¡A por el vampirito~! (Ian Zero - #111)

Leía un periodico con un contenido bastante peculiar, ojeaba las páginas encontrando un articulo que le dio curiosidad. Vio atento al lo que decía, sorprendiendose un poco, tomó una hoja blanca que correspondería a unas del manuscrito que estaba haciendo, anotando una dirección en ella.

Tras tener sus cosas en los bolsillos del pantalón, el celular, el dinero y la dirección, salio de su lugar para ir a esa tienda, con una suave sonrisa curvando en su rostro, detonando un gran entusiasmo, algo que poca veces tenía; sólo para escribir. Con pasos firmes y un poco rapidos, pasando por todo ese montón de gente, que aveces, le agobiaba, le molestaba mucho tanta cantidad de humanos cercanos a su cuerpo. Después de todo ese tedioso trayecto, llegó enfrente del local, confirmando si era ese, revisando el papel, que tras haberlo leído, el viento se lo llevó.

- Es este... - sonrió ampliamente, contento, como un niño en navidad. Pasó sus manos por la manilla de la puerta, abriendo este y al mover la puerta hizo sonar una camapanita que estaba adherida en la parte superior del marco de la puerta - Oh... - exclamó suavemente, mirando el lugar y sin importarle el poco mantenimiento, se adentró, quedando enfrente del mostrador, sin poner sus manos encima de esta, estaba un tanto sucia, este ser, tenía una manía de cuidar bien de sus manos - ¿Buenas? - dijo con una alegre voz, pero a la vez, profunda.

Escuchó una puerta abrirse, estaba atento a lo que pudiese ocurrir en ese lugar, luego, observó detenidamente a un jovén entrar con un rostro, notoriamente irritado. Se rió internamente, no quería demostrar mala educación con semejante humor que daba el peliverde. Al ver que estaba detrás de ese intermedio, sonrio de forma agradable, escuchando con cuidado las palabras de la boca del otro.

- Oh, espero que este bien... - entrecerró la mirada, sinceramente, era un chico atractivo - Bien, vengo a por una mascota... - observó detenidamente el lugar - No sé si lo tengan... Pero deseo un pequeño vampiro... ¿Tiene alguno? - sonrió de forma agradable, mientras que fijaba la mirada en el rostro del ajeno.

Miró que el otro había sonreído y solo mantuvo su ligera sonrisa en el rostro, mientras observaba como el peliverde, tecleaba algo rápido para después, voltear la pantalla, mostrando a los pets, a los vampiros que desde hace tiempo, le atraía la atención, fueran como fueran. Con una sonrisa más ampliada y un poco más cíinica. Vio de reojo la ficha delante de el, junto a un boligrafo y con cuidado, tomó esta, para ver lo que tenía escrito en esta. Al leerlo, lo comenzó a rellenar.

Nombre del pet: Ian Zero.
Nombre comprador: Narusawa.
Forma de pago: Cheque.
Forma de envio: Directo.

Al terminar, lo dejó en la mesa para que el otro lo recibiera y comenzara con el envio de estas. Se retiró de enfrente del mostrador, para sentarse en unas de las sillas que yacían en el lugar, a espera de que trajeran al pequeño y notoriamente lindo.

*No sabía...Como había pasado todo exactamente, solo había vuelto de nuevo a aquella horrible tienda, aun sin aceptar del todo que aquel sueño había acabado, que el que había sido su amo le había abandonado...O acaso fue al revés?, no, el había esperado el tiempo necesario pero no pudo soportarlo más, eso...¿era injusto?, el no poder aguantar ese sentimiento de soledad al cual estuvo tan acostumbrado antes de que llegara él.

De nueva cuenta, le guiaron aquellos cuidadores hasta su habitación, jamás pensó que volvería a verlos y recibir sus “agradables” cuidados. Era su imaginación o se burlaban de su desgracia, probablemente tendría que consolarse aceptando que aquellas sonrisas que le brindaban solo eran imaginación suya que eran de burla. No supo cuanto tiempo paso que dejo de alimentarse que de nueva cuenta cayó en un sueño profundo sin más, sin querer saber más de lo que rondaba a su alrededor. ¿A eso le llamaban estar deprimido? Já, un vampiro deprimido, eso sí que era patético.

