Antes de los deberes -priv-

por Invitado Vie Nov 12, 2010 1:06 pm

Rabia salido de su habitación a la hora, por suerte y se había librado de la maldita congestión de los autos, se estaciono cerca de su trabajo y al ver que le quedaba tiempo decidió ir hasta la cafetería y comer algo, ya que había salido de su casa sin comer nada. Al entrar, vio que el lugar estaba lleno y solo había una mesa medio-vacía. Suspiro con el ceño fruncido y camino hasta la mesa en donde había un chico, de aspecto distraído y juvenil.

-Disculpa -le dijo sin quitar el gesto de incomodidad ante esa gran multitud- Si no es mucha molestia, me gustaría sentarme aquí -le pidió mirando a su alrededor para ver bien si no se desocupaba otra mesa para ir a tomarla, pero no sucedía, por lo que solo tenia que esperar la respuesta del chico. Volvió a mirarlo y dejo su maletín a un lado.

por Invitado Dom Dic 05, 2010 11:32 am

Había despertado temprano, ilusionado, con otro día de clases y todo lo que ello incluía: El almuerzo, el delicioso almuerzo que preparaba una mujer llamada Dory (o al menos así le decían todos) que pese a tener un aspecto atemorizante cocinaba las mejores bolas de arroz ¡Del mundo! Esas que a él le hacían suspirar con gusto y placer. Así como los deportes en la última hora; dado que él pertenecía a más de un club, hacía más actividad física que la mayoría: Hoy tocaba tennis y clase física para todos, pero luego de ello, él tenía que ir a practicar kendo y futball. Sí, puede que sonase mucho, pero se había acostumbrado desde el primer día.

Todo sería perfecto, era Lunes, el día estaba hermoso y... No había clases.

Luego de varias quejas y cruzes con sus compañeros, que le explicaron el porqué, decidió dar media vuelta y encontrar por su cuenta un lugar barato, pero decente, en donde comer. En su casa no tenía nada, se había devorado todo el día siguiente, en donde, dio por finalizado un intento de dieta (innecesaria dieta).
Al parecer, estaban fumigando el Instituto. Lo hacían una vez cada año, puesto que viviendo en la capital de Japón, las plagas nunca faltaban, pero tampoco abundaban en demasía.

-Bueno... -Encontró una cafetería a no más de cinco cuadras de su escuela, y revisando nuevamente su dinero con clara inseguridad entró. Gracias a que se despertó temprano no había demasiada gente, encontró una mesa para dos y se sentó en ella viendo cómo las personas entraban conforme la hora avanzaba. Pero él no tenía quejas algunas, incluso, veía la posibilidad de cruzarse con algún amigo suyo... Aunque, éstos, adinerados, no solían comer en un lugar así (cabe mencionar que la cafetería era pulcra, pero aún así, sus amigos se presentaban en restaurantes obstentosos).

-Buenos días, ¿Qué desea? -Sonriente camarera se postró frente de él. Correspondió a aquella expresión tan amable, cordial, antes de ver las opciones que le entregó. No tardó demasiado. Pidió el menú de desayuno, que incluía café, un zumo de naranja, y tostadas acompañas con lo que se deseé. La rubia con delantal asintió y se retiró, a apuntar el pedido a un chef que se veía tras una ventana en donde daba acceso a la cocina.

Se acomodó, notando cómo el lugar parecía mucho más estrecho dada la cantidad de diferentes ropas, uniformes, y... Escuchó una voz. Voz que le sacó de sus pensamientos, por primera vez, coherentes. Un hombre de aspecto formal le habló por segunda vez, y le hizo sonreír, con gracia, al ver su expresión. Se incorporó un poco más en su asiento, y negó con su mano.- No te preocupes, siéntate~

Spoiler:

por Invitado Miér Dic 22, 2010 1:14 pm

Al escuchar su respuesta se sento, arreglo su traje y suspiro, era malo que lugares tan buenos se llenaran de esa forma, miro al chico que estaba al frente de él, poso su mirada en él unos segundos, sólo para mirarle. De apoco la chica que habia atendido al menor, se acerco, con el desayuno del otro. Entonces ella poso la mirada en el moreno. Era una chica atractiva, su mente divago en las posibilidades que una chica no tan agraciada pudiera con seguir el puesto de mesera, y cumplir un mejor rol que ella... sus pensamientos fueron cortados al oir la frase y pregunta típica, de la chica. -Buenos días señor, desea algo? -le miro hacia arriba pensando un poco en que comer.

-Té -comenzo diciendo mirando sus manos, esperando a que la chica comenzara a escribir.- tostadas y jugo, gracias -todo aquello de manera rápida y poco amable. Sin embargo, le miro de reojo y sonrio ladino, tampoco era un moustruo, solo alguien un tanto frió con las personas... o al menos en esa persona se habia transformado hace algunos años.

-Eres estudiante? -le pregunto de pronto al menos mientras esperaba a que le trajieran su pedido. Y si, lo habia deducido, quizas por la edad del chico, si bien conocia a algunos que eran ya profesionales a corta edad, en el castaño no se veian las horas de cansacio por el duro trabajo.

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