Comprando compañía. (Byakuran).

Aquella tarde no tenía trabajo en el taller, no tenía tarea ni exámenes programados para días próximos, por lo que al salir de la universidad aquella idea que rondaba su mente desde hacía semanas cogió forma. Iría a comprarse un pet.

Muchos compañeros de trabajo tenían alguna pet en su casa, y parecían de lo más animados con ellas, oía sobre ello, sobre la compañía que daban y que eran hermosas, y pensó ¿por qué no podía tener él uno? Alguien que le ayudara en casa, ya que entre los estudios y el trabajo al llegar un poco se hallaba un poco desganado y taciturno.

Así que nada más sali de la universidad condujo sus vacilantes pasos hasta aquella tienda, donde entró y ya empezó a sentir ese típico dolor de estómago que se apoderaba de él cuando los nervios hacían acto de presencia.

-¿Alguien puede atenderme?- preguntó pese a aquello, sin tener muy claro que quería, solo sabía que deseaba un pet masculino. A fin de cuentas, no le avergonzaba admitir que era gay, y ya que iba a tener un pet prefería que fuera alguno que le "alegrara la vista" un poco.

Aquello le hizo azorarse y bajó la vista al suelo mientras esperaba.

Estaba un tanto impaciente y nervioso, aunque trataba de que no se mostrara y tenía una expresión un poco impasible, esperando a que algún vendedor hiciera acto de presencia, y no tardó en apareder. Un muchacho rubio apareció en el mostrador con una sonrisa amable, preguntándole que deseaba. Bueno, no tenía muy claro aquello, al menos no sabía que raza quería, pero si algunos detalles.

-Ah... no tengo raza pensada.- contestó con una expresión algo seria. -Solo quisiera que fuera... alguien fuerte...- ya que él era débil y delicado, no quería tener que ir protegiéndolo cuando apenas podía protegerse a si mismo. -Un... mayor de dieciocho años...- le convenía alguien mayor de edad, ya que él no lo era. -... pero que tampoco sera demasiado mayor, unos veintitantos...- no le gustaba la gente demasiado adulta. -Y que no sea una persona violenta de buenas a primera...- añadió un poco temoroso. -Esos son los únicos requisitos.- dijo mirando al dependiente, pensando que habría por ahí interesante. -Ahh, y que sea alguien... etto... atrac...tivo...- añadió sonrojándose ante tal petición.

Espero solo un poquito hasta que el joven dependiente le tendió el registro, había sido muy rápido, el chico ese era un vendedor bastante eficaz y amable, solo bastaba saber si aquel pet era o no de su agrado. Lo primero que vio fue la foto, enrojeció ligeramente, era muy atractivo... no, era muy, muy guapo... Se fijó luego en la raza, lobo blanco, interesante. La edad le gustaba, no era demasiado mayor que él, y parecía fuerte. Ojeó un poco más la ficha, pero no se adentró en detalles, veía mejor descubrir sus gustos y disgustos, y lo demás a medida que conviviera con él, así sería más entretenido. En definitiva, le agradaba ese pet.

Dejó la ficha sobre el mostrador con una sonrisa un tanto nerviosa, tendiéndosela al vendedor, tragando saliva disimuladamente y tratando de no parecer demasiado nervioso.

-Este está... me lo llevo.- dijo en voz baja.

(Off: Sho no es albino xD).

A cada paso que daba por realizar aquella compra notaba como los nervios le abordaban más, sintiendo como el dolor de estómago cada vez se hacía más fuerte, aunque aguantando los deseos de llevarse las mano allí, no quería que se notara como estaba.

Tomó la ficha que le tendía el dependiente y lo tomó con una sonrisa amable, pasando a leer los datos que se pedían y seguidamente, después de dar un prolongado aunque suave suspiro, comenzó a rellenarlo.

Nombre del pet: Byakuran.
Nombre del Comprador: Shouichi Irie.
Nombre del Dueño: Shouichi Irie.
Modo de pago: Tarjeta.
A domicilio o directo: Directo.
Dirección: ...

Releyó lo que había escrito verificando que no había errores de ningún tipo y le tendió la ficha al dependiente junto con su tarjeta de crédito para efectuar el pago.

-Aquí tiene.

-Ah, s-si, y gracias, ha sido muy amable.- dijo con una sonrisa y mucho más nervioso, decidiendo hacer caso al consejo del vendedor y sentándose en unos de los asientos de la tienda, cogiendo nerviosamente una revista de una mesa y pasando las páginas sin leerlo ni verlo de lo nervioso y pensativo que estaba.

