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Cross.
Pure Bestiality :: Personajes :: Fichas :: Fichas de Pets
Página 1 de 1.
Cross.
Nombre: Desconocido.
Apellido: Desconocido.
Apodo: Cross.
Edad: Es un demonio jóven, de no más de 100 años; aparenta dieciséis.
Sexo: Masculino.
Orientación sexual: Indiferente.
Raza: Demonio.
Descripción psicológica: Es un pequeño niño caprichoso que hace lo que quiere cuando quiere sin importar a cuáles medios tenga que recurrir. A veces suele comportarse cual rubia con exceso de dinero, sin embargo, y al contraste de aquella comparación tan burda, lleva dentro de él demasiada antipatía y rabia hacia toda la humanidad por razones personales que se verán más adelante, por obligación.
Vendió su alma desde el momento en el que murió y sin dudas hace muestra de ello. No pidas buena educación o un trato respetuoso, simuso o encantador de su parte: Será una de las cosas que jamás podrás ver en él por más que lo intentes durante años: Y él, seguramente, vivirá más que tú. El amor no existe: Sólo encuentros carnales de los cuales siquiera tiene interés muy a pesar de ser un demonio. Sentimientos como alegría y felicidad no se presentan en su persona a menos de ser por causas que fuesen de su agrado; tales como sufrimiento, desgracia o desdicha hacia un ser humano: O hacia cualquier otro ser vivo, al fin y al cabo.
De todavía creerte alguien que puede acercarse a él, tienes la advertencia de que suele actuar egoísta, burlón y creído hacia cualquier cosa que quisiese hablarle (o mirarle siquiera). No hace falta el mencionar que no es demasiado social, no fue criado para ello; y de darse un caso remoto en el cual vea algo como suyo será en extremo posesivo.
Descripción física: A pesar de mostrarse siempre con una amenazante expresión, su altura y peso no son tan intimidantes como quisiera. No mide más de 1,75m y su peso ronda los 50kg. tal así como una niña... O adolescente rubia, repitiendo la comparación anterior. Poca musculatura pero en buena forma, de no ser por la edad de su cuerpo seguramente tendría (como él desea) músculos torneados y envidiables. Ágil y flexibe a pesar de no tener aquellos dichosos músculos posee fuera sobrehumana por obvias razones. Cabellera negra no es muy cuidada, se ve, de hecho, maltratada dado lo despeinado de éste: Pero en el tacto es suave, sedoso. Rasgos finos y delicados, dos cosas destacan en su faz: Una es su ojo izquierdo: Iris color verde oliva le da la capacidad de ver a mayores distancias que el derecho. Y bajo del mismo, un tatuaje abstracto creado por curbaturas se pintó en su piel hace años.
Solía vestir con trajes o ropa callejera en cuanto era libre y gozaba de la buena vida de forma no tan justa, sin embargo, una vez que entró al Mercado Negro un empleado decidió que llevaría ropa de preso: ¿El porqué? Lo desconoce (Lo jodió varias veces, quizás fuese venganza). De cualquier modo, no odia demasiado aquellos ropajes, si bien, extraña demasiado lo que le hacía parecer ostentoso.
Gustos y disgustos: No podría decirse los mismos ya que, posiblemente, él los desconozca también. Se sabe que odia a otros demonios, humanos, y a los animales. Cree que debería odiar de forma anticipada a todo aquel que podría hacerle daño, así, su defensa será mucho más rápida y por ende eficaz. Gusta de muy pocas cosas, dos de ellas son: El dinero (acostumbrado a él en el pasado) y los dulces que, quien sabe, pueden llegar a comprarle.
Historia: No tengo porqué contarles mi vida, estúpidos. ¡Que les den y les duela...— !
{...}
Nacido en Alemania se mudó a Tokyo, Japón, cuando cumplió los cinco años. Sus padres, demonios también, vieron que él no fue exactamente un regalo de Satanás (decir de "Dios" sería irónico, ¿No?) Con el pasar de los años y él ganar conocimientos sus progenitores se dieron cuenta que, demonio como él, jamás conocieron. Quizás por cansancio tal vez por miedo en cuanto cumplió sus diez lo dejaron a la deriva; huyeron, posiblemente, volviendo a Alemania una vez que el trabajo de su padre dentro de Tokyo se acabó (el hombre trabaja, nadie sabía de su raza) en cuanto a su madre, cual zorra le llamaría ahora, había estado a su lado por el dinero: Le abandonó, y también se fue por otro camino.
Sobrevivió todos éstos años en la misma zona de Japón y, por ello, la conoce en demasía bien. Desde sus principios hasta la modernización, su entorno sufrió varios cambios a los que tuvo que acostumbrarse quiera o no; pero no todo es desdicha en su vida. En un encuentro casual conoció a un hombre que le ofreció un techo, y comida. Torpe fue. Cada día se arrepiente de haber dicho "sí" ese día; demonio estúpido era en aquel entonces, pero fueron aquellas cosas las que le hicieron madurar.