Pasados dos meses por fin cedió a la idea y volvió a la costumbre de estar solo. Dibujaba en su habitación con crayolas que sus demás compañeros de ese lugar le regalaron al regresar. Al principio las rechazo, pues creía que solo lo hacían por lastima diciendo a sus espaldas “pobre de él, lo devolvieron”. Pero, a fin de cuentas no tuvo nada mejor que hacer en ese lugar, solo aceptar lo que le sucedió e ignorar los comentarios de los demás. Esta vez, lo único que extrañaba, era lo que había allá afuera, la ciudad, a la cual nunca pudo verla con claridad cuando era de noche, se preguntaba si el cielo era más lindo allá afuera.*

Hm... *Por un momento dejo de dibujar y desvió su mirada violeta en dirección a la ventana, observando el cielo, parecía ser el mismo de siempre, se alegraba muy en el fondo que fuera lo único que no cambiaba en su vida. El cielo.* Aah... *Bostezo largamente recargando su cuerpo en el respaldo de esa silla y miro su gran obra de arte. Nada en particular hermoso, solo eran garabatos que se había esforzado en acomodar para que se vieran bien.

Pronto se escucharon pasos fuera de su habitación y se abrió la puerta sin más. Ian solo emitió un gruñido y frunció el ceño desviando su mirada a las personas que interrumpían su tranquilidad tan de repente. Escucho esas palabras que no hicieron más que atemorizarle “has sido comprado”* No de nuevo... *Murmuro quedito reflejándose en su mirada esta vez un poco de temor y molestia porque, nuevamente tomaban sus cosas para guardarlas sin su consentimiento. El vampiro se levanto de su silla observando a los otros acomodar sus cosas, en eso, volteo a ver la puerta y corrió encerrando a los cuidadores en la habitación. Desde que había llegado no hizo pelea ni quiso escapar como lo hizo antes, pero esta vez, no quería irse, no quería pasar por esa vergüenza de nuevo, no quería escuchar mas palabras de lastima hacia su persona al ser devuelto a la tienda.*Ngh... *Frunció el ceño y se apresuro a esconderse en otra habitación, siendo regañado por otros pets al decirles que se escondía para que no le llevaran a conocer a su nuevo amo.* ''No entienden que no quiero sentir eso de nuevo’’ *Pensó para sí fulminando con la mirada a los otras mascotas de esa habitación para que se callaran. No tardaron en encontrarle pues afuera se hizo un alboroto al andar buscando al vampiro habitación tras habitación y uno que otro pet metiche les dijo a los cuidadores donde se encontraba el pequeño vampiro.

Pasado un rato le llevaron de nuevo a la fuerza. Conocía ese camino, ese pequeño pasillo que les guiaba hasta la parte del frente de la tienda. Entre cerro su mirada molesta y observo al que suponía era el vendedor y después, clavo su mirada violácea en el otro hombre que se encontraba ahí. No saludo, ni hizo reverencia, ni siquiera mostro algo de respeto hacia la persona que le había comprado. Los cuidadores solo dejaron la pequeña maleta del menor en el suelo y se alejaron dejando libre al pequeño vampiro de sus ataduras en las muñecas, suerte que no le habían lastimado esta vez.* Hola... *Murmuro muy apenas, mirando de soslayo a su nuevo amo, manteniendo esa expresión seria, que en vez de ser atemorizante parecía adorable, como si estuviera haciendo algún berrinche. No hablo mas, solo miro su maleta asegurándose de que estuvieran sus pocas pertenencias en orden.*

((off: volvio mi inspiracion .w.Uu.. ))

Sentado en una de las sillas del lugar, moviendo su pie por desesperación, haciendo un ruido sordo contra el suelo por el golpe, tambien, dejandose escuchar el rechinar del metal de las sillas, pues parecían ya desgastadas por el tiempo, a saber cuanto tiempo. Había espera un momento, era paciente por lo que sus ojos se mantuvieron puesto en esa puerta aparte en el lugar, deduciendo que era esa, de donde saldría su pet, su vampiro, el que había escogido como un acompañante en su rutinaria vida.

