Una noche mas... //libre//

por Invitado Lun Dic 20, 2010 9:05 pm

Como ya me era costumbre despues del trabajo decidí ir a la discoteca, no a bailar, no a beber. Yo tenía un objetivo claro; encontrar a un adorable muchacho el cual llevarme a la cama para darle bien por detras toda la noche.

El ambiente estaba algo frío, asi que sobre mi ajustada camiseta sin mangas color negro, me puse una chaqueta de cuero la cual convinaba perfecto con mis jeans oscuros.
Había salido de casa a eso de las 23:30 y no tenía pensado regresar solo, aunque tuviese que amanecerme en la disco.

Entré al lugar luego de fumarme un cigarrillo en la entrada y hechar una rápida examinada a todo aquel que se veía medianamente decente, pero ninguno fue de todo mi gusto asi que estuve "obligado" a ingresar.
El garito esta repleto, hombres y mujeres (aunque estas eran muy pocas) bailaban desenfrenadamente en la pista al ritmo de la música electónica. Yo me abrí paso entre varias miradas insinuantes y susurros de "bailemos" hasta la barra donde pedí un vodka con tonica el cual me bebería tranquilamente mienytras esperaba que mi preza apareciera... la noche era larga y yo no tenía prisa, esperaría lo que fuera para poder llevarme a casa al tio mas guapo del lugar.

por Invitado Miér Dic 22, 2010 7:52 pm

Había llegado a uno de los barrios mas juerguistas del centro siguiéndole la pista a alguien. Y es que, en su profesión, era encontrar a los demás corruptos o ser encontrados por ellos, y sinceramente no era su estilo quedarse esperando a que allanasen su casa. Vestido con su mejor traje y llevando una gabardina por sobre los hombros, acabó metiéndose en uno de los locales mas frecuentados por la juventud de aquella alocada e hiperactiva ciudad.

La música sonaba desde los grandes altavoces del techo, haciendo que el suelo casi vibrase con el sonido de los bajos. Colándose entre la gente, con aquella sonrisa enigmática suya, observó los rostros iluminados por los focos de colores de la gente a la que dejaba atrás, llevando al espacio entre la barra, donde pudo acceder a los límites de un pequeño pasillo con una puerta al fondo. Muchas veces citaban allí a los que dominaban Tokyo -de alguna u otra forma, entre lo legal y lo ilegal-, para tratar sobre los pequeños comercios que se colaban en la ciudad como venta de drogas o armas, entre otras cosas mas macabras.

Cuando al fin terminó de escuchar protestar y jurar masacre y torturas a un par de mafiosos sobrexcitados, pudo al fin acercarse a la barra, mientras la canción cambiaba a una de electro-dance y hacía subir a la pequeña tarima redonda a dos jovencitos de muy buen ver. Pasó, rozando por la falta de espacio al joven castaño de mirada astuta que acabó situado junto a él.

-¿Ruso Blanco, Asai-sama? -el camarero se tuvo que inclinar y alzar la voz para que le escuchase.

Hiroyuki asintió, sacando la caja de cigarrillos, a falta del Kiseru, para llevarse uno a la boca.

-¿? -palpó sus bolsillos, no encontrando el encendedor. Levantó la vista y alzó su pálida y estilizada mano hacia el joven que tenía al lado- Disculpa -se acercó ligeramente, para que pudiera oírle. Su acento, aún hablando alto, era algo que se notaba- ¿Tienes fuego, molodye~?

[*Ruso; "chico" / U: Con permiso~]

por Invitado Miér Dic 22, 2010 8:52 pm

Mi vista se habia quedado entretenida en el suave movimiento de caderas que dos chicos sobre el cubo tenían al ritmo de la música. Eran unos criajos, pero como estan las cosas hoy en día, a menos edad mas calientes y follables son.
Sonreía ladino, no tenia intención alguna de invitar a aquellos muchachos una copa, pues yo estaba en busca de algo grande. No quería un niño, estaba buscando un hombre.

