Nuevamente me retienen -Teru-

Ese día había salido temprano de la pensión, estaba algo cansado pero no quería seguir oyendo los desagradables gritos de los vecinos, los odiaba completamente. Quiso comer algo, pero había salido sin dinero, su mochila solo llevaba un poleron y un par de chicles, se echo uno a la boca y sin mas ánimos solo se dedico a caminar unas cuantas cuadras, era posible que quizá, que se encontrara con uno de sus cuantos amigotes, o al menos eso esperaba.
"Takanashi-san!!" escuchó a lo mejor, al parecer alguien venia corriendo hacia el chico, rápidamente se dió la vuelta y vio como un chico de mas o menos de su misma edad corría rápidamente hacia donde estaba, lo saludo fríamente y lo miro curioso al ver que llevaba un paquete con el. Si, lo ayudaría, después de todo el muchas veces lo había salvado también. Si, se había encontrado con un amigo, pero este no hizo mas que darle peso a su mochila y hacer responsable de aquel paquete, de dudosa procedencia.
Después de unas horas se sentó en la banca de la plaza central y cerro sus ojos aburrido. Debían ser ya las 12 del día cuando dos oficiales, esos malditos corruptos se acercaron a Eizan y lo tomaron prisionero, recaudando y hallándolo culpable al tener ese tipo de drogas en su mochila.
Llego a la comisaria y se sentó en una de las cuantas sillas de la comisaria esperando a que lo procesaran. Estuvo ahí por horas.

-Tengo abogado -dijo con voz ronca y alzando una ceja. "Llámalo entonces, niñato" escucho decir de los policías quienes le apuntaron el teléfono. Camino hasta el y marco el numero de Teru Mikami.- Hola... si soy yo... en la comisaria... bien... dije que estoy bien... ven luego quiero dormir en una cama decente hoy... esta bien… Ah! Mikami-san, tengo hambre.

Después de colgar el teléfono volvió a su asiento tranquilo, si podía confiar en alguien era en Mikami.

Eizan lo había llamado a las 2:30, cuando recién había llegado a su departamento, acaso no podía meterse en problemas mas temprano, nuevamente tuvo que dejar solo a su perrito nuevo. Lo cual no le gustaba ya que desconfiaba de cada uno de los encargados y de los huéspedes del hotel.
Salió del departamento rápidamente para demorarse lo menos posible en sacar a su cliente de allí, pero eso niño, que había hecho ahora, lo bueno es que contaba con el permiso de sacar hasta el mayor asesino de la cárcel, cosa que si quería hacia... nunca lo haría.

Conoció a Takanashi hace un par de años, cuando apenas tenia 15, al igual que ahora parecía ser un maleante, pero en realidad solo se metía en problemas por lo relajado o indiferente que era. Después de que muriera el abogado de su familia, lo llamo, contratando sus servicios. Después de un tiempo no fue solo una relación de cliente-abogado. Se hicieron amigos, sin llegar mas allá de eso, Mikami lo veía como un hermano menor, y Eizan como el hermano mayor que nunca tuvo y quien lo protegía.

Llego a la comisaria en unos minutos y fue caminando hasta donde Eizan.
-Que te paso ahora... que hiciste? -le pregunto sentándose a su lado y poniéndose los lentes para sacar unos cuantos papeles de su maletín, comenzando a leerlos.

Se volteo a ver a Mikami apenas llego y lo miro alzando una ceja al no escuchar saludo.
-Hola... -le dijo a pesar de que el otro no había dicho nada, suspiro y se apoyo mejor en el asiento, sonriendo de manera triunfante al ver como los policías veían a Teru, ya era conocido por ellos gracias a su desempeño, después de todo nadie sabia que hacia Mikami para sacar a sus protegidos de la cárcel. Claro, siempre que aceptaba, haciendo justicia en los fraudes mas grandes y entregando miles de millones a sus clientes, llevándose un gran porcentaje de esto, después de todo, era un abogado.
-Me entregaron algo... lo guarde en mi mochila me encontraron y resulto ser pasta base... sabes muy bien que no le hago a ese tipo de cosas y que no vendo -le dijo resumiendo y defendiéndose a la ves.- Que vas a hacer?

Lo miro de soslayo cuando le dijo "Hola! y en respuesta solo alzo sus cejas dando un pequeño suspiro, espero a que comenzara a hablar y comenzó a buscar mejor todo lo que necesitaba.

-Quien te entrego eso, quizás tengas que llamarlo, o hacer una trampa y mandarlo a prisión a el en ves que a ti... después de todo eres tu... o el -le dijo sin mirar a Takanashi a la cara, en verdad no le importaba mucho quien era ese amigo, después de todo, que amigo le da una responsabilidad así... pero si…, bufo satisfecho con una sonrisa parecida a la que antes había usado Eizan, triunfante; comenzaba a pensar algo que quizás daba en el blanco y respondía a lo que se estaba preguntando, puede Eizan Takanashi hace algún tiempo había pedido algún favor a ese amigo y quiso devolverle la mano, lo miro de reojo para después voltearse lentamente y mirarlo a los ojos

-Quizás no has traficado pasta base... pero otra cosa si... que es... marihuana?, cigarros robados?, algún tipo de alcohol... o dispositivo?... qué has estado haciendo?, no puedo dejarte solo ni unas semanas? -le pregunto con el ceño fruncido y luego negando con su cabeza, después de todo quien mas perdía era Eizan y eso a Mikami le preocupaba, como había dijo anteriormente, ese chico era como su hermano menor.

