En busca de un oso~ [Oskar]

Arreglo las cosas al fondo de la tienda y se limpio el sudor suspirando, en eso estaba cuando escucho la campana sonar, parpadeando se acerco y fue a ver quien habia entrado, sonriendo se acerco al mostrador.

-hola, bienvenido a la Pet Shop "god Child" en que podemos ayudarle? - pregunto sonriente, a veces se pregunabta si no habia mas vendedores porque siempre que llegaba nunca veia que alguien arreglara o limpiara un poco la parte de atras y eso siempre le retrasaba.

Asintio tranquilamente y le dio la guia de los pets, los de raza de pet Kuma u oso, habian varios de ellos disponibles.

-aqui estan los kumas u osos, puede ver cual es el que desea y me dice el numero y empezaremos la venta...la ficha a llenarse en cuanto encuentre a su pet es esta - le extendio una pagina y una pluma para que llenara los datos.

Nombre del comprador:
Nombre del dueño.:
Nombre del Pet:
Direccion:
Forma de pago[Metálico/Cheque/Visa]:
Forma de envío:

-una vez termine el papeleo entrare la venta y le traeran el pet -sonrio animado.

Tomo los papeles y luego de decifrar lo que decia empezo a ingresasr los datos, una vez terminados de ingresar los datos sonrio tranquilo.

-bien, todo en orden, aqui tiene sus papeles y ahora mismo mandare la orden, desea usted que le de un te en lo que espera? - pregunto mientras giraba la orden para que trajeran al androide...no entendia porque habia dicho que era un oso cuando se trataba del androide pero ese no era su asunto, solo le tocaba vender los pets.

Los dias pasaban uno igual que el otro para mí. No había mucha diferencia ni tampoco mucho que hacer o aprender en ese lugar. Los pets con los que había hablado eran todos distintos y le costaba bastante entenderlos, los dependientes solían estar bastante atareados y aunque de buen grado los ayudó, entre ellos también tuvieron alguna discusión respecto al uso que me estaban dando.
Debía estar en el mejor estado posible para que me compraran sin quejas.

Tuve tiempo de sobra para repasar las conversaciones con Ellis, esa curiosa forma de pedirme las cosas y preguntarme qué era lo que yo deseaba me hacía sentir especial. Esperaba ser un buen Pet para él.

- Ey Tostadora, vienen a por tí.
Dijo otro Pet antes de que los encargados se presentaran en la habitación que me había encontrado Sazuke.

Obedecí cuando me mandaron abandonar el sitio por supuesto. Llevaba conmigo las bolsas de la tienda con la ropa que me había comprado Ellis antes incluso de ser mi amo. Sobre la camiseta blanca me puse una de las camisas de franela a cuadros que me probé ese día, era en negro y blanco y los vaqueros; creo que me quedaba bien.

Al llegar a la parte delantera de la tienda sonreí gratamente.
- ¡Amigo Ellis! ¿Has venido a comprarme? Temí que alguien lo hiciese antes.
Lo hubiese saludado con un abrazo pero eso no era adecuado mientras estuviese tomando el té.
Si por fin me compraba iba a irme de la Tienda sin despedirme de la gente que conocía, como Sazuke y Leonardo, pero seguro que ellos lo entenderían y ya estaban acosstumbrados

Al escuchar la declaración de Ellis mis circuitos chisporrotean de alegría, todo parecía indicar que era cierto y finalmente pasaba a ser propiedad de mi Amigo Ellis al que de ahora en adelante tendría que llamar Amo. Gracias a él empezaba a sentirme completo de nuevo, una tras otra, las funciones protegidas de mi programación se activaban para uso y disfrute exclusivo de mi querido dueño.
Ellis tomó las bolsas para llevarme pronto a mi nuevo hogar, aunque con gusto las hubiese cargado yo mismo. Justamente sobre ese tipo de deferencia hacia mí había estado pensando, llegando a la conclusión que si a él lo hacía feliz o sentirse bien tratarme así debía permitírselo, más siendo ahora mi dueño.

- Muchísimas gracias Amo Ellis, prometo servirte fielmente y complacerte siempre que pueda.
Dije añadiendo una sentida reverencia con la mano en el pecho. Él era el centro de mi existencia a partir de entonces.

Cuando comentó de ir a casa lo seguí todavía con la sonrisa en los labios. Sólo me volteé un instante para despedirme adecuadamente de Luan.
- Como gustes Ellis, ya no tendré que regresar a la tienda por la noche. Podré estar en tu casa, dormiré en la habitación que me preparaste. Comenté satisfecho de que así fuese.

Al salir a la calle y llegar al auto, estuve a punto de volver a bajarme para ser yo quien le abriera también la puerta a Ellis, pero creí entender la orden implícita de entrar cuando me invitó a subir a su auto. No podía dejar de mirarlo, me costó incluso prestar atención a su modo de conducir (el cual era mejor que la última vez) mientras nos dirigíamos a su casa.
- Cuando quieras, puedes decirme de qué tareas ocuparme en casa y como te gusta que las haga. Cocinar, limpiar… todo lo que desees.
Le comuniqué para que lo tuviese en mente. Sus deseos serían mis órdenes y cuanto antes me diese las instrucciones, antes podría empezar a satisfacerlos.