Eso de ahí arriba son nubes, ¿no? -Libre-

Otro día más, otro día menos de vida.

Las calles eran cada vez más anchas y concurridas, o eso me lo parecía a mi, el calor por estos días hacía que a uno se le quitasen las ganas de moverse mucho y claro, un gato callejero, o estaba en la calle tumbado sin hacer nada o simplemente se quedaba en la sombra de algún sitio tranquilo, pero, siendo ya realistas, aquí parecía no haber muchos sitios así. Además de que tampoco era que me gustase andar por calles concurridas, más que nada porque no tenía ganas de un ataque nervioso aunque no descartaba aquel escenario como posible para un escenario de algún suicidio.

Por lo que al final, sólo me quedaba el parque para relajarme, benditos parques donde la gente llevaba a sus perros a hacer sus necesidades, donde los niños gritaban y correteaban y donde los primeros nombrados, léase perros, me perseguían por puro aburrimiento o qué se yo. Odiaba los parques.

Caminé por el borde del muro que daba la diferencia entre el parque y la calle y salté a la primera rama de un árbol que vi accesible, como pude y a base de saltos fui trepando y, aunque no lo pareciese, cada vez se estaba más fresco cuanto más alto subía. Me acomodé en una de las ramas como pude, dejando la cola caer libremente al aire moviéndola con parsimonia y ronroneando debilmente ante lo agusto que se estaba, las orejas, por vete tú a saber qué razón, se habían agachado solas y mi cuerpo se relajó hasta recostarme quedando apoyado al tronco y descansando en la gruesa rama. Quizás y lo único que quitaría de este relajante y tranquilo momento serían los gritos de los infantes y los ladridos de los perros que parecían rodear al árbol a la espera de que me callese para servirles de almuerzo.

-Malditos.. No pueden callarse un momento y dar paz por una puta vez en su vida-

Susurro con el ceño fruncido, un cigarrillo en los labios sin prender aun con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta de cuero sacandolas un momento estirandome el cuerpo, tirando la mochila que traia gindada a un costado en las raíces de un árbol alto y frondoso, suspirando bajo alzando la vista a las nubes

-Un perfecto día para relajarse, y esos ineptos solo hacen ruido-

Cierro los ojos un momento tomando una bocanada de aire, suspirando lentamente, sentandome al lado del bolso sacando el encendedor prendiendo el cigarrillo, recostando mi cabeza sobre la mochila al pie del árbol tomando otra bocanada pero esta vez de nicotina, soltandola lentamente, para luego dejar que el cigarrillo se consumiera solo en mis labios mientras observaba las nubes relajado

Entre el calor del sol y lo agusto que se estaba cuando de cuando en cuando acariciaba con mis orejas la rugosa pared del tronco de aquel árbol me estaba quedando casi dormido, hasta que oí una voz que exteriorizaba mis pensamientos y, casualmente, no era mía. Intenté mirar bajo mis pies y vi que no había nadie, ni siquiera a mi al rededor, mas... yo sé que no estoy loco, así que, a regañadientes, me puse de pié y sorteé algunas ramas para quedar justo en el lado contrario a donde estaba, observando ahí a algún chico que se disponía a fumar.

-Sí bueno, tampoco es que se le pueda hacer mucho -contesté mirando hacia abajo y arrugando el ceño, el olor del tabaco no es que me agrade precisamente. Al final terminé por volver a tumbarme, dejé una pierna colgando y apoyé el pie de la otra en la rama, dejando la mayor parte de la otra pierna flexionada en el aire, el cuerpo tumbado boca abajo sobre aquella gruesa rama, la cola también en el aire y las manos posadas la una al lado de la otra, con los brazos igualmente flexionados en el vacío y mi mentón apoyado en el dorso de mis manos, aunque parecía una postura de lo más forzada, era la mar de relajadora -Son críos, los críos suelen ser revoltosos de por sí -dije mirando de reojo a aquellos niños que jugaban a la lejanía y disfrutando de la leve brisa del verano que chocaba contra mis orejas.

Entrecierro los ojos buscando la voz encontrandolo rápido en guindado en la rama de un árbol de al frente mirándolo fijo, para luego relajarme suspirando cerrando los ojos.

