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Mensaje por Invitado Sáb Mayo 21, 2011 7:08 pm

Estaba lloviendo.
Detestaba cuando el tiempo cambiaba tan súbitamente, ya que le pillaba tan poco preparado como aquella noche, en plena calle tras haber terminado su jornada de trabajo. Llevaba prácticamente todo el día de un humor insoportable, ya que muchos de los esclavos habían logrado tocarle las narices. Nuevos vendedores o simples cazadores interesados habían venido a vender su género al cabecilla del Mercado Negro, el cual decidía cuales comprar o cuales desechar. Además que de les seguía llenando las celdas de pets descontrolados o llorones, y el espacio estaba siendo ya bastante reducido. Esperaba que las habladurías que se habían oído a cerca de una reforma no fuera mentira o terminarían sobrecargando las estructuras de las jaulas.

Kunimasa miró al cielo, quitándose la idea de fumarse un cigarrillo de la cabeza al ver el torrente de agua que le caía encima. Continuó su camino, sin ganas de pararse a esperar a que arreciase. Quería llegar cuanto antes a casa, darse un baño caliente y comer algo acompañado con una cerveza. Luego quizás vería la televisión antes de quedarse dormido. Eso si Yonekuni no se traía alguno de sus ligues a casa, lo cual le pondría aún de mas mal humor. Era cierto que cuando quería se llevaba a cualquier chica a casa para poder distraerse y saciarse, pero desde que hubieron vuelto de sus vacaciones en las termas de la montaña estaba irritado. No sabía si había sido por aquel pequeño gato salvaje y su escurridiza huida o por el hecho de no haber conseguido impedírselo. Fuera como fuese, le cabreaba. Y su trabajo no había ayudado a liberar tensiones mas que unos pocos minutos, cuando encadenaba a algún cabrón especialmente violento a la pared y podía darle una hostia cuando se atrevía a levantarle la voz.
Tenía tantas ganas de desfogarse...

Pasó de largo la calle principal y se metió por una menos transitada, dejando atrás el bullicio. Allí empezaba la zona residencial, así como el aparente silencio y los pequeños negocios. Miró el reloj, marcando estos las doce y dos minutos de la noche. Se detuvo en un MiniMarket, abierto veinticuatro horas, y compró algunas cervezas extra y algún bento caliente para superar el frío de aquella noche. Luego salió y continuó con el trayecto. Desde alguna parte se escuchaban gritos e insultos, seguramente de alguna banda de macarras metiéndose con algún indefenso u orgulloso chaval. Por desgracia, dio con ellos bastante rápido al doblar la esquina.

“Tsk...”

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Mensaje por Invitado Sáb Mayo 21, 2011 8:45 pm

esta era ya la tercera ciudad en la que el chico iba a residir desde el momento que sus ojos y conciencia empezaron a trabajar como un pet, y cuando pudo tener conciencia que los años iban transcurriendo decidió abandonar su tierra natal, su amada china en la cual desde hace yacía allí desde unos quince años, le fue difícil pero tenia que hacerlo, aprender de la vida y de el mismo, aprender que su mundo no debía de girar solo en aquellos amos que en un principio se vieron obligados a abandonarle, después de aquello no pudo volver a acostumbrarse una cuidad, luego una segunda cuidad, y finalmente cuando llego a aquella tercera cuidad, pensó y espero con una ferviente esperanza poder tener mucha mas suerte,que aparentemente el chino podía denotar por sus calle que esta, tenía un aura mucho mas hospitalaria al menos pensó aquello cuando desbordo de los paraderos provinciales ... aunque horas después aquella imagen se viera interrumpida por el clima ... si, su instinto animal le alertaba que no sería un día para poder abordar las calles y familiarizarse con ellas muy pronto llovería y sabía de mas que sus fuerzas se debilitaban de sobremanera cuando esto sucedía-

-El chino por su parte no llevaba demasiado equipaje, una espada forrada con telas que llevaba en su espalda que por las estos mismo harapos, no aparentaba se un objeto peligroso, sabía que los humanos se alterarían y tendría problemas si cualquiera la miraba, segundo un pequeño estuche donde se encontraba su pequeño erhu, era un medio que el chino utilizaba para ganarse la vida, hasta el momento no había conocido algún personaje que no se encantara con su música y para culminar un bolso en donde llevaba sus ropas y algo de dinero -


deberé de buscar rápido .. un hospedaje ... -sus pasos se hicieron mucho mas apresurados cuando empezó a sentir los cantaros que el cielo despojaba de sus nubes, y que en esos instante por la intensidad empezaban a mojar sus ropas y por ende su fuerza y vitalidad del chino iba reduciéndose conforme pasaba los minutos, se introdujo entre calles simplemente guiado por su instinto al menos era conciente que estos aún funcionaban, hasta que llego a un minimarket, estuvo a punto de ingresar y poder pedir mas referencia en donde poder hospedarse pero aquella motivación se vio estropeada cuando empezó a escuchar murmullos ... que seguidamente empezaron a convertirce en insultos culminando con suplicas de perdón ... aquello hizo que el chino parara sus orejas si algo que no podía hacer era aquello pasar de largo y no apoyar a quien necesitara ayuda ....

... "tendré que apurarme ... mi cuerpo no resistirá mucho " ... -pensó para si mismo y embalarse a la ayuda de aquel muchacho que residía en el suelo cubriéndose en cuerpo como podía con sus manos y piernas mientras aquel pobre cuerpo era magullado a patadas, la sangre del chino hervió y se abalanzo a detenerlos, felizmente eran solo tres los vándalos ocupándose uno por uno, finalmente cuando se vio libre la victima en vez de apoyar al chino prefirió huir y abandonar a quien le ayudaba, felizmente pudo deshacerse de dos que ahora yacían en el suelo pero el tercero había cogido un bate de béisbol (?) respiraba agitado, Li podía prever que el cuerpo de este no resistiría mas a pesar de su arma, pero sabía que también su cuerpo no daría mas ... debía de acabar pronto si no el recibiría también una paliza ...

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Mensaje por Invitado Vie Mayo 27, 2011 6:37 pm

A pesar de no querer involucrarse con gente que no conocía de nada, se había visto obligado a hacerlo. Al principio lo vio normal, ya que obstruían con sus abusos y peleas su camino de regreso a casa, pero por otra parte quizás su naturaleza le impedía admitir que en realidad estaba haciéndole un favor y ayudando a otra persona ajena a sí mismo. Por supuesto, descartó aquella segunda opción de inmediato, ya que no se creía alguien con un corazón tan inmenso y puro como para ir salvando gente de los matones. Aquel era, sin dudas, los efectos de aquel día que a cada minuto se ennegrecía mas.

Estirando el brazo había cazado aquel bate antes de que bajase a una velocidad de pura saña y malas intenciones y diera contra la cabeza de aquel inconsciente justiciero de turno. Había visto, desde el otro lado de la calle, como pretendía hacerse cargo de los tres para salvar a alguien que a la mínima había salido corriendo. Los seres humanos y sus instintos de supervivencia muchas veces daban miedo. Y, por que no, resultaban patéticos. Aunque al parecer al que estaba ayudando no era humano del todo. Tenía un aspecto, unos reflejos y un aroma particular, extraño y con cierto toque que despertaba su exenta curiosidad por segundas personas.

-¿Que coño...? -el matón miró hacia atrás, y luego se vio obligado a alzar la cabeza para poder mirar a los ojos a Kunimasa, en aquellos momentos ligeramente distraído con la figura y los atributos del moreno que yacía al frente- ¿¡Quien diablos eres tu!? ¿Vas con él...? -agitaba la mano para poder quitárselo de encima y recuperar su improvisada arma. El vendedor miró hacia abajo, frunciendo las cejas y curvando la comisura del labio hacia arriba, cabreado, irritado y exasperado ante los forcejeos del matón. Chasqueó la lengua, apartando el bate a un lado con un firme “Quita de en medio”, teniendo las intenciones de al menos quitarle las ganas de hacer el idiota y ponerse a golpear al del pelo largo como si fuese una piñata. Kunimasa tenía la personalidad que tenía, pero no era del todo un desalmado. Según con quién...

