Paseando con mi nueva adquisición. (Privado).

El parque estaba muy cerca de la tienda, así que dando un paseo llegaron allí. El chico no dijo palabra alguna a su pet, no sabía de que podía hablar exactamente. Deseaba saber más del lobo, pero no sabía que preguntas podrían o no molestarle ni de que desearía hablar éste, era confuso. No tenía demasiada especialidad en trato con los demás, a no ser que sean clientes en el taller. Suspiró de forma suave caminando por el parque, mirando de vez en cuando a su mascota de reojo, era muy guapo... Ah, otra vez esos pensamientos, bueno, no pasaba nada, él lo podió guapo...

-Dime, ¿te gusta éste sitio?- preguntó por decir algo, tratando de romper un poco "el hielo". Era un pregunta un poco tonta y estandar, pero era lo primero que le vino a la mente en ese momento. -Si te da hambre... dímelo, por aquí hay puestecitos de comida.- informó mirando al frente.

Le vio alejarse corriendo y sonrió suavemente, era como un crío... Por ahora le dejaría corretear a sus anchas, realmente parecía necesitarlo, ¿llevaría mucho encerrado en aquel lugar? Sintió una oleada de compasión hacia el albino y decidió que lo sacaría a pasear cada vez que tuviera tiempo libre.

Buscó un banco y se sentó mirando al pet, su vida ahora daría un giro tremendo, un gran cambio. Esperaba que para bien. Lo compró por compañía y para que le echara una mano en casa, se preguntó que le parecería aquello. Bueno, era su mascota, debería hacerle caso, ¿no? Él entre estudios y trabajo llegaba tan agobiado a casa que comía malamente y a veces incluso enfermaba.

Cerró un momento sus ojos, descansando, y sin quererlo acabó por quedarse dormido allí mismo.

Hizo un sonidito en sueños y se apoyó en el hombro el pet sin darse cuenta de nada, realmente estaba agotado de tanto trabajo y estudios. Además que cuando llegaba a casa y debía dormir en vez de entretenerse, acostarse a descansar, pero se entretenía con el ordenador o construyendo algo, reparando alguna cosa... desmontando algo como la tele y montándolo. No podía evitarlo, se volvía un tanto ansioso, además de que le costaba demasiado dormirse y luego tenía pesadillas, por eso trasnochaba de ese modo.

Se acurrucó más en el cuerpo de su mascota, abrazándole de forma leve con un brazo, muy plácidamente dormido, el sueño había acabado venciéndolo.

Notó cierto movimviento, pero no se despertó, cuando el movimiento cesó se abrazó bien fuerte a su mascota al sentirse "seguro" y al notar aquella fuente de calor tan agradable, de un modo como temoroso, soltando un sonidito de angustia e sueños y ocultando su rostro en el cuello del albino. Aun sin darse cuenta de nada de lo que estaba pasando a su alrededor, soñando cosas extrañas, confusas y ciertamente desagradables, aunque al notar ese abrazo la angustia se fue disipando poco a poco, como si algo espantara los malos sueños.

Un mal sueño se apoderó de pronto de éste y despertó de forma brusca, incorporándose un poco ya que algo le tenóa sujeto. Confuso y sin saber que pasaba miró alrededor y se vio en el parque, seguidamente llevó su visto a quien le sujetaba y enrojeció muchísimo, pero se movió brusco, asustado, levantándose y separándose rápidamente, enfocando su vista al suelo muy nervioso.

-¿S-se puede saber que haces?- preguntó tratando de controlar los nervios y el miedo que se apoderó de él, intentando apartar imagenes de su mente. -N-no vu... vuelvas a tomarte esas confianzas.- murmuró con tono de enfado. -Venga... vamos a mi casa...- dijo por no querer seguir con ese tema.

Vio ese gesto del lobo y se sintió mal, ¿se había pasado? Seguramente, el albino no había echo nada malo, pero es que se había asustado mucho al despertar así, después de tener esa pesadilla sobre todo, la que siempre se le repetía. No podía evitar temer el contacto físico, era superior a él, pero realmente Byakuran no era culpable de eso.

-Lo siento...- murmuró mirando al suelo. -M-me asusté.- se excusó, no quería tampoco hacer sentir mal a su mascota. -Podemos seguir paseando si quieres, ¿vale?- le miró y sonrió de forma suave, para que supiera que no estaba enfadado con él.

Asintió con la cabeza lentamente y comenzó a caminar rumbo a su piso. Miraba de reojo al lobo para asegurarse de que caminaba a su lado y no se perdiera o escapara. Sonríe, aunque no mucho, frunció el ceño molesto consigo mismo, debió decirle antes que no le gustara que se el acercaran más de la cuenta o que le tocaran, así no habría ocurrido el incidente de hace un momento.

Decidió ir a su casa dando un paseito, ya que no le gustaba nada usar el autobus, además, estaba muy cerca, y siendo Byakuran un lobo no creía que fuera a cansarse demasiado por andar un poco. Y si él mismo no se cansaba por ese camino su mascota menos, por algo era más fuerte y resistente.