Trató de pensar, con suerte su economía no estaba nada mal para ocuparse del pet en cuestión, y había preparado una habitación para éste, hacía unos día que estuvo preparado. No lo había decorado demasiado para que él lo pusiera todo a su gusto. La nevera estaba llena y todo en órden, pues hacía un mes más o menos que decidió que compraría una de aquellas mascotas especiales.

Ahora solo esperaba y deseaba que se llevaran bien...

Estaba sentado esperando a que trajeran a su mascota, se preguntaba como sería la vida a partir de ahora, que tipo de personalidad tendía el susodicho, si se llevarían bien, etc. Ciertamente eran muchas dudas para algo bastante serio, ya que sería una vida que de algún modo dependeria de él ya que debería alimentarle, por eso pidió que fuese alguien fuerte, no quería además la obligación de cuidarle, él apenas podía cuidarse a su mismo.

Oyó unos pasos y levantó la vista viendo a su pet delante de él. Sorprendido se puso en pie de inmediato, mirándole nervioso, aunque trató de controlar dicho nervios como bien pudo, no quería parecer muy crío.

-Hola...- saludó acercándose unos pasos, intentando que su voz sonara neutra. -Yo soy tu nuevo amo.- se dispuso a presentarse antes que nada. -Me llamo Shouichi Irie.- se quedó unos segundos bloqueado sin saber que decir, analizando discretamente al chico. Parecía fuerte, aunque tampoco demasiado... -Pues, ¿tienes algo que recoger antes de irnos?- preguntó con ganas de irse de allí?

Le vio sonreir, al menos parecía agradable, aunque sabía que no había que fiarse de las primeras impresiones. La sonrisa era bonita, bueno, si en foto le pareció guapo en persona lo era muchísimo más. Intentó controlar el rubor de sus mejillas y no pensar esas cosas.

Le vio agacharse y mirarle con curiosidad, cosa que le puso más nervioso, el estómago le dolía mucho, que agobio. Iba a hablar cuando le oyó contestarle, pero de pronto su pet le lamió la mejilla, sorprendido y avergonzado dio un paso atrás, mirándole con los ojos muy abiertos y las mejillas rojas. Se llevó el brazo a la mejilla y se secó, ¿a que había venido eso?

-N-no vuelvas a hacer eso...-masculló retrocediendo. ¿A-a donde quieres ir ahora? ¿Tienes hambre?- preguntó tratando de desviar la atención a otra cosa.

Aquello el resultó muy molesto, eso de temerle, claro que no le temía, ¿que se creía? Alzó una ceja mirándolo con gesto de enfado y algo orgulloso. Se acercó varios pasos, tratando de conterner todos aquellos nervios que se le bajaban al estómago.

-Yo no tengo miedo, y menos de un pet.- aunque sabía que ese pet era más fuerte que él, así lo pidió... tal vez debió pensar mejor aquel detalle. Bueno, ¿qué más da? No podía pasar nada malo. -Venga, vamos...- murmuró andando fuera de la tienda. -Pero dime a donde quieres ir... ¿quieres comer, quieres ropa?

No le notó acercarse por detrás, y cuando le oyó susurrarle tan cerca de si se sobresalto y se alejó de un salto, volviéndose averguenzado al haberse asustado así, y más después de decirle que no le temía. Frunció el ceño molesto por aquello.

-B-bueno, pero n-necesitas ropa...- murmuró maldiciéndose por el balbuceo, trató de centrarse, de controlar sus nervios. -Así que mej-meor ir a una tienda de ropa... y comprarte algo.- murmuró con un tono entre decidido y nervioso. -¿Vale? No pueden andar c-con esa ropa siempre y... mi ropa te estará pequeña...- añadió analítico.

Iba a negarse al percibir su tono caprichoso, él no estaba para cumplir por los caprichos de su pet, él era el amo. Pero enseguida se le suavizó el sembrante, ese pet llevaría quien sabe cuanto encerrado en una tienda, sin poder salir al exterior ni respirar aire puro. Ciertamente debía de ser angustioso, así que asintió lentamente con la cabeza y sonrió de forma suave, accediendo a la petición del albino, tampoco le haría daño dar un paseo, al contrario. Tampoco deseaba ser desagradable... y tal vez ya lo había sido.

-Muy bien, entonces iremos al parque... es muy bonito.- contestó echando a andar hacia el lugar.