Por desgracia el macarra de turno no quiso darse por aludido. Entre zarandeos de bate y traspiés al intentar dar unos cuantos pasos atrás se llevó por delante la bolsa de las cervezas que Madarame sostenía, haciendo rodar una lata hacia a saber donde al impactar esta contra el suelo.
Lo último que se escuchó en el callejón tras un fuerte pisotón fue un golpe y un gruñido de queja.
Poco después el matón, reteniendo la sangre de la nariz caminaba de manera discontinua, como si quisiera correr, lejos de la escena.

-Malditos críos... -refunfuñó Kunimasa, caminando hacia la bolsa para recogerla, agachándose luego junto al Jaguar para recuperar la lata perdida, que había rodado hacia él--pareció suspirar- Oye, ¿sigues vivo? -se le oyó preguntar, mientras la lluvia ya era como un manto frío y ruidoso que caía sobre ellos como un torrente de agua helada.

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Mensaje por Invitado Miér Jun 01, 2011 12:43 pm

-en un principio no pudo divisar aquella presencia varonil de pelinegro, en definitiva sus sentidos estaban delitados, esperando que el ultimo vandalo se animase a ataquarle ya que de por si estaba agotado no por el desgaste fisico si no por aquel clima, momentos como aquello no le gustaba afirmar que pertenecía a la familia de los felinos-
.
"otro mas ..."-maldijo mentalmente cuando este hizo acto de presensia, al menos penso que era una vandalo mas que derepente de forma casual se decidia ayudar para que así le atacaran juntos- ustedes los humanos ....

bufo con mucho disgusto estubo apunto de abalarzarse ante ambos ya que el los tachaba de compinches hasta que este, el pelinegro detrás de ambos mantubo una charla con el vandalo la cual no pudo escuchar muy bien, empezaba a sentirse algo mal, mas no perdío el detalle de los movimientos de ambos finalmente comprendiendo que la tercera persona era simplemente alguien casual, que por cosas del destino estaba allí, ya sea observando y derepente poder ayudarle con el pequeño problema que ahora tenía -

-sus rostro reflejo algo de sorpresa a pesar de la inercia o algo de seriedad que siempre era reflejada no solo en sus facciones si no también en su mirar, cuando vió que el vandolo despues de un solo golpe se marchaba ensangrentado-

"dudo que sea un crio ... y este tipo no aparenta ni ser mayor de edad" -dibago por unos instantes para encorbarse y regocer aquella lata de cerveza que llegaba a sus pies- aparento ser un muerto?-espetó de forma tranquila a pesar de su condición seguidamente trato de escurrir su larga cabellera todo su cuerpo estaba realemente empapado, con la mirada busco algún tipo de cobijo sin antes dirigirse a recoger sus cosas que en un comienzo las había dejado abandonadas- sabes donde hay hospedajes cercanos ... el clima no es agradable en esta ciudad -al decir aquello ya se encontraba en un lugar con techo al menos para que le protegiera el cuerpo de aquel torrentoso clima.


[spolier] e.eU disculpa la demora. [/spoiler]

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Mensaje por Invitado Vie Jun 03, 2011 6:19 pm

No lo aparentaba, pero poco parecía faltarle. Entre la pelea y que parecía que ni podía sostenerse en pie no sabía ya que contestarle. De momento, Kunimasa recuperó la lata, la metió en la bolsa y siguió con la vista sus torpes movimientos hasta que pareció cubrirse de la lluvia bajo la carpa de un negocio. Completamente empapado como estaba fue una tontería caminar hacia el y hacer lo mismo. Sacudió la bolsa y vació el agua que se había quedado dentro, sosteniendo las latas mientras miraba al cielo, tan negro como su humor en aquel instante.

-¿Te acaban de dar una paliza y piensas en el clima? -comentó, sarcástico, antes de aprovechar y sacudirse también la chaqueta. Luego le miró de reojo. Aquel chico era un pet. Un pet exótico dado su acento al hablar, tan impropio de un japonés de pura chepa. Si rondaba por allí tuvo la hipótesis de que acababa de llegar al país y que no tenía ningún sitio a dónde ir, lo cual le hacía un fácil objetivo para los cazadores ilegales o los encargados de la tienda de Pets del centro -claros competidores del Mercado negro-. Era alto, de buen porte, elegante... Y demasiado llamativo. Y supuestamente, como deber de mercante, debía atraparlo y llevarlo igualmente al Mercado.

Pero, uno; Kunimasa no estaba de humor.
Dos; él vendía a los esclavos, no los atrapaba.
Tres; no estaba interesado en perseguir y aturdir a aquella viga de pelo brillante. Su objetivo seguía siendo llegar a casa y darse un baño caliente.

-Te has metido por las calles equivocadas. Si quieres ir a un hotel tendrás que volver al centro -se preparó para volver a salir bajo la lluvia. Hizo un nudo a las asas de la bolsa-. Allí encontrarás sitios donde puedas quedarte. Si quieres algo menos sofisticado puedes ir a los burdeles de Kabuki -Kunimasa, a pesar de ser una persona seca (en cierto sentido) no tenía inconvenientes en ayudar, desinteresadamente, en lo que pudiese. En aquella ocasión se había tropezado con aquel chaval, y puesto que su piso estaba poco menos que en el Centro no le importaba darle las indicaciones pertinentes.

-¿Puedes andar o que? Es por aquí -le dijo, mirando hacia atrás antes de caminar a zancadas y volver a la calle, alejándose de la carpa del negocio y su temporal protección.

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Mensaje por Invitado Sáb Jun 04, 2011 11:34 pm

-inconscientemente y cansino había tomado asiento bajo aquella carpa, realmente no tenia ganas ni de hablar y aquello no era por el cansancio de la batalla anterior, sabía que el rendía mucho mas pero momentos como aquellos no se sentía del todo orgulloso el hecho de haber nacido o haber sido creado como una pantera las razas felinas solían ser demasiado susceptibles con los climas húmedos. Eran demasiadas las debilidades como felino las cuales se le atribuían a su condición física-

...no me han dado una paliza ... solo soy algo susceptible al agua o los climas húmedos ... -espetó mirandole de reojo, reflejando en su mirar lo cansado que se hallaba, bajo aquella fina piel de sus ojos ahora un pequeño surco color oscuro aparecía mas el mismo no entendía el porque el pelinegro le había ayudado y en esos instantes le estaba hablando -

-escuchaba con atención lo que podía, al menos aquello debía de hacer si no se la pasaría realmente mal sí pasaba aquella noche en la calle con tremendo frió, mientras tanto trataba de escurrir aquella larga cabellera que se manejaba con delicadeza ya que era una de las zonas que mas le gustaba, se podría decir que el pet gustaba de cuidar y consentir su cabello

creo que no tengo preferencias... mientras sea un lugar seguro y cálido ... necesito algo caliente ... -musitó de forma tranquila tratando de interactuar con aquel joven, una pequeña sonrisa apareció en sus labios al escuchar "burdeles kabuki" en ese instante pensó que el mejor lugar sería aquel, como y cálido a pesar del tipo de personas que acudían-

creo que ya decidí ...-le miro fijo cuando empezó a andar no deseaba volver a salir y dejar su pequeño refugió ya que el cielo seguía rugiendo con fuerza y los cantaron no cesaban aquello era un mal presagio para el chino, pero a pesar de ello sintió la necesidad de no apartase de el-

si puedo ... "pero ... temo que ..."cogió sus pertenencia y tomando una gran bocanada de aire salió volviendo a mojarse el cuerpo sintiendo como sus vertebras poco a poco empezaban a remecerse nuevamente, chasqueo la lengua y empezó a ir detraz de el, momentos como aquellos deseaba que el reloj del tiempo corriera necesitaba algo cálido y urgente- vayamos lo mas rápido posible ... -susurro suave, poniéndose a la altura y caminando a la misma velocidad que el otro pero sin darse cuenta que su cuerpo empezaba a balancearse a causa de el leve temblor que emergía sus piernas y brazos sin mencionar que sus labios que en un principio estaban rosa ahora tenia un color pálido -

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Mensaje por Invitado Lun Jun 13, 2011 12:05 am

No tenía muchas intenciones de hacerse cargo de un animalito perdido. A su modo de ver solo podía darle una palmada en la espalda y desearle suerte con quien decidiese acogerle como mascota, ya que él no podía hacer nada por él mas que lo que hacía en aquel momento. Obviamente había aplazado el llegar a casa lo antes posible, ya que había cogido un atajo por los callejones de los que en aquel momento salía para que aquel chico pudiera al menos ubicarse. Lo mas preocupante es que parecía a punto de desmayarse.

