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Residencia Stryker
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Residencia Stryker
..:: Exterior ::..
..:: Comedor ::..
..:: Cocina ::..
..:: Baño ::..
..:: Habitación ::..
- Spoiler:
..:: Comedor ::..
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..:: Cocina ::..
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Invitado- Invitado
Re: Residencia Stryker
Varias cosas habían sucedido en el mercado negro, pero ahora Michael junto con su nueva compañera se dirigían hacia su hogar , ambos con una sola idea en mente, el camino fue guiado directamente por un taxi, aunque ambos en un carro particular, como siempre, gracias a su pésimo sentido de orientación terminaba por pagar el pasaje del taxista como favor por llevarle hasta la zona del conjunto residencial, lugar poblado por personas de diversos status sociales y demás, residencias de todo tipo, desde la más pequeña y compacta con pocos lujos o tan solo bien adornadas, hasta las más grandes e imponentes, cercadas con grandes muros acompañados con diversos tipos de sistemas de seguridad, y por si hiciera falta alguno que otro fiel can en las afueras del patio para resguardar el lugar, varios automóviles adornaban las calles frente a las casas que ocupaban cierto terreno.
Realmente era una mierda tener que pagar a un taxista para guiarle, mas aun cuando podría quedar en mal con la persona con quien viajaba, ¿Qué pensaría?, seguramente ya habría pensado aquello justo antes de que el peli blanco llegase a si quiera imaginarlo, el automóvil lentamente se detuvo hasta quedar frente a la residencia, la cual por delante poseía un jardín común y corriente, ningún tipo de adorno como algún duende o animal de plástico se situaba en los alrededores, tan solo simples y pequeños arbustos que dividían la propiedad con la de su vecino, bajo del automóvil con sumo cuidado, mirando hacia los lados como casi siempre hacia, se dispuso a abrir la puerta para que su nueva compañera pudiese salir del vehículo...-Baja… Baja… Vamos, Vamos, Debes estar Hambrienta… -Comento con un tono de voz ligeramente gracioso, avanzando hacia el interior de la casa abriendo con anterioridad la puerta….
-Bienvenida, esta desde ahora, será tu nueva casa… -Exclamo con fuerza terminando por entrar después a la casa, cerrando la puerta una vez que ella estuviese dentro, lentamente camino hasta uno de los sofá, recargándose contra el mismo…-Siéntete libre de andar como quieras, vestida, desnuda, como quieras, porque ten por seguro, que yo lo hare… -comento observándola, sin perder detalle alguno de su físico, de abajo hacia arriba nuevamente tal y como lo había hecho en el mercado negro, posando después sus orbes sobre los muslos de la mujer por algunos segundos, repitiendo lo mismo justo sobre sus aparentemente suculentos pechos…-¿Qué quieres comer?...-Pregunto ladeando ligeramente su rostro hacia la derecha, postrando una leve sonrisa en su rostro, cuya sonrisa claramente denotaba la indirecta que lanzaba hacia la femina.
Realmente era una mierda tener que pagar a un taxista para guiarle, mas aun cuando podría quedar en mal con la persona con quien viajaba, ¿Qué pensaría?, seguramente ya habría pensado aquello justo antes de que el peli blanco llegase a si quiera imaginarlo, el automóvil lentamente se detuvo hasta quedar frente a la residencia, la cual por delante poseía un jardín común y corriente, ningún tipo de adorno como algún duende o animal de plástico se situaba en los alrededores, tan solo simples y pequeños arbustos que dividían la propiedad con la de su vecino, bajo del automóvil con sumo cuidado, mirando hacia los lados como casi siempre hacia, se dispuso a abrir la puerta para que su nueva compañera pudiese salir del vehículo...-Baja… Baja… Vamos, Vamos, Debes estar Hambrienta… -Comento con un tono de voz ligeramente gracioso, avanzando hacia el interior de la casa abriendo con anterioridad la puerta….
-Bienvenida, esta desde ahora, será tu nueva casa… -Exclamo con fuerza terminando por entrar después a la casa, cerrando la puerta una vez que ella estuviese dentro, lentamente camino hasta uno de los sofá, recargándose contra el mismo…-Siéntete libre de andar como quieras, vestida, desnuda, como quieras, porque ten por seguro, que yo lo hare… -comento observándola, sin perder detalle alguno de su físico, de abajo hacia arriba nuevamente tal y como lo había hecho en el mercado negro, posando después sus orbes sobre los muslos de la mujer por algunos segundos, repitiendo lo mismo justo sobre sus aparentemente suculentos pechos…-¿Qué quieres comer?...-Pregunto ladeando ligeramente su rostro hacia la derecha, postrando una leve sonrisa en su rostro, cuya sonrisa claramente denotaba la indirecta que lanzaba hacia la femina.