Pude distinguir entre la muchedumbre a un tipo bastante atractivo que se acercaba a la barra quedando a mi lado. No lo miré de frente, pues jamas mostraba mi interes en una persona como primer acto. Por el rabillo del ojo pude analizar sus finos, pero masculinos rasgos. De seguro tenía mi edad, quizás un par de años mas. Se veía como todo aquello que había estado esperando encontrar esa noche.
Iba a hablarle cuando fue él quien rompió el hielo. Dirgi entonces mis ojos hacia él, tomando nota mental de cada detalle que antes no había podido divisar. Naríz delgada y respingada, ojos alargados de un color muy llamativo, labios sensuales que invitaban a ser besados y un flequillo que caía sobre su rostro dando un aire muy sofisticado. Ya estaban las cartas hechadas..era él con quien me iria a casa esa noche.

Le sonreí en media luna y busque mi mechero en la chaqueta con toda calma.
-Aquí tienes- le dije encendiendo la llama y acercándosela para que encendiera su cigarro. (siempre me ha gustado encenderle el cigarrillo a los demas, es una manía que cojí con un ligue hace tiempo.)
Mis ojos estaban clavados en sus labios, suaves y carnosos...tentadores.
Una vez que este ya había encendido su cigarro saqué yo uno y tambien lo encendí. Note en su forma de hablar un acento algo extraño, en otro momento me hubiese importado muy poco, pero aquel pequeño detalle me había dado el pie para comenzar una charla y así no dejar que se me escapara.
-Eres extranjero, verdad?- Pregunté con tono casi desinteresado mientras calaba suavemente el cigarrillo y hechaba una disimulada mirada a la barra por si es que llegaba mi trago.

por Invitado Jue Dic 23, 2010 10:18 pm

La llama del mechero se reflejó en sus orbes casi plateadas, mientras estos se centraban primero en ella y luego en el joven al que había acabado por acercarse levemente para poder prender la punta del cigarrillo. Tras una efímera caída de párpados se separó, volviendo a ponerse recto junto a la barra, cogiendo el tabaco entre sus dedos para expulsar el humo a un lado, volviendo la vista hacia el muchacho, aparentemente mas joven que él.

-Spasibo -agradeció, apoyando uno de los brazos al borde de la barra plateada, de forma que pudiera mirarle completamente de frente- Al igual que tu, ¿me equivoco? -afirmó y le devolvió la pregunta. Tenía una manera de hablar que recalcaba algunas veces las sílabas fuertes; que era lo que mayormente le delataba- Soy de madre rusa y padre japonés -dio una leve explicación, no deseando explayarse mas. Sabía que al otro poco le importaba, y a él no le interesaba entrar en detalles de procedencia en un lugar como aquel- Oh, estoy servido, gracias~ -le hizo un gesto con la mano a otro camarero, mas joven, que se acercaba a atenderle, dejando la bebida de su interlocutor frente a este, sobre un posa vasos.

Hiroyuki le miró. Su mirada era lo que mas le atrajo en un principio. Piel morena, aspecto de alguien que lidera. Era interesante; aún con la sensación de deja vù que le provocó su imagen. ¿Sería alguno de los nuevos empresarios de bajos fondos de los que aquel peculiar “sindicato del mal” estaba mencionando antes, en la sala VIP? Había mirado algunas de las fotos echas por los espías de aquella gente, pero no le había prestado atención a ninguna en particular. Al mafioso le gustaba jugar a “encontrar el enemigo” por su cuenta.

-Te invitaré a eso -señaló su bebida. Aquella noche tenía ganas de divertirse con alguien ajeno a su círculo de conocidos-. Como agradecimiento~ -hizo un gesto con la mano, refiriéndose al cigarrillo, viendo como depositaban el grueso vaso con el ruso frente a él. Antes de que pudiera cogerlo el escenario se llevó toda su atención, ya que los dos muchachos que habían subido parecieron ponerse a dar un espectáculo de roces y besos tórridos ante el vitoreo del público que bailaba al son de la música.

