Fuck~(Lacie)

Y encima tenia malos modales, recordé que hace poco habian puesto unas cámaras de seguridad en la zona de entrada..debido a ciertos.."incidentes"..Como fuera el caso no me importaba...

-Esclavos, esclavas, mascotas......te enseñare algunas si quieres.-Me di la vuelta buscando fichas, pero antes puse un formulario sobre la mesa.

Ficha a rellenar
- Nombre:
- Esclavo:
- Directo o a Domicilio:
- Modo de pago: [Visa / Metálico / cheque]

Mire de soslayo al chico, hoy no estaba de humor como para pelearme por algo..

-Sígueme.-añadí entrando a la trastienda, enseñando las jaulas correspondientes...

La primera celda tenia a una chica de cabellos rosas, blanca y ojos claros...

-Ella es Lacie, una esclava.-espere a que me dijera alguna cosa, podía quedarse con ella o seguir mirando.

Me puse de pie mirando al sujeto con molestia, ok, eso no se lo aguantaria, tome una de mis navajas tomandolo por el cuello antes de que se fuera.

-Mira mocoso, si te mato aquí, nadie me dira nada¿Entiendes?...-apoye el arma en su cuello, al mismo tiempo que lo cortaba un poco, empujándolo hacia adelante, mire a la chica en la celda y le llame.

Estaba molesta, esto me la pagaría el mocoso, tome a la chica del brazo sacándola de alli, con total desinterés de si se lastimaba, tampoco creo que tenga objetos personales, lo dudo.

-Te han comprado, lárgate con el enfermo aquel.-Añadí molesta, volviendo a mi lugar como vendedora.


Avisada~~

Vio al chico en sí, de una manera un tanto curiosa pero desconfiada al mismo tiempo. Sobre todo a la mujer que estaba con ellos, a ella ya la conocía. Sin embargo el otro chico era un misterio. Hasta cuando supo que sería su nuevo amo, eso por alguna razón no le gusto para nada, claramente la actitud de aquel chico no era amable y seguramente con ella mucho menos lo sería.

Observo sin poder hacer nada, como aquella mujer y él, terminaban los papeleos para que ella finalmente fuera de aquel chico. Ni de broa se iría, sin embargo estaba muy débil para decir algo, aunque estaba hace muy allí, el lugar en sí era deprimente y parecía quitarte las pocas energías que tenías. Además de que no había comido bien en unos días.

Finalmente la mujer le saco de allí, de una manera tan brutal como quien saca a un animal, simplemente le observo feo. Una vez afuera le empujo para que se fuera de una vez. La extraña mujer volvió a su lugar y le dejaba allí. Salió corriendo entonces, abandonando la trastienda, pero chocando con el chico que le había comprado. Si, había pensando en escapar.