Invitado- Invitado
Re: Residencia Stryker
La compra había sido rápida y no había demorado mucho, ambos habían decidido ir a la casa de su amo y empezar con aquella idea que le revoloteaba en la cabeza. Ella, por supuesto, estaba ansiosa. Necesitada de sentir un duro miembro enterrado profundamente en su interior y que la satisficieran rápida y ferozmente. Podía imaginar las miles de posiciones que tomarían, las penetraciones fuertes, el calor y el roce de los cuerpos. La sola idea la dejaba excitadísima. Pero primero tendría que llegar a la residencia del hombre y así podrían comenzar con la diversión. Para eso, habían cogido un taxi porque Michael no había sabido la dirección de su casa. Yukari se habría reído de él en su cara si no hubiese estado tan ocupada mirando por la ventana con cierto asombro. El mundo exterior era tal y cual como lo había dejado hace unos años.
Cuando el coche se había detenido por completo al frente de una linda casa lujosa pero nada decorada. Yukari pensó en la falta de gusto que tenía su amo. Nada de adornos para el hogar, en fin, era un tipo simplón, se dijo mentalmente. El mencionado le habló, ella ni lo miró, estaba más entretenida observando la casa que a él. ¿Aquí viviría?, se preguntó con un dejo de aburrimiento, siguiendo a Michael al interior de la vivienda. Volvió a mirar todo lo que había. Casi todo era de color blanco o negro… Si hubiese sido de ella, le hubiera agregado un color violeta o fucsia, no importaba mucho.
- ¿Mi nueva casa? –preguntó, recorriendo todo con la mirada hasta detenerse en dónde se había recostado el albino. Con los ojos encendidos por la pasión nuevamente, volvió a observar el cuerpo masculino, imaginándose como sería sin una sola prenda de ropa. –Quiere decir que puedo andar desnuda. –comentó, acercándose al mueble y quedando a solo escasos centímetros de su amo. –Me parece perfecto. –respondió, empezando a tirar de los cordones de su corsé, con rapidez se deshizo de su ropa. Quitándose el corsé y las braguitas moradas más los tacones. –Quiero comer ya, estoy hambrienta amo. –agregó, sentándose en el regazo de Michael, con una pierna a cada lado de su cuerpo, regalándole una vista de su entrepierna desnuda. - ¿Usted no?
Ladeó la cabeza, haciendo que su cabello cayera por su hombro izquierdo en forma de cascada. Sin esperar una respuesta, su propia mano cogió la del hombre y la llevo hasta su pecho en un gesto descarado mientras la suya propia acariciaba el otro rosado pezón. Quería empezar rápido con la diversión. Tenerlo en su interior, en su culo, en su boca, en todas partes de su cuerpo. Hasta que la saciará por completo, que la hiciera enloquecer de placer y dejarla adolorida por la ardua cesión de sexo. Eso sería una delicia para una persona como ella, que sólo le importaban los placeres de la carne.
-Vamos, amo, ya lo quiero dentro de mí-le susurró de manera sensual- ¿o quiere jugar un poco?
Cuando el coche se había detenido por completo al frente de una linda casa lujosa pero nada decorada. Yukari pensó en la falta de gusto que tenía su amo. Nada de adornos para el hogar, en fin, era un tipo simplón, se dijo mentalmente. El mencionado le habló, ella ni lo miró, estaba más entretenida observando la casa que a él. ¿Aquí viviría?, se preguntó con un dejo de aburrimiento, siguiendo a Michael al interior de la vivienda. Volvió a mirar todo lo que había. Casi todo era de color blanco o negro… Si hubiese sido de ella, le hubiera agregado un color violeta o fucsia, no importaba mucho.
- ¿Mi nueva casa? –preguntó, recorriendo todo con la mirada hasta detenerse en dónde se había recostado el albino. Con los ojos encendidos por la pasión nuevamente, volvió a observar el cuerpo masculino, imaginándose como sería sin una sola prenda de ropa. –Quiere decir que puedo andar desnuda. –comentó, acercándose al mueble y quedando a solo escasos centímetros de su amo. –Me parece perfecto. –respondió, empezando a tirar de los cordones de su corsé, con rapidez se deshizo de su ropa. Quitándose el corsé y las braguitas moradas más los tacones. –Quiero comer ya, estoy hambrienta amo. –agregó, sentándose en el regazo de Michael, con una pierna a cada lado de su cuerpo, regalándole una vista de su entrepierna desnuda. - ¿Usted no?
Ladeó la cabeza, haciendo que su cabello cayera por su hombro izquierdo en forma de cascada. Sin esperar una respuesta, su propia mano cogió la del hombre y la llevo hasta su pecho en un gesto descarado mientras la suya propia acariciaba el otro rosado pezón. Quería empezar rápido con la diversión. Tenerlo en su interior, en su culo, en su boca, en todas partes de su cuerpo. Hasta que la saciará por completo, que la hiciera enloquecer de placer y dejarla adolorida por la ardua cesión de sexo. Eso sería una delicia para una persona como ella, que sólo le importaban los placeres de la carne.
-Vamos, amo, ya lo quiero dentro de mí-le susurró de manera sensual- ¿o quiere jugar un poco?
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Re: Residencia Stryker
El cuerpo del peli blanco se encontraba ahora sentado en uno de los sofás de la habitación, la cual prácticamente se encontraba en completo desorden, varios tipos de prendas, ropas, y otros tipos de vestimentas estaban regados por todo el cuarto, desde la típica ropa para hombre hasta alguna que otra prenda femenina escondida entre las pilas de ropa masculina, aquello sin duda no afectaba para nada al Joven Amo, quien al parecer estando viviendo con su otra compañera no temía al hacer lo que quisiera, o mostrar su lado vago y relajado, dejaba las cosas tiradas o en cualquier lugar, dentro de esta categoría venían incluidos también las colillas de los cigarros que fumaba a cada instante, al no haber el suficiente espacio en los ceniceros de la mesa o la estantería.