-Pero ¿deben de ser asi? La verdad yo no era asi cuando era crío-

Abro los ojos fijandome en los pájaros que surcaban el cielo con sus alas abiertas relajados pero rectos siguiendo tu ruta con mi mirada, perdiéndose en el horizonte cerrando los ojos de nuevo sintiendo la brisa revolver un poco mis cabellos dosiles

-Todos decimos lo mismo -dije mirando al frente y bostezando levemente, el estar tanto tiempo así me iba a dejar roque y dudo mucho que aquel sea el mejor lugar para ponerme a dormir así que acto seguido me senté cruzando las piernas y apoyando ambas manos en la rama, dejando la cola ondear al son del viento -pero realmente todos fuimos así, que al final alguien terminase reprimiendo nuestro deseo de jugar gritar chillar y reir hasta que nos duela la cara y el estómago no significa que no lo fuésemos -incluso yo, pensé, también lo había sido... durante muy poco tiempo, pero lo fui.

-¿Al final o siempre...?-

Susurro mas que como respuesta para mi mismo recordando el pasado para luego fruncir el ceño tomando la ultima bocanada de humo soltandola lentamente y apagando el cigarrillo y metiendo la colilla en la caja de cigarros relamiendo mis labios secos entrecerrando los ojos con la vista en el cielo.

-Tampoco es como si tuviésemos otra elección -dije en voz baja mirándole largamente al verle apagar el cigarro, por fin, ahora sólo queda que desaparezca el maldito olor y ya podré volver a disfrutar de la sinfonía de olores que ofrece la naturaleza -algún día a ellos también se lo harán con la excusa de que todos debemos madurar y comportarnos bien para coexistir en sociedad, nos obligan desde pequeños a dejar de lado nuestros caprichos y egoísmos para ellos no quedar en vergüenza y ridículo delante de los demás, ¿o acaso a ti te gusta ir al super y ver a un niño llorar y despotricar porque no le han comprado la tableta de chocolate que quería? -pregunté volviendo a alzar la mirada al horizonte -por lo general solemos pensar "qué malos padres que no educan bien a su hijo y le tienen tan mimado, si fuese mío se llevaba dos nalgadas bien dadas", cuando realmente y en algunos casos, no digo en todos porque sé que no es en todos, esto ocurre por capricho de los niños que se niegan a dejar de lado sus egoísmos infantiles.

A decir verdad yo mismo me estaba sorprendiendo de mi actitud, ¿me había levantado hablador o qué? Si a estas alturas ya había hablado más que en todo un mes...

-Egoistas son los padres...-

Suspiro pesadamente siguiendo con la mirada fija en el cielo y sus enormes nubes

-Uno siempre madura, por las buenas o por las malas, y no hace falta frustrarle la infancia algun niño... Yo solo pido algo de paz. Entiendo que de pequeños somos asi, pero en vez de enseñarle por las malas a madurar de lleno. Enseñarles que es paz... Que es relajarse... Lo esquisito de ver el cielo y sus nubes... De esa manera seguro callarian un poco-

-Tú no conoces la "hiperactividad" ¿verdad? -pregunté con sarcasmo, bajándome de aquella rama para quedar un tanto más cerca de mi interlocutor y de pié, agachándome levemente para quedar más o menos a su altura pero a una distancia segura de él -Cuando eres niño lo que menos quieres hacer es tumbarte a ver algo, lo que quieres hacer es correr hasta que las piernas dicen basta, obviamente si intentas que un niño se tumbe a ver el cielo lo primero que dirá será "Me aburro ¡juguemos a algo!" o algo así.

-Lo siento.. No se mucho de eso de "Jugar" o "Hiperactividad"-

Te miro con expresion relajada

-De pequeño no conoci la palabra "Libertad"-

Apreto los puños apartando la mirada dejando caer mi cabeza viendo a un costado el cesped suspirando relajandome de nuevo

-¿hablas de infancias jodidas? No me hagas reir -dije con sorna volviendo a colocarme de pie y apoyando mi cuerpo en el tronco del árbol, cruzándome de brazos -lo más suave que pueden hacerle a un niño en su infancia es pedirle que no haga "X" cosa o "Y" cosa y que no le dejen salir a jugar, inculcándole con una enseñanza severa, y repito de nuevo, es lo más suave que pueden hacerle. -si hablábamos de infancias jodidas creo que la mía era una de las más tristes, al menos... aunque habían pasado dos años desde mi salida de aquel lugar... podía decir que ahora estaba mucho mejor.