-Fuh~ -cogió el vaso y miró al chico- Este lugar nunca me decepciona -comentó, acercándole la copa, como queriendo chocarla contra la del otro- Me llamo Hiroyuki Asai -incluyó el apellido, dándose a conocer como miembro de aquella familia mafiosa en particular- ¿Puedes acompañarme un rato mas~?

por Invitado Sáb Dic 25, 2010 4:33 pm

Iba a responder su pregunta sobre mi nacionalidad, pero pude notar por el tono de su voz que continuaría hablando y no quice interrumpirle, pues mientras él articulaba cada palabra mis ojos se sumergian en un mar de fantasias producidas por el movimiento de sus labios.
Asentí nada mas para demostrar que le ponía algo de atención y volvi mi vista hacia el chiquillo que había traído mi trago.

Había cojido mi vaso y jugueteaba con él, haciendo que los hielos chocaran con el cristal de este haciendo un delicado ruido que era tragado por la mñusica estridente del lugar.
Hubo un momento de silencio en el cual no quice abrir la boca. Soy de los que prefieren escuchar que hablar, "por la boca muere el pez"; esa frase siempre será mi amiga pues jamas te enteras de quien tienes al lado hasta que no te hable.

Dejé descansar mi cigarrillo sobre un pequeño cenicero que había en la barra y acerque lentamente mi bebida a mis labios, aunque detuve el intento de beberla en cuanto le oí decir "te invito". Le mire con el ceño semi fruncido y estuve a punto de expresarle mi nulo interes de beber a sus expensas cuando moviendo el cigarro graciosamente con su fina mano me daba a entender que quería "pagar" por el fuego que le había prestado. Acepté (no de muy buena gana), que pagara y le di un largo trago a mi vaso que estaba detenido frente a mi boca.

La música seguía sonando, pero ahora parecía ser mas baja, pues el lugar se llenó de gritos, silvidos y hasta gemidos en cuanto los chicos que habí estado mirando anteriormente sobre el cubo comenzaban a dar cierto espectáculo que a mi compañero parecía gustarle.
-Ciertamente, no me gustan los niños.- le dije en forma seria aunque sin quitar la vista de ambos cuerpos jóvenes meneandose frente a nosotros. -Están muy guapos, pero yo siempre voy a preferir un hombre de verdad- Concluí dando otro trago a mi vodka sonriendo en media luna y chocando mi vaso contra el de él.
Alcé una ceja y mi sonrisa se amplio al escuchar su "propuesta"?...
Luego de presentarse.
Soy Brad Taylor- respondí disimulando muy bien la sorpresa que me había llebado al escuchar su nombre y asociarlo rapidamente a una de las familias mas poderosas y peligrosas de la zona.
-Y me encantaría poder acompañarte un rato mas... un chico como tu debe de andar con cuidado por sitios como estos o podrían intentar violarlo.- dije en tono de broma antes de cojer nuevamente mi cigarro y calarlo.

por Invitado Mar Dic 28, 2010 8:38 am

-Entonces prefieres los hombres, independientemente de la edad que tengan. YA soglasen~ -rió ante sus palabras, estirando sus labios finos, elegantes y aparentemente suaves al tacto, no pudiendo evitar concordar con los pensamientos de su interlocutor-. Supongo que los adolescentes están bien solo para mirarlos de lejos -volvió a observar la escena, viendo aquel indecente espectáculo, al que mas de uno intentaba sumarse. Una escena de depravación pura que solo hacía brillar sus ojos con un ligero haz plateado, malicioso, astuto... Levantó el vaso y bebió.