Realmente no esperaba que lo que recientemente le había dicho a la mujer lo hubiese tomado en serio, la expresión “es tu casa” la había tomado demasiado a pecho, a tal punto que después de un instante la fémina comenzó a deshacerse de las escasas prendas que cubrían su bien formado y hermoso cuerpo, de reojo el peli blanco observaba aquella escena, no esperaba que la mujer fuese así de “lanzada” aunque a decir verdad no esperaba nada menos, después de todo sabia a donde se dirigían las cosas, descaradamente termino por lanzar una profunda mirada a todo el cuerpo de ella, desde abajo hacia arriba de manera lenta, prácticamente devorándola con la mirada.
Lentamente relamió sus labios afiliando su mirada para seguir viendo su cuerpo, movió un poco sus brazos hacia sus respectivos lados abriendo espacio para que la mujer pudiese sentarse sobre sus piernas, una de cada lado, dejando a la vista su hermosa y suculenta entrepierna, relamió un par de veces más sus labios ante las acciones y gestos de ella, su vista lentamente se fue elevando para poderle observar con más claridad su rostro…-Claro, también quiero comer… -Mascullo con levedad teniendo de frente a su compañera, sus manos se posaron sobre sus nalgas acariciándolas y estrujándolas con fuerza, sintiendo el calor que de su cuerpo emanaba y llegaba hasta el propio.
Un leve suspiro se escapo de entre sus labios, los cuales después de aquello se deslizaron hasta su cuello mordiéndolo con un poco de fuerza marcándolo un poco, lentamente su lengua comenzó a recorrer aquella zona hasta llegar a uno de sus pechos… -Valla… se ven bastante bien… -Exclamo con levedad tomando con su diestra aquella teta, apretándola con fuerza para seguidamente comenzar a chupar y succionar de su pezón con intensidad, su lengua se paseaba por la misma zona con mas y mas intensidad, trazando diferentes tipos de figuras, para finalizar con un mordisco sobre su pezón, relamiendo después sus labios…-Vamos… ¿Me dejaras hacer todo?... Verte desnuda bastara para que me la pongas dura… -Comento con un tono de voz pícaro, moviendo su cadera un poco para frotar su miembro por encima de la ropa contra su entrepierna.
Realmente no esperaba que lo que recientemente le había dicho a la mujer lo hubiese tomado en serio, la expresión “es tu casa” la había tomado demasiado a pecho, a tal punto que después de un instante la fémina comenzó a deshacerse de las escasas prendas que cubrían su bien formado y hermoso cuerpo, de reojo el peli blanco observaba aquella escena, no esperaba que la mujer fuese así de “lanzada” aunque a decir verdad no esperaba nada menos, después de todo sabia a donde se dirigían las cosas, descaradamente termino por lanzar una profunda mirada a todo el cuerpo de ella, desde abajo hacia arriba de manera lenta, prácticamente devorándola con la mirada.
Lentamente relamió sus labios afiliando su mirada para seguir viendo su cuerpo, movió un poco sus brazos hacia sus respectivos lados abriendo espacio para que la mujer pudiese sentarse sobre sus piernas, una de cada lado, dejando a la vista su hermosa y suculenta entrepierna, relamió un par de veces más sus labios ante las acciones y gestos de ella, su vista lentamente se fue elevando para poderle observar con más claridad su rostro…-Claro, también quiero comer… -Mascullo con levedad teniendo de frente a su compañera, sus manos se posaron sobre sus nalgas acariciándolas y estrujándolas con fuerza, sintiendo el calor que de su cuerpo emanaba y llegaba hasta el propio.
Un leve suspiro se escapo de entre sus labios, los cuales después de aquello se deslizaron hasta su cuello mordiéndolo con un poco de fuerza marcándolo un poco, lentamente su lengua comenzó a recorrer aquella zona hasta llegar a uno de sus pechos… -Valla… se ven bastante bien… -Exclamo con levedad tomando con su diestra aquella teta, apretándola con fuerza para seguidamente comenzar a chupar y succionar de su pezón con intensidad, su lengua se paseaba por la misma zona con mas y mas intensidad, trazando diferentes tipos de figuras, para finalizar con un mordisco sobre su pezón, relamiendo después sus labios…-Vamos… ¿Me dejaras hacer todo?... Verte desnuda bastara para que me la pongas dura… -Comento con un tono de voz pícaro, moviendo su cadera un poco para frotar su miembro por encima de la ropa contra su entrepierna.
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Re: Residencia Stryker
Su cuerpo se arqueo ante las caricias que le prodigaba su amo. El hombre le había masajeado los glúteos para luego empezar a besar y mordisquear su cuello, haciendo que leves suspiros se escaparan de entre sus labios mientras su propio libido crecía con creces. Aquella diestra lengua le había excitado por completo con la forma tan maravillosa en la que había saboreado y succionado su pezón. Podría decirse que, hasta ahora, el hombre podía dar la talla en la cama pero a Yukari aún le faltaban muchas otras cosas por probar. Quería sexo, duro y violento. Qué la hiciera gritar de dolor y placer al mismo tiempo. Ese era lo que estaba buscando después de tanto tiempo sin haber estado con alguien.
