Buscando alguien para mi (#51 Kereth)

Este dia estuve meditando mas que otros acerca de mi vida. Aprecio bastante mi soledad, pero no puedo negarme al menos a mi misma aunque lo he intentado, que a veces la soledad es demasiado abrumadora incluso para mi.

Desde que llegue a este lugar habia oido acerca de una tienda de mascotas bastante peculiar. Se decia que se podia encontrar practicamente de todo ahi. Para mi era una forma de esclavitud que contradictoriamente a la vez me provocaba muchisima curiosidad. Pero lo cierto es que entre pensamientos encontrados llego a la tienda de mascotas de la zona preguntandome si estoy a favor o en contra de esto. Pero no podia sacar la idea de mi mente. La curiosidad, admito que me pudo, y de algun modo termine aqui. Solo cruzo la puerta y camino hacia el mostrador sonando la campanilla y alguien me atiende.
- Buenas, me gustaria echar un vistazo a sus catalogos. He oido que tienen gran variedad de especies. Podria mostrarme los de okami? - Digo pensando en comenzar por algo a la vez que cuestionaba mi desicion. Pero ya estaba aqui...

La alarida campanita le avisó como de costumbre que un nuevo cliente habia entrado en la tienda, era señal inéquivoca de buen presagio ya que vender era lo primordial. Salió del despacho con la taza de café en mano y algunos informes todavia sin ojear en la otra, dejándolos en la parte baja del mostrador donde residian las fichas y demás cosas. Su desinteresada y feliz sonrisa apareció en el momento más oportuno, mirando a la joven que esperaba paciente a que le atendiera.

-Buenos dias, bienvenida a God Child, enseguida le muestro uno de nuestros okamis, a ver que le parece- Canturreó todo feliz de la vida, entregándole la fichita con los datos del pet

Nombre: Kerteth
Ficha: ~
Número: #51
Raza: Okami (lobo)

Casi de inmediato el joven que me atendió me mostró una ficha de la raza que había pedido, la cual tome en mis manos para ver. Desde que ví su fotografía me gustó su apariencia tierna y dulce, pero no me emocionaría así como así nada mas por su lindura y lo que aparentaba. Si psicológicamente no llenaba mis requisitos, daba igual y la dejaría a un lado. Despues de todo, estoy aquí solo para satisfacer mi curiosidad, la cual no me ha dejado en paz desde que supe de un lugar como este. Pero a medida que iba leyendo su hoja de información, me iba agradando cada vez mas, y al acabar de leerla, dude por unos instantes si pedir ver otra o simplemente irme, por que una cosa era curiosidad, y otra llegar a efectuar una compra. Pero despues de haber visto su ficha, no podía sentir que irme y volver a la calma de mi casa, sabiendo que no tan solo no tenía por que ser así, si no que ademas, estaba dejando la oportunidad de ser quien se quedase con el antes que otra persona de la que no tenía idea como le fuese a tratar, aunque esto no debía importarme, pero de algun modo lo hacía, finalmente tome una desición.
- Lo compro. - Dije aunque costandome bastante.

Se quedó observando a la chica hasta que la misma acabara de pensárselo y decidiera que hacer, parecia una chica no muy segura. Al principio se mantubo a la espera, abriendo pequeñas carpetas donde tenia guardadas las fichas de los pets con la disponibilidad de enseñarle cualquier otro si ese no le hacia gracia pero se equivocó, estaba decidida a llevárselo. Su vista se afligió un poco para ver los datos del pet y todo lo que conllevaba vendérselo, al parecer, una buena decisión.

-Entonces perfecto, rellene esta ficha por favor- Le dió, como no, la ficha a rellenar para obtener sus datos, esperando con los brazos cruzados a que lo hiciera sin borrar la sonrisa de su rostro, feliz.

Nombre del pet:
Nombre del Comprador:
Nombre del Dueño:
Modo de pago:
A domicilio o directo:
Dirección:

El joven que me atiende, me pasa el documento de la ficha de tramite para efectuar la compra manteniendo una sonrisa cordial para luego cruzarse de brazos mientras esperaba a que hiciera lo propio, tras lo cual le devuelvo el gesto esbozando una sutil mueca en mis labios tomando el papel y bolígrafo y comenzandola a llenar.

Nombre del pet: Kereth
Nombre del Comprador: Mioko
Nombre del Dueño: Mioko
Modo de pago: Tarjeta
A domicilio o directo: directo
Dirección: - Residencia de Mioko -

Al acabar, le acerco la hoja y el bolígrafo.
- listo - Ahora solo restaba esperar a que me lo trajesen de forma directa, ya que pedirlo a domicilio se me hacía descortez. Pero inevitablemente me mantengo pensando si habre tomado la desición correcta.

Se mantubo a la espera como siempre, espectante de que la joven acabara pronto de rellenar la ficha y pudiera por fin dar la compra por terminada. A decir verdad hacia mucho tiempo que no vendia ningún pet, ya era hora de hacerlo y sacar algo de probecho. La espera mereció la pena y en pocos minutos tubo la ficha en sus manos, guardándola en el lugar correspondiente antes de cojer el teléfono, avisando a los cuidadores y ayudantes de la tienda a que trajeran el susodicho pet.