Hizo una mueca y se desordeno el cabello cuando escucho que quizá tenia que entregar a su amigo, cosa que al final sabia que no pasaría, Mikami siempre aprovechaba de meter a la cárcel a otro sujeto, que hace tiempo le urgía encerrar, suspiro un poco tranquilo cuando se quedo en silencio, por que pensó que estaba pensando en quien podría meter sin involucrar a su amigo pero no fue así.

Abrió un poco mas sus ojos al escucharle y suspiro mirando el suelo, ya lo había pillado.
-Hace algún tiempo estaban vendiendo unas pastillas, supuestamente para la migraña, y estas eran alucinógenos... las adquirí y me deshice de ellas diciéndole a este amigo que las vendiera por allí... -termino confesándole mientras lo miraba- Eso... lo siento, fue irresponsable... -le dijo sin mas apoyándose pesadamente en el asiento.

Suspiro sonriendo levemente, ya podría amenazar a Takanashi con propiedad.
-Supe que Saito Yakumo... apareció -le dijo sonriendo sarcásticamente- te acuerdas de el? -le pregunto con cierto tono burlón, mirándolo de soslayo- si, es bueno un muy buen profesional, yo diría que el mejor detective y un supuesto amigo mio -le dijo asistiendo y aun sonriendo de esa manera- Eizan, si el te agarra y a todo tu grupito, yo tendré que sacarte…, si... pero no va a ser fácil y no serán solo unas horas las que pasen aquí y aquí no… en la cárcel, van a ser días... quizás semanas... Saito es un tipo duro, yo he trabajado con el y aun tenemos a criminales con pena de muerte... y otros de por vida -le dijo sin mas, quizás de este modo el chico entendería de una ves por todas- de todos modos tratare de hablar con el, pero si se de otra de tus estupideces... no hablare con el, y solo tratare... tratare -le recalco- …de ayudarte -ordeno bien sus papeles y se puso de pie- ya se que hacer –suspiro- y te vas conmigo hoy día al departamento... y hasta que yo quiera.

Se voltio a verlo rapidamente, apenas escucho el nombre de Saito, se acelero un poco y escucho al mayor sin decir nada. Por que despues de todo que podia decir o hacer. Saito Yakumo, apenas tenia su edad y ya era catalogado como uno de los mejores detectives, uno de los mas respetados y odiados por sus pares, ante la pedancia del chico. Y para que decir más que eso, era un demonio.

Vivir con Mikami... esperen el que no hace poco queria comprarse una mascota, no queria ser testigo de los abusos que cometeria Mikami contra ese pobre animal, aun que bueno, que abuso si despues de todo a pesar de como se veia el mayor era una persona justa y buena no, pero no era malo.

-Va a ser incomodo -dijo tapandose la cara y viendo como el hombre le daba la espalda y se iba- No quiero... no quiero. -susurro negando con su cabeza.

Despues de hablar con el fidcal, con los policias con el jurado y el juez en privado consiguio la libertad del menor, y como ya habia supuesto, este tenia que estar en vigilancia y quien mejor que el para reenerlo, era en una de las pocas personas en quien podia confiar y meter a su departamento sabiendo que no haria nada contra Yuuji.

Volvio hasta donde estaba y le pidio las llaves de las esposas al policia, el cual se las entrego rapidamente sin decir nada, camino hasta el chico y lo libro, dejando las esposas en una misita junto con la llaves.
-Vamos -le dijo apoyando su mano en el cabello rojozo del menor- Tenias hambre no?

-Teru -le dijo reclamando- yo no quiero... -le dijo resolando y poniendose de pie, siguiendo a pesar de sus palabras al mayor- que no tienes mascota?... y si nos llevamos mal? -le dijo suspirando.

-Ademas, te lo violaras todas las noches... como mierda quieres que durma con ese tipo de ruidos y gemidos -le dija alzando sus cejas y negando con su cabeza.

De verdad que no queria, esa idea le asustaba un tanto, pero era casi imposible convencer a Mikami a cambiar su idea, aun asi trato de hacerlo.
-Y si me enamoro de tu mascota... que haras? -en un intento desesperado le dijo aquello, sabia unas cuantas cosas del aquel chico, solo unas cuantas de la ves que habian ido a la tienda.

-ah? -le dijo volteandose a verlo y fulminandolo con la mirada, si bien era cierto, Takanashi tendria que soportar uno que otro ruido, por que no limitaria a su mascota a gemir, ya que le gustaba escucharlo. Penso un poco y sonrio vistorioso nuevamente, mientras salian de la comisaria.

-Hay un cuarto, alejado... la habitacion es grande Eizan y tu en primer lugar estarias en el 2° piso, y esa pieza la usaban como estudio de grabación... esta aislada, si quieres puedes tocar bajo, nadie te molestara ahi... -le dijo abriendo la puerta de su auto- ademas nos mudaremos apenas entreguen mi residencia. No hagas mas problemas, no hables en el camino y menos... te quejes. Tengo el numero de Saito en mi celular, lo llamare apenas escuche tu voz. -lo amenazo cerrando la puerta del auto y dando la vuelta para entrar en el y comenzar a manejar.


[Tema cerrado *le saca la lengua*]