Sonriente, relamió sus labios siguiendo el compás de las caderas masculinas, aumentando el roce entre ambas intimidades. Su cuerpo vibró con la sensación, como si miles de chispas hubiesen estallado en su centro, recorriendo vertiginosamente su sistema nervioso hasta llegar a aquel punto de excitación donde sus cuerpos estaban tocándose. Fijó su vista en el reluciente rastro de saliva que había dejado el albino en su pecho y luego, la posó en el rostro del Michael.
—Ya la tiene dura. —comentó, deslizando la palma de su mano por el torso cincelado del hombre aún cubierto por la molesta ropa. Fue quitando uno a uno los botones, dejando libre toda aquella suculenta piel mientras seguía moviendo sus caderas con más ímpetu para profundizar el roce de su sexo contra el miembro masculino. —No le dejaré hacer nada, salvo follarme. —musitó, deteniendo su mano cuando llegó al borde de los pantalones. Con una sonrisa perversa en el rostro, lo desabotonó y se echó para atrás un poco, observando el pecho del hombre y aquella parte de su anatomía que más le interesaba en esos momentos.
Extendió la mano, colocándola encima de aquel bulto en la entrepierna masculina, frotando su palma contra el sexo por encima de los pantalones. Inclinó su rostro hacia adelante, esta vez, repitiendo los movimientos que anteriormente había hecho el albino, besando y mordisqueando su cuello hasta llegar a la clavícula y dar un mordisco allí mismo, dejando una leve marca que se borraría con rapidez. Levantó la vista, mirando de reojo al hombre mientras volvía a ascender en dirección a uno de sus pezones, el cual se introdujo en la boca, pasándole la lengua por encima, haciendo círculos alrededor de él y mordisqueándolo. Al mismo tiempo en que detenía su mano y en vez de seguir frotando, la introdujo por debajo de la ropa, rozando directamente el miembro masculino, rodeándolo con sus largos y esbeltos dedos.
—Me gusta esto. —Exclamó, separando sus labios del pezón y bajando la mirada hacia la entrepierna del albino que seguidamente levantó, para fijarla en el otro pequeño botón. Al cuál le repitió lo mismo que había hecho anteriormente. Lo besó, mordisqueó y lamió mientras su mano iniciaba un movimiento ascendente y descendente sobre el falo y ella misma empezaba a mover sus caderas, frotando su intimidad contra una de las piernas en la que se había apoyado. Su propio cuerpo había comenzado a responder a los afectos que le desperdigaban a su anatomía, humedeciéndose con cada nuevo roce que recibía. Gimió, aún con el pezón en la boca y reanudando los movimientos de su mano con más energía. Su propio cuerpo había comenzado a responder a los afectos que le desperdigaban a su anatomía, humedeciéndose con cada nuevo roce que recibía. Gimió, aún con el pezón en la boca y reanudando los movimientos de su mano con más energía. Quería tomarlo en su boca, reconoció, deteniéndose lentamente y despegando sus labios del botón miró la entrepierna masculina, sacó la mano y se la llevó a la boca, relamiendo los dedos que habían rodeado el miembro masculino con placer. —No sabe nada mal. —rió, dedicando una lasciva sonrisa al albino. —Nada mal.
Sonriente, relamió sus labios siguiendo el compás de las caderas masculinas, aumentando el roce entre ambas intimidades. Su cuerpo vibró con la sensación, como si miles de chispas hubiesen estallado en su centro, recorriendo vertiginosamente su sistema nervioso hasta llegar a aquel punto de excitación donde sus cuerpos estaban tocándose. Fijó su vista en el reluciente rastro de saliva que había dejado el albino en su pecho y luego, la posó en el rostro del Michael.
—Ya la tiene dura. —comentó, deslizando la palma de su mano por el torso cincelado del hombre aún cubierto por la molesta ropa. Fue quitando uno a uno los botones, dejando libre toda aquella suculenta piel mientras seguía moviendo sus caderas con más ímpetu para profundizar el roce de su sexo contra el miembro masculino. —No le dejaré hacer nada, salvo follarme. —musitó, deteniendo su mano cuando llegó al borde de los pantalones. Con una sonrisa perversa en el rostro, lo desabotonó y se echó para atrás un poco, observando el pecho del hombre y aquella parte de su anatomía que más le interesaba en esos momentos.
Extendió la mano, colocándola encima de aquel bulto en la entrepierna masculina, frotando su palma contra el sexo por encima de los pantalones. Inclinó su rostro hacia adelante, esta vez, repitiendo los movimientos que anteriormente había hecho el albino, besando y mordisqueando su cuello hasta llegar a la clavícula y dar un mordisco allí mismo, dejando una leve marca que se borraría con rapidez. Levantó la vista, mirando de reojo al hombre mientras volvía a ascender en dirección a uno de sus pezones, el cual se introdujo en la boca, pasándole la lengua por encima, haciendo círculos alrededor de él y mordisqueándolo. Al mismo tiempo en que detenía su mano y en vez de seguir frotando, la introdujo por debajo de la ropa, rozando directamente el miembro masculino, rodeándolo con sus largos y esbeltos dedos.
