Por un crio molesto... ( Lagi #346)

Su trabajo era demandante, lo sabía y realmente aquello no le molestaba, ser médico era algo que le apasionaba, tal vez no por los motivos que uno tendría en mente, no a él no le interesaba ver la cara de felicidad de los familiares cuando el enfermo salía adelante ni mucho menos ayudar a niños pequeños los cuales francamente aborrecía, no, a él le gustaba ser médico por la ciencia, por la sangre, porque la vida de los otros dependía de él y de la realización de un buen trabajo, si eso era realmente lo que amaba. Era después del trabajo, en sus horas libres lo que le había echo llegar a esta tienda que gracias a uno que otro trabajito que realizaba "debajo de la mesa" conocía. Era alguien solitario, que prefería mantener su vida privada como eso "privada" pero debía admitir que el llegar a una mansión donde no había un alma más que él era simplemente agotador y de cierta forma deprimente.

Tomo las llaves de su rol royce y con una mirada indico al chofer que por esta vez no eran necesarios sus servicios, arranco pasando las calles una tras otra, tendría a uno de esos pets y más le valía a este llenar sus expectativas. No tardó mucho en llegar estacionando el auto enfrente de aquella pequeña tienda que a simple vista pasaba inadvertida por los transeúntes

Se acomodó la corbata antes de abrir la puerta de la tienda que índico con una campanita que un cliente había llegado

Buenas tardes... -hablo posando una falsa sonrisa de negocios en el rostro-

-Observo el lugar, simplemente parecía que un tornado había pasado por ahí, no se explicaba que es lo que hacían ahí aquellas pequeñas bolitas de algodón y no es que realmente le interesara saber la respuesta, observo al joven de manera directa siguiendo sus movimientos, tomándose un tiempo para contestar-

Necesito un pet, de raza fuerte, que resista y que sea hombre... -estaba harto de las mujeres, demasiado problemáticas y dramáticas aparte por lo que planeaba hacerle a su pet prefería uno que no pudiera salir embarazado de la noche a la mañana-... crees tener lo que busco?... -le miro serio esperando respuesta, ya que si no encontraba lo que quería el viaje a la tienda resultaría ser solo un desperdicio de su tiempo-

- No era muy paciente pero aparento que lo era mientras esperaba que el dependiente sacara las fichas de lo que buscaba- ... -en silencio tomo cada una de las fichas leyéndolas superficialmente hasta encontrar algo que le interesara, era un médico así que gozaba de buena memoria y le era sencillo recordar cada uno de los datos de aquellos pets-

-escucho nuevamente al dependiente hablar- lo sé... -viendo por un momento al joven que al parecer sabia de su trabajo- ... digamos que esto es un pequeño capricho... me encargare de entrenar mi pet... -una sonrisa sin realmente sentimientos surco su rostro- quiero este ... -aparto de las otras fichas la del dragón, sin dar mayor explicación tan solo no consideraba necesario dar sus motivos-…. Más vale que resista… -dijo más para si con cierto aire sínico en la voz-

no creo que lo desees realmente... -no con lo que planeaba hacerle a su pet, aunque aquel ultimo pensamiento prefirió mantenerlo en su cabeza después de todo ya estaba planeando como divertirse a su manera con el dragón- espero que no salga con defectos... -miro una vez más a aquel joven antes de tomar el formulario y comenzar a llenarlo sin más, era mejor acabar con esto rápido-

Nombre del comprador: Tom Riddle
Nombre del dueño.: Tom Riddle
Nombre del Pet: Lagi
Dirección:Mansion Riddle
Forma de pago: Cheque
Forma de envío: Directo

-regreso el formulario ya llenado, sin decir más observando una vez su reloj, se alejó del mostrador sentándose en un pequeño sofá de espera-

Nuevo día en aquel estupido lugar. Desde que me capturaron para llevarme a aquella residencia, todos los días eran completamente iguales y ya me empezaba a cansar de aquella maldita rutina.
Aquel día me había despertado, como siempre, en ese suelo tan incomodo, con aquellas escasas mantas, desayune lo que me ofrecieron y me senté enfrente de la pequeña ventana, desde la cual veía un parque, en el que ansiaba estar tumbándome en un árbol disfrutando del día. No había un solo día que no hiciera eso, siempre enfrente de aquella ventana deseando ser libre de una vez. Lo que no me esperaba en ese día es que por fin iba a conseguir ser libre.

Pasaron las horas y llego la hora de comer, comí como siempre y volví a la ventana, estando de espaldas hacía la puerta con rejas, no me gustaban esas vistas, prefería ver los pajaritos, jugar con ellos o quizás cazarlos.

-observó por enésima vez su reloj mientras chasqueaba la lengua, porque diablos tardaban tanto en traerle a SU pet?, y aquel pensamiento de cierta forma le agrado pues desde ahora aquel dragón le pertenecía tan solo a él, era simplemente de su propiedad, y valla que el medico era posesivo con lo que consideraba suyo- … tsk… -bufo comenzando a perder la paciencia, si tardaban más seria el quien se metería e iría arrastras por Lagi, frunció el ceño mientras suspiraba intentando mantenerse calmo aunque muy probablemente su mal humor caería en su ahora mascota cuando le viera- su servicio es demasiado lento...

Y seguí mirando los pájaros deseoso de cazarlos, cuando un sonido se escucho detrás mío, eran sin duda los barrotes de mi jaula, por llamarlo de alguna manera. Me gire y mire a un hombre bastante grande y fuerte, como me estaba llamando para que fuese con el. Y como si fuese un gato le bufe, pero enseguida se abalanzo hacía mi cogiéndome del brazo de mala gana y sacándome de aquella apestosa jaula, poniéndome un ridículo collar del cual salía una correa que agarraba el hombre.
Empezamos a caminar por un pasillo saliendo a lo que supuse que era la tienda. “¿Estoy siendo vendido? ¿Voy a salir de aquí?” Estas fueron las palabras que pasaron por mi mente. Mi cara empezó a mostrar un poco de felicidad, pero casi se termino en cuanto vi el chico que estaba ahí plantado, esperando a que yo le fuese entregado. Aquel hombre que me había sacado de la jaula, de mala gana me soltó de la correa y me echo a los pies del que sería mi nuevo amo, Tom.
Le mire serio y de no muy buena gana. No me gustaba.