Kunimasa miró al cielo y luego al pet, cuyo inconstante paso parecía no poder seguir el suyo. ¿Era la lluvia? ¿Que tipo de pet era que no podía tolerarla? ¿Un reptil? Curiosamente le recordó a su hermano, cuyo calor corporal descendía y ascendía ante el mínimo cambio en la temperatura ambiente de la zona. Sabía lo mal que lo había pasado durante muchos años y las cantidades de veces que podría haber muerto por culpa de un frío o calor excesivo. Miró al frente, sintiendo cierta empatía por aquel muchacho, estirando la mano cuando lo vio tambalearse a su lado, cogiéndole del brazo, deteniéndose un leve momento para enderezarlo. Seguidamente le arrastró hacia el centro.

-Estás helado -murmuró, haciendo una mueca de disgusto. Realmente aquella situación le recordaba a muchas de las que había pasado con Yonekuni.

El restaurante estaba a rebozar de hombres que salían de trabajar y decidían entretenerse un poco con los compañeros antes de volver a casa. Las camareras caminaban de un lado a otro reponiendo las grandes jarras de cerveza vacías o llenando la mesa de aperitivos. Entre ellas un rubio de pelo corto y mirada plateada, penetrante, y vestido de blanco, con un delantal en la cintura y un pañuelo en la cabeza. Pareció clavar la vista en los dos morenos recién llegados.

-Kunimasa, pensé que ya habías vuelto a casa -se quedó a medio camino, con una jarra de cerveza en la mano destinada a al mesa del fondo. Le constaba que el horario de aquel día había acabado hacía ya un rato. Yonekuni desvió la vista al muchacho pálido y tembloroso, casi tan alto como él, que acompañaba a su hermano. Frunció las cejas, entornó los ojos y volvió a mirar a Kunimasa-. Oye, oye, no te traigas a tus ligues a mi lugar de trabajo, que luego me montas una escenita.

-Lo siento -arrastró al pet dentro sujetándolo de la muñeca-. Solo será un momento; dejanos el cuarto del fondo -antes de que Yonekuni soltase algo como “vete a follar a un hotel” respondió en un susurro, pasando junto a él-. Como no entre en calor se te muere en la puerta del local.

El rubio no podía no sentir empatía por una situación así. Suspiró.

-Pero quietecitos, ¿eh? -siguió su camino hacia la mesa para dar el pedido, mientras Kunimasa se perdía por uno de los pasillos, abría la puerta de la trastienda donde estaban las taquillas y la mesita que los empleados utilizaban para comer y la volvió a cerrar. Se quitó la chaqueta empapada y se sacudió el pelo con los dedos.

-Siéntate donde puedas -abrió el armario que había junto a la puerta, sacando dos toallas. Le lanzó una y buscó el mando de la calefacción-. Y sécate bien o no entrarás en calor -el pitido del mando le indicó que había encendido el aparato. Lo soltó sobre la mesa, posó la toalla sobre el respaldo de una silla y se sacó la camisa, sacudiéndola antes de secarse.

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Mensaje por Invitado Sáb Jun 18, 2011 7:57 pm

-entre tanto tambaleo pudo sentir por instante la temperatura cálida que emanaba el cuerpo del pelinegro, era acogerdor, pero aún así no pudo comprender por unos instantes como es que aquello lo sentía de una forma agradable, acaso era posible que esto le sucediera ahora que realmente necesidaba algo cálido con el cual cubrirse?, o simplemente de forma inusual en que se daba cuenta de la soledad en la cual estaba sumergida su vida?, parpadeo de forma seguida, en definitiva aquellos pensamientos que afloraban en esos instantes en su mente no serían de nada provechosos en una situación de debilidad como aquella, el era un guerrero, simplemente no debía mostrarse débil o al menos no debía de caer mas bajo de lo que ya lo estaba, eso pensaba el chino hasta el momento en que fue tomado por la delgadez de su muñeca fría-

-sus rasgados ojos se tornearon y miraron con atención a kunimasa, simplemente no pudo oponerse su cuerpo no se hallaba en condiciones, y de forma inconsciente sonrió, ya que una imagen afloro en su mente, su ex amo con su pareja aquella era la forma en que aquella persona se llevaba a su mujer cuando este andaba enfadado, siempre le causaba gracia, mas su rostro serio no mostraba expresión alguna cuando observaba eso, pero ahora era diferente al darse cuenta de lo pensaba se sorprendió así mismo, de forma natural se llevo una mano mano a la cara, sintió vergüenza de su forma de pensar pudo sentir su rostro algo ardiente mas no supo diferenciar si aquello era una presunta fiebre y su vergüenza por lo que pensó, habiendo de mencionar que paso por alto lo que el otro le dijo acerca de su temperatura, y que en ningún momento se percato por las calles por donde era conducido, solamente prestando atención cuando se detuvieron e ingresaron a un recinto animoso y cargado de un delicioso aroma y con buena temperatura, se sintió aliviado-

-alzo la mirada cuando una persona se acercaba, pero sus ojos lucian perdidos no era una mirada fija algo normal en una persona sana, su propio rostro aparentaba hablar por si solo de la necesidad que tener un descanso urgente- hey ... parece que no nos reciben acá ... -murmuró volviendo a ser jalado girando su rostro y bajando su este mismo en forma de disculpa, trataba de ser cortes ya que se sentía un intruso -


-pequeños suspiros escapaban de aquellos labios pálidos, fríos y sin color volviendo a caminar terminando nuevamente en un habitación desconocida, ingreso tratando de ser precavido pero aún así estaba del todo desorientado, dejo sus pequeñas pertenencias a un costado o mejor dicho su erhu, hasta que le escucho, le pedía que se desnudara le vio la lógica, no se sentiría mejor si permanecía con aquella ropa toda húmeda, subió sus manos mientras buscaba un rincón donde apoyarse pero solo encontró un sofa viejo donde sentarse pero al momento de querer deshacerse de sus ropas no pudo, sus manos se volvieron inútiles veía borroso y lamentablemente su traje llevaba demasiado botones, era oriental (?) y un traje antiguo , volvió a sentir vergüenza por su torpeza sintiendo su rostro volver levemente hasta el momento que aquella toalla le dio en toda la cara-



xie xie .... (gracias) -murmuró en su idioma y terminó cubriéndose con la toalla sin quitarse la ropa, y lo que era peor dejando aquella larga melena que poseía húmeda, se acostó en el sillón con la intención de poder quedar dormido y con la esperanza de despertar mejor, no podía decirle al otro que en esos instante era un completo inútil que no podía atenderse así mismo, ya había sido lo suficientemente amable para llevarlo a un lugar como aquel-

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Mensaje por Invitado Jue Jun 23, 2011 11:45 am

Kunimasa se pasó la toalla por la nuca, mostrando una figura que era imposible no mirar. Era alto, y aunque de piel ligeramente pálida tenía el encanto de la firmeza y la masculinidad que exudaba. Cerró sus afilados ojos para poder revolver su pelo en un afán de secarselo y no coger un resfriado tonto mas adelante. Había que estar lúcido en donde él trabajaba si no querías que algún pet vengativo te arrastrase a su celda. Soltó un suspiro cuando deslizó la toalla hasta dejarla colgada en su hombro, levantando la vista hacia el invitado improvisado, que tras un murmullo se había dejado caer en el sofá tal cual estaba. Enarcó una ceja y se acercó.