—Me gusta esto. —Exclamó, separando sus labios del pezón y bajando la mirada hacia la entrepierna del albino que seguidamente levantó, para fijarla en el otro pequeño botón. Al cuál le repitió lo mismo que había hecho anteriormente. Lo besó, mordisqueó y lamió mientras su mano iniciaba un movimiento ascendente y descendente sobre el falo y ella misma empezaba a mover sus caderas, frotando su intimidad contra una de las piernas en la que se había apoyado. Su propio cuerpo había comenzado a responder a los afectos que le desperdigaban a su anatomía, humedeciéndose con cada nuevo roce que recibía. Gimió, aún con el pezón en la boca y reanudando los movimientos de su mano con más energía. Su propio cuerpo había comenzado a responder a los afectos que le desperdigaban a su anatomía, humedeciéndose con cada nuevo roce que recibía. Gimió, aún con el pezón en la boca y reanudando los movimientos de su mano con más energía. Quería tomarlo en su boca, reconoció, deteniéndose lentamente y despegando sus labios del botón miró la entrepierna masculina, sacó la mano y se la llevó a la boca, relamiendo los dedos que habían rodeado el miembro masculino con placer. —No sabe nada mal. —rió, dedicando una lasciva sonrisa al albino. —Nada mal.
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Re: Residencia Stryker
Su cuerpo se estremecía con cada caricia que infundía aquella mujer a su cuerpo, claramente podía sentir como el calor que emanaba el cuerpo de la fémina lograba estacionarse sobre su propio físico regalando con esto una extraña y placentera sensación, su espalda se arqueaba levemente ante tales movimientos, los ojos del peli blanco se postraban sobre los de ella por cortos intervalos de tiempo para después recorrer su cuerpo de abajo hacia arriba con aquella mirada tan lasciva y lujuriosa, sus fuertes y grandes músculos se tensaban ante la idea de continuar, un ardiente deseo sexual crecía en su interior cada vez más, aquello claramente era demostrado por su miembro, el cual con gran rapidez se comenzaba a poner duro y grande, rozaba de manera fuerte su mano acompasándose a los movimientos de la mujer.
Hasta ahora las cosas iban bastante bien, aunque aun Mike esperaba mucho mas por parte de su nueva acompañante, quería tomarla en varias posiciones una y otra vez sin tener la intención de detenerse siquiera para retomar el ritmo, varias y diferentes tipos de ideas sexuales cruzaban dentro de su cabeza, quería parar aquellos pequeños juegos para comenzar con lo verdadero, tomarla con rudeza y follarla como seguramente jamás lo harían, sentir el flujo de sus fluidos bañar parte de su entrepierna cuando terminase, saborear el dulce néctar de sus pezones y palpar con rapidez y fuerza cada parte de su cuerpo sin querer perder detalle de aquello.
Por un instante dejo de divagar dentro de su mente para terminar por escuchar con poca atención lo que la esclava mencionaba, una leve sonrisa comenzaba a esbozarse en su rostro con cierta velocidad, cual gesto facial claramente denotaba la excitación que recorría por todo su cuerpo...-Eso es precisamente lo que quiero hacer…-Menciono antes de continuar…-Dejémonos de Juegos…-Termino por articular aquellas palabras desde sus labios con un tono de voz ligeramente bajo y suave, terminando por dirigir sus labios hasta su cuello prodigando una larga lamida en la zona de su cuello para terminar justo sobre su clavícula, una extraña sensación de humedad comenzaba a invadir su cuerpo, claramente aquella sensación se fue acrecentando con medida a como pasaban los segundos, su pierna derecha de poco a poco comenzaba a hacer empapada por los flujos vaginales de aquella mujer.
-Valla… ya estas bastante mojada… -Exclamo con suavidad y sensualidad para seguidamente dirigir con algo de velocidad sus manos justo hasta la zona de su cadera tomándole por la ya dicha, no le costó mucho trabajo levantar su ligero cuerpo para terminar por acercarlo más al propio, intensificando de esta manera el roce entre ambas intimidades, su glande se abría paso entre sus labios vaginales de una manera lenta, incitando a la esclava a querer continuar….-Bien… a lo que venimos…-Murmuro, ahora terminando por encajar su duro falo en la húmeda y caliente vagina de su acompañante, una sensación de calor totalmente placentera comenzaba a recorrer su cuerpo con velocidad, su espalda se arqueo un poco, dejando escapar un suave jadeo de entre sus labios, sus manos imprimieron más fuerza sobre las caderas de ella para subir su cuerpo y dejarlo caer nuevamente sobre su miembro, una y otra vez de manera repetida y continua sin siquiera parar, cada vez aumentando la fuerza y altura de las caídas.