Ahora sabía a que se debía aquel extraño deja vù que le rondaba en la mente al haberse fijado mas en el agraciado físico de aquel chico. Una vez oído su nombre, lo asoció rápidamente con alguno de los nuevos empresarios ilegales que rondaban recientemente la ciudad, y de los cuales había hablado con el resto de cabezas de familia hacía menos de media hora. Sonrió, entornando los ojos, resultándole irónico encontrarse con uno nada mas escuchar de los otros que debían darle una pequeña lección sobre quien hacía negocios en aquellos terrenos. Aunque a Hiroyuki no podía importarle menos, ya que su jurisdicción abarcaba mas las afueras, tanto de Tokyo como de Kawasaki; que hubiese gente como Taylor haciendo sus propios trapiches ni le iba ni le venía. Al menos de momento.

Cuando bajó el vaso, la música ya había cambiado a otra mas lenta, sensual y provocadora, y las luces de aquella discoteca adquirieron tonos rojos, como si invitasen a la lujuria. Muy adecuado para el tema que le planteó el mas joven.

-No creo tener la edad para ser considerado ya un chico -rió. Su porte no irradiaba especialmente masculinidad firme, pero si decía a gritos que pasaba de los treinta. Sobre todo aquella mirada suya. Siseó, pasándose la punta de la lengua entre sus labios para recoger los últimos restos del ruso blanco antes de mirarle, apoyarse en la barra e inclinarse hacia él- ¿Eso quiere decir que te quedarás conmigo para socorrerme en el caso de que lo intenten o que vas a intentarlo tu~?

Tanto sus palabras como las del otro podrían perfectamente ser consideradas una indirecta en toda regla. Sería interesante verle intentar “atacarle”, así como sentir como se desenvolvía una vez que lo consiguiera. Mientras le miraba y sostenía el cigarrillo, llevándoselo a los labios para dar una larga calada, era como si le desafiase a hacer todo lo que estaba pensando. Después de todo había terminado ya su trabajo y le quedaba por delante una noche muy aburrida.

-¿Debería cuidarme las espaldas si voy al baño~? -le tocó bromear, aunque algo hiciera parecer que lo decía en serio.

[*Estoy de acuerdo]

por Invitado Mar Dic 28, 2010 7:38 pm

Una suave sonrisa se dibujo en mis labios al ver la lengua de mi interlocutor pasear graciosamente sobre su boca. Había pensado en lo delicioso que sería atrapar en un beso aquella húmeda y sensual lengua, y eso me hacía gracia, pero ni se acercaba al chiste que me pareció su pregunta (un tanto insinuante), la cual me hizo soltar una pequeña risa por lo bajo mientras negaba con la cabeza aun sonriendo.

Me tome el tiempo de beber nuevamente de mi vaso, hasta que este estuo vacío antes de decir algo. La situación se estaba tornando sensualmente divertida, y gracias a su inocente? comentario las ideas pervertidas estaban ya circulando por mi cabeza.
Las luces del lugar, ahora de un tenue color sangre le hacían ver aun mas hermoso. Sus ojos claros parecían brillar entre la roja azabache oscuridad que a ratos nos cubria y el sonido lento de la música insitaba mi mente a imaginar a ese hombre completamente desnudo y rendido frente a mi.

Me acerqué un poco mas a él, haciendo que mis labios rozaran su oido al susurrar (con la excusa del volumen tan alto de la música). -Pierde cuidado con tu espalda..de ella me encargare yo-... Antes de apartarme, asome un poco mi lengua la cual acarició el lóbulo de su oreja de una forma tan sutil que parecia ser un accidente.
Me quedé viendole por algunos segundos mostrando una expresión seria, pero interesada y peinando mi cabello con mi diestra hacia atrás avance un par de pasos lejos de la barra.
-Muero de calor..este sitio esta ardiendo- No pude evitar desviar mi mirada nuevamente hacia donde los criajos estaban antes bailando y ahora, se besaban tortuosamente lento, al ritmo de la música y de sus movimientos sutiles de caderas.
-Voy al baño a mojarme el cabello.- Dicho esto seguí avanzando entre la gente que mas que bailando se encontraban liandose unos con otros como en una especie de orgia prematura al sexo.
Camine a paso firme y sin voltearme a ver si es que mi sexy "amigo" me seguía, aunque debo confesar que lo unico que quería era que este me siguiera para poder terminar los dos en el baño, mal que mal, la experiencia en estos clubes me enseña que no hay mejor lugar para "conocer" a alguien nuevo que el baño.