-Por mucho que te tapes con la toalla si no te quitas esa ropa estamos en las mismas -se inclinó hacia delante, pasando la mano bajo el flequillo antes de posarla en su frente. Girándola después, tocó con el dorso su cuello. Tuvo el pensamiento de que incluso los pets eran tan delicados como para ponerse enfermos-. Levántate -lo cogió del brazo para incorporarlo, quitandole la toalla de encima-. Vamos -insistió para que se enderezase, extendiendo la tela sobre su cabera antes de bajar las manos a los botones de su curiosa ropa, empapada por la luvia.

Kunimasa tenía el tipo de personalidad de una persona que no te esperas que terminase siendo “amable”; aunque su modo de proceder siempre era dominante y apremiante y nunca hacía algo sin razón. Había tenido la mala suerte de coger el camino equivocado aquel día y de toparse con los tipos que le habían atacado; todo parecía indicar que tendría que ayudar a aquel chaval si o si. Y que presentase un cuadro parecido al de su hermano había echo mella en su consciencia.
Sin dar espacio a quejas desabrochó los botones de la parte superior de su ropa, bajando por su delgado y largo torso mientras lo descubría, apartando la ropa mojada pasándola tras sus hombros. No sabía si tendría negaciones al respecto o como reaccionaría; poco le importaba. No estaba dispuesto a cargarlo a otro lugar si se desmayaba en la trastienda del trabajo de Yonekuni, y estaba seguro de que este tampoco lo haría.

Cuando la puerta se abrió y escuchó un gritito avergonzado, Kunimasa ya pretendía sacarle los pantalones al jaguar. Miró hacia atrás, encontrándose a la pequeña y pecosa camarera, compañera de su hermano.

-P-perdón... -levantó una bandeja con dos grandes y gruesas tazas- T-traía algo de café para que... entréis en calor -su cara, completamente ruborizada, estaba claro que pensaba que aquellos dos muchachos ya habían “entrado en calor”.

-Gracias -dijo el moreno, sin mucha expresión, irguiéndose con la camisa del otro en las manos, la cual dejó tendida sobre una de las sillas antes de aceptar la bandeja. La chica, haciendo una reverencia pronunciada y con un rubor de mil demonios volvió a salir, apresurada. Kunimasa posó las bebidas en la mesa antes de volver con el otro, restregando la toalla sobre su cabeza para secarle la larga melena, despeinándolo de paso. Dejandosela sobre los hombros, señaló:- Termina el resto antes de volver a acostarte -cogió su taza, soplando el humo que ascendía-. Esta noche hará mucho mas frío que ahora, ¿no tienes donde ira quedarte? -le tendió la otra taza.

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Mensaje por Invitado Jue Jun 30, 2011 5:36 pm

aquella imagen, del chino acostado en aquel sofá, era simplemente exquisita, su figura en aquel estado aparentaba ser mucho más delicada que lo normal, aquel carácter severo y serio no contrarrestada con esa imagen, un rostros tranquilo que en cierta manera era cubierto por aquellos mechones húmedos, esa mejillas sonrosadas a causa de aquella calentura , mientras que el en su interior solo deseaba entregarse a los brazos de morfeo , no hizo caso alguno cuando sintió aquella mano ajena palpar su piel, mas todo aquello se vio irrumpido cuando casi fue obligado a sentarse, por aquella gran mano que luego le tomaba por el hombro, aquellos labios que en un principio estaban encerrados se entreabiertos mostrando su carnosidad, y ahora aparentaban un color más vivo, lo más seguro gracias al calor que empezaba a sentirse en el lugar, sus ojos taciturnos le miraron fijamente a los ojos del mayor, negro y afilados, se quedo de aquella forma como hipnotizado mirándole y después al sentir aquel calor proveniente del cuerpo del menor encorvo su cuerpo aprovechando de la distancia para posar su mentón en el hombro ajeno, realmente no estaba en sus cabales ...


- Pudo sentirse extraño, no sabía cómo podía explicar nada de lo que estaba sucediendo, luego se quedo mirando de reojo cuando el menor empezó a hablar, sorprendiéndose y sintiendo como el pudor recorría todo su cuerpo cual remolino atormentase su pecho, en el instante que aquellas manos hábiles se disponían a deshacerse de su traje, mas nunca, nadie lo había visto desnudo y mucho menos se había atrevido a quitarle sus ropas, eso era lo que su memoria indicada, miro sus manos nuevamente y luego a los ojos de este, no deseada decir nada, lo más seguro que sus facciones faciales sorprendidas hablaran por él, pero a fin de cuentas el no podía hacerlo era un completo inútil en el estado en que se hallaba, dejo y no se resistió mas su mirada rehuyó, y aquellas orejas que en un instante estaba erigidas ahora se encontraban agachadas, puso una mano en el pecho fornido del menor por instinto, que era mucho más desarrollado que el suyo propio, pero al sentir el corazón del otro, aquello le tranquilizó "solo está ayudando" pensó para sí mismo, al momento que el sonido de la seda húmeda hacia su trabajo, y caía por los hombros del chino, mientras que ahora el aroma surgía de él como un incienso, un sutil aroma a vainilla escapaba de su piel a la vez que el corazón latía bajo la piel de su pecho desnudo y aún húmedo. El vientre duro y plano brillaba gracias al agua, y sus largos cabellos caían por sus costados como cortina negra y espesa … mas todo aquello se vió irrumpido por aquella voz chillona que según el tono de su voz parecía lamentarse, el chino se erigió y marco distancia con el otro mirándolo retirarse y recibirle aquello a la muchacha-

[i]-se abrazo a sí mismo cuando la muchacha se retiro, ya que una ventisca fría se hacia presente ya que arriba un pequeño ventanal se encontraba abierto, pudo sentirse cierta frialdad entre las paredes nuevamente y este concluyó estornudando- [i]


hey ...-murmuró cuando hizo aquello, revolver su cabello, cerro sus ojos posando sus manos en sus rodillas con un gesto algo infantil, nunca había sido tratado así, cuando termino aquello, la toalla se deslizo y demostró el rostro del chino, tenía los ojos algo mas vivaces comparadas a como había llegado y el gesto que regalaba, era ... entre sorprendido y tierno, su cabello alborotado le quitaban algunos años de encima y mas aquel flequillos que en su estado original prácticamente cubría su rostro, ahora no, su frente estaba libre y alborotada, trato de arreglarse con las manos su melena mas no pudo conseguirlo ya que aquella taza estaba en su frente-gracias ... [i]agacho su cabeza y cogió bebiéndola hasta terminársela, claro que de sorbo en sorbo, quemándose de cuando en cuando la lengua por la temperatura del liquido haciendo gesto por cada error que cometía, al terminar aún algo débil pero mucho mejor que en un principio puso la tasa en la mesa volviendo a sentarse
muy amable de su parte, recoger a un desconocido... espero me puda dejar aquí por lo menos hasta el amanecer, cuando me sienta mejor marcharé ... ya que aún no consigo un lugar donde quedarme ... pero eso es algo que tiene... s...solución hablo, y luego de aquello tiritó, por aquel aire que ingresaba notándose como la piel de chino se crispaba, parándose y subiendo en el sofá con la intención de cerrar aquel ventanal que para desgracia era pequeño, como aquellos ventanales que usualmente usan en los servicios higiénicos, sus brazos insistían en cerrarlo mas sus fuerzas no regresaban, por otro lado el espectáculo que brindaba lo mas seguro era que terminaba siendo bueno...aún llevaba sus pantalones húmedo y estos estaba ceñidos a su cuerpo, denotándose así la prenda intima que usaba y consigo la redondez de su trasero

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Mensaje por Invitado Miér Jul 06, 2011 7:19 pm

-De nada -devolvió el agradecimiento, apoyado como estaba en la mesa que ocupaba un lado de la pequeña sala con taquillas y armarios. Levantó su taza para beber, algo mas despacio, mientras no despegaba una curiosa y cortante mirada del jaguar, cuyo aspecto había cambiado drásticamente solo con haberse dejado llevar por la situación. Mas que una fiera salvaje y desconfiada ahora tenía cara de infante perdido y muerto de frío-. Pero no creo que puedas quedarte -sorbió una vez mas de su café antes de dejarlo en la mesa, apoyando las manos en esta-. Este no es nuestro negocio, y dudo mucho que el jefe de mi hermano quiera que se quedase aquí alguien como tu.