Hasta ahora las cosas iban bastante bien, aunque aun Mike esperaba mucho mas por parte de su nueva acompañante, quería tomarla en varias posiciones una y otra vez sin tener la intención de detenerse siquiera para retomar el ritmo, varias y diferentes tipos de ideas sexuales cruzaban dentro de su cabeza, quería parar aquellos pequeños juegos para comenzar con lo verdadero, tomarla con rudeza y follarla como seguramente jamás lo harían, sentir el flujo de sus fluidos bañar parte de su entrepierna cuando terminase, saborear el dulce néctar de sus pezones y palpar con rapidez y fuerza cada parte de su cuerpo sin querer perder detalle de aquello.
Por un instante dejo de divagar dentro de su mente para terminar por escuchar con poca atención lo que la esclava mencionaba, una leve sonrisa comenzaba a esbozarse en su rostro con cierta velocidad, cual gesto facial claramente denotaba la excitación que recorría por todo su cuerpo...-Eso es precisamente lo que quiero hacer…-Menciono antes de continuar…-Dejémonos de Juegos…-Termino por articular aquellas palabras desde sus labios con un tono de voz ligeramente bajo y suave, terminando por dirigir sus labios hasta su cuello prodigando una larga lamida en la zona de su cuello para terminar justo sobre su clavícula, una extraña sensación de humedad comenzaba a invadir su cuerpo, claramente aquella sensación se fue acrecentando con medida a como pasaban los segundos, su pierna derecha de poco a poco comenzaba a hacer empapada por los flujos vaginales de aquella mujer.
-Valla… ya estas bastante mojada… -Exclamo con suavidad y sensualidad para seguidamente dirigir con algo de velocidad sus manos justo hasta la zona de su cadera tomándole por la ya dicha, no le costó mucho trabajo levantar su ligero cuerpo para terminar por acercarlo más al propio, intensificando de esta manera el roce entre ambas intimidades, su glande se abría paso entre sus labios vaginales de una manera lenta, incitando a la esclava a querer continuar….-Bien… a lo que venimos…-Murmuro, ahora terminando por encajar su duro falo en la húmeda y caliente vagina de su acompañante, una sensación de calor totalmente placentera comenzaba a recorrer su cuerpo con velocidad, su espalda se arqueo un poco, dejando escapar un suave jadeo de entre sus labios, sus manos imprimieron más fuerza sobre las caderas de ella para subir su cuerpo y dejarlo caer nuevamente sobre su miembro, una y otra vez de manera repetida y continua sin siquiera parar, cada vez aumentando la fuerza y altura de las caídas.
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Re: Residencia Stryker
Yukari gimoteó al sentir las caricias que su amo le prodigaba. Su espalda se arqueó, sintiendo con placer los besos y lamidas sobre la sensible piel de su clavícula, tal como él había afirmado, se encontraba totalmente húmeda y excitada a la espera de una pronta penetración, la cual no tardó en llegar. Se estremeció cuando la levantó como si no pesara nada y la colocó encima de su miembro, el cual se fue introduciendo en ella hasta deslizarse por entero en su interior.
Apretó los labios con fuerza, sintiendo su cuerpo tensarse ante la invasión. Era una sensación placentera la que la había dominado. Su vientre ardía, el miembro firmemente enterrado en su vagina parecía quemarla como hierro caliente cada vez que entraba y salía de su interior, provocando que un sinfín de espasmos recorrieran su columna vertebral. Gimiendo, se arqueó otra vez, alzando las caderas al ritmo desenfrenado con que él la levantaba para volver a hundirse en su interior.
No tenía conciencia de lo que estaba haciendo realmente, simplemente dejaba que su cuerpo actuará por sí mismo cuando se aferró a sus hombros, enterrando sus uñas y tensando las piernas alrededor de la cintura estrecha del hombre mientras echaba la cabeza hacia atrás y retomaba el control de la situación. Sonriendo con placer, se inclinó hacia adelante, presionando con más fuerza contra las caderas masculinas. El vello de las musculosas y fibrosas piernas de su amo, cosquilleaban sus muslos desnudos mientras sentía como su propio líquido empezaba a brotar empapándole la entrepierna y el miembro erecto.
—Dios, sí. —chilló, entregándose al gozo sexual que producía la fricción entre ambas intimidades. Sin poder contenerse, arañó la piel nívea del hombre debajo de ella, enterrando sus uñas hasta que unos diminutos hilillos de sangre se deslizaron por los hombros. Gimoteó con placer, moviendo sus caderas otra vez con disipación, empalándose por completo de la caliente y dura verga.
Siguió arañando con regodeo, arrastrando sus uñas hasta el cuello y enredando sus finos dedos en los cabellos albinos del hombre y jalándolos hacia atrás mientras su cuerpo golpeaba contra el suyo. Su respiración se hacía cada vez más difícil, ya no podía controlar los impulsos de su cuerpo cada vez que volvía a ser empalada por el erecto miembro. Todo su interior se aferraba al intruso con cada acometida mientras sus pezones le hormigueaban y entre sus piernas se acumulaba con rapidez un calor opresivo.
Tembló visiblemente cuando una de las penetraciones tocó fondo, haciéndola gritar de placer mientras tiraba con más fuerza de los mechones blancuzcos que tenía entre los dedos. Jadeó como una vulgar prostituta, sintiendo cada vez más la necesidad de alcanzar el tan ansiado orgasmo, pero queriendo aún más. Sabía que no se conformaría, quería ser tomada en todas las posiciones posibles y, para su entero deleite, sentir la cálida simiente de su amo llenarle el útero. Relamiéndose los labios hasta morderlos antes de volver a gritar, tiró con más fuerza del cabello masculino.
