Un tipo exótico [priv. Hyoudou]

Se había escapado de la ciudad por varios días, necesitaba algo así como vacaciones y si que le habían resultado agradables, lejos de la ciudad y de varios problemas en esta. El estudio y el trabajo que tenía estaba pendiente seguramente lo habían despedido, lo más seguro es que ya se habían olvidado de él. Pero no fue así, el mismo día en el que llegó en la mañana se encontró con un viejo compañero de instituto y del trabajo de medio tiempo, comenzó a hablarle y a retarle, Saito había desaparecido de un día para otro sin avisarle a nadie, según él no tenía a quien hacerlo. Apenas logró deshacerse de los retos de su antiguo par se alejó del lugar para ir hasta su departamento en el centro. Podía pensar mil y un cosas, que la ciudad era una porquería y que el bullicio era desagradable, pero no podía negar que había extrañado llegar a ese lugar tan bullicioso como siempre.
Se había echo de noche, y aquella tarde había pasado como un parpadeo. Se ducho y salió del edificio en busca de comida, mas la tentación de un trago fue más fuerte, ya tenía 20 años y nunca había acudido a un bar, sólo había bebido en casa de algunos amigos. Entró sin mirar a nadie, no tenía ganas de hacer amigos sólo iba por un trago directamente al bar. Se sentó en uno de las altas sillas y le pidió al mesero un Ruso negro, sólo así podía tomar vodka, aunque a decir verdad sólo había probado tres tragos distintos de vodka. Disfrutó de aquel trago como no lo había echo con ninguno antes, quizás era por que hace meses que no tomaba ningún tipo de alcohol y eso le hacia recordar lo bueno que era, sonrió para si, se sentía bien con un nuevo aire y de apoco la ciudad volvería a envolverlo en la atmósfera tramposa y sucia de las distintas desventuras que tenía que vivir allí. Cerró los ojos por un momento, acabó su trago y pidió un segundo, el que sería el ultimo, sólo quería irse con aquel sabor en sus labios.

Suspiró al beber el último sorbo del primer vaso, cerró levemente los ojos, ya había pedido la otra más escucho un invito yo. Pensó que se lo habían dicho a otra persona pero al sentir la presencia de otro a su lado abrió los ojos y arqueó las cejas antes de mirarlo, con un gesto ni tan desagradable, pero que demostraba desconfianza. No dijo nada, miró al hombre de pies a cabeza, era un gran hombre, supuso que no podría pelear con alguien así, a lo más escabullirse, "los hombres grandes suelen ser torpes". Pestañeó un par de veces y miró hacia el frente. Pensó que quizás parecido muy pobre y le había dado pena a aquel hombre, sonrió ladino y agachó la cabeza.
- Gracias -le dijo sin mirar- pero no es necesario, puedo pagarlo -dijo secamente tomando el nuevo vaso que le habían traído, dejando que el barman se fuera con el que había usado.
Se acomodó en el asiento y miró por sobre su hombro, por el lado contrario al que estaba el otro. Notó que varias mujeres tenían la mirada fija hacia la barra y justamente hacia donde estaba él. Supo inmediatamente que no era su físico el que las atraía y volvió a mirar a su nuevo compañero.
- Las chicas te miran mucho, por qué no vas con ellas? -no quería ser mal educado pero en verdad no le interesaba estar con alguien sentado charlando sobre la vida, uno por que su vida no era muy interesante y lo más probable era que se quedara mudo después de lo que escuchara de su compañero, segundo, eso era una mera escusa por que escuchar era lo mejor que sabía hacer, nunca le gustó hablar demasiado, y tercero aquel hombre seguramente tenía otras intensiones y no pretendía sólo ser gentil con invitarle un trago; sí, quizás estaba siendo paranoico, pero prefería prevenir.

Habría esperado de cualquiera un "está bien, estoy molestando", pero no fue así, había seguido tomando de aquel vaso que cada vez le pasaba mejor por la garganta y bebía más rápido, volvió a mirarle cuando escuchó que no le interesaba ninguna de esas atractivas chicas, entonces era gay y no sólo eso lo segundo lo sorprendió aun más aunque no lo demostró en su rostro, respiró un poco más rápido, bebió otro sorbo de su trago y pestañeó un par de veces, a final de cuentas no había sido paranoia y estaba en lo cierto al pensar que el otro tenía otras intensiones.
-Entonces, con mayor razón debería rechazar tu invitación a este trago -alzó un poco su mano mostrándolo y volvió a bajarlo- lo pago yo... -volvió su vista hacia el frente un poco más nervioso por lo que había dicho el otro.- Ahora no estoy interesado en ser interesante para otros -le miró de reojo- así que muchas gracias me alagas... eres un hombre atractivo no te costara encontrar a alguien más -se terminó su vaso de Ruso negro y suspiró sacando su billetera y el dinero- Suerte con otro- le pagó al barman que pasaba por frente a ellos.
Se levanto de la silla y le sonrió cordial al león, dándose la vuelta camino al baño, necesitaba descargar antes de irse de nuevo a su departamento, su noche no se había arruinado por el mayor, pero no quería ser acosado en un bar por otro hombre, a pesar de ser este un hombre realmente atractivo, prefería ir a su casa de una buena vez y no involucrarse con nadie.

Se había acercado al urinario y se desabrocho los pantalones para comenzar a orinar; sonrió para si mismo al recordar al hombre de la barra, estaba acostumbrado a rechazar a la gente, siendo para ese tipo de propuestas o no y aunque no tuviera demasiadas le gustaba darse el gusto de rechazar a los hombres, sobre todo a los mayores, y no era por nada en personal con aquel tipo, pero nunca había rechazado a alguien de manera tal; una vez terminó subió sus boxers pero se quedó quieto al ver la sombra de alguien atrás, no faltó mucho y abrió los ojos muy grandes al notar como los brazos ajenos se quedaban uno a cada lado de su cabeza, observó las manos ajenas que lo estaban atrapando. Se había quedado paralizado y ladeo un poco la cabeza para ver quien era el que lo acosaba y al escuchar su voz de esa manera alzó una ceja y se enojó más al notar que era el tipo del bar.- Apart... -No alcanzó a decir nada. Su presa? De que estaba hablando y por que diablos se había interesado por alguien tan simple como él, sin duda había gente que estaba fuera de su imaginación y sospechaba que aquel hombre era un peligroso psicópata.

Apenas le tomó del brazo, se removió.- Qué mierda... suéltame -se hizo hacia atrás tratando de safarse del agarre, mas el otro era mucho más fuerte y de un segundo a otro se encontraba dentro de una de las cabinas del baño, miró al mayor de malas ganas y llevo su mano a la cerradura dispuesto a salir de inmediato cuando le escuchó, esa sería una situación algo graciosa para quien la veía de afuera pero comenzaba a asustarse y más por la contextura del otro, no tendría oportunidad, sabía que era mucho más fuerte.- Estas loco... -se dio la vuelta recordando que ya se lo habían follado en una cabina de baño, cerró los ojos medio sonrojado y trató de salir de allí lo más rápido posible.- Si no me dejas tranquilo haré un escándalo -la maldita puerta no se abría;sin dejar de tratar de abrir la puerta, se giró, agitado mirándole a los ojos con el ceño fruncido, pero hacer un escándalo sería muy vergonzoso, mas, aun así lo haría si fuese necesario.