Le dijo, a las claras, que sería tener demasiadas esperanzas si creía que podría refugiarse de la lluvia en un sitio como aquel. Habían entrado de manera provisional, al menos hasta que dejase de llover, pero Kunimasa no había pensado que hacer después de eso. Supuso que el gato callejero buscaría algún otro sitio en cuanto el tiempo mejorase. Sin embargo se abstuvo de decir nada mas al verle intentar cerrar la ventanilla que quedaba por encima de las taquillas, en lo alto. Era una ventilación muy pobre, pero entraba un considerable viento helado por ella. Lo cual no vino mal si podía deleitarse un poco las vistas con los cuartos traseros del pet, claro.
Hacía mucho tiempo que buscaba al que sería “la madre” de sus hijos, y al no encontrar al adecuado había acabado simplemente teniendo relaciones con chicas que le daban sexo y poco mas. Para el moreno aquello ya era simple rutina; soportar los coqueteos de las mujeres, acabar diciéndoles que si y anochecer entre las sábanas de su cama con la chica en cuestión, y de la cual casi nunca recordaba el nombre. No se sentía muy culpable mientras pudiera distraerse y alejar la búsqueda de “la persona de genes perfectos” que tanto insistía su madre que encontrase.

Tener aquellos atributos delante le había hecho recordarlo. Era imposible no mirar aquella firmeza, aquella redondez perfecta y pequeña. Seguramente le cabría una nalga en cada mano... Otro añadido a la escena era la ropa adherida a la piel y las gotas de agua formando surcos por sus muslos hasta perderse por alguna parte del sofá al gotear. ¿Aquello era un bóxer o un calzoncillo? Porque le quedaba tan ceñido que le había perdido la forma...

Kunimasa se separó de la mesa, y como si sus pasos se ralentizasen hasta hacerse inaudibles caminó hasta el sofá, donde también se subió. Quizá fue gracias a los cojines de este que el moreno pareció, aparentemente mas alto que el jaguar, al cual quedó perfectamente encajado desde atrás.

-¿Que estás haciendo? -su voz impactó, masculina y susurrante en la oreja del otro. Había estirado el brazo para llegar a la ventanilla, la cual empujó cubriendo la mano del pet. Cualquiera habría notado al instante como su pecho desnudo presionaba suavemente su espalda o como los bajos abiertos de su vaquero se colaban perfectamente entre sus nalgas- Deja de moverte o acabarás desmayándote -con eso quería decir que no pensaba recogerle y resguardarle en otro lugar en caso de que pasase. Claro que mientras siguiese hablando en aquel tono siempre parecería una insinuación.

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Mensaje por Invitado Jue Jul 07, 2011 5:17 pm

-se empezaba a dar por vencido, aparentemente sus fuerzas no eran del todo suficientes para cerrar aquel ventanal, suspiro sin percatarse, ya que aquellas palabras del otro lo desanimaban mucho más, era ponerse mejor y buscar donde dormir … o morir, miro hacia fuera y observo que aún llovía el cielo oscuro era de alguna forma melancólica y finalmente termino cuestionándose cuanto tiempo había pasado desde lo último?...que hora era en sí esperaba que no fuese tan tarde... no podría salir a buscar un hotel a menos que tuviera ropa que lo abrigase y la suya estaba húmeda dudaba que en aquel lugar hubiese donde secarla , su delgado cuerpo tiritó y la piel volvió a crispársele volviendo a soltar un estornudo mucho más fuerte que los anteriores, haciendo que su cuerpo se tambaleara, para aquello volvió a sentir el tacto del otro, aquel fornido pecho pegado a su espalda, pudo sentir aquellos pectorales y finalmente la respiración del otro que se esparcía a lo largo de la oreja del otro, aquello hizo que el chino se exaltara, aquella voz ... tan masculina ... hizo erizar al chino, era como la de un macho reclamando algo... tanto sus orejas y su cola se movían inquietantes, mirándole de soslayo, una mirada analizadora, y audaz no sabía por qué pero tenía la sensación que debía de cuidarse la espalda, más ahora que la sensación de la ropa era más clara sobre todo cuando entro en contacto con su trasero, su cuerpo termino balanceándolo hacia adelante en un intento de repulsión, sus hombros se fueron hacia adelanta haciendo más notable aquella hermosa clavícula y de igual manera la curvatura en su espalda que terminaba en la redondez de su trasero-


solo deseaba cerrar la ventana ... hacía mucho frio...-murmuró mirando su mano que aún era sostenida por el otro, y seguidamente la quito el rose era extraño, invadía de sobre manera ….el espacio personal del chino, incomodo…- no sucederá eso... ando mejor gracias a usted ... pero .... -puso una de sus manos en la pared la posición empezaba a cansarle, ya que el trataba de por lo menos marcar un pequeño espacio con el cuerpo del otro,,,, aunque la calentura de la piel del otro era realmente tentadora... -


bajamos ... o es su intención mantenerme acorralado?...-su voz sonó seria pero a pesar de aquello su rostro no aparentaba amargura, solo terminaba siendo precavido, intento agacharse para así poder pasar por debajo del brazo del otro, pero un estornudo volvió haciendo que su cuerpo se balanceará y decayera sobre el otro, pegándose por no decir rozándose....con una mano posandola en el brazo del pelinegro intento levantarse sus piernas había falqueado, solo pudo sentir como su redondez hacia mayor contacto con la bragueta que estaba abierta del otro, pero eso era lo de menos, eran hombres ... nada podía suceder entre ellos, demasiado inocente el chino....

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Mensaje por Invitado Vie Ago 19, 2011 8:02 am

Aquella postura daba que pensar. Y teniendo en cuenta de que lo había recogido de la calle, Kunimasa no sentía estar haciendo algo malo si traspasaba aquellos límites de la ropa. Después de todo el jaguar no parecía tener sitio estable donde quedarse; algo que no pasaba con los pets que ya tenían amo. Por supuesto, y tras las palabras y movimientos del felino, su expresión era tan significativa como las palabras que en ningún momento pronunció, manteniéndose todo lo recto que podía sobre el sofá, doblando una rodilla y adelantándola hacia el cabecero para no caerse al suelo. El fino cuerpo ajeno se adhería a su cuerpo como la ropa mojada a su propia piel, y pese a estar igualados en estatura parecían encajar bastante bien en aquella primera impresión. Sin embargo; su curiosidad y malas formas no le impidieron actuar tan directamente como siempre.

Sus largos dedos recorrieron todo el camino desde su mano -de la cual se había soltado- hasta su antebrazo, paseándose bajo este hasta llegar al pecho y palpar una piel que aún intentaba entrar en calor. Siguió el contorno de las costillas, así como la curva de la cadera, mientras su mano contraria se había posado, en modo de sujeción, al pectoral contrario. Las yemas de sus dedos acariciaron aquel endurecido pezón, dejando que su otra extremidad siguiera paseándose, como quien cata una fruta, hasta los pronunciados huesos de las ingles.
Tenía un cuerpo demasiado delgado. Era difícil de explicar, pero quizás se notaba que no era japonés. Desprendía un olor entre lo dulce y la tierra, presumiblemente por haber estado tirado en aquel callejón mientras llovía. Aún podía notar que no estaba completamente seco, y a pesar de estar toqueteandole sin permiso alguno se concedió el lujo de poder opinar sobre él.