Casi dormitando, se incorporó parpadeando un par de veces, mientras que notó una ligera baba en su puño, en donde apoyaba su mentón y esta, su brazo, se apoyaba en su muslo. Limpiandose avergonzado ese rastro de fluído, miró hacia la puerta que chillaba horriblemente, causando un sonido incomodo que atravesó de improvisto sus timpanos, haciendo que elevara sus manos y se cubriera los oídos.

- ... - no comentó nada, solo vio como el cuerpo de un joven fue depositado con cuidado en el suelo. Lo miró de pies a cabeza y viceversa, como si estuviese analizandolo - Hola - dijo alegre, con una leve sonrisa curvando por su rostro, alzando a piel de sus mejillas, haciendo expander hacia arriba, sus cachetes, muy, pero muy sutilmente - Un gusto, soy Narusawa - alzó la mano como un saludo, mientras que se posaba en frente del menor, llevando su mano para acariciarle la cabeza - Oh, que cabello tan suave - comentó como un halago, no por cortesía o modestia, sino, por la sinceridad del acto.

Revisó, otra vez, con sus ojos el cuerpo del pequeño vampiro. No parecía muy intimidante, sino, muy agradable a la vista, con rasgos sutiles en el rostro, cabellos claros, como de un rubio ceniza o bastante pálidos, muy afable y suaves claro está. Ojos de un color algo extraño, que antes nunca había visto, un color violaceo, brillosos, de una mirada notoriamente fuerte, pero con algo de temblor en el sentimiento, pareciendole de lo más adorable, tierno, lindo, muchos aspectos más. Bajo, tanto que tuvo que agachar un poco su cabeza para mirarlo, delgado, mucho, deduciendolo por su puesto, ya que era dificil de notarlo directamente con esa prenda tan suelta. Piel... Clara, no, no, pálida, bueno no era algo de lo cual impactarse o suspirar en duda, era un vampirito, su vampirito.

- Espero que nos llevemos bien... - rió un poco después de decir tal comentario, que fue lo único que le vino a mente, estaba algo absorto por lo lindo que podía ser un vampiro, bueno, ese que yacía enfrente - Y bien ¿Dónde deseas ir? - observó la maleta que estaba al lado del menor y con cautela, lo tomó en manos, era ligera por lo que lo pudo cargar con facilidad, terminando de acariciarle la cabeza, desordenando esta, que, un broche en cruz adornaba la cabellera.

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(Me alegro ^^!!! Eso fue rápido .w.!)

*Se encogió de hombros al sentir la mirada del mayor sobre si y giro solo un poco su cabeza esquivando esa mirada que le ponía nervioso, aun así se mantuvo serio y de pie esperando a que el mayor dejara de mirarle tan fijamente. Solo frunció un poco el ceño y suspiro al escuchar ese tono de voz alegre provenir del que sería su amo de ahora en adelante. Volvió a mirarle quedándose observando por segundos esa sonrisa y se quedo ahí esta vez siendo el vampiro quien le analizara de pies a cabeza.* Narusawa... *Murmuro para sí mismo encogiéndose más al sentir esa caricia en su cabeza haciendo una mueca pequeña de fingido disgusto. Ruborizo tan solo un poco ante el halago y suspiro alejando ese “calorcito” molesto en sus mejillas, odiaba el calor.