por Invitado Miér Dic 29, 2010 7:44 am

Cuando vio al otro acercarse, bajó el cigarrillo lentamente, prestando su oído para cualquier cosa que quisiera decirle. Su aliento cálido golpeó su piel de una manera que le hizo pensar demasiadas cosas en un momento; mas aún teniendo de fondo aquella música de club de Streaptease y aquel ambiente cargado de testosterona. Le miró de reojo al notar su lengua, sutil, caliente, incitadora, haciéndose una idea muy gráfica de a que se refería.

-No se si eso me tranquiliza especialmente~ -rió por lo bajo, volviendo a darle otra calada al cigarro, mirándole. Que un chico como aquel “cuidase su espalda” no estaría mal. No se veía tan joven para ser inexperto y había captado perfectamente todas sus palabras. A parte que tenía un físico agraciado y un carácter sensual y provocativo...

Le dejó partir hacia los baños de aquel Club, tomándolo como una invitación aunque no lo fuera. Terminó de vaciar el vaso y sacó de su bolsillo interior un billete, dándoselo directamente al joven camarero, que hacía rato que se fijaba en ambos, para que se cobrase y guardase la propina. Una voz firme a sus espaldas, con acento marcado y casi torpe le hizo girarse, viendo a un gran hombre rubio y uniformado recto, junto a él.

-Boss, el coche está...

-Puedes irte a casa -le interrumpió, apartándose de la frente un fino mechón del flequillo con un gesto juguetón con los dedos. Aquel chico era su chófer personal, el que le había traído aquella noche en el Jaguar blanco que en esos momentos esperaba fuera-. Creo que esta vez me tomaré mi tiempo -el otro parecía querer intervenir de nuevo, pero Hiroyuki lo interceptó-. Puedes decirle a los de la casa principal que pasaré la noche en mi apartamento -le dio un toque con la mano en el hombro antes de pasarlo de largo. El rubio hizo un cabeceo en señal de respeto antes de desaparecer entre la gente.

Esquivando coquetamente a personas de camino al baño, incluso tras hacer ciertas florituras para pasar de largo a un tipo musculado y enorme, llegó al pasillo precedente a los lavabos. Giró a la derecha, donde estaba el de hombres y acabó entrando tras esquivar a otros dos que se besaban junto a la puerta. El medio ruso no frecuentaba locales así a no ser que fuera por trabajo, pero parecía que aún así había podido enterarse de como funcionaban las cosas en aquel tipo de lugares donde lo primordial parecía encontrar pareja de cama para aquella noche.

-Si te centras demasiado en las espaldas de los demás dejarás al descubierto la tuya~ -comentó al acercarse al castaño, localizándolo frente a uno de los lavabos y aproximándose por un lado, imitando aquel roce en su oreja que había sentido momentos atrás. Pasando los brazos a ambos lados de su cuerpo se apoyó en el borde de aquella pieza de porcelana blanca, dejando parte de su pecho ligeramente pegado a la espalda ajena.

por Invitado Lun Ene 03, 2011 7:04 pm

Agache la cabeza y deje caer mi flequillo sobre mi rostro para ocultar la sonrisa de gusto que se habia dibujado en mi cara al oír su voz. Realmente estaba entusiasmado con ese hombre y confirmar que él tambien lo estaba me regocijaba, pues si no quisiera lo mismo que yo no me habria seguido al baño.
Me voltee ya con mi cara seria nuevamente y paseando rapidamente mis ojos por su perfecta anatomía me recargue en el lavamanos haciendo que nuestra "intima" cercanía se rompiera por unos instantes.