-Deberías comer mas -susurró de nuevo, rodando los ojos hasta centrarse en sus bajos. Quizás era la parte que mas llamaba su atención. Dada su obsesión por los buenos genes encontrar un culo tan firme como aquel le inspiraba a seguir adelante y confirmar su redondez y textura. De hecho, y obviando el marguen de tiempo que había pasado sin contestar a su pregunta, aprovechó que tenía como punto de mira sus cuartos traseros- ¿A caso esperas que sea mi intención acorralarte? -soltó una gutural risilla- Solo hace falta mirarte, ¿estás provocándome?

Arqueó la espalda hacia atrás y dio un envite contra sus bajos, haciendo que el felino cayese hacia delante. Inmediatamente, y sin tacto alguno, posó la mano en su espalda para mantener su rostro contra el respaldo y la pared, recorriendo con la mirada los ligeramente marcados músculos de la espalda, perdiéndose hasta la curva pronunciada de su cintura. Volvía a coincidir de nuevo en que no estaba nada mal, pero seguía sin encontrar ese “algo” que no acababa de convencerle.

-Si quieres un refugio durante la lluvia tendrás que ponerle mas empeño -clavó su tapada entrepierna entre sus nalgas.

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Mensaje por Invitado Sáb Ago 20, 2011 9:32 am

De la nada volvió a sentir el frio penetrar su nivéa piel, muy a pesar que la ventana estaba cerrada, extraño pero cierto, aunque lo más seguro, se le empezaba a bajar un poco la presión y el chino lo confundía con frio, todo causado por su descarado salvador.

Trató de ponerse lo más firme, aquel contacto provocado era culpa suya, soltó de nuevo una par de maldiciones pero en su lengua, se sentía aliviado ya que lo más seguro era que el otro no le entendería, mientras cobraba compostura claro aún sin darse cuenta de los sentimientos de tentación que empezaba a despertar por el macho detrás suyo, aún así su sentido animal empezaba detectar algo de aquello, no por el roce de sus cuerpo, de aquel delgado cuerpo suyo que se rozaba sin descaro e inocencia en kunimasa sino por la manos de este, que ahora, navegaba en la delgadez de su fisionomía buscando lo más seguro algo que solo sabía kunimasa, al principio prefirió no darle importancia, ya que estaba más interesado en sobarse con una de sus muñecas su pequeña nariz…estornudar de nuevo sería perjudicial


h..hey!! …tu mano! … -esos dedos, que tocaron su endurecido pezón que por el frio en contacto con su piel se mantenía así, provocó que el chino se alarmara, porque lo tocaba así?, este empezaba a preguntarse- quita tu manos, puedes sostenerte en la pared o simplemente bajarte … no me toques es raro -murmuró, de forma firme pero baja, lo más seguro por lo incomodo que empezaba a volverse la situación para el chino, posando su mano encima de kunimasa para que la quitará de esa zona sensible, esperaba que solo su roce pudiera expresar la incomodidad que empezaba a pasar, aprovechando que el brazo de hallaba bajo su propio brazo, giro su rostro para mirar despabilado .

-una ceja se arqueó algo divertido, no era la primera vez que le mencionaban de su peso, pero le era difícil engordar, a pesar que el chino comía como vikingo…- .. no puedo, mi cuerpo es delgado, pero eso no quiere decir que sea débil … -espetó con tranquilidad, aún sin quitarle la mira, sobre todo a aquellas manos, ya que su incomodidad iba en aumento, pero ahora esta empezaba a ser reemplazaba por un ligero nerviosismo que empeoró por las palabras de este…su timbre de voz, tan masculina, y aquella forma que era empotrado en la pared de nuevo lo alarmó-

Eres un macho y yo también lo soy… no tengo por qué provocarte no es mi intención… acaso estás loco, o es que no te das cuenta? … -se removió el frio de aquella pared tan pegada a todo su pectoral, volvía a ponerlo débil ya que lo único que buscaba era más calor… empeorando todo aquello cuando los bajos de kunimasa se enterraron en la redondez de sus nalgas, lo sintió tan caliente, ahí abajo en esa zona que provocó que su cuerpo se remeciera de pies a cabeza terminando doblando ligero sus rodillas quedando un mas pequeño a la altura del moreno, extraño un sentimiento realmente extraño, pero realmente caliente, su espalda se arqueó mucho más tentadora, con sus cabello como cortinas azabaches que caían por sus costados, su corazón bombeo con fuerza la vergüenza se ponía a flor de piel en su rostro, “…se está poniendo duro…” tragó saliva sin saber que hacer nunca había pasado por aquello, y peor aún con aquel falo en su trasero, que aparentemente iba en aumento de tamaño, movió con mas ímpetu su cuerpo, pero esa mano empujándole arremetía con sus oportunidades de escapatoria

Que es lo que quieres?… no sé qué piensas… no soy una hembra no lo ves? … retírate me causas repugnancia … - ya eran varías veces que repetía aquello, prefiriendo omitir los ultimo que dijo este, le volvió a mirar solo que ahora en sus ojos se revelaba la vergüenza y sus mejillas hablaban por si solas, prefiriendo de igualmanera mantenerse quieto, ya que aún permanecía débil, tratar de atacarlo en esas condiciendo sin tener una táctica y una respuesta a sus palabras sería una mala idea, aunque … seguir en esa posición con ese falo duro entre sus nalgas, tampoco sería una salida … ahora el chino se debatía en que hacer …




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Mensaje por Invitado Sáb Ago 27, 2011 9:04 am

-Que te pongas tan a la defensiva me dice que no es la primera vez que “provocas” -comentó el moreno, sin ceder un centímetro de su postura. Le gustaba el extraño calor que desprendía el cuerpo del gato, aunque por entero no llamase demasiado su atención. Tenía un olor agradable y unas curvas que poder manejar, pero aún se debía tener en cuenta el factor exigencia de Kunimasa. Había tenido aquel impulso de pegarse a él en primer lugar simplemente por cuestión hormonal y que no ocultaba una gran explicación detrás. Había actuado en consecuencia de la situación que el que tenia delante había protagonizado, metiéndose de lleno en aquel aura que desprendía el jaguar.
O estaba muy aburrido o llevaba mucho tiempo sin acostarse con nadie.

Que el otro no fuera débil era algo que había intuido nada mas verle. A pesar de haber sido atrapado por la banda del callejón tenía una mirada firme que parecía negarse a sobrelimitarse con civiles: un auténtico guerrero con mucho honor de los que ya no existían. Lo que ahora acontecía en la trastienda parecía ser fruto de ese autocontrol y esa moral que parecía tener el chino; algo de lo que Kunimasa carecía completamente y en lo que no se pararía a averiguar.
Su bien ubicada entrepierna se frotó entre sus nalgas como una mera burla a su última frase.

-Es obvio que no lo eres. Aunque tengas un cuerpo delgado tus rasgos no son especialmente femeninos -volvió a empujarle por los hombros, escuchándose el claro sonido de su cabeza volviendo a dar contra la pared. Estiró los labios en una sonrisa socarrona y presuntuosa, inclinándose hacia delante para poder hablarle exclusivamente al oído-. ¿Por que no te apartas si tanta repugnancia sientes? Como has dicho, eres un macho. Y yo también lo soy. Así que debes dejar clara tu postura con respecto a esto, ¿no te parece? -movió la pierna, flexionando la rodilla para dar un golpecillo a las articulaciones de Xingke antes de colarla entre sus piernas y abrirlas. Otro movimiento de cadera que simuló una embestida precedió al mordisco que le propinó en el cuello, donde su aliento impactó al volver a hablar- ¿Es que no tienes instinto animal?

Sus hábiles manos siguieron paseándose por su cuerpo, presionando su piel, sus músculos y delineando los huesos de sus caderas y las costillas, como buscando un punto que poder pellizcar y provocarle alguna reacción menos pasiva que las anteriores. Después de todo estaba tratando con un felino de peso y aquel carácter tan sumiso y que solo atacaba con las palabras no le serviría mucho si debía volver a la calle. Claro que, ya que estaba, podía aprovechar para autosatisfacerse.

