Comienza el juego.... ((zack))

por Invitado Lun Dic 20, 2010 8:43 pm

La noche estaba tibia atestada de gente que iba y venía en direcciones que parecían invisibles,apurados y silenciosos como si estuvieran muy retrasados para llegar a un funeral.
Entre todo ese tumulto, estaba yo. Caminando a paso lento y despreocupado con el cigarrillo colgando de mis labios y las manos en los bolsillos dando un paseo pues no tenía nada que hacer.

Di la vuelta en una esquina y me topé con un estrecho y oscuro callejón; la tipica postal de los suburbios llenos de prostitución y droga se posaba ante mis dorados ojos que, se abrieron de par en par.
Pude divisar uno que otro muchacho guapo hacerme señas, pero jamás me han gustado los callejeros asi que decidí seguir con mi camino..hacia donde? en realidad no tenía idea. Solo sabía que no me detendría por nada ni por nadie, a menos calro, de que encontrara algo que valiera la pena.

No se cuantos metros avancé, pero supuse que ya habían sido suficientes pues el callejón que antes había estado repleto de hombres y mujeres entregando toda clase de servicios ahora estaba vacío.. como si en esa parte de la calle algo peligroso estuviera esperando...
Lejos de darme miedo, aquella sensación de quietud me agrado bastante, asi que me senté en el piso (con la espalda pegada a una vieja y sucia pared) y terminé de fumar mi cigarrillo tranquilamente esperando que nadie interrumpiera mi descanso.

por Invitado Mar Dic 21, 2010 6:18 am

Había estado vagando por las calles sin nada más que hacer, notando a esas horas de la noche la calma que se respiraba en el ambiente aun cuando había toda clases de hombres y mujeres que hacían un ruido infernal aun a esas horas de la noche. Su afilada vista se paseo de un lado al otro de las calles, buscando algo con lo que entretenerse mientras metía sus enguantadas manos en sus anchos pantalones negros. Su ajustadísima camiseta, también negra, dejaba relucir a la perfección el contorno de sus duros músculos [vestido igual que en Crisis Core pero quitando todo lo que no sea la camiseta, pantalones y botas].

De pronto, algo o más bien alguien llamó su atención: Una chica de no más de 16 años se le acercó temerosa y él no pudo más que sonreír y mirarla con la ternura que siempre desprendía sus facciones, acarició la cabeza de la chica y en silencio la acompañó hasta algún bar, le dio dinero suficiente y se despidió de ella con un beso en la mejilla. Miró al hora: 02:30 am, suspiró, y volvió a caminar con andar pesado y perezoso, moviendo la cola suavemente de un lado al otro mientras se orejas se echaban hacia atrás, iba tan despistado que no se dio cuenta de que había acabado internándose en un oscuro, muy oscuro, callejón. Bufó exasperado mientras rascaba descuidadamente su nuca y puso todos sus sentidos en ver, lo que agradeció su afilada pupila fue la tenue luz de la luna que le permitía ver un mínimo y, en una de esas, el reflejo plateado chocó con un hombre de aspecto mayor que él.

- … - Miró al hombre con una ceja arqueada, viéndole en el suelo sentado y recostado a una pared, cruzó sus brazos tras su espalda y se le quedó mirando fijamente, no tenía nada que decir y no preguntaría si necesitaba ayuda pues estaba bien claro que aquel hombre estaba perfectamente.

Ladeó el rostro y bajó las orejas, no es que nunca hubiese visto hombres imponentes, su mentor era una y bastante más imponente que el hombre que tenía en frente, su cuerpo lleno de tonificados y duros músculos siempre le había causado cierto respeto pero, el hombre de media melena que tenía en frente le inspiraba cierto … ¿Temor?, no, no era eso, no sabía identificarlo, pero era un sentimiento ciertamente desagradable.

por Invitado Miér Dic 22, 2010 8:35 pm

Ni cuenta me di cuando ya el cigarrillo iba por mas de la mitad, como de seguro tambien iba la conjestion en la calle principal pues con el pasar de los minutos el ruido de los carros y las voces de la gente que gritaba de bar en bar estaban cesando.
Nada parecía fuera de lo común; estaba yo, solo, disfrutando del dulce cáncer y la tranquilidad que me daba la oscuridad que me cubria como un manto alejandome de toda la juerga que había unos metros mas lejos.
De pronto escuché un ruido... uno, y otro.. eran pasos, alguien se acercaba y de seguro estaba perdido pues sus pies sonaban despacio, calmos y tranquilos.
"si me viene a joder lo mandare a la mierda" pense pues aun no lo habia visto, pero cuando se acercó un poco mas el dueño de los pasos lentos cambie de idea. Era un chico de cabello largo bastante guapo, y aunque se veia algo crio tenia un cuerpo digndo de me cama.

Alce la vista, y las cejas -Se te perdio algo?- le dije soltando el humo que habia calado y clavando mis ojos en los suyos.

por Invitado Vie Ene 28, 2011 1:01 pm

Negó levemente con la cabeza ante la pregunta del mayor, encogiendo sus hombros y mirándole con expresión afilada. Observó a su alrededor sin saber muy bien que buscaba – Simplemente me he perdido – volvió a encogerse de hombros y ladeó la cabeza, cerrando momentáneamente los ojos para luego entreabrirlos despacio, asegurándose de que aquel hombre era real y no un fruto de su adormilada mente, estaba seguro que nunca le había visto en su vida pero, aun y así, ese tipo de mirada ruda la causaba cierta curiosidad, quizás por que parecía escapar de la decadencia que presentaba aquella ciudad extraña, al menos, para él. Movió la cola suavemente, de un lado al otro, con pereza, al tiempo en que esas afiladas y negras orejas de felino se echaban hacia atrás levemente, casi ocultándose entre la espesa melena oscura – No sé muy bien donde estoy, así que me tomo mi tiempo para reconocer el lugar en el que me encuentro.

Dijo con sencillez mientras una sonrisa juguetona aparecía en sus sensuales labios, sonrió de lado, mostrando mínimamente la punta afilada de sus desarrollados caninos. Y, cierto era, que perdido estaba pero es que no había ni un alma a esas horas en la calle y la noche se volvía bastante fría además de oscura. Levantó la vista al cielo, bajando las orejas en el proceso, con curiosidad olisqueó el aire y cerró los ojos. Se acercaba una tormenta y parecía fuerte – Va a llover – dijo indiferente, casi aburrido, mirando de nuevo al tipo y pasando sus manos por sus desordenados cabellos para intentar aplacarlos un poco, resultando inútil pues su rebelde cabello no quería ponerse en su lugar.

Unos 10 minutos después de haber anunciado que llovería, el agua comenzó a caer de forma suave, mojando sutilmente todo a su paso. Sacudió la cabeza y miró al tipo, el cual parecía estar muy cómodo y no tenía intenciones de moverse de donde estaba – Deberíamos buscar un lugar para poder resguardarnos – sugirió.

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