Me relamí los labios y sonreí arqueando una ceja, eso era un tick para mi. Siempre que imaginaba mis movimientos antes del sexo jugueteaba con mi lengua y mi ceja izquierda se levantaba un poco.
-Yo siempre he sabido cuidar muy bien mi espalda...- dije cojiendolo por el cuello de la camisa y acercandolo un poco hacia mis labios para susurrar sobre ellos de manera insinuante. -Y también soy muy bueno encargándome de las espaldas de otros.- Agregué antes de hacer amago de besarlo y volver a separarme de él con la misma sonrisa de hace un rato.

El baño, como era de suponerse estaba lleno de parejas (y trios) las cuales no esperaban un cubiculo libre precisamente para poder orinar; los mas impacientes estaban dando espectáculos sexuales a vista y paciencia de quien quisiera mirar, al igual que los drogadictos usaban cualquier superficie plana para poder inhalar algo de polvo.

Yo estaba muy atento a los movimientos de cada chico que veía en el baño, y aunque mi atención era llamada poderosamente por el cuerpaso de mi compañero no dejaba pasar la oportunidad de obtener algo "mas privado".
Estaba jugueteando con un mechón de su cabello y pasando una de mis manos por sus fuertes brazos cuando lo que esperaba se dio. De golpe la puerta de uno de los cubiculos se abrio para dejar salir a un chico sudoroso y semidesnudo sangrando por la nariz. Era mi oportunidad.
Cojí al pelinegro por la camisa, como antes pero ahora con mas fuerza, y lo empuje dentro de la casilla antes de que cualquier otra pareja (trio o grupo que esperaba tambien) nos quitara la oportunidad de ingresar.
No me di cuenta con que fuerza lo habia empujado hasta que note como su cuerpo se azoto con la pared metálica haciendo un ruido sordo. No me importó, yo ya estaba ansioso de poder tenerle entre mis brazos y eso se notaba, pues en cuanto cerré la puerta pasando el pestillo me fui sobre él abriendole la camisa de un solo jalón.
Contemplé su torso desnudo por unos segundos, con expreción casi aucente... luego, me acerque furiosamente a besar su cuello mientras recorria su pecho con mis manos deseosas de provar su piel.

por Invitado Vie Ene 07, 2011 8:24 am

Que supiera cuidarse era algo que no dudaba, ya que tenía el aspecto de alguien seguro de sus ideas y rebosante de confianza en si mismo. Aquel jueguecillo sutil que se trajo antes de poder ocupar uno de los cubículos demostraba todas sus intenciones, así como resaltaba las suyas propias. Antes de darse cuenta, y tras mirar de reojo a aquel desafortunado muchacho que había dejado libre el baño, sintió el tirón y luego el golpe en su espalda, que le hizo tener un escalofrío hasta la nuca.

-¿Estás impaciente o es que te va dominar de esta manera? -sonrió, viendo los botones de su camisa saltar y parte de su pálido cuerpo salir al descubierto. Tenía músculos no muy marcados, de piel blanca, suave, sin dejar de parecer masculino. Era un tipo de belleza extraña. Tras poder enderezarse alzó el mentón, dejando al otro proceder mientras él mismo quería poder sentirle.

Levantó las manos y delineó su cadera, al tiempo que levantaba una rodilla y la colaba entre sus piernas. Jugueteó con los bajos de su camisa antes de colarse bajo ella, sintiendo su cálida espalda, sus hombros y deslizándose hacia delante para palpar también sus pezones, masajeando sus pectorales. Hiroyuki no era de los que buscaban sexo ocasional por las noches en clubes como aquel, pero al parecer había hecho una excepción con aquel muchacho al ver su ingeniosa y directa forma de llevar las cosas.

Tomándolo de la cadera hábilmente y haciendo un movimiento con la pierna para lograr abrirle las suyas, se lo acercó, utilizando la mano contraria para alzarle el mentón, separarle de su cuello y acariciar sus labios húmedos con el pulgar; introduciendolo luego para abrirle la boca, acercarse y besarle, colando la lengua dentro en pos de frotarse contra la del mas joven. Su mano palpó su cuello, su nuez, una parte que le gustaba sentir, antes de seguir bajando hasta el cinturón de su pantalón, desabrochandolo sin prisa. Su otra mano, antes en la cintura, traspasó los límites de su baja espalda y se adueñó de su trasero, apretando sus nalgas y delineando con sus largos dedos la separación entre ellas, presionando donde intuía que estaba su apretada y deliciosa entrada.