-Uhnm... Soy algo ignorante en esos temas-

Me siento estirandome un poco despertando los huesos entumecidos volviendo a dejarme caer en el cesped cerrando los ojos relajado alborotando mis cabellos sonriendo

-Deberías aprender más de ellos -dije sin cortarme un pelo y mirando hacia otro lado, notando como por inercia movía las orejas al notar una mosca revolotear cerca -Por lo que huelo... tus feromonas están entre asentadas y en esfervescencia, ello quiere decir que estás ya en edad de poder dejar a alguien en cinta, así que es bueno que te vayas preparando por si acaso, pero bueno. No es cosa mía. Es tu vida -dije encogiéndome de hombros.

Frunzo el ceño girando el rostro viendolo fijo

-Tienes razon, no es cosa tuya, no es tu problema-

Coloco una mano en mi sien masajeandola suave relajandome de nuevo para luego pasarla lento por mi cabello acariciando suave cerrando los ojos, masajeando suave mi cuero cabelludo suspirando suave

-hmpf, pues eso -dije con una ceja alzada y sentándome nuevamente en la rama, esta vez con la pierna estirada en ella y la otra colgando, tampoco era como para ponerse así, pero bueno, hay todo tipo de personas, ¿no?

-uhg.. -

Saco otro cigarrillo dejandolo en mis labios sin encender frunciendo el ceño acariciando mi cabello tranquilo y relajado observando el cielo y los pocos pajaros que pasaban por el sonriendo

-Dos cosas: primero, fumar crea impotencia -sabía, y bastante bien por tratos anteriores con hombres aleatorios de la calle, que era la razón principal por la que dejaban de fumar -segundo, no quiero morir pronto por ser fumador pasivo, además de que huele fatal, así que por favor, apágalo. Gracias.

Alzó una ceja viendo al chico suspirando tomando otra bocanada de humo para luego apagar el cigarrillo guardandolo en la caja.

-Yo hago lo que quiera con mi vida, y este mundo es libre-

Me depeino un poco -Lo apago porque hay niños y se supone que en este parque no se debe fumar.. Prefiero ahorrarme problemas-

Le miré con una ceja alzada y sonriendo de forma torcida, ¿realmente se creía que yo era estúpido o algo? En fin, suspiré -Claro que sí, todo sea por los niños -dije con ironía mirando al frente y cruzando mis brazos tras mi cuello, bueno tampoco quería ganarme problemas, total... poco ganaba con ellos si no podía dar una hostia en condiciones, ¿no?

Frunzo el ceño tomando el cigarrillo de nuevo encendiendolo yendo hasta donde el chico expulsando humo frente de él

-Delicioso...-

Me levanto estirandome fumando viendo el cielo tranquilamente viendo el cielo fijamente

... Vale, eso si que no, una cosa es ponerte a fumar sólo para joder al otro, otra muy distinta es echarle el humo a la cara, alcé la vista al cielo y moví la cola para que le diese un golpe con toda la fuerza que podía con ella en los labios y le tirase el cigarrillo que tenía. El roce con su piel fue lo suficiente como para erizarme y sacarme un escalofrío así como de retirar mi cola con rapidez, pero no varió mi tono de voz -lo siento~ se me escapó -dije con tono mordaz intentando calmar mi vello y respirando profundamente para relajarme, odiaba esa maldita y asquerosa sensación que me invadía cuando tocaba a alguien, pero esta vez había merecido la pena.

-Ahora contaminas con basura -

Te miro fijo a los ojos para luego apartarla viendo la cola del chico sacando un chicle de menta metiendo mis manos en los bolsillos sonriendo de lado divertido metido en mis pensamientos.

-Al menos, ¿puedes apagarlo? -pedí señalando con un movimiento de cabeza al cigarrillo -si no lo haces posiblemente se queme el lugar, y dudo que te guste el que te acusen de incendiar lugares públicos.

Cerré los ojos a tiempo que sentía la brisa chocar contra mi rostro, lo decía bastante en serio, más que nada porque a mi no me iban a acusar, mi saliva no estaba en esa colilla y mi adn mucho menos. Además, con el sueño que tengo arrastrando, no se me hacía apetecible la idea de comenzar a correr huyendo despavorido del fuego.

Me encogo de hombros viendo el cigarrillo para luego pisarlo siguiendo con mi chicle pensando mirando las nubes quitandome la hierba del cabello suspirando cansado masajeando un poco mis hombros tratando de calmar el dolor, hundido en mis pensamientos para luego sonreir de lado divertido recargando mi espalda en el arbol. Cerrando los ojos relajado metiendo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero sintiendo la brisa moverme los cabellos alzando un poco el cuello sintiendo entrar la brisa por la chaqueta.