-¿Necesitas algo mas para reaccionar? Te aviso que me da exactamente igual que no seas “una hembra” -murmuró. Cada vez que se sobreexcitaba perdía el control sobre si mismo. Kunimasa era el tipo de persona que se podía dejar llevar si la otra persona no tenía suficiente peso sobre sus emociones y sus sentimientos. Emitió un gruñido animal antes de bajar la mano por su cadera, colar los dedos bajo el pantalón y tirar de este hacia abajo, separándose lo justo para hacer el amago de quitárselos-. Porque yo te convertiré en una.

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Mensaje por Invitado Miér Ago 31, 2011 4:55 pm

su paciencia cada vez era mas y mas colmada, sumamente extraño dado por su raza oriental, aquello era muy difícil de agotarse dando a entender que el otro no mas que un arrogante por completo, su tolerancia terminaba siendo un valor muy apreciado, sin mencionar que en un instante el oriental se puso a pensar que aquella actitud se debía a que seguro el moreno andaba quizás mucho mas enfermo o débil que el mismo, no le encontraba razón y muchos menos una explicación del por qué trataba de confundirlo con una hembra, mas hipótesis que formular. Su ceño se frunció volviendo sus facciones duras de un momento a otro , esos ojos suyos que en un principio regalaba una mirada afable ahora todo lo contrario empezaba a lucir furiosa, sus almendras cafés se rasgaban dando a su rostro un aspecto más salvaje y por qué no sexy, todo a causa de las palabras ajenas, ese tono que salía de los labios del otro, no hacían mas que romper sus suposiciones ...


Gruñó al igual que el otro, le respondía como animal y macho que se consideraba, empezaba a jugar con su orgullo, inhalaba cansada y pesadamente, esperando, calculando y ver el momento adecuado en el cual atacar... se mordió los labios con ligereza, puesto que esas manos del otro a pesar de ser de su mismo género no podía negar, que hacía sentir su cuerpo raro, sentimientos encontrados... porque se sentía así? ... evitó esa pregunta en su mente, sabía que ese momento no era el instante para pensar en eso... o terminaría siendo la hembra del otro, a pesar de ser macho ... aunque por su lógica... no lograba a entender como es que el moreno intentaría aquello puesto que su anatomía no era la misma de una mujer ...

podría hacerlo... si solo dejaras de acorralarme ... sabes que mi cuerpo está débil, y aprovechas de esto ... pero no conseguirás nada ... pensar en tomarme por una hembra ... debería de reírme de tu mal chiste pero es tan malo que ni ganas me dan ... -gruñó de nuevo, se estaba burlando de él, y con un descaro que el chino nunca había visto en su vida esa sonrisa, tan socarrona seguida del las aberturas de sus piernas ... qué diablos se creía el otro jugando de esa manera con su cuerpo! ... paciencia, paciencia, se decía así mismo, lo menos que podía hacer era perder su razón y dejarse llevar por la furia, solo conseguiría lo que el otro intentaba o al menos eso era lo que pensaba el chino ... era su maldita primera vez en un acoso de ese grado!.


tendré que dejar de lado mi amabilidad contigo, a pesar de que me ayudaste ... - suspiró pesado mas seguidamente soltó un ligero grito, este escapó desde lo hondo de su garganta, esa mordida, en su sensible cuello, provocó que sus mejillas dieran inicio del rubor en estas ... maldijo de nuevo sin darle la menor importancia, a la forma en que su trasero era tratado siendo sometido a ese fricción del falo ajeno... tan sinuoso... debía pensar, pensar en cómo escapar de ese psicópata. Sus ojos se abrieron haciendo que sus pupilas se exaltasen al momento que sus redondeces, quedaron expuestas, su hermoso culito ahora estaba desnudo, algo húmedo demasiado tentador, pero a causa de eso su furia estalló, aprovechando la libertad que le daba a su cuerpo, empujó con toda su espaldas mientras el mismo se balanceaba a un costado su intención era caer, y así lo hizo, ahora estaba de nuevo tendido en aquel sofá, aunque aparentemente se había dado un mal golpe en la nuca, la cual provocó en el chino un intenso dolor de cabeza ... mas a pesar de ello sus manos bajaron para acomodarse sus ropas, no dejaría su intimidad al aire libre mucho menos con un pervertido queriendo probar de sus carnes ...

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Mensaje por Invitado Sáb Sep 10, 2011 1:31 pm

A pesar de su aspecto, aquel jaguar parecía tener una personalidad esquiva y en cierto modo infantil. Kunimasa se limitó a mantener su mutismo mientras dejaba expuesta su tersa piel y sus firmes cuartos traseros, a los que tuvo intención de volver a pegarse. Incluso si no lograba llegar a metérsela estaba seguro que podría tener un desahogo tan solo frotándose contra ellas. Teniendo aquellas nalgas delante solo le venía la inspiración de apretarlas entre sus dedos, separarlas y exponer la seguramente estrecha entrada que ocultaban.
Su expresión no varió demasiado hasta que notó el movimiento, separando las manos, dando un salto hasta caer al suelo y ver como el felino quedaba de nuevo tendido.

-¿Que ocurre? -se inclinó sobre él, de lado, paseando la mirada entre sus bajos y su rostro, poniendo un brazo en jarras- ¿Se te ha puesto dura solo sintiéndome por detrás? Tienes mas feromonas de hembra de lo que pensaba -sonrió de lado, entornando los ojos antes de bajar una de sus manos para presionar su pecho desnudo, palpándolo y dejando un camino de caricias hasta sus endurecidos pezones. Era una piel ridículamente lisa, con unas reacciones demasiado castas.
Apartándole las manos del borde del pantalón volvió a agarrarlo, tirando de él hacia abajo para dejarlo a la altura de los muslos, dejando al descubierto todo aquello que el pet se empeñaba en ocultarle.

-Había oído que las “mascotas” podían ponerse en celo. ¿Es por eso que exudas un olor tan dulce? Eres demasiado descarado. Por mucho que quieras negarte y evitar que te follen al final acabarás gimiendo bajo un hombre que se imponga sobre ti -bajó el tono de voz, lanzandole una feroz y sensual mirada antes de colar la mano por un lateral y pretender palpar su tensa entrada- Por ejemplo, aquí...

La rozó con los dedos, presionó sobre ella, la delineó, subiendo para tentar a la separación entre esta y sus testículos. Era como si lograse imaginarse como se ensanchaba, como gritaría el jaguar al sentir a otro macho dentro, moviéndose, frotándose y dando de si aquel tentador culo. Lo mas probable es que acabase moviendo la cadera obscenamente mientras imploraba por un poco mas de “amor” del que definitivamente sería su amo...

-¿¡Que coño estás haciendo!? -el grito le vino acompañado por un golpe con una jarra vacía de cerveza, logrando que casi se le hundiese el cráneo y se mordiese la lengua. Kunimasa se cubrió la cabeza con la esperanza de aliviar el dolor que le había hecho olvidar la lujuria y los malos pensamientos de dos segundos antes- ¡¿Es que no has oído lo que te he dicho al entrar?! ¡Vete a follar a otra parte, joder!

-¿De que vas? ¡Si no estaba haciendo nada! -se quejó el moreno, lanzandole a su hermano una mala mirada desde su posición en el suelo antes de levantarse.

-¿”Nada”? -señaló al acosado y semidesnudo Li- ¡Si el jefe hubiese entrado en mi lugar esto no lo hubiese parecido “nada”! -soltó un bufido y se quitó el pañuelo de la cabeza, peinándose el pelo hacia atrás con la mano- Has el favor de ir a un hotel. No tengo la necesidad de ver a dos tíos intimando -ignoró completamente al pet, cogió del armarito lo que parecían manteles para las mesas y volvió a salir.

Kunimasa se frotó el chichón que seguro le saldría en la cabeza antes de volver a mirar al sillón. Suspiró.

-Vístete.