Aquel chico no tenía cara de ser un pasivo, pero nunca se sabía. Lo que pasase aquella noche entre música abombada y los gemidos y obscenidades que se oían en los cubículos de al lado no estaba escrito, así que se permitiría perder el control tanto como quisiera. Hacía mucho que no hacía alguna locura -obviando el hecho de que fuese mafioso, claro-, y el estar sintiendo como su cadera se frotaba contra otro era el principio de una; aunque realmente no bajase nunca la guardia. Era cierto que había muchos embaucadores que deseaban verle bajo tierra, y le excitaba pensar que Brad fuese uno de ellos. Quizás por no saber la manera en la que procedería.

por Invitado Dom Ene 16, 2011 5:50 pm

Estaba practicamente decido a meterme en la boca su gran polla así que bastante ansioso habia comenzado a bajar por su figura beso a beso; pero las acciones del pelinegro me obligaron a cambiar de idea por el momento ya que en cuanto senti su rodilla posicionarse entre mis piernas mi cuerpo se irguio como acto reflejo y comence a "frotarme" contra su cuerpo para hacer mas intenso sus roces. Un bajo suspiro salio en cuanto sus manos llegaron a mis pezones (una zona bastante sensible) y como para devolverle el favor le di un sensual mordisco en el cuello, donde sentí latir su pulso.

Frunci el ceño, sintiendome un poco incomodo por sus movimientos. Nunca había dejado que alguien me manipulara de esa forma, pero como el tio estaba bueno me deje hacer mientras no pasara los límites.
Enrede mi lengua con la suya en un beso bastante apasionado y acelerado.
El beso se rompio en cuanto comenzo a acariciar mi cuello; yo estaba con las manos prendidas de su espalda bajando lenta y rapidamente alternadamente por aquella superficie suave y fuerte esperando el momento oportuno para llegar a sus genitales, los cuales estaba deseando de hace un rato.

Ya había sentido una de sus manos situarse "peligrosamente" en mi cintura, cosa que tambien me habia incomodado, pero en pos de darle bien por el culo había aceptado resignado hasta que un escalofrio recorrio todo mi cuerpo en señal de alerta. Todo en mi se erizó completamente e incluso, senti mis musculos tensarse. Estaba haciendo lo que creía que hacía?? joder como era posible que ese hombre quisiera dominarme?. Un afeminado no era, pero desde que le había visto en la barra supuse que era pasivo.

Me separe un poco de su cuerpo volviendo a hacer distancia (la distancia minima que puedes obtener en un cubiculo de 2x1) y seriamente clave mis ojos en los suyos. Se veía deliciosamente entusiamando, pues aun no creía que estuviera caliente, su respiración agitada, como la mía hacia subir y bajar su perfecto pecho y sus ojos, fijos tambien en los míos me hicieron decistir de mi idea de salir de allí y busque otro metodo... Si este no es pasivo, sera hora de que lo sea.

Estaba muy serio, mis ojos y rostro no demostraban sentimiento alguno, ni furia ni calma, era casi un rostro aucente. Me acerque despacio a su rostro y pegando mi frente con la de él baje mi mirada hacia sus labios. -Te has equivocado conmigo, sabes???- Sonrei ladino y mi voz sonaba como un susurro o un jadeo, muy suave, despacio e insinuante.
-Aquí... y en todas partes...-Mientras le hablaba situe lentamente mis manos en los costados de su cadera.
-Soy yo quien hace el primer movimiento. Dicho esto lo gire fuertemente epotrandolo de frente contra la pared del cubiculo dejandolo ahora de esoaldas hacia mi. Me sutie detras de él y pegue mi cuerpo al suyo, sonriendo.
Busque sus manos y las sujete por las muñecas sobre su cabeza con una de las mías, pues la otra, la tenia aun situada en su cadera la cual acariciaba despacio mientras mi lengua recorria su oreja y mi pelvis comenzaba a moverse contra su irresistible cuerpo.