—Oh, sí, más duro. —pidió, soltando los mechones que tenía agarrados con su derecha. Deslizó su mano por el camino que había trazado antes de comenzar con la diversión, llevándola hasta el punto donde ambos cuerpos estaban unidos. Con el dedo índice, buscó aquel punto sensible de su feminidad, acariciándolo al compás de las penetraciones. Trazabas círculos y lo empapaba de sus fluidos para aumentar la sensación hasta que la hiciera llegar al orgasmo. —Más, más, dale más. —chilló, acelerando los movimientos en su clítoris al mismo tiempo que montaba salvajemente el cuerpo masculino. —Fóllame más. —gritó, extasiada, echando la cabeza para atrás cuando una corriente de puro y caliente placer le recorrió la columna… Oh, el clímax estaba cerca. Podía sentirlo en cada poro de su piel.
Apretó los labios con fuerza, sintiendo su cuerpo tensarse ante la invasión. Era una sensación placentera la que la había dominado. Su vientre ardía, el miembro firmemente enterrado en su vagina parecía quemarla como hierro caliente cada vez que entraba y salía de su interior, provocando que un sinfín de espasmos recorrieran su columna vertebral. Gimiendo, se arqueó otra vez, alzando las caderas al ritmo desenfrenado con que él la levantaba para volver a hundirse en su interior.
No tenía conciencia de lo que estaba haciendo realmente, simplemente dejaba que su cuerpo actuará por sí mismo cuando se aferró a sus hombros, enterrando sus uñas y tensando las piernas alrededor de la cintura estrecha del hombre mientras echaba la cabeza hacia atrás y retomaba el control de la situación. Sonriendo con placer, se inclinó hacia adelante, presionando con más fuerza contra las caderas masculinas. El vello de las musculosas y fibrosas piernas de su amo, cosquilleaban sus muslos desnudos mientras sentía como su propio líquido empezaba a brotar empapándole la entrepierna y el miembro erecto.
—Dios, sí. —chilló, entregándose al gozo sexual que producía la fricción entre ambas intimidades. Sin poder contenerse, arañó la piel nívea del hombre debajo de ella, enterrando sus uñas hasta que unos diminutos hilillos de sangre se deslizaron por los hombros. Gimoteó con placer, moviendo sus caderas otra vez con disipación, empalándose por completo de la caliente y dura verga.
Siguió arañando con regodeo, arrastrando sus uñas hasta el cuello y enredando sus finos dedos en los cabellos albinos del hombre y jalándolos hacia atrás mientras su cuerpo golpeaba contra el suyo. Su respiración se hacía cada vez más difícil, ya no podía controlar los impulsos de su cuerpo cada vez que volvía a ser empalada por el erecto miembro. Todo su interior se aferraba al intruso con cada acometida mientras sus pezones le hormigueaban y entre sus piernas se acumulaba con rapidez un calor opresivo.
Tembló visiblemente cuando una de las penetraciones tocó fondo, haciéndola gritar de placer mientras tiraba con más fuerza de los mechones blancuzcos que tenía entre los dedos. Jadeó como una vulgar prostituta, sintiendo cada vez más la necesidad de alcanzar el tan ansiado orgasmo, pero queriendo aún más. Sabía que no se conformaría, quería ser tomada en todas las posiciones posibles y, para su entero deleite, sentir la cálida simiente de su amo llenarle el útero. Relamiéndose los labios hasta morderlos antes de volver a gritar, tiró con más fuerza del cabello masculino.
—Oh, sí, más duro. —pidió, soltando los mechones que tenía agarrados con su derecha. Deslizó su mano por el camino que había trazado antes de comenzar con la diversión, llevándola hasta el punto donde ambos cuerpos estaban unidos. Con el dedo índice, buscó aquel punto sensible de su feminidad, acariciándolo al compás de las penetraciones. Trazabas círculos y lo empapaba de sus fluidos para aumentar la sensación hasta que la hiciera llegar al orgasmo. —Más, más, dale más. —chilló, acelerando los movimientos en su clítoris al mismo tiempo que montaba salvajemente el cuerpo masculino. —Fóllame más. —gritó, extasiada, echando la cabeza para atrás cuando una corriente de puro y caliente placer le recorrió la columna… Oh, el clímax estaba cerca. Podía sentirlo en cada poro de su piel.
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Re: Residencia Stryker
El cuerpo del peli blanco se estremecía una y otra vez ante las oleadas de placer que recorrían con rapidez por todo su cuerpo, de poco a poco su fisionomía comenzaba a sucumbir ante los deseos sexuales que se aferraban dentro de su mente, su cuerpo se movía prácticamente de manera sola, su miembro entraba una y otra vez en el interior de la caliente y húmeda vagina de su esclava, aquella sesión de sexo sin duda estaba haciendo mella en su físico y mente, desde hace tiempo no había follado, y ahora que lo probaba de nueva cuenta su cuerpo experimentaba sensaciones placenteras completamente exquisitas.