-Enseguida lo traeran, puede esperar sentada si lo desea- Susupiró con una sonrisa tras sus labios, indicándole una buena silla para que se acomodara

[Avisado]

Le veo guardar tomar la ficha de la compra para archivarla en algun lugar tomando luego el teléfono para avisar a alguien interno que trajese al chico ante mí, tras lo cual le oigo decirme que enseguida lo traeran soltando luego un suspiro, al parecer por haber acabado bien el tramite, y manteniendo aun su cortez sonrisa me hace un gesto con la mano en dirección a una comoda butaca para que tomase asiento si así lo deseaba.
- gracias - Dije sentandome y me cruzo de piernas, estirando ambos brazos y dejandolos descansar al respaldo de el asiento mientras espero.

Tono que llaman a la puerta, son los cuidadores que vienes a sacarme de esta celda. ¿Tal vez a dar un paseo? No lo sé con claridad, pero parecen tener una mirada nostálgica en sus rostros y me miraban con una sonrisa. Luego, el chico me acarició mis cabellos blancos y me informó de lo que sucedía: acababa de ser comprado. Estaba muy nervioso, ya que no sabía si me gustaría o le gustaría a la chica, por lo que estuve pensando que hacer cuando me llevaran a la recepción de la tienda. Pero cuando la ví, todo cambió. Era una chica alta y hermosa de una tez oscura. Estaba sentada en una butaca y su pelo era largo, por no decir nada de sus curvas atractivas. Me encantaba, y al instante, me sonrojé notablemente, pegándome a los criadores por la verguenza. No pude pronunciar ninguna palabra, por lo que me mantuve al margen.

Mientras esperaba, no podía evitar pensar y preguntarme tantas cosas. Como lo que pensaría aquel chico al saberse comprado. Podían ser tantas las posibilidades que solo viendolo por mi misma lo sabría. Entonces veo como llegan los cuidadores con el y noto nerviocismo, así como el detalle de se sonrojo y de viendolo en persona me sentía cautivada por su hermosura. Pero aunque ya he efectuado la compra, no puedo negar que espero que sea como desearía, aunque al notar ese pensamiento me amonesto sabiendo que el es un ser pensante, y que salvo por los detalles que lo entremezclan con una raza animal, tambien es en parte un humano, y eso hace que a mi pensamiento llegue la palabra egoista.

Asi me sentí, pero ya es tarde para lamentos, ahora debo acercarmele. Por lo que me pongo de pie tras haber notado como me había observado y tras esto se pegó de los cuidadores luciendo apenado y/o desconfiado, pues no pronunció palabra alguna, y supuse que las ultimas dos opciones no eran para menos. Pues, ¿quien querría estar en una situación en la que tu vida se ve manejada aunque sea de algun modo por los demás?

Con este pensamiento acerqué mis pasos hasta quedar frente a el ya que deseaba hacer algo mas que solo suponer de forma mental y le hablo.
- Hola, tu debes ser Kereth, ¿no? Mi nombre es Mioko y soy la persona que te ha comprado. Aunque eso puede que ya lo hayas supuesto. - En ese momento me preguntaba si le desagradaba, o si incluso comenzaba a detestarme, si no es que ya lo hacía por el hecho de representar lo que represento ante el.

Yo no me sentía, en ningún momento, manipulado por nadie, por lo que mi corta edad, mi inocencia y mi infantilidad me llevara a separarme de los criadores al ver como la chica se acercaba y se presentaba. Con un simple asentimiento de cabeza asimilé toda aquella información que ella, o Mioko, me decía. Después de un rato de silencio decidí sonreir a la chica con la que pasaría una buena temporada, pués me había comprado y ella misma lo había confirmado. Dí un paso inseguro hacia ella, como si de mis primeros pasos se tratase, luego di otro y me dejé caer con los brazos abiertos y un sonrojo notable aún. Le abracé como un niño pequeño, que al fin y al cabo, era.

Le noto asentir tras haberme oido y haberse separado de los cuidadores, pero aun no prounciaba palabra alguna y solo nos quedamos viendonos unos instantes en los que estaba por suponer que desconfiaba de mi o no le agradaba la idea de todo esto. Pero entonces le veo esbozar una sonrisa para luego verle acercarse a mi a cortos pasos, sintiendo como repentinamente se habia dejado caer de brazos abiertos con un bonito sonrojo a la vez que me rodeaba con ellos en un abrazo efusivo.

No supe que debía sentir o pensar en esos momentos, pero lo cierto era que una calidez interna había llegado a mí y sin pensarlo demasiado, mis brazos le rodearon correspondiendole.
- ¿Te gustaría ir a conocer tu nuevo hogar? - Dije pensando que quiza eso sería lo mejor ahora, además aun no hablaba y no sabía si siempre sería así, y ahora a pesar de que el debe adaptarse a mi, tambien se que yo debere hacerlo a el.

La chica me corresponde al abrazo, en el que yo me sonrojo aún más que antes. Mioko susurra algo a mi oído de conocer un nuevo hogar, y la verdad era que era lo que más deseaba en el mundo: salir de aquel recinto con alguien que le quisiera. Era bastante tímido, y creía que ya lo había descubierto la chica, pero aún así se obligó a si mismo a pronunciar la afirmación.

- Va ... Vale ... - Dije aún pegada a ella.

Luego me separé para mirarla a los ojos de nuevo y esbozar una nueva sonrisa, estaba ansioso por llegar a casa ... con ella.

Me gustó el modo en el que se sonrojaba, me parecía realmente encantador. Esto y su caracter timido me hace sentir deseos de cuidar de el. Así lo reafirmo mi mente al oirle y tenerle aun entre mis brazos. Entonces tras separarse y regalarme su mirada y sonrisa, le ofrecí mi mano devolviendole el gesto con una sutil en mis labios.
- Vamos - Dije guiandole camino al que sería su nuevo hogar.


--> Continuación <--