Aquel hombre, viejo hombre, intentó aprovecharse de él al creerle un humano normal. Por el contrario de matarle, o algo por el estilo, cualquier amenaza cesó antes de darse cuando supo que aquel que le ayudó era nada más ni nada menos que el dueño, leal y simpático a los ojos de otros, de una de las empresas más grandes de todo Japón. De qué se encargaba nunca le preguntó, su intención era quedarse con el dinero y eso estaba claro; sin embargo debía sacrificar cosas para tener aquellos lujos. Cada noche de cada fin de semana deseaba encontrarse en un lugar diferente que en ese cuarto de tan cara mansión.
Los años pasaron. Más por deseo del viejo que por decisión propia tatuó su cuerpo en diferentes secciones; creyendo ser porque al mayor le gustaban "ese" tipo de aspecto tan varoníl y rudo. No son algo que les guste, pero tampoco, algo que pudiera borrar. Cada uno le conlleva a un recuerdo diferente que quisiera olvidar.
Volviendo a la historia, dejando atrás tan lastimera actitud, el viejo murió en cuanto él cumplió los cien años (dieciséis, según le decía). Él, como "hijo" quedó a cargo, pero por oportunos sucesos su tan preciado secreto se descubrió.
Lo perdió todo.
En el presente yace en una jaula del Mercado Negro con cadenas excesivas: Si no fuera por las mismas podría escapar.
¿Soñar? Sí. Algún día sueña con escapar de ahí, y recuperar todo lo que le fue arrebatado.
Imagen del personaje:
Extras:
• Tatuajes: Además del que lleva en su mejilla izquierda tiene uno en la pantorrilla derecha, que simula ser, una pequeña cadena hecha de alambres. La figura de un dragón oriental yace un poco más abajo de su pecho y descendiendo por su abdomen y vientre. También, una voraz arañana se encuentra en el lado derecho de su cintura, en la parte trasera de ésta.
• Tanto sus uñas como sangre son de color negro; razón de ésta última por la cual le atraparon.
• Lleva un collar de cuero, de dudosa procedencia.
• Seduce como buen demonio. Bastante bien considerando su edad.
Nombre de la serie/manga/videojuego al que pertenece: Pivix Villans.
Nombre real del personaje: No sé <3
Apellido: Desconocido.
Apodo: Cross.
Edad: Es un demonio jóven, de no más de 100 años; aparenta dieciséis.
Sexo: Masculino.
Orientación sexual: Indiferente.
Raza: Demonio.
Descripción psicológica: Es un pequeño niño caprichoso que hace lo que quiere cuando quiere sin importar a cuáles medios tenga que recurrir. A veces suele comportarse cual rubia con exceso de dinero, sin embargo, y al contraste de aquella comparación tan burda, lleva dentro de él demasiada antipatía y rabia hacia toda la humanidad por razones personales que se verán más adelante, por obligación.
Vendió su alma desde el momento en el que murió y sin dudas hace muestra de ello. No pidas buena educación o un trato respetuoso, simuso o encantador de su parte: Será una de las cosas que jamás podrás ver en él por más que lo intentes durante años: Y él, seguramente, vivirá más que tú. El amor no existe: Sólo encuentros carnales de los cuales siquiera tiene interés muy a pesar de ser un demonio. Sentimientos como alegría y felicidad no se presentan en su persona a menos de ser por causas que fuesen de su agrado; tales como sufrimiento, desgracia o desdicha hacia un ser humano: O hacia cualquier otro ser vivo, al fin y al cabo.
De todavía creerte alguien que puede acercarse a él, tienes la advertencia de que suele actuar egoísta, burlón y creído hacia cualquier cosa que quisiese hablarle (o mirarle siquiera). No hace falta el mencionar que no es demasiado social, no fue criado para ello; y de darse un caso remoto en el cual vea algo como suyo será en extremo posesivo.
Descripción física: A pesar de mostrarse siempre con una amenazante expresión, su altura y peso no son tan intimidantes como quisiera. No mide más de 1,75m y su peso ronda los 50kg. tal así como una niña... O adolescente rubia, repitiendo la comparación anterior. Poca musculatura pero en buena forma, de no ser por la edad de su cuerpo seguramente tendría (como él desea) músculos torneados y envidiables. Ágil y flexibe a pesar de no tener aquellos dichosos músculos posee fuera sobrehumana por obvias razones. Cabellera negra no es muy cuidada, se ve, de hecho, maltratada dado lo despeinado de éste: Pero en el tacto es suave, sedoso. Rasgos finos y delicados, dos cosas destacan en su faz: Una es su ojo izquierdo: Iris color verde oliva le da la capacidad de ver a mayores distancias que el derecho. Y bajo del mismo, un tatuaje abstracto creado por curbaturas se pintó en su piel hace años.
