Pensando en escapar [Priv. Kurozuka]

Había llegado a ese lugar hace solo un par de días, como primer día le habían metido en una asquerosa jaula. Allí había otras personas más que habían corrido su misma suerte, pero su estado era el mejor comparado con los pocos que estaban allí. Preguntas iban por su mente, tratando de averiguar que era ese lugar y porque estaba allí. Mas nada podía hacerle comprender el cruel destino que le preparaba ese extraño lugar, ni siquiera sus memorias podían volver a ella.

Esos dos últimos días, lo único que pudo recordar era que vivía en una casa, una confortable casa, muy diferente a ese lugar, tan frió, sucio y lleno de gente malvada. Pero no podía recordar más que eso, había llegado con la sensación vacía de solo recordar su nombre, para luego recordar unas imágenes borrosas, que muy poco le podían decir. Aún no recordaba nada de su vida pasada o de quienes habían sido su familia.

Término por salir de su jaula, literalmente la sacaron a fuerzas del lugar, tirando de su cabello y arrastrándola por allí, hasta dejarla en un lugar. Era un simple pasillo, el cual estaba bastante mal cuidado, lleno de polvo, basura, hasta pudo restos de sangre en una esquina, sangre ya seca. Trago saliva de solo pensar el porque le había liberado. Mas aprovecho esa oportunidad para poder examinar con cuidado el lugar a su gusto, se dio cuenta que siendo tranquila y pasar desapercibida sería todo lo que podía pedir, esa noche ni siquiera durmió, sinceramente tenía un poco de miedo.

Al final de ese día simplemente se alejo un poco de aquel lugar, solo para ver las enormes murallas que cortaban su libertad. Debía irse de ese lugar, no gustaba de aquel trato, ese lugar no era algo para ella, sentía que muy pronto podría ser vendida como una cualquiera y no quería eso, quería buscar sus recuerdos y para eso debía encontrar la manera de salir.

Debo salir, y salir de este lugar lo más pronto que pueda, pensaba la chica. Mientras miraba aquella muralla con un gesto bastante decidido, sin temor a represalias.

Observo a los lados antes que nada, antes de asegurar que no había nadie cerca del lugar donde estaba, por lo menos unos de los cuidadores. Se acerco a la pared y comenzó a darle pequeños golpecitos con su puño, mientras apoyaba su oreja sobre esta, pero parecía que estaba bien hecha. Debía buscar una forma de escalar aquello, tal vez una cuerda ayudaría a subir por allí, pero ¿Dónde encontraría una? Tuvo una idea, las pequeñas casas abandonadas que estaban en el lugar, que a veces hacia de pequeño refugios muchos mas acogedores que aquellas jaulas, pero no así mas limpios. Tal vez haya algo allí que le pudiera servir después de todo.

Debía volver sobre sus pasos en esos instantes y llegar hasta donde estaba aquellas casas y registrarlas una por una. No tardo en caminar rápidamente hacia ese lugar, perder tiempo no era algo bueno, podía encontrarse con algún problema. Fue cuando doblo en una esquina que vio a un tipo con una espada caminando el mismo pasillo que ella, maldijo internamente. Rápidamente aligero su paso y camino con la cabeza gacha, pensando que así el tipo no le haría ni el menor caso seguramente le ignoraría. Se limito a caminar sin detenerse, a paso firme pero ligero, sin siquiera mirarle la cara, tratando de concentrarse solo en el camino por el cual iba, y siempre a pocos centímetros de la pared de aquel pasillo.

El plan era simple, pasar desapercibida por aquel tipo, pero tampoco pensó que sería tan fácil. Después de todo los que cuidaban aquel lugar no eran precisamente ángeles o gente con buenas intenciones. Todos aquellos eran personas malvadas, que gustaba de ver el sufrimiento de otro y que trataban a los demás cuales animales, ella bien lo sabía, había visto como traían a unos chicos a fuerzas hasta ese lugar. Tal vez ella no se había resistido tanto cuando le trajeron, pero era porque simplemente aún se hallaba confundida. Sin embargo, todo era mucho mas claro ahora.

Cuando estuvo a la altura de este tipo, no pudo mas que conseguir que pusiera su espada para bloquearle el camino, pudo ver muy bien el filo brillante de aquella arma cerca de sus pechos. Obviamente se detuvo, era mejor así, no pensaba en correr y aunque lo hiciera sabía que aquel tipo no le iba a dejar tranquila. No quería armar escándalo, no al menos que este le diera una justificación de hacerlo.

Trago saliva, antes de darle la cara, ya que seguía mirando el piso, solo cuando el se puso enfrente de ella, decidió observarla. Lo primero que vio fue un rostro inexpresivo de cualquier alegría o miedo, su mirada parecía traspasarla, inspeccionándola, sus ojos estaban completamente serios y una frialdad salía de ellos. Una señal sonó en su cerebro, diciendo que aquel tipo parecía ser peligroso y que no estaba de buen humor, por lo que debía actuar con precaución.

Carraspeo un poco antes de contestar y le observo decidida, haciendo parecer que no estaba siendo para nada intimidada. Simplemente se armo de valor, a pesar de aquella enorme katana que llevaba consigo y ahora posaba en el hombro de aquel tipo.

- So-Solo voy a tomar un descanso.- le dijo ella de manera clara sin quitarle la mirada de encima.- No creo que haya problema con eso.- fue lo último que le dijo esperando que con eso le dejara continuar hasta las cabañas abandonadas que estaban en ese lugar. Ahora que pensaba podía buscar un arma por si necesitara hacer un plan arriesgado para salir de allí.