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Mensaje por Invitado Mar Sep 13, 2011 2:50 pm

-- Un dolor puntiagudo se extendió por lo largo de toda su columna, aparentemente el golpe anterior no había sido del todo suave, aunque eso era lo que menos le preocupaba en esos instantes, era su integridad, o al menos lo que quedaba de ella, ya que con cada acto esta iba dispersándose-

- Sus finos dedos estaban ceñidos en el borde de ese pantalón que estaba tan ceñido a su cuerpo notándose esos hermosos huesos de sus caderas, ese vientre formado que por la presión que el chino ejercía en esa zona de sus oblicuos, se podía notar que a pesar de ser delgado su cuerpo era trabajado, delgados músculos era parte de sus miembros, que culminaba con un sexy V de su vientre-

- sus ojos terminaron siguiendo sigilosos y precavidos al moreno desde el momento que había caída por el movimiento anterior, que cosa habrá estado pensando el otro, sabía que el instinto animal en algunos casos podía ser mucho más fuerte, el instinto de aparearse de por sí lo era, pero es que acaso el moreno también era un pet?, es que acaso estaba enfermo? no podía entender el porqué de su comportamiento, uno de sus brazos ya se había posado y levantando, tenía la intención de levantarse pero esa mano, esa fuerza mucho superior a la suya no le permitió, volvió a caer y hecho un gruñido, salvaje, felino, con un toque de sensualidad aunque lo último podía denotarse solo si aquel moreno realmente tenía la mente sucia... su ceño automáticamente se frunció la sensación encima de su piel, era extraña no podía explicarlo, inhalo con fuerza volviendo a hacer el intento de levantarse pero no le fue posible, que es lo que deseaba ... moreno endiablado...pensó el chino, que en vez de caer en manos de un samaritano había caído en mano de un Andromano - ... solo sabes decir cosas sucias? ... dudo que tu tacto provoque una reacción en mi cuerpo, más que asco eso es lo máximo que puedes llegar

- uno de sus ojos se cerraron, porqué su cuerpo estaba ligeramente sensitivo?. Era a causa de la lluvia e clima quizás?, esa sensación iba empeorando, aquella palma que lo le permitía levantarse ahora iba paseándose, deteniéndose en sus rozados cerezos, erizándose solo por el simple jugueteo que hacia el otro, su cuerpo envía señales, signos, su piel virgen erizándose que pedía a gritos algo de atención aunque el rostro el asiático dijera todo lo contrario, era un completo dilema-


... q... QUE DIABLOS!! QUITA TU MANOS!!... - el quejido que escapó de sus labios de por sí era alto, sus pupilas e iris le miraron desconcertado, confundido, sin importarle esa mirada sensual, su mano fue directo a sus cabellos del moreno, empujándole, aunque el timbre, sensual erótica de la voz ajena, no hacía más que acelerar su pulso nervioso, su orejas felinas que sobresalían en esa desordenada melena algo seca, estaban agachadas, signo de sumisión, y algo de temor...

basta ... yo no sé lo que dices ... no digas ... aahh!! - sus palabras sin formular sin sentido a causa del moreno fueron sesgadas por los movimientos del otro, sus piernas se cerraron, se juntaron automáticamente cuando fue palpado en esa zona tan íntima, mucho más, que aquel miembro hermoso y rosado que ahora deba indicios de querer despertar, su caderas se removieron quizás con la intención de dar rienda suelta a la imaginación el otro, sentir esos dedos que no era suyos palpar esa virgen entrada solo ocasionaba que esa zona se tensara y palpitara, esas hermosas piernas suyas delgadas rozándose una contra la otra mientras el sonrojo a causa de la vergüenza marcaba notoriamente su rostro, aquel macho semental, estaba siendo el causante de lo mal que podría quedar tanto en esos momento y quizás en un después-

basta! ... - alzó la voz con algo de desesperación, empezaba ponerse mal, y no el sentido de que la fiebre deseaba volver a su cuerpo, si no, que su libido quería dar rienda suelta a la lujuria de su cuerpo, aquella que por muchos años había obviado y renegado de ese instinto tan normal en de origen animal, mas todo aquello se detuvo, en un fracción de segundo, su ojos miraron espantados a aquel rubio, imponente que golpeaba al moreno, deseaba que lo tragara la tierra, lo único que hizo fue llevarse sus manos a esa zona intima, algo despierta, mientras su mirar se debatía en prestar atención a ambos hermanos, no sabía qué hacer, a fin de cuentas todo había sucedido por su culpa?, no, no era así, había sido por el otro, que solo o aparentemente quería hacerlo su hembra...

- No fue necesario escuchar al moreno diciendo "vístete" ya que desde el instante que estaba libre este se erigió para arreglar sus ropas o al menos esos pantalones ya que el resto de su cuerpo estaba descubierto, terminó por coger la parte delantera de su traje, el solo hecho de apretar con una mano esas ropas empezaron a caer de estas el agua acumulada por la llovizna, para su maldita suerte aún estaba lloviendo, no tan fuerte como al principio de todo, pero si hacía su acto de presencia ... con ambas manos estrujó sus ropas sacudiéndolas, dándole una mirada descuidada al moreno, y volviendo a intentar ponérselas ... sintiendo como el frio nuevamente penetraba su piel, aquellas prendas aún estaban demasiadas húmedas a pesar de ser exprimidas ... se puso sus zapatos orientales, mirando al moreno de forma fija ... sin saber qué hacer, le daría una dirección? ... o lo dejaría como lo había recogido en un principio?

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Mensaje por Invitado Sáb Sep 24, 2011 5:59 am

Admitió para sus adentros que su hermano había estropeado su momento de hormonas descontroladas, pero también que le había ayudado a recuperar el control sobre sus actos. Una vez fijaba una “presa” era difícil hacerlo desistir de ella hasta no haberse desfogado, por lo que aquel golpe era lo que necesitaba para poder relajarse y volver a su ser. Aunque nunca lo admitiese en voz alta.
Se sobó la cabeza y caminó de vuelta a la mesa, dónde tenía aún colgada la camisa, que seguía goteando desde los bordes hasta al suelo. Miró de reojo al silencioso Jaguar, que no había comentado nada mas desde su griterío de protesta cuando se había abalanzado sobre él. Sus ojos dieron con los suyos, esquivos y llenos de desconfianza. Le dio la espalda y abordó uno de los armarios de aquella trastienda, buscando algún cambio de ropa seca para ponerse. Por suerte su hermano dejaba mudas de ropa para cuando tenía que salir del trabajo; y la larga pila de camisas blancas adjuntas al uniforme no se veían especialmente incómodas. Mientras estuviesen secas...

Volvió a darse la vuelta, acercándose al felino, del que se esperaba que rehuyese y se negase a un nuevo contacto físico. No tenía paciencia para hacerle confiar en él, y menos después de haber pasado de cero a setenta, y de setenta de nuevo a cero con el golpe en la cabeza. Aunque mas relajado, estaba de peor humor.
Estiró el brazo y atrapó la fina muñeca del muchacho, tirando de él hacia delante, soltándole y sujetando los bajos de la camisa larga de su traje por la espalda. Se la subió, dejando de nuevo expuesta su piel blanca y el nacimiento de su cola oscura, arrancándole la prenda sin pararse a escuchar las quejas que pudiese tener el otro. Soltó la empapada ropa a un lado y le tiró la camisa blanca y seca.

-Ponte eso -ordenó, estirando la que había cogido para él y poniéndosela con un movimiento rápido y preciso-. Te acompañaré al hotel, así que piensa en lo que harás a partir de ahora si no quieres acabar en situaciones peores -habló de manera severa, pero con un deje de cooperación desinteresada que le hacía ver mucho mas adulto de lo que en realidad era. Le miró de reojo mientras se dirigía a la puerta con la olvidada bolsa con las latas, mirando de reojo al pet. Estiró los labios-. Y deja de mirarme como si quisieras que te follase. Mocoso -abrió y terminó por salir, dándole su “tiempo” para volver a vestirse.

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