por Invitado Jue Ene 27, 2011 8:31 pm

Pareció responder a todos sus movimientos físicos, así como presionar mas su rodilla entre sus piernas para poder sentir su atributo friccionado entre los pantalones o seguir indagando en las curvas de su trasero sobre la ropa. Utilizaba sus largos dedos para poder acariciarle con mas soltura y sensualidad, no dejando abandonados sus labios ni cualquier respuesta a los estímulos que pudiese tener. Hiroyuki era un hombre que se adaptaba, y aquel solo era un pequeño juego previo para ver en que tipo de posición quería jugar su compañía de aquella noche. Hacía tiempo que no estaba encima, ya que a un hombre como su chófer no podía decirle que no cuando se empeñaba en metersela de manera tan salvaje. No es que el se negase mucho, tampoco...

Cuando vio que no podía alcanzar sus labios ante la lejanía que había formado entre ellos le miró, entornando aquellos ojos brillantes y maliciosos, tan sugerentes y carismáticos, sonriendo y pasando la punta de su lengua por su comisura izquierda. Tenía la espalda apoyada en la pared del fondo del cubículo, a un lado del retrete, y no se molestó en incorporarse al ver como se acercaba de nuevo.

-¿En que me equivoco exactamente? -susurró, siendo momentáneamente interrumpido por un largo gemido que salía del compartimento de al lado- No creo que me hayas arrastrado aquí dentro para darme lecciones de moralidad, ¿o si~?

Atentar contra el orgullo de un activo era una baza peligrosa, pero no podía evitarlo. Era excitante tener al menos el aliciente para follarse a alguien que tuviese tan definida su posición durante el sexo, y aquella vez no iba a ser menos. Aquel muchacho no sería una excepción. Trastabilló con sus propias piernas, teniendo que abrirlas para esquivar el inodoro al quedar contra la pared, como si fuese un detenido al que estaban a punto de cachear. Ladeó la cabeza hacia atrás, notando como el menor se pegaba a su cuerpo inclinado y jugueteaba con su lóbulo, sintiendo su aliento caliente y la fuerza que ejercía contra sus muñecas. Parte de su camisa desbotonada colgó a ambos lados de su pecho, mientras su nariz parecía habituarse al evidente olor a feromonas y sustancias que parecía haber hecho una burbuja en aquel baño comunitario.

-Oh, así que era esto. Que agresivo -pareció ronronear, arqueando la espalda y sacando la lengua para intentar, una vez ladeó la cabeza a un lado, volver a hacer contacto con la del otro muchacho-. ¿Te ha puesto nervioso que alguien mas hiciera el primer movimiento~? -quiso bajar una de sus manos para desabrocharse en pantalón, pero no pudo, obviamente. Así que se limitó a hacer un pequeño movimiento hacia atrás, rozando sus cuartos traseros contra la entrepierna ajena, encajandola perfectamente durante un instante antes de dar un paso al frente y separarse casi del todo, de manera esquiva, buscando los límites de la paciencia de un adolescente.

Mas gemidos y palabras obscenas parecían llegarle de todas partes. Hiroyuki alzó el mentón, se relamió y puso una expresión algo incoherente, mirando aquel firme agarre que Brad seguía proporcionándole a sus manos. Forcejeó, simplemente por hacerlo. No le disgustaban aquel tipo de juegos tampoco de todas maneras. Volvió a mirar de reojo hacia atrás, desafiando claramente.

-¿No me dejarás hacer nada, molodye~? -habló con un tono suave, libidinoso, mientras parecía marcar cada sílaba con sus carnosos labios- ¿O ahora viene la parte en la que me ordenas que te la chupe? -chicos de hoy...

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