Alzo su cabeza firme y sintió como las palabras se agolparon en su garganta, esta vez quería tomar la iniciativa en esa situación amo y pet, no quería recibir órdenes ni que jugaran con él, no quería ser tratado como un juguete o un trofeo que había ganado así como así, no le dejaría las cosas tan fáciles. Quiso hablar pero se quedo quieto al sentir esa mirada nuevamente fija sobre su cuerpo, sus cabellos y por ultimo su mirada. Emitió un pequeño gruñido y aferro sus pequeñas manos a las mangas grandes y holgadas de su chaqueta*¡D-Deja de m-mirarme tanto!.. *Reclamo por fin, con palabras entre cortadas y un ligero rubor en sus mejillas. Se encogió de hombros al sentir la mirada molesta de los cuidadores y mostro sus colmillos tratando de mostrarse amenazante pues, pese a que era pequeño sabía defenderse de ellos.

El menor, aun así prefirió avanzar un poco más en dirección a su amo y suspiro bajito al escucharle, era todo lo contrario a...* Ngh... *Frunció el ceño saliendo de sus pensamientos y alcanzo a escuchar su pregunta a lo cual solo llevo sus manitas a sus cabellos protegiéndolos de que no fueran demasiado desordenados* O-Oye no hagas eso! *Volvió a reclamar mirándole con el ceño arrugado y, con cuidado se quito su broche dejándolo un momento entre sus labios. Se acomodo el cabello y seguidamente volvió a acomodar el broche en su mismo lugar, se acomodo su ropa y miro al mayor fijamente, con una expresión “seria”.

Miro su maleta en manos del mayor y no replico, al contrario agradecía que le ayudara con sus cosas aunque fuesen pocas, solo esperaba tuviera cuidado con la maleta. Alzo la mirada y observo a su amo con esos ojitos violetas entre molestos y con miedo* Narusawa, quiero ir a comprar comida... *Musito firme, esta vez sin tartamudear a lo cual se alegro para sus adentros, como le molestaba el estar nervioso, ese calor que aparecía en sus mejillas, como odiaba estar así, porque no entendía del todo porque su cuerpo reaccionaba de esa forma, aun era demasiado inocente pese a que fingiera tan bien que podía ser una persona seria y “madura”.*

Al ver como sujetó entre esos finos labios, ese broche, se tentó a besarlo, no porque haya comenzado a surguirle sentimientos de aprecio... ¿O tal vez si? Pero sin saber claramente la razón de porque deseaba besarlo, las ganas aún quedaban ahí, pero no lo haría, no lo besaría, pues sería algo muy apresurado e inapropiado en ese momento ya que al parecer, el vampirito, tenía un temperamento un poco, muy poco fuerte, pero aún lo tenía. Se rió al recordar como el menor había amenazado a los cuidadores, sin parecerle atemorizante, más bien, le parecía más adorable... Los gustos que tenía eran unicos.

- ... - recordó cuando el menor le replicó cuando le miró de aquella forma tan intensa y clavada a ese pequeño cuerpo - ¿Por qué no puedo mirarte de esa manera? - sonrió de lado, desviando su mirar a los del contrario, observando estos... Unos orbes vioalaceos, profundos y hermosos, algo que le cautivo más del vampiro.

Abrió la puerta, esperando que el otro saliera. Viendolo salir, cerró la puerta despidiendose del trabajador, sujetando bien la maleta que traía en manos, tomando con la otra, la mano del blanquecino y para eso tuvo que agacharse un poco pues el contrario era algo... ¿Algo? ¡Ja! Era muy bajito, tal vez eso podría usarlo como un tema para molestar al menor, sería gracioso tener una "discusión" sobre la altura... Ian podría tener un "complejo" por eso, pero no vendría mal burlarse del menor, a fin de cuentas, el rubio le gustaba bromear. A petición del contrario, lo llevó a comprar comida, tal vez ir al market no estaría mal, pues en su departamento tambien faltaban algunas que otras cosas, pensando en ello... ¿El menor sabía cocinar? Tampoco vendría mal una prueba para el otro.

- Vale... Vamos al market... - dijo sonriente, dandole un beso en la cabecita, que, tenía la cabellera bien acomodada y aprovechó a detallar el broche que traía puesto.

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