero malicioso, adentrandose de nuevo en la cocina.

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