Comprando al esclavo -Luke O´Conell-

Ni siquiera sabía como había terminado en ese sitio. Como estaba de modas tener una "mascota" había terminado por decidir que quería tener una. La soledad comenzaba a notarse en su casa, y no era algo que le gustara. Estaba más que acostumbrado a la compañia de su hermano, que nuevamente se había mudado a otra ciudad... pero esta vez él no pensaba seguirlo. El problema era que no tenía tantos ingresos como para comprar una mascota legal, y de recomendacion en recomendacion, termino aquí: El Mercado Negro.

Miró el lugar que no estaba nada mal, en realidad se había imaginado algo con calabosos, tela arañas, llanto de fondo... bueno, él era bastante extremista. Se acerco a lo que parecía ser una especie de mostrador, y espero que alguien lo atendiera. La sensacion de andar de "infraganti" no era e su agrado, por lo cual queria retirarse de allí cuanto antes; con mascota o sin ella.

Mis ojos obserbaron a la chica que llego, y me despeine el cabello en un tic nervioso, sin saber exactamente que debía decir. Suspire y me apoye en el mostrador, y sonreí algo nervioso.

-H-Hola, gracias por la b-bienvenida...-mis ojos pasearon nuevamente por el lugar por el simple hecho de poder hacer algo y distraerme un poco-Ando... b-buscando una m-mascota o a-algo que me h-haga compañia-explique por demás nervioso, aun sin mirarla a los ojos.

Solo sonreí y bastante más calmado seguí a la vendedora, para descubrir lo que según yo no había: Jaulas. Por suerte eran unas pocas, me parecía... desagradable la idea de ver a humanos en jaulas. No pude evitar arrugar la nariz, mientras mis ojos paseaban rapidamente por el lugar registrando todo.

De pronto me entraron unas inmensas ganas de salir de allí, pero antes de salir corriendo decidí ver lo que la amable vendedora me mostraba. Mis ojos se guiraron hacía la jaula donde se encontraba el "ejemplar", como mi imaginación había volado, nuevamente, con ver las jaulas, ya me estaba imaginando a una persona delgada y desnutrida, con ojos tristes y mejillas consumidas, mirandome con pena... un niño de unos 11 años, de baja estatura...

Pero llamaron mi atención, antes que nada, unos ojos hermosamente verdes, fuertes y penetrantes. Y luego un cabello ondulado, y una tez clara. Pase saliva, y mire de reojo a la vendedora sin saber exactamente que decir.

-Me dijo... ¿que se llamaba Luke?-pregunte acercandome un paso solamente para volver a clavar mis ojos celestes en aquellos verdes hipnotizantes.

Al escucharla hablar, contradeci a su oferta, y me aparte mirandole ya desde lejos; notando que no estaba desnutrido como me lo había imaginado... y estaba bastante "bien". Me guiré hacía a ella y solo sonreí un poco.

-No necesito v-ver más. Me llevo e-este...-dije en un tono decidido, aunque por suerte mi voz no se notaba tan entuciasmada como imagine, sino simplemente normal-¿Que debo hacer?cuestione, sin volver a mirar a la mascota, ya que no quería volverme a quedar prendado de esos ojos verdes. Quizas... debería mirar más "mercancia" antes, pero entre mi deseo de irme, los ojos del muchacho, y una corazonada en mi pecho, me parecía que lo correcto era llevarme a ese chico y salir de allí.

Escuché los pasos de dos personas acercarse a mi zona, girándome instantaneamente, alerta. En cuanto vi a la vendedora aparecer por allí clavé los ojos en el cliente que se encontraba a su lado, analizándole lentamente y recorriendole con la mirada.

Me mantuve en silencio, devolviendole la mirada al hombre que me observaba, formando una sonrisa educada a modo de reconocimiento, mientras mis ojos brillaban de curiosidad.

Me acerqué más a la entrada de la jaula en cuanto oí que me sacaría de allí, contento de verdad después de mucho tiempo. Le clavé los ojos otra vez, con mayor afán, mientras que notaba que el rehuía los míos. Sonreí pícaramente durante apenas unos segundos, hasta que volví a escuchar su voz, dudosa.

-Quédate conmigo- Le solté, seriamente aunque con un mínimo de picardía, todavía clavándole los ojos en su cara. Quería que me sacaran de allí y aquel tipo no me disgustaba.

La voz de aquel chico me llamo la atención, me giré para mirarle y note nuevamente sus ojos clavados en mi. Me limite a alzar una ceja con curiosidad, antes de devolver mis ojos a la vendedora obserbando el papeleo que me daba, mirando las cosas que debía rellenar. Me llamó un poco la atención la palabra "esclavo" ya que yo había pedido una mascota... pero no le dí mucha importancia; si bien la palabra me resultaba chocante decidí no darle importancia. Aunque... no tenía ni idea para que servía una mascota, mucho menos un esclavo, solo lo compre por comprar: pero me dedicaría a averiguar para que era útil.

Saqué una lapicera de mi bolsillo, y rellene las cosas rapidamente. Suspiré cuando me dí cuenta de que no había ni preguntado el nombre de aquel chico, solo esperaba no terminar en quiebra por pagarlo.