Los ojos del espía se cerraban y abría incontables veces, sus pupilas se encontraban ligeramente dilatadas y siempre mirando hacia arriba debido a la posición en la que su cabeza se comenzaba a acomodar de manera rápida y agitada, quedando su nuca contra el respaldo del sofá, su cuerpo se estremeció nuevamente al sentir las uñas de la mujer sobre su cuello, aquella sensación de dolor sin duda se había convertido en una refrescante y placentera sensación, desde su boca pequeños jadeos se comenzaban a escapar desde sus labios, cuales resecos eran bañados en algunas ocasiones por su húmeda lengua la cual surcaba sobre sus carnosos labios.
-Esto… es excelente… -Mascullo con levedad mordiendo con fuerza su labios inferior, a tal punto que su labios se partió dejando escapar pequeñas gotas de sangre, sus oídos se deleitaban gloriosamente al escuchar aquellos fuertes gemidos que proliferaba la esclava desde su boca, las manos del peli blanco sostenían con fuerza el liviano cuerpo de la esbelta y bien proporcionada fémina, dejándolo caer una y otra vez contra su dura y caliente verga, la cual incesantemente se enterraba en su interior provocando que mas y mas oleadas de placer inundaran por completo su ser.
-Valla mujer que eres… me encantara follarte todos los días… -Nunca se había comportado así, nunca antes se había expresado de aquella manera, aunque sin duda el estar follando de aquella forma sacaba su lado más sucio, algo agradable para él, puesto que le impulsaba a continuar de varias maneras, su mente se comenzaba a nublar cerrando su vista hacia a otro tipo de pensamiento, en ese instante simplemente la quería tomar con fuerza para cogerla de varias maneras, su mente solamente mostraba al amo varias formas de coger.
-Argh… mierda… tu coño me aprieta mucho…-Jadeaba incesantemente ya en aquel instante, lamiendo los labios de la mujer con rapidez…-Es… tan rico y excelente…. –Murmuro acomodando nuevamente su cabeza agitándola hacia varios lados para intentar despabilarse un poco, como pudo se fue levantando del sofá, retirando de manera fuerte su verga de su interior, cayendo los finos y translucidos flujos de la fémina sobre el sofá...-Ahora… haremos esto…-Menciono llevando ambas manos hacia la cintura de la mujer cargándola con total facilidad, con rapidez y algo de fuerza le arrincono contra la pared, clavando nuevamente su falo contra el coño de su ahora mujer, con fuerza y velocidad su cadera se movía de atrás hacia adelante embistiendo contra ella a tal punto que su glande llegaba a golpear su útero.
Los ojos del espía se cerraban y abría incontables veces, sus pupilas se encontraban ligeramente dilatadas y siempre mirando hacia arriba debido a la posición en la que su cabeza se comenzaba a acomodar de manera rápida y agitada, quedando su nuca contra el respaldo del sofá, su cuerpo se estremeció nuevamente al sentir las uñas de la mujer sobre su cuello, aquella sensación de dolor sin duda se había convertido en una refrescante y placentera sensación, desde su boca pequeños jadeos se comenzaban a escapar desde sus labios, cuales resecos eran bañados en algunas ocasiones por su húmeda lengua la cual surcaba sobre sus carnosos labios.
-Esto… es excelente… -Mascullo con levedad mordiendo con fuerza su labios inferior, a tal punto que su labios se partió dejando escapar pequeñas gotas de sangre, sus oídos se deleitaban gloriosamente al escuchar aquellos fuertes gemidos que proliferaba la esclava desde su boca, las manos del peli blanco sostenían con fuerza el liviano cuerpo de la esbelta y bien proporcionada fémina, dejándolo caer una y otra vez contra su dura y caliente verga, la cual incesantemente se enterraba en su interior provocando que mas y mas oleadas de placer inundaran por completo su ser.
-Valla mujer que eres… me encantara follarte todos los días… -Nunca se había comportado así, nunca antes se había expresado de aquella manera, aunque sin duda el estar follando de aquella forma sacaba su lado más sucio, algo agradable para él, puesto que le impulsaba a continuar de varias maneras, su mente se comenzaba a nublar cerrando su vista hacia a otro tipo de pensamiento, en ese instante simplemente la quería tomar con fuerza para cogerla de varias maneras, su mente solamente mostraba al amo varias formas de coger.
-Argh… mierda… tu coño me aprieta mucho…-Jadeaba incesantemente ya en aquel instante, lamiendo los labios de la mujer con rapidez…-Es… tan rico y excelente…. –Murmuro acomodando nuevamente su cabeza agitándola hacia varios lados para intentar despabilarse un poco, como pudo se fue levantando del sofá, retirando de manera fuerte su verga de su interior, cayendo los finos y translucidos flujos de la fémina sobre el sofá...-Ahora… haremos esto…-Menciono llevando ambas manos hacia la cintura de la mujer cargándola con total facilidad, con rapidez y algo de fuerza le arrincono contra la pared, clavando nuevamente su falo contra el coño de su ahora mujer, con fuerza y velocidad su cadera se movía de atrás hacia adelante embistiendo contra ella a tal punto que su glande llegaba a golpear su útero.
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