Solía vestir con trajes o ropa callejera en cuanto era libre y gozaba de la buena vida de forma no tan justa, sin embargo, una vez que entró al Mercado Negro un empleado decidió que llevaría ropa de preso: ¿El porqué? Lo desconoce (Lo jodió varias veces, quizás fuese venganza). De cualquier modo, no odia demasiado aquellos ropajes, si bien, extraña demasiado lo que le hacía parecer ostentoso.
Gustos y disgustos: No podría decirse los mismos ya que, posiblemente, él los desconozca también. Se sabe que odia a otros demonios, humanos, y a los animales. Cree que debería odiar de forma anticipada a todo aquel que podría hacerle daño, así, su defensa será mucho más rápida y por ende eficaz. Gusta de muy pocas cosas, dos de ellas son: El dinero (acostumbrado a él en el pasado) y los dulces que, quien sabe, pueden llegar a comprarle.
Historia: No tengo porqué contarles mi vida, estúpidos. ¡Que les den y les duela...— !
{...}
Nacido en Alemania se mudó a Tokyo, Japón, cuando cumplió los cinco años. Sus padres, demonios también, vieron que él no fue exactamente un regalo de Satanás (decir de "Dios" sería irónico, ¿No?) Con el pasar de los años y él ganar conocimientos sus progenitores se dieron cuenta que, demonio como él, jamás conocieron. Quizás por cansancio tal vez por miedo en cuanto cumplió sus diez lo dejaron a la deriva; huyeron, posiblemente, volviendo a Alemania una vez que el trabajo de su padre dentro de Tokyo se acabó (el hombre trabaja, nadie sabía de su raza) en cuanto a su madre, cual zorra le llamaría ahora, había estado a su lado por el dinero: Le abandonó, y también se fue por otro camino.
Sobrevivió todos éstos años en la misma zona de Japón y, por ello, la conoce en demasía bien. Desde sus principios hasta la modernización, su entorno sufrió varios cambios a los que tuvo que acostumbrarse quiera o no; pero no todo es desdicha en su vida. En un encuentro casual conoció a un hombre que le ofreció un techo, y comida. Torpe fue. Cada día se arrepiente de haber dicho "sí" ese día; demonio estúpido era en aquel entonces, pero fueron aquellas cosas las que le hicieron madurar.
Aquel hombre, viejo hombre, intentó aprovecharse de él al creerle un humano normal. Por el contrario de matarle, o algo por el estilo, cualquier amenaza cesó antes de darse cuando supo que aquel que le ayudó era nada más ni nada menos que el dueño, leal y simpático a los ojos de otros, de una de las empresas más grandes de todo Japón. De qué se encargaba nunca le preguntó, su intención era quedarse con el dinero y eso estaba claro; sin embargo debía sacrificar cosas para tener aquellos lujos. Cada noche de cada fin de semana deseaba encontrarse en un lugar diferente que en ese cuarto de tan cara mansión.
Los años pasaron. Más por deseo del viejo que por decisión propia tatuó su cuerpo en diferentes secciones; creyendo ser porque al mayor le gustaban "ese" tipo de aspecto tan varoníl y rudo. No son algo que les guste, pero tampoco, algo que pudiera borrar. Cada uno le conlleva a un recuerdo diferente que quisiera olvidar.
Volviendo a la historia, dejando atrás tan lastimera actitud, el viejo murió en cuanto él cumplió los cien años (dieciséis, según le decía). Él, como "hijo" quedó a cargo, pero por oportunos sucesos su tan preciado secreto se descubrió.
Lo perdió todo.
En el presente yace en una jaula del Mercado Negro con cadenas excesivas: Si no fuera por las mismas podría escapar.
¿Soñar? Sí. Algún día sueña con escapar de ahí, y recuperar todo lo que le fue arrebatado.
Imagen del personaje:
- Spoiler:
Extras:
• Tatuajes: Además del que lleva en su mejilla izquierda tiene uno en la pantorrilla derecha, que simula ser, una pequeña cadena hecha de alambres. La figura de un dragón oriental yace un poco más abajo de su pecho y descendiendo por su abdomen y vientre. También, una voraz arañana se encuentra en el lado derecho de su cintura, en la parte trasera de ésta.
• Tanto sus uñas como sangre son de color negro; razón de ésta última por la cual le atraparon.
• Lleva un collar de cuero, de dudosa procedencia.
• Seduce como buen demonio. Bastante bien considerando su edad.
Nombre de la serie/manga/videojuego al que pertenece: Pivix Villans.
Nombre real del personaje: No sé <3
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