Ficha a rellenar
- Nombre: Neithan Shi
- Esclavo: Luke O´Conell
- Directo o a Domicilio: Directo.
- Modo de pago: Cheque

Termine de rellenar y le pase las hojas a la chica para que revisara, antes de volver a acercarme a la jaula, fijando mis ojos nuevamente en aquel "esclavo". No tenía nada que destacara como las ezcasas mascotas que había visto: todos chiquititos y adorables, con orejitas y colitas... realmente una mascota para mimar y tener de compañera. ¿Pero este chico? No tenía ninguno de esos rasgos y más bien lograba intimidarme él a mi, en vez de yo a él. Sin embargo mi expresión calmada no lo dejaba notar.

-¿Cuantos años tienes Luke?-pregunté de pronto, estirando mi mano para tocarle, pero deteniendola en el barrote, sujetando este, y quedandome simplemente allí obserbandole.

Seguía observándole con curiosidad mientras rellenaba los papeles, sonriendo en mi interior aunque mostrandome serio por fuera. Le devolví la mirada en cuanto me volvió a prestar atención, sonriendo educadamente inmediatamente, aunque con un ligero deje de interés. Me acerqué aún más a la entrada, pegandome a los barrotes para observarle con más atención. Me gustaba su color de pelo, tan brillante y rojo, a si como sus ojos azules claros, que me atraían bastante.

Me incliné hacia delante instintivamente en cuanto le oí dirigirse a mí, extrañamente solícito-17 -Le miré otra vez directamente, volviendo a sonreír - ¿Y tú? Todavía no se ni el nombre de mi amo... - Dejé caer, añadiéndole un toque de picardía a la frase, mientras que dejaba que la idea burbujeara en mi mente, divertida, sintiendo que el ansia por salir de aquel lugar me invadía, también movido por la curiosidad por esa persona que había decidido comprarme.

Sentí su toque picaresco al hablar pero decidí ignorarlo, estaba acostumbrado a esos tonos, y no me llamaban la atención. Aunque lo que si me llamo la atención era que era menor de edad. Suspiré. Solo faltaba que me llevaran preso, no solo me compraba un "esclavo" infraganti sino que este aun era un niño.

-Neithan Shi...-respondí calmado, aun sujetando el barrote. Intente no hacer comentarios sobre su edad, aunque me costaba demaciado-21...proximamente 22-sonreí apenas, sinceramente me sentía... viejo. Dios, quizas no había sido tan buena idea comprar a aquel niño; no tenía ni idea de que haría con él. Miré de reojo la jaula y pude notar a lo lejos lo que parecía una etiqueta de precio, metí mi mano en el bolsillo y saque un cheque, escribiendo la cifra que había visto y pasandoselo a la vendedora para poder ya retirarse de allí.

-Supongo que ese es e-el precio d-de la mascota-tartamudeé ligeramente sin poder evitarlo, era un tic nervioso bastante común en mi. Era bastante nervioso. Me giré nuevamente a Luke y le mire de arriba a abajo antes de desacomodarme el cabello, deslizando mi mano por este-¿Ya m-me lo puedo l-llevas? Debo r-retirarme-comente viendo a la vendedora nuevamente-Sino... e-enviemelo a c-casa-me encogí de hombros, restandole importancia aunque en realidad si me interesaba.

Le devolví una sonrisa cordial al escuchar su edad, aunque en el fondo estaba sorprendido. Parecía tener menos de 20, el típico chico que hereda una fortuna y busca nuevas formas de divertirse. Me pregunté a que se dedicaría instantaneamente, mientras que me fijaba en el tartamudeo que poseía, empezando a formar una imagen mental de él que lo asociaba con la timidez. Me gustaba y me daba la impresión de que nos llevaríamos bien.

Esperé a que me liberaran en silencio, cada vez más ansioso, sintiendo los latidos de mi corazón reverberar en mi cabeza. Sonreí, triunfante y feliz, en cuanto salí fuera de la jaula, acercándome a Neithan, mirándole desde mi altura, para inclinarme con rapidez, acercándome a su oido - Muchas gracias por sacarme de aquí. Te debo más de una. -Susurré, con algo de renovada picardía, pero sintiendolo de verdad. -Cuanto antes nos vayamos, mejor.

Me aparté de él con la misma rapidez con la que me había acercado, mirándole fijamente y recurriendo esta vez a una sonrisa dolida, dedicada a aquella prisión, rememorando lo poco que recordaba de su llegada a aquel lugar y lo poco que había vivido allí.

Me sorprendí un poco al ver su reciente cercania, sintiendo el tivio aliento que producía al hablar en mi oido. Ese tono picaresco paracía algo bastante comun para él por lo cual decidí no imputarme demaciado. Su sonrisa dolida me hizo fruncir ligeramente el seño y arrugar la nariz, las jaulas seguían siendo algo que despertaba cierto... sentimiento claustrofobico en mi.

-Ya...-respondí escasamente a sus palabras, mirando de reojo a la vendedora y despidiendome solo con una mirada y un movimiento de manos-Si tienes tantos d-deseos de irte, simplemente vamonos. No m-me agrada este lugar-le sonreí amistosamente, aunque era una sonrisa pequeña, y sin más comenze a caminar; por el momento no me le acercaria demaciado, no lo conocía y no sabía que tanto respeto tenia por su "espacio personal" pero sabía que yo necesitaba algo de tiempo para acostumbrarme a la compañia de alguien. Aun en mi cabeza me preguntaba por que lo había comprado ¿para que necesitaba un "esclavo"? No tenía ni idea de para que se usaba, y sin duda... como mucama no